Limpia mi alma capítulo 6

Una vez se hubieron enfriado los ánimos, toda la familia Uzumaki se reunió en la cocina para desayunar tranquilamente, Sakura preparó un poco de café para ella y su marido a la vez que le calentó leche a sus pequeñas para hacerles un cacao calentito, Aru fue a la despensa sacando un paquete de galletas con miel que abrió para compartirlas con su hermana pelirosa y su padre, Naruto suspiró masticando una de las galletas, no tenía muchas ganas de ir a la torre hokage para tener que anclarse al asiento y ser vigilado por su sensei, la voz de su mujer le sacó de sus pensamientos.

Sakura: Te pasa algo amor?.- Colocándole su café enfrente y tomando asiento a su lado pues todavía quedaba un poco para que la leche se calentará lo suficiente para estar al gusto de sus pequeñas, su marido la miró de reojo tomando la taza y bebiendo un poco.

Naruto: No tengo ganas de ir a la torre... créeme, es lo último que quiero hacer ahora mismo...- Su esposa le acarició la mejilla tiernamente.

Sakura: Tienes que ir, ahora es tu deber... algunas veces lo que más deseamos no resulta tan genial cuando nos llega... pero te acostumbrarás...- Bebiendo un poco de su café.- Y con el tiempo puede que le cojas el gusto...- Su marido volvió a suspirar cansado de solo pensarlo.

Naruto: Eso espero... porque si no, me esperan unos años...- La voz de una de sus hijas le interrumpió.

Kae: Oka-san!! la leche!!.- La pelirosa reaccionó a tiempo levantándose y apagando el fuego de la hornilla evitando así que la leche hirviera demasiado y pudiera desbordarse del cazo, procedió a coger las 2 tazas preferidas de sus niñas, una rosa para Kae y otra amarilla para Aru y vertió la leche con un colador para después agregar polvos de cacao.

Sakura: Aquí tenéis, que lo disfrutéis.- Colocándole a cada una su respectivo cacao caliente con una sonrisa maternal.

Aru/Kae: Arigato oka-san!!!!.- Ambas cogieron un par de galletas sumergiendolas para después comérselas.

Naruto: Bueno, me voy a vestir para irme...- terminando su bebida.

Sakura: Está bien, niñas.- Llamando la atención de las 2.- Terminaría el desayuno e id a vestiros también, nos vamos a ver a los abuelos.

Aru/Kae: Hai!!!!.- Muy felices de volver a ver a sus queridos abuelitos.

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El día transcurrió sin más complicaciones, Naruto trabajó como un poseso siendo "supervisado" por Kakashi que leía tranquilamente el Icha-Icha y muy de vez en cuando le preguntaba cómo iba, en otra parte de la villa, Sakura hablaba con su madre, Mebuki Haruno mientras su padre jugaba a los shinobis con sus nietas, estaba siendo una tarde muy placentera...

en otro punto de la villa, en el barrio Uchiha, más concretamente en los jardines de la mansión del líder del clan, Sakae Uchiha, Hija menor de Fugaku y Mikoto Uchiha golpeaba repetidamente un tronco con sus manos desnudas, sus nudillos, enrojecidos, despellejados y sangrantes no parecían ser un impedimento para seguir atizando al pobre árbol que temblaba a cada impacto que recibía, Itachi junto a su madre observaba a su pequeña hermana seguir liberando su frustración por lo ocurrido la noche anterior, una noche en la que se pasó horas sollozando en sueños el nombre de su amor imposible siendo velada por su hermano.

Mikoto: Aguantó demasiado...- Su primogénito siguió atento a los movimientos de su hermana.

Itachi: Estuvo horas aguantando ver al hombre que le gusta inmediatamente feliz con otra mujer, no te acuerdas cómo se puso cuando Naruto-san se casó? o cuando tuvo a sus hijas?.- Mikoto rememoró con gesto triste aquellos días en los que su pequeña había estado días encerrada llorando, casi sin comer, sin dormir, sin salir siquiera, más duro aún fue despachar al hijo de su mejor amiga cuando acudía a preguntar por ella preocupado sabiendo que quizás era la una solución para que su hija subiera el ánimo.

Mikoto: Lo recuerdo perfectamente, como recuerdo que no sirvió para nada cualquier intento para consolarla, solo debemos esperar a que se le pase...- Suspirando cansada.- Iré a preparar un té y el botiquín, si quieres intentar hacerls entrar en razón, buena suerte, la vas a necesitar.- Mikoto se marchó entrando a la casa para preparlo todo.- Itachi siguió pendiente a las acometidas de su nee-chan, el árbol tenía muescas y trozos en los que la corteza había sido destrozada, esto parecería muy poco castigo teniendo en cuenta de que estábamos hablando de una jounnin de élite, sin embargo, ahí estaba la trampa, no estaba usando chakra en sus golpes, solo sus puños desnudos y su fuerza física, Mikoto regresó al lado de su hijo con una pequeña caja metálica.

Mikoto: Todavía sigue?.- Suspirando.- Ten, en cuanto deje de desquitarse con el pobre árbol cúrale las manos, iré dentro a terminar de preparar el té.- Itachi tomó el botiquín mientras su madre volvía al interior de la vivienda para terminar la preparación del té, el ambu esperó unos minutos más hasta que su hermana por fín se cansó de golpear, se acercó a ella a paso lento con mirada triste.

Itachi: Terminaste ya?.- Su hermanita no le dirigió la mirada, se limitó a quitarse un poco del sudor de sus brazos con la mala suerte de mancharse de sangre en el proceso.- No hagas eso, te vas a poner peor...- Sakae frunció el rostro al sentir escocer sus heridas por culpa del sudor.

Sakae: Déjame...- Intentando esquivar a su hermano cosa que no logró.

Itachi: Primero te limpiaré las heridas, luego te darás una ducha...- La menor se limitó a mirar a la nada mientras su hermano desinfectada sus nudillos.- No lograrás nada poniéndote así.

Sakae: Cállate, lo perdí por cobarde, ahora solo me queda maldecirme a mí misma... deseo estar con él, pero no puedo, ojalá hubiera alguna forma.- Itachi escuchó a su pequeña hermana en silencio, su rostro estaba muy serio.

Itachi: Te diré una cosa, cuidado con lo que deseas, porque algunas veces, puedes obtener lo que quieres... pero no de la forma en que lo quieres...- Sakae bufó molesta zafándose del agarre de su hermano marchándose en dirección a la mansión.- Recuerda lo que te he dicho.

Sakae: Solo tonterías.- Entrando con gesto serio y enojado.

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Lejos de ahí, en el cuartel general del NE, Danzō Shimura ultimaba los preparativos de su próximo movimiento, había mandado un mensajero a contactar con el resto de sus hombres para que comenzaran a crear problemas en la frontera, también organizó a algunos escuadrones para que sabotearan algunos depósitos de agua, provocaran alguna pelea entre civiles y demás para que el Hokage no dispusiera de muchos efectivos libres para enviar a la frontera, una vez que el "chico zorro" abandonara Konoha, comenzaría el plan y sus cuatro agentes Uchiha (los únicos de los que disponía, pues estos se habían unido al NE de forma voluntaria sin informar al clan Uchiha y poder así conspirar desde dentro) pudieran sembrar la semilla para el inicio de la revolución del "halcón de guerra".

Danzō: Aseguraos de que el Hokage envía a Uzumaki, procurad crear problemas menores sin dejar rastros o pistas, no sigáis un patrón concreto, que parezcan accidentes y contratiempos cotidianos una vez hecho, esperen a ver a Uzumaki salir, informen de esto al equipo especial, ellos se encargarán del resto, mantened a cualquiera lejos de la residencia Uzumaki e informad de la llegada de este a sus compañeros, una vez dentro de Konoha no os dejéis ver por él.- El consejero dió un golpe en el suelo con su bastón dando la orden a sus hombres de comenzar sus respectivas órdenes, nada debía fallar en una operación tan delicada y trascendental como esa.

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La tarde pasó y llegó la mañana del día siguiente, solo faltaba un día, un único día para que Naruto Uzumaki fuera proclamado Nanadaime Hokage de Konoha, el susodicho se levantó temprano esa misma mañana, extrañamente no se sentía estresado, cansado o sin ganas de acudir a su jornada laboral, observó a su mujer dormir plácidamente y sonrió, bordeó la cama por el lado de ella inclinándose para darle un tímido beso en la mejilla, la pelirosa soltó aire sonriendo.

Naruto pov: Eres preciosa...- Con ese pensamiento abandonó el cuarto sin hacer ruido cerrando la puerta tras él, caminó por el pasillo entrando al cuarto de sus 2 pequeñas, ambas dormían plácidamente en sus literas, el rubio de ojos azules sonrió cerrando la puerta con cuidado no por nada sus hijas eran de sueño liviano y se despertarían al más mínimo ruido, bajó las escaleras tranquilamente un poco fastidiado por no poder darles un beso de "despedida" antes de irse a trabajar, ya se los daría al regresar, se "respondió" a sí mismo saliendo de su casa muy temprano para ir a la torre y así poder terminar antes, desde un tejado, una sombra le observó alejarse lentamente, una vez se cercioró de que no volvería procedió a marcharse e informar a los demás.