La Sombre Del Simbionte


Han pasado meses desde el enfrentamiento decisivo con el Duende Verde, y el mundo ha comenzado a recomponerse de las cicatrices dejadas por el caos. Las ciudades, una vez devastadas, han sido reparadas en su mayoría, y la rutina diaria de la vida parece haber vuelto a su curso. El eco de los eventos ha disminuido, y la memoria colectiva ha comenzado a borrar los detalles más dolorosos. Sin embargo, el impacto de aquellos días ha dejado huellas profundas en todos los involucrados, y las consecuencias de la batalla final aún resuenan en los rincones más oscuros de la sociedad.

Anti-Venom, la entidad que antes fue vista como un bastión de justicia, ahora es una figura que provoca inquietud y desconfianza tanto en héroes como en villanos. La notoriedad que Lincoln había ganado durante su enfrentamiento con Mr. Negative lo ha puesto en una posición complicada. A pesar de sus buenas intenciones, el costo de sus acciones ha sido alto. El simbionte, que una vez representó la esperanza y la redención, se ha convertido en un símbolo de miedo.

La relación con los héroes se ha deteriorado significativamente. Aunque algunos de ellos comprenden las circunstancias que llevaron a las acciones de Anti-Venom, la mayoría ve en él una amenaza latente. Los Cuatro Fantásticos, por ejemplo, han dejado en claro que no desean que Anti-Venom se acerque a su sede. Su presencia en la ciudad es vista como una constante fuente de tensión y alarma. Los intentos de Lincoln de demostrar su lealtad y su deseo de redimirse han sido en vano, pues la percepción de los demás sobre él está teñida por el miedo y la sospecha.

Los villanos, por otro lado, han aprendido a temerle. Anti-Venom se ha convertido en una figura temida y respetada en el submundo criminal. Su habilidad para enfrentarse a los enemigos y su determinación de proteger su simbionte lo han elevado a un estatus de leyenda entre los criminales. La amenaza que representa para aquellos que alguna vez lo subestimaron ha creado un aura de terror a su alrededor.

En cuanto a su familia, la distancia entre ellos y Lincoln ha crecido más de lo que ellos habían imaginado. Han hecho varios intentos para ponerse en contacto con él, desesperados por reconectar y ofrecerle el apoyo que necesita. Cada mensaje enviado, cada llamada realizada, ha sido recibido en silencio. Lincoln ha elegido mantenerse apartado, evitando deliberadamente cualquier forma de comunicación. La decisión de distanciarse ha sido impulsada por una combinación de dolor, culpa y un deseo de proteger a sus seres queridos del tumulto que él mismo está atravesando.

La vida de Lincoln ahora se desarrolla en la penumbra. Se ha sumergido en un aislamiento autoimpuesto, tratando de encontrar su propio camino en medio de un mundo que ha cambiado drásticamente. La sensación de traición y el peso de sus decisiones lo han llevado a una existencia solitaria, lejos de las conexiones humanas que una vez valoró. En la cafetería de Chicago donde se refugia, el murmullo de las noticias y los fragmentos de conversaciones ajenas parecen ser la única compañía que le queda.

Las noticias hablan de la reparación de las ciudades afectadas, del regreso de los héroes y de cómo Tony Stark ha financiado los esfuerzos de reconstrucción. También se menciona la muerte de Martin Li y su verdadera identidad como Mr. Negative, un hecho que ha sido amplificado en los medios. La cobertura mediática recuerda a Lincoln lo que ha perdido y lo que ha dejado atrás. La vida continúa, pero para él, el costo de su papel en los eventos recientes sigue siendo un peso que lleva consigo, día tras día.

En su soledad, Lincoln se enfrenta a la dura realidad de que, aunque el mundo ha seguido adelante, él sigue atrapado en el limbo de sus propias decisiones. La distancia entre él y su familia, y la percepción que tienen de él los demás, han creado un vacío que parece imposible de llenar. Con el tiempo, ha aprendido a vivir con su dolor, pero el aislamiento se ha convertido en una sombra constante en su vida, una sombra que le recuerda que, a pesar de sus esfuerzos por redimirse, el precio de sus acciones sigue siendo alto.

La muerte de Martin Li, y la consecuente verdad sobre su identidad como Mr. Negative, dejó una estela de incertidumbre y desconfianza en el mundo de los héroes y villanos. May Parker, quien después de los eventos trágicos se convirtió en la directora de F.E.A.S.T., asumió el desafío de reconstruir la organización y continuar con la labor que su tía May había dejado. Aunque su objetivo era noble, el dolor de la pérdida y la presión de su nuevo rol la hacían sentir que no podía mantener el ritmo.

Lincoln, por su parte, había encontrado en F.E.A.S.T. un refugio temporal y un propósito. Sin embargo, la relación con la organización se tornó cada vez más complicada. El peso de su propio pasado y las tensiones relacionadas con el simbionte lo llevaron a tomar una decisión dolorosa: dejar atrás el lugar que alguna vez fue un pilar de su vida. Con el corazón pesado, escribió una carta a May Parker, agradeciéndole sinceramente por todo el apoyo y la comprensión que le había brindado durante sus momentos más oscuros. En la carta, expresó su gratitud por haberle dado una oportunidad para encontrar un propósito, pero también explicó que debía seguir adelante y buscar un nuevo camino.

La carta fue breve pero cargada de emoción. En ella, Lincoln no solo agradeció a May por la oportunidad de trabajar en F.E.A.S.T., sino que también expresó su admiración por el trabajo que ella estaba realizando en memoria de su tía. Su decisión de irse no fue fácil; en su corazón, Lincoln sabía que estaba dejando atrás un lugar que había sido fundamental en su proceso de redención. Sin embargo, sentía que no podía continuar en un entorno que, aunque bien intencionado, se había vuelto demasiado complicado para él.

Ahora, Lincoln se encuentra en un momento de reinvención. Vivir de la tecnología que recuperó del Duende Verde le ha proporcionado una forma de ganarse la vida, pero el precio de su independencia ha sido la soledad. La tecnología, valiosa y avanzada, le ha permitido obtener una fuente de ingresos, pero también ha aislado aún más su existencia. La venta de estos dispositivos le ofrece un sustento, pero el costo emocional de este estilo de vida es elevado.

En la vida cotidiana, Lincoln se mueve entre las sombras. Se ha convertido en un hombre que opera en los márgenes de la sociedad, utilizando su conocimiento para obtener recursos de una manera que, aunque legal en muchos aspectos, lo mantiene apartado de la vida normal. Sus interacciones con el mundo exterior son esporádicas y cuidadosamente controladas. Se asegura de mantener un perfil bajo, evitando la atención tanto de héroes como de villanos.

En una noche grisácea, un grupo de villanos, con rostros marcados por el miedo y el sudor, se precipitó en un bar subterráneo, buscando refugio. El bar, ubicado en una esquina olvidada de la ciudad, servía como un punto de encuentro para aquellos que operaban fuera del radar de la ley. Las luces de neón parpadeantes y la música distorsionada de fondo creaban una atmósfera de desconcierto, enmarcando una escena que contrastaba dramáticamente con la tensión que se vivía en el lugar.

Los villanos que acababan de llegar estaban visiblemente agitados. Se movían con rapidez, casi frenéticamente, mientras cargaban bolsas y paquetes que exhibían con un aire de orgullo. Dentro de estos paquetes había una variedad de objetos robados: dispositivos tecnológicos de última generación, artefactos de valor incalculable, y otros tesoros que habían adquirido a través de sus nefastas actividades. La jactancia de su éxito reciente parecía ser el único alivio en medio del pánico que se avecinaba.

Villano de complexión robusta (con un tono triunfante, mostrando su carga): Miren lo que hemos conseguido. (Lanza una de las bolsas sobre la mesa, revelando un sofisticado dispositivo de comunicación). ¿Qué les parece? ¡Una verdadera joya de la tecnología!

Villano con cicatriz prominente (interesado, sin dejar de observar el dispositivo): Esto es impresionante. (Se acerca para inspeccionar el contenido con un gesto de admiración). ¿De qué héroe escaparon esta vez?

Recién llegado, con expresión de pánico (con voz entrecortada): De Anti-Venom. (Deja caer la bolsa en la mesa con un ruido sordo, su respiración es agitada y temblorosa). Nos persiguió durante un buen tramo antes de que lográramos perderlo.

El efecto de esta revelación es inmediato y palpable. La conversación en el bar se detiene abruptamente. Las caras de los presentes se llenan de una mezcla de pánico y asombro. Anti-Venom, conocido no solo por su implacable justicia sino también por su capacidad para sembrar el terror en los corazones de los más temidos criminales, es un nombre que inspira un miedo reverencial. La reacción del grupo es una muestra de su vulnerabilidad y la profunda impresión que Anti-Venom ha dejado en ellos.

Villano temblando (con voz quebrada): ¡Anti-Venom! (Exclama mientras sus ojos se abren de par en par, mirando a su alrededor con nerviosismo). ¡¿En serio?!

Recién llegado, con tono sombrío y sombrío (asustado): Sí, no bromeo. (Agacha la cabeza, mirando el suelo mientras habla). Fue una persecución real, casi no lo logramos. Si no hubiésemos encontrado una ruta alternativa, estaríamos en sus garras ahora mismo.

El bar, que antes había vibrado con una combinación de orgullo y autoindulgencia, ahora estaba inundado de un pánico palpable. Los murmullos inquietos crecían en intensidad mientras los criminales intentaban desesperadamente procesar la información que acababan de recibir. El miedo se había apoderado del lugar, transformando el ambiente de celebración en un torbellino de desesperación.

Los recién llegados, aún cargando con sus botines robados, habían entrado en el bar con una actitud de victoria. Sin embargo, al enterarse de la presencia de Anti-Venom, sus rostros se llenaron de terror. La simple mención del nombre había sido suficiente para cambiar la atmósfera del lugar. La idea de enfrentarse a Anti-Venom, un enemigo conocido por su implacable furia y fuerza, era algo que ninguno de ellos había anticipado.

Villano de rostro pálido (nervioso, mirando a los recién llegados con desesperación): ¡Tienen que irse! (Grita mientras agita las manos, intentando controlar el caos). ¡Esto no es un lugar seguro!

Villano tembloroso (con voz entrecortada, tratando de ser racional): ¡Tenemos que salir de aquí antes de que sea demasiado tarde! (Pide a los demás, con los ojos mirando ansiosamente hacia la salida).

Pero al abrir las puertas del bar, la realidad se hizo evidente de inmediato. Allí, en el umbral, se encontraba Anti-Venom. Su presencia imponente y su mirada seria provocaron un estremecimiento colectivo. La bestia, envuelta en su simbiótico manto negro y blanco, miraba con una intensidad penetrante que dejaba claro que no había lugar para escapar.

Villano con voz quebrada (mirando a Anti-Venom con horror): ¡Está aquí! (Exclama mientras retrocede, intentando procesar la visión aterradora frente a ellos). ¡Es Anti-Venom!

Antes de que pudieran reaccionar o intentar algún tipo de huida, Anti-Venom avanzó con una calma inquietante. Su presencia era casi tangible, llenando el espacio con una sensación de amenaza inminente. Al entrar en el bar, se dirigió hacia las puertas y las cerró con un golpe firme. Luego, tomó la barra del bar y la colocó en su lugar, bloqueando las salidas con un movimiento decidido.

Dentro del bar, el ambiente se tornó aún más opresivo. Los villanos, que antes habían estado en movimiento frenético, ahora se encontraron atrapados en un espacio confinado con el temido Anti-Venom. La desesperación se transformó en pánico absoluto mientras intentaban encontrar una forma de escapar de la trampa en la que se encontraban.

Anti-Venom, con su naturaleza brutal y sin concesiones, no mostró piedad. Su ataque fue implacable. Se movía con una rapidez y una fuerza sobrehumanas, derribando a los criminales con una brutalidad que dejaba claro su propósito. Cada movimiento estaba cargado de una determinación despiadada, y su furia era evidente en cada golpe y cada embestida.

Villano herido, con voz débil y temblorosa (en un intento de súplica): ¡Por favor, no! (Grita mientras se arrastra, tratando de alejarse del ataque implacable). ¡No queremos pelear!

Pero Anti-Venom no respondía a súplicas. Su único objetivo era eliminar la amenaza que estos criminales representaban. Con cada villano que caía, la atmósfera se cargaba aún más de desesperación y miedo. La batalla se desató en un caos total, con los gritos de terror y el sonido de los cuerpos chocando contra el suelo resonando en el bar.

Los pocos villanos que lograron evitar el contacto directo con Anti-Venom intentaron encontrar alguna salida o alguna forma de combatir a la bestia. Sin embargo, cada intento fue rápidamente sofocado por la implacable furia de Anti-Venom. No había escape, no había salvación; solo la brutalidad pura de un enemigo decidido a cumplir su objetivo.

Finalmente, cuando el silencio se asentó sobre el bar, solo quedó un rastro de destrucción y cuerpos tendidos por el suelo. Los restos del enfrentamiento eran evidentes: muebles rotos, cristales esparcidos y el olor a descomposición que impregnaba el aire. Anti-Venom, aún en su forma bestial, permaneció en el centro del bar, respirando pesadamente. La furia que había desatado había dejado un espectáculo desolador, una advertencia brutal para aquellos que osaran desafiar su poder.

Con el tiempo, Anti-Venom comenzó a transformarse de nuevo en Lincoln. El proceso era casi automático, un reflejo de la simbiosis entre su cuerpo y el simbiótico que lo acompañaba. La figura imponente del héroe se desvaneció, dejando a un hombre de pie en medio de la devastación. Lincoln, con una expresión de agotamiento y frustración, se dirigió hacia la barra del bar.

Se acercó a la cantinera, que observaba con un miedo palpable, paralizada por la escena de violencia y caos. Lincoln, con movimientos automáticos, tomó una botella de whiskey de la estantería. No le prestó atención a la cantinera ni a la mirada temerosa que ella le lanzaba. Sin mediar palabra, abrió la botella y comenzó a beber directamente de ella, cada trago siendo un intento de ahogar el peso de sus acciones y el vacío emocional que lo consumía.

El whiskey, de color ámbar y fuerte en su aroma, se deslizaba por su garganta mientras Lincoln vaciaba la botella. La bebida no parecía afectar su cuerpo, una peculiaridad atribuible al simbiótico que, en su función de sanación y protección, también mitigaba los efectos de la borrachera. Aunque Lincoln tragaba el alcohol con avidez, el simbiótico mantenía su cuerpo en un estado de alerta, curando cualquier daño y evitando que el etanol causara el efecto deseado.

Lincoln, sin embargo, no encontraba consuelo en el alcohol. Su rostro, aunque tranquilo en apariencia, mostraba una tristeza profunda. El simbiótico podía sanar su cuerpo, pero no podía calmar el tumulto en su mente. La desesperación y el aislamiento seguían siendo sus compañeros constantes, y cada sorbo de whiskey parecía ser un recordatorio doloroso de su incapacidad para encontrar paz.

El bar, una vez lleno de vida y ruido, estaba ahora en silencio. Lincoln se apoyó en la barra, mirando los restos de lo que había sido una fiesta de criminales. El reflejo en el espejo detrás de la barra mostraba una imagen distorsionada: un hombre con una mirada cansada y vacía, atrapado entre el peso de sus decisiones y el dolor de su existencia.

La cantinera, aún temblorosa, se acercó lentamente hacia Lincoln, tratando de ofrecer algún tipo de ayuda. Sin embargo, sus intentos eran vanos; sabía que no había mucho que pudiera hacer para aliviar el sufrimiento que él llevaba consigo. En lugar de eso, permaneció en silencio, observando cómo el hombre que había transformado el bar en un campo de batalla ahora se hundía en su propia oscuridad.

El bar, que en algún momento había sido un refugio para aquellos que buscaban olvidar sus problemas, ahora estaba inmerso en una atmósfera de desolación. Los fragmentos de vidrio y los escombros contaban la historia de una batalla feroz y despiadada. En medio de este caos, Lincoln se encontraba solo, sumido en sus pensamientos mientras la última botella de whiskey se deslizaba entre sus dedos.

De repente, un sonido inesperado rompió el silencio: una risa burlona que resonó en el aire. Deadpool apareció detrás de Lincoln, moviéndose con la misma despreocupación que lo caracterizaba. Se dejó caer en una silla junto a él con un chirrido de madera, como si estuviera tomando asiento en la mesa de un café en lugar de en un bar devastado.

Deadpool: (con una sonrisa amplia) Bueno, bueno, si no es el famoso Anti-Venom en persona. No pensé que te vería aquí, especialmente después de... ya sabes, la fiesta de esta noche.

Lincoln no se molestó en mirarlo. Su atención seguía fija en el suelo, su expresión una mezcla de agotamiento y desesperación. Deadpool, consciente de que la situación era delicada, decidió hacer un intento para romper el hielo.

Deadpool: (de manera más seria) He venido por un asunto de negocios. Parece que han puesto un precio a tu cabeza. Nada personal, solo... el viejo cliché de "el dinero lo puede todo", ya sabes.

Lincoln giró lentamente su cabeza, sus ojos encontrándose con los de Deadpool. A pesar de su semblante cansado, la presencia de Deadpool le resultaba irritante. Sin embargo, la desesperación de Lincoln era tan profunda que no tenía fuerzas para lidiar con las bromas.

Lincoln: (con voz cansada) No estoy de humor para tus juegos hoy, Deadpool. Simplemente déjame en paz. No tengo ganas de lanzarte lejos.

Deadpool: (levantando las manos en señal de rendición) Está bien, está bien. Entiendo. No es el mejor momento para mis bromas y ocurrencias. Solo pensaba que, ya que estoy aquí, podría ofrecerte una mano con tus problemas.

Lincoln: (resignado) ¿Qué tipo de mano?

Deadpool: (en tono más sincero) Bueno, la verdad es que no tengo mucha experiencia en resolver problemas existenciales, pero sé cómo manejar situaciones complicadas. Aunque parezca que me río de todo, realmente estoy aquí para ayudar, si es que quieres ayuda.

Lincoln se quedó en silencio, considerando las palabras de Deadpool. El mercenario enmascarado, a pesar de su reputación como un tipo problemático, tenía un toque de sinceridad en su voz. No era común que Lincoln recibiera ofertas de ayuda, y aún menos de alguien como Deadpool.

Deadpool: (con tono de camaradería) Solo quiero que sepas que no tienes que enfrentar esto solo. La vida puede ser una basura, pero incluso la basura necesita compañía, ¿verdad?

Lincoln: (con una leve sonrisa) Gracias, Deadpool. No sé si lo que ofreces es exactamente lo que necesito, pero aprecio el gesto.

El mercenario, reconociendo la profundidad de la situación, se levantó y se acercó a la barra. Miró alrededor del bar devastado y luego regresó a la silla junto a Lincoln, tomando un sorbo de la misma botella de whiskey que Lincoln había vaciado antes.

Deadpool: (con un tono más relajado) A veces, estar en compañía de alguien que entiende el dolor es más útil que cualquier otra cosa. Solo recuerda que no estás solo en esto.

Lincoln asintió en silencio, agradecido por el apoyo inesperado. Aunque no estaba seguro de cómo se desenvolvería la situación, al menos por el momento, no tenía que enfrentar su soledad completamente solo. Mientras el reloj avanzaba y la noche se prolongaba, la compañía de Deadpool, aunque inusual, ofrecía un respiro en medio de la tormenta personal que Lincoln estaba atravesando.

Lincoln se levantó de la silla con un suspiro cansado, dejando que el peso de sus decisiones y la tristeza de su aislamiento se asentaran sobre sus hombros. A pesar de la conversación con Deadpool, no podía escapar de la realidad que enfrentaba. Mientras caminaba hacia la salida del bar, su mente estaba llena de pensamientos tumultuosos sobre el caos y la destrucción que había dejado atrás.

Antes de salir, Lincoln se detuvo un momento frente a la cantinera, quien aún estaba en estado de shock, observando las ruinas de su negocio. Con un gesto de resignación, Lincoln sacó un fajo de billetes y lo colocó cuidadosamente sobre la barra, justo al lado de la botella vacía de whiskey. La suma era considerable, más de lo que cualquier cliente normal podría dejar como propina, y estaba destinada a cubrir los daños y los perjuicios causados por la batalla.

Lincoln: (mirando a la cantinera con una expresión seria) Esto debería cubrir los daños. Lo siento por el caos que causé.

La cantinera miró el dinero, sus ojos abriéndose en sorpresa y confusión. Aún procesando lo que había sucedido, solo pudo asentar con la cabeza en señal de agradecimiento. Lincoln, sin embargo, no se detuvo allí.

Lincoln: (con un tono firme) Y un consejo: en tu próximo negocio, ten cuidado con la escoria que aceptas. No siempre vale la pena.

Sin esperar una respuesta, Lincoln se volvió y se dirigió hacia la salida. La cantinera, aún en shock, se quedó mirando cómo la figura de Anti-Venom se desvanecía en la noche. La suma de dinero en la barra era más de lo que había esperado, pero el consejo, aunque crudo, reflejaba la realidad dura del mundo en el que se encontraban.

Al salir, Lincoln dejó el bar atrás, pero la atmósfera cargada de desolación y desorden continuó acompañándolo. La noche estaba fría y oscura, y el peso de sus decisiones recientes se hizo sentir con cada paso que daba. Mientras el silencio de la ciudad lo envolvía, su mente seguía en un estado de turbulencia, reflexionando sobre las decisiones que había tomado y el camino incierto que tenía por delante.

Deadpool, aún en el bar, observó cómo Lincoln se alejaba, comprendiendo que, aunque había ofrecido su compañía, no podía llenar el vacío que el héroe atormentado llevaba consigo. Con un último vistazo hacia la barra y el desastre que había dejado atrás, Deadpool se levantó, dispuesto a seguir con su propia agenda, sabiendo que el camino de Lincoln era uno que debía recorrer solo.

Mientras Lincoln caminaba por las calles de Nueva York, la ciudad se sentía como un vasto laberinto de concreto y luces titilantes, un entorno que reflejaba su propio caos interior. La fría brisa nocturna acariciaba su rostro, mezclándose con los ecos del tumulto que había dejado atrás en el bar. Su mente estaba centrada en sus pensamientos, buscando una forma de alejarse del dolor que había causado y de la soledad que lo había envuelto.

De repente, Lincoln chocó con alguien en una esquina de la calle. La colisión fue inesperada, y ambos hombres se quedaron mirando, sorprendidos por el encuentro fortuito. El otro era Miles Morales, vestido con ropa de civil, con una expresión que reflejaba una mezcla de confusión y tristeza.

Lincoln: (mirando a Miles con una mirada cansada) Lo siento.

Miles, a pesar de la sorpresa, no podía evitar reconocer a Lincoln. Aunque estaba en su forma humana, los rasgos distintivos y la presencia imponente de Anti-Venom eran inconfundibles. Los recuerdos de la batalla y el impacto que Lincoln había tenido en su vida se arremolinaban en su mente. Miles había tenido esperanzas de que Lincoln se convirtiera en un héroe respetable, alguien en quien pudiera confiar y admirar. Sin embargo, el reciente encuentro con la brutalidad de Anti-Venom había desmoronado esas esperanzas.

Miles: (con una voz cargada de dolor) No tenías que hacerlo, ¿sabes?

Lincoln, al escuchar las palabras de Miles, sintió un pinchazo en el corazón. La decepción y la tristeza en la voz del joven héroe resonaban con fuerza. Aunque Lincoln no buscaba el perdón ni la comprensión, las palabras de Miles reflejaban un dolor que él mismo conocía muy bien. Sin embargo, Lincoln no estaba dispuesto a involucrarse en una conversación que solo podría complicar las cosas aún más.

Lincoln: (con una voz suave, pero firme) No estoy aquí para justificar lo que hice. Solo... quiero alejarme.

Sin decir más, Lincoln se dio la vuelta, dispuesto a continuar su camino. La última cosa que quería era causar más problemas o enfrentar más confrontaciones. Sin embargo, mientras se alejaba, la sombra de su propio pasado y las expectativas no cumplidas seguían pesando sobre él.

Miles observó cómo Lincoln se alejaba, una mezcla de tristeza y frustración en su rostro. A pesar de sus esfuerzos por no dejar que sus emociones lo dominaran, no pudo evitar sentir que la figura del héroe que había esperado se había desmoronado frente a sus ojos. La esperanza de ver a Lincoln como un protector y líder respetado parecía desvanecerse, reemplazada por la dura realidad de las decisiones que había tomado.

Miles: (en voz baja, mirando a Lincoln irse) Creí en ti...

Lincoln continuó su camino, sumido en sus pensamientos y el peso de sus propias decisiones. La ciudad, a pesar de su bullicio y luces, parecía desierta para él, como si estuviera caminando en una especie de vacío emocional. Mientras avanzaba por una calle secundaria, el sonido de una pelea lo sacó de su introspección. A lo lejos, vio a Gwen-Pool siendo acorralada por un grupo de mercenarios.

Gwen-Pool estaba en una situación complicada, con los mercenarios acercándose cada vez más, su rostro reflejaba una mezcla de desesperación y determinación. Aunque estaba acostumbrada a lidiar con problemas, no podía evitar sentirse superada por la situación actual. La lucha era intensa, y su habilidad para manejar el combate no parecía ser suficiente para superar a sus atacantes.

Sin embargo, Lincoln, inmerso en sus propios pensamientos, no se detuvo a intervenir de inmediato. Su mirada fija hacia adelante, como si la escena que se desarrollaba a su alrededor no tuviera importancia. Pero, cuando los gritos de Gwen-Pool y el sonido de la pelea se hicieron más intensos, un pequeño gesto de su parte cambió el curso de los acontecimientos.

Con un movimiento casi involuntario, Lincoln extendió su brazo hacia el lado, y el simbionte respondió de inmediato. Un enorme brazo de simbiote se materializó, creciendo en tamaño y fuerza con una velocidad sorprendente. Sin mucho esfuerzo y sin un cambio visible en su actitud, Lincoln dirigió el brazo gigante hacia los mercenarios.

El impacto fue devastador. El brazo de simbiote aplastó a los mercenarios con una fuerza brutal, enviándolos volando y dejándolos tendidos en el suelo. El sonido de los cuerpos golpeando el concreto y los gritos de sorpresa llenaron el aire mientras los atacantes eran neutralizados de manera eficaz.

Gwen-Pool, aún recuperándose del susto y la adrenalina de la pelea, miró en dirección a Lincoln. Sus ojos reflejaban una mezcla de gratitud y sorpresa. Aunque el acto de Lincoln fue casi desinteresado, el impacto que tuvo en su situación era evidente.

Gwen-Pool: (gritando desde la distancia) ¡Gracias! ¡No sé qué habría hecho sin tu ayuda!

Lincoln, sin volverse ni detener su paso, simplemente alzó la mano en un gesto de reconocimiento, sin mirar atrás. No había palabras de consuelo ni una muestra de afecto, solo un acto de intervención que parecía ser más un impulso que un acto de heroísmo consciente.

Gwen-Pool observó cómo Lincoln se alejaba, su figura desapareciendo entre las sombras de la noche. A pesar de la ayuda recibida, el héroe al que había visto actuar con tanta eficacia no parecía interesado en detenerse o en recibir reconocimiento. Gwen-Pool se quedó sola, reflexionando sobre la frialdad de la situación y la complejidad del hombre que acababa de ayudarla.

Mientras Lincoln continuaba su camino, el eco de las palabras de Gwen-Pool y los eventos de la noche resonaban en su mente. Aunque había actuado de manera eficiente, el sentimiento de desconexión y el peso de su propia soledad seguían siendo una presencia constante. En las profundidades de su ser, Lincoln sabía que estaba buscando algo, aunque no estaba seguro de qué era. La noche se extendía ante él, una vasta extensión de incertidumbre y búsqueda personal, mientras la ciudad continuaba su ritmo indiferente a su sufrimiento interno.

Mientras Lincoln avanzaba, perdido en sus pensamientos, de repente se encontró frente a frente con Gwen-Pool. Ella había aparecido de la nada, su expresión una mezcla de frustración y determinación.

Gwen-Pool: (molesta) ¡Hey! ¿Qué te pasa? ¡Te acabo de agradecer por lo que hiciste y tú ni siquiera te dignas a contestar!

Lincoln, sorprendido por su repentina aparición, se detuvo por un instante. En su mente, esperaba que ella estuviera más atrás, no directamente frente a él. Sin embargo, el gesto de desdén que había mostrado al no responder estaba lejos de ser suficiente para disuadir a Gwen-Pool.

Gwen-Pool: (acercándose) ¡Vamos, no puedes simplemente ignorarme así! ¿Qué tipo de héroe eres?

Lincoln, decidido a mantener su distancia y seguir con su camino, hizo un gesto de desdén, sin mirar hacia ella. Su determinación de mantenerse apartado y evitar cualquier interacción era evidente. Pero Gwen-Pool no parecía dispuesta a dejarlo ir tan fácilmente.

Gwen-Pool: (siguiendo) ¡No me dejes con la palabra en la boca! ¡Oye, estoy hablando contigo!

El ruido de sus pasos seguía a Lincoln como una constante, y su frustración creció. No quería enfrentarse a más problemas ni involucrarse en una conversación que no tenía intención de mantener. Sin embargo, cuando Gwen-Pool continuó siguiéndolo, Lincoln sintió que la situación se estaba tornando más complicada de lo que había imaginado.

Finalmente, en un intento por perderla y escapar de la confrontación, Lincoln decidió tomar una ruta más drástica. Se acercó a un edificio cercano y, con la agilidad que le otorgaba el simbionte, comenzó a escalar la pared. Sus movimientos eran rápidos y precisos, una danza de fuerza y control que le permitió ascender sin esfuerzo.

Lincoln descendió con cuidado de los edificios, su cuerpo se movía con precisión y agilidad. Tras asegurarse de haber perdido a Gwen-Pool, continuó su camino por las calles de Nueva York, sumido en sus pensamientos y en la soledad que había aprendido a aceptar. A medida que avanzaba, la ciudad se desmoronaba a su alrededor: sirenas de policía, luces de neón y el constante murmullo de la vida urbana.

En un rincón más tranquilo de la ciudad, Stark, en su traje de Iron Man, volaba sobre los rascacielos, realizando un patrullaje rutinario. Desde las alturas, observaba el movimiento en las calles con su visor de alta tecnología. Fue entonces cuando notó a Lincoln caminando por una calle menos transitada. Stark, sorprendido por la presencia de Lincoln en la ciudad y con una mezcla de curiosidad y precaución, comenzó a seguirlo desde el aire.

Stark: (pensando mientras observa) ¿Lincoln? ¿Qué está haciendo aquí?

Lincoln continuó su recorrido, ajeno a la presencia de Stark. Su mente estaba en un torbellino de emociones, tratando de procesar el reciente encuentro con Gwen-Pool y la constante presión que sentía al estar bajo la mirada de la sociedad y los héroes. No tenía intención de interactuar con nadie más; su único objetivo era seguir adelante, alejándose de la confrontación y las complicaciones que se le presentaban.

A medida que Stark mantenía una distancia prudente, su sistema de sensores detectaba cada movimiento de Lincoln. Aunque Stark no tenía una relación personal con Lincoln, sabía de su historia y de los recientes eventos que habían sacudido el mundo de los héroes y villanos. La actitud y el comportamiento de Lincoln habían sido motivo de preocupación, y Stark estaba interesado en ver cómo se desenvolvía.

Stark: (en comunicación con JARVIS) Mantén un seguimiento de su ruta. Necesito entender qué está haciendo aquí y si es una amenaza o si simplemente está tratando de mantener un perfil bajo.

JARVIS: (voz de IA) Entendido, señor. Monitorearé su trayectoria y le informaré de cualquier cambio significativo.

Lincoln, en su camino, pasó por zonas de la ciudad que había conocido bien en el pasado, pero que ahora le parecían diferentes, casi alienantes. El frío de la noche y el ajetreo de la ciudad contrastaban con el calor de sus recuerdos. Se detuvo momentáneamente frente a un viejo edificio que había sido importante para él en tiempos pasados, su mirada fija en los restos de lo que alguna vez fue un refugio de tranquilidad.

Stark, desde el aire, notó cómo Lincoln se detenía y parecía contemplar algo. La curiosidad de Stark creció, y decidió acercarse un poco más, manteniendo una altitud segura para no alertar a Lincoln. Aunque Stark tenía claro que Lincoln estaba lejos de ser un villano común, la situación requería vigilancia.

Stark: (pensando) Parece que está en un estado de reflexión. Tal vez lo que necesita es una oportunidad para hablar, pero ¿cómo hacerlo sin que sienta que está siendo acosado?

Finalmente, Lincoln reanudó su camino y Stark decidió mantenerse a una distancia segura, evitando cualquier contacto directo pero asegurándose de que Lincoln no se metiera en problemas. La noche continuó su curso, y la ciudad de Nueva York siguió siendo un escenario de luces, sombras y sorpresas inesperadas.

Lincoln entró en el parque, buscando un lugar tranquilo para procesar la confusión y la angustia que sentía. Los caminos del parque estaban iluminados por farolas que proyectaban una luz cálida y difusa, creando un contraste suave con la frialdad de la noche. El parque estaba relativamente vacío, con solo unos pocos transeúntes dispersos aquí y allá.

Mientras avanzaba por uno de los senderos pavimentados, se encontró con una visión inesperada: la Capitán Marvel, Carol Danvers, estaba sentada en un banco, vestida de civil. A pesar de que el parque estaba tranquilo, su presencia era inconfundible. Lincoln reconoció de inmediato a Carol, sabiendo que había sido una de las figuras que más había creído en él y que, como Miles, había tenido fe en que podría convertirse en un héroe digno.

Sus miradas se encontraron, y en ese breve instante, Lincoln sintió el peso de su desilusión reflejado en los ojos de la Capitán Marvel. Ella estaba allí, con una expresión que oscilaba entre la sorpresa y la decepción. La conexión entre ellos era palpable, un silencio cargado de emociones no dichas.

Lincoln, sin embargo, no estaba listo para enfrentar esa confrontación. Sabía que su presencia aquí no sería bien recibida, y las heridas que había causado en su búsqueda de redención eran aún frescas. La decepción en los ojos de Carol era un recordatorio doloroso de las expectativas que no había cumplido. Se giró lentamente para alejarse, decidido a evitar cualquier interacción que pudiera convertirse en una confrontación incómoda.

Carol, al notar la decisión de Lincoln de seguir adelante, se levantó del banco con una expresión de determinación en el rostro. Sabía que tenía que decir algo, pero el momento y el contexto eran complicados. Sin embargo, Lincoln ya había tomado la decisión de seguir su camino, y sin desviar su rumbo, se adentró en las sombras de los árboles.

Carol se quedó allí, mirando cómo Lincoln se alejaba, luchando con la mezcla de emociones que sentía. Su fe en él había sido desafiada, y aunque había deseado que él se convirtiera en el héroe que todos esperaban, la realidad había demostrado ser muy diferente.

Finalmente, Carol decidió no perseguirlo. Era evidente que Lincoln necesitaba espacio, y cualquier intento de detenerlo ahora solo podría empeorar las cosas. En cambio, optó por sentarse de nuevo en el banco, permitiéndose un momento de reflexión sobre lo que había sucedido y sobre el camino que Lincoln había tomado.

Lincoln, por su parte, continuó su camino por el parque, sumido en sus propios pensamientos. Las sombras de los árboles y el silencio de la noche parecían ser los únicos compañeros que le quedaban en ese momento. La ciudad continuaba su vida a su alrededor, ajena a la tormenta emocional que Lincoln estaba atravesando. Aunque había buscado la soledad como refugio, era evidente que el pasado seguía persiguiéndolo, y las repercusiones de sus decisiones aún estaban muy presentes en su vida.

Con el corazón pesado y la mente abrumada, Lincoln abandonó el parque y se adentró en las calles de la ciudad, buscando en la oscuridad un sentido de paz que parecía eludirlo en cada paso que daba.

Lincoln seguía caminando sin rumbo fijo por el parque, buscando un momento de paz en medio de su tormenta interna. Los sonidos de la ciudad eran lejanos, y el parque ofrecía un silencio que parecía casi terapéutico, a pesar de las sombras que proyectaban los árboles.

De repente, escuchó un suave maullido y el sonido de una conversación animada que rompió el silencio nocturno. Al acercarse, vio a Kamala Khan, también conocida como Ms. Marvel, de pie junto a un árbol. Ella estaba tratando de ayudar a una mujer mayor que estaba angustiada porque su gato se había subido a una de las ramas altas del árbol. Kamala, con su habilidad para estirarse, estaba intentando alcanzar al felino para devolverlo a salvo a su dueña.

Kamala se movía con una mezcla de determinación y ternura, y su entusiasmo por ayudar era evidente en su rostro. El gato, que parecía más asustado que malicioso, maullaba desde la rama, y la mujer anciana observaba con esperanza. A pesar de la situación, Kamala mantenía una actitud positiva, utilizando sus poderes para estabilizarse mientras extendía un brazo elástico para alcanzar al gato.

Cuando Kamala finalmente logró sacar al gato del árbol y entregárselo a la mujer, el alivio en el rostro de la anciana era palpable. Kamala recibió un cálido agradecimiento y una sonrisa de la mujer, y mientras se despedía de ella, sus ojos se encontraron con los de Lincoln.

Kamala se quedó momentáneamente sorprendida al ver a Lincoln allí, en el parque. Aunque sabía lo que había hecho, no podía evitar la calidez que sentía al verlo. A diferencia de otros, que probablemente lo habrían evitado o confrontado con hostilidad, Kamala se acercó con un genuino deseo de ofrecer apoyo.

Kamala: (sonriendo y acercándose con un gesto amistoso) Lincoln. No esperaba encontrarte aquí, pero me alegra verte.

Lincoln: (mirando a Kamala con una mezcla de sorpresa y duda) Kamala. No sé qué decir...

Kamala: (con una sonrisa comprensiva) No tienes que decir nada. Estaba solo ayudando a esta mujer y su gato. El parque es un buen lugar para estar solo a veces, ¿verdad?

Lincoln: (asintiendo lentamente) Sí, lo es.

Kamala: (mirándolo con empatía) Sabes, la gente te recuerda por lo que haces, no solo por lo que has hecho. La gente ha pasado por alto muchas cosas buenas por algunos errores. Aunque lo que hiciste fue... difícil de aceptar, creo que hay más en ti que eso.

Lincoln: (con una expresión de pesar) No sé si lo merezco. He causado mucho daño.

Kamala: (con seriedad y ternura) Todos cometemos errores, Lincoln. Lo importante es cómo enfrentamos esos errores y lo que hacemos después. Si necesitas hablar o si quieres hacer algo diferente, estoy aquí para escuchar.

Lincoln: (con un suspiro) Aprecio tu oferta, Kamala. Realmente lo hago. No estoy seguro de qué hacer ahora, pero es bueno saber que al menos alguien se preocupa.

Kamala: (asintiendo) Eso es lo que hacemos, ¿verdad? Nos apoyamos mutuamente, incluso cuando las cosas son complicadas. Si alguna vez necesitas ayuda, sabes dónde encontrarme.

Con esas palabras, Kamala le ofreció una sonrisa cálida y alentadora, y Lincoln sintió una leve sensación de alivio. La comprensión y el apoyo desinteresado de Kamala eran un recordatorio de que, a pesar de sus errores, todavía había personas dispuestas a ofrecer compasión y esperanza.

Mientras Kamala se alejaba, Lincoln permaneció en el parque por un momento más, meditando sobre la conversación. La noche se sentía un poco menos pesada después de ese encuentro, y por primera vez en mucho tiempo, Lincoln permitió que un pequeño rayo de esperanza entrara en su corazón. Aunque la redención parecía lejana, la simple amabilidad de Kamala le ofreció una chispa de esperanza en medio de la oscuridad.

Lincoln tomó una decisión inesperada mientras Kamala se alejaba del parque. Sentía una necesidad de conexión, de normalidad, y la amabilidad genuina de Kamala le había dado un pequeño impulso. Se acercó a ella, que estaba a punto de desaparecer en la distancia.

Lincoln: (con una voz suave y algo insegura) Kamala, espera.

Kamala: (se detiene y se vuelve, sorprendida) ¿Sí, Lincoln?

Lincoln: (con un pequeño gesto de duda) ¿Te gustaría... compartir una comida? No estoy seguro de dónde podríamos ir, pero... creo que podríamos encontrar un lugar en el que ambos podamos relajarnos.

Kamala: (sonriendo, con sorpresa y alegría) Claro, me encantaría. ¡Déjame adivinar! ¿Pizzas?

Lincoln: (con una leve sonrisa) Sí, algo sencillo. No hace falta nada complicado.

Pocos momentos después, ambos se encontraban en una pizzería local que Lincoln conocía bien. Había sido un lugar tranquilo y confiable en el que solía pasar el tiempo cuando necesitaba escapar de las tensiones del mundo. Después de ordenar sus pizzas favoritas, se dirigieron a un techo cercano, un lugar que Lincoln había convertido en su refugio privado.

Mientras se acomodaban en el techo, rodeados de cajas de pizza y el resplandor de las luces de la ciudad, Kamala observaba a Lincoln con curiosidad.

Kamala: (con un tono amistoso) Nunca he estado en un lugar como este. ¿Siempre eliges estos lugares secretos para tus comidas?

Lincoln: (con una sonrisa nostálgica) Solía venir aquí cuando necesitaba escapar de todo. Es uno de esos lugares que te permiten desconectar, aunque sea por un rato.

Kamala: (mordiéndose la pizza y mirando el horizonte) Entiendo lo que quieres decir. A veces, un cambio de escenario es todo lo que necesitamos para ver las cosas desde una perspectiva diferente.

Lincoln: (mirando el horizonte, con una mirada pensativa) A veces siento que estoy atrapado en un ciclo. Cada acción que tomo parece sólo empeorar las cosas.

Kamala: (con empatía) Todos nos sentimos así a veces. Pero la vida no es sólo sobre los errores que cometemos, sino sobre cómo los enfrentamos y lo que hacemos después. La gente cambia, y tú también puedes hacerlo.

Lincoln: (asintiendo lentamente) Intento creer en eso. Aunque me cuesta. Después de todo lo que ha pasado, no estoy seguro de que haya un camino claro para redimirme.

Kamala: (con una sonrisa alentadora) No tienes que tener todas las respuestas ahora mismo. A veces, el primer paso es simplemente intentar hacer lo correcto. El tiempo y las acciones hablarán por ti.

Ambos se quedaron en silencio durante unos momentos, disfrutando de la pizza y de la vista panorámica de la ciudad. El ruido lejano de la ciudad se mezclaba con el sonido ocasional de risas y conversaciones, creando una sensación de normalidad que Lincoln no había experimentado en mucho tiempo.

Mientras terminaban la última porción de pizza, Lincoln se quedó en silencio, su mirada fija en el horizonte. El ambiente era tranquilo, casi pacífico, pero su mente estaba llena de pensamientos y emociones conflictivas.

Lincoln: (con voz baja, casi susurrando) Kamala... esta noche me encontré con algunos de los héroes. Miles, Carol... incluso vi a Stark desde la distancia. Todos parecían... molestos conmigo. No lo dijeron directamente, pero lo sentí en sus miradas. Es como si me hubiera convertido en alguien que ellos desprecian.

Kamala: (suspirando y asintiendo) No es que te desprecien, Lincoln. Es más complicado que eso. Cuando llegaste a Nueva York hace tres años, todos te vieron como alguien con un potencial increíble. Había tanta fe en ti, tanto por lo que creían que podías lograr. Pero lo que pasó con Martin Li... eso les afectó profundamente, especialmente al Capitán América.

Lincoln: (sintiendo un nudo en la garganta, susurrando con tristeza) El Capitán América...

Kamala: (con empatía) Sí, Lincoln. El Cap... Steve, te admiraba. Todos lo hacían. Creían que podrías ser un héroe de verdad, alguien que seguiría sus pasos y haría lo correcto, incluso en las situaciones más difíciles. Pero cuando Martin Li... cuando lo mataste, cambió la manera en que muchos te ven. Fue un golpe duro para todos, especialmente para aquellos que te veían como alguien a quien podrían pasarle la antorcha, alguien que podría representar lo mejor de lo que significa ser un héroe.

Lincoln: (cayendo al suelo, visiblemente afectado) Steve Rogers... siempre fue alguien a quien admiré. Era... es un símbolo de todo lo que es correcto, de todo lo que yo deseaba ser. Saber que le decepcioné... (su voz se quiebra) eso me rompe, Kamala.

Kamala: (sentándose junto a él, poniendo una mano en su hombro) Sé que es difícil, Lincoln. Pero esto no tiene que ser el final. Lo que hiciste no se puede cambiar, pero lo que puedes hacer a partir de ahora depende de ti. No puedes revivir a Martin Li, pero puedes intentar redimirte, puedes intentar ser mejor. Incluso Steve, con todo lo que representa, ha cometido errores. Lo importante es cómo aprendes de ellos y sigues adelante.

Lincoln: (mirando al suelo, sintiéndose perdido) No sé si puedo, Kamala. No sé si puedo reparar lo que rompí.

Kamala: (con suavidad) Lincoln, los héroes no son perfectos. Todos tienen momentos oscuros, decisiones que desearían no haber tomado. Lo que define a un héroe no es la ausencia de errores, sino la voluntad de enfrentarse a ellos y tratar de hacer lo correcto. No todo está perdido.

Lincoln: (luchando contra las lágrimas) Si tan solo pudiera hablar con él... si pudiera disculparme con Steve...

Kamala: (con una sonrisa alentadora) Quizás un día puedas hacerlo, Lincoln. Quizás puedas encontrar una manera de reconciliarte, no solo con él, sino contigo mismo. Por ahora, lo más importante es que sigas luchando por ser la mejor versión de ti, por ser el hombre que siempre quisiste ser, sin importar cuán difícil sea el camino.

Lincoln se quedó en silencio, procesando las palabras de Kamala. La verdad en sus palabras le golpeaba con fuerza, pero también le ofrecía una chispa de esperanza, un destello de posibilidad en medio de la oscuridad. Aunque el dolor seguía presente, aunque la culpa lo consumía, el simple hecho de que alguien creyera en él, de que Kamala todavía viera algo redimible en su interior, era un faro que lo guiaba en la tormenta

Lincoln miró a Kamala, su mirada cargada de curiosidad y vulnerabilidad.

Lincoln: (con voz suave) Kamala... ¿por qué sigues teniendo fe en mí, después de todo lo que he hecho?

Kamala lo observó por un momento, su expresión suave pero llena de convicción.

Kamala: (con una pequeña sonrisa) Porque, Lincoln, he visto en ti algo que muchos otros tal vez no vean. He visto tu lucha interna, tu deseo de hacer lo correcto, incluso cuando todo parece estar en tu contra. Todos cometemos errores, y sé que el tuyo fue grande, pero también sé que dentro de ti hay un corazón que aún busca redimirse. Y eso, esa lucha, es lo que me hace tener fe en ti.

Sus palabras resonaron en el aire, llenando el espacio entre ellos con una calidez inesperada. Lincoln asimiló lo que Kamala decía, sintiendo cómo esa chispa de esperanza que ella había encendido en su corazón comenzaba a arder un poco más brillante.

Por un instante, el mundo pareció detenerse mientras Lincoln se acercaba lentamente a Kamala, sus ojos conectados en un silencio lleno de entendimiento. A medida que la distancia entre ellos se acortaba, había una conexión palpable, una tensión que hablaba de sentimientos no expresados, de una cercanía que ambos sabían que existía, pero que ninguno había querido enfrentar hasta ahora.

Pero justo cuando parecía que algo más podría suceder, un sonido lejano rompió la calma. El eco de una sirena de patrulla resonó en las calles debajo de ellos, sacando a Lincoln de sus pensamientos. Al mirar hacia abajo, ambos vieron una patrulla persiguiendo un auto a toda velocidad, luces y sombras mezclándose en la noche.

Lincoln se enderezó, la acción llamándolo a la realidad de su vida, de su lucha. Miró una última vez a Kamala, su expresión suave pero decidida. Sin decir una palabra, se inclinó y le plantó un beso en la mejilla, un gesto lleno de gratitud y algo más, algo que aún no estaba listo para explorar.

Lincoln: (susurrando) Gracias, Kamala.

Y con eso, sin esperar una respuesta, saltó del edificio, su figura recortada contra el cielo nocturno mientras se lanzaba hacia la acción, dejando a Kamala en el techo, con una mano tocando la mejilla donde Lincoln la había besado, su corazón latiendo un poco más rápido de lo normal.

Mientras lo observaba alejarse, Kamala sintió una mezcla de emociones, pero sobre todo, la esperanza de que Lincoln encontraría su camino, y tal vez, algún día, las cosas entre ellos podrían ser diferentes. Pero por ahora, sabía que él tenía una misión, un destino que cumplir, y ella estaría allí para apoyarlo, pase lo que pase.

A las pocas horas, Lincoln finalmente llegó a su apartamento. La fatiga de la noche anterior pesaba sobre sus hombros, pero el alivio de estar en un lugar que podía llamar suyo, aunque solo fuera temporalmente, era innegable. Su apartamento, aunque pequeño, estaba lleno de objetos que contaban historias de sus encuentros y batallas a lo largo de los años.

Al entrar, sus ojos recorrieron el espacio que ahora consideraba su refugio. En una esquina, descansaba una katana envuelta en una energía oscura y ominosa, el último rastro de Martin Li, el hombre que había sido tanto su enemigo como una víctima de su propia oscuridad. La katana era un recordatorio constante del peso de sus acciones, un trofeo que Lincoln no podía simplemente dejar atrás, por más que quisiera olvidar.

Cerca de la katana, colgada en la pared, estaba la máscara de un Duende Bot, un enemigo derrotado en una batalla que había tenido lugar en las sombras de Nueva York. La máscara, con su siniestra sonrisa, parecía observar cada movimiento de Lincoln, como si intentara recordar las decisiones que lo llevaron a donde estaba ahora.

En otro rincón del apartamento, una consola de videojuegos descansaba en una pequeña mesa, rodeada de cables y controles. Aunque era un objeto cotidiano, para Lincoln representaba un escape, un fragmento de la vida normal que había perdido cuando aceptó el simbionte en su vida. La consola era un lazo con su pasado, una manera de recordar que, a pesar de todo, seguía siendo humano.

La cama, sencilla pero cómoda, estaba deshecha, con las sábanas arrugadas y una almohada en el suelo. El cansancio lo invitaba a sumergirse en ella y dejar que el sueño lo reclamara, pero sus pensamientos no se lo permitirían tan fácilmente.

La cocina, pequeña y funcional, estaba llena de ingredientes y utensilios. A pesar de su vida agitada, Lincoln siempre había encontrado un extraño consuelo en cocinar. Preparar una comida era una de las pocas cosas que podía controlar completamente, una tarea que le permitía centrarse y encontrar paz en medio del caos que lo rodeaba.

Y entonces, sobre una repisa, descansaba un trofeo que se destacaba entre todos: la máscara de Juggernaut, un botín obtenido no sin riesgo ni desafío. Había sido tomada durante una incursión en la mansión de Charles Xavier, un lugar que muchos considerarían sagrado. Pero para Lincoln, la máscara representaba más que una simple victoria; era una declaración de su capacidad para enfrentar cualquier cosa, incluso si eso significaba desafiar a los héroes y sus dominios.

El apartamento estaba lleno de recuerdos, de trofeos de un viaje marcado por el conflicto, la lucha, y el deseo de encontrar redención. Cada objeto contaba una parte de su historia, una historia de errores, de batallas ganadas y perdidas, pero también de un hombre que, a pesar de todo, seguía adelante, buscando su lugar en un mundo que no estaba seguro de cómo aceptarlo.

Lincoln se dejó caer en la silla frente a la consola, encendiendo el televisor sin prestar realmente atención a lo que aparecía en la pantalla. Su mente seguía repasando los encuentros de esa noche: la decepción en los ojos de Miles, la fe inquebrantable de Kamala, y la breve conexión que sintió con ella antes de que el deber lo llamara de nuevo.

Mientras las luces parpadeaban en la pantalla y el sonido del videojuego llenaba el silencio del apartamento, Lincoln cerró los ojos por un momento, permitiéndose un breve respiro antes de que el peso de sus decisiones lo alcanzara de nuevo. Estaba solo, rodeado de recuerdos de su pasado, pero también, quizás, con una pequeña chispa de esperanza para el futuro.

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