II capitulo 1

Sabor dulce

Después de golpizas y un gran conteo de maldiciones, con la autoestima bajando cada vez más y sus ganas de vivir estaban tan frágiles como el cristal inestable, que faltaría para que una persona ya no quiera caminar más, Lincoln Loud, era muy optimista y creía que todo se arreglaría en cuestión de tiempo.

Que después de haberle escupido la cara, insultado y menospreciado, se disculparía y le hablarían que todas esas mentiras eran eso, simples mentiras. Que solo lo decían porque estaban enojadas con él.

Era un chico que solo se mentía a sí mismo para sonreír en las mañanas. Y porque no hacerlo, cuando en el final del día, podría ver a su linda novia. Esperarle después de sus actividades de club y caminar juntos hacia su casa, siempre le sacaba una sonrisa al albino, porque estaba junto a su persona especial.

Las heridas y el dolor, eran opacados con solo hablar junto a ella. Algo que Lincoln quisiera hacer todo el día pero no estaba permitido por su familia.

Sus labios estaban cerrados para no liberar ninguna información de su relación actual, porque Lincoln sabía que si su familia se enteraba de su novia, encontrarían la forma de hacer que acabase.

— ¿linki, tienes hambre? — dejando cualquier pensamiento, Lincoln alzo la vista para ver a su hermana Leni, la única que parecía consiente de todo. Entre todos miembros de su familia, Leni, era la única que se preocupaba más por su estado. Y eso era algo que Lincoln, siempre amo. Y aunque sus sentimientos incestuosos aun hacían palpitar su corazón, ya sabía que ese tipo de relación dañaría a su hermana.

Y era lo último que quería hacer Lincoln.

Dándole una gran sonrisa, Lincoln fingió estar bien.

—Un poco Leni — Lincoln miro como su hermana sacaba unos trozos de pan de sus bolcillos. Y se lo entrego para em

—es más que suficiente, Leni—

pezar a comérselos.

— eso es todo lo que pude conseguir linki, espero que sea suficiente — con mirada gacha, Leni se preguntaba porque su familia le hacía esto a su hermanito. Pero antes de enojarse, sintió una mano en su cabello acariciándola y lo cual la relajo. Y levantando la vista la chica observo como su hermano le entregaba una encantadora sonrisa, aunque no fuera lista, ella sabía que esa sonrisa significaba que todo estaba bien.

_ ve a casa, antes que te atrapen conmigo _ con eso último la chica, asintió débilmente y entro a su casa para alistarse e ir al colegio.

Lo mismo fue para Lincoln, sacando un par nuevo de ropa de la casa del perro, antes de cambiarse se ducho con la manguera del jardín.

Ya listo para su escuela, Lincoln, comenzó su caminata hacia esta. Y como su familia no le dejaría entrar a la van, tuvo que ir caminando en una hora temprana. En el camino se relajó un poco, caminando en silencio llego a su escuela y como fantasma ingreso en ella.

Acomodándose en su escritorio, espero que su novia apareciera y no paso mucho para ver el cabello rojo de cristina.

_ Buenos días, Link _ recibido con un beso de parte de la pelirroja, Lincoln, también saludo a su novia y prosiguieron a sentarse juntos y hablar sobre temas triviales.

Como todos los días cristina saludo a su novio, aunque aún estaba un poco avergonzada por aquellos videos donde besaba una foto suya, tuvo que admitir que el albino era un buen partido. Su interés comenzó por ese raro cabello blanco, luego le empezó llamar la atención su personalidad; de un niño alegre, optimista, leal y amoroso.

Luego de ver el video del albino, se sintió avergonzada, pero no enojada como todos hubieran creído.


El día fue perfecto para ambos, más para el joven albino. Quien había esperado el momento de alejarse de su familia y estar con alguien que lo ame.

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­­­­­­­como en la mayoría de veces, Lincoln y cristina, después de clases estaban pasando el rato en un parque cercano. Disfrutando la compañía, dado que eran pareja solían ser algo pegajoso para algunos espectadores que se encontraban mirándolos.

Tomados de las manos, narraban pequeñas anécdotas que les había pasado en su vida, antes de conocerse, de vez en cuando se daba unos pequeños besos en los labios, demostrando su gran afecto.  


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Una semana después

Ya era de tarde y todos los estudiantes que no estuvieran en algún club de la escuela se habían retirado.

En una banca el albino esperaba a su novia que saliera de su club de atletismo, mirando el cielo anaranjado y hermosas nubes, se preguntaba qué pasaría si su familia no recapacitaban de sus acciones. Unas decenas de probabilidades y en ninguno fueron bueno para el albino.

Solo había un futuro que podría ser lo suficientemente feliz para aceptarlo.

Pero como no podía ver el futuro, solo inquinarlo, el albino se resignó a soltar un suspiro.

Ya se hacía de noche, Lincoln no tenía mucho tiempo fuera de casa o terreno. El punto es que no lo dejaban libre, lo tenían como un prisionero y solo salía cuando tenía que hacerlo.

Levantándose del banco, fue a buscarla.

Llegando al salón del club, Lincoln se dispuso a tocar, pero entonces escucho la risa de cristina.

—Cuenta cristina, porque sigues saliendo con ese tonto— esa pregunta hizo que Lincoln frenara lo que iba hacer.

— no le digas así y es personal— la voz de cristina, provoco en Lincoln un sensación de seguridad.

—vamos no seas así, dinos porque estas saliendo con el después de la apuesta —

—no me digas, que te empezó a gustar —

—Creí que tenías mejor gusto, Cristi—

—Claro que no, sé que es patético y todo eso que dijeron, es solo que..., me da pena—

Toda seguridad, amor y felicidad, que había sentido el albino se rompió en ese instante, no lo noto, pero sus lágrimas estaban a flote. Agarrándose el pecho por un fuerte dolor, Lincoln bajo la cabeza y sollozo en silencio.

Su corazón dolía cada vez más, más que esos golpes que recibía. Fue insultado por su familia, amigos y ahora su única fuente de felicidad.


Por alguna razón sus lágrimas dejaron de caer.

Lincoln, sus ojos se apagaron momentáneamente y unos minutos después de estar en silencio, se dio una vuelta completa y se retiró del lugar. Camino muy tranquilo y en un profundo silencio, no sintiéndose vivo deambulo por el parque donde pasaba la mayor parte de su tiempo con esa persona.

Se sentó en ese banco, debajo de un árbol, donde siempre disfrutaban sus momentos juntos.

Una pareja de ancianos, miraron al joven y le pareció curioso que no esté acompañado con aquella chica de cabello castaño rojizo. Que cada vez que estaban unidos, la pareja mayor no evitan recordar su juventud. Y era hermoso recordar viejos tiempos, los ancianos, solo se quedaron mirando un rato al albino y sorprendentemente no parecía moverse, como si estuviera plantado en ese lugar.

Como si en vez de esperar estuviera en un estado de apagado.

Solo fueron unos minutos que los ancianos pudieron ver tan extraño comportamiento de aquel muchacho albino. Ya que se levantó y se retiró del lugar.

No era que el albino dejara el trance aun lo estaba, pero su cuerpo se movía por su cuenta y se dirigía a su casa. Y una vez desde las veredas pavimentadas, miro como su hermana estaba practicando futbol en pateo de la casa, cerca de donde dormía. Camino hacia ella e interrumpió su juego.

—lárgate inútil, que arruinaras mi entrenamiento —Lynn Jr. Exclamo enojada ser interrumpido por "la mala suerte".

Lincoln no movió ni un musculo y con fuerza, pateo el balón hacia el pateo del sr. Quejón. Su acción provoco que dejara de ver a su hermana y cuando volteo a verla, era tarde para esquivar el empujón, tampoco era algo que hubiera hecho.

— ¡Qué te pasa idiota!— tomándolo del cuello, Lynn miro furiosa a su hermano y para su sorpresa, la escoria le escupió en la cara, cosa que hizo encabronarla más— ¡te mato!

Queriendo ser herido, queriendo sentir dolor, Lincoln no hizo nada para defenderse, no sintió el primer golpe que le reventó la nariz, el segundo que le saco un par de dientes, el tercero que lo dejo ciego de un ojo y los demás que siguieron. Llego un momento en que el dolor físico sofoco al dolor en su corazón, se sintió mejor aun cuando sintió su la caliente sangre en toda su rostro.

Sintiéndose liberado por el dolor de sus costillas rotas, no dejo escapar ni una lagrima y termino inconsciente después de otros golpes en su cráneo.


Despertó en una habitación blanca muy familiar, la sala de urgencias médicas, Lincoln, solo pudo mirar con su único ojo intacto de la golpiza como todo su cuerpo estaba lleno de vendas. Realmente no le importo mucho su salud ahora mismo, se sentía mejor después de todo.

Dejando de inspeccionarse, sintió una mano cálida tocando la suya, se giró a ver de quien provenía esa calidez y sonrió por ver a su Leni, parecía que era la única que realmente era perfecta en este mundo, no lo dejo solo nunca, era tan amable y gentil con él, pero para su "mala suerte" era su hermana y estaba muy obvio que ella solo lo vería de ese modo.

Los movimientos del albino despertaron a la chica rubia y una vez despierta, ella procedió a abrasarlo con cuidado. Lincoln al sentir ese abraso se sintió libre de retener su sufrimiento y en el hombro de su hermana, lloro y soltó todo.


Leni no lo sabía, creyendo que lloraba por sus heridas y el dolor, no estaba enterada que su hermano tenía el corazón roto. 

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Lincoln se despertó muy cansado pero satisfecho, hacia frio pero el cuerpo de él y su hermana desnudos era lo suficientemente cálido para abrigarlos a ambos.

Fue una noche muy buena para ambos, aunque el acto fue cometido en la intemperie, para el albino fue una de las mejores experiencias que paso en su vida.

Pero ya era casi de mañana y sabía que algunas personas corrían a estas horas y no quería que los miraran por estar desnudos.

Lisa, despierta— intentando levantar a lisa de su pecho, Lincoln sintió que algo aún estaba conectado dentro de lisa, bajo su mirada y observo que su miembro aún estaba dentro de ella— despertar, lisa, tienes que despertar

Sintiéndose llena, lisa se despertó y miro a su amor un poco preocupado, entonces los recuerdos de anoche pasaron por su mente y no pudo evitar sonrojarse por los actos lascivos al aire libre que habían cometido. Levantándose de sorpresa, callo de rodillas por no sentir bien la piernas.

— ¡Hay!...no siento las piernas— para la diversión de Lincoln, observo como su hermana intentaba levantarse, se sintió un poco orgulloso de ser el responsable de que su hermana no pudiera sentir las piernas— ¡Lincoln!, no es gracioso, ayúdame a vestirme antes que alguien nos vea.

—Te ayudo, pero no me culpes tu eres quien pidió más — ese comentario de parte del albino, provoco que lisa se ruborizada por la vergüenza.

— Cállate y ayúdame — lisa dejo de suplicar ayuda a su ahora pareja, cuando este ya vestido con su pantalones, la cargo e hizo sentarla en la banca.

Procediendo a vestirla, Lincoln, recién prendió su cerebro y ahora que no estaba con la influencia de su propia lujuria, podía ver con más detenimiento el cuerpo Loli de su hermana de 13 años. Aunque no se preocupaba mucho por la ley, legalmente lisa ya era adulta.

No tenía un gran pecho, pero tenía unas curvas y una piel realmente suaves, terminando de vestirla. Lincoln, termino de ponerse su camisa y abotonarla.

— ¿Qué somos ahora?— lisa sentada y ya vestida, pregunto a su hermano quien se sentó a su lado abrasándola y calentarla del clima.

Lincoln mira a lisa y sorprendiéndola le dio un beso tierno en los labios.

—Lo deje claro— Lincoln sonrió— ¿o quieres otro?

—No, aún estoy dudosa — lisa respondió muy contenta y contestada por otro beso en su labios.

Cargándola a lisa estilo princesa, Lincoln, camino hacia a casa y por suerte, Leni aun estaría cuidando a Leah.

Una vez en casa, lisa ya podía caminar un mejor. Tomados de las manos Lincoln y lisa, se miraron y asintieron. Ambos sabían que por el momento su relación seria secreta.

Tocando la puerta, Lincoln escucho paso detrás de la puerta y esta se abrió, mostrando a una Leah con una piyama nueva.

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