7. El Guardian de Cobre

Y bueno… Llegamos a partes más pesadas! Uh… yey?

⚠️ Descripciones de heridas severas, sangre, muerte, etc.

Recuerden votar y/o comentar sí el capítulo les gusta... No les cuesta nada y me animan a seguir escribiendo ❤️

7. El Guardian de Cobre

Petra caminaba por las calles de una pequeña ciudad de la cual no recordaba el nombre, era sólo la primera parada en su viaje de regreso a Ciudad Faro. Estaba exhausta, su último viaje había tomado más de lo que había previsto. Aunque, había valido totalmente la pena. Había sido una buena aventura, incluso sí el hecho de que la mayoría de sus viajes recientes eran por su cuenta le traía un mal sabor de boca.

Por qué los demás debían ser tan aburridos? Cómo ellos no podían sentir la inquietud de quedarse encerrado en una ciudad, con tanto estrés y responsabilidades sin sentido?

No podía pensar en Jesse y todas las responsabilidades que la gente le seguia arrojando sin sentir pena por el. Estar tan atada a un lugar de esa forma la hubiera vuelto loca!
Axel y Olivia eran básicamente el mismo caso, demasiado ocupados siguiendo los pasos de sus idolos cómo viajar a hacer algo de verdad divertido. Lukas estaba demasiado entretenido con sus propios asuntos y sus historias. Y Lin… como siempre, era aún caso complicado.

Pero, no importaba. De alguna forma, iba a aprovechar la próxima vez que el grupo se reuniera para arrastrarlos a todos a una aventura real. Habían pasado meses desde la última vez! Alguien debía recordarles al resto lo que era vivir de verdad.

(Ella estaba bien, siempre y cuando pudiera moverse estaría bien.)

Con eso en mente, Petra se movió por la calle sin prestarle mucha atención a nadie, simplemente buscando un lugar para descansar y demasiado enfocada en sus pensamientos cómo para notar la figura observándola a la distancia.

Dicha figura se detuvo en algún momento, y simplemente observó mientras la chica desaparecía entre la multitud. Su trabajo había terminado y su objetivo se había ignorante durante todo el proceso. La chica ni siquiera la había notado, a veces tan cerca que casi era gracioso— sí no fuera tan decepcionante.

Por más que la hija mayor de Isis y el desertor se presentará cómo una guerrera, esas no eran más que meras apariencias. Podía ver todas las grietas. Esperando por un solo empujón o un golpe preciso, y todo se vendría abajo...

Nada más que potencial desperdiciado.

Pues, qué era la fuerza frente a las bestias y los desafíos más grandes que cualquier mortal? Qué era la habilidad sin el ingenio para usarla correctamente? De que servía un guerrero al borde de tropezar en el abismo?

Tenías otro Sirius.

Solía respetar al hombre, aunque no lo pareciese. Había sido un buen guerrero, podía compensar lo qué no tenía de ingenió o talento. Y debía de tener algo de especial, considerando qué, de alguna forma— sólo los Ancestros sabrán cómo— había ganado el corazón de Isis.

Pero, por desgracia, sus últimos años habían sido una decepción, una pérdida. Ahora, temía que su hija, la más parecida a él, estuviera siguiendo el mismo camino.

En los últimos meses, ninguna de sus evaluaciones la habían hecho cambiar de opinión... Al contrario. La convenció más: no estaba lista. Tal vez la chica pudo haber sido una orgullosa miembro del Clan alguna vez, pero ya no. No en ese estado.

Eran esos casos los que le recordaban el porqué existía el Mandato en primer lugar.

Ellos pudieron haberlas guiado, pudieron haberles enseñado y entrenado como parte de los suyos… pero no. Después de la tragedia del Bosque Oscuro, decidieron no ejecutar el Mandato— cómo sí dejarlas solas fuera mucho mejor.

(No contaron con que ambas irían a lanzarse al peligro de todos modos.)

La única piedad que podía darle a la chica era su desaprobación y la esperanza de que los otros jueces fueran lo suficientemente razonables.

De lo contrario, la aceptarían sólo para mandarla al matadero.

No estaba necesariamente feliz o disgustada con que la otra hermana hubiera sido aprobada. Ella misma había dado su aprobación, aunque a regañadientes— casi verla morir no había sido una buena última impresión. Pero tuvo que aceptarlo, la invitación ya estaba allí, y era cuestión de tiempo para que la chica diera su respuesta… Sin importar sus propios sentimientos conflictivos al respecto.

Tal vez fue por eso que, al recibir un mensaje— escrito con una letra que ya conocía con el alma— sobre que aquella chica estaba a la puerta del desafío, regreso a Ayrora de inmediato.

…Tenía un mal presentimiento.

. . .

Lin despertó con la brisa acariciando su rostro, se sentía como sí estuviera flotando. Estaba agotada. Pensó en volver a dormir…

Después de un momento, estuvo lo suficientemente coherente como para darse cuenta de que no estaba flotando, sí no cayendo… desde muy alto.

El viento le arañaba la piel con desesperación, cómo sí pudiera sostenerla y evitar su caída, en vano. Apenas podía ver con todo el aire golpeando su ojos, pero aún podía ver lo suficiente para saber que estaba cayendo cómo una flecha, con el suelo se acercándose cada vez más…

Forzó sus extremidades, con músculos pesados y adoloridos, a moverse de tal forma que su caída pudiese desacelerar poco a poco. No iba a salvarla, pero podía comprarle tiempo.

Forzó la desorientación y la pesadez fuera de su mente. Necesitaba pensar, encontrar una manera.

No creía poder usar un cubo de agua a tiempo, no con como estaba cayendo. Tampoco tenía alas de membrana*.

Dependía completamente en encontrar alguna fuente de agua lo suficientemente profunda para frenar su caída antes de que se volviera un panqueque.

Intentó darle sentido a los colores borrosos que lograba ver— el pantano era bastó, sus colores se mezclaban hasta ser casi indistinguibles a esa altura y en su condición. Pero mientras más se acercaba, mientras más corto corría el tiempo, todo se volvió más claro.

Había árboles debajo de ella, pero el agua no estaba tan lejos… sólo debía acercarse y rápido.

Forzó su cuerpo a cambiar su ángulo, a intentar forzar al aire a acercarla más…

Después llegó el impacto.

El repentino golpe casi la hizo ver estrellas. Por un segundo, todo se volvió oscuro.

Creyó no haberlo logrado. Su cuerpo entero gritaba en agonía, no podía ver y no podía respirar, hasta que… nada. Toda señal de alerta azotando su mente se detuvo de golpe, cortada a un silencio muerto.

…Eso era lo que había pasado?

Acaso se había equivocado? Había golpeado el suelo en vez del agua? Se había… ido?

Creyó haber escuchado un crujido durante el golpe, había sido ese el sonido de su cuerpo impactando la tierra, roto y sin vida?

Pero, sí eso había ocurrido… por qué sentía una presión en su pecho? No tenía sentido. Los muertos no deberían sentir.

Acaso—

Finalmente, su razón logro alcanzarla, y sus ojos volvieron a abrirse a la oscuridad de las aguas turbias. Lin regreso con la horrible sensación de agua invadiendo sus pulmones. Pero, sorprendente, ningún dolor.

Un pánico puro cruzo por sus venas por un momento, brazos y piernas moviéndose con torpeza y desesperación sin saber bien a qué dirección debía de moverse— donde era arriba? Donde era abajo? Pero el sentimiento fue aplastado casi tan rápido como llego, reemplazado por una extraña tranquilidad, casi cómo roca cayendo en el camino de un arroyo y forzandolo a detenerse.

No tuvo tiempo a cuestionarlo, pues poco después sus dedos golpearon una raíz, sus manos no tardaron en encontrar el suelo rocoso.

Torció su cuerpo y logró usar sus piernas para impulsarse contra el fondo, hacia arriba. Una y otra vez, forzó a sus músculos a moverse, sólo un poco más, cada vez más— por una eternidad. El peso del plomo amenazaba con hundirla. Sus pulmones se sentían aplastados, como sí las manos de un dios enfurecido intentarán hacerlos reventar.

Nuevamente, sus manos tocaron algo— madera. Una rama medio sumergida en el agua. Lin la uso para jalar su agotado cuerpo sobre el agua y hacia el montón de raises de un manglar. Colapso entre las raises del árbol, tosiendo y escupiendo agua, sin importarle que la mitad de su cuerpo siguiera en el agua. No pensó en las siluetas en el agua ni en ahogados, sólo en lograr respirar una vez más.

Incluso después de lograrlo, sólo se quedó allí. Respirando. Apoyando su cabeza en contra de la fría y áspera madera del árbol. Lo había logrado.

Abrió sus ojos a un mundo borroso. Y con un gruñido de exasperación, froto sus ojos insistentemente para quitar el agua de sus ojos. Cuando el mundo se aclaró, pensó haber visto algo de escarlata en la madera del árbol— pero el mundo parecía insistente en no dejarla descansar.

Al principio no le puso atención a los sonidos de agua, ni el repentino silencio a su alrededor… Pero algo en su mente la forzó a moverse.

No logró hacerlo a tiempo.

Casi grito ante la repentina presión en su pierna, pero no tuvo tiempo de hacerlo antes de volver a estar en el agua. Una nube oscura se levantó a su alrededor mientras su cuerpo era arrastrado de regreso a las profundidades, cada vez más lejos de la orilla… pero incluso entre la poca visibilidad del agua, no fue difícil ver la nube de oscuridad saliendo de su pierna izquierda y sentir la presión en ella, y unir las piezas.

No se permitió enfocarse en eso. Había cosas más importantes, cómo qué demonios la estaba arrastrando por el agua.

Hasta que las aguas revelaron la respuesta, y Lin deseo no haber preguntado.

Aún no podía ver bien entre el agua, pero la oscura silueta marcada con brillantes líneas y patrones rojos hablaban por sí solas. Era grande… Y Lin estaba siendo arrastrada hacia el.

Con la pesadez del plomo y una daga en mano, empezó a apuñalar la delgada extremidad arrastrando su cuerpo, cada golpe se sentía como apuñalar a un golem de hierro. Hasta que la daga atravesó la extremidad con el eco del metal y la bestia rugió, algo que no oyó pero logró sentir retumbar en el agua.

Sabía que no podía luchar contra eso en el agua, sin respirar y apenas logrando ver, así que intentó apresúrense a salir a la superficie. No tenía nada para el combate acuático, ni ninguna forma de escapar. Nadar era demasiado lento.

Pero cómo podía una persona en su estado escapar de un monstruo así?

No podía.

Pudo sentir la corriente en el agua cambiar mientras la criatura empezó a circular a su alrededor, cada vez acercándose más y más. Cada músculo en su cuerpo gritaba y moverse en el agua se acercaba cada vez más a intentar nadar en metal fundido. Hasta que la criatura se acercó, su enorme y alargado cuerpo serpentino cubierto de brillantes marcas rojas. Círculo a unos metros de ella, al borde de la visibilidad del agua; y desde la oscuridad, una delgada cola golpeó su costado y la arrastró varios metros hacia el fondo de un sólo tirón.

Allí se dió cuenta de que esa no era una batalla contra un monstruo, sí no de un depredador jugando con su presa. Sólo pudo observar con horror cómo la serpiente circulaba sobre ella… Y ese fue su error, olvidarse de que había más en esas aguas.

No vió la mano salir desde las oscuras aguas debajo de ella.

Pateó hacia el ahogado apenas sintió el tirón en su pierna, no logrando más que lastimar aún más su herida al golpear metal. No era un ahogado normal. El cuerpo estaba cubierto de restos desgastados de armadura y trozos rotos de tela sobresaliendo en algunos lugares, la mitad de su rostro había sido arrancada, y la otra mitad parecía congelada en una eterna expresión de horror.

Pateó y pateó, el agua a su alrededor oscureció con el sabor del cobre, pero no pudo soltarse. Intentó usar su daga, pero la hoja era demasiado corta— el ahogado no reaccionó a ninguno de sus cortes y siguió arrastrándola de vuelta a las profundidades. Su pecho ardía.

Dejó caer la daga y sacó su espada. Era demasiado pesada. El arrastre del agua lo hizo aún más difícil, pero logró atravesar uno de sus brazos— la carne podrida no puso mucha resistencia. El brazo se desprendió y el ahogado no pudo mantener su agarré con una sola extremidad.

Lin logró soltarse de una patada y clavar su espada en su cráneo. El hueso cedió con un crujido repugnante.

Poof

Buscó a la serpiente de forma frenética, intentando ignorar el ardor en sus ojos y el fuego en sus pulmones. No podía verlo.

La roca dejo de ser suficiente. Una fuga, una grieta, empezó a asomarse—

Estaba de regreso en la oscuridad del fondo.

Ya no podía luchar. Necesitaba respirar. Estaba lejos de la superficie… El plomo en sus huesos y el metal en su cuerpo se volvió demasiado. Sus fuerzas se desvanecían.

No había tiempo—

Aire—

Necesitaba respirar.

El mundo se volvía borroso. Todo perdía el sentido ante el fuego en sus pulmones y la necesidad de respirar sobre la razón de que no había nada más que agua—

En ese momento, no pareció que los cadáveres hundidos por el peso del metal a su alrededor o el destello de dientes afilados acercándose para tragarla entera fueran la amenaza mayor— iba a morir ahogada.

Fue sólo gracias a un segundo de claridad— confusa, repentina, claridad— que logró impulsarse del fondo a un lado, apenas esquivando a la serpiente.

Reflejos y memoria muscular llevaron su espada contra la serpiente— la inercia hizo el resto.

Se aferró a la espada y a las escamas de metal con su vida, pero su mente apenas procesaba lo que estaba ocurriendo.

Sólo su sangre teñía el agua.

La serpiente se sacudió por el agua erráticamente y arrastrando su enorme cuerpo por el fondo, azotandola contra tierra, roca y metal, apenas evadiendo los cadáveres, pero no logró librarse de ella.

Todo se volvió borroso y confuso— hasta que un golpe de gravedad la hizo regresar en sí.

Por un segundo— aire.

…Luego regresó al agua. La desorientación casi fue suficiente para hacerla soltar su espada, casi.

Una sacudida más y la serpiente volvió a arrastrarla a la superficie. Ni siquiera logró alegrarse por la oportunidad de respirar cuando el costado de la serpiente la azotó contra las raíces de un manglar. La madera trono y reventó ante la fuerza del golpe, algunos trozos clavándose en cualquier parte de piel no protegida por metal. Lin finalmente se soltó.

La silueta de la serpiente desapareció en el agua.

Se arrastró sobre las raíces con las últimas brasas de energía que tenía, ignorando la madera clavándose en su piel o en su espada perdida— debía alejarse del agua.

Ya podía ver la tierra y el lodo tras la pared de raises, cuando escucho movimiento detrás de ella.

Una alargada extremidad de cobre salió del agua, sus dos extremos, cómo la cola de una serpiente, estaban trenzados uno en el otro, ambas terminaban en el filo de una delgada cuchilla— uno adornado con un profundo corte rodeado de otros más superficiales, su cuchilla parecía a punto de caerse.

Lin soltó una maldición y usó una raíz cercana para arrastrar su cuerpo de un tirón a la izquierda, apenas evitando que su pierna fuera atravesada por las cuchillas. Intentó alejarse más, pero seguían estirándose tras de ella. Ya podía ver las brillantes líneas escarlata corriendo debajo de las escamas.

Una de las cuchillas dejo un corte en pierna mientras se apresuraba a sacar el último vestigio de un arma que tenía a mano— un desgastado pico de hierro.

Lin blandió el pico como el arma de un verdugo sobre la cola herida. La serpiente chilló en cuánto el hierro golpeó entre una de las líneas rojas— el resto de lines siguientes parpadearon antes de apagarse por completo mientras la cuchilla terminó de desprenderse. Pudo escucharla caer debajo de las raises con un clunk húmedo. Las extremidades se retorcieron y retrocedieron un poco. Por un momento, haciéndola pensar que iban a retirarse… estuvo muy equivocada.

La cuchilla restante se lanzó hacia adelante y logró dejar un corté en su brazo— uno profundo. Soltó el pico con un grito mientras la sangre brotaba de la herida. La gravedad la arrastró hacia abajo, entre las raices y hasta golpear la tierra lodosa. El pico cayó en algún lado detrás de ella.

La cola de la serpiente azotó contra las raíces con un estruendo y Lin no pudo hacer nada cuando la parte herida logró estirarse alrededor de su pierna y tiró de ella.

Buscó algo a lo que aferrarse desesperadamente. Rompiendo raises y desenterrando piedras hasta que su mano alcanzó el pico. Logró clavarlo en la tierra y aferrarse a una raíz con la otra mano.

Se aferró con todo lo que tenía. Ni siquiera de detuvo a cuestionar cómo es que su cuerpo aún no empezaba a gritar de agonía, aún cuando sabía que ya debió haber pasado ese punto hace tiempo. Sólo pensaba en la serpiente y en el agua, y lo que iba a pasar sí no lograba mantenerse en tierra firme.

Estaba aterrada.

(Por primera vez en mucho tiempo, no pensó en ojos rojos ni en colmillos ni fuego, sí no en cobre y agua)

Una silueta salió del agua a algunos metros de ella, la cabeza de una serpiente.

Ojos amarillos y de pupilas rasgadas le devolvieron la mirada— seis de ellos.

El cuerpo de la serpiente se levantó varios metros fuera del agua… Era enorme, lo suficientemente grande para tragar a una persona de un bocado. Sus escamas de cobre resplandecían bajo la luz, algunas tornandose azul-verdoso en algunas partes, y brillantes líneas rojas marcaban su cuerpo. Algunos cortes superficiales adornaban el metal, pero no había ninguna herida grave en su cuerpo.

Fue tanto su asombro que casi no proceso el sonido de varios clicks desde la bestia… y varias patas como las de un insecto se desprendieron del metal poco a poco.

Finalmente, allí estaba, la bestia en toda su retorcida gloria.

La lenta comprensión de lo que todo eso implicaba cayó sobre ella como una ola de puro horror.

La bestial serpiente se detuvo en la orilla, sus patas hundiéndose un poco en el lodo junto a su enorme cuerpo, y la observó. Lin no pudo hacer más que devolver la mirada. Qué podía hacerle a una bestia así sin siquiera tener su espada? Qué más podía hacer que mirar a su fin de frente?

La serpiente hizo un sonido, un gruñido, casi pareció de confusión.

Un tirón más y el pico en su mano se rompió en pedazos. Su agarré en la raíz no sobrevivió. Estaba agotada.

Pero la serpiente no la devoró.

Sólo la observó.

Pareció una eternidad.

Hasta que los ojos de la serpiente, pupilas contraídas hasta parecer líneas, parecieron relajarse.

Para su incredulidad, las patas de la serpiente regresaron a su lugar y la cola con la cuchilla rozando su piel retrocedieron. Poco después, la serpiente volvió a desaparecer en el agua como sí nada.

Lin la vió irse, congelada en su lugar. Hasta que la paranoia la orilla a seguir arrastrándose entre las raices, tierra adentro, hasta que pudo pararse y caminar tambaleándose lo más lejos que pudo del agua—

Hasta que supo que finalmente estaba a salvó, cuando supo que la serpiente no iba a volver… Fue entonces cuando un interruptor cambió. El peso del plomo y su cuerpo irresponsible la arrastraron hasta la inconsciencia.

Por un momento, pensó escuchar pasos corriendo hacia ella y un par de cuidadosos brazos levantando su cuerpo, y una voz llena de pánico. "Li. . .n?! No. . . Res. . . ste. . .No. . .tra vez. . .! . . ."

Eso fue todo, Lin se desvaneció como una llama.

. . .

*Técnicamente, se supone que las elytra sean raras, especialmente con el lore que tengo planeado… Así que, en este canon, las personas crearon su propia versión hecha de membrana de fantasma (lo que yo voy a justificar con que, en el canon de MC, puedes usar las membranas para reparar elytra, así que tiene sentido ?).

Está bien… Probablemente?

Intenté no cortar tanto, sólo lo necesario… Y igual sigo lamentando cosas que tuve que cortar! ;-;
Petra iba a participar más en su escena al principio, pero tenerla más activa significaba dejar al capítulo más saturado y dificultar el cambio de enfoque en la escena. Lamentable. Igual, tarde o temprano podre sacar esas partes cortadas otra vez!

Pero bueno, así está el asunto.

Duda, sienten que los este saturando con nueva información? Este arco es mucha exposición y básicamente "mucho texto"™. Avísenme sí ocupo bajarle dos rayitas al asunto.

Aquí les dejo un boceto actual de Lin chiquita, Sirius, Isis (probablemente le vuelva a cambiar la pose por decimoquinta vez), y otras cosas random.

Sin nada más que agregar… Chao linduras!

3495 palabras

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