contraataque
Lincoln emergió lentamente del capullo que su simbionte había formado a su alrededor, sintiendo cómo su cuerpo, ahora renovado y fortalecido, se adaptaba al entorno una vez más. Todo estaba en silencio, un contraste absoluto con la tormenta interna que había experimentado. Sus sentidos estaban alerta, pero para su sorpresa, el laboratorio estaba vacío, excepto por Reed Richards, absorto en sus experimentos. El científico no parecía notar la presencia de Lincoln, lo cual le dio la oportunidad perfecta para salir sin levantar sospechas.
Lincoln sabía que no podía permitirse más sorpresas. Su cuerpo y mente aún estaban procesando el aluvión de información y recuerdos que había recibido a través de su simbionte. Sin hacer ruido, se escabulló del laboratorio, usando su conocimiento del lugar para evitar las cámaras de seguridad y cualquier posible encuentro con los otros miembros de los Cuatro Fantásticos o los Vengadores.
Una vez fuera de la Torre Baxter, respiró profundamente, sintiendo el aire fresco en sus pulmones. Era un pequeño alivio tras el caos reciente. Su primer instinto fue alejarse lo más rápido posible, encontrar un lugar seguro donde pudiera evaluar la situación sin más interrupciones.
Al revisar su teléfono, Lincoln se dio cuenta de que había estado en el capullo durante casi 12 horas. Su pantalla mostraba una cascada de notificaciones: mensajes de Kamala, Lynn y Gwen, todos ellos preocupados por su bienestar. Lincoln suspiró, sabiendo que no podía ignorarlos. Les respondió a todos con el mismo mensaje, relatando brevemente lo que había ocurrido con Doom. Sin embargo, mantuvo un tono neutral, sin entrar en detalles que pudieran preocuparlas más de lo necesario.
A medida que enviaba las respuestas, una sensación de vacío comenzó a asentarse en su interior. Había salido de un conflicto solo para entrar en otro, y la lucha parecía no tener fin. Sabía que eventualmente tendría que enfrentar las consecuencias de sus acciones, pero por ahora, todo lo que quería era un momento de paz, lejos de las batallas y las decisiones imposibles.
Anti-Venom se desliza por la oscuridad de la noche, navegando entre los rascacielos con la agilidad y destreza que solo un simbionte puede ofrecer. Su forma negra y alargada destaca en el panorama urbano, un contraste inquietante con las luces parpadeantes de la ciudad. De repente, un destello de luz se convierte en una explosión que lo lanza violentamente hacia un callejón cercano. El impacto lo hace estrellarse contra un contenedor de basura, generando un estruendoso estrépito que reverbera en las paredes del callejón.
Entre las sombras del callejón, una figura imponente se acerca. El silencio de la noche se ve interrumpido por el ruido metálico de las armas que se despliegan. Anti-Venom se reincorpora con dificultad, sus movimientos son ahora más lentos debido al dolor y el impacto. Mira hacia adelante, esperando ver a Venom, pero lo que encuentra desafía sus expectativas.
Anti-Venom: (Mirando con incredulidad) ¿Eddie? ¿Qué has hecho? ¿Qué ha pasado con tu apariencia?
La figura en el traje blindado avanza sin decir palabra, sacando un arsenal de armas de fuego que comienza a disparar con una precisión letal. Anti-Venom se mueve con rapidez, sus reflejos se ponen a prueba mientras esquiva los proyectiles. La confusión se apodera de él al darse cuenta de que estos ataques no son el estilo típico de Eddie o Venom.
Anti-Venom: (Mientras esquiva los disparos) ¡Esto no es lo que haces normalmente! ¿Qué está pasando aquí? ¡Contéstame!
El combate en el callejón es feroz y desolador. Las balas y los proyectiles zumban a su alrededor mientras Anti-Venom busca un terreno más seguro. Decide subir a una azotea cercana, utilizando sus habilidades de trepar y saltar para ganar una ventaja táctica.
En la azotea, el aire fresco y la vista panorámica de la ciudad ofrecen un breve respiro. Anti-Venom se enfrenta a la figura en el traje blindado con una mezcla de determinación y preocupación.
Anti-Venom: (Gritando sobre el caos del combate) ¡¿Qué demonios te está pasando, Eddie?! ¡No puedo entender nada de lo que está ocurriendo!
La figura en el traje blindado expone su máscara, revelando el rostro del sargento Flash Thompson. Lincoln, aún sorprendido por la revelación, recuerda las noticias y artículos en los periódicos sobre Thompson, el sargento con una destacada reputación.
Flash Thompson: (Revelando su identidad mientras mantiene una postura desafiante) No soy Eddie. Soy Flash Thompson. Y no estoy aquí para tener una charla amigable contigo.
Anti-Venom: (En estado de shock y furia) ¿Flash Thompson? ¿El famoso sargento? ¿Qué demonios estás haciendo con el simbionte? ¿Qué está pasando aquí?
Flash Thompson: (Con una sonrisa calculadora y sin emoción) Las cosas no siempre son lo que parecen, Lincoln. Y tú, desafortunadamente, estás en medio de nuestros planes. No te conviene estar aquí.
La batalla en la azotea se intensifica. Los movimientos de Anti-Venom son rápidos y certeros, pero el traje blindado de Flash le permite absorber y devolver los golpes con una fuerza impactante. Flash utiliza una combinación de agilidad y tecnología avanzada, mientras que Anti-Venom, con su fuerza y habilidades de regeneración, se esfuerza por mantenerse en pie.
Anti-Venom: (Desafiando mientras lanza un ataque devastador) No voy a permitir que te lleves nada, ni el simbionte ni el poder que contiene. ¡Si intentas lo que planeas, tendrás que pasar sobre mi cadáver!
Flash Thompson: (Mientras bloquea un ataque) No estás en posición de dictar condiciones, Lincoln. Estás en nuestro terreno, y aquí las reglas las marcamos nosotros.
El combate es implacable y brutal. Anti-Venom se mueve con una velocidad casi sobrenatural, sus ataques llenos de fuerza y precisión. Sin embargo, la combinación del simbionte en el traje blindado y la habilidad de Flash Thompson hacen que cada golpe cuente y cada movimiento sea un desafío. La batalla refleja la tensión entre dos fuerzas poderosas, cada una luchando con la furia de una tormenta.
A medida que el enfrentamiento continúa, Anti-Venom siente cómo sus reservas de energía se agotan. Sus movimientos se vuelven más lentos, y cada golpe recibido de Flash Thompson lo debilita aún más. Sin embargo, su determinación no flaquea, y sigue luchando con la esperanza de proteger el simbionte y evitar que caiga en las manos equivocadas.
La pelea llega a un punto crítico. Los golpes y ataques se vuelven más intensos y desesperados. Anti-Venom, a pesar de su agotamiento, sigue luchando con valentía, mientras que Flash Thompson, con su habilidad y armadura avanzada, demuestra ser un adversario formidable.
La batalla se convierte en un torbellino de fuerza y determinación, con ambos luchadores dando lo mejor de sí en un enfrentamiento que definirá su futuro y el destino del simbionte.
En el apogeo de la batalla en la azotea, Lincoln se enfrenta a Flash Thompson, su cuerpo aún resonando con la furia del simbionte. Los intercambios de golpes y ataques se producen con una intensidad brutal, cada uno buscando una ventaja que podría definir el resultado de este enfrentamiento. El sonido de los impactos y los gritos de lucha llenan el aire, mientras ambos combatientes se esfuerzan por mantenerse en pie.
Anti-Venom: (Mientras esquiva un golpe y contraataca) ¡¿Qué demonios quieres, Flash?! ¡No estoy aquí para juegos!
Flash Thompson: (Desviando un ataque y contraatacando) No estamos jugando, Lincoln. El gobierno te ha tenido en la mira desde que mataste a Harry Osborn.
Lincoln frunce el ceño al escuchar el nombre de Harry, su enojo y frustración creciendo a medida que las palabras de Flash se aclaran.
Anti-Venom: (Gritando sobre el caos) ¡¿Qué tiene que ver eso conmigo?! ¡Dime de una vez qué quieres!
Flash Thompson: (Con voz fría y calculadora) Desde que Harry murió, OsCorp, la principal empresa armamentista, perdió el contrato con el gobierno. Eran nuestros proveedores de armas de alta calidad, y al perderlos, el gobierno se quedó con las manos atadas. Desde entonces, hemos estado monitoreándote de cerca.
Lincoln, aunque agotado, se esfuerza por mantenerse firme, su furia intensificada por las revelaciones.
Anti-Venom: (Furioso y con el simbionte palpando su furia) ¡Esto es absurdo! ¡¿Qué tiene que ver con que me estés atacando?!
Flash Thompson: (Con un tono de desdén) El General Ross te ha tenido en la mira desde entonces. Te ves como una amenaza constante. Así que, cuando nos enteramos de que Eddie había perdido la fuerza del simbionte, decidimos actuar.
Lincoln se detiene por un momento, su mente tratando de procesar lo que Flash ha revelado. Su enojo se vuelve más agudo al darse cuenta de que el General Ross, conocido por su despiadada actitud, está detrás de esta persecución.
Anti-Venom: (Resoplando con ira) ¡Ross! ¡El mismo que está empeñado en joder a Banner! Parece que ha decidido que ahora soy su objetivo. ¿Acaso no se cansa de hacerle la vida imposible a los demás?
Flash Thompson: (Con una expresión de desdén) Ross te considera una amenaza potencial. Ahora que Eddie ha perdido el simbionte, yo tengo todo el conocimiento sobre ti gracias a lo que pasó con Eddie y Venom. Y eso es suficiente para que me ocupe de ti.
Anti-Venom: (Con determinación creciente) No voy a dejar que te salgas con la tuya, Flash. No importa qué tan grande sea tu misión o el motivo detrás de ella. No permitiré que el simbionte caiga en manos equivocadas.
Flash Thompson: (Con una sonrisa fría) No estás en posición de decidir, Lincoln. Estás aquí para enfrentar las consecuencias de tus acciones. Y ahora, te enfrentarás a la fuerza que no puedes detener.
La batalla se vuelve aún más intensa, con ambos luchadores demostrando su habilidad y determinación. Los movimientos de Flash, reforzados por el traje blindado, son letales, mientras que Lincoln, impulsado por el simbionte y su propia furia, se mueve con una velocidad y fuerza implacables.
El enfrentamiento es una danza de caos y poder, con cada golpe y maniobra reflejando la tensión y el conflicto que ha llevado a ambos combatientes a este punto crítico. La revelación de las motivaciones detrás de la misión de Flash solo intensifica la furia de Lincoln, mientras lucha por proteger lo que le queda y desafiar el destino que otros han tratado de imponerle.
La batalla en la azotea se desarrolla con una intensidad frenética. Anti-Venom y Flash Thompson están atrapados en un duelo a muerte, con el simbionte Venom acechando en las sombras, contribuyendo al caos con su presencia ominosa. Cada golpe, cada maniobra, está cargada de una energía implacable, mientras los dos combatientes buscan obtener ventaja en el enfrentamiento.
Anti-Venom: (Con una voz llena de furia) ¡¿Qué pasa, Flash?! ¿Si pierdes, vas a exponer mi verdadera identidad? ¡Cuéntame!
Flash Thompson: (Mientras lanza una serie de golpes, con una expresión de determinación) No, Lincoln. Exponer tu identidad sería un golpe muy bajo. Incluso yo tengo mi moral. No he dicho a nadie quién eres en realidad.
El alivio de Lincoln es efímero, ya que rápidamente se enfoca en otra pregunta. Los ataques de Flash son intensos, pero Lincoln sigue resistiendo, usando su capacidad de regeneración para mantenerse en la pelea.
Anti-Venom: (Mientras se defiende, en un tono interrogativo) ¿Por qué aceptaste unirte a otro que no es Eddie? ¡Responde!
Venom permanece en silencio, no responde ni una palabra. Su actitud misteriosa solo intensifica la frustración de Lincoln. Flash aprovecha la oportunidad para lanzar un ataque particularmente violento, golpeando a Lincoln una y otra vez, mientras él lucha para mantenerse en pie.
Flash Thompson: (Con una mezcla de preocupación y frustración) ¿Qué hacer, qué hacer? ¿Cuál es el próximo movimiento?
En medio del caos, Flash comienza a cuestionar sus órdenes y su estrategia. El peso de la situación lo está afectando, y su mente está llena de dudas. Lincoln, con una mezcla de determinación y amenaza, se acerca a Flash y le lanza una advertencia crucial.
Anti-Venom: (Con una voz amenazante) Si llamas a la base con solo tocarme, adiós a Venom. No lo intentes.
Flash mira a Lincoln con incertidumbre, evaluando sus palabras. La tensión es palpable, y la amenaza implícita en las palabras de Lincoln crea una pausa en la batalla. Venom, con una actitud cada vez más impaciente, decide intervenir.
Venom: (Con tono exageradamente dramático, y adoptando una postura de villano de película) ¡No juegues con mi vida, Flash! Si quieres que te partan la madre, mejor que nos separemos ahora mismo. No tengo todo el día, ¡y tampoco tengo ganas de que me pongan en la portada de las noticias como el "Simbionte con Problemas de Tiempo Es Asesinado"!
Flash se detiene momentáneamente, sorprendido por el tono teatral de Venom. El simbionte, con su nuevo estilo de Spider-Man militar y su traje blindado, parece más una caricatura de superhéroe que una amenaza real.
Venom: (Continuando con un toque cómico) Además, no sé si te has dado cuenta, pero este traje no está hecho para bailar. ¡No quiero terminar en el set de una película de acción con coreografías ridículas!
Lincoln, al ver la actitud exagerada de Venom, no puede evitar una sonrisa irónica. La mezcla de humor en medio de la batalla le da un respiro momentáneo, pero la seriedad de la situación pronto lo recuerda a la realidad.
Anti-Venom: (Con determinación renovada) No voy a dejar que te salgas con la tuya, Flash. No importa qué juego estés jugando, esto termina aquí.
La pelea continúa con una intensidad renovada. Flash, aún dudando sobre sus próximos pasos, enfrenta la furia implacable de Lincoln, mientras Venom se mueve con una mezcla de cómica desesperación y pura amenaza. La batalla se convierte en una danza épica de acción y comedia, con cada uno de los combatientes empujando sus límites al máximo. La confrontación en la azotea se transforma en una mezcla de drama y humor, con la verdad, la traición y la determinación en juego, mientras Lincoln lucha no solo por su supervivencia, sino también por mantener su identidad y proteger lo que le queda.
La batalla en la azotea ha alcanzado un nivel de violencia que parece desafiar cualquier límite. Lincoln, en su forma de Anti-Venom, y Flash Thompson, con su simbionte Venom y un traje blindado, están atrapados en un enfrentamiento feroz que mezcla la habilidad de combate de Spider-Man, la fortaleza de Capitán América y la brutalidad de Venom.
La pelea se intensifica a medida que ambos se quedan sin armas. Flash, desprovisto de sus dispositivos de combate, comienza a usar sus puños con la misma ferocidad con la que antes usaba sus armas. Cada golpe es un testimonio de su entrenamiento militar y su nuevo poder simbiótico. Lincoln, por su parte, se enfrenta a la fuerza y agilidad de Flash con una combinación de su poder regenerativo y su implacable determinación.
La escena es una de caos y brutalidad: golpes que resuenan en el aire, movimientos rápidos y una energía que hace que la pelea parezca casi coreografiada. La fuerza de Flash es formidable, pero la resistencia y el instinto de supervivencia de Lincoln lo mantienen en pie.
Kamala Khan, también conocida como Ms. Marvel, está escondida en una esquina de uno de los edificios cercanos, observando el enfrentamiento con una mezcla de preocupación y indecisión. La batalla que tiene lugar es intensa, y Kamala no está segura de si debería intervenir o esperar a que Lincoln termine con Flash.
Finalmente, la duda de Kamala se disipa cuando se decide a intervenir. Desde su escondite, llama a Lincoln para ofrecer su ayuda. Sus palabras llegan en un momento crucial, cuando la pelea alcanza un nuevo nivel de ferocidad.
Kamala: (Gritando desde la esquina) ¡Lincoln, ¿necesitas ayuda?!
Lincoln: (Con una voz decidida y algo agotada) No, Kamala, ¡estoy bien! ¡Mantente al margen!
Flash, al escuchar a Kamala, no puede evitar lanzar un comentario mordaz hacia ella, su frustración alcanzando un punto álgido.
Flash Thompson: (Gritando mientras se enfrenta a Lincoln) ¿Qué estás haciendo aquí, tonta? ¡Este no es tu show! ¡Vete a casa!
En un arrebato de furia, Lincoln no tolera el insulto dirigido a Kamala, aunque fue uno no tan agresivo la verdad es que a Lincoln si le molesta. Con un rugido de furia, lanza a Flash al suelo de la azotea con una fuerza sorprendente. La violencia del impacto resuena a través del edificio, causando que el suelo tiemble.
Anti-Venom: (Con una voz retumbante) ¡No le hables mal a mi chica!
Con un movimiento rápido y furioso, Lincoln agarra a Flash y lo lanza lejos, a través de la azotea. El golpe es tan poderoso que Flash se estremece, y la furia de Lincoln se manifiesta en cada movimiento. La lucha entre ellos ha alcanzado un punto en el que las emociones están tan altas como la violencia.
Mientras Flash intenta recuperarse, Kamala observa con una mezcla de alivio y preocupación. La intervención de Lincoln ha cambiado el curso de la batalla, pero el daño ya está hecho y la lucha sigue siendo brutal. La situación es una mezcla de furia, emoción y un complejo tejido de relaciones, mientras Lincoln y Flash continúan su pelea sin tregua.
En el fragor del combate, el equilibrio entre los dos combatientes es delicado, con cada uno empujando al otro al límite. La batalla se convierte en un testimonio de su determinación y habilidades, mientras el conflicto entre ellos refleja la complejidad de sus luchas personales y la intensidad de sus motivaciones.
Lincoln, exhausto y con el cuerpo en llamas por el combate, finalmente deja a Flash Thompson tendido en el suelo de la azotea. La batalla ha sido despiadada y feroz, y Flash yace inmovilizado, su semblante una mezcla de dolor y frustración. Lincoln se toma un momento para respirar profundamente, su mirada fija en el hombre derrotado, mientras los restos del enfrentamiento se esparcen alrededor.
Lincoln observa el dispositivo de comunicación de Flash, un audífono que sigue transmitiendo sin cesar. La radio emite un aviso claro, que Lincoln escucha sin dificultad: "Se ha detectado la derrota del Agente-Venom." Con una sonrisa sardónica y una mezcla de desdén, Lincoln se inclina para mirar a Flash.
Anti-Venom: (Con una mirada fría y calculadora) Así que ese es tu nombre en realidad. No es precisamente original, ¿verdad?
Flash Thompson: (A pesar de su dolor, intenta mantener una actitud desafiante) Pronto me conocerán como Agente Anti-Venom.
Lincoln, con un gesto implacable, agarra a Flash por el cuello, su fuerza de voluntad tan firme como su agarre. La tensión es palpable, y la furia en los ojos de Lincoln es evidente.
Anti-Venom: (Con voz grave y amenazante) No te equivoques, si realmente hubiera querido matarte, ya estarías muerto. Agradece que la presencia de la chica es lo único que te mantiene vivo.
Antes de que Flash pueda articular una respuesta, un rayo verde impacta de lleno en el pecho de Lincoln, el golpe lo hace tambalear y caer hacia atrás. Todos en la azotea levantan la vista, sorprendidos, al ver un portal emergiendo en el cielo. Desde el portal, descienden varios robots de diseño avanzado, su presencia agrega una capa de complejidad a la ya difícil situación.
Lincoln: (Mirando a Flash con una mezcla de incredulidad y desdén) ¿Estos robots vienen contigo?
Flash Thompson: (Con dificultad, y sin poder moverse mucho) No... no sé quiénes son. No tienen nada que ver conmigo.
La llegada de los robots de Doom marca un giro dramático en la batalla. Estos robots, con su tecnología avanzada y un diseño que claramente refleja el estilo de Doom, descienden con precisión y un propósito evidente: eliminar a Lincoln y cualquier resistencia que puedan encontrar.
Anti-Venom: (Mirando hacia los robots con una mezcla de furia y determinación) Parece que Doom no está dispuesto a dejarme en paz, ni siquiera después de todo esto.
A medida que los robots se posicionan estratégicamente alrededor de la azotea, Lincoln se prepara para la nueva amenaza. Kamala, que ha estado observando desde un rincón seguro del edificio, está indecisa sobre si intervenir o esperar a que Lincoln termine con el enemigo. Finalmente, su preocupación por la seguridad de Lincoln y su deseo de ayudar la llevan a plantear una oferta de asistencia.
Kamala: (Con preocupación, a través de la comunicación) ¿Necesitas ayuda?
Anti-Venom: (Sin apartar la vista de los robots) No, mantente a salvo. Tengo esto bajo control.
Flash, mientras tanto, intenta lanzar un último insulto, su voz llena de frustración.
Flash Thompson: (Mirando a Kamala con desdén) ¿Qué haces aquí, niña? Esto no es tu batalla.
Lincoln, en un arranque de furia protectora, usa su fuerza para estrellar a Flash contra el suelo de la azotea. Luego, lo lanza con fuerza hacia un lado, asegurándose de que el mensaje quede claro.
Anti-Venom: (Con firmeza, mientras se vuelve hacia Flash) No vuelvas a hablarle mal a mi chica.
Con los dos combatientes principales en pausa, los robots de Doom avanzan con una sincronización precisa, preparados para atacar. Lincoln, a pesar de su agotamiento, se enfrenta a los nuevos enemigos con renovada determinación. La batalla toma un nuevo giro, y Lincoln debe lidiar con la amenaza adicional de los robots, que están equipados con armamento avanzado y tecnologías diseñadas para contrarrestar su fuerza.
Anti-Venom: (Preparándose para la pelea) Vamos a ver qué tan buenos son esos juguetes de Doom.
La lucha se reinicia con una intensidad renovada, con Lincoln enfrentándose a los robots con una habilidad y determinación que desafían su propio cansancio. Cada golpe, cada movimiento es una prueba de su resistencia y habilidad para adaptarse a la adversidad. Kamala observa con tensión desde la distancia, lista para intervenir si es necesario, mientras la batalla entre Lincoln y los robots de Doom alcanza nuevas alturas de intensidad.
La azotea estaba en caos. Lincoln se mantenía firme, enfrentando a los robots de Doom que descendían del portal, su cuerpo dolorido y agotado, pero su espíritu implacable. Los robots, armados con tecnología avanzada y diseñados para neutralizar incluso a los enemigos más formidables, se movían con precisión letal. El cielo nocturno se llenaba de destellos de energía y chispas de metal al chocar contra la resistencia de Anti-Venom.
Kamala, desde su posición en la esquina del edificio, observaba la escena con creciente preocupación. Sabía que Lincoln era fuerte, pero los números estaban en su contra. Por un momento, la duda cruzó su mente. Tal vez debería intervenir, pero una parte de ella confiaba en que Lincoln podía manejarlo. Sin embargo, la situación estaba claramente al borde de lo incontrolable.
Flash Thompson, aún sintiendo los efectos de la pelea anterior con Lincoln, se levantó lentamente del suelo. Su cuerpo adolorido protestaba con cada movimiento, pero su determinación se encendió cuando comprendió la magnitud de la amenaza que enfrentaban. Doom no era un enemigo cualquiera; su falta de escrúpulos y su obsesión con obtener lo que deseaba lo hacían extremadamente peligroso.
Agente-Venom: (Mirando a los robots de Doom mientras se ajusta la armadura simbiótica) Doom no se detiene ante nada. Si no hacemos algo, él podría destruirlo todo sin importarle a quién lastima en el proceso.
Sin decir una palabra más, Flash se lanzó a la batalla, dejando atrás cualquier resentimiento hacia Lincoln. Sabía que, en ese momento, tenían un enemigo común, y enfrentarlo juntos era la única opción. Los robots no diferenciaban entre amigo o enemigo, y Flash entendía que la lucha era ahora de supervivencia.
Lincoln, al ver que Flash se unía a la pelea, lo observó por un momento, sorprendido pero también un poco aliviado. No tenían que estar de acuerdo en todo, pero si había una cosa que ambos compartían, era su odio hacia los métodos de Doom. Sin intercambiar palabras, se coordinaron instintivamente, sus habilidades complementándose en la batalla.
Anti-Venom: (Mientras destruye uno de los robots con un poderoso golpe) Parece que finalmente estamos en la misma página, Thompson.
Agente-Venom: (Lanzándose hacia otro robot y destrozándolo con sus propias manos) No me malinterpretes, esto no cambia nada entre nosotros. Pero prefiero luchar contigo que dejar a Doom hacer lo que quiera.
Los dos combatientes, ahora un equipo improvisado, se abrieron paso entre las filas de los robots. Lincoln usaba su fuerza bruta, desgarrando las placas metálicas de los robots, mientras que Flash, con la velocidad y agilidad del simbionte, atacaba con precisión, desactivando los puntos críticos de los enemigos mecanizados. La azotea se convirtió en un campo de batalla, chispas y fragmentos metálicos volando en todas direcciones.
Kamala, viendo que la pelea se intensificaba, finalmente decidió intervenir. Su cuerpo comenzó a crecer y sus puños se agrandaron, lista para unirse al combate. Sin embargo, justo cuando estaba a punto de saltar, vio cómo Lincoln y Flash lograban derribar al último de los robots en un ataque conjunto. El peligro inmediato parecía haber pasado, y Kamala se detuvo, observando con admiración cómo los dos hombres, tan diferentes, lograban trabajar juntos por un bien mayor.
Anti-Venom: (Tomando un respiro, mirando a Flash) Esto no significa que seamos amigos, Thompson.
Agente-Venom: (Con una media sonrisa, mientras limpia los restos de robot de su armadura) No te preocupes, no estoy buscando un nuevo mejor amigo.
De repente, un zumbido familiar resonó en el aire, y antes de que pudieran reaccionar, un nuevo rayo verde impactó en la azotea. Esta vez, no era un simple ataque; era un dispositivo que comenzó a emitir una onda de energía que resonaba en los simbiontes de ambos. Lincoln y Flash sintieron una ola de dolor recorrer sus cuerpos, sus simbiontes reaccionando violentamente al pulso energético.
El dolor fue intenso, un ardor que recorrió cada fibra de sus cuerpos mientras el pulso energético resonaba en los simbiontes de Lincoln y Flash. Flash se tambaleaba, su cara distorsionada por el sufrimiento, pero Lincoln, a pesar del ataque inicial, comenzó a sentir una diferencia. Mientras Flash luchaba por mantenerse en pie, algo cambió en Anti-Venom.
Anti-Venom: (concentrado) Esto no está funcionando conmigo...
El simbionte de Lincoln, conocido por su adaptabilidad y resistencia, comenzó a contrarrestar el pulso energético. En cuestión de segundos, el dolor se desvaneció para él, y la energía que debía haberlo debilitado se volvió irrelevante. Su simbionte se adaptó, convirtiendo el ataque en una mera molestia.
Flash seguía retorciéndose, incapaz de contener los gritos de dolor. Su simbionte, más tradicional en su reacción, estaba siendo desgarrado por la energía, incapaz de neutralizarla. Lincoln miró la escena, y por un instante, una chispa de compasión se encendió en sus ojos.
Anti-Venom: (acercándose a Flash) Aguanta, Thompson. Esto no tiene que terminar así.
Flash apenas podía escuchar, su mente nublada por el dolor, pero logró enfocarse en Lincoln, quien ahora estaba ileso. El contraste entre ellos era notable. Lincoln, quien había sido siempre un enemigo formidable, ahora parecía casi invulnerable a lo que estaba acabando con Flash.
Lincoln extendió su mano hacia Flash, cubriéndolo con parte de su propio simbionte. Anti-Venom comenzó a envolver a Flash, creando una barrera entre él y el pulso energético. Al instante, el dolor de Flash disminuyó, el simbionte de Lincoln protegiéndolo y bloqueando la energía destructiva.
Agente-Venom: (jadeando) ¿Qué estás... haciendo?
Anti-Venom: (serio) Evitando que Doom se salga con la suya. No voy a dejar que mueras así, Flash. No cuando hay una forma de evitarlo.
Con el pulso energético neutralizado para ambos, Lincoln miró hacia el dispositivo que había causado tanto dolor. La furia se encendió en él. Doom había planificado cada detalle, seguro de que sus enemigos no podrían soportar el ataque. Pero Doom no había contado con la adaptabilidad única de Anti-Venom.
Sin perder más tiempo, Lincoln cargó hacia el dispositivo, su simbionte fortalecido y enojado. Con un solo golpe, destrozó la máquina, cortando la emisión de energía de raíz. Los fragmentos de metal volaron por el aire mientras la azotea temblaba bajo el impacto.
El silencio que siguió fue ensordecedor. Lincoln, respirando pesadamente, se volvió hacia Flash, quien aún se estaba recuperando.
Anti-Venom: (con voz firme) No somos amigos, pero en este momento, tienes suerte de estar vivo. Si no hubiera sido por Kamala, te habrías enfrentado a un destino mucho peor.
Flash, aún recuperándose, asintió con la cabeza, su orgullo herido pero sabiendo que Lincoln tenía razón. La mención de Kamala hizo que ambos levantaran la vista hacia donde ella estaba, todavía observando con una mezcla de preocupación y asombro.
Kamala: (con una leve sonrisa) ¿Han terminado ya?
Flash: (con esfuerzo) Estaba... a punto de ganar.
Anti-Venom: (con una sonrisa burlona) Claro, Thompson. Estabas a punto de ganar.
Kamala se acercó a ellos, y mientras lo hacía, Flash sintió la necesidad de mostrar que no era débil, aunque sabía que la situación había sido crítica.
Agente-Venom: (mirando a Kamala con una mueca) No es muy inteligente estar por aquí, niña. Deberías estar en casa, haciendo... lo que sea que hagan las niñas.
Antes de que Kamala pudiera responder, Lincoln lo golpeó en el suelo de la azotea con una fuerza controlada, pero suficiente para hacerle entender su lugar. Luego lo levantó por el cuello y lo lanzó lejos.
Anti-Venom: (con tono amenazante) No le hables así a Kamala, Thompson. No estás en posición de dar lecciones a nadie.
Flash, dolorido y humillado, asintió lentamente, comprendiendo que había cruzado una línea. Kamala observó la escena, sin poder evitar sentir una mezcla de diversión y gratitud por la protección de Lincoln.
Antes de que pudieran reanudar su conversación, un rayo verde impactó en el pecho de Lincoln. El rayo lo lanzó hacia atrás, impactándolo contra la pared de la azotea. Kamala y Flash miraron hacia arriba, y vieron el portal nuevamente abrirse. De él salían más robots, todos con la misma letalidad que los anteriores, pero ahora reforzados con armamento adicional.
Anti-Venom: (levantándose con esfuerzo, la furia en sus ojos) Maldito Doom... parece que no aprendes.
Agente-Venom: (preparándose para la batalla, con una nueva determinación) Esto no es solo tu pelea, Anti-Venom. Doom no se detendrá hasta que destruya todo a su paso.
Kamala: (mirando a ambos, con una sonrisa determinada) Entonces, vamos a enseñarle que no puede meterse con nosotros.
Los tres se posicionaron, listos para enfrentar la nueva oleada de robots que descendía del portal. La batalla prometía ser más feroz que nunca, pero la determinación de Lincoln, Flash y Kamala les daba una pequeña esperanza de éxito. La azotea, ya desgastada por los enfrentamientos previos, volvía a ser el campo de una lucha intensa.
De repente, un fuerte estruendo resonó en el aire, y una cápsula metálica cayó desde el cielo, aterrizando con un impacto ensordecedor a pocos metros de ellos. La cápsula se abrió con un silbido, revelando un arsenal de armas de fuego avanzadas y equipamiento de alta tecnología. El rostro de Flash se tensó al reconocer de inmediato el equipo: era el armamento enviado por su propio escuadrón, un apoyo táctico dirigido especialmente para él.
Sin embargo, antes de que pudiera reaccionar, una pantalla dentro de la cápsula se iluminó, revelando la figura imponente del General Ross. Su expresión era de una severidad implacable, y su voz, al hablar, era fría y cortante.
General Ross: (con tono autoritario) Agente-Venom, tienes una misión prioritaria. Acaba con Anti-Venom. No me importa la situación actual, no me importa cuántos robots estén bajando. Lo único que importa es que él termine muerto. ¿Entendido?
Flash, aún cubierto por el simbionte, apretó los puños, intentando explicar la situación.
Agente-Venom: (frustrado) General, escúcheme. ¡La situación ha cambiado! No podemos darnos el lujo de pelear entre nosotros cuando Doom está lanzando todo lo que tiene. Si seguimos así, todos vamos a...
General Ross: (interrumpiendo) ¡No me interesan tus excusas, Thompson! La prioridad es eliminar a Anti-Venom. Es una orden directa.
Antes de que Flash pudiera protestar, Lincoln, ya transformado completamente en Anti-Venom, se acercó a la pantalla. Su enorme y monstruosa figura bloqueó la imagen de Flash, y su rostro, una amalgama de bestia y furia, se mostró ante los ojos del General Ross y todos en la base.
Anti-Venom: (con un tono gélido y amenazante) Lo único que te importa es que estoy fuera de tu control, Ross. Soy la segunda cosa, después de Hulk, que no puedes manejar... y eso te aterra. Te voy a dar un consejo gratuito: cierra la puta boca y manda apoyo. Estos robots no van a detenerse, y si sigues siendo tan estúpido, ni siquiera tú vas a salir vivo de esta.
El General Ross, a pesar de su reputación de hombre de hierro, no pudo evitar retroceder ligeramente al ver la furia desbordada de Anti-Venom. La tensión en la base era palpable, los técnicos y soldados observando con creciente miedo a la criatura en pantalla. Sin embargo, Ross, terco y sin voluntad de ceder, mantuvo su posición.
General Ross: (con voz firme pero nerviosa) Te estoy dando una orden, Anti-Venom...
Pero Lincoln, sin darle más tiempo para hablar, extendió su mano envuelta en el simbionte y destrozó la pantalla con un golpe brutal. La cápsula crujió bajo la fuerza del impacto, y los fragmentos de la pantalla cayeron al suelo, chispas volando a su alrededor.
Anti-Venom: (con los ojos brillando con una furia fría) Estamos solos en esto. Si Ross quiere jugar a ser el jefe, que lo haga desde su oficina. Nosotros vamos a acabar con estos malditos robots, y luego veremos quién queda de pie.
Kamala observaba la escena con preocupación, sabiendo que Lincoln había cruzado una línea al desafiar tan abiertamente a Ross. Sin embargo, también entendía que en ese momento, su única opción era luchar y sobrevivir.
Flash, mirando los restos de la pantalla, sintió una mezcla de alivio y resignación. Sabía que desafiar a Ross tendría consecuencias, pero también reconocía que, en ese instante, Lincoln tenía razón.
Agente-Venom: (tomando una de las armas de la cápsula) Esto se está complicando, pero no me voy a quedar aquí esperando a que Doom nos aniquile. Estoy contigo, por ahora.
Anti-Venom asintió, su expresión aún oscura y determinada. Los robots continuaban descendiendo del portal, sus ojos brillando con una luz fría y siniestra. La batalla que les esperaba sería intensa, pero juntos, sabían que podrían enfrentarse a cualquier cosa que Doom arrojara contra ellos.
Con las armas en mano y una resolución férrea en sus corazones, los tres se prepararon para la siguiente ola. Doom había desatado su poder, pero Lincoln, Kamala, y Flash estaban listos para enfrentarlo, sabiendo que el verdadero desafío apenas comenzaba.
De entre los escombros, una de las cabezas de los robots destrozados comenzó a emitir un zumbido, sus ojos electrónicos parpadeando con una luz verde siniestra. Antes de que alguno de los tres pudiera reaccionar, la cabeza se levantó ligeramente y, con una distorsionada voz, comenzó a hablar. Era Doom, comunicándose desde su castillo en Latveria.
Doom: (su voz resonante y autoritaria) Les doy una última advertencia. Entreguen los simbiontes o mueran donde están. Este lugar será su tumba si desafían mi poder.
El eco de su amenaza quedó suspendido en el aire, cargado de la fría determinación que caracterizaba al tirano. Sin embargo, antes de que Doom pudiera seguir, Flash, ya transformado en Agente-Venom, soltó una carcajada sarcástica.
Agente-Venom: (riendo mientras recarga su subfusil) ¿En serio, Doom? ¿Otra vez con esa cháchara de villano de segunda? Ya estoy aburrido de esos discursos trillados. Sabemos que no eres más que palabras.
Sin esperar respuesta, Flash dio un paso hacia la cabeza del robot y, con un movimiento brusco, la pateó lejos, haciendo que rebotara por la azotea antes de caer por el borde. La amenaza de Doom no había logrado intimidar a los héroes; si acaso, solo había aumentado su resolución.
Agente-Venom: (con una sonrisa de burla mientras ajusta su arma) Vamos, Doom, si quieres algo, tendrás que venir a buscarlo tú mismo. Y buena suerte con eso.
Lincoln observó a Flash con una mezcla de aprobación y cautela. Sabía que Doom no era alguien que se dejara humillar sin represalias, pero también reconocía que no podían darse el lujo de mostrarse débiles.
Anti-Venom: (mirando hacia el horizonte donde aún brillaba el portal) Esas amenazas son solo ruido, Flash. Pero no bajes la guardia. Doom no es de los que se quedan de brazos cruzados.
Kamala, en silencio, asintió. Sabía que el verdadero peligro no estaba solo en las palabras de Doom, sino en lo que vendría a continuación. El aire se cargaba de tensión mientras los tres se preparaban para la siguiente ola de robots que sabían que vendría.
Kamala: (con voz seria, ajustando sus guantes) No podemos confiarnos. Si Doom realmente está dispuesto a conseguir los simbiontes, hará lo que sea necesario.
La batalla no había terminado, y aunque Flash había logrado desviar momentáneamente la amenaza con su descaro, todos sabían que Doom no se detendría. La lucha por sobrevivir y proteger los simbiontes apenas comenzaba, y la sombra de Doom se cernía más fuerte que nunca sobre ellos.
En medio de la batalla, mientras los robots de Doom seguían atacando sin descanso, Lincoln notó que Kamala estaba un poco distante, sus movimientos menos fluidos de lo habitual. Aprovechando un breve respiro entre las oleadas de enemigos, se acercó a ella, preocupado.
Anti-Venom: (mirándola con seriedad) Kamala, ¿qué pasa? ¿Estás bien?
Kamala, visiblemente frustrada, frunció el ceño y cruzó los brazos, haciendo un puchero mientras esquivaba un disparo de uno de los robots.
Kamala: (haciendo un puchero) Es que... ¡Ni siquiera te diste cuenta de mi nuevo traje!
Lincoln parpadeó, sorprendido, y rápidamente dirigió su mirada hacia ella. Se dio cuenta de que Kamala llevaba un traje diferente al que solía usar. Era similar a su antiguo uniforme de Vengadora, pero con un toque nuevo: los colores predominantes eran el amarillo y azul, y un cinturón con el símbolo de los X-Men adornaba su cintura. Se quedó mirándola, sin palabras por un momento, antes de sonreír.
Anti-Venom: (con una sonrisa suave) Tienes razón, no lo noté antes. Perdóname, Kamala. Es que estaba más concentrado en lo linda que te ves que en cualquier otra cosa.
Kamala no pudo evitar sonrojarse un poco, pero mantuvo su expresión seria, aunque una pequeña sonrisa asomaba en sus labios.
Kamala: (sonriendo un poco, pero tratando de mantenerse seria) Pues la próxima vez, fíjate un poco más, ¿sí?
Antes de que Lincoln pudiera responder, el Agente-Venom, que estaba en medio de disparar a un grupo de robots que se acercaban, giró la cabeza hacia ellos, claramente irritado.
Agente-Venom: (con tono sarcástico) Oigan, ¿podrían dejarse de cursilerías por un segundo? ¡Alguien está intentando no morir aquí!
Lincoln y Kamala intercambiaron una mirada cómplice, y ambos sonrieron antes de volver a la acción. Aunque el peligro era inminente, había algo en ese momento de normalidad, de humanidad, que les daba la fuerza para seguir luchando. La batalla continuaba, pero al menos, por un instante, habían encontrado un motivo para reír en medio del caos.
La batalla en la azotea se había convertido en una danza frenética de poder, estrategia y pura determinación. Los robots de Doom, diseñados con una precisión despiadada y una capacidad letal, eran más que simples máquinas de guerra; cada movimiento estaba calculado para maximizar el daño y explotar cualquier debilidad. A pesar de ello, Lincoln, Kamala y el Agente-Venom se mantuvieron firmes, peleando con la ferocidad de guerreros que sabían que no podían permitirse perder.
Lincoln, en su forma de Anti-Venom, era una fuerza imparable. Sus puños, imbuidos con la energía del simbionte, destruían a los robots con golpes devastadores. Los ataques que recibía apenas lo frenaban; su capacidad de regeneración superaba cualquier daño que le infligieran. Cada vez que uno de los robots lograba perforar su piel blanca y negra, las heridas se cerraban casi al instante, el simbionte adaptándose y fortaleciendo sus defensas con cada segundo que pasaba. Aun así, sabía que estaban en una carrera contra el tiempo. Doom no enviaba hordas interminables de robots sin razón, y el agotamiento eventual de sus fuerzas era una amenaza real.
Kamala, en su nuevo traje con los colores de los X-Men, brillaba como un faro en medio del caos. Sus extremidades se alargaban y se expandían con cada movimiento, aplastando a los robots que intentaban flanquear a Lincoln y Flash. Era un muro de fuerza imparable, bloqueando el avance enemigo y, al mismo tiempo, protegiendo a sus compañeros. Sin embargo, a pesar de su efectividad en combate, su mente estaba en otra parte. Lincoln había tardado en notar su nuevo atuendo, y aunque la situación no era la ideal para ello, no podía evitar sentir un pequeño pinchazo de decepción. Su puchero se había transformado en una mueca de concentración mientras destrozaba a los robots con sus puños gigantes.
Por su parte, Flash Thompson, como el Agente-Venom, luchaba con una intensidad que rivalizaba con la de Lincoln. Su simbionte le proporcionaba una combinación letal de fuerza bruta y agilidad, convirtiéndolo en una especie de amalgama entre el Capitán América y Spider-Man, pero con el toque oscuro de Venom. Sus movimientos eran precisos, militares, golpeando los puntos débiles de los robots y utilizando cada arma a su disposición con la maestría de un soldado experimentado. Sin embargo, estaba claro que la situación se estaba volviendo cada vez más desesperada.
Agente-Venom: (después de destrozar un robot con un golpe fulminante) ¡Esto no va a durar mucho más si seguimos a la defensiva! ¡Necesitamos cambiar la estrategia!
Lincoln, quien acababa de partir en dos a otro robot con un rugido, levantó la mirada hacia Flash. La fatiga comenzaba a mostrarse en su voz, pero la determinación seguía siendo inquebrantable.
Anti-Venom: ¿Tienes alguna idea, sargento? ¡Estoy abierto a sugerencias!
Flash, mientras esquivaba un rayo láser que pasó peligrosamente cerca de su cabeza, ya tenía un plan en mente. Su experiencia en combate y su entrenamiento militar le habían enseñado a pensar rápido, y sabía que si no tomaban la iniciativa, estarían perdidos.
Agente-Venom: ¡Sí! ¡Un contraataque coordinado! Pero tenemos que hacerlo rápido y sin errores. Kamala, tú eres nuestro tanque. Necesito que atraigas la mayor cantidad de atención posible.
Kamala asintió, enfocada y decidida. Sabía que el éxito de este plan dependía en gran medida de ella.
Kamala: (con una chispa de determinación en sus ojos) ¡Entendido! ¡Dejen el espectáculo a mí!
Sin perder tiempo, Kamala se lanzó al frente, haciendo crecer sus puños hasta el tamaño de un automóvil y destrozando a los robots que se interponían en su camino. Los enemigos, atraídos por su tamaño y la amenaza que representaba, comenzaron a concentrar su fuego en ella, dándole a Lincoln y Flash la oportunidad que necesitaban.
Lincoln y Flash se movieron rápidamente, utilizando la distracción de Kamala para buscar la fuente de control de los robots. Sabían que Doom estaba en algún lugar, observándolos y probablemente riendo mientras sus máquinas los desgastaban. A medida que destruían los robots que intentaban bloquear su camino, Flash notó un panel oculto en el suelo de la azotea, un punto clave que podría ser el transmisor central que estaban buscando.
Agente-Venom: ¡Aquí está! ¡Voy a abrirlo!
Flash no perdió tiempo y lanzó una granada especial que voló el panel, revelando un dispositivo oculto lleno de cables y luces parpadeantes. Lincoln, al ver la oportunidad, no dudó. Con un rugido, arrancó el dispositivo del suelo con todas sus fuerzas, destrozándolo en un solo golpe.
El efecto fue inmediato. Los robots restantes, que antes se movían con precisión militar, comenzaron a actuar de manera errática, perdiendo coordinación y efectividad en sus ataques.
Kamala: (mientras aplasta a un robot con un golpe final) ¡Eso es! ¡Funcionó!
Agente-Venom: (satisfecho, aunque todavía en guardia) ¡Ahora contraatacamos con todo lo que tenemos!
Con el transmisor destruido, los tres héroes unieron fuerzas para eliminar a los robots restantes. Aunque la batalla había sido feroz y en momentos parecía que iban a ser superados, la estrategia de Flash y la destrucción del transmisor dieron vuelta a la situación. Lincoln, Kamala, y Flash luchaban con renovada energía, sabiendo que el final estaba cerca.
Finalmente, con el último robot destruido, la azotea quedó en silencio, roto solo por el pesado respirar de los héroes. Estaban agotados, heridos, pero victoriosos. Sin embargo, no había tiempo para celebrar. Mientras recuperaban el aliento, uno de los robots destrozados comenzó a emitir un sonido extraño. Lincoln se acercó, con cautela, mientras la cabeza del robot emitía una proyección holográfica. Era Doom, en todo su esplendor, desde su castillo en Latveria, su rostro cubierto por su icónica máscara de metal.
La victoria había sido amarga, y mientras el último de los robots caía destruido, el silencio que siguió no trajo alivio, sino una creciente tensión. Los tres héroes estaban agotados, cubiertos de polvo y sudor, sus cuerpos marcados por los cortes y contusiones de la batalla. Pero no hubo tiempo para celebrar, ni siquiera para disfrutar de ese breve respiro. El sonido extraño que comenzó a emanar de uno de los robots caídos puso a todos en alerta.
Lincoln, todavía en su forma de Anti-Venom, se acercó al robot, sus sentidos agudizados y su mente preparada para cualquier truco. La cabeza del robot, aunque destrozada, comenzó a emitir un zumbido bajo que se fue intensificando hasta que, con un chasquido, proyectó una imagen holográfica frente a ellos.
Era Doom, desde su castillo en Latveria, su figura imponente y su rostro cubierto por su icónica máscara de metal. Su voz resonó, fría y calculada, como si la reciente derrota no hubiera hecho mella en su confianza.
Doom (holograma): Creéis que habéis ganado algo hoy. Os equivocaréis si pensáis que esto ha terminado. Vendré por vosotros... es solo cuestión de tiempo.
El holograma parpadeó, pero antes de desaparecer por completo, Doom se dirigió directamente a Lincoln, su tono más sombrío, casi burlón.
Doom (holograma): Deberías decirle a tu amada mercenaria que deje la casa... mientras aún pueda.
El holograma se apagó, dejando a Lincoln inmóvil, su mente procesando las palabras de Doom. Un escalofrío recorrió su columna, y antes de que pudiera reaccionar, se dio cuenta de que los robots caídos comenzaban a emitir un pitido agudo. Estaban en modo de autodestrucción.
Sin perder un segundo, Lincoln se giró hacia Kamala y Flash.
Anti-Venom: ¡Tengo que irme! ¡Es Gwen! ¡Está en peligro!
Kamala apenas tuvo tiempo de reaccionar antes de que Lincoln se lanzara hacia el borde de la azotea, saltando de edificio en edificio con una desesperación palpable. Kamala lo siguió de cerca, sabiendo que algo terrible estaba por suceder. Flash, por su parte, entendió la gravedad de la situación y se quedó atrás, usando a Venom para agrupar a los robots y lanzarlos lejos antes de que explotaran, evitando así que causaran más destrucción en el área.
Mientras tanto, en el apartamento de Lincoln, Gwen estaba acostada en el sofá, completamente ajena a lo que estaba ocurriendo. Llevaba el traje de Deadpool, preparándose para la broma que había planeado junto a Wade. No había notado el peligro inminente, ni el robot que se había adherido a la pared exterior del apartamento, sus luces parpadeando cada vez más rápido, preparándose para estallar.
Lincoln llegó al edificio, su corazón acelerado, cada fibra de su ser consumida por el miedo de no llegar a tiempo. Subió las escaleras de dos en dos, gritando el nombre de Gwen con una mezcla de desesperación y terror. Finalmente, alcanzó la puerta de su apartamento justo cuando el robot explotaba.
La explosión fue devastadora. El departamento quedó reducido a escombros en cuestión de segundos, y Lincoln fue arrojado hacia atrás por la onda expansiva, cayendo de rodillas entre los restos destrozados de lo que una vez fue su hogar. El dolor lo golpeó con la fuerza de un camión, pero no era solo físico; era el dolor de la impotencia, de haber llegado demasiado tarde. Las lágrimas comenzaron a correr por su rostro, mezclándose con la suciedad y la sangre. No podía dejar de llorar, golpeando el suelo con los puños mientras su voz se quebraba en un grito de desesperación.
Anti-Venom: ¡Gwen! ¡No! ¡NO!
De repente, una sombra apareció detrás de él. Lincoln levantó la vista con incredulidad, y allí estaba ella, de pie entre los escombros, ilesa, con el traje de Deadpool puesto y una sonrisa traviesa en el rostro.
Kamala, que había llegado justo detrás de Lincoln, miró la escena con sorpresa antes de preguntar, con una sonrisa confundida:
Kamala: Gwen... ¿qué haces con el traje de Deadpool?
Gwen se acercó a Lincoln, que seguía de rodillas, sin poder comprender lo que veía. Su mente estaba atrapada entre el alivio y la confusión. Gwen, con su tono despreocupado, explicó:
Gwen: Wade y yo queríamos jugarte una broma. Él está aquí, en alguna parte... o mejor dicho, estaba.
Justo en ese momento, la cabeza de Deadpool, separada del cuerpo y todavía viva, cayó delante de ellos con un golpe sordo. Wade miró a la cámara, rompiendo la cuarta pared, y con su característico humor, comentó:
Deadpool (cabeza): ¡Oh, vamos! ¿En serio? ¿Conveniencia del guion? ¡Esto es ridículo!
Gwen soltó una risa ligera antes de volverse hacia Lincoln, quien seguía tratando de procesar todo lo que había sucedido. Se arrodilló a su lado, colocando una mano suavemente en su rostro, limpiando las lágrimas que aún caían.
Gwen: Oye, tranquilo. Estoy bien. No tienes que ponerte así...
Gwen miró a Lincoln mientras él continuaba llorando. Sus lágrimas no solo se mezclaban con el polvo y la sangre, sino que también salían del simbionte, una manifestación visible de su dolor profundo. La imagen de Lincoln destransformándose lentamente, revelando su rostro pálido y enrojecido por el llanto, mostró la vulnerabilidad que raramente dejaba ver.
Cuando el simbionte se desvaneció completamente, Lincoln, con el rostro aún cubierto de lágrimas, se arrojó hacia Gwen. La abrazó con una fuerza desesperada, como si ella fuera su única salvación en medio del caos. Gwen se sorprendió por la intensidad de su abrazo. Aunque sabía que ambos se amaban, nunca había imaginado que Lincoln pudiera mostrar su afecto de una manera tan abrumadora. La enormidad de sus sentimientos se revelaba a través de sus lágrimas y su abrazo apretado.
Gwen: (sorprendida) Lincoln...
Gwen sintió el peso del dolor y la angustia en el abrazo de Lincoln. Se dio cuenta de cuánto significaba para él, de la profundidad de su amor y el miedo que había sentido al pensar que la había perdido. Aunque el abrazo era reconfortante, también era un recordatorio desgarrador de lo cerca que había estado el desastre.
Lincoln se aferró a Gwen, sus lágrimas empapando su hombro. No podía dejar de pensar en lo que había pasado, en la angustia de haber llegado demasiado tarde y en la desesperación que había sentido mientras el robot estallaba. La presión de todo eso se desbordaba ahora, cada sollozo y cada temblor en su abrazo contaban la historia de su miedo y su amor.
Lincoln: (con voz quebrada) Pensé... pensé que te había perdido. No sé qué habría hecho si... si hubieras estado...
Gwen, aunque aún sorprendida por la intensidad de sus sentimientos, se mostró firme y consoladora. Su mano recorría suavemente la espalda de Lincoln, tratando de calmar su tormenta interna.
Gwen: (suavemente) No tienes que preocuparte por eso. Estoy aquí. Estoy bien, Lincoln. Siempre lo estaré, no importa lo que pase.
Gwen se apartó ligeramente para mirarlo a los ojos, tratando de transmitirle seguridad y amor. Sus palabras eran sinceras, y sus ojos reflejaban un profundo entendimiento del dolor que Lincoln estaba sintiendo.
Gwen: (con ternura) No estás solo en esto. Estamos juntos, y enfrentaremos todo lo que venga. Prometido.
Lincoln asintió, sus lágrimas comenzando a disminuir a medida que escuchaba las palabras de Gwen. Aunque el alivio de tenerla a salvo aún le pesaba, comenzó a encontrar algo de calma en el abrazo de ella. Sabía que, a pesar de las batallas y los desafíos, no tenía que enfrentar el mundo solo.
Mientras el polvo se asentaba y el eco de la batalla se desvanecía, Kamala observaba en silencio, comprendiendo la profundidad del momento y dándole el espacio necesario a la pareja para reconectarse. Aunque el peligro no había desaparecido, el abrazo de Lincoln y Gwen era un recordatorio de la fuerza de su vínculo, un faro de esperanza en medio del tumulto.
Kamala: (con voz baja) No importa lo que pase, lo importante es que estamos aquí para nosotros. Vamos a salir adelante.
Con el viento todavía levantando algunos escombros y el sonido distante de las sirenas de la ciudad, los tres se tomaron un momento para respirar y recuperarse. Sabían que el camino por delante sería difícil, pero el poder del amor y la lealtad que compartían les daba una fuerza renovada para enfrentar lo que viniera.
El caos de la destrucción había dejado su hogar en ruinas, y Lincoln se encontraba de pie entre los escombros, mirando lo que una vez fue su refugio. Cada rincón, cada mueble, estaba destrozado, un testimonio de la batalla que había librado. En su mente, el eco de la lucha seguía retumbando, y el problema más inmediato era encontrar un lugar seguro para ellos.
Lincoln: (pensativo) ¿Dónde iremos ahora? No puedo quedarme aquí. Doom podría saber dónde estamos en cualquier momento.
Mientras Lincoln meditaba sobre su próximo movimiento, su mirada se desvió hacia Gwen, quien aún sostenía la cabeza regenerada de Deadpool. Aunque el caos los rodeaba, la escena entre ellos parecía sacada de un sueño surrealista. Gwen, con un semblante preocupado, estaba inmersa en sus propios pensamientos.
Deadpool: (con tono cansado) Oye, Gwen, deberías tener cuidado con lo que haces. Esa mirada en los ojos de Lincoln... la he visto antes. Es la misma que tenía Daredevil cuando Kingpin mató a la chica que amaba.
Deadpool: (sarcástico) Esa mirada, sabes, la que dice "estoy dispuesto a arrasar con todo lo que sea necesario por venganza". No solo lo haría por ti, Gwen, también lo haría por Kamala, por Lynn. Si alguna de ustedes muere... o incluso las tres, Lincoln va a declarar la guerra al mundo entero, a los dioses si hace falta.
Gwen miró a Lincoln mientras él aún estaba de rodillas entre los escombros, sus ojos fijos en la destrucción que había sufrido su hogar. La intensidad de su dolor y su determinación estaban claramente visibles, una furia contenida que podía consumirlo y todo a su alrededor. Gwen recordó el momento desgarrador cuando Lincoln lloraba en sus brazos, sus lágrimas mezcladas con la desesperación de haber pensado que la había perdido.
Gwen: (pensativa) ¿Es esto lo que pasaría si yo o cualquiera de las personas que él ama muere? ¿Sería capaz de destruirlo todo por venganza?
Mientras Gwen consideraba las palabras de Deadpool, la idea de poner fin a la relación y dejar que cada uno siguiera su propio camino pasó por su mente. Quizás sería lo mejor para proteger a todos, evitar que la furia de Lincoln se desatara en algo que podría ser devastador. Pero, al mismo tiempo, Gwen sabía en lo profundo de su corazón que no podía hacer eso. Ella amaba a Lincoln profundamente, y el simple pensamiento de separarse de él era doloroso.
Deadpool: (serio) Mira, Gwen, no estoy tratando de ser un aguafiestas, pero es una verdad que debes enfrentar. La ira de Lincoln es una fuerza que podría arrasar con todo si pierde a alguien que ama. Y no estoy hablando solo de él, también de ti. De todas ustedes. Su amor por ustedes es tan profundo que podría llevarlo a la locura si algo les pasara.
Gwen sintió el peso de las palabras de Deadpool, la verdad detrás de su advertencia. A pesar de que su amor por Lincoln era inmenso, había una parte de ella que entendía que su relación estaba cargada de riesgos. El amor de Lincoln, por feroz y apasionado que fuera, podía llevarlo a extremos peligrosos si se enfrentaba a una pérdida devastadora.
Gwen: (resoluta) No puedo simplemente abandonarlo. A pesar de todo lo que ha pasado, lo amo, y no voy a dejar que el miedo a lo que podría suceder controle nuestras vidas.
Deadpool: (con una mueca) Bueno, si decides seguir con eso, asegúrate de estar lista para lidiar con lo que venga. Lincoln no es el tipo de persona que se detiene fácilmente cuando algo lo enfurece.
Gwen asintió, su resolución renovada. Sabía que enfrentarían desafíos significativos, pero también comprendía que el amor que compartían era una fuerza poderosa que podía superar muchas dificultades. A pesar de los riesgos, ella estaba dispuesta a enfrentar todo junto a Lincoln, no solo por él, sino por ella misma y por todo lo que significaba su relación.
Mientras tanto, Lincoln continuaba mirando los escombros de su hogar, sintiendo una mezcla de impotencia y dolor. El ataque de Doom y la destrucción que había causado habían dejado una marca profunda en él, y no sabía cómo podría superar el vacío que sentía. Sin embargo, al sentir la presencia de Gwen a su lado, el consuelo y el amor que ella le ofrecía comenzaban a disipar algo del peso de su desesperación.
Lincoln: (con voz quebrada) No sé qué hacer ahora. Pero quiero que sepas, Gwen, que no quiero perderte... ni a nadie más.
Gwen: (con ternura) No vamos a perdernos. Vamos a encontrar una manera de superar esto. Juntos.
Con esas palabras, Gwen abrazó a Lincoln nuevamente, tratando de darle la fuerza y la esperanza que necesitaba. Sabían que el camino por delante sería difícil y lleno de desafíos, pero el amor que compartían les daba la determinación para seguir adelante, enfrentar sus miedos y luchar por un futuro en el que pudieran estar juntos.
El Agente-Venom llegó a la escena, habiendo escuchado y visto todo lo que había ocurrido. Con un tono más relajado, pero aún con una pizca de ironía, se dirigió a Lincoln y Gwen.
Agente-Venom: (serio) Después de todo, parece que Lincoln no es el hijo de puta que Ross pintaba. Quizás tiene un poco más de humanidad de lo que le daban crédito.
Lincoln, aún abatido pero con una chispa de curiosidad, miró al Agente-Venom.
Lincoln: (curioso) ¿Entonces vas a seguir con tu misión?
Flash: (desafiante) No, no voy a seguir con eso. Después de ver cómo Ross estaba dispuesto a sacrificar vidas solo por un simbionte, me doy cuenta de lo absurdo que es todo esto. Ross puede irse a la mierda. No me importa su agenda.
El Agente-Venom asintió con comprensión, su actitud reflejaba un cambio en su perspectiva.
Agente-Venom: (resuelto) Entonces parece que esto no es el final. Nos volveremos a encontrar, y cuando lo hagamos, será bajo circunstancias diferentes.
Con eso, el Agente-Venom se alejó, dejando a Lincoln y Gwen con una sensación de alivio, aunque la tensión seguía en el aire.
Lincoln y Gwen, junto con Kamala, comenzaron a alejarse de la escena de la destrucción. La situación seguía siendo tensa, y Lincoln no podía evitar pensar en sus próximos pasos. A pesar de la devastación, tenía un escondite que había olvidado en medio de sus numerosas responsabilidades y batallas. Sabía que no era el lugar ideal, pero era lo mejor que podía hacer en el momento.
Finalmente, llegaron a Harlem. A primera vista, el lugar parecía desolado, una vieja choza en medio de la nada. Lincoln, con un gesto de determinación, abrió la puerta y condujo a los demás al interior.
Gwen: (sorprendida) ¿Qué es esto?
Kamala miró a su alrededor, esperando ver solo una simple cabaña. Sin embargo, al entrar, se dieron cuenta de que era mucho más que eso. Lo que parecía una simple choza desde el exterior se transformaba en un vasto espacio interior lleno de armas, equipo avanzado y trofeos de antiguas misiones de Lincoln. El lugar estaba cuidadosamente organizado, un reflejo de la vida de un guerrero que había enfrentado numerosos desafíos.
Lincoln: (explicando) Este lugar fue proporcionado por el Doctor Voodoo. A cambio de que le consiguiera un mineral del Infierno, me ofreció este escondite. No lo he usado mucho, pero considerando la situación, es el mejor lugar que tengo ahora.
Gwen y Kamala intercambiaron miradas de asombro mientras exploraban el espacio. Era claro que Lincoln había acumulado una considerable cantidad de recursos y trofeos a lo largo de sus batallas, cada uno con una historia propia.
Kamala: (admirada) No puedo creer que hayas tenido todo esto escondido aquí.
Gwen: (con una sonrisa) Bueno, al menos tienes un lugar al que recurrir. No es ideal, pero es mejor que nada.
Lincoln se apoyó en una mesa llena de gadgets y armas, con una expresión de agotamiento mezclada con resignación. Sabía que la batalla no había terminado y que aún tenían mucho por enfrentar. Pero al menos, ahora tenían un refugio temporal y un lugar para planificar sus próximos pasos.
Lincoln: (reflexivo) No es el lugar más cómodo, pero es funcional. Vamos a usar este tiempo para recuperarnos y prepararnos para lo que venga. Doom no se detendrá, y debemos estar listos para enfrentarlo.
Con un asentimiento general, el grupo comenzó a establecerse en el escondite. Aunque la destrucción de su hogar había sido devastadora, sabían que debían seguir adelante. El refugio en Harlem les daba una oportunidad para reagruparse, hacer planes y enfrentarse a los nuevos desafíos que se avecinaban.
A medida que se acomodaban en su nuevo entorno, Lincoln, Gwen y Kamala comprendieron que, a pesar de la adversidad, su determinación y unidad les darían la fuerza para enfrentar cualquier cosa que el futuro les deparara.
Mientras recorrían los pasillos del escondite, el grupo llegó a una serie de habitaciones decoradas con una impresionante colección de recuerdos. Cada pared estaba adornada con fotografías enmarcadas y trofeos que representaban la vida de Lincoln a lo largo de múltiples universos. La atmósfera estaba cargada de una profunda melancolía y asombro.
Gwen, intrigada, se detuvo frente a un marco que capturaba a Lincoln en una versión samurái, con un mechón rojo en su cabello y una marca distintiva en su rostro. El samurái parecía un héroe antiguo, con un aire de determinación y honor.
Gwen: (curiosa) ¿Quién es este? ¿Eres tú en otro universo?
Lincoln: (con una sonrisa nostálgica) Sí, ese es Yorichii. En ese mundo, era un guerrero samurái, entrenado en artes antiguas y en lucha. Fue un tiempo de gran honor y desafío. Cada universo tiene su propia forma de forjar su camino, y este fue uno de mis favoritos.
La siguiente fotografía mostró a Lincoln en un entorno militar, junto a un soldado que parecía compartir el mismo nivel de disciplina y experiencia. A su lado, había otra imagen de un Lincoln con dos hojas ocultas, sus manos envueltas en llamas que parecían tener vida propia.
Kamala: (impresionada) Cada una de estas versiones tiene una historia tan diferente. ¿Cuántos universos has conocido?
Lincoln: (pensativo) He perdido la cuenta. Cada uno es un reflejo de diferentes caminos y decisiones. Algunos universos tienen versiones de mí que son más heroicas, mientras que otros son más... oscuras. Pero cada uno ha dejado una marca en mi vida.
Entre los cuadros, había cuatro fotografías de versiones de Lincoln con una apariencia similar: todos llevaban un sombrero negro con una cuerda café. Las placas en los cuadros indicaban los nombres y universos de cada uno: Lincoln Morgan, Lincoln Marston y Lincoln Morgan Marston, etiquetados como LC5-2342, LC5-2343 y LC5-2344.
Gwen: (interesada) ¿Qué historia hay detrás de estos?
Lincoln: (explicativo) Esos son de un universo con un estilo muy particular. Todos ellos compartían una tradición y una herencia común, simbolizada por el sombrero. Cada uno tenía su propio rol y responsabilidades, pero el símbolo del sombrero unifica sus historias.
Gwen se detuvo frente a una imagen conmovedora: una versión mucho mayor de Lincoln estaba al lado de una mujer que parecía tener alrededor de 40 años. La escena mostraba a una adolescente que se parecía a Gwen, sentada junto a los adultos.
Gwen: (emocionada) ¿Quiénes son ellos?
Lincoln: (con una mezcla de tristeza y cariño) Esa es una versión de mi familia en otro universo. Esa mujer es una versión de ti y los adolescentes son nuestros hijos. Es un recordatorio de lo que podría haber sido, de un futuro que solo existe en estos momentos congelados.
Kamala, mientras tanto, descubrió una foto que mostraba una boda. Lincoln estaba al lado de una versión de sí mismo y una Kamala vestida de novia.
Kamala: (sorprendida) ¿Esa soy yo en una boda con otra versión de ti?
Lincoln: (asintiendo) Sí, en ese universo nuestras vidas tomaron un rumbo diferente. A veces me pregunto cómo habría sido esa vida.
Finalmente, Kamala encontró una foto en la que Lincoln estaba jugando con una niña pequeña que se parecía a Lynn, aunque era obvio que era de otro universo.
Kamala: (intrigada) ¿Quién es esa niña?
Lincoln: (con un tono melancólico) Es la hija de una versión de Lynn y yo en otro universo. En cada uno de estos mundos, los lazos familiares y las relaciones pueden ser muy diferentes. Esa niña representa una parte de lo que podría haber sido mi vida en ese universo.
Gwen y Kamala se quedaron en silencio, observando las imágenes que decoraban las paredes. Cada una de las fotos era un testimonio de las diversas vidas que Lincoln había vivido, mostrando un espectro de experiencias, amores y pérdidas. Mientras observaban, se dieron cuenta de que estas imágenes representaban no solo diferentes facetas de Lincoln, sino también los innumerables caminos que podría haber tomado.
Gwen: (reflexiva) Cada uno de estos universos parece tener su propia historia y su propia forma de enfrentar los desafíos. ¿Cómo te sientes al ver todo esto?
Lincoln: (con una mezcla de tristeza y esperanza) A veces, estas imágenes son un recordatorio doloroso de lo que he perdido, pero también me ofrecen una visión de lo que podría haber sido. Me ayudan a mantenerme enfocado, a no perder la esperanza. Cada versión de mí mismo ha tenido sus propias batallas y victorias. Al ver todo esto, me doy cuenta de que, sin importar el universo, siempre hay algo por lo que luchar, siempre hay una razón para seguir adelante.
La atmósfera en el escondite era ahora más ligera, con una sensación de paz momentánea después del caos reciente. Mientras el grupo se asentaba en el nuevo refugio, el impacto emocional de las imágenes parecía darles una nueva perspectiva sobre lo que significaba luchar por algo más grande que uno mismo.
Gwen se acercó a Lincoln, abrazándolo con fuerza.
Gwen: (con cariño) No importa en qué universo estés o qué desafíos enfrentes. Lo importante es que estamos juntos en esto.
Lincoln, con lágrimas en los ojos, se dejó abrazar por Gwen, sintiendo una conexión profunda y una tranquilidad que había estado buscando en medio del caos. Aunque su hogar estaba destruido y enfrentaban un futuro incierto, las imágenes y el apoyo de sus seres queridos le recordaron que, incluso en los momentos más oscuros, siempre había esperanza y la posibilidad de redención.
Kamala: (en voz baja) Estamos contigo, Lincoln. No estás solo en esto.
El grupo, unido por el dolor y la esperanza, se preparó para enfrentar el próximo desafío, sabiendo que, aunque el camino por delante sería difícil, lo enfrentarían juntos, con la determinación y el amor que habían visto en las vidas paralelas de Lincoln.
Kamala miró la hora en su reloj con una expresión de preocupación en su rostro. Sabía que era tarde y que tenía que regresar a casa antes de que sus padres se dieran cuenta de su ausencia. Con una rápida despedida y un último vistazo a Lincoln y Gwen, se puso en marcha, corriendo con urgencia hacia la salida del escondite.
Kamala: (apresurada) Tengo que irme. Mi familia se dará cuenta de que no estoy en casa. Nos vemos pronto, ¿de acuerdo?
Lincoln: (asintiendo) Claro, cuídate. Hablaremos pronto.
Gwen: (sonriendo) Ve con cuidado, Kamala.
Kamala se alejó, su figura desapareciendo rápidamente en la oscuridad mientras corría hacia el horizonte. Gwen observó cómo se iba, y un sentimiento de tranquilidad y gratitud se apoderó de ella, apreciando el tiempo que había pasado con sus amigos.
Cuando el silencio se asentó en el escondite, Gwen se giró hacia Lincoln, quien estaba sentado en el suelo, aún procesando la intensidad de los eventos recientes. Notó una expresión de preocupación en su rostro y se acercó con un gesto más íntimo.
Gwen: (en tono suave) Oye, Lincoln, sé que estás lidiando con mucho en este momento. Pero, no puedo evitar recordar algo.
Lincoln: (mirando a Gwen) ¿Qué pasa?
Gwen: (con una sonrisa traviesa) Aún me debes un bebé.
Lincoln la miró con una mezcla de sorpresa y diversión, reconociendo la broma detrás de la seriedad de sus palabras. La tensión en su rostro comenzó a suavizarse mientras se daba cuenta de la verdad detrás de la broma de Gwen. Ella había estado a su lado en uno de los momentos más oscuros de su vida, y ahora estaba usando una broma para aliviar la carga emocional que ambos llevaban.
Lincoln: (con una sonrisa cansada) ¿De verdad estás sacando eso a colación ahora?
Gwen: (con un tono juguetón) Bueno, pensaba que tal vez una pequeña broma podría aligerar el ánimo. Además, es una promesa que todavía está pendiente.
Lincoln: (sonriendo, pero con un toque de preocupación) No sé si ahora es el momento para bromas sobre eso, Gwen. Pero aprecio el intento de distraerme.
Gwen se acercó más, sentándose junto a él y tomando su mano con ternura. La risa y el tono juguetón desaparecieron, reemplazados por una profunda conexión y entendimiento mutuo.
Gwen: (seria pero cariñosa) Mira, sé que estamos en un momento difícil, pero no quiero que olvides lo que realmente importa. Estamos aquí el uno para el otro, y eso significa más que cualquier otra cosa.
Lincoln, sintiendo la calidez de la mano de Gwen y la sinceridad en sus palabras, se dio cuenta de cuánto significaba para él tenerla a su lado. La broma, aunque ligera, era un recordatorio de que, a pesar de los horrores que enfrentaban, aún había espacio para el cariño y el apoyo genuino.
Lincoln: (suavemente) Gracias, Gwen. Necesitaba escuchar eso.
Gwen: (mirándole a los ojos) No tienes que agradecérmelo. Estamos juntos en esto, siempre.
La conversación terminó en un abrazo silencioso y reconfortante. A pesar del caos y la destrucción que enfrentaban, sabían que podían encontrar fortaleza en su relación y en el apoyo mutuo. El futuro era incierto y estaba lleno de desafíos, pero juntos podían enfrentar lo que viniera.
El silencio que siguió era un testimonio de su conexión, mientras se preparaban para lo que les esperaba, con la certeza de que, sin importar cuán oscuros fueran los días por venir, no estaban solos en su lucha.
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