Limpia mi alma capítulo 24

Tras un largo y tortuoso caminar,  Tsunade Senju llegó hasta la pequeña residencia que compartía con su primera discípula, la rubia ex-hokage abrió la puerta de la vivienda y pudo constatar que su alumna ya estaría durmiendo, pues las luces estaban apagadas y no se podía escuchar nada dentro de la vivienda a excepción de su propia respiración, la nieta del Shodaime se adentró en el lugar a paso lento cerrando tras de sí la puerta, sus pies la llevaron hasta la pequeña y humilde cocina en donde tras abrir un par de cajones logró tomar lo que su cuerpo y su alma le demandaban con agonía,  la ojimiel volvió sobre sus pasos con un par de botellas de sake y un pequeño recipiente de cerámica el cual usaría como vaso, tomó asiento en el salón y procedió a tomar la primera andanada de licor de una sentada, el líquido, amargo como su vida misma quemó sus entrañas en su paso inexorable hacia su estómago, pero antes de que ese regusto "agradable" para ella abandonara su paladar, el recipiente estaba nuevamente a rebosar, sería una noche muy larga para ella... una más desde que todo ocurrió y su vida al igual que la de sus conocidos más acérrimos había cambiado drásticamente.

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No sabía cuanto tiempo llevaba bebiendo, lo único que podía saber con  plena exactitud era que pronto se tendría que levantar del sofá para ir a por más sake a la cocina, se sentía un poco más liviana, pero solo era una sensación física pues su mente seguía sintiendo el enorme peso de la culpa, la cual parecía devorarla con más afán a cada sorbo que daba al licor, pero... aunque así fuera, necesitaba beber, necesitaba poder liberarse aunque fuera por unas horas de la enorme carga emocional que había estado quebrando sus hombros desde que "eso" ocurrió, más de una noche se emborrachó como pocas veces recordaba, pero poco le importaba eso ahora mismo, otro nuevo sorbo al sake y las 2 botellas habían sucumbido ante ella, cogió aire y se dispuso a levantarse para ir a por más pero una voz interrumpió su acción.

Shizune: Maestra...- Murmuró su discípula desde la entrada del salón con  preocupación y tristeza en su rostro.

Tsunade: Shi... Shizune... ya que estás despierta...  tráeme más sake... por favor...- La morena dudó por unos instantes, pero al final comprendió que su mentira y amiga necesitaba del licor para relajarse y evadirse aunque fuera por unas horas, sin mediar palabra,  fue a la cocina y tomó un par más de botellas junto a otro recipiente de cerámica muy similar o casi idéntico al que la sennin había tomado tiempo antes.- Aquí tiene Tsunade-sama...- Rompió el silencio la mujer de cabellos oscuros depositando los objetos encima de la mesa y tomando los dos vasos para rellenarlos.

Tsunade: Vas a... beber?.- Preguntó con voz pastosa la veterana shinobi.

Shizune: Creo que le vendría bien beber en compañía Tsunade-sama, si me lo permite...

Tsunade: Por supuesto...- Tomando el recipiente y bebiendo su contenido de golpe.

Shizune: Ha sido un día difícil...- Comentó la más joven de las mujeres tomando un poco del licor que se había servido.

Tsunade: Mañana será peor...- Sentenció la rubia rellenando su vaso.- Kakashi no se andará con rodeos, si Naruto se convierte en una amenaza para la paz social de Konoha no dudará un segundo en encerrarlo...- Tomó su sake de una sentada y sus ojos miel se enfocaron el los orbes oscuros de su primera estudiante.- Pero hay veces... que me temo algo aún peor... que se decida a eliminarlo por el "bien común".

Shizune: Kakashi-san no podría hacer algo como eso... Naruto-kun es su alumno...  no podría...

Tsunade: En el momento en el que te pones el sombrero de kage, debes mirar por el bien de todos, dejar a un lado los asuntos personales y asumir tu responsabilidad... que no es otra que garantizar el bienestar de todos... aunque eso signifique eliminar a personas muy allegadas a ti...

Shizune: P-pero...

Tsunade: No hay peros Shizune!.- Cortó la sennin a su alumna alzando un poco el timbre de su voz.- Solo espero... que encontremos la forma de evitar que todo esto se salga de nuestro control...

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El sonido de la puerta abrirse llamó su atención, antes de que sus oídos pudieran escucharla cerrarse ya estaba de pie y caminando hacia el pasillo que daba al recibidor.

???: Todavía estás despierta Sakae?.- Musitó con cansancio el hijo mayor de Fugaku Uchiha.

Sakae: No podía dormir... mamá estuvo conmigo un rato esperándote pero al final se fue a la cama con papá...

Itachi: Él está... bien, supongo...- Dijo el anbu quitándose su calzado y la máscara de cerámica blanca que ocultaba su rostro.

Sakae: Cómo lo...

Itachi: Qué otra cosa te quitaría el sueño?.

Sakae se mantuvo en silencio, observando como su hermano mayor caminaba pasando por su lado en dirección a la cocina.

Itachi: Vete a dormir, supongo que... sabiendo que está bien, podrás conciliar el sueño más fácilmente.- Tomando un poco de agua para calmar su sed.

Sakae: No, todavía no.- Caminando al lado de su hermano, el cual simplemente la ignoraba, pues sabía perfectamente lo pesada que podía ser cuando se proponía algo.

Itachi: Sakae... estoy cansado...

Sakae: yo también, pero me da igual, quiero que me cuentes todo lo que pasó desde que me fuí... y no te voy a dejar dormir hasta que me lo cuentes todo.- Le respondió la chica con claras intenciones de seguirle hasta su cuarto, Itachi suspiro cansado, deteniendo su caminar para voltear se y confrontar a su pesada hermana pequeña.

Itachi: Haremos una cosa, mañana por la mañana te contaré todo, ahora mismo estoy muy cansado y solo quiero dormir un poco, y tu también deberías descansar.

Sakae: No,  o me lo cuentas todo o...- Antes de que pudiera continuar, la voz de su padre resonó por los pasillos de la estancia sobresaltándolos.

Fugaku: Mañana habláis, id a vuestros cuartos a dormir...- Sus dos hijos le observaron, Itachi con un pequeño brillo de agradecimiento en sus ojos y Sakae con mucho fastidio en su rostro.

Sakae: Hmpf... tienes suerte...- Terminó de hablar la chica retirándose a su cuarto para probar fortuna y tratar de conciliar el sueño.

Fugaku: Y en cuanto a tí...- Mirando a su único descendiente varón.- Mañana quiero hablar contigo muy seriamente...

Itachi: Si, Oto-sama...

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Las primeras luces del día comenzaron a bañar todos los rincones de Konoha, Naruto despertó en su cama con un fuerte dolor de cabeza sumado a un hormigueo en sus manos y pies,trató de levantarse de su cama preguntándose como era que había acabado tumbado en su cama, sus ojos zafiro centraron su atención en sus manos, observando que estaban perfectamente vendadas al igual que sus 2 pies, sus manos se elevaron acercándose a su rostro.

Naruto: Cuándo... cuándo estuvieron aquí...- Tocándose la cabeza notando también el áspero tacto de las vendas rodeandola.- Maldición... seguro que también me dieron la medicación...- Tratando de ponerse de pie notando un dolor punzante en la suela de sus pies.- Demonios!! como duele...- Caminando con lentitud hacia el baño observando el lugar en el que ayer estaba el espejo, no había rastro ni de él ni de las esquirlas de cristal o sangre, antes de que pudiera retirarse las vendas para meterse en la ducha, el sonido de la puerta de su departamento abrirse le alertó.

Tsunade entró notando que el muchacho no estaba en su cama, de todos modos eso no la alarmó pues sabía perfectamente que en su estado de salud, medicado, con un sello de supresión de chakra y con un escuadrón de élite anbu vigilándole las 24 horas del día, era totalmente imposible que el Uzumaki hubiera podido salir del lugar y mucho menos que se hubiera escapado, sus ojos miel rodaron por la pequeña habitación centrándose en la puerta que daba al baño a la vez que su mano derecha, la cual sostenía una pequeña bolsa temblaba ligeramente.

Naruto: Qué quieres Tsunade?.- Asomando su cabeza por el marco de la puerta y usando sus orbes azules como si fueran cuchillos para apuñalar a la antigua líder de la aldea.

Tsunade: Vine para ver... como estabas...- Manteniéndole la mirada para evitar mostrarse débil.

Naruto: Ya viste que estoy bien... puedes marcharte ya.- volviendo a meterse en el baño pero la voz de la que antaño fuera Godaime Hokage detuvo su avance.

Tsunade: No lo estás, mírate, anoche me llamaron de urgencia, te encontraron en el baño hecho un desastre, qué demonios hiciste!?.

Naruto: Eso no te importa!! marchate de mi casa!!!.- Salió del baño lo más rápido que sus maltrechos pies le permitían.- Es mi vida, mi cuerpo y mi sangre!!!.- Aproximándose peligrosamente a la ojimiel que no se acobardó ni un mísero ápice ante él.- Aquí nada te concierne ni a tí, ni a ninguno de tus ninjas de mierda!! así que marchate para no volver más!!.

Tsunade: No lo entiendes verdad!?.- Aguantando la irritación que amenazaba su garganta con malevolencia.- Tu eres como el hijo que nunca tuve!! tanto te cuesta ver que todos los demás estamos sufriendo como tú?! Sakura era como mi hija!! yo la entrené, yo le di todo tipo de consejos y la ayude a traer al mundo a sus dos niñas!! las quería tanto como tú!! eres un maldito estúpido que ha perdido la cabeza y el rumbo por el dolor, todas las personas que conoces han perdido a muchos seres queridos de formas muy injustas y horribles y no andamos por ahí lanzando maldiciones y siendo hostiles con aquellos que buscan ayudarnos así que por...

Naruto: Que te calles!!!.- Tratando de golpearla sin embargo su puño fue detenido por uno de los anbus que le custodiaban, el shinobi de élite trató de noquearle de un certero golpe en el cuello pero el Rubio se sacudió dándole un tremendo cabezazo con la suficiente fuerza como para romperle la máscara y la nariz además de reabrir la herida que el chico de cabellos dorados tenía en su propia frente, antes de que Tsunade pudiera reaccionar, el chico había tomado uno de los pedazos de cerámica de la máscara del anbu y usándolo como si fuera un punzón se lo había clavado al pobre diablo en el cuello a la altura de la nuez, Tsunade dió un paso atrás por instinto mientras un viejo temor el cual creía superado volvía a ella con la fuerza de un tsunami arrollador, la hemofobia o miedo a la sangre la paralizó por completo mientras solo podía ver como el anbu se ahogaba en su propia sangre la cual salía a borbotones por la mortal herida en su cuello.- Uno menos...- Murmuró el Rubio levantándose de encima del moribundo con su "arma" teñida del carmesí de la sangre, el chico se abalanzó sobre ella listo para terminarla, los ojos color miel de la Senju observaron vidriosos y horrorizados como su fin estaba cerca, no podía reaccionar, su cuerpo parecía estar hecho de piedra y su voz estar atenazada en el interior de su garganta... este parecía ser el final del clan Senju, un final poco heroico y glamuroso para un clan con tanta historia e importancia...