| 08 | Pino y Roble
El peli negro caminaba lo más rápido que podía, sentía como el blanquito en sus brazos estaba cada vez más inquieto y su dulce olor lo estaba envolviendo tanto que por instantes nublaba sus sentidos.
A duras penas pudo llegar a las afueras del edificio y claro que se encontró con personas dispuestas a tocar al pequeño en celo, aunque no llegaban muy lejos ante los gruñidos de advertencia que les daba.
- Tranquilo Sunoo, estaras bien - hablo una vez llegaron justo donde su auto estaba aparcado y lo recostaba en el asiento copiloto.
Saco rápidamente su celular y marcó a un número mientras quitaba los mechones blancos de la cara roja y húmeda por el sudor de su acompañante.
- Mierda Jungwon contesta - maldijo. El buzón de voz se oyó por la otra línea dando a entender que no contestaría.
Gruño y cerró la puerta del carro mientras se dirigía al asiento conductor, no sabía donde vivía Sunoo y viendo su estado no creía que fuera capaz de contestarle.
Ya estando adentró del auto se dispuso a buscar el número de Jay, quien se había separado de el repentinamente y cuando estaba a punto de marcar al celular de su amigo la voz del omega se escucho a su lado.
- Duele~ Y-ya no lo soporto - su suave voz sonó llegando a los oídos del alfa, se removia en su lugar, estaba sudoroso, mucho más que cuando estaba en el salon, le ardía todo el cuerpo y su lobo no dejaba de chillar, intentaba mantenerse cuerdo luchando contra sus propios instintos de queres satisfacerse.
Pero su lado racional sabia perfectamente que es lo que conlleva satisfacerse.
- Sunoo necesito que me digas la dirección de tu casa, te llevaré ahí lo más rápido que pueda - dijo llamando su atención.
El mencionado abrió un poco sus ojos, aun jadeando por todas las sensaciones, y Ni-ki por un instante se quedó embobado por el resplandeciente tono azulado que desprendían sus retinas.
Omega... Su lobo despertó por completo, contrarrestando los efectos de aquel supresor que recordaba haber tomado hace unas horas.
Trago fuerte ante el escalofrío que llegó a su espalda, tenía que dejarlo a su hogar y rápido.
Así que respirando profundo; y aunque no fue buena idea cuando el chocolate y durazno llegó a su nariz mareando su mente y de paso alertando más a su alfa ante el estado del omega, encendió el auto acelerando al topé para salir rápidamente del estacionamiento y llegar a los callejones que los llevarían al centro de la ciudad.
Los jadeos del peli blanco cada vez se hacían más repetitivos mientras se estremecia en su asiento. Luchaba por no caer en la alucinación de los efectos del celo, tenía a un alfa al lado de el y aún que comprobó como tenía un increíble auto control de si, no quería saber el límite y hasta donde podía llegar.
Maldito celo... Maldijo en su mente al no poder soltar más que jadeos de su boca.
Por eso mismo no le pudo responder al peli negro sobre el paradero de su casa. Además, estaba muy avergonzado de que el chico que conoció esa misma noche, aquel corredor que todo el mundo decía que era casi imposible ganarle una sola carrera, lo viera en un estado mucho mas vulnerable que cuando estuvo obligado a participar en la apuesta dada al punto de un infarto.
Mientras tanto, Ni-ki apretaba fuerte el volante entre sus manos. Su lobo estaba más que inquieto, atento al comportamiento del omega y queriendo tomar el control de su cuerpo, queriendo aliviar el dolor ajeno.
Al no saber dónde vivía el pequeño blanquito, no le quedó de otra que dirigirse al centro de la ciudad para buscar una farmacia y comprar supresores que mantuvieran al margen el celo. De esa manera Sunoo recuperaría conciencia y así podría dar la dirección de su residencia.
Si, eso haría. Movió la velocidad y aceleró de nueva cuenta mientras esquivaba los pocos autos que aún recorrían las oscuras calles de Seúl.
Eran ya pasadas de las 12 de la noche, quizás las 2 a.m del día siguiente.
Le costaba mucho concentrarse en el camino gracias al dulce olor que llegaba a su nariz y los ligeros jadeos que retumban en sus tímpanos.
- Mierda - dijo cuando se dio cuenta que había pasado unos metros de largo a la farmacia.
Rápidamente puso en reversa el motor para llegar justo enfrente, sin siquiera aparcar correctamente el auto y sabiendo que se podría llevar una multa pues ahí estaba prohibido estacionarse, pero valiendole una mierda bajo lo más rápido que pudo, agradeciendo que el local estuviera abierto las 24 horas.
Mientras tanto Sunoo se quedó dentro del auto, luchando firmemente contra si mismo, de vez en cuando el color azul eléctrico aumentaba y disminuia en sus ojos almendrados cuando su lobo tenía más control de su cuerpo. El celo era mucho más fuerte que antes, eso estaba claro cuando en uno normal abría podido dominar bien sus sentidos y no estaría en esa situación, dependiendo del auto control de un alfa.
Trago grueso, su conciencia cada vez se iba más al vacío, sentía que pronto perdería la razón y los actos que su cuerpo hará en el instante que eso pase sería a base de su omega y no del mismo Sunoo.
Necesitaba esos supresores, pero al parecer el alfa tenía problemas para regresar rápido. Pues la encargada le estaba dando un sin fin de preguntas que ni siquiera sabia para que le servirían responder, además tenía una idea que la beta que tenía enfrente dudaba mucho de el, pues que esperaría de un chico que apestaba a omega, vestía ropa oscura y además su rostro lo cubrió con el cuello de su propia camisa.
Pensara que es alguien de poco confiar, y después decían que el mundo no discrimina por la vestimenta, pura mierda.
Así que ya harto de la situación metió la mano en uno de los bolsillos y sacó un pequeño - no muy grande - fajo de billetes y ni siquiera se molestó en contar, solo los dejó en el mostrador de un solo golpe y tomó la caja de supresores murmurando un "buenas noches" para salir del local a grandes pasos.
Y con solo abrir la puerta del auto una gran oleada de feromonas lo golpeo rápidamente, que ni la tela en su rostro lo cubrió lo suficientemente. Respiro un poco y subió a su vehículo teniendo en cuenta lo que se podría desatar si Sunoo no tomaba los benditos supresores-...
- A-alfa~ - y su cuerpo tembló ante la increíble voz tan dulce que llegó a sus oídos. Su lobo aullo ante la presencia ajena y el solo se quedó tenso cuando algo en el despertó.
Su corazón se aceleró más cuando el cuerpo ajeno prácticamente gateo hasta el, sentándose en sus piernas y acurrucandose contra el como si fuera un pequeño cachorro mimado.
Y el, aquel imponente alfa que con sólo una orden se impuso ante diez hombres completamente sumisos ante su presencia, ahora estaba sin palabras, parecía que con solo la presencia del omega - que acaba de conocer y que apenas sabia su nombre - lo había engatusado completamente.
- ¿S-Sunoo que haces? - se tomó el atrevimiento de tomarlo de la cintura para apartarlo con delicadeza - Bajate, necesitas tomarte los supresores.
- Alfa, alfa - era lo único que decía con una voz tan dulce y con tanto afecto que no parecía ser el mismo chico que prácticamente lo insultaba por cada palabra que decía, además que volvió acercarse y se apretó contra su pecho, intentando encontrar algo.
Y cuando por fin lo encontró soltó un ronroneo cual gato con su amo mientras frotaba su rostro contra su cuerpo.
Ahora era el quien luchaba con su lobo, pues este quería tomar el control.
Omega. Mio...
No no es tuyo. Ni de nadie...
- Sunoo por favor, toma estas pastillas, no sabes lo que estas haciendo.
Pero este no le prestó atención cuando tenía a tan bonito aroma que empezaba a ser más fuerte.
Pino y roble.
Ni-ki estaba entrando en pánico y si les era sincero el nunca tuvo que lidear con un omega en celo y no sabía que podía hacer para que se tomará las malditas pastillas.
Pero además, tenía otro problema que resolver.
Su lobo quería al pequeño blanquito y quería tomar control de la situación.
La única solución sería obligarlo a tomar las pastillas, darle una orden con su voz de mando sería lo más rápido.
Pero ante esa idea su lobo rasguño su interior, en total desacuerdo.
- Alfa - lo llamó y claro que enseguida le prestó atención - Alfa aquí...
Las pequeñas manos del omega tomaron las suyas mientras se sentaba correctamente, aun en su regazo. Sentía a su lobo más que atento ante las acciones del más bajo mientras movía la cola muy contento.
Sunoo, no, el omega de Sunoo llevo sus manos hasta su propio vientre plano, ante esta acción trago saliva sonrojado al recordar lo que significa.
Un omega que dejaba que le tocará esa parte tan sensible y privada como lo era el vientre, era por que tiene confianza.
Le estaba confiando el lugar donde guardaría a sus hijos, sus cachorros.
Cachorros... Su alfa hablo desde adentro, más que contento por aquel inocente acto tan significativo.
- N-No hagas eso - tomó delicadamente sus manos alejandolas del lugar - No estas conciente de lo que haces y mucho menos de lo que sientes, apenas me conoces y me estas dando toda tu confianza con esos-...
No pudo terminar de hablar cuando Sunoo bajo la tela de su rostro y dejó un pequeño beso fugas en la comisura de su labio.
Su lobo aullo tan eufórico que lo desconcertó y dejó su mente en blanco.
- Alfa, alfa mio, mio - repetía una y otra vez soltando más feromonas dulces que marearon al alfa.
Sentía que era una especie de droga que no lo dejaba pensar, hasta la caja de supresores la dejó de lado cuando su cabeza dio vueltas como si estubiera pasado de copas.
Entonces otro beso llegó a el, pero esta vez en sus labios de manera suave y dulce, tan inocente y a la vez tan exquisito.
Sentía que la batalla que tenía con su lobo la estaba perdiendo con cada toque que el omega le daba a su cuerpo.
Su cuello fue rodeado por sus brazos en un intento de profundizar el beso. Sus manos apretaban ligeramente la definida cintura del contrario.
- Por favor... - rogó cuando sus labios se separaron más no sus frentes - no hagas eso, alejate de mi. Si no lo haces no me podré controlar y nos vamos arrepentir de lo que pase.
Más no hubo alguna lejania.
- Mio, alfa - y en respuesta se volvieron a unir.
En ese instante el lobo de Ni-ki tomó total control de su cuerpo, iniciando un beso de deseo y anhelo.
Donde ese fue el último recuerdo que tuvo el corredor antes de caer a la alucides de un repentino celo, donde no recordaría nada de lo que pasará en adelante.
- Sigo pensando que fue mejor traer a ese bastardo con nosotros - demandó Jake, que iba caminando al frente dirigiendo al pequeño grupo
Aun seguían dentro del edificio, a duras penas lograron salir del desastre de salón que ahora era. Soobin era llevado por Jay y Yeonjun, por esa razón cambiaban a pasó lento.
- ¿Y quien lo llevaría? Las cosas aquí están muy feas y te necesitamos libre de carga para defendernos - hablo Jay - Soobin sigue inconsciente y tenemos a dos omegas que con solo una orden estarían bajo un alfa, claro que sin ofender.
- No, es la verdad. Contra un alfa no seríamos de mucha ayuda - Yeonjun respondió.
Siguieron caminando por los pasillos hasta llegar a las escaleras que los llevarían al último piso, Jake iba primero, verificando que no ubiera alguien fuera de si. Seguido de Jay y Yeonjun junto a Soobin, dejando atrás a Sunghoon.
- Rayos, esto está hecho un desastre - hablo Jake cuando vio lo que se supone que es una recepción - Si antes no era decente ahora es una mierda.
Todo estaba silencioso, aun que aun había rastro de la mezcla de olor.
- Por cierto, Jay Hyung ¿donde esta Jungwon? - hablo Sunghoon, mientras caminaban directo a la salida del edificio. Aun alertas si había algún grupo de descerebrados que quisieran meterse con ellos.
- Jungwonie tuvo que ir a dejar a la amiga de mi hermana, Chaewon, si no me equivoco - siguió - entró en celo gracias a la sustancia en su bebida como todos los demás. Se fueron en mi moto y nosotros iremos en el auto de wonie...
- ¿Tienes hermana? - pregunto sorprendido Sunghoon, ignorando lo último que dijo el alfa.
- Sip y es una hermosura, lástima que a mí no me gusten los alfas - hablo Jake, metiéndose en la conversación - ¡Mierda, duele!
Jay le dio un buen golpe en la cabeza, mientras Yeonjun se río de el y el pálido le dio una mirada incrédula.
- Deja de hablar de mi hermana y camina, el auto de Jungwon esta a unos metros - adelantó el pasó junto con el peli rosa y el alfa, dejándolos un poco atrás.
Sunghoon también apresuró el pasó, solo que cierto castaño lo sujeto levemente de la muñeca haciéndolo voltear.
- ¡Hey! Pero ella no es más hermosa que tu, copito - halago con un tono coqueto hacia el omega, que no era la primera vez que resibia el mismo trato de parte del castaño.
- Deja de decir tonterias, mejor vámonos de aqui. - soltó molesto.
La relación de estos dos es algo un poco rara. Si bien no se conocían mucho, el castaño adopto una postura coqueta con Sunghoon; apesar de que este no le dio motivos para hacer eso, aun así se jugaban de aquella manera atrevida que incluso pareciera que se estaban ligando. Pero sin llegar a ser algo que el otro no quisiera.
Especialmente Jake, quien era el que procura no asustar al otro pues a veces sus palabras subian un poco de tono cuando estaba ebrio.
Todo eso fue desde la primera vez que se vieron y entablaron una conversación algo coherente. Y no fue precisamente ese mismo día.
- Oye no te enojes - lo sujeto con más firmeza sin llegar a lastimarlo - Solo fue para molestar a Jay...
Sunghoon chasqueo la lengua y vio para otro lado, pues Jake le empezó a poner unos tiernos ojitos de cachorro.
- No me tienes que dar explicaciones, no soy tonto, persivi la burla en tus palabras - regresó la mirada sintiendo sus orejas rojas - Y deja de poner esos ojos de perro aplastado, Jay ya nos está esperando en el auto.
Así que se safo del agarre y tomó la mano del alfa para caminar en dirección al mencionado, quien ya los estaba esperando con los brazos cruzados afuera del auto de su amigo. Mientras, el castaño caminaba con una pequeña sonrisa alegre por conseguir que aquel hielito se pusiera tímido.
- ¿Jay llevaremos a Soobin al hospital? - pregunto el peli rosa ya estando en los asientos traseros del autos, dirigiéndose por la ventanilla al alfa.
- Lo mejor es que no, pero se ve Soobin se ve mal, así que pensé en una escusa por si preguntan cómo acabo así - contesto sereno, sabía que no era recomendable llevar al peli azul a un hospital pero necesitaba atención médica.
Los doctores les preguntarían el por qué acabo de esa manera y tampoco le podían decir que fue atacado por un grupo de alfas drogados por que querrían tomar cartas en el asunto con la policía.
Estarían en problemas todos si descubren aquel sitio que, hasta ahora, estaba muy bien escondido de las autoridades. Y pues claro que lo que hacían ahí no era precisamente legal.
Esperaba firmemente que creyeran una escusa tan barata como lo era que su amigo se peleó a golpes con un hombre que no reconocen y que como estaba tan borracho término así. Inconciente con moretones y sangre por todo el cuerpo...
- ¡Rápido Jake! Tenemos que llevar a Soobin al hospital - reclamo cuando ya los faltantes estaban justo frente a el y se metió al asiento pilotó sin esperar explicaciones.
- Ya, ya vamos - dijo el castaño entrando al asiento delantero.
Mientras Sunghoon se acomodo, de alguna manera, al lado de Yeonjun.
- Jungwon me va a matar si no llegamos rápido - encendió el auto, listo para acelerar al tope y llegar a la ciudad.
Estaba seguro que el pequeño lo golpearia por hacerlo esperar mucho y además por no darle noticias de su amigo.
Ya podía sentir el golpe...
- ¡Eres un idiota! - se escuchó el grito furioso dentro de esas cuatro paredes.
- ¡Le juro que no fue mi intención! Y-yo solo cumpli sus órdenes - el mismo chico que tenía Jake hablo nervioso ante la presencia ajena.
- ¡La orden era solo dejar la sustancia en un específico maldito vaso! - un golpe en la madera se escuchó.
- Te dije que era mejor entregarlo al jefe - una tercera voz percibió el chico, poniendose mucho más nervioso - Además, por tus estúpidos caprichos perdimos una buena mercancia y armamos un revuelo que nos podría meter en problemas.
Aquel hombre delante del chico echo un mojón nervioso miro a su acompañante que estaba apoyado en la pared cerca de la puerta.
- Pues mi pequeño capricho nos iba a solucionar muchas cosas si este remedio de mierda no fuera tan imbécil - escupio al otro con la cabeza agachada - Sabes que, te mandaremos con el jefe, el será quien te juegue, no nosotros.
Sentenció, pero el miedo del chico fue muy grande que lo tenía arrodillado ante el. Suplicando, más bien, rogando clemencia con los ojos empapados y el sudor frío bajando por su rostro.
- ¡N-no por favor! ¡Se lo suplico! ¡No me lleve con el jefe, mi madre me necesita! - pero vio como dio una señal que el chico con tra la pared lo tomó bruscamente del brazo y lo empezó arrastras, hasta lo que el sintió era su fin - ¡Por favor Yeonbin! ¡Perdoname! ¡Dejame regresar! ¡Prometo no volverlo hacer! ¡Youngbin!
Pero lo gritos se fueron asiendo lejanos y opacos, hasta que solo el silencio reino.
Dejando solo a Yeonbin con un cigarrillo a medio fumar importandole poco lo que pasará con aquel idiota.
Rayos, acaban de sacar el M/V de Brought the heat back y yo morí con el concepto que tenían.
ENHYPEN ES EL GRUPO MÁS VISUAL QUE HE VISTO 💕
Subanle el sueldo a quien se le ocurrido poner a Ni-ki, Jake, Heeseung y a Sunghoon en unos autos conduciendo por que mi esquizofrenia aumento 😩
Y después la coreografía 10/10 😔👏🏻
Bueno, cierro el pico, ando más dormida que despierta mientras terminaba esto y en cada párrafo me daba un viaje astral,
así que avisenme cualquier error :)
XO 🩵🩷
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