Extra: La Prueba, Pt. 2
Sigo viva 🤺✨
Agarren su botana por qué este cap es más del doble de largo que el anterior 🧍🏻♀️
(* Recordatorio de que ésto sucede después del final de la tormenta y antes de la isla del cielo.)
Recuerden votar y/o comentar sí el capítulo les gusta... No les cuesta nada y me animan a seguir escribiendo ❤️
Extra: La Prueba, Pt. 2
"Quédate cerca, no te alejes, bien?" Aunque Lin no tuvo que decirlo, pues Julius se aferraba a su armadura con fuerza mientras caminaban por los apenas iluminados pasillos de la mazmorra.
Mientras con una mano se sostenía a ella, la otra se aferraba al escudo que Lin le había dado. "Cómo eres muy valiente, confío en tí para cuidarme la espalda."
"Si, no... No se va a acercar ningún monstruo, te lo prometo."
Sí bien Lin no había estado muy segura de dejarle al niño un escudo de casi su tamaño, parecía que el votó de confianza le ayudaba al niño a no tener tanto miedo.
Porqué aunqué el niño jamás lo admitiría en voz alta, Lin sabía que estaba aterrado.
Pero ella se aseguraría de que ese niño regresará a su familia sano y salvo.
. . .
Slash
Julius hizo una mueca al escuchar como la espada de diamante se encajó en el pecho de un zombi, el cual no tardó en ser pateado lejos por Lin. "C-cuánto falta?"
"No mucho, sólo tenemos que subir unas escaleras unos pasillos más adelante." Le prometió Lin, sacando la cabeza por la esquina del pasillo… Encontrándose con un mini-ejército de monstruos resguardando el pasillo que conectaba con la habitación donde estaban las escaleras por las que había entrado. "Mierrrrrrr… —coles."
No todos eran los mobs típicos, vio entre la multitud monstruos que nunca había visto antes.
Y por si eso fuera poco… El pasillo estaba cerrado con una reja encantada, al igual que todas las paredes externas de ese tipo de mazmorras, no podían romperse.
"Oh, no… Qué pasa ahora?" Chilló el niño en voz baja, sin percatarse de la casi grosería.
"Pequeño problema…" Murmuró, guiando al niño de regreso con gentileza, antes de que los vieran. "Y cambio de planes— necesitamos buscar otra ruta."
El niño gimoteo con temerosa impaciencia, pero igualmente siguió a Lin mientras se deslizaba en silencio por los pasillos.
Tuvo que tomar un camino por el cual no había ido, intentando encontrar una salida… Encontrándose de frente con una pared, un camino sin salida.
"…A-Ahora que?"
"Uh, bueno—"
Antes de que la respuesta fuera completada, Julius fue tacleado al suelo por Lin... Apenas alejándolos a ambos del camino de una flecha de punta verde.
Julius sólo pudo observar atónito como la mujer frente a el se ponía de pie en un instante y se lanzaba a un esqueleto de extrañas ropas negras, esquivando otra flecha con agilidad, y cortando el cuello del monstruo con su espada.
El esqueleto extraño se desvaneció en un puff, dejando atrás sólo algunos huesos.
Lin se giró y se agachó a su altura, su rostro marcado por una gentil preocupación. "Estás bien?"
El chico asintió temblorosamente, su mirada horrorizada chocando con la confusa de la pelinaranja."S-Si, pero... Estás herida."
Ella pareció apenas darse cuenta, siguiendo la mirada del niño hasta un apenas notable corte en su armadura manchada de distintos tonos de verde, bajo la cual se podía ver una notable herida.
"No es nada, sólo un pequeño corte." Lin quitó el polvo verde (y por consecuencia algo de sangre) con su manga de la herida, dejando solo la mancha en su armadura, y le sonrió a Julius, intentando calmarlo. "Estaré bien, lo prometo."
Eso no pareció animar mucho al niño, que parecía a punto de llorar. "Perdón... Te lastimaste sólo porqué yo no hice casó y tuviste que venir por mí."
Sus palabras dispararon un recuerdo…
"Lo siento… Te sigues metiendo en problemas por mi culpa."
Y así de fácil, las memorias y los sentimientos de ese volvieron.
Un niño llorando... Lágrimas que sólo ella, y nadie más, podía ver.
Su lugar… Su secreto.
Tristeza. Frustración. Enojo… Todo regresó ardiendo con la misma fuerza que hace casi una década.
Ese dolor, esa ira… Ese niño que no pudo salvar.
…Nunca había sido buena dejando el pasado atrás, ni siquiera eso.
Tal vez eso había quedado enterrado en el pasado, tal vez las cosas habían tenido un final diferente al que hubiese deseado… Pero Lin aún podía ayudar a éste niño.
"Hey, no, esto no es tu culpa." Lin lo tomo gentilmente de los hombros, "Aún sí jamás hubieras quedado atrapado aquí, yo de todas formas hubiera bajado y probablemente me hubiera lastimado de todos modos... Así que por qué no dejas de culparte y me ayudas a buscar una salida?"
[? Lin lo recordara]
. . .
Deambularon los pasillos de la mazmorra por un tiempo, evitando trampas y monstruos, y encontrándose con algunos callejones sin salida.
Incluso vio otros de esos esqueletos extraños, todos vestidos con la misma ropa negra destrozada más allá del reconocimiento, y se aseguró de no dejarse tocar por ninguna otra de sus flechas.
Pero no encontraba otra salida.
Los monstruos no se acababan.
Eran diferentes a cualquier cosa que hubiera visto antes. Excepto—
Un escalofrío recorrió su columna, y casi llevo una mano a su pecho, hasta que la detuvo abruptamente. Mecánicamente, se forzó a regresarla a la empuñadura de su espada.
El recuerdo era demasiado vivido… El dolor regresaba, el miedo regresaba, todo regresaba.
No quería que regresarán.
Así que se enfocó en todo menos esos recuerdos... Los monstruos, los pasillos, el dolor, lo que fuera excepto eso.
Incluyendo lo que esa extraña flecha tuviera, un efecto que no había tardado mucho en aparecer después del ataque.
Con cada latido de su corazón, fuego viajaba por sus venas. Quemaba su interior y robaba fuerza de sus musculos. No sé detenía. Parecía apagarse, a punto de extinguirse, pero nunca lo hacía. Cada vez que el dolor parecía marcharse, regresaba con el siguiente latido.
Aún así, intento fingir que nada sucedía.
Podía soportarlo, tenía que soportarlo.
Poco después, llegaron a una entrada de ladrillos de pizarra abismal al final del pasillo, que terminaba abruptamente con una caída de unos metros.
Abajo, había una gran sala de techo alto, también de ladrillos de pizarra abismal y pisos de distintos tipos de piedra, era un espacio mucho más grande de lo que había visto de momento en esa mazmorra.
La sala estaba decorada con grandes pilares de basalto pulido; y sobre ríos de lava, había 8 huecos en las paredes, 3 adornados con una estatua de lobo de obsidiana con una cascada de lava detrás. En el centro, un pedestal desprendía luz de tonos cálidos de forma intermitente, casi como un palpitar.
Y al otro lado de la habitación, un portón dejaba ver unas escaleras de caracol iluminadas por luz natural, sol... Una salida.
Julius pareció brillar de alegría al darse cuenta, "Mira! Podremos salir!"
"Espera…" Lin lo detuvo antes de que intentará bajar. Julius se detuvo y la observó con confusión, y luego curiosidad al verla sacar su pico.
Lin golpeó la entrada, pero el pico rebotó contra los ladrillos y el bloque parpadeó con un brillo violeta, sin ningún daño. "Es como las paredes de afuera. No se puede destruir, no se puede escapar... Esta debe ser una sala con un jefe."
"Entonces…" La voz del niño se apagó, al igual que su expresión. "Tenemos que seguir buscando otra salida?"
Lin se quedó en silencio, desviando su mirada al salón de abajo.
La basta mayoría de mazmorras tenían una entrada y una salida, y las pocas excepciones no dejaban ningúna de las salidas indefensas... Siempre había un jefe, oleadas de monstruos, o algún rompecabezas con muchas trampas.
Pero no podía meter a Julius en una pelea con un jefe, tampoco podía dejarlo solo y desprotegido...
…Pero tampoco podían perder más tiempo.
El dolor aumentaba, el fuego se avivaba… No tardó mucho en comprenderlo: había sido envenenada.
"No…" Titubeó, volviendo a mirar al niño. Tenía que sacarlo de allí, tenía que llevarlo con su familia… Tenía que lugar esa batalla. "Escúchame, Julius. Tengo que abajar allí y derrotar al jefe."
Saco un cuchillo enfundado de su inventario y se lo extendió al niño. "Voy a cerrar el pasillo, así los monstruos no podrán alcanzarte... Pero aún así, toma esto. Por precaución, si?"
No estaba segura de sí darle un arma a un niño era buena idea, pero no quería dejarlo desarmado... Sí ella no salía, al menos Julius tendría algo con que defenderse al salir.
"Vas a… Vas a volver, verdad?" Su voz tembló tanto como sus manos al tomar el cuchillo. El miedo en sus ojos estaba rogándole, rogándole hacerle esa promesa y volver.
Pero Lin no iba a mentirle a un niño... No iba a hacer una promesa que tal vez no podría cumplir.
Esas promesas jamás terminaban bien…
Así que en su lugar, le dijo: "Voy a sacarte de aquí."
[? Julius lo recordara]
. . .
Lin bajo a la sala y caminó hacia el centro, apenas escuchando una reja cerrarse detrás de ella; voces del pasado murmuraban en su oído, retumbando junto a sus latidos…
"Basta! No va a volver... Por qué sigues haciendo esto?"
"No lo entiendes… Ella— ella lo prometió."
El dolor, la discusión que volvió a dos amigos desconocidos...
"Sólo me iré unos días. Volveré antes de que te des cuenta, bien?"
Palabras que recordaba, una voz olvidada, un recuerdo borroso…
Ella los calló, por qué no podía olvidarlos.
Un paso, el pedestal se acercaba más y más…
Un latido, el fuego se avivaba…
Un par de escalones, su sangre estaba en llamas…
La luz palpitante del pedestal alcanzó su piel, estaba frente a el. Estaba hecho de obsidiana y con una cabeza de dragón tallada en la parte superior. Clavado sobre las mandíbulas del dragón, vio la fuente de la luz.
Era un pedazo de cristal brillante, parecía un fragmento de lo que debería ser. Brillaba con intensidad. Los latidos de la luz se volvieron más frecuentes. Podía sentirlo... La estaba llamando.
La luz la hipnotizó.
Olvidó respirar.
Su mente se puso en blanco.
Su mano se estiró para tomar el fragmento.
Sus latidos igualaron los suyos.
Sus sentidos se desconectaron.
Estaba a punto de tomar el cristal. Su llamado era casi doloroso, eran gritos de la más pura desesperación. Había estado encerrado por demasiado tiempo, la había estado esperando...
Sólo escuchaba su llamado y sus latidos. Los gritos y las garras chocando contra la piedra a toda velocidad, cada vez más cerca, no llegaban a sus oídos...
Hasta que el fragmento desapareció entre la cabeza del dragón con un click, forzado lejos de ella cómo sí le hubieran arrancado una extremidad. El fantasma de su presencia aún embriagando su mente…
"DETRÁS DE TI!"
Sus sentidos fueron azotados al mismo tiempo: el calor golpeó su piel, sus pupilas se expandieron, el olor a humedad caliente golpeó su nariz, y el sonido de garras acercándose con furia alertó todo su ser.
Se giró con su espada desenvainada, al momento que las garras abandonaron el suelo con un último golpe.
Sus ojos grises chocaron con un par carmesí.
Su sangre hirviente se heló.
Sangre… gritos… fuego…
Sus dedos entumecidos apenas pudieron sostener su espada. Una mandíbula llena de dientes se abrió para aplastar su cráneo. Garras se abalanzaron en contra de su pecho.
…Apenas pudo reaccionar.
CLANG
La fuerza de la embestida la saco volando lejos del pedestal, su espalda golpeó el piso de piedra violentamente, el metal de su armadura se dobló y la tela debajo se rasgó bajo sus garras. Lin apenas pudo interponer su espada entre las mandíbulas de aquella bestia y su rostro.
La criatura gruño con furia, aumentando la fuerza en su mordida y hundiendo aún más sus garras en la piel y el metal. Llamas salían del interior de su cráneo, saliendo de las cuencas de sus ojos y calentando su espada de diamante.
Sus brazos temblaban violentamente, ya fuera por terror o por el esfuerzo de mantener a la bestia lejos de su rostro.
Estaba tan cerca que podía ver la lava corriendo entre las placas de obsidiana.
Luchando contra el miedo y los recuerdos, Lin arranco su pierna izquierda de debajo de la criatura, desgarrando armadura y piel en el proceso.
Uso toda su fuerza para golpear ambas piernas contra el abdomen del monstruo y usar su mismo peso para empujarlo de lado.
Se puso de pie de un saltó y corrió hacia el pedestal lo más rápido que pudo.
No tenía idea de que era, pero algo le decía que debía tomarlo, y ese no era momento de cuestionarse nada.
A un costado de su visión, una de las estatuas empezó a agrietarse, venas de lava brillando entre la obsidiana.
Lin se agachó para evitar al primer lobo, apenas ganando un gran rasguño al costado de su armadura.
No tardo mucho en alcanzar el pedestal.
Apenas subió los escalones, saco su espada y la enterró en la ranura donde había desaparecido el fragmento. Retorció la espada con desesperación, intentando sacar el fragmento.
Detrás de ella, el lobo volvió a abalanzarse contra ella.
Lin enterró aún más la espada en un intento desesperado. Un crack resonó en sus oídos… Una fuerte luz blanca salió de la ranura.
Pero no tuvo tiempo de procesar lo que ocurrió después de la luz, tuvo que quitarse del lugar al último segundo.
El lobo de obsidiana se estrelló contra el pedestal, destruyéndolo en pedazos y mandando lejos su espada.
"Mierdamierdamierda!" Lin maldijo al ver cómo la última estatua se rompía y otro lobo emergía, el segundo apareció frente a ella, y el primero se levantaba después del golpe, pateando su espada hacia la lava.
Los tres la circularon lentamente, acechandola.
Podía escuchar a Julius gritar y golpear la reja con desesperación. La sangre de Lin se congelo al darse cuenta de lo que iba a pasar, el iba a verla morir…
"Hey . . .! Mantente despierta... Vamos, me lo prometiste!"
"No puedo a morir aquí…!" Lin apretó los puños, dispuesta a luchar a mano limpia si era necesario… Para inmediatamente sentir un dolor agudo en su mano derecha.
Instintivamente, bajo la mirada a su mano, encontrándose con el fragmento enterrado en su mano ensangrentada, brillando con furia.
Pero no tuvo tiempo ni de sorprenderse, los lobos se abalanzaron hacia ella al momento de ver su distracción.
Lin esquivo al primero y al segundo, pero el tercero salió de la nada. Apenas logro mover su cabeza, dejando que el lobo tomara su brazo izquierdo entre sus fauces en su lugar.
Lin uso su otro brazo para golpearlo con toda su fuerza, sin notar el fragmento enterrándose cada vez más en su piel y cómo su brillo se volvía más furioso, palpitando con más intensidad.
Un borrón celeste apareció dirigiéndose a toda velocidad en su dirección. Atravesó al lobo con violencia y cortó profundamente el hombro izquierdo de Lin, haciéndola gritar al sentir metal caliente cortar piel y músculo, el olor a carne quemada golpeándola en la cara de inmediato.
Sin pensarlo, Lin tomó lo que quedaba de la empuñadura y lo saco de un tirón, derramando sangre y gotas de lava al sacarla de su piel y la cabeza del lobo.
Sin la protección de la empuñadura, el metal desnudo no tardó en quemar sus guantes y llegar a su piel… Pero Lin no soltó la espada.
Los otros lobos saltaron hacia ella.
Entonces, el tiempo se ralentizó un poco, una ola de alivio corrió por las venas de Lin cuando el fragmento se insertó completamente en su piel.
El fuego en sus venas se apagó, el dolor en su hombro se fue, su mente quedó en blanco… Y las quemaduras en su mano dejaron de doler. Aún sentía el calor, pero ningún dolor llegaba a sus sentidos.
Su mente estaba clara, el agotamiento, los recuerdos, y el dolor se habían ido.
Se sentía viva.
Lin tomó la espada con ambas manos, sintiendo el calor en ambas, pero eso no importaba. Sólo importaban ella y su deber.
El deber de proteger.
Se apartó de las garras del primer lobo con agilidad, la punta de su espada chispeando al dejar un corte profundo en su pecho.
Está vez, Lin se lanzó al otro lobo, balanceando la punta de su espada hacia su rostro. El no se espero un ataque directo. Apenas pudo evitar la apuñalada, aunque recibió un profundo corte en el rostro, y un ojo menos.
Lin esquivo las garras furiosas del lobo tuerto y dejo otro corte en su espalda, alejándose justo a tiempo para dejar que el otro lobo chocara con su compañero.
Lin ajusto su agarre sobre la espada, «…Está vez no soy una niña.»
Tal vez no era lo mismo, pero está vez podía defenderse.
Ambos lobos no tardaron en recuperarse. El primero en saltar sobre ella fue el de pecho cortado; Lin lo esquivo saltando a un lado.
El lobo tuerto la interceptó, y al no poder esquivarlo a tiempo, Lin interpuso su brazo herido en su camino.
No ningún sintió dolor, ni siquiera cuando algo en su brazo trono.
El filo de su espada atravesó el cuello del lobo, pero este no la soltó.
El otro lobo los alcanzó y hundió sus dientes en su pierna derecha, empezando a jalar en dirección contraria a su compañero.
…Pero Lin seguía sin sentir dolor.
Cómo pudo, Lin pateó al otro lobo en la cara varias veces, sin ningún efecto además de hacer caer más sangre de su pierna.
Sin más opciones, Lin se giró y encajó su espada en el cuello del lobo tuerto. Una, y otra, y otra vez, hasta que sus fauces perdieron fuerzas y el lobo desapareció en un puff.
Ahora en libertad, Lin tomó la espada entre sus manos ensangrentadas y la encajó en la espalda del último lobo, quien aulló de dolor y la soltó.
Lin estaba de pie al momento siguiente, instintivamente estirando su mano derecha hacia el frente.
La espada salió del lobo y se dirigió a Lin a toda velocidad.
Dándose cuenta inmediatamente de su error, Lin se apartó del camino y dejo que la espada se clavara en el suelo en lugar de su brazo.
El lobo corrió hacia Lin a toda velocidad, llamas furiosas saliendo de sus ojos y mandíbula.
Lin hizo lo mismo, desencajando su espada en el camino y abalanzandola hacia su oponente.
A último momento, Lin cambio de dirección y evito al lobo, quien no pudo hacer lo mismo por la inercia.
Lin se giró y retorció su espada dentro del lobo, mientras esté le arañaba la espalda con furia, desgarrando metal y piel por igual. Sangre caliente cayendo por su espalda.
Pero ella no sintió dolor.
Puff
Lin se enderezó y envaino su espada, apenas notando las placas de obsidiana que los lobos soltaron. Las recogió todas y inspeccionó el resto del salón, sin encontrar ningún otro peligro o tesoro.
Así que se dirigió con Julius, que aún seguía arriba a pesar de que la reja había sido abierta hace varios minutos.
"Está bien, déjate caer." Estiró sus brazos en dirección del niño, quien la observó aterrado. "Te voy a atrapar, te lo prometo."
"N-No..." No era por eso que Julius tenía miedo— al menos en su mayoría. No entendía como Lin podía moverse a pesar de estar cubierta de sangre y heridas. "Puedo bajar yo solo."
Apenas salieron de la mazmorra, el sentimiento de vida fue arrancado de Lin sin ninguna compasión.
El fuego volvió a quemar en su sangre, el dolor la azotó como un toro furioso, y el agotamiento no le dejo mover un músculo más... Lin finalmente cedió a la inconsciencia.
El fragmento se soltó de su piel al momento en el que tocó el suelo.
Julius entro en pánico al verla desplomarse. "Lin!"
Un ruido entre el bosque alertó al chico, que desenvainó el cuchillo con torpeza y lo apunto en esa dirección.
Una mujer encapuchada salió de entre la vegetación, levantaba sus brazos en señal de paz. Las sombras de su capucha oscurecían su mirada, y su expresión poco sorprendida era cubierta por una mascara de tela. "Tranquilo, mocoso, no vengo a hacerles daño."
"Quie... Quien eres?" Sus manos temblaban, apuntando el cuchillo a la desconocida. "A-Alejate!"
"Bien, por mi no hay problema." La encapuchada dejó caer sus brazos, su postura revelando nada más qué desinterés. "Diviértete arrastrando un cuerpo moribundo al doctor más cercano... Asumiendo que no se una a los no muertos pronto... Y que el doctor más cercano haga milagros... Así que me iré, sí eso quieres."
Julio palideció, observando a la figura darse vuelta. El símbolo de una cabeza de dragón atravesada por una espada plasmado orgullosamente en su espalda. "E-Espera!"
La figura se detuvo, pero no se giró, "Hm?"
"Yo..." El niño dudo un momento, antes de decidir que el riesgo valía la pena. Casi sollozando entre palabras. "Por favor... Ayudala."
La mujer se acercó y se arrodilló al lado del cuerpo inconsciente de Lin. Sacó varios frascos llenos de líquidos extraños y vendas, y los dejo a su alcance mientras empezaba a tratar las peores heridas.
La mujer se detuvo al ver la mancha de polvo verde en la armadura de la chica. Maldijo en voz baja y se apresuró a sacar otro frasco, y intento sentar a la jóven inconsciente.
"Vamos, niña, no vayas a morir ahora…" Al lograr enderezarla, la mujer se apresuró a obligarla a tomar parte del líquido. Aún inconsciente, Lin intento alejarse; sin embargo, la mujer se aseguró de que la jóven tomara el líquido sin ahogarse en el proceso.
"Que era eso?" Preguntó Julius, desconfiado.
"Un antídoto." Respondió la encapuchada simplemente, enfocandose en detener el sangrado de las heridas más graves. Después de un momento de limpiar heridas y ajustar vendas con fuerza, la mujer cargo a Lin. "Hay un doctor en el pueblo, verdad?"
Un escalofrío recorrió a Julius antes ese tono tan severo, pero aún así se apresuró a guiarla. "S-Si, sígame!"
. . .
Más tarde, después de asegurarse de que nadie muriera, la encapuchada pudo relajarse con el silencio de la sala donde la inconsciente Lin descansaba.
Hace rato que el doctor había terminado de tratarla, suturando y limpiando las heridas que ella tuvo que ignorar en su momento.
Y para el alivio de la encapuchada, el doctor también había mandado al niño a casa. Casi había tenido que obligarlo. El niño estaba demasiado aterrado de irse y regresar para enterarse de que la persona que lo salvó había muerto como para irse. Pero al final, el doctor pudo convencerlo.
El doctor había tenido que irse, pero ella se había quedado a asegurarse de que los efectos del veneno y la perdida de sangre no regresarán a terminar el trabajo.
Pero ese no parecía ser el caso... Así que la mujer se dedicó a juguetear con el fragmento de cristal entre sus dedos, silenciosamente analizando a la jóven frente a ella.
"Morder más de lo que puedes masticar…" Murmuró las palabras, que salieron casi como un suspiro, y envolvió el fragmento en la bandana de Lin y la dejó entre sus cosas, junto a una carta.
El fantasma de una sonrisa se ocultó detrás de su mascara.
"…Demasiado parecida a su madre."
_______________
No deberías usar un artefacto así sin tener idea de lo que podría pasar. Tuviste suerte está vez.
Tal vez no suceda lo mismo la próxima.
Aún en ese estado, la Medalla del Guerrero no es algo que tomar a la ligera. No la uses hasta que tengas alguna idea de que mierda estás haciendo. No hagas que el hecho de permitirte conservarla se vuelva un error.
Está es una decisión que debes hacer por tu cuenta.
Probablemente tienes preguntas, pero tienes que considerar algo... Estás dispuesta a cargar lo que conllevan esas respuestas?
. . .
Holi :D
Seré sincera, estos últimos meses han sido un desmadre. Desde varias cosas dejándome con básicamente nada de tiempo para dibujar o escribir, al menos hasta que salí de vacaciones de la escuela, a problemas planeando como arreglar los errores de mi yo del pasado.
Tantos temas que por algún motivo decidí dejar para después, con porciones microscópicas de foreshadowing en muy pocos… Y ahora tengo que arreglar ese desmadre sin info dumps ni romper la trama :)
Sí tuviera una máquina del tiempo, me daría una cachetada por tanta idiotez.
Cómo sea, no hago promesas, pero espero poder publicar el primer capítulo pronto. Iniciaremos esto con un flashback de la niñez de Lin... Ah, los traumas 😌✨
Respecto a cómo será la historia (y sin dar muchos spoilers)… Yo divido la historia en tres arcos y algo que podríamos concidera un mini arco, aunque técnicamente forma parte del primero:
Arco 1:
La Unión del Fuego Blanco
Arco 1.5?:
Legados
Arco 2:
Arco del Admin
Arco 3:
El Inicio del Fin
En resumen:
Lin aprende cosas, algunos desmadres, y muchos traumas; family issues, clases de historia, genocidio; Petra quiere reparar el vaso pero lo sigue pateando, Romeo necesita ir a terapia; [redactado], [redactado].
Antes de irme, les dejo el dibujo de Lin 😉✨
3/4 dibujos de Lin y su grupo están terminados y solo me faltan pequeños detalles en el último, que debería ser publicado en mi Instagram (valeriakitsune4488) uno de estos días.
Y este capítulo ya es lo suficientemente largo, así que bye, linduras ❤️✨
4247 palabras
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