Acenso

en una fría noche de Navidad, el ambiente en la ciudad estaba lleno de luces y decoraciones festivas. Sin embargo, en el oscuro apartamento de Lincoln, el único sonido que se escuchaba era el suave zumbido de una pequeña luz de Navidad que colgaba solitaria en la esquina de la habitación. La atmósfera era silenciosa y solitaria, un contraste marcado con la vibrante celebración que se llevaba a cabo en otros lugares.

Lincoln estaba sentado en el sofá, rodeado por el silencio que había elegido para pasar las festividades. En sus manos, sostenía un vaso de café frío, y su mirada se perdía en el vacío. Había hecho lo posible para mantener una relación con Kamala, Gwenpool y Lynn, pero ahora, en esta noche de Navidad, se encontraba solo.

En la mansión de los Vengadores, Kamala Khan estaba rodeada de amigos y colegas. La casa estaba decorada con adornos festivos, y se podía escuchar el sonido de risas y música navideña. Kamala disfrutaba de la celebración, aunque su mente a veces se deslizaba hacia el recuerdo de Lincoln. A pesar de que ella estaba contenta de estar con los Vengadores, no podía evitar sentir una pequeña punzada de tristeza al pensar en él.

Mientras tanto, en el cuartel de los mercenarios, Gwenpool estaba en medio de una bulliciosa fiesta con su viejo equipo. Las luces parpadeaban y la música sonaba a todo volumen, pero Gwenpool, a pesar de su fachada alegre, también sentía una falta de conexión. La ausencia de Lincoln se hacía sentir, aunque intentaba mantenerse ocupada y disfrutar de la celebración.

Lynn, por otro lado, había decidido pasar las festividades en casa con su familia. Aunque se sentía agradecida por el tiempo con sus seres queridos, había una parte de ella que deseaba estar con Lincoln, especialmente en esta época del año.

Regresando al apartamento de Lincoln, él se levantó del sofá y se acercó a la ventana. Miró hacia afuera, donde las luces de Navidad brillaban en la distancia, y la vista de la ciudad decorada le recordó lo que estaba perdiendo. Se sentó en la ventana y permitió que sus pensamientos vagaran libremente, sin poder evitar sentir una profunda sensación de soledad.

Mientras tanto, en la mansión de los Vengadores, Kamala se alejó del bullicio de la fiesta y se dirigió a una ventana, mirando hacia el cielo estrellado. Su mente seguía volviendo a Lincoln y la forma en que había tratado de mantenerse cerca de ella, incluso cuando las circunstancias lo habían llevado a estar solo en esta noche festiva.

En el cuartel de los mercenarios, Gwenpool también se tomó un momento para salir al aire libre. Se apoyó contra una pared y miró las luces de Navidad en la distancia, preguntándose cómo estaría Lincoln en esta noche tan especial.

Finalmente, en la casa de los Loud, Lynn se sentó en el salón con su familia, pero su mente no podía dejar de pensar en Lincoln. A pesar de estar rodeada de sus seres queridos, había una parte de ella que deseaba que las circunstancias fueran diferentes y que pudiera compartir la Navidad con él.

Lincoln quería asistir a alguna de esas fiestas, pero sabía que no podía estar en ninguno de esos lugares. Si iba con Gwen, sus amigos mercenarios tratarían de atraparlo. No lo recibirían en la Mansión de los Vengadores, y con Lynn... él no estaba listo para ver a su familia después de cuatro años sin verse.

De repente, Lincoln recibió un mensaje en su teléfono. Era de Gwen, diciéndole cuánto lo extrañaba, seguido de una foto provocadora para que pensara en ella. Lincoln no pudo evitar sonreír, pero la sonrisa pronto se desvaneció. Sabía que no podía estar con Gwen en ese momento, así que decidió salir a pasear, sin un rumbo fijo, para ver qué hacer.

Caminando por las calles decoradas con luces navideñas, Lincoln reflexionaba sobre su situación. A pesar de todos sus esfuerzos por mantener una relación con Gwenpool, Kamala y Lynn, se encontraba solo en una noche que debería estar llena de alegría. No podía arriesgarse a estar con Gwen debido a sus amigos mercenarios, no era bienvenido en la Mansión de los Vengadores, y no se sentía preparado para enfrentarse a su familia después de tanto tiempo.

Mientras Lincoln vagaba por las calles, el frío aire nocturno le recordaba su soledad. Decidió que, aunque no podía estar con nadie esa noche, haría lo mejor que pudiera para mantenerse fuerte. Sabía que tenía que estar preparado para lo que el futuro le deparara, incluso si eso significaba pasar la Navidad en soledad.

Anti-Venom se giró hacia Spot, rompiendo el silencio con una pregunta que había estado rondando su mente desde que lo vio sentado solo en la barra.

Anti-Venom: ¿Por qué estás aquí solo, Spot? Es Navidad, incluso los villanos deben tener a alguien con quien pasarla.

Spot levantó la vista lentamente, su expresión era una mezcla de tristeza y resignación.

Spot: (con un suspiro) Nadie me invitó, ni siquiera los villanos. Para ellos, soy solo un chiste, alguien a quien nadie toma en serio. Ya ni siquiera intento ser parte de su mundo. La única vez que fui... relevante, si se puede decir, fue cuando un tipo llamado Coyote me tuvo en una máquina. Usó mis agujeros para traficar drogas.

Spot hizo una pausa, su voz se volvió más grave y cargada de pesar.

Spot: Pero lo peor... lo peor fue cuando supe que usó mis agujeros en mujeres embarazadas que tenía amenazadas. Solo para transportar lo que quería. No tenía elección... pero me dio asco.

Anti-Venom sintió un escalofrío recorrer su cuerpo. La tristeza y el dolor en la voz de Spot eran evidentes, pero había algo más, algo que necesitaba saber.

Anti-Venom: (con seriedad) ¿Qué pasó con esas mujeres, Spot?

Spot, destrozado por el recuerdo, bajó la mirada hacia su vaso, girándolo entre sus manos antes de hablar.

Spot: (con voz quebrada) Uno de los bebés... no sobrevivió. El agujero lo dañó... y no pude hacer nada para detenerlo. No soy un héroe, Anti-Venom, ni siquiera soy un villano de verdad. Soy solo... un error.

La confesión de Spot dejó a Anti-Venom en silencio, su usual coraza de dureza se resquebrajaba un poco ante la cruda humanidad de la situación. Había esperado encontrar en Spot solo a un criminal más, pero lo que vio fue a alguien que había sido usado y desechado, alguien que cargaba con un peso que no podía soportar.

Lincoln, sintiendo una mezcla de empatía y compasión por Spot, decidió hacer algo inesperado. Mientras Spot seguía lamentándose en la barra, Lincoln aprovechó el hecho de que el bar estaba vacío y se acercó a él con una intención clara de levantarle el ánimo.

Anti-Venom: (con un tono más suave) Oye, Spot, ¿te parece si intentamos algo para despejar un poco estas penas?

Spot lo miró con curiosidad, sin entender del todo la propuesta, pero aceptó el ofrecimiento con una débil sonrisa. Lincoln se dirigió a la máquina de karaoke del bar, la cual había visto antes, y la encendió. La pantalla parpadeó con la opción de elegir canciones.

Anti-Venom: (con un toque de humor) Vamos a cantar un poco. No te preocupes, nadie más está aquí para escucharnos.

Spot, aún atónito, se levantó tambaleándose, mientras Lincoln ajustaba el micrófono. La primera canción que eligieron fue un clásico navideño, y mientras Spot luchaba por mantenerse en tono, su canto era desafinado y algo caótico, pero Lincoln se unió a él, riendo y cantando con entusiasmo exagerado.

La escena era absurda: un Anti-Venom en un bar vacío, acompañado por un Spot ebrio, ambos haciendo su mejor esfuerzo en el karaoke mientras se reían de sí mismos. La atmósfera se llenó de una ligera burla y una rara alegría.

Al mismo tiempo, en la casa Loud, Lynn estaba en la mesa con sus hermanas, cuando recibió una notificación en su teléfono. Al abrirla, sus ojos se abrieron en sorpresa al ver un video en el que Lincoln y Spot, borracho y con un canto horrible, estaban siendo grabados. Aunque Spot cantaba muy mal, Anti-Venom seguía el juego con entusiasmo y risa contagiosa, creando un momento hilarante en medio de la Navidad.

Lynn, al ver el video, no pudo evitar reírse, tanto por la situación como por la inesperada conexión que Lincoln parecía estar haciendo con Spot. La risa le ayudó a aliviar el peso de la soledad que sentía esa noche, y aunque la distancia entre ellos seguía siendo grande, el video le mostró un lado de Lincoln que le resultaba familiar y reconfortante.

Spot se quedó dormido en la barra, su cabeza descansando pesadamente sobre el borde mientras murmuraba incoherencias. Lincoln, viendo la oportunidad, se destransformó y comenzó a jugar con los agujeros de Spot, con una mezcla de curiosidad y aburrimiento. Colocó su mano en uno de los agujeros, y luego observó cómo salía disparada desde otro lado. Intentó lanzar un par de objetos pequeños, como una moneda o una botella vacía, para ver dónde terminaban apareciendo. La rareza del poder de Spot lo mantuvo entretenido por un rato.

De repente, Lincoln escuchó el sonido de la puerta del bar abriéndose. Rápidamente, se transformó de nuevo en Anti-Venom, listo para cualquier situación que pudiera surgir. Entró una chica, probablemente de su misma edad, con una expresión que sugería que no estaba de humor para conversaciones. Era una joven de casi 17 años, con un aire de pocos amigos, que claramente no estaba buscando compañía. Sin decir una palabra, se dirigió hacia la barra y se sentó a un par de asientos de Spot, ignorando completamente la presencia de Lincoln.

Anti-Venom estaba por decir algo, tal vez una broma para romper el hielo, pero la chica levantó una mano ligeramente, como si indicara que no tenía interés en hablar. Su atención estaba completamente enfocada en la botella que el barman le deslizó. El ambiente volvió a un extraño silencio, interrumpido solo por los suaves ronquidos de Spot y el suave clink de la bebida en el vaso de la chica.

Lincoln se quedó observándola por un momento, tratando de descifrar si debía insistir en iniciar una conversación o simplemente dejarla tranquila. Algo en su semblante le decía que esta chica había venido a este lugar por la misma razón que él: escapar de una soledad que parecía ser más pesada en las noches como esa.

Lincoln decidió ignorar a la chica por el momento y continuó jugando con los agujeros de Spot. Era como un juego absurdo, pero le ayudaba a despejar su mente. Mientras lo hacía, la chica lo miró de reojo y finalmente rompió el silencio.

X-23: Oye, ¿acaso sabes que ese es un villano?

Lincoln, sin detener su pequeño experimento, respondió sin mucha preocupación.

Anti-Venom: Era un infeliz con mala suerte. Pero esta noche... es mi amigo.

La chica frunció el ceño, claramente desconcertada por la respuesta de Lincoln. De repente, algo hizo clic en su mente. Lincoln observó a la chica más de cerca, y fue entonces cuando se dio cuenta de quién era.

Anti-Venom: Eres X-23, ¿verdad?

Ella lo miró con una mezcla de sorpresa y resignación, pero no dijo nada, simplemente se encogió de hombros y volvió a concentrarse en su bebida. Lincoln, sin embargo, ya estaba intrigado. Sabía de su reputación, y por alguna razón, sintió la necesidad de hablar con ella.

El tiempo pasó, y después de un par de botellas, Lincoln finalmente logró que X-23 se abriera un poco. Al principio, las palabras eran escasas, pero lentamente comenzaron a compartir más, encontrando un terreno común en su extraña soledad y en la vida complicada que ambos llevaban.

La noche, que había comenzado con una sensación de aislamiento, terminó de manera inesperada. Lincoln y X-23, ambos guerreros solitarios, se encontraron compartiendo historias y experiencias, formando una conexión que ninguno de los dos había anticipado.

X-23 dejó la botella a un lado, tambaleándose ligeramente. Borracha y con la guardia baja, se desahogó con Lincoln, dejando salir todo lo que había estado reprimiendo.

X-23: Sabes... ni siquiera me quieren en la maldita escuela de mutantes... ¡Soy una maldita mutante y ni ahí encajo!

Lincoln la miró con comprensión, sabiendo lo que era sentirse fuera de lugar. Sin juzgarla, respondió con calma.

Anti-Venom: Hoy tienes un lugar aquí, conmigo y con Spot. No tienes que preocuparte por nada más.

En ese momento, Spot, aún ebrio y profundamente dormido, se deslizó de la barra y cayó al suelo con un ruido sordo, pero no se despertó. Lincoln y X-23 lo miraron por un segundo antes de que ambos soltaran una risa, encontrando algo de alivio en la extraña compañía que compartían esa noche.

X-23, con la lengua un poco más suelta por el alcohol, miró a Lincoln con curiosidad, su mente intentando entender lo que había escuchado antes sobre él.

X-23: He escuchado por ahí... que estás en una relación con Gwenpool.

Lincoln, transformado en Anti-Venom, asintió con orgullo, recordando todos los momentos caóticos pero inolvidables que había compartido con Gwen.

Anti-Venom: Sí, así es.

X-23 lo observó con una mezcla de curiosidad y confusión antes de hacer la pregunta que rondaba en su mente.

X-23: ¿Por qué? ¿Qué le viste a Gwenpool? Digo, no es precisamente... la opción más obvia.

Lincoln soltó una risa suave, entendiendo perfectamente la sorpresa en la voz de X-23. Era una pregunta justa, considerando la naturaleza única de Gwen.

Anti-Venom: Gwen es... bueno, es diferente. No le importa lo que otros piensen, hace lo que quiere, y es increíblemente leal. Puede ser un desastre, pero es un desastre divertido y lleno de vida. Y, a pesar de todo, me entiende. No intenta cambiarme ni juzgarme por lo que soy.

X-23 lo escuchó en silencio, sus ojos reflejando un poco de envidia y admiración. Era evidente que Lincoln había encontrado a alguien con quien podía ser él mismo, sin máscaras ni pretensiones.

X-23: Suena... interesante. Supongo que todos necesitamos a alguien así en nuestras vidas.

Lincoln rió al escuchar las palabras de X-23, su risa llena de una sinceridad que hacía tiempo no mostraba.

Anti-Venom: Seguro que encontrarás a alguien que te haga sentir especial, como tú te lo mereces. Todos necesitamos a alguien que nos haga sentir que valemos la pena.

X-23, algo sonrojada y claramente influenciada por el alcohol, le dio una sonrisa agradecida. A medida que la conversación continuó, ambos se relajaron y comenzaron a aprovechar el hecho de que el bar estaba vacío y Spot estaba profundamente dormido en la barra.

Anti-Venom: (jugando con una botella vacía) Oye, ¿qué te parece si improvisamos una especie de "trampa de botellas"? Quiero ver qué tan bien podemos lanzar estas cosas sin que nadie nos vea.

X-23, con una sonrisa traviesa, aceptó el desafío. Juntos, empezaron a lanzar las botellas vacías por el aire, tratando de hacerlas caer en una caja vacía que habían encontrado en el rincón. Sus risas llenaron el bar, un escape de la tristeza y las presiones de sus vidas.

X-23: (con un grito de triunfo) ¡Ahí va una!

Anti-Venom: (riendo) ¡Y ahí va otra! ¡Estamos en racha!

La competencia se intensificó a medida que lanzaban más botellas y hacían un alboroto que habría hecho sonrojar a cualquier cliente normal del bar. X-23 incluso usó sus garras de forma no convencional para tratar de atrapar las botellas en el aire, mientras Lincoln hacía lo propio con su simbiótico, creando una especie de red improvisada para atraparlas.

A medida que el caos se apoderaba del bar, el ambiente se volvió más desenfadado. Ambos, disfrutando el momento y riendo sin preocupaciones, se dieron cuenta de lo liberador que era dejar atrás sus problemas, aunque fuera por unas horas.

A medida que Spot se despertó, su estado ebrio no le impidió unirse a la diversión. Con un torpe entusiasmo, comenzó a participar en las payasadas, contribuyendo al caos alegre del bar. Desde lanzar una botella vacía como si fuera una pelota de béisbol hasta intentar usar un vaso de plástico como sombrero, Spot se mostró completamente inmerso en la locura navideña.

Spot: (con una sonrisa torcida) ¡¿Qué están haciendo?! ¡Yo también quiero participar! ¡Voy a ser el rey de las fiestas navideñas!

Lincoln y X-23 se unieron a Spot en sus travesuras, lanzando cosas por los agujeros de Spot y haciendo ruidos ridículos mientras se reían a carcajadas. El ambiente del bar se llenó de una energía contagiosa, y la gente empezó a notar el bullicio desde la calle.

No pasó mucho tiempo antes de que el bar comenzara a llenarse de civiles que se unieron a la fiesta. Los nuevos llegados eran un espectáculo en sí mismos: Howard el Pato, She-Hulk y el Inmortal entraron al bar, atrayendo miradas de sorpresa y curiosidad.

Howard el Pato: (con una sonrisa irónica y una copa de cóctel en la mano) ¡Ah, la Navidad, ese mágico momento del año cuando incluso los patos pueden encontrar su lugar! ¡Espero que alguien haya traído pavo!

She-Hulk: (riéndose y arrojando un gorro de Santa a Spot) ¡Es bueno ver a alguien disfrutando por una vez! Y a ti te reconozco, Lincoln. No te preocupes, estamos aquí para disfrutar, no para juzgar. Además, ¡tengo una receta de galletas de jengibre que te va a encantar!

Inmortal: (con una sonrisa amistosa y un par de corbatas navideñas que había encontrado en el bar) Todos tenemos un pasado, ¿no? Hoy estamos aquí para disfrutar y dejar de lado las preocupaciones. ¡Que empiece la fiesta!

Mientras la música navideña llenaba el aire, los recién llegados se unieron a las payasadas. Howard se subió a la barra y comenzó a cantar villancicos de forma dramática, mientras She-Hulk organizaba un concurso de baile con movimientos navideños exagerados y el Inmortal distribuía gorros de Santa a todos, incluyendo a los desprevenidos clientes del bar que se habían unido a la celebración.

Spot, todavía tambaleándose, trató de balancearse con el ritmo de la música mientras mantenía su equilibrio en la barra. Cada vez que se caía, Lincoln y X-23 se reían y le ayudaban a levantarse, solo para ver cómo Spot caía nuevamente. Era un ciclo hilarante de caídas y risas.

Lincoln, sorprendido por la calidez de la recepción, se dio cuenta de que todos estaban allí para pasarla bien. La atmósfera se volvió más festiva con cada minuto que pasaba, y el bar se transformó en una verdadera fiesta navideña, completa con decoraciones improvisadas, luces parpadeantes y una enorme cantidad de risas.

A medida que la noche avanzaba, el bar estaba lleno de camaradería. Howard se convirtió en el maestro de ceremonias, organizando una competencia de chistes navideños que hizo que todos se rieran hasta llorar. She-Hulk pasó el tiempo repartiendo galletas de jengibre mientras se reía y bailaba con los demás. Y el Inmortal, que parecía ser el alma de la fiesta, organizó una versión improvisada de "El cascanueces" con los clientes del bar.

Aunque la situación con Harry Osborn seguía siendo una herida abierta para Lincoln, en esa noche, el bar se convirtió en un refugio de diversión y compañía inesperada. La festividad y el espíritu de la Navidad le ofrecieron un respiro del dolor y la soledad que había estado sintiendo.

Aunque la situación con Harry Osborn seguía siendo una herida abierta para Lincoln, en esa noche, el bar se convirtió en un refugio de diversión y compañía inesperada. La festividad y el espíritu de la Navidad le ofrecieron un respiro del dolor y la soledad que había estado sintiendo.

Mientras tanto, Gwenpool estaba en medio de su propia fiesta navideña con su viejo equipo de mercenarios. Aunque intentaba disfrutar, no podía evitar sentir una punzada de arrepentimiento por no haber pasado la noche con Lincoln. Su mente no dejaba de regresar a él, y se preguntaba cómo estaría en solitario. Decidió enviarle un mensaje para asegurarse de que estaba bien.

Kamala, igualmente preocupada por Lincoln, también le mandó un mensaje. Se preguntaba si estaba solo y si necesitaba compañía. Aunque estaba celebrando con los Vengadores, el pensamiento de Lincoln solo y sin nadie cerca la inquietaba. Lynn, por su parte, en medio de las festividades familiares, también decidió enviarle un mensaje. Aunque estaba con su familia, no podía evitar pensar en él y en cómo le estaría yendo.

Cuando Lincoln vio los mensajes, una sonrisa apareció en su rostro. Decidió responderles a todas con una foto tomada en el bar, mostrando que estaba bien y disfrutando de buena compañía. En la foto, estaba rodeado de Spot, X-23 y el grupo festivo que se había formado. Todos estaban riendo y celebrando juntos, y la imagen reflejaba un momento de verdadera alegría.

Lincoln escribió:

"Gracias por preocuparse. Estoy bien y en buena compañía. ¡La fiesta está increíble y la Navidad está siendo muy divertida aquí! No quiero que se preocupen. Espero que todos estén disfrutando también. ¡Nos vemos pronto!"

Gwenpool, Kamala y Lynn recibieron el mensaje y la foto al mismo tiempo. Gwenpool se sintió aliviada al ver que Lincoln estaba rodeado de personas que lo estaban haciendo sentir bien. A pesar de no estar con él, la imagen le dio un poco de paz. Kamala se sintió similar, aliviada de ver que Lincoln no estaba solo. Lynn, por otro lado, sintió un nudo en el estómago al ver la foto, pero también una chispa de alegría por verlo bien y rodeado de compañía.

Mientras tanto, en el bar, la fiesta continuaba con más entusiasmo. Howard el Pato y She-Hulk organizaban un concurso de villancicos, y el Inmortal estaba creando una coreografía absurda con luces de Navidad. Lincoln, Spot y X-23 estaban en el centro de la acción, participando en cada locura navideña que se les ocurría.

Lincoln se unió al concurso de villancicos improvisado, cantando con una pasión exagerada y gestos dramáticos que hicieron que todos se rieran a carcajadas. Spot, aún algo tambaleante, se unió con entusiasmo y trató de imitar los movimientos de Lincoln, mientras X-23 se reía y disfrutaba del espectáculo.

La noche avanzó entre bromas, música y baile, y Lincoln se dio cuenta de que, a pesar de los desafíos y el dolor de su pasado, había encontrado una forma de disfrutar el presente y de crear nuevos recuerdos felices. La compañía inesperada y el ambiente festivo hicieron que la Navidad fuera un poco más brillante para él.

Sin embargo, cuando todo iba relativamente bien, se escucharon gritos afuera del bar. Lincoln y el resto de los presentes se quedaron en silencio por un momento, tratando de identificar el origen del alboroto. Al asomarse por las ventanas, vieron a personas corriendo despavoridas, huyendo de algo. Más allá, en la oscuridad de la noche, Lincoln distinguió figuras negras y viscosas moviéndose entre las sombras.

Lincoln se puso en alerta, reconociendo de inmediato a los simbiontes que se acercaban. Con determinación, salió del bar, su cuerpo ya comenzando a transformarse en Anti-Venom, listo para la pelea.

X-23 y She-Hulk lo siguieron rápidamente, preparándose para lo que se venía. Howard el Pato, con su habitual sarcasmo, masculló algo sobre cómo nunca podía tener una Navidad tranquila, pero también salió, blaster en mano, para apoyar en la pelea. Míster Inmortal, aunque sin muchas ganas de morir otra vez esa noche, se unió al grupo. Spot, sin embargo, cuando intentó levantarse para ayudar, simplemente tropezó y cayó al suelo, completamente borracho, quedándose allí con un gemido de frustración.

Ya afuera, Anti-Venom miró a los simbiontes que se acercaban, sus ojos brillando con una mezcla de furia y desafío. Eran muchos, más de los que esperaba, pero eso no lo hizo retroceder.

Anti-Venom: ¿Qué es lo que quieren? (preguntó con voz grave y resonante, su simbionte preparado para cualquier ataque).

Uno de los simbiontes se adelantó, sus ojos rojos y afilados miraron fijamente a Anti-Venom.

Simbionte: Nosotros venimos en nombre de Knull, el dios de los simbiontes. Nuestro objetivo es simple... queremos matarte.

Las palabras del simbionte resonaron en la fría noche, llenas de odio y violencia.

Anti-Venom apretó los puños, su simbionte reaccionando a la amenaza con una ráfaga de energía blanca que brilló brevemente a su alrededor.

Anti-Venom: ¡Knull tendrá que esperar mucho para lograr eso! (respondió con un tono que no dejaba lugar a dudas).

A su lado, X-23 desenvainó sus garras de adamantium, lista para atacar. She-Hulk dio un paso adelante, sus músculos tensos y listos para el combate. Howard el Pato apuntó su blaster con una precisión inesperada para un pato de su tamaño, mientras que Míster Inmortal simplemente rezaba por no tener que morir otra vez.

El enfrentamiento estaba a punto de comenzar, y aunque Lincoln sabía que la noche había dado un giro inesperado, también sabía que no estaba solo. La Navidad había traído consigo no solo compañía, sino también una batalla que, aunque peligrosa, no enfrentaría en soledad. Con sus nuevos aliados a su lado, Anti-Venom estaba listo para demostrar que Knull y sus simbiontes no serían un obstáculo en su camino.

La noche de Navidad, que había comenzado con soledad y melancolía, se convertiría en una épica batalla por la supervivencia, una lucha que Lincoln no planeaba perder.

Con un rugido ensordecedor, Lincoln, ahora completamente transformado en Anti-Venom, se lanzó hacia los simbiontes, liderando a su grupo en la batalla. La energía blanca de su simbionte brilló intensamente, iluminando la oscura calle mientras se abalanzaba sobre el primer simbionte que se le cruzó. X-23, con una agilidad felina, se unió al ataque, sus garras de adamantium cortando el aire con precisión mortal. She-Hulk, con su fuerza colosal, se abrió paso entre los enemigos, lanzándolos por los aires con poderosos golpes.

Mientras tanto, Howard el Pato disparaba con su blaster, aprovechando su baja estatura para moverse entre los pies de los simbiontes y dispararles a quemarropa. Míster Inmortal, aunque no era el más entusiasta del grupo, peleaba con la temeridad de alguien que sabía que, aunque muriera, siempre regresaría. Cada vez que caía, se levantaba con un gruñido, listo para volver a la acción.

La música navideña resonaba en el fondo, una melodía extrañamente alegre que contrastaba con la brutalidad de la batalla. Los cascabeles y los coros de villancicos se mezclaban con los rugidos y los gritos de la pelea, creando una atmósfera surrealista. Era como si la Navidad se hubiera convertido en una épica película de acción, donde los héroes y los anti-héroes luchaban contra una amenaza oscura en una noche que debería ser de paz y amor.

Anti-Venom, con una fuerza sobrehumana, tomó a uno de los simbiontes más grandes por el cuello y lo lanzó contra una pared, donde explotó en un charco de sustancia negra. X-23 saltó sobre otro, clavando sus garras en su pecho y arrancándolo en dos. She-Hulk derribó a varios de un solo golpe, mientras Howard el Pato, con una sonrisa astuta, disparaba certeramente a los que intentaban rodearlos.

Sin embargo, más y más simbiontes seguían llegando. Era evidente que la batalla sería larga y brutal. A medida que los enemigos se acumulaban, Lincoln y su grupo seguían luchando con una ferocidad que no mostraba señales de detenerse. Anti-Venom se movía con la gracia y el poder de un depredador, cada golpe, cada movimiento, estaba dirigido a destruir a sus enemigos sin piedad.

Pero incluso en medio de la batalla, había momentos de humor. Howard, en un arranque de valentía (o quizás de locura), se subió a los hombros de She-Hulk, disparando desde su nueva posición elevada mientras gritaba: "¡Vengan a por mí, monstruos babosos! ¡El pato está en la cima del árbol de Navidad esta vez!"

She-Hulk, aunque ocupada aplastando simbiontes, no pudo evitar sonreír ante la actitud de Howard. Míster Inmortal, después de resucitar por tercera vez, bromeó: "Al menos morir en Navidad significa que no tengo que preocuparme por los regalos..."

La pelea continuaba, y a pesar de la brutalidad de los simbiontes, Lincoln se dio cuenta de algo importante: esa noche no estaba solo. Había comenzado con una sensación de soledad, creyendo que no tendría a nadie con quien compartir la Navidad. Pero ahora, aquí estaba, rodeado de nuevos amigos, luchando por sus vidas y por la paz de una noche que debía ser de celebración.

Mientras lanzaba otro simbionte a través de la calle, la música navideña cambió a una melodía más suave y esperanzadora, como si recordara a todos que, a pesar de la oscuridad, la Navidad seguía siendo una época de milagros.

Lincoln sonrió bajo su máscara de Anti-Venom, sabiendo que, pase lo que pase, esa noche sería recordada no solo como una batalla, sino como el momento en que encontró una nueva familia en los lugares más inesperados.

La batalla continuaba su curso frenético mientras los héroes se enfrentaban a los simbiontes. She-Hulk, con una determinación feroz, se concentró y creó una frecuencia alta con sus manos, un sonido agudo que resonó a través del aire y comenzó a desorientar a los simbiontes. El zumbido penetrante hizo que los enemigos tambalearan y se desplomaran, incapaces de mantener el control sobre sus anfitriones.

Howard el Pato, con su peculiar combinación de valentía y astucia, se movió con rapidez detrás de los simbiontes desorientados. Utilizando su blaster, comenzó a disparar a las cápsulas que contenían los simbiontes, haciendo que estas se abrieran y los simbiontes se liberaran de sus anfitriones. X-23 y Míster Inmortal se encargaron de capturar a los simbiontes liberados, usando sus habilidades para asegurar que no escaparan.

Con una coordinación impecable, el grupo se unió para encerrar a los simbiontes en cápsulas especiales diseñadas para contenerlos. Cada cápsula fue sellada rápidamente por X-23 y Míster Inmortal, asegurando que los simbiontes no pudieran salir. Una vez que todas las cápsulas estaban listas, Howard el Pato las lanzó con precisión a través de los agujeros de Spot, creando portales interdimensionales que se abrían en diferentes lugares.

Las cápsulas atravesaron los portales y comenzaron a aparecer en mesas de los Vengadores y los Cuatro Fantásticos, sorprendiendo a los presentes. Los héroes y los científicos que estaban en las reuniones navideñas de repente se encontraron rodeados de cápsulas que contenían simbiontes, y el caos que siguió fue palpable.

Kamala Khan, que estaba en la mansión de los Vengadores, miró con sorpresa y confusión cómo las cápsulas aterrizaban en medio de su fiesta. Sus ojos se agrandaron al ver la magnitud del desorden, y no pudo evitar preguntarse qué estaba pasando. Por otro lado, los miembros de los Cuatro Fantásticos, que estaban en una celebración propia, también se vieron atrapados por la repentina llegada de las cápsulas, creando un momento de asombro y desconcierto.

A pesar del desorden, la estrategia había funcionado. Los simbiontes estaban asegurados y las fuerzas que se habían lanzado contra ellos estaban contenidas. La batalla había terminado, y los héroes que habían participado en la lucha se tomaron un momento para respirar profundamente, sabiendo que habían logrado algo significativo.

Lincoln, observando la situación desde la distancia, se permitió una pequeña sonrisa. A pesar del caos y la intensidad de la noche, había logrado encontrar una manera de hacer frente a una amenaza y, al mismo tiempo, brindar un toque inesperado a la celebración navideña. La noche no solo había sido una batalla épica, sino también un recordatorio de que, incluso en los momentos más oscuros, la Navidad tenía el poder de unir a las personas de maneras sorprendentes.

Las noticias transmitían en vivo la escena épica que se desarrollaba en la ciudad. Los reporteros y cámaras capturaban la batalla frenética que se desató durante la Navidad, un espectáculo impresionante de héroes enfrentándose a simbiontes en las calles y edificios.

En el canal de noticias, Gwenpool, Kamala y Lynn observaban con atención. La transmisión mostraba a Lincoln escalando un rascacielos con X-23 en su espalda, mientras el caos continuaba abajo. Lincoln, en su forma de Anti-Venom, se movía con una agilidad imponente, una figura formidable que destacaba contra el fondo del caos urbano.

X-23 se lanzó al vacío para salvar a una mujer que un simbionte estaba a punto de arrojar desde lo alto del edificio. Con precisión y destreza, logró atrapar a la mujer en el aire y llevarla a un lugar seguro. Al ver la acción, Lincoln se abalanzó sobre el simbionte que había intentado lanzar a la mujer, luchando ferozmente contra la criatura.

La batalla en el edificio fue larga y brutal, una lucha que parecía interminable. Sin embargo, la tensión llegó a su clímax cuando un helicóptero comenzó a iluminar el edificio con sus potentes focos. La imagen capturada por las luces reveló a Lincoln en una forma aún más imponente y bestial, cargando con lo que quedaba del simbionte derrotado. Su presencia era tan abrumadora que parecía dominar la noche.

En un momento de gran intensidad, Lincoln lanzó un rugido estruendoso que resonó a través de la ciudad, un sonido que atravesó el aire y llegó a todos los rincones. El rugido fue tan poderoso que hizo que los simbiontes se detuvieran y dirigieran su atención hacia él.

A medida que el rugido de Lincoln resonaba por el edificio, un cambio notable comenzó a ocurrir entre los simbiontes. Los que habían sido testigos del enfrentamiento se inclinaban lentamente ante Lincoln. Sus movimientos, una mezcla de respeto y temor, eran evidentes; estaban reconociendo la supremacía que él había demostrado.

Simbionte 1: (con una voz temblorosa) ¡Él... Él es nuestro superior! ¡Lo vimos acabar con uno de los nuestros!

Simbionte 2: (mirando a Lincoln con cautela) ¿Por qué debemos obedecerlo?

Simbionte 1: (con urgencia) No es momento para cuestionar. ¡Si no te inclinas, te matará igual que al otro!

Los demás simbiontes, al ver la sumisión de sus compañeros, comenzaron a acercarse para entender la causa de tal obediencia. La conversación entre los simbiontes se volvió frenética mientras los que se habían inclinado explicaban su sumisión.

Simbionte 3: (confundido) ¿Qué está pasando aquí? ¿Por qué se inclinan?

Simbionte 1: (con determinación) Es un ser poderoso. No podemos enfrentarlo. Nos obligará a obedecer o nos eliminará.

Simbionte 3: (mirando a Lincoln con respeto) Entonces, ¿qué hacemos?

Simbionte 1: (sin vacilar) ¡Debemos obedecer! ¡Él ha demostrado ser el más fuerte!

Mientras tanto, los héroes presentes en la batalla observaban atónitos. Gwen, Kamala y Lynn, cada una desde sus respectivos lugares, seguían la transmisión en la televisión, sorprendidas por el giro inesperado de los eventos.

Gwenpool: (mirando la pantalla con asombro) ¿Eso es Lincoln?

Kamala: (en estado de shock) ¡Está controlando a los simbiontes!

Lynn: (con incredulidad) ¿Cómo es posible? ¿Qué está haciendo?

En el campo de batalla, Lincoln, sin darse cuenta del impacto que sus acciones estaban causando, daba órdenes a los simbiontes que se habían inclinado.

Anti-Venom: (con voz firme) Atacad a los que no se han rendido. ¡Demostrad quién es el verdadero líder aquí!

Los simbiontes que se habían inclinado comenzaron a obedecer sin dudar. Se volvieron contra sus compañeros que aún permanecían en pie, empezando una feroz lucha entre ellos.

Simbionte 4: (a uno de los simbiontes rebeldes) ¡Ríndete ya, o enfrentarás la furia del nuevo líder!

Simbionte 5: (luchando) ¡Nunca me someteré a ti!

Los combates se volvieron caóticos y sangrientos mientras los simbiontes que se habían inclinado eliminaban a los que se mantenían rebeldes. La escena se volvía cada vez más violenta, pero el control de Lincoln sobre los simbiontes era absoluto.

En el bar, Spot, aún medio dormido, se despertó confundido por el ruido y la agitación. Miraba a su alrededor, sin comprender del todo lo que estaba pasando. Finalmente, al ver a los simbiontes pelear entre ellos, se unió a las payasadas, tratando de entender el caos de una manera humorística.

Spot: (despertando y frotándose los ojos) ¿Qué demonios está pasando aquí? ¡No puedo seguir el ritmo de esto!

X-23: (también confusa) ¡No tengo ni idea, pero es mejor que sigamos ayudando!

Howard, el pato: (bromeando) ¿No sería genial si todo esto fuera parte de una película navideña épica?

She-Hulk: (con determinación) ¡Vamos a asegurarnos de que los simbiontes no arruinen nuestra Navidad!

En el clímax de la batalla, un helicóptero apareció y alumbró el edificio donde Lincoln estaba luchando. Lincoln, en su forma más bestial, emergió con lo que quedaba del simbionte derrotado, y lanzó un rugido que resonó por toda la ciudad. Los simbiontes que estaban en la batalla miraron hacia él, temblando ante su poder.

Simbionte 6: (mirando a los demás simbiontes) ¡Nos está dominando!

Simbionte 7: (inclinándose) ¡Debemos obedecerle!

Poco a poco, los simbiontes rebeldes, al ver la fuerza y supremacía de Lincoln, comenzaron a inclinarse ante él, sumisos y temerosos. La batalla se calmó mientras la reverencia y el respeto se extendían entre ellos, con el rugido de Lincoln marcando su autoridad indiscutible.

**Anti-Venom** (saltando del edificio, sus ojos llenos de furia y determinación) ¡Este es el final para ustedes!

El simbionte albino utiliza sus tentáculos como lanzas, perforando a los simbiontes rebeldes que aún se resistían a someterse. Cada golpe era preciso, letal, y con cada purga, los anfitriones atrapados eran liberados, cayendo al suelo agotados pero vivos. La violencia y el caos de la batalla se mezclaban con el sonido de la música navideña que resonaba por las calles, creando una atmósfera surrealista.

**X-23** (aterrizando junto a Anti-Venom, mientras observa cómo los simbiontes se desmoronan) No te quedas corto cuando se trata de espectáculo, ¿eh? (sonríe levemente, admirando la brutal eficiencia de Anti-Venom)

**Howard el Pato** (observando desde un costado mientras carga una de las cápsulas) No todos los días uno ve algo así en Navidad… (murmura con sarcasmo) Esta va directo al especial de fin de año.

Mientras tanto, en la base de los mercenarios, Gwenpool estaba sentada en un sofá, rodeada de sus compañeros, mirando las noticias. La transmisión mostraba a Anti-Venom en plena batalla, el símbolo de la amenaza que representaba, pero también de su poder innegable.

**Gwenpool** (con una gran sonrisa, señalando la pantalla) ¡Miren, chicos! ¡Ese es mi novio! (levanta una ceja con un toque de orgullo) Y, vaya, ¡qué novio!

Uno de los mercenarios, un hombre grande con un parche en el ojo, la mira incrédulo.

Mercenario: ¿Ese tipo es tu novio? (niega con la cabeza) Estás loca, Gwen. ¿Cómo lograste atar a un tipo así?

Gwenpool: (encogiéndose de hombros y guiñando un ojo) Tal vez soy irresistible. O tal vez… (se pone seria por un segundo) tal vez él es el único que no trata de cambiarme.

De vuelta en la mansión de los Vengadores, Kamala estaba mirando la misma transmisión junto con los otros héroes. La tensión en el aire era palpable mientras veían cómo Lincoln, ahora Anti-Venom, luchaba con una fuerza abrumadora.

Kamala: (con un nudo en la garganta, susurrando) Lincoln…

A su lado, Lynn estaba de pie, sus manos temblorosas mientras veía la pantalla. El rugido de Anti-Venom resonaba en su mente, una mezcla de temor y orgullo surgiendo dentro de ella.

Lynn: (con la voz entrecortada) Sabía que era fuerte, pero… (respira profundamente) jamás pensé que pudiera hacer algo así.

Kamala: (con los ojos llenos de preocupación) Necesito ir con él… ¡No puede estar solo en esto!

Capitana Marvel: (poniendo una mano en el hombro de Kamala) Tranquila, Kamala. Si algo he aprendido sobre Lincoln es que siempre sabe lo que hace. Pero si necesitas estar allí, ve. Lo apoyaremos desde aquí.

En la pantalla, Anti-Venom terminaba de purgar a otro simbionte rebelde. Los que se habían inclinado ante él se mantenían en silencio, observando con temor y respeto a su nuevo líder.

Anti-Venom: (mirando a los simbiontes restantes, con una voz profunda y autoritaria) ¡Atáquenlos! ¡Acaben con todos los que se niegan a reconocerme como su superior!

Sin dudarlo, los simbiontes que se habían inclinado comenzaron a lanzarse contra los rebeldes, en una lucha frenética. El caos reinaba, pero la batalla ya no era desordenada. Era una masacre, con Anti-Venom en el centro, orquestando la destrucción.

Lynn: (en voz baja, apretando sus puños) Lincoln, ¿qué te has convertido?

La transmisión mostraba cómo, bajo la guía de Anti-Venom, los simbiontes leales destruían a los rebeldes con una precisión aterradora. La victoria estaba asegurada, pero el precio era alto, y el peso de esa victoria recaía sobre los hombros de Lincoln.

Gwenpool: (en su base, dejando escapar un suspiro mientras observa cómo Lincoln domina la situación) Puede que esté loco… (sonríe) pero es mi tipo de loco.

El barullo del combate disminuía, y el eco de la música navideña volvía a resonar más fuerte mientras los últimos simbiontes caían derrotados. Anti-Venom se erguía sobre ellos, imponente, mientras los pocos sobrevivientes se inclinaban más profundamente, su sumisión completa.

Anti-Venom: (mirando a su alrededor, con la voz baja y firme) Este es el destino de todos los que se atrevan a desafiarme.

Los héroes presentes en la batalla se mantuvieron en silencio, observando la escena con una mezcla de temor y respeto. El linaje de Knull había sido derrotado, pero una nueva era de simbiontes se avecinaba bajo el mando de Anti-Venom.

Howard el Pato: (mirando la devastación, con una voz seca) Bueno, al menos no me va a faltar tema para el próximo artículo de la revista.

Lincoln, aunque victorioso, sentía un vacío. Había ganado la batalla, pero a costa de su humanidad. Sin embargo, en ese momento, no había espacio para el arrepentimiento. Había tomado su decisión y debía vivir con las consecuencias.

Kamala (con una mezcla de preocupación y tristeza): Jarvis, ¿cuál es el nivel de amenaza de Lincoln ahora?

Jarvis (analizando durante unos segundos): Señorita Khan, después de analizar los datos recopilados en tiempo real, debo informarle que Lincoln ha pasado a ser una amenaza tipo Omega.

Kamala (llevándose una mano a la boca, incrédula): No... Eso significa que...

Thor (mirando fijamente la pantalla, con una expresión de seriedad): Eso significa que Lincoln está a nada de tomar el lugar de Knull. Si llega a ese punto, su poder podría rivalizar con el mío... o incluso superarlo.

Capitán América (frunciendo el ceño, preocupado): No puedo creer que haya llegado a esto. Conozco a Lincoln, no es un monstruo, pero...

Thor (interrumpiendo, con la voz grave): Pero el poder corrompe, Rogers. Incluso los mejores de nosotros pueden caer.

Kamala (visiblemente angustiada): Tenemos que hacer algo, ¡no podemos dejar que Lincoln siga por este camino! No quiero que se convierta en lo que todos temen...

Iron Man (pensativo, con tono serio): Si Lincoln realmente ha alcanzado ese nivel, es posible que lo próximo que haga sea intentar dominar a todos los simbiontes restantes. Si eso ocurre, podría ser el inicio de una nueva era de caos... o peor.

Kamala (determinada): No, no dejaré que eso suceda. Lincoln aún puede ser salvado. Sé que dentro de él hay alguien que todavía lucha por hacer lo correcto.

Thor (cruzando los brazos, con un suspiro): Entonces debemos estar preparados, Kamala. Si decides ir tras él, será un camino peligroso. Yo estaré a tu lado, pero no sé si estaremos luchando para salvar a Lincoln... o para detenerlo.

Mientras tanto, en el campo de batalla, los héroes que aún estaban de pie intercambiaron miradas nerviosas. Los simbiontes que habían aceptado a Anti-Venom como su nuevo líder se volvieron contra los que aún mostraban resistencia, desatando una carnicería que era a la vez aterradora y fascinante de observar.

She-Hulk (viendo la escena con incredulidad): ¿Esto realmente está pasando? Los simbiontes... ¡están matándose entre ellos!

Howard the Duck (ajustándose su gorro navideño, mientras chasquea la lengua): ¡Y pensar que vine aquí solo por un poco de ponche y tranquilidad! Esto se ha vuelto un circo sangriento.

X-23 (limpiándose la sangre de las garras, dirigiendo la vista hacia Anti-Venom): Él tiene control sobre ellos. Ni siquiera Knull pudo lograr algo así... Es como si Lincoln hubiera heredado algo más grande.

Anti-Venom (su voz resonando con autoridad, mientras observa a los simbiontes pelear): Que esto les sirva como lección. No hay lugar para los débiles. Solo aquellos que me sigan vivirán para ver el amanecer de una nueva era.

Uno a uno, los simbiontes que se rehusaron a inclinarse ante Lincoln cayeron ante la implacable fuerza de sus propios compañeros. La batalla, que en un principio parecía destinada a ser una lucha desesperada, se había convertido en una masacre ordenada por Anti-Venom. Los héroes, aunque conmovidos por la brutalidad, sabían que no podían intervenir.

Anti-Venom observó con frialdad cómo los simbiontes que se habían rehusado a inclinarse ante él caían uno por uno, eliminados sin piedad por sus propios compañeros. La brutalidad de la escena era abrumadora, una masacre organizada por su propia mano. Los héroes que peleaban a su lado miraban, sus rostros una mezcla de sorpresa y resignación, sabiendo que no podían intervenir.

She-Hulk (con voz preocupada): Esto... esto no es lo que esperaba.

X-23 (con un tono más firme): No podemos hacer nada. Él es quien tiene el control.

Howard el pato (sarcásticamente): ¡Vaya Navidad! Deberíamos haber preparado ponche en vez de luchar contra simbiontes.

Lincoln se acercó al último simbionte que, separado de su anfitrión, intentaba desesperadamente arrastrarse para escapar. Sus movimientos eran torpes y lentos, el miedo palpable en cada gesto. Anti-Venom lo miró como si fuera poco más que una rata asustada, un ser insignificante.

Anti-Venom (con voz gélida): No mereces vivir.

Con un simple toque, Anti-Venom lo destruyó, el simbionte se desintegró en un charco de sustancia negra. El silencio reinó por un momento antes de que Anti-Venom levantara la cabeza hacia el cielo y dejara escapar un rugido que resonó con una fuerza descomunal, un rugido de victoria que hizo temblar el suelo y reverberar en los corazones de los que estaban cerca.

En otros lugares del mundo, la respuesta no tardó en llegar. En un bar de San Francisco, Eddie Brock, sintió cómo Venom tomaba el control, transformándose en su forma simbiótica. Sin aviso, dejó escapar un rugido idéntico al de Lincoln, resonando con la misma intensidad.

En Royal Woods, Leni Loud, bajo el control de Scream, sintió el llamado y rugió con la misma furia, el sonido rompiendo el silencio de la noche navideña.

Lynn, en la casa familiar, sintió cómo Mania tomaba control. Su cuerpo se transformó y, desde lo profundo de su ser, un rugido similar escapó de sus labios. La conexión era clara y poderosa; Lincoln había ascendido a una nueva posición como su líder.

X-23 (mirando a Lincoln con una mezcla de respeto y temor): Nunca había visto algo así...

She-Hulk (con tono firme): Este no es el Lincoln que conocíamos. Es más... mucho más.

Lincoln (recuperando su forma humana mientras observa el campo de batalla): Esto es solo el comienzo.

Los héroes sabían que lo que había ocurrido esa noche no era solo una victoria, sino una declaración al mundo: Lincoln, bajo la forma de Anti-Venom, ahora era un líder, un símbolo de poder absoluto.

Mientras se retiraban del campo de batalla, la música navideña seguía sonando suavemente en el fondo, un contraste surrealista con la destrucción y el caos que acababan de presenciar. Lincoln, aunque había ganado, sabía que esta noche sería recordada como el inicio de algo más grande, algo que nadie, ni siquiera él, podía prever completamente.

Anti-Venom: (acercándose lentamente hacia el grupo de héroes, con una sonrisa siniestra que se dibuja en su rostro): Veo que todos siguen aquí. (Mira directamente a Spot) ¿Qué tal estuvo mi actuación?

Spot: (temblando, con los ojos desorbitados por el miedo): Yo... yo... ¡No quería nada de esto! ¡Te lo juro! (Da un paso atrás, nervioso)

X-23; (con los brazos cruzados, pero sin ocultar su desconfianza): ¿Qué significa todo esto, Lincoln? ¿De verdad pensabas...?

Anti-Venom: (soltando una carcajada que resonó por todo el lugar): ¡Oh, vamos! ¿De verdad creyeron que iba en serio con lo de ser un líder para esos simbiontes? (Se encoge de hombros) Solo me dejé llevar por el momento. Ya sabes, la emoción de la batalla y todo eso.

She-Hulk: (suspirando aliviada, aunque todavía mantiene una expresión cautelosa): Nos asustaste, Lincoln. Esto pudo haber salido muy mal.

Howard el Pato: (mirando a Spot, que parece estar a punto de desmayarse): ¡Oye, amigo! Creo que le debes una disculpa a Spot antes de que lo mates de un infarto. (Mira a Anti-Venom con una mezcla de curiosidad y desconfianza) Aunque, admito que fue un buen show.

Anti-Venom: (mirando a Spot, que está a punto de colapsar): ¡Vamos, Spot! No te pongas así. Solo estaba jugando... un poco. (Riendo suavemente, pero con una chispa traviesa en sus ojos)

Spot: (finalmente cediendo al miedo y al estrés, desmayándose en el acto): No... puedo... más... (Cae al suelo con un sonido sordo)

Me Inmortal (acercándose para revisar a Spot): Bueno, creo que alguien tuvo suficiente por hoy. (Mira a Anti-Venom con una sonrisa) Aunque tengo que admitir, fue bastante divertido.

X-23 (mira a Anti-Venom, todavía seria): Más te vale que estés diciendo la verdad, Lincoln. No quiero tener que enfrentarte por real.

Anti-Venom (con una sonrisa más suave, deshaciendo lentamente su transformación para regresar a la forma de Lincoln): Tranquila, Laura. No hay nada de qué preocuparse. (Mira a los demás héroes) Esta noche fue... diferente. Pero no olviden que solo soy yo, Lincoln.

She-Hulk (dando un paso adelante, ahora relajada): Aún así, la próxima vez tal vez puedas avisarnos antes de hacernos pensar que te has vuelto un dictador alienígena.

Lincoln (riendo mientras se rasca la cabeza): Prometido, Jen.

El grupo de héroes finalmente se relaja, dándose cuenta de que la tensión ha pasado. La risa suave y despreocupada de Lincoln los alivia, y pronto, el bar vuelve a la vida con charlas y bromas, mientras los civiles que se habían acercado empiezan a mezclarse con ellos.

She-Hulk (mirando el caos festivo que se desata nuevamente): ¡Bueno, eso fue un giro inesperado para una fiesta navideña!

Lincoln (sonriendo mientras se une a los demás en la celebración): ¡Feliz Navidad, chicos!

A pesar de la intensidad de la batalla y los momentos de tensión, la noche termina con risas y celebración. Los héroes y civiles, aliviados, disfrutan el resto de la noche con una nueva apreciación por Lincoln, quien demostró que incluso en medio de una batalla, el espíritu navideño puede prevalecer.

Cargaron al desmayado Spot (el pobre sujeto había pasado por demasiadas emociones encontradas) y lo llevaron de vuelta al bar para continuar con la celebración. Mientras tanto, el ambiente se llenaba de risas y villancicos desafinados, porque ¿qué sería una fiesta navideña sin un poco de caos y una banda improvisada? She-Hulk y Howard el pato se enzarzaron en un concurso de baile ridículo, con She-Hulk sacudiendo la pista de baile con movimientos que hacían temblar las paredes, mientras Howard intentaba (y fallaba) imitarla, pero terminaba en el suelo con su pequeña gorra volando por los aires.

Mientras tanto, Lincoln y X-23, aún llenos de adrenalina, intercambiaban miradas cómplices sobre los eventos recientes. X-23 intentaba sin mucho éxito ocultar una sonrisa, pero cuando Spot dejó escapar un ronquido particularmente fuerte, no pudo evitar soltar una carcajada. Lincoln, en un raro momento de ligereza, le hizo un gesto de que guardara silencio, como si no quisiera despertar al "gran guerrero" que ahora descansaba como un bebé en la barra.

Finalmente, cuando las horas pasaron y las risas disminuyeron, Lincoln decidió regresar al departamento. Al entrar, para su sorpresa y alivio, encontró a Gwenpool esperando por él. Ella había regresado de su fiesta, con una expresión que mezclaba remordimiento y alivio.

Gwenpool (con un tono de disculpa): Lincoln, lo vi todo en televisión. Lo siento, debí estar contigo esta noche...

Lincoln la miró y sonrió, acercándose a ella antes de besarla suavemente.

Lincoln: No hay problema, Gwen. Estoy aquí ahora, y eso es lo que importa.

Después de ese momento de ternura, Gwen de repente recordó que tenía algo para él. Se dirigió a un rincón del departamento y sacó un paquete envuelto en papel festivo y lo sostuvo con una sonrisa traviesa.

Gwenpool (con emoción): ¡Tengo un regalo para ti!

Lincoln, arqueando una ceja, sacó una caja que había estado guardando para ella.

Lincoln (sonriendo): Yo también tengo algo especial para ti.

Gwenpool rompió el papel de su regalo con entusiasmo, revelando una brillante katana de oro. Sus ojos brillaron de emoción, pero cuando Lincoln le entregó su regalo, una caja más grande que parecía de alta tecnología, su curiosidad creció.

Gwenpool (con impaciencia): ¿Qué es? ¡Ábrelo ya!

Lincoln abrió la caja para revelar un traje como el de Gwenpool, pero mucho más avanzado, con tecnología de punta. Los ojos de Gwen se abrieron como platos mientras observaba cada detalle.

Gwenpool (saltando de la emoción): ¡Es increíble! ¡Gracias, Lincoln!

Antes de que Lincoln pudiera responder, Gwenpool se lanzó sobre él, cubriéndolo de besos sin parar, mientras la katana de oro caía al suelo, olvidada temporalmente en medio del entusiasmo.

Y así, la noche, que había comenzado con soledad y batallas, terminó con risas, regalos y un Lincoln que, por fin, sentía que había encontrado un poco de paz y felicidad en medio del caos que era su vida.

La noche continuó con un toque festivo y sorprendente, que parecía no tener fin. Mientras Lincoln seguía con su batalla contra los simbiontes, en la casa de los Loud, la familia disfrutaba de una tranquila y festiva Navidad. Sin embargo, la paz se rompió cuando alguien tocó la puerta de manera insistente. Lynn, sorprendida por el timbre inesperado, se levantó de la mesa con una sonrisa forzada y abrió la puerta.

Un mensajero con un atuendo navideño, completo con gorro y bufanda roja, estaba parado en el umbral. La mochila del mensajero estaba adornada con una etiqueta que decía “Urgente” y estaba claramente llena de papeles y paquetes. Lynn, aún algo confundida por la intrusión, tomó la caja que el mensajero le entregó.

Lynn, con una mezcla de curiosidad y emoción, abrió la caja con cuidado. Dentro, encontró una carta elegantemente doblada, con un sello dorado en la parte superior. Al abrir la carta, sus ojos se iluminaron al ver que se trataba de una carta de aceptación para ingresar a las ligas mayores de España. La carta estaba llena de felicitaciones y palabras de aliento, felicitando a Lynn por su impresionante desempeño y por ser seleccionada para el equipo.

Pero eso no era todo. Al fondo de la caja, encontró otra carta, esta con una letra familiar y una firma que la hizo sonreír aún más. Era una nota de Lincoln, escrita con una caligrafía elegante y cuidadosa. La nota decía:

Lincoln: (con una sonrisa en la carta) Querida Lynn,

¡Feliz Navidad! Aunque la distancia y las circunstancias nos mantengan separados en estas fiestas, quiero que sepas cuánto te admiro y lo orgulloso que estoy de ti. Felicitaciones por tu aceptación en las ligas mayores de España. Eres mi deportista estrella y siempre has demostrado una dedicación y un talento excepcionales. Estoy seguro de que harás un impacto increíble allí, así que ve y conquista el campo de juego.

No importa dónde estés, siempre estaré animándote desde aquí. Te deseo toda la suerte del mundo y espero que esta Navidad esté llena de alegría y éxito para ti.

Con cariño,

Lincoln

Lynn, al leer la carta, sintió una oleada de emociones. Aunque Lincoln no estaba allí para celebrarlo con ella, su apoyo y sus palabras la llenaron de una profunda gratitud. Las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos mientras leía las palabras de aliento. Sabía que aunque estaban separados, Lincoln siempre estaba ahí para ella de alguna manera.

Mientras Lynn absorbía el significado de las cartas y pensaba en su próximo desafío, en el bar, la batalla contra los simbiontes continuaba, y la atmósfera se llenaba de una energía extraña y festiva. El caos y la diversión continuaban entre las risas, las bromas y los heroicos esfuerzos de sus compañeros.

Kamala ya estaba muy cansada ya había visto demasiado en la televisión y ya se le había pasado a todo dar con Los Vengadores era momento de ir a dormir justo cuando abre la puerta de su dormitorio ve que hay una caja ella no recuerda haber dejado una caja en su cama mucho menos la caja que está ahí pues esa nunca la había visto al acercarse vio que la caja estaba envuelta con un moño y estaba a nombre de Lincoln  Tal parece que el Albino después de la batalla decidió dejar el regalo antes de que Los Vengadores lo vieran ya que sabe que hay unos sensores en la mansión y que cuando se dieron cuenta de la presencia de Lincoln lo iban a detener es por eso que solamente dejó la caja y se marchó al abrir la caja la encuentra un  con adamantium vibranium y  había una nota en la caja donde le pedía a kamala que no le preguntara de dónde había conseguido esos materiales porque era mejor que ninguno de los dos lo  al abrir el dije del collar ve que hay una foto de ella y Lincoln cuándo estuvieron en el parque después de que él decidió invitarla a ella quedó conmovida estaba Claro que él y ella tenían que estar juntos para siempre o bueno Eso era lo que ella pensaba pues no sabe si Lincoln esté de acuerdo pues ya tenía demasiado tenía a Lynn tenía Gwenpool y ahora ella.



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