6. En la Penumbra

Wattpad sigue insistiendo en cambiar mis guiones largos por los cortos… Por favor avísenme sí los vuelven a cambiar después de publicar el capítulo 😭

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6. En la Penumbra

Los encantamientos en sus espadas brillaban mientras las afilaba. Era algo que Summer hacia frecuentemente— sus armas siempre debían estar preparadas. Y en cierto sentido, la tarea repetitiva ayudaba a calmarla, la mantenía ocupada.

Tendría que irse pronto, y eso no le agradaba, pero no tenía elección.

No estaba entusiasmada por regresar a Ayrora tan pronto— ya no le quedaba paciencia para lidiar con el Clan. Todos se negaban a entender, cómo sí sus reglas fueran la ley de todo. No había excepciones.
Al menos Ulises era razonable; aunque, el tenía su misma suerte al intentar convencerlos.

De cierta forma, le traía una nueva perspectiva sobre Isis. El Clan y su crianza nunca habían sido algo en lo que pensará mucho en ese entonces, salvó en los momentos donde esas peculiaridades resaltaban... Ahora? Los detalles y las peculiaridades tomaban más sentido, cambiaban y creaban una nueva imagen. Cambiaban las cosas, no demasiado, pero lo suficiente.

Cambiaba a Isis, al menos la forma en la que la conoció en ese entonces

No le gustaba.

Ella había sido su mejor amiga, la hermana que jamás había tenido, una gran persona, y una gran guerrera— no era justo que su recuerdo de ella fuera contaminado por el Clan al que perteneció.

...

Casi eran 8 años desde ese día, 8 años desde el último día que había visto a su mejor amiga, 8 años desde que su vida había sido completamente alterada... Y aún así, jamás había terminado de comprenderlo del todo— cómo es que todo se había jodido tan rápido? Pero conocía la respuesta: el corazón.

No habían tenido ni idea a lo que se iban a enfrentar, encontrarlo en lo que se suponía iba a ser una misión aburrida había sido catastrófico.

No conocía tanto a la mitad del grupo, todos los demás eran parte del Clan— la mayoría eran padres en misiones de bajo riesgo, padres buscando regresar con sus hijos.

La seguía atormentando, por qué había sido ella la que había regresado?

Sí las cosas hubieran sucedido de forma diferente, sí ella hubiera tomado el lugar de alguno de ellos... Sí Isis hubiera regresado en su lugar— Intentaba no pensar en ello, no tenía caso atormentarse a sí misma pensando en algo que no iba a cambiar.

Pero...

En el fondo, sabía que eso hubiera sido mejor.

La muerte de Isis había acabado con Sirius. Sirius, el guerrero que se enfrentaba a cualquier reto y a cada monstruo sin titubear; Sirius, el amigo que siempre estuvo a su lado— ya no existía.

Hoy en día, ya podía reconocerlo.

Sirius había abandonado todo, había abandonado su deber y a todos a los que alguna vez estimo.

Ella había tenido que recoger las piezas, había tenido que luchar contra el Clan para que no actuarán El Mandato de Sangre aún— o nunca.

Una parte de ella no podía evitar resentir a Sirius por ello (siendo justos, Sirius también la resentía por volver, aunque jamas se lo había podido decir a la cara). La otra parte comprendía, hasta cierto punto... La muerte de Isis había matado a Sirius también.

Lo había cambiado, cómo persona y como padre. Podía verlo con claridad en Lin y Petra— por más que Petra le tuviera el suficiente respeto a su padre y sus reglas cómo para acercarse a Summer.

A veces, temía que iba a matar a Lin o a Petra también.

El Clan era antiguo, y algo así no sobrevivía tanto tiempo sin miembros que lo conformarán. Muchos tenían hijos fuera del Clan, el Mandato de Sangre aseguraba que al menos uno de los descendientes regresará al Clan. Era deber del padre enseñar y preparar a quien fuera elegido, asumiendo que hubiera más de un descendiente... Pero, cuando ese padre moría, el Clan tenía el derecho de elegir por su cuenta y llevarse al descendiente para ser criado como uno más del clan.

Sí tan sólo

"Summer?"

"Hm?" Murmuro, sin dejar de afilar sus espadas o girarse a ver a Lin— era más difícil cada día, cada vez podía ver más de Isis en ella... pero eso era injusto para Lin (Aunque ella no tuviera idea de lo que ocurría, no era justo para ella cargar con el fantasma de alguien que nunca conocio en realidad). También la asustaba, porqué sabía que Lin terminaría siguiendo el Mandato aunque nadie la obligará.

No podía mantenerla ignorante y a salvó por siempre.

"Alguna vez haz ido a las Tierras Lejanas?" Summer mantuvo su expresión neutral, sabiendo que Lin había dejado de ver las ilustraciones en el libro para verla. No tenía idea de lo que conllevaba su pregunta.

"Si, estuve allí una vez," Summer pausó y finalmente miro a Lin, "estás leyendo el capítulo?"

Lin asintió, girando su copia del La Guia del Explorador (o alguno de los volúmenes) para enseñarle las ilustraciones, moviéndose con cuidado para no molestar al pajarito acurrucado en su hombro y con sus ojos brillando de curiosidad, "es verdad? ...Qué las Tierras Lejanas protegen sus secretos?"

"Algo así, supongo es una buena forma de decirlo..." Más exacto de lo que ella sabía, también, pero no iba a decírselo. "Es un lugar extraño."

Al menos, aún tenía suficiente tiempo para preparar a Lin.

————————

Lin estaba empezando a odiar a los fantasmas.

Desde cualquier cantidad de tiempo que pasó sin dormir en el Nether, a la situación en general, o las noches intentando dormir en cualquier refugio improvisado, todo se había acumulado en la tormenta perfecta de falta de sueño y cansancio severo para atraer a los bichos.

Y no había mucho que Lin pudiera hacer para evitarlo, entre todo lo que estaba pasando y—

(Ojos rojos ojos rojos ojos rojos ojos rojos ojos rojos)

— algunas pesadillas, no podía evitar que los monstruos siguieran apareciendo y acechándola cada noche. Tampoco es que pudiera librarse de ellos, mucho menos al ritmo al que seguían apareciendo...

Ella sería la primera en admitir su falta de habilidad con el arco, pero las horribles criaturas eran demasiado ágiles y volaban demasiado rápido. Siempre terminaba por perder más flechas de las que acertaba, al punto de que era más fácil simplemente empuñar su espada y esperar a que se lanzaran a atacarla.

Tal vez era la falta de sueño, pero podía jurar que las criaturas odiaban sus entrañas. Cada vez que la atacaban, siempre había un brillo extraño en sus ojos sin alma, cómo sí de pronto sus cuerpos de no-muerto recordarán las emociones que alguna vez poseyeron. Los había visto intentar forzar su entrada a cualquier refugio en el que estuviera por las noches, jamás había escuchado de que actuarán asi.

Eso definitivamente no era normal.

...O tal vez el cansancio la estaba volviendo paranoica, esa también era una posibilidad. Cualquiera qué fuera el caso, Lin casi se sintió agradecida cuando llegó al borde de las tierras lejanas y los fantasmas dejaron de aparecer.

Era extraño, pero no iba a cuestionar una pequeña victoria para su estabilidad mental.

Incluso antes de llegar a las Tierras Lejanas, había notado cómo los fantasmas siguiéndola disminuían de tamaño mientras transcurrían los días, y Lin estaba segura de que su horario de sueño no había mejorado mucho durante ese tiempo. Hasta la última noche, al borde de entrar a un pantano y ya pudiendo ver la imponente pared de naturaleza anómala levantándose a la distancia, cuándo por fin tuvo una noche de paz.

Esa noche, durmió mejor de lo que lo había echo en días— tal vez semanas.

A la mañana siguiente, y cómo ya lo había hecho varias veces a lo largo del viaje, Lin intento descifrar cual era el siguiente paso, sin mucho éxito. El mapa la había traído hasta el lugar más lejano posible, para qué? Aún no tenía idea. La tinta se había vuelto a desvanecer del papel la noche anterior, cuando llegó al borde del pantano, dejándolo en blanco.

Lin había esperado no tener que repetir el mismo proceso que la última vez... Y para su alivio, no fue necesario.

Había estado distraída, estudiando el papel en blanco y intentando adivinar cómo podría obtener algún resultado— cuando sintió un extraño calor provenir de su bolsillo. Dejó todo de lado y se apresuró a sacar el objeto en su bolsillo, una medalla... El pálido metal en forma a llamás, brillando entre sus manos, cálido al tacto.

Un destello, la antorcha solitaria que iluminaba su refugio improvisado perdió su llama por un momento— la cálido llama naranja parpadeando hasta convertirse en la llama plateada de un sol.

Frente a sus ojos, el papel que yacía olvidado tras el inicio de la locura, apenas unos segundos atrás, comenzó a brillar también. El contorno de símbolos formándose entre destellos de luz y cambiando, casi forzadamente, a letras legibles.

["Ante el fuego habrá verdad.

Hasta el último guerrero, hasta el último suspiro y hasta que la última gota de sangre se derramé: la llama ancestral consumirá hasta el mismo fuego."

Supera la prueba y cruza La Puerta.]

"Puerta?" Repitió, saliendo de su sorpresa para cambiarla por confusión. No había nada allí. Nadie cuerdo se acercaba a las Tierras Lejanas, había todo tipo de historias de terror alrededor de ellas. No había nada más allí que—

Entonces lo comprendió, el por qué la habían guiado a ese lugar.

"Mierda."

————————

X/X/14 I.G.G.

     Papá solía decir que tener esperanza es el primer requisito para tener la fortaleza de hacer un cambio… Es alentador poder ver qué tenía algo de razón; qué no he sido ingenua, y que la esperanza que me ha mantenido viva no ha sido en vano.

     Los clanes se han unido bajo un sólo nombre, un sólo escudo, y La Puerta nos ha dado el tiempo de detenernos y respirar— por primera vez en mucho tiempo. Está noche no habrá hordas de monstruos con las que luchar, ni lluvias de flechas que esquivar, o oraciones rogando que nadie más de tus queridos caiga en batalla.

     Está noche, podemos sanar nuestras heridas y prepararnos para lo que nuestro enemigo traerá mañana… Y esperar que sea suficiente.

Capitana Evelyn C. Valtherion,
Clan S̶o̶l̶m̶a̶r̶a̶ Fyrverita.

————————

Una parte de ella no podía evitar pensar qué, tal vez, está era una misión imposible. Un obstáculo que no iba a superar… Debía ser imposible.

Nadie cruzaba las Tierras Lejanas— ese era uno de los hechos en la vida. Era imposible.

Y aún así, Lin no podía evitar mirar hacia la cima de ese obstáculo y preguntarse qué había del otro lado— había algo del otro lado.

Estaba rodeada por las profundas aguas del pantano, en el único pedazo de tierra firme antes de que el mundo fuera cortado por la inmensa pared de tierra y roca. A sólo pasos de entrar al estómago de la bestia… Y una vez que tomará ese paso, sabía que no podría regresar.

Con cada pasó, casi podía escuchar voces, susurrando lamentos entre los huecos y las grietas en la pared.

Había algo extraño. No era cómo aquella vez, lo que se sintió como una eternidad antes, era diferente a cuando fueron a encontrar la guarida de Ivor… En este lugar, no había habido ningún bloque de comandos que domara parte del caos en esas tierras— una parte, porque ni siquiera el bloque de comandos había sido suficiente para llevar a Ivor hasta el otro lado.

En ese lugar, estaba a merced del caos de las Tierras Lejanas.

A un sólo paso—

"No estás lista…"

—dejó su inquietud a un lado, junto a todo sentimiento de que algo estaba mal, y se adentro a la oscuridad.

Así mismo, no notó el movimiento en el agua.

. . .

Entre la oscuridad, no había ninguna luz que no proviniera de su antorcha o de los ríos y cascadas de lava. Los túneles y pasillos entre la roca eran difíciles de navegar, no había ningún patrón y había demasiados de ellos… y Lin no tenía idea de a dónde debía de ir.

Estaba llendo a ciegas.

Casi podía ver la luz de su antorcha, parpadeando entre luz más atenuada cada pocos segundos— pero no de la forma en que el fuego solía hacer. No podía decir con exactitud que era, pero había algo extraño. La brisa era extraña. Le recordaba a una respiración.

Aunque, eso también aplicaba al resto de cosas a su alrededor— todo era anormal, ya fueran las interminables cascadas de arena y grava o las cosas de las que no se dió cuanta, pero que aún podía percibir lo suficiente cómo para sumarlo a lo incorrecto que era todo.

Los susurros no se detuvieron al entrar. Aún podía escucharlos, siempre a la distancia; murmurando de forma inquietante en algo cercano a palabras entendibles, pero nunca algo que pudiese descifrar verdaderamente.

Tal vez no era nada más que paranoia, pero le ponía los pelos de punta.

Así, caminó, se arrastró, y escaló entre los túneles por un tiempo, acabando con cualquier monstruo que se metiera en su camino, hasta que el ritmo se volvió familiar… Allí llegó el cambio.

La respiración se detuvo por un momento.

La brisa se movió en su misma dirección, hacía el interior, como un inhaló—

Lo siguiente que supo fue el dolor de chocar contra las paredes del túnel, una torrente de aire arrastró su cuerpo de un momento a otro. Intentó aferrarse a cualquier borde o roca a su alcance, pero no podía sostenerse por mucho. La corriente la arrastró antes de poder detenerse— hasta que su cuerpo chocó contra una columna de piedra.

(No le gusto para nada el sonido que su cuerpo hizo al chocar contra la roca.)

Abrazo la piedra con toda la fuerza que le quedaba, aferrándose con su vida mientras la corriente de aire enfurecía hasta el punto de quitarle el aliento. Por lo que pareció una eternidad, mantuvo sus ojos cerrados y cada músculo aferrándose a la columna— intentando ignorar los bordes afilados de la roca contra su piel y los escombros disparados por el viento.

En algún punto, el viento se detuvo— pero Lin se mantuvo aferrada a la columna, temiendo que el viento iba a regresar apenas la soltará.

No supo cuánto tiempo se quedó allí, intentando recuperar el aliento y mentalmente preparándose para el siguiente golpe— un golpe que nunca llegó.

No tenía idea de cuando la había saltado su antorcha, mucho menos de dónde pudo haber quedado. La única razón por lo que podía ver algo, tan mínimo que fuese, era por la suave iluminación de una cascada de lava cercana— en algún rincón de su mente, Lin le agradeció al universo porque al menos no había terminado cocinada.

Apenas había estado en el proceso de recuperar la compostura y buscar una nueva antorcha entre su inventario, cuando un extraño sonido perturbó los sonidos naturales los túneles.

Entre la oscuridad, algo se movió.

El sonido era familiar— pesadillas en ocho patas. Pero había algo diferente en el sonido, no era exactamente igual al sonido de una araña normal, pero no le pareció extraño. Probablemente eran de cuevas.

Su día no paraba de mejorar… la única cosa peor que una araña era una araña de cuevas.

Hasta que decenas de brillantes ojos magenta aparecieron entre la oscuridad.

No le dieron tiempo de reaccionar.

La primera se lanzó hacia ella con una velocidad que no esperó. Apenas logró interponer su espada entre lo que chocó contra ella, placas de caparazón chirriando al impactar con el metal. La luz de la lava apenas iluminó su silueta.

Pero no necesito mucha luz para ver lo que estaba frente a ella, una araña de un violeta profundo, cubierta de placas de caparazón— y con colmillos muy afilados, que lograron cortar su rostro antes de que arrojará el cuerpo lejos de ella.

Lo que siguió fue abrumador.

Una tras otra, y otra, y otra, no se detenían; no dejaban de llegar; lanzaban telarañas y se arrojaban sobre ella; una tras otra. Lin cortaba, apuñalaba, y cortaba, nunca pudiendo enfocarse en ningúna porque no se detenían; las que no morían al primer golpe eran reemplazadas por otra antes que de pudiera ir por un segundo. La obligaron a retroceder, a intentar crear espacio entre ellos y ella, un momento para respirar y poder moverse— pero seguían llegando. Estaba rodeada y no podía pensar en la sangre en sus piernas o sus brazos o en su rostro o—

Más estaban llegando.

«Esto es malo. Esto es malo. Esto es malo!» Pateó una araña contra las que estaban detrás, evitando a toda costa que lograrán rodearla por completo. Necesitaba salir de allí.

Decidida, atravesó una araña que había saltado hacía su rostro. Su espada se deslizó entre las placas de caparazón con un chirrido y— poof. Desapareció un terrible chillido de agonía.

La siguiente no tardo ni un parpadeó en lanzarse hacia su torso… Pero no encontró nada más que aire y un lugar vacío.

Al fondo del pasillo, Lin se disparó corriendo apenas sus pies tocaron el suelo, rápidamente dejando atrás las partículas violetas y aún más a la masa de arácnidos arrastrándose tras de ella por el túnel.

El llama de su nueva antorcha se retorció en silenciosa agonía con cada giro cerrado y cada salto entre los túneles. Lin no disminuyó su velocidad sin importar cuántas paredes de roca tuvo que esquivar, o los monstruos sueltos en su camino— o la creciente pesadez de cada uno de los músculos de su cuerpo.

Sólo debía seguir bajando de niveles, y rezar porque pudiese recordar su camino por los túneles lo suficiente cómo para encontrar el lugar al que quería llegar.

Lin casi celebró al llegar a una recámara de piedra conectando varios túneles— progresando hasta los niveles superiores.

La siguiente perla de Ender chocó un par de niveles arriba, alejándola de la masa de arañas tropezando en el área abierta y confundidas por qué su presa volviera a desaparecer de la nada.

Lin colocó la antorcha en la pared, el flujo de una pequeña cascada de lava desde el último nivel proporcionándole la luz que necesitaba para poder ver algo… y saco su arco. Por qué quién necesitaba puntería exacta cuando sus enemigos le hacían el favor de moverse en cercanía como un gran grupo?

La primera flecha atravesó la cabeza de una araña de una forma no muy limpia, matándola casi instantáneamente y llamando la atención del resto. La masa soltó un chillido en casi perfecta sincronía y las arañas empezaron a escalar en su dirección. Flecha tras flecha, varias arañas caían y varias de las que no morían con la primera caían y se llevaban a sus compañeras consigo— la caida no era letal para la mayoría, pero le daba más tiempo.

Cuando se acercaron demasiado, Lin simplemente lanzó otra perla más arriba— y repitió el proceso hasta que la redujo la masa drásticamente y logró llegar al nivel más alto.

Lin apareció en el borde de la piedra, tambaleándose por un momento y apresurándose a sacar su arco nuevamente. La primera flecha acabo con una araña al primer golpe. La segunda arrojó a una araña y dos de sus vecinas hacia el vacío. A la tercera— su mano no encontró nada más que aire.

No le quedaban más flechas.

Lin murmuró una maldición. Las arañas se seguían acercando, ahora con mucha más ferocidad al ver que los projectiles habían terminado— hasta que una piedra golpeó a una araña en la cabeza… Lamentablemente, el proyectil improvisado rebotó contra el caparazón de la araña, sirviendo más para enojar al arácnido que para hacerle daño.

Aún así, siguió arrojando piedras a la masa de arañas— incluso logrando derribar algunas.

Se seguían acercando.

La masa de arañas chilló con ferocidad, a pocos metros del borde. La lluvia de piedras había terminado, así que varias aprovecharon para volver a saltar, cada vez acercándose más…

…Hasta que se acercaron lo suficiente.

Lin arrojó otra perla lo más lejos que pudo, hacia el final del pasillo. No le prestó atención a lo que ocurrió detrás de ella, sólo se enfocó en correr, correr lo más lejos posible de–

BOOM!

Boom! Boom!

A la distancia, pudo escuchar los chillidos de agonía de los sobrevivientes, y el familiar olor a quemado. El aire empujando una mezcla de humo y polvo en su dirección.

Lin disminuyó la velocidad poco a poco, hasta que terminó sosteniéndose así misma con un brazo en la pared de roca.

…Después de todo eso, tenía el derecho de relajarse por un segundo.

Se había asegurado de dejar suficiente TNT como para enorgullecer a Axel y a Magnus— justo al lado de la piscina de lava. Todo eso debió acabar con todas, o al menos las suficientes como para darle la oportunidad de escapar.

Los momentos pasaron, y la paz no pareció romperse… Estaba bien.

Lin observó su brazo, estaba temblando, y sus huesos se sentían como el plomo.

Esa no era una buena señal.

Se forzó así misma a enderezarse, aún apoyándose contra la pared del túnel, y a caminar al frente… aún sí no estaba segura sí estaba adentrándose más o sí iba en la dirección contraria. No había tenido tiempo de verificar en que dirección había huido.

Intentó no enfocarse en su agotamiento, ni en la pesadez de su cuerpo, o lo bueno que sonaba una siesta en ese momento. Intentó llevar su mente a otra dirección. Se enfocó en cualquier otra cosa— como la sensación de su ropa contra su piel, o la brisa golpeando su rostro, o—

Se congeló por un momento, antes de lanzarse para intentar tomar el borde más cercano.

No fue lo suficientemente rápida.

La violenta ráfaga de viento la azotó contra el suelo y la pared. El mundo se volvió borroso por un momento… hasta que todo se desvaneció entre la oscuridad.

. . .

Finalmente! He estado esperando un buen momento para revelar a Evelyn. Esperen ver ese nombre más en el futuro cercano.

Y si… Creó que pueden ver en honor a quién fue nombrada Lin, con toda la creatividad y excusas de Isis.

Cómo sea, bye linduras!

3721 palabras

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