Anxiety (#2 Especial Halloween 2018)


Vamos a entrar en esto de #RetoNewsReader para poner el ejemplo -u- okno xD y viniendo inspiraciones de los especiales aquí vamos~

Los ínsito a que vayan al libro de la muchacha GenesisLavender para que hagan esos retos, yo con esto cumplo los dos primeros~ aunque...si bien las "pesadillas" típicas que tengo siempre las convierto en mis mejores placeres (?) XD pero bueno, aquí una de muchas y resiente, espero os guste ^^

Cofcofbrutalyterrorificoshadamycofcofdespuescofocof

Happy halloween, criaturas y lectores~

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-Narrador-

Una tormentosa noche que le parecía eterna por los relámpagos y truenos que golpean la tierra de la nada, parecen ser tan cercanos, tan entrañables en una madrugada helada...

Pero ella no es la única que siente aquello, puede ver los rostros asustados de aquellos que permanecen en ese sitio, un aparente espacio de reuniones.

Un zorro rojizo que tiene lágrimas escurrir por toda su cara, sentado en una esquina muy temeroso...una coyote peliblanca le hace segunda, parecen ser compañeros. Otros cinco individuos de diferentes razas tambien se hayan ahí, ¿Por qué? ¿Para qué?

—Tenemos que salir de aquí... —murmulló su pareja azabache que, con el temor en su pelaje, buscaba frenético un sitio por donde escapar—, no sé quien nos trajo aquí.

—Yo tampoco lo sé, pero no voy a dejar que nos lastimen. —Ambos se abrazan. La rosada siente temor aunque por dentro esté decidida a hacer lo que fuese para ser sacada de aquél sitio.

Ambos miran por los ventanales, acompañados, sin soltarse de las manos; no se distingue nada más que sombras confusas que retratan una creíble cañada o costa. Los relámpagos bajar con esa luz azul/púrpura no ayudan más que a tener malos presentimientos.

La luz tenue llega al cuarto, esos lamparines sobre ellos fueron encendidos. Algunos se ponen en pie y otros miran la única puerta que permite llegar al sitio como si todos supieran que algo o alguien atravesará por ahí...

Y así es. Todos se vuelven videntes al ver la manija moverse por fuera.

Un enigmático ser con capucha blanca mira a todo presente, ladeando su cabeza, examinante y misterioso por la lentitud en sus movimientos que realiza.

Alrededor de un minuto, nadie se atreve a decir nada, no hasta que Amy toma la iniciativa:

—¿Qué quieres de nosotros?

La respuesta tarda en llegar, más el individuo que muestra ser su captor expulsa una simple oración:

—Ustedes están enfermos. —No es una voz familiar para ella;
ni para alguno de los presentes que empezaron a mirarse unos de otros, a juzgarse e intentar encontrar esa "enfermedad".

—Nadie aquí está enfermo, sólo tú. —Encara otra joven, una lechuza con quiebre en la voz por el llanto confuso que le provoca la situación.

—Estarán a prueba y en observación y van a tener que cuidarse unos a los otros por su bien. —Su voz átona pero hostil, muy insistente que les produce desconfianza.

El encapuchado se marcha, cierra la puerta y al fondo de la habitación, una compuerta se abre y parece pasadizo desconfiado; pero ni ello impide que los capturados se decidan a ir a investigar.

Amy y Shadow entre el montón, llegan a otra habitación mucho más reducida y con camastros. Ninguna ventana visible en la primera estancia pero sí en la segunda, donde alrededor de cuatro colchones yacían en forma de tatami en el suelo. Y ahí si, una puerta tradicional de madera y un par de ventanas de vidrio verdoso que hacen ver un pasillo amplio sin iluminación tan grata; oscuro pero suficientemente discernible para ver qué hay allí fuera.

—¿Nos quedaremos aquí? —expulsa la eriza, mirando todo el sitio con mala cara.

El resto de chicos tambien comenta muy por lo bajo inconformidad y miedo de lo que sea que les pueda pasar.

¿Qué eran esas advertencias del encapuchado de blanco? ¿Qué enfermedad tienen o qué significa toda esa palabrería?

—¡Tenemos que salir de aquí! ¿Nos vamos a quedar aquí, acaso? —grita otro erizo, intentando regresar pero aquella puerta, la que había sido abierta para que todos accedieran a donde era su nuevo asentamiento, ya ha desaparecido.

La coyote no pierde el tiempo en abrir esa puerta de madera que les queda, y para su tremenda sorpresa se abre sin problema...hasta un seguro de botón tienen disponible.

¿Para qué querrían encerrarse ellos?

Más temprano que tarde lo supieron.

La coyote junto al zorro rojizo no lo piensan dos veces: salen despavoridos hacia el pasillo desconocido para todos. Otros tres le han de seguir pero ello, a Shadow no le produce buena espina. Tambien a Amy.

—¡Esperen! ¡Con cuidado! —advierte Amy tras oír unos gimoteos fuera de la habitación.

Sonidos que no eran pertenecientes a sus acompañantes.

La pareja y el otro erizo crema ven a los tres curiosos regresar pero, no ven a la peliblanca y al zorro hacerlo. Todos asomados a través del vidrio y la puerta, oyen un crujir tras el grito más helante que ninguno creyó presenciarían en circunstancias así.

Todo se apaga y trasluce a sus ojos y respiraciones impacientes, temerosas de no saber qué a sido ello pero no necesitan realmente saberlo si no quieren perder la esperanza.

Pisadas apresuradas pero suaves los hacen transpirar y perder control para cerrar dicha puerta. Amy es la principal que sostiene la manija queriendo ver con ayuda de Shadow en el cristal qué ha sido eso y...el susto que este recibe por el impacto de dos palmas en el vidrio lo llevan a retroceder.

—¿Q-quién es...? ¿¡Qué e-es eso?! —grita la lechuza, arrinconada hasta el extremo de la habitación.

—Sólo hay que calmarnos, ¿Vale? No podemos salir de aquí por esa...persona... —Amy baja el tono de su voz, dirigiéndose a la ventana para ver lo que sea que a ensuciado el vidrio con sus palmas ensangrentadas.

Una fémina con los cabellos alborotados, pelaje rasgado en brazos y dentadura completamente de fuera hace ver una furia inherente a ella...sus ojos tan desorbitados la pintan como una completa loca...y su ropa larga confirma que parece estar en un psiquiátrico.

¿Están en un psiquiátrico?

—¿Cómo vamos a salir con ella ahí...cerca de...de nosotros?

—No está sola. —Al oír a Shadow decir ello, Amy mira en el segundo plano del pasillo, hasta donde sus ojos y la iluminación se lo permiten. Distingue caminantes lentos, cabizbajos. Solo divagan aparentemente perdidos en aquel pasillo que no debe ser único. Portan las mismas ropas y parecen tener cada uno algo diferente.

Posiblemente y todo sea un complejo asentamiento de cuartos y pasillos casi idénticos. No será fácil hallar una salida.

—No habrán la puerta, ¿Oyeron? —habla el erizo crema, con lágrimas y una irritación por debajo de su nariz tras haberla manipulado tanto entre olisqueos—. Quizá dentro de un rato ellos se vayan.

—Yo no voy a salir —sentencia la lechuza tirándose en uno de los colchones—. Hagan lo que quieran ustedes pero yo no me voy de aquí si es seguro.

—Ese encapuchado dijo que nos pondría a prueba, ¡Y es lo que está haciendo!

—Amy, ¿Vas a entrar en ese juego? —Una aparente molestia acompaña a Shadow en su pregunta—. Vamos a morir si salimos de aquí.

—Y seguramente tambien lo haremos así nos quedemos aquí. —finaliza la rosada, sentándose tambien en uno de los colchones, con distancia de la lechuza.

¿Cómo se puede dormir en condiciones cautivas?

No lo han de concebir.

––––––·≈★≈·––––––

—Shad, ¿Qué es ese ruido? —murmura Amy tras quedar dormida y despertar por unos golpes.

Ambos están acurrucados. Se mantienen muy juntos por el poco espacio que se han dejado todos al decidir descansar en los colchones.

—No sé... —Se remueve lentamente sin querer producir escándalo.

—Maldita sea... —gimotea la chica, mirando insegura la manija siendo ultrajada con violencia y la que, viene a ser su única defensa.

La pareja se pone de pie golpeando simultáneamente la puerta con su hombro para que su peso impida que se abra. Uno de los cautivos comienza a reaccionar y sólo mira todo con ingenuidad, hasta que despabila y entra en pánico.

A través del cristal observa dicho erizo un festín visual de actos sin sentido: un par se embiste como toros en ritual; una joven ave muy delgada hace lo mismo pero contra la pared, dejándola con un rastro de sangre; otro chico corre frenético en zigzag, cruzando sus piernas como si hubieran obstáculos y hasta grita en momentos raros; y no puede faltar ese par de gemelos perros que, están golpeando el vidrio y también la puerta, forzando la manija por fuera.

—¡Va a entrar! ¡Va a entrar! —Aquello es eterno. Simplemente imposible de sobrepasar cuando sienten que son horas así, monótonas y de pánico.

La eriza llora pero no de manera escandalosa, Rose no está paniqueada aunque por dentro quiera que todo pare...

Y a de parar de la nada. Respiraciones agitadas y exhalaciones son lo que se termina por escuchar. Ya nadie ahí está tranquilo.


El sonido de una puerta abrirse los deja paralizados. Dicho sonido no es de la puerta en la que se hayan los colchones o camastros... Es la puerta secreta por la que entraron hace horas, y ahora vuelve a estar abierta.

Nadie lo duda, todos corren hacia ahí para volver a esa sala de aparente reunión, donde los ventanales se ven dando paso a una vista naturista. Es súbitamente raro notar que sigue de noche y que incluso, los relámpagos todavía están ahí, pero acompañado de una lluvia intensa que golpea el cristal de forma brusca.

Amy no puede evitar observarse en el reflejo, dándose cuenta que todo ha sido un infierno; las ojeras la hacen ver casi muerta en vida, la irritación en sus ojos y lo opaco de sus iris es bastante tétrico y ni qué decir de su ropa, echa un revoltijo de suciedad.

La puerta por donde había entrado en un principio el sujeto misterioso de capucha y vestuario blanco se abre por sí sola, dando paso a un pasillo con luces amarillas y paredes verdes. Practicamente todos, frustrados, se dirigen a ella e intentan salir porque sí, ahí hay un par de puertas que dicen "Exit" con un letrero de luz roja.

Las puertas no se abren por la lechuza que encabeza la huida, sino que se adelantan a abrirse de forma brusca de par en par por un aparente convoy de sujetos vestidos cual militares o marinos y que, rápidamente y sin oír, apuntan con sus grandes armas a todos ellos que, frenéticamente y sin prestar modales hablen en multitud.

—¡No hicimos nada! ¡Un sujeto nos trajo aquí, nos secuestró! —La ronques de Shadow sobre sale, pero ni ello es suficiente. Hay duda entre los militares, tanto así que llevan a todos de vuelta a ese cuarto y al entrar, se llevan todos una no gratificante escena.

Casi en medio de la sala, al costado contrario de los ventanales se encuentra el sujeto de capucha blanca lleno de sangre, sin evidente vida por notarse que, lo han apuñalado.

—¡A la pared, locos, a la pared! —grita uno de los soldados apuntando y alineándolos con el cañón, cada uno de esos cautivos no le queda opción con tal de no tener una bala en sus entrañas.

—¡Nadie fue de aquí. Vayan a ese cuarto, ¡Ahí! —Señala Amy con tremula, sitio de los camastros y el vidrio verde—. Ahí hay tipos que si están locos y raros, ellos debieron ser, ¡Nosotros fuimos secuestrados por ese tipo del suelo!

No existe respuesta pero, un par de soldados va a esos cuartos, investigando y siendo precavidos. Todos están confusos, la pareja de erizos lo está más al ver que, extrañamente, los soldados regresan diciendo que no hay nadie en el resto de pasillos y cuartos más que otro par de "enfermos" muertos.

¿Pero qué es lo que está pasando?

—Van a ser internados aquí, ¡Moverse! —ordena el aparente jefe del convoy. Las suplicas no se hacen esperar y tampoco ruegos desesperados. Todos ellos ya están más que locos por eso que ha pasado.

Pero lo que parece ser el final de un asunto es el inicio de otro.

Cada uno de ellos empieza a sufrir de ansiedad, sobre todo Amy que, se vuelve tan desesperada que intenta golpear a uno de los soldados, queriendo arrebatarle el arma para usarla y salir al final de ahí.

Shadow quiere detenerla porque sabe es una mala decisión, pero a ambos les perjudica ello pues, reciben cachazo que los lleva a quedar aislados en un cuarto diferente al que son llevados el resto de tipos.

Otra gran puerta con una ventana pequeña les deja ver el pasillo. Oyen como se les tacha de locos y de cero cordura y credibilidad en palabras, ¿Cómo han de serlo si estuvieron en cautiverio por un tiempo desconocido a su percepción pero que, sintieron eterno?

Realmente están enfermos, pero enfermos por la ansiedad y la desesperación de saber que, han jugado con ellos para terminar siendo realmente los siguientes en la lista.

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