4. Heridas del Pasado
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4. Heridas del Pasado
De alguna forma, el viaje había sido demasiado largo y demasiado corto a la vez. Una eternidad lejos de su hogar para su corazón, y migajas para alimentar el hambre de aventura en su alma.
En cuestión de horas, habían atravesado una distancia que normalmente tomaría días. Había tomado cada truco y atajo que los 6 conocían, pero había valido la pena— tenían familias con las cuales regresar, después de todo. La mayoría de ellos ya no podía tomarse el tiempo de ir a una misión cómo antes.
Pero Isis mentiría si dijera que no lo extrañaba. Amaba a su familia y adoraba dedicar su tiempo a sus pequeñas, pero ésto estaba en su sangre. Era una llamada que no podía simplemente ignorar.
Además, muy pocas personas en la actualidad podían leer las escrituras ancestrales. Ella era una de los pocos, la necesitaban para la misión. Tal vez finalmente podrían encontrar la otra mitad de la Medalla! O incluso— nop, se estaba adelantando.
"Aquí yace. . . el corazón. . . de un imperio?" Leyó lentamente, mentalmente sustituyendo los símbolos medio degradados a lo que tuviera más sentido, y saltando los que estaban completamente ilegibles. "Hmm... Creen que hable de la joya? Tal vez la iban a ocultar aquí."
"Por qué intentarían ocultarla?" Gunther frunciendo el ceño como sí los símbolos tallados en la roca se volverían legibles así. "Necesitaban esa cosa, especialmente después de La Última Gran Guerra."
"Miedo? La gente hace cosas tontas cuando están asustados." Detrás de ambos, una mujer de cabello castaño (llamada Melody, si recordaba bien) examinó la estructura con curiosidad. "Sea lo que sea, la mazmorra no está activa. No encerraron nada aquí, así que no importa."
"Supongo..." Isis se levantó. No había ninguna otra escritura afuera. Tampoco había mucho más, era una estructura simple, no había mucha decoración además de las cabezas de dragón atravesadas por armas. "Entramos?"
Tal vez, así podrían descubrir lo que sus ancestros iban a encerrar allí.
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Algunas historias inician con una familia y un deber, un llamado a hacer lo correcto.
Algunas historias inician con peligros más grandes de los que se pueden imaginar, amor y deseos de proteger tan inmensos que el llamado es imposible de ignorar... Y héroes que jamás regresaron.
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(Presente)
Por los siguientes días, apenas pudo mirar el cilindro.
(Estaban muertos. Muertos. Nunca iban a volver...)
No le dijo a nadie lo que había pasado.
Pero Jesse y Lukas no lo necesitaron, se dieron cuenta de que algo estaba mal. Incluso Olivia, que había estado de visita esa semana, se había dado cuenta.
Había sido honesta— al menos todo lo que podía serlo.
Algo pasaba y la había afectado un poco, pero no quería hablar de ello... Habían sido comprensivos, hasta cierto punto.
Lukas y Olivia le habían ofrecido un apoyo silencioso, estando con ella y asegurándose de que "no hiciera nada estúpido". (Si, obviamente le tenían mucha confianza.) Por su parte, Jesse había estado algo intranquilo, no le gustaba el hecho de no poder ayudar directamente.
Tener a sus amigos apoyándola ayudaba, pero…
(Estaban muertos. Muertos. Muertos. Muertos. Muertos. Muertos. Muertos. Muertos. Muertos. Muertos—)
Lin era lo suficientemente auto conciente para saber que no lidiaba bien con las perdidas.
La perdida era una herida que jamás terminaba de sanar. Podía dejar de sangrar, pero nunca cerraría. Jamás llegaba a cicatrizar. El dolor siempre estaba allí, presente aunque intentará olvidar.
No quería ver morir a nadie.
Y era esa simple razón la que la mantuvo despierta por las noches, pensando, acechada por el pasado y el futuro por igual.
Podía obtener respuestas y ayudar a otros, solo tenía que poner ese filo en su cuello y rezar que nunca ocurriera. Podía tener un propósito. Podía guardar secretos. Callar no era difícil, pero Lin recordaba bien la expresión de Micah al pedirle que lo pensara… Toda esa culpa y dolor escondidos detrás de su mirada, jamás iba a olvidar eso. Podía ella cargar con eso?
No, la respuesta era tan obvia que era dolorosa, Lin no podía cargar con eso.
Las pesadillas se aseguraron de recordárselo.
La expresión de Jesse al colgar al borde del abismo, mientras Lin luchaba por el control de su propia mente.
La arena entre sus manos, mientras mientras cavaba, cavaba, cavaba para salvar a una asesina. Y los rostros de las personas que ella mató.
La ira de pensar que sus mejores amigos estaban muertos, el rostro de su asesino frente a ella… (Y lo fácil que pudo haber sido empujar la espada un poco más hacia adelante. Lo fácil que hubiera sido vengar a sus amigos.)
Todas las personas que La Tormenta se llevó frente a sus ojos. Sus rostros. Sus gritos.
Un niño tan dulce, pero tan herido, que no pudo ayudar. Los fragmentos que jamás podría arreglar.
…Esa noche.
El fuego.
Los gritos
Ojos escarlata.
Las personas que no se detuvo a ayudar porque debía correr, correr, correr hasta encontrar a su hermana. (Pudo haberlos salvado?)
Summer, que le sonrió y le juró que los alcanzaría después.
Su padre, al que jamás volvería a ver y sus últimas palabras hacia el jamás podría cambiar.
Su madre…
"Lin... Tu mamá luchó por volver."
Isis, la madre que no la había abandonado.
Isis, la madre que había luchado por regresar con su familia
Isis, la madre cuyo rostro no recordaba fuera de una foto perdida eternamente.
Isis, la madre que Lin había intentado olvidar.
…
…
…
Todas esas heridas no habían cicatrizado, tal vez jamás lo harían, tal vez volverían a sangrar— tal vez ya lo estaban haciendo… Lin no podía olvidar.
Cómo podría ayudar así?
Micah había tenido razón en decirle que lo pensara.
Summer había tenido razón en dudar de ella, cómo podría alguna vez estar lista para algo así?
…Tal vez Petra había tenido razón.
Tal vez Lin no estaba hecha para ser una guerrera. Tal vez siempre iba a ser esa niña frágil que siempre tenía que estar bajo vigilancia. Tal vez jamás iba a ser fuerte o valiente cómo quería. Tal vez jamás iba a poder a ayudar a nadie. Tal vez—
"Lin?"
Lin casi saltó del susto, su puño apenas deteniéndose a un suspiro de romperle la nariz a—
"Lukas!" Definitivamente el grito no salió con gallo, definitivamente no. "Casi me matas del susto!"
El pobre rubio palidecio un par de tonos y levantó sus manos nerviosamente, "Lo siento, lo siento! No quería asustarte."
La brisa fresca termino por regresarla a la realidad (aunque el susto hizo la mayor parte del trabajo). Estaban en el bosque, algo lejos de la ciudad. Lin solía ir al lugar cuando necesitaba un momento a solas o a relajarse. El bosque era tranquilo. Y había una cascada debajo del barranco dónde estaban, el agua caía a una cueva bastante profunda y un lago en el fondo. La caída parecía eterna. Era un lugar extraordinario.
Lukas y Jesse (y Rubén) sabían del lugar, pero nunca iban a menos que estuvieran acompañando a Lin, así que la aparición repentina del rubio fue completamente inesperada.
Uno pensaría que, para ese punto, todos ya sabían que tomar a Lin por sorpresa era una mala idea.
"Además de casi darme un infarto… Que haces aquí?" Preguntó, notando como de vez en cuando los ojos de Lukas se movían a un lado por un milisegundo, como sí le costará mantener el contacto visual. Con el tiempo, Lin había aprendido que ese era un tic nervioso en el chico. No sabía que podía estar causandolo en ese momento, "Usualmente tengo que arrastrarte lejos de tu guarida."
"Ninguna razón en específico, solo… uhm…" Otra vez, su mirada escapó del contacto visual por un momento. "… Quería ver cómo estabas?"
Por bien del rubio en crisis, fingió que era bueno disimulando. "Viva, coleando y saludable." Se encogió de hombros y regreso su mirada al lago subterráneo, esperando que Lukas se relajara un poco. "Casi termino con la armadura— la mayoría de las piezas están listas. Un par de semanas y debería estar completa."
"Eso es bueno…" El tomó asiento en el mismo tronco donde estaba Lin. "Haz estado como loca accelerando por todos lados para acabarla, te mereces un buen descanso."
(Ninguno se detuvo a señalar que la creación de la armadura no había afectado demasiado el ritmo que Lin llevaba desde antes.)
"Eeh, quien sabe. Cuando termine, estaba pensando, tal vez ir a alguna aventura…" Lin observo las profundidades, esperando que tal vez ellas pudieran llevarse la incertidumbre. "…Y visitar viejos amigos."
Está vez, fue Lin quien escapó del contacto visual.
"…No estarás hablando de quién creo estás hablando?"
"…"
"Lin—"
"Lukas," lo interrumpió, "no, por favor, no lo digas… Lo sé."
Aunque sus ojos estaban fijados en el agua oscura del fondo, podía sentir el ceño frunciendo del rubio.
"Bien…" Acepto, más por su petición que por estar de acuerdo. "…Es eso lo que pasa? Haz estado así por… el?"
Los nombres eran algo muy curioso, nombrar a algo (o alguien) era darle poder. En esos casos, no nombrar ese fantasma era la forma más fácil de dejar la herida, sin cicatrizar, antes de que volviera a sangrar.
"No, no— al menos no la mayoría. Sólo… Cosas, que estado pensando."
La conversación chocó contra el límite de lo que Lin podía o estaba dispuesta a decir, y Lukas lo sabía. Lo dejo ser. Tal vez podrían hablarlo un día, pero ese día no era hoy.
Se sentaron en silencio por un tiempo. No era un silencio pesado, era un silencio pacífico. Sin ningún recordatorio de heridas que podrían volver a sangrar.
El ruido de la cascada era más que suficiente para ambos.
No fue hasta varios minutos después que Lukas rompió el silencio. "Sabés… Jesse mencionó que tal vez podríamos tomarnos un día para reunirnos los cuatro." Lin lo miró, el seguía desviando la mirada levemente. "Ya sabes, uhm, Olivia está a punto de regresar a Redstonia y… Bueno, seria divertido poder divertirnos aunque no esté todo el grupo."
"…" Sus ojos se entrecerraron con sospecha. "Jesse y Olivia te mandaron como sacrificio, verdad?"
Una pizca de tensión se disipó de los hombros de Lukas al momento que decayeron con un gruñido, y una mano cubrió su rostro, "Por qué lo dices así…?" El rubio se enderezó y le devolvió la mirada a Lin, está vez sin interrupción. "…Pero si."
"Esto suena a intervención."
"…" No la contradijo. "Todos estamos preocupados… Y de verdad, sería bueno poder reunirnos por lo menos reunirnos nosotros cuatro."
Los cuatro, por qué Axel estaba en Ciudad Boom y Petra, a pesar de decir que estaría en la ciudad por ese tiempo, apenas había estado los primeros dos dias de la visita de Olivia antes de volver a irse.
Lin extrañaba a sus amigos, así que jamás iba a rechazar eso.
. . .
Después de ponerse de acuerdo, los cuatro se reunieron en la tarde del día siguiente en el Templo de la nueva Orden.
Jesse había hecho papas horneadas, Olivia había llevado su famoso pastel de bayas, mientras Lin y Lukas llevaron algunos snacks para todos, y a Bigotes, a quien Lin secuestro (convenció a Lukas de llevarlo).
El tiempo pasó volando entre plática y juegos.
Olivia les habló de su experiencia en Redstonia, sus proyectos actuales y a futuro, y cosas que el resto no entendía por completo pero compartieron su emoción al respeto.
Lukas compartió su progreso con su primer libro, las ideas que quería escribir en el futuro, y como había rescatado a Bigotes una vez que el y Lin se aventuraron en la jungla.
Jesse entro en una larga y detallada divagación sobre sus planes de mejorar la sala de trofeos del Salón de la Orden (a lo que todos terminaron dándole algunas ideas), lo raro que era estar a cargo de una ciudad, y una conspiración mutua entre los 4 para volver a ir en una aventura con el resto del grupo (incluyendo algunos intentos no tan exitosos de ayudar a Lin y Petra a hacer las paces).
Lin no les compartió las dudas que la acechaban— simplemente no podía compartir algo que cargaba tan cerca de su pecho, ni arruinar la buena atmósfera del dia con ello.
Pero, está vez, hablo con más libertad de los problemas que cargaba su relación con Petra y su pasado… Al menos las cosas que estaba preparada para compartir.
(No podía compartir los ojos escarlata que acechaban sus pesadillas, no podía hacerlos cargar con su dolor.)
Les contó del padre que hizo todo a su alcance para criar a dos niñas por su cuenta, aún con todos sus errores.
Les contó de la mujer que le contó historias bajo la luz del fuego y luchaba con sus espadas con la agilidad y la destreza de una danza.
Les contó de la niña que alguna vez tenía problemas para levantar una espada de madera y retaba a cualquier niño que se atreviera a meterse con su ella o su familia.
(No mencionó al niño que alguna vez estuvo dispuesto a meterse en peleas solo por defender su honor. Ese era un recuerdo que no podía compartir. Apenas había podido contarle a Lukas… Ese era un tema que no podía compartir con ellos también. Al menos no en ese momento.)
Antes de saberlo, la noche había caído. Habían planeado salir y cazar algunos monstruos como en los viejos tiempos, pero todos habían terminado distrayéndose y, eventualmente, cayendo ante el sueño en la sala.
No fué hasta varias horas después cuando Lin despertó.
El cielo seguía cubierto con un manto de oscuridad y todos los demás seguían dormidos— bueno, exepto Bigotes, que de alguna forma estaba corriendo por el lugar con una pata menos.
Lin no pudo volver a dormir.
Se levantó silenciosamente para evitar despertar a los demás, y salió al balcón.
La brisa nocturna y el silencio la recibieron al salir. Incluso podía ver algunas estrellas aún con toda la luz que emanaba la ciudad.
Fue en ese silencio donde su mente volvió a sacar toda la oscuridad y todas las dudas.
Lin no era ninguna guerrera.
Lin no era valiente, ni fuerte.
Cada vez que importó, no pudo hacer nada.
Podía escuchar sus gritos… El fuego lo consumía todo. Ojos escarlata brillaban en la oscuridad. Sangre escarlata tiñó hasta la misma noche.
No pudo hacer nada… Solo vió a uno de sus mejores amigos caer al vacío.
Su mente era nublada. Órdenes que no eran suyas intentaban tomar control y solo podía temer el momento en que su cuerpo dejara de estar bajo su control y los enviara a ambos a sus muertes.
Cada vez que importó, se mantuvo en silencio con la cabeza gacha.
Lin no preguntó que había ocurrido allí.
"No lo entiendes… El— Por favor, lo prometiste, Lin. No digas nada."
Cada vez que importó, no pudo tomar la decisión difícil.
Ella había matado a tantas personas… Y aún así, Lin siguió cavando. Siguió intentando salvarla de la muerte que merecía.
No podía olvidar.
Cada perdida, cada persona que no pudo ayudar, cada recuerdo… Ninguna de esas heridas terminaba de cerrar. Seguían abiertas. Seguían sangrando. Iban a seguir sangrando hasta que Lin finalmente se desangrara.
…Por qué estaba tan siquiera considerando el aceptar?
No estaba sangrando lo suficiente ya?
Podía entenderlo ahora, podía entender a su padre. Sí Lin sangraba por esas heridas, cómo hubo de estar el en ese entonces, después de perder al amor de su vida?
No eran tan distintos como creyó alguna vez.
Su corazón también sentía de esa misma forma autodestructiva.
"Esa expresión sombría no te queda bien, Lin."
Hubo un pequeño estremecimiento en su brazo, instintivamente saltando a la defensiva, hasta que recordó dónde estaba. Se relajó y se giro al mismo tiempo que la puerta se cerró con un click, aparentemente había olvidado cerrarla. Una figura se acercó seguido de una mucho más pequeña.
Sus ojos esmeralda la observaban con preocupación.
Ojos verde oliva le devolvieron la mirada. Pero todo estaba mal, había algo detrás de sus ojos que no pudo descifrar. Algo afilado y frío.
Lin apartó la mirada. Jesse no merecía que su mente lo usará para proyectar sus fantasmas.
Jesse llegó a su lado en silencio, y no hablo hasta después de que Lin terminó de acariciar a Rubén. "Quieres hablar de ello?"
"…Uh?"
"Sé que algo te molesta…" La expresión preocupada de Jesse agrietó todas sus defensas. "Quieres hablarlo?"
Lin no era el tipo de persona que hablaba tan abiertamente de sus problemas, pero todo eso parecía desmoronarse frente a Jesse. No eran tan cercanos como lo eran ella y Lukas, o el y Petra, no solían convivir a menos que fuera con entre el grupo… Pero Jesse seguía siendo uno de sus mejores amigos. Mentirle o evadir la verdad no era fácil con el.
Jesse era una de las personas más amables y comprensivas del mundo. No podía mirarlo a los ojos y ofrecerle insinceridad.
(A veces, las esmeraldas se tornaban verde oliva y la culpa la consumía. Ella pudo haberlo salvado y el fantasma lo sabía.)
"…" Los ojos de Lin se desviaron al cielo nocturno. Jesse dejó que el silencio llenará el espacio mientras su lucha interna consigo misma sucedía. "… Mi salud era un asco cuando era niña. Mi sistema inmune era demasiado frágil— o algo así. Les dí varios sustos a mis padres cuando era pequeña. Después de… de perder a mi madre, mi padre se volvió paranoico, incluso si estaba mejorando poco a poco. Siempre había alguien detrás de mí. 'Lin no hagas esto, no hagas aquello, mantente alejada de esto y eso'. Era asfixiante."
Lin acarició distraídamente detrás de la oreja de Rubén, apenas deteniéndose por un momento. Toneladas de gestos retrataban sus emociones como un libro abierto, o cómo un torrente que finalmente muestra lo que se esconde detrás del lecho de un río.
"Empecé a pensar— no quería eso. Quería ser como los heroes en las historias, quería ser fuerte y valiente, quería ser alguien que pudiera ayudar a otros. No quería seguir siendo la muñeca de porcelana que todos debían mantener vigilada! Pero ahora…" Todas las emociones que salieron rugiendo se apagaron, sus hombros decayeron al igual que su expresión. "Ahora, ni siquiera sé sí eso es algo que pueda hacer… No sé sí ese es el tipo de persona que yo puedo ser."
"Lin." Los ojos agotados de la chica le regresaron la mirada a Jesse, y el no pudo evitar preguntarse cuándo había sido la última vez que ella había dormido bien. "Lin, escúchame… Tú eres una de las mejores personas que conozco. Eres una de las personas más fuertes y más amables que he tenido el honor de conocer. Cómo no puedes verlo?"
"Yo no—"
"No, es tu turno de escucharme." Lin cerró la boca, sorprendida. "No tengo idea de cómo haz podido convencerte a tí misma de esas mentiras, pero bien, sí necesitas que te lo recuerde, eso haré.
Dices que no eres se tipo de persona? Te equivocas. Tú eres el tipo de persona que no duda en ayudar a quien lo necesite, sin necesitar ningún otro motivo más que hacer lo que es correcto. Eres el tipo de persona que estuvo dispuesta a regresar a un mundo que estaba siendo destruido por un monstruo por salvar a alguien que le importaba. Eres el tipo de persona que estuvo dispuesta a buscar una forma de salvar al mundo aunque estuvieras cargando con tu propio miedo y dolor. Eres el tipo de persona que estuvo dispuesta a pararse frente a una multitud para defender el honor de héroes que cometieron errores y estuvieron dispuestos a aceptarlos. Eres el tipo de persona que estuvo dispuesta a cavar con sus propias manos para salvar una vida, aún con todas las razones que tenías para dejarla morir una muerte horrible.
Si no fuera por a tí… Qué hubiera pasado con Magnus cuando la Tormenta lo hirió? Qué… Qué hubiera pasado con Rubén? Qué hubiera pasado conmigo sí no me hubieras advertido de lo que los otros competidores estaban dispuestos a hacer?"
Lin tembló. Su mente trajo de vuelta los recuerdos, en especial el último día de la Tormenta… Nunca había dicho los detalles de lo que pasó antes de que los demás llegaran.
(Rubén tirado en el suelo como un muñeco roto, débil, malherido… Las lágrimas no la dejaban ver bien y sus manos temblaban de miedo. Creyó haber llegado demasiado tarde.)
"Yo…" Su garganta se sentía seca, y no sabía que más decir. "Tal vez así era antes… Pero cómo podría ayudar a alguien ahora? …Cuánto falta para que alguien muera porque no puedo conseguir que mi cabeza y mi corazón dejen de sangrar por fantasmas perdidos?"
Sí algunas lágrimas se deslizaron por el rostro de Lin, ninguno lo menciono.
"Lin…" Su voz era suave y gentil, pero firme al mismo tiempo. "Nunca dejarías que eso pasará. Te tienes muy poca fé.
Tienes un corazón muy grande, te importan tanto los demás que te lastima. Y… Las cosas no siempre saldrán bien, pero sé que encontrarás la forma de seguir adelante, porque ese es el tipo de persona que eres. Seguirás buscando la forma de salvar a toda la gente que puedas."
Las estrellas se estaban llendo, y el cielo se estaba aclarando.
"…" Lin desvío su mirada de Jesse al cielo. "…Sabes, sí todo eso del Héroe en Residencia no funciona para tí, deberías considerar ofrecer terapia o a algo así."
"Ja… Lo consideraré."
No todo estaba arreglado. Pero por esa noche, esa noche Lin pudo librarse de algo del peso en sus hombros. Por el momento, eso era más que suficiente.
Sí algo pasaba, sabía que tenía a sus amigos para apoyarla .
Eso hacia las cosas más fáciles.
. . .
Disculpen cualquier error o cosa sin sentido, este capitulo fue difícil de escribir y, la verdad, ahorita es casi media noche y no me estoy tomando tiempo de editar tanto.
Este capitulo fue mucho más largo de lo previsto. Se suponía que el capítulo iba a terminar con Lin iniciando su viaje… Pero ahora esa escena ha sido movida al próximo cap (probablemente para mejor considerando el tema del capítulo).
Sin nada más que decir… Se me cuidan, tomen awita, y nos vemos.
Bye, linduras ✌🏻✨
3729 palabras
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