| 07 | Durazno y Chocolate

Decir que tenía miedo era poco, estaba aterrado. Su olor se esparció por el desastroso lugar y por instantes los sonidos no llegaban a el.

Solo podía sentir la mirada depredadora de los alfas que ya habían captado las feromonas en celo, y por alguna razón, los otros omegas en su mismo estado habían pasado a segundo plano.

Su lobo no paraba de chillar y aullar, sabía que estarían en peligro si no hacían algo, ¿pero que podría hacer?

Tomó las pocas fuerzas que tenía y empezó a retroceder en un intento inútil de alejarse de cinco alfas que se empezaron a acercar. La iris en sus ojos resplandecian en un dorado electrizante, dejándose dominar por su lado animal.

Y muy diferente a ellos, sus piernas temblaban como una gelatina, su cuerpo estaba ardiendo en fiebre y la parte baja de su cuerpo dolía demasiado, incluso mucho más que otras veces.

Esto no era un celo normal, no podía ser tan intenso, además sus feromonas estaban ocupando casi todo el espacio del lugar y no era bueno.

Aun así, cuando su espalda chocó contra la esquina de la isla del barman no se quedó ahí. Podía ver con su visión algo borrosa como aquellos que lo querían acorralar se empezaban a empujar y a gruñirse mutuamente, no entendía lo que decían pues su oído fue neutralizado pero sabia que tenía que aprovechar lo idiotas que lograban ser cuando su animal interno tomaba el control.

Así que mando su propio dolor a la mierda y con apoyo de la isla empezó a caminar hacia un lado, intentando evadir la pequeña rueda que hicieron los alfas para acorralarlo.

Su respiración era mucho más pesada y eso lo desesperaba. La puerta de salida estaba casi al otro lado del salon y para llegar a ella tenía que pasar por el desastre que eran todos esos lobos en descontrol.

Maldita sea la hora que entro en celo.

Los aromas mezclados lo estaban mareando y gracias a lo más sagrado que había no terminaba desplomado en el suelo mientras caminaba hacia la salida. También agradecía que los alfas estuvieran demasiado ocupados con saber quién es el más fuerte o entretenidos con algún omega, aun que lo último no era de su agrado.

Pero al final si no fuera así, no tendría oportunidad de irse si todos ellos se centraban en el. Y con eso en mente, tuvo la salida a casi un metro de el, apuntó de cruzarla. Pero también olvido algo.

Su aroma se expandió por el lugar, por lo tanto más alfas a parte de los que lo seguían a un inicio notaron su dulce olor a celo.

Y les gustó, mucho...

- ¡Sueltame Jungwon! ¡Me vas a dejar calvo! - dijo el alfa mientras sostenía la muñeca de la mano que sostenía con firmeza su cabello azabache.

- ¡Sueltame tu primero! - respondió el omega castaño mientras tenía de igual manera sostenida el brazo del otro.

Seguían en el estacionamiento, literalmente llevaron su discusión lo más lejos que pudieron pues tenian más de una hora peleando y cuando empezaron a soltar cosas que en definitiva no venían al caso fue que terminaron en esa posición.

Jay, que era quien presenció y aguanto todo durante ese tiempo, suspiro por milésima vez, pues se había dado por vencido en separarlos y hacer que dejarán de pelear cuales gatos en el tejado.

Pueden decir que esa pelea podría terminar siendo fatal, al fin de cuentas eran un omega y un alfa. Y era muy mal interpretado que las dos jerarquías discutieran de esa manera, pero sabia que ese no era el caso.

No eran aquellos casos cuando en un mal movimiento el más débil podría terminar lastimado por aquel que tenía más poder. Incluso era al revés, conociendo a Jungwon, era tenerle miedo hasta cierto punto.

El caso, es que sabia que Ni-ki no usaría algún tipo de mando contra el omega castaño que lo pudiera lastimar, y Jungwon de igual manera no haría algo que perjudicará a el alfa por una discusión que los dos sabían que era sin sentido.

Solamente son dramáticos y les gusta discutir con el otro para hacer drama.

- ¡Ya! Sueltense de una vez por todas - hablo con firmeza el mayor para acercarse a los otros dos y picarles las costillas mucho más fuerte que la última vez, haciendo que estos se quejaran mientras se separaban - Llevan casi una hora peleando, parecen niños en serio.

- La culpa es de Ni-ki, es un pésimo protector - atacó el omega cruzándose de brazos, sin dejar de tener su ceño fruncido como un gatito.

- Te recuerdo que tu fuiste quien me obligó a hacer eso, así que la culpa es tuya - apuntó el alfa.

Y ahí iban de nuevo.

Pero esta vez su discusión no se alargó más cuando a lo lejos Jay divisó dos figuras conocidas que venían a toda prisa, o bueno lo más rápido que podían.

El mayor fruncio el ceño cuando una peli roja cabellera se apareció más claro en su campo de visión, teniendo en brazos a una peli negra casi inconciente.

- Jay, ayudame - dijo la peli roja.

- Yunjin, ¿que sucedio? No me digas que se le pasaron las copas - con un tono burlón refiriéndose a la peli negra, aun así se acercó más a las dos chicas.

- Ja ja no es gracioso, esto es muy serio Jay. Chae esta por entrar en celo, de hecho todos en el salon entraron en celo repentinamente - dijo en un tono serio que llamó la atención de los otros dos.

- ¿Que dijiste? - hablo Ni-ki metiéndose a la plática.

- Lo que escuchaste - acomodo mejor a la omega que se balanceaba más dormida que despierta mientras soltaba su aroma a mora - El salon donde estaba Chaewon esta infestado de feromonas, hay omegas en celo y alfas que perdieron en control. No se como paso pero gracias al cielo que pude sacar a Chae de ese desastre total.

- Ahs, como eres exagerada Yun~ - se quejó la nombrada con palabras torpes mientras se balanceaba ligeramente - M-Mi Sunie me estaba cuidando, creelo.

Soltó una pequeña carcajada la omega con olor a mora por la cara que puso Yunjin ante sus palabras.

Mientras, la peli roja abrió sus ojos un poco más de lo normal mientras, con cuidado de no lastimar a su acompañante, miraba hacia atrás con cierto desespero.

- ¿Yun, que pasa? - pregunto Jay ante la actitud de la chica.

- No, no vino con nosotras - murmuro, captando la mirada confundida de los presentes - El blanquito no vino detrás.

En eso Ni-ki reaccionó ante sus palabras .

- ¿Donde esta Sunoo? - fue lo que dijo Jungwon, ajeno ante lo dicho por la peli roja.

- ¿En que salón dijiste que estaban? - pregunto con prisa el alfa menor hacia la mujer.

- En la fiesta de Choi Yeonjun...

Con eso, los tres amigos se voltearon a ver, dándose cuenta de lo que estaba pasando.

Sunoo sigue en ese salón. Aquel en el que todos entraron en celo.

Corre peligro...

Fue lo que en sus mentes paso como un rayo.

- Iré por el - dijo Jungwon con intenciones de ir a la entrada de aquel edificio, siendo detenido por unos brazos que lo rodearon rápidamente, impidiéndole el avance.

- No, tu no irás - hablo Jay detrás de él.

- ¡Jay sueltame! Tengo que ir por Sunoo - pataleo el castaño cuando fue ligeramente levantado del suelo.

- Ya escuchaste lo que dijo Yunjin, esa fiesta esta infestada por lobos que no tienen control de si mismos, es peligroso.

- Me se defender, sueltame ahora Jong-seong.

- Jay Hyung tiene razón, no puedes ir tu solo Jungwon.

- ¿Y que quieres? No puedo dejar a Sunoo allá, además que tampoco se nada de Sunghoon Hyung - hablo molesto hacia Ni-ki, aun siendo sostenido por el alfa - Mierda, no debía de haberlos traído.

- Jay, tengo que llevarme a Chae de aqui, necesito que me lleves - se escuchó a Yunjin detrás de ellos, aun con la peli negra ebria y con los síntomas de un pronto celo.

- Bien haremos esto - hablo Ni-ki - Jungwon será quien lleve a Yunjin y Chaewon a sus casas - dijo y antes de que el nombrado le reprochara, siguió - Y Jay Hyung y yo iremos por Sunoo y Sunghoon, es lo más seguro para todos.

- Jungwon tendrá que ir en la motocicleta, será más rápido de que lleguen antes de que Chaewon entre en celo - propuso Jay, sin dejar que el castaño hablará.

- Ok, eso haremos - y concluyó la peli roja.

Todo eso sin dejar que Jungwon se opusiera ante lo dicho por todos. Así que sin más, Jay metió su mano en su propio bolsillo y le entregó un pequeño juego de llaves a aquel que seguía entre sus brazos.

- Será mejor que se den prisa, el aroma a moras se está haciendo más fuerte - dijo el alfa mayor, viendo a la omega que se estaba casi durmiendo.

- Malditos, esta bien yo iré con ellas ¡pero más les vale que traigan a mis amigos sanos y salvos! - sentenció mirando a los dos alfas. Ganándose una risa por parte del mayor y el menor que solo giro los ojos.

- Confía en nosotros - y con eso lo dejó libre, no sin antes dejarle un pequeño beso en su mejilla.

El castaño se alejó avergonzado con las chicas detrás de él, llendo directo a la parte donde estaban las motocicletas estacionadas, claro que teniendo cuidado de no encontrarse con alguien que estuviera fuera de sus cinco sentidos.

De igual forma los dos alfas dieron media vuelta para ir directo al edificio que tenían a sus espaldas. Llegaron lo mas rápido que pudieron y fue donde se dieron cuenta del verdadero problema que había.

En la entrada del edificio se empezaba a ver personas que apenas y se mantenían de pie, quizás por el celo o definitivamente por lo ebrias que estaban.

- Esto es demaciado - dijo Jay cuando vio como un alfa sometía a un omega en celo, lo veía gracias al iris de sus ojos ya que había varios aromas propagados en el aire, y eso que todavía no entraban completamente.

- Debemos llegar rápido - hablo Ni-ki, dirigiéndose rápidamente a las escaleras y de igual forma subiendo a grandes zancadas.

Mientras más subían los pisos más se veía el desastre que habría y cuando por fin llegaron al piso en donde se encontraba el salon una pésima mezcla de aromas los golpeo en sus caras, que no pudieron evitar taparse la nariz.

Era de esperarse, pues el lugar donde la mayoría de todos lo que llegaban a divertirse con las carreras - que no eran pocas - estaban reunidas en un mismo lugar y sin contar que el lugar era completamente cerrado y sin ventanas.

- Mierda ~ - se quejó Ni-ki subiendo el cuello de su camisa a su nariz.

- Creo que vomitaré - dijo asqueado Jay.

Conforme avanzaban en el pasillo, veian personas tiradas en el suelo con los síntomas de las olas de calor y objetos rotos por doquier. No distinguían alguna jerarquía por la asquerosa mezcla de aromas, pero sabían que muchos de ahí eran omegas que llamarían la atención de alfas con instintos incontrolables.

Fue cuando llegaron a su objetivo, la puerta que tenían enfrente era la del salon que había rentado Yeonjun para su famosa fiesta, la cual desataría el desastre andante.

Ni-ki fue quien tomó la manija de aquella puerta de madera y la abrió, siendo recibido por un vaso que se estrelló justo al lado de su rostro.

De frente a ellos estaba casi una batalla campal de lobos que dejaban escapar sus instintos. Cosa que causó que la mayoría de las cosas ahí estuvieran rotas y tiradas por doquier. Las luces se mantenían túneles y no había música como en un inicio había, vidrios rotos, mesas y sillas tiradas y destrozadas, desastre total.

En eso otro objeto fue lanzado desde su lado derecho hacia el alfa menor, quien rápidamente lo esquivo, agradecía que sus instintos estuvieran bien desarrollados. Y siguiendo esa dirección, encontró una multitud en una de las esquinas que no dejaban de empujarse y pelearse entre sí, al parecer eran alfas discutiendo por algo.

- Ni-ki, esto es un completo desastre - se escuchó a Jay entre el bullicio, pero Ni-ki no le estaba prestando atención, su mirada estaba en aquella bola de descerebrados que se hacían llamar alfas.

Sabía que algo había en esa esquina como para que varios de ellos dejaran a la mayoría de los omegas que se arrastraban en suelo a causa del celo, en un intento de salir de ahí, como su medio de supervivencia.

- Durazno - dijo en un murmuro para si mismo.

Persivió un aroma que salía de ahí, era dulce y atrayente, casi como una droga, pero no estaba completo. Necesitaba un toque, un toque de-...

- Chocolate blanco.

- ¿Chocolate blanco? - Jay pregunto confundido ante la actitud rara que tenía su menor, pero no pudo cuestionarse más cuando un alfa lo tomó del brazo bruscamente llevandoselo de ahí, apartandolo del menor.

Claro que Ni-ki ni siquiera se inmutó cuando una cabellera blanca se asomo entre todos los alfas de aquel rincón.

Sunoo desesperadamente intentaba salir de ahí, pero aquellos brutos eran mucho más fuerte que el en ese momento. Quizás en otra ocasión podría apartarlos lo suficiente, pero ahora ni siquiera los movía un centímetro, además al ver sus intenciones uno de ellos lo tomó prisionero en sus brazos, gruñendo más fuerte cuando sintió como los otros se acercaban con la intención de reclamar al omega.

Es mío, yo lo vi primero — hablo con su voz de mando mientras intentaba retroceder con el blanquito.

— ¡Sueltame! ¡Y-yo no soy de nadie! — dijo desesperadamente, siendo igualmente ignorado.

Yo a ese omega lo vi primero así que entregamelo — otro hablo intentando acercarse más a esos dos.

Pero todo fue detenido cuando alguien tomó por detrás al alfa que tenía Sunoo, haciendo que retrocediera cuando lo jalo de la parte de atrás del cuello y que perdiera el equilibrio, soltando así al pequeño omega.

Sunoo sintió como su cuerpo tembló ante la pérdida de soporte y si no fuera por que lo tomaron rápidamente del torso hubiera acabado en el asqueroso suelo.

— ¿Estas bien Sunoo? — la voz conocida de aquel pelinegro resonó en sus oídos.

Su vista se tornó más clara cuando vio que aquel que lo sostenía no era nada mas que Ni-ki.

El lo había protegido.

Y antes que le devolviera la respuesta, alguien más hablo de forma demandante que hasta se sintió nervioso por eso.

Idiota ¿quien te crees para quitarme al omega? — hablo el mismo alfa que ahora se encontraba levantándose de la caída que le provocó el pelinegro.

Ni-ki solo fruncio el ceño ante la forma en la que le estaba hablando aquel alfa, y más aún, el como de un momento a otro fue acorralado por los otros que igualmente querían al peli blanco.

Son casi diez.  Contó con la vista.

— ¿Y quien te crees tu para siquiera tocarle un solo cabello? — contesto igual de demandante, pero sin usar su voz de mando. Aun no era momento de usarla.

Ese omega tiene un aroma exquisito — hablo otro alfa a sus espaldas — Seguro dará muchos cachorros.

Yo lo vi primero, así que yo lo tendré — se escuchó otro que parecía estar más que dispuesto a abalanzarse a ellos.

Todos estaban tan fuera de si, que todo lo que salía de sus bocas era producto de su animal interno. Por eso seguían usando aquella horrible voz de mando, según Sunoo.

El alfa lo pego más así cuando la presencia de esos hombres empezaban acercarse más, algunos saltaban demasiadas feromonas con la intención de atraer al omega que todo lo contrario, estaba a punto de vomitar.

Y justo cuando sintió como alguien lo tomó abruptamente de su camisa un gruñido se escuchó por el lugar.

Su corazón se aceleró más de la cuenta y se sintió pequeño, pues el causante de eso lo tenía envuelto en sus brazos con la intención de protegerlo.

Aquellos alfas se quedaron repentinamente paralizados ante aquel demandante y fuerte gruñido de amenaza. Incluso se sintió una que otra feromona de miedo en ellos.

No se acerquen — sentenció el pelo negro a todos los de su alrededor, sintiendo como Sunoo se encogia en su lugar, aun estando bajo su protección — Alejense.

Sunoo vio algo que jamás en su vida presencio, aquellos alfas que se gruñian  entre sí, que se amenazaban y que ninguno pasaba por encima del otro. Ahora estaban con la cabeza casi agachada con sumision, mientras a gruñidos daban unos pasos hacia atrás alejándose. Vio como todos sus alfas internos también mantenían una postura sumisa ante las órdenes dadas.

Era simplemente increíble.

Claro que no pudo seguir apreciando eso cuando otra ola de calor llegó a su cuerpo, una más fuerte que las otras pues lo derrumbó completamente ante el alfa que todavía lo tenían consigo.

Ya no se podía mantener de pie y eso lo vio Ni-ki cuando desesperadamente el blanquito intento levantarse, fallando en el intento. Además que su olor cobro más fuerza que incluso vio como los alfas estaban a punto de volver acercarse, con sus pupilas dilatadas y su iris completamente dorada.

Soltó otro gruñido esta vez mostrando sus colmillos que salieron a flote cuando sintió la amenaza.

—  ¡Les advertí que no se acercarán bastardos! — tomó mejor a Sunoo que estaba más que empapado en sudor, pero no le importó y lo cargo al estilo nupcias.

Y gruñendo mientras mandaba una amenaza a esos alfas de que no los siguieran, fue que pudo salir rápidamente del salon, dirigiéndose lo más rápido que podía a su auto para llevar al blanquito a otro lugar.

Pero tendría que ser rápido, si no, Sunoo entraría en la inconsciencia del celo.

Y eso no sería bueno ni para el no para el omega.

Jay fue abruptamente jalado hacia otro lado del salon, alejándose de Ni-ki quien ni le importó.

Cuando estuvo a una distancia lo suficientemente alejada fue que su brazo fue liberado y reconoció muy bien a quien estaba en frente de el.

Choi Yeonjun fue quien lo jalo a el, se veía demacrado y muy nervioso, más que todo asustado.

— Hyung ¿que pasa? ¿Que es todo este-...?

— Ayudame Jay, Soobin esta muy mal herido y no lo puedo llevar solo y-y fuiste el primero que vi — hablo con una voz demasiado temblorosa que parecía queres llorar.

— ¿Donde esta? — hablo firme y serio.

El peli rosa rápidamente lo guio hacia los baños de estaban del otro lado del gran salon a un lado de la barra. Soobin estaba ahí adentro, tirado en el piso con su rostro muy destrozado y con rastro de sangre. Parecía que le costaba respirar.

— C-cuando todo se descontroló — empezó a relatar el omega acercándose a el peli azul que estaba casi inconsciente — Intente hacer que se mantuviera en orden, p-pero unos alfas me quisieron atacar y el me defendió. Solo que aquellos mal nacidos eran más y estaban demasiado fuera de si.

— ¿Como inicio todo? ¿sabes algo? — el alfa tomó como pudo el cuerpo pesado de Soobin, apoyándolo sobre su propio cuerpo para poder al menos sacarlo de ahí.

Yeonjun nego, mientras también lo ayudaba a levantarlo, escuchando las quejas del otro.

— T-todo fue muy repentino, todos empezaron a actuar muy raro y de repente cada quien hacia lo que quería. Muchos entraron en un celo demasiado abrupto — empezaron a caminar hacia la puerta a paso lento — si te soy sincero, hasta lo ebrio se me quito.

Jay soltó una ligera risa ante lo último dicho por el mayor. Pero fue cortada cuando la puerta fue abierta de golpe y dos cuerpos entraron repentinamente.

— ¡Jake ya sueltalo! — se escuchó una voz entrando rápidamente después de ellos.

Jay reconoció al instante el cuerpo de su amigo Jake, un alfa de cabello castaño, que tenía dominado a un chico en el suelo de aquel baño. Detrás de él estaba el pelinegro que de un principio buscaba, Sunghoon estaba en la puerta con una expresión preocupada y nerviosa por los dos que estaban derrumbados en el suelo.

— ¡Sera mejor que me digas que era eso si no quieres otro golpe! — Jake hablo furioso mientras sostenía de la camisa al chico y soltaba otro gruñido, haciendo que tanto Yeonjun como Sunghoon temblaran por ello, y así mismo Soobin gruñera ligeramente aún cuando estaba casi inconciente.

— ¡N-no se de que hablas! — con terror le respondió el chico hacia el castaño que solo soltó otro gruñido y lo azotó con fuerza otra vez contra el duro mármol. Cosa que era fácil para el al estar encima de su cuerpo.

— ¿Pero que mierda estas haciendo Jake? — le hablo el peli negro alfa hacia el castaño. Aun sosteniendo el cuerpo inerte de Soobin.

— E-ese es uno de los encargados de la administración del alcohol y la comida de los salones — Yeonjun murmura, siendo escuchado por los presentes.

— Jake sueltalo, quizás solo estaba escondido. No parece que en verdad tenga malas intenciones — Sunghoon se acercó al nombrado, intentando hacerlo recapacitar.

— ¡H-hazle caso a ese omega! ¡Yo no hice nada! — exclamó con miedo en sus ojos por el furioso alfa que lo amenazaba.

— ¡Jake será mejor que digas de una vez por que lo atacas! — demandó Jay.

— Lo vi echar un líquido a las bebidas nuevas que repartian — miro a su mayor y regresó su mirada al rostro aterrado del chico — Y que coincidencia que después todo se fue a la mierda.

— Maldito, por eso todos entraron en celo.

— Tenemos que salir de aquí — dijo Jay cuando Soobin se empezó a mover inquieto — Jake, traelo con nosotros. Si lo que dices es verdad, también necesitaremos una muestra de aquel líquido.

— Y-yo no sabía lo que era — se escuchó al chico — ¡Solo me dijieron que lo hiciera!

Entonces unos golpes y gruñidos se escuchaban afuera del baño, Sunghoon por instinto se alejó de la puerta cuando más se escuchaba.

Jay entonces tomó una decisión
— Jake — Llamó la atención del alfa — Sueltalo, tenemos que irnos de aqui. No es seguro ahora...

Y quizás nunca lo fue.

El capítulo es un fracaso total, yo lo se. Se que esto es muy confuso y quizás también repentino, pero espero que más adelante se entienda el por qué esta sucediendo todo esto. Además también que papel tiene cada personaje mencionado en la historia.

Tenganme paciencia, voy a intentar que todo sea más claro :)

Por otro lado... Comeback de Enhypen el 12 de julio, esperemoslo con emoción y mucho amor ♥︎

XO

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