«Extra: Amanecer Brillante »
I
Los padres de GuanShan habían quedado —como se esperó—, encantados con su linda nieta Mei Yun. A pesar de ser aún pequeña, la consideraron de lo más tierno e ingeniosa. O eso decían los abuelos. Ella en poco tiempo se familiarizó y encariño bastante con sus abuelos por parte de su papá Omega. Especialmente porque después de sus propios padres, pasaba más tiempo con ellos, sus queridos abuelos Mo.
Luego está su tío "serio", que a veces le causaba curiosidad e intriga, debido a que siempre parece serio y enojado, y le llegó a dar miedo en sus dos primeros años de vida, más sin embargo siempre es muy bueno con ella, incluso desde que cumplió apenas un año le permitió jugar con su primo Shuo, el hijo de Cheng que en aquel entonces tenía ya cuatro años.
A su abuelo por parte de su papá Alpha casi no lo veía, pero las pocas veces que sí siempre le consentía y trataba de ser muy amable con ella así como decir repetidas veces a sus padres que "quiere elegir su educación", cosa que ellos siempre lo rechazaban. Aquel abuelo parecía muy temerario a pesar de que siempre se porta más dulce con la pequeña Mei Yun cómo también menos estricto con ella y su otro nieto Shuo de lo Tian y Cheng recuerdan.
Siempre dicen que los abuelos son mejores con los nietos que con sus propios hijos. ¿Podrá ser cierto?
A los tres años, por influencia de su primo Shuo cuando esté se fue de viaje con su tío Cheng, sintiéndose un poco sola y queriendo una compañía pequeña como ella, es que considero la idea de tener amigos cerca de su edad. Al contárselo ésto a su abuela Mo, ella dijo que quizás lo que necesita es un hermanito menor para cuidar y divertirse con esté. Así jamás te sentirás sola, agregó la mayor.
Así fue como se llegó a esta situación, a este momento un tanto incómodo, la conversación vergonzosa entre hija y padres.
—¡Quiero un hermanito!— exclamó la pequeña de apenas tres años, con determinación en su mirada e ilusión. Sin medir con exactitud la magnitud del pedido que le hace a sus padres. Sin tomar en cuenta todavía, la gran responsabilidad que es cuidar a un bebé.
Ella es feliz con sus padres y abuelos, y también con su perrito Lang de casi cuatro años, aunque muchas veces requería ayuda extra para poder cuidarlo como se debe. Tan sólo que, ella al ver cómo casi un hermano a su primo Shuo, se dio cuenta de alguna forma no muy clara, que también quiere conocer a más niños de su edad. Y sus padres no la ingresarían a la escuela hasta que cumpla siete años, por mientras la pondrían a estudiar un poco en casa. La enseñarían lo más básico como leer y escribir, e incluso pensaban en meterla antes de que ingresará a la escuela, a alguna clase particular de inglés, matemáticas y algún deporte como natación. Para que así en un futuro tuviese un mejor rendimiento, desempeño y no se le complicará tanto ciertas materias.
O eso recomendó He Tian, ya que su padre hizo lo mismo y resultó ser un excelente estudiante al ingresar a la escuela. Él cree que le hace un gran favor a su hija, pues así ella no se matará tanto cuando entre a la escuela habiendo aprendido con anterioridad. Podría tener una gran ventaja en los estudios si la metían en esas clases particulares antes de ingresarla a la escuela.
Regresando al tema principal; Tanto Omega como Alpha miraron a su pequeña de todavía tres años totalmente desconcertados, preguntándose mentalmente y casi por telepatía uno al otro, ¿De dónde carajos había sacado esa idea su pequeña? Obviamente ella no tenía el mínimo conocimiento de donde salen los bebés o los niños en sí.
Ellos tienen turnos diferentes de trabajo durante el día para así no dejar muy sola a su hija por mucho tiempo siendo tan pequeña, e incluso tenía la compañía de Lang o a veces estando en visita con sus abuelos que siempre están contentos de tenerla en casa, alegrando más sus vidas. Es imposible que ella realmente requiera aún más compañía, o eso creen.
—¿De dónde sacaste esa idea, Yun?— le preguntó GuanShan en un intento de calmarse y no sonar como un papá regañón. Su hija no merecía ser regañada, es inocente y bonita. Pero realmente sentía curiosidad por saber que le dió por decir eso de repente.
—Quiero un hermanito para no aburrirme. — explicó ella, con lo poco que sabe hablar y expresarse adecuadamente. Haciendo un puchero (mohín) adorable. Su cabello rojizo hasta los hombros, un lazo amarillo brillante a los costados, pasando de oreja a oreja para contrastar perfectamente con el color de su pelo y piel.
Era como ver a una mini Shan, adorable, cejas muy delgadas pero sin ese ceño fruncido que caracteriza al mismo GuanShan. Quién sabe si con el tiempo igual adquiera está faceta de su papá Omega.
—No es tan fácil como crees. Traerte un hermanito lleva tiempo, meses. Incluso cuando llegue será un bebé, un ser más pequeño y frágil que tú, no será un niño grandecito como tu primo Shuo.— explicó está vez su papá Alpha, sonando comprensible y sonriéndole a su niña quien lo miró confundido. Tian esperaba haberle explicado bien la situación y si ella podía entenderle.
—¿Un bebé?¿Eso se come?
—Tu eras un bebé, sigues siendo mi bebé para mí, solo que eres un poco más grande y puedes hablar. El caso es que es un proceso tardado...— contestó GuanShan, cargando a su pequeña hasta sentarla en su regazo, llevando algunos de sus mechones hacia atrás de su oreja.
—¡Puedo esperar!
Su hija infló sus mejillas, mirando fijamente a Shan quién meditaba la manera de hacerle a entender a su niña que incluye muchos más factores dicho proceso y más tiempo del que ella cree puede esperar.
El pelirrojo mayor miró a su esposo en busca de un apoyo, que le ayude con su hija y para que está cediera en su deseo de tener un hermanito.
—Si mi princesa quiere un hermanito, yo apoyo la noción. — habló Tian sonriéndole a su hija cómplice, quién sólo entendió que su papá Alpha le ayudará.
—¿¡Te estás escuchando idiota!? — dijo pegándole en su hombro para después pellizcarle debajo de su barbilla, en su cuello.
—Pequeño Mo, duele...— se quejó adolorido Tian, sonriendo está vez nervioso sin perder su calma.
A pesar de que GuanShan ya no sea Mo, para He Tian seguiría siéndolo y le gusta continuar hablándole con ese mote cariñoso. Mo le dejó para volver a dirigirse a su hija, parecía estar solo en todo esté asunto familiar.
—A-Aún es muy pronto para tener otro hijo.— continuó un poco temeroso de lo próximo que dirían.
Tener otro bebé implica dormir incómodo en los últimos meses, las náuseas, vómitos y las horribles contracciones. Aunque el resultado final sea un precioso y tierno bebé... Supone que no es tan tarde para tener otro hijo, ya tiene casi treinta y tres años.
—Pero quiero tener otro... Quiero darle un hermanito o hermanita a mi hija. Mi hermano y yo nos llevamos por trece años de diferencia. Y aún así, hubo un período en qué fuimos muy unidos, pero también dejamos de serlo cuando el creció más y se distanció de mí. Ya sea por los estudios o el trabajo de papá, cuando uno crece se olvida a veces de la familia más cercana.
—Siempre fui hijo único, así que no se que es tener hermanos. — confesó luego de un largo suspiró. Siempre fue él y su madre, incluso cuando luego convivió con su padre, su familia siempre fue de tres por mucho tiempo. Y ahora que hizo la suya con su pareja, podía comprender que querían agrandarla más y no se conformaban con que sólo fueran tres en el hogar. —Pero solo quiero aclarar que tener otro hijo, un hermanito, es mucha responsabilidad. Y que debe crecer para que pueda jugar contigo. ¿Entiendes?— le habló a su hija que asentía a todo.
—¡Si!
—Y tu al ser la hermana mayor, debes cuidarlo, protegerlo. Debes ayudarlo en sus dificultades. A ella o a él.
—¡Prometo ser una buena hermana mayor, papá!— sonrió la pequeña con sus mejillas sonrosadas, contenta de que confíen en ella para dicha tarea.
Su papá no evitó repartirle varios besos en sus mejillas, pues la quiere tanto y es su todo. Además se ve adorable con sus cachetes sonrosados.
—Estoy tan orgulloso de ti, Yun. — dijo GuanShan enternecido con ella, quién le abrazó rodeando su cuello con sus manitas, mientras que su padre Alpha también se les unía con más fuerza y cariño al abrazo familiar.
—Y yo prometo ayudar. — juró Tian con cierto doble sentido que su hija nunca captó. Después de todo, él ayudaría a su Mo a crear ese bebé, tiene que darle mucho amor para ello.
—¿Cómo llegará mi herrmanito?— preguntó curiosa Mei Yun, pues realmente no sabía cómo vienen los dichosos bebés. Se imaginó algo como pedírselo a papá Noel.
—Tu no te preocupes por eso, déjanos a nosotros dos.— respondió en confianza, señalando se a él y a su Omega.
Tian se sintió ansioso de tan sólo pensar que volvería a preñar a su pareja para agrandar más la familia, como un sentimiento de felicidad y emoción. GuanShan sólo lo miró como un bicho raro por su extraña sonrisa de "pervertido".
—Sólo diré que un hada mágica vendrá y le dará el regalo a Momo en su pansita, donde tu hermanito descansará hasta que sea el momento de que salga y lo conozcas. Es un período algo tardado, pero prometiste esperar, ¿Verdad?— le explicó con señas para después hacerle cosquillas a Mei quien rió a carcajadas y creyó la historia de su padre, a pesar de no comprender mucho el porque su hermanito estará en la pansita de su papá Omega.
—¡Si!— asintió la pequeña para abrazar ahora su papá de cabellos oscuros, quién encantado correspondió exparsiendo feromonas de felicidad y siendo protector con su hija.
Miró a GuanShan con coquetería, ansioso y hasta seductor. Pues estará más que encantado de hacerle el amor a su compañero en todo momento en qué tengan oportunidad con pasión y deseo a fin de tener otro cachorro, otro bebé suyo y de su Momo. Y el que su hija estará contenta de ayudar a cuidar y enseñarle muchas cosas, como hablar y decir sus primeras palabras. De tan sólo imaginar a su familia, cálida, no evita mirar a su esposo con ese sentimiento enorme de felicidad y calidez, emoción pura.
—Eres un idiota He Tian. — fue lo único que le dijo el Omega, mirándolo como un Alpha juguetón, por no decir pervertido.
Ahora, GuanShan está nervioso y un poco presionado por la idea de tener otro cachorro en su interior. No es que deteste la idea de tener otro bebé, todo lo contrario. Tan sólo le es algo angustiante y pronto. O quizás solo sean los nervios.
Pero tenía las condiciones para cuidar de otro hijo, así que tampoco es mala idea tener otro en ese período, antes de hacerse más viejo...
II
Un par de días habían transcurrido desde entonces; para ser más exacto diez días y noches.
Shan se encontraba saliendo del baño, secándose para ponerse su bata de dormir e ir acostarse a su cama. He Tian regresaba de haberle deseado las buenas noches a su pequeña, quién dormía en la habitación enfrente la suya con Lang por protección y seguridad, aparte también tener su compañía por si ella despertaba a mitad de la noche con miedo, al menos así tiene al can para no sentirse tan sola y temerosa, aunque su habitación estuviera enfrente a la de ellos.
Sin embargo, esa noche no se iría a dormir temprano, pues su Alpha tenía otros planes para él, para ellos. Lo supo desde el momento en qué el azabache de acercó hasta él, besándole el cuello y acariciando su espalda hasta su pecho. Ciñéndo su cintura. El Omega notó sus intenciones, el aroma de su esposo excitado, restregando su entrepierna en sus muslos con evidente intención de frotarse contra su cuerpo.
GuanShan se dejó llevar apenas retiro su toalla de secado, donde sin mucha prisa ni vergüenza su esposo le introdujo dos dedos en su interior, y con la otra mano bajó de su pecho hasta su pene semi erecto para masturbarlo. El pelirrojo se retorcía, dejándose hacer mientras gemia bajo, su boca fue atrapada de inmediata por la del más alto quién jugó con su lengua, sediento y necesitado.
Reaccionando ante excitantes estímulos, buscó más de ese calor y satisfacción que su pareja le brinda, abriéndose un poco más de piernas para que esté pudiera meterle más profundo sus dedos, su entrada comenzó a dilatarse así como sintió ese fuerte ardor, esa ferviente necesidad de sentir la polla de su marido en lo más profundo de ser, follando lo hasta muy dentro con rudeza, sin protección y dejando su semilla tan profundo que se sienta tan caliente y sucio por ello, de tan sólo en pensarlo se siente un pervertido y culpa a su Alpha por ello.
—Veo que te gusta, mira como te me abres...— dijo con la voz ronca, excitada. Podía sentir sus dedos siendo humedecidos por la cavidad anal del pelirrojo, tan caliente y húmedo. Sonrió arrogante para después dirigirse su otra mano hasta uno de sus pezones que se habían puesto duros.—Me preguntó si aún dan leche.
—Ni si te ocurra hacerlo, idiota...— amenazó.
He Tian río enternecido, guiándolos hasta su cama. Ni siquiera le dio oportunidad a Shan de vestirse, ya no era necesario. Lo único que importa en esos momentos solo son ellos dos. Sus pieles rozando y estremeciendo se al contacto de la otra, contemplando se mutuamente.
Cómo si el otro lo fuese todo, como si el otro fuese la criatura más etérea e inefable que pudiera existir en sus vidas, aquello que los acompleta y encaja perfectamente con el otro. Odiando la distancia que pueda existir.
—Ha pasado tanto desde la última vez que lo hicimos.— pronunció He Tian, casi sintiendo que se le hacía agua a la boca por tan sólo tener a Shan debajo suyo, todo precioso y dispuesto para él, aunque seguía haciéndose el difícil en expresar lo que quiere. Además de querer volver a marcarle, remarcar aquello que los une para toda la vida hasta la muerte.
He Tian le acarició su mejilla izquierda, contemplándolo más de cerca. Beso con fulgor y fuerza sus labios, devorando su boca como si no quisiera borrar ni olvidar esa textura de los labios del pelirrojo y aquellos espasmos que le da de placer agradable cuando lo besa, a su pareja de toda la vida.
— Por el trabajo y cuidar a nuestra hermosa pequeña, casi no tenemos tiempo para nuestro momento íntimo. — dijo con desilusión fingida, pero sonando persuasivo al final.
—No exageres, solo han pasado tres meses. — alcanzó a decir el Omega casi como un reproche, desviando la mirada en el momento que He Tian fue repartiendo besos desde su clavícula hasta descender a su pecho, vientre y poco más abajo, haciéndole gemir bajo.
—Fueron nueve meses, Momo.— le corrigió con dulzura, besando aquella carne expuesta, sensible y tersa de su esposo. La que desea ahora, este abultada por un bebé.
—¿En serio lo cuentas? Que desesperado.— añadió incrédulo y como queriendo burlarse de él. Tian dejó de repartir los besos en esa zona para ascender a la areola del pelirrojo y lamer con gusto. —Dejá de jugar con eso...— soltó un jade suave y casi inaudible.
—Extraño la sensación de hacerte el amor.— pronunció aquello con bastante deleite, queriendo complacer a su amante.
—He Tian...— susurró más bajo de lo que creyó, más no lo suficiente para que el otro no escuchará.
El Alpha introdujo otro dedo más en su apretada entrada, solo para aflojarla un poco e impacientar a su Omega quién menea sus caderas en busca de más contacto, de sentirlo más dentro de ser posible.
He Tian no tardó en hacer posible las exigencias de su amado y gruñón pelirrojo, ya que no duró mucho la preparación y conociendo a su pareja impaciente, deslizó su polla erguida y palpitante hasta la entrada húmeda de su esposo —la cuál se encuentra más que dura—, golpeó un poco para estremecer lo y ponerlo más ansioso, poco después le embestio lentamente, con cuidado para que su pelirrojo disfrutará como aquel pedazo de carne le está llenando hasta dejarlo casi sin poder respirar.
Retorciéndose de bajo suyo, He Tian sigue empujando hasta encajar por completo su pene y comenzar con las fuertes embestidas. Sin tardar mucho en encontrar los puntos dulces de su Omega que tanto extrañó en tocar, acariciar y golpear con su palpitante pene.
—¿Seguro que no me extrañaste?— le volvió a preguntar, succionando y besando alrededor de su cuello.
—Y-Yo nunca dije eso. — le contestó sin querer darle la razón, más las embestidas que su pareja le proporciona hace que su voz tiemble de placer.
—Tu interior me extrañó, se nota por como me aprieta y quiere exprimir. — continuó "molestándolo", poco a poco subía el ritmo de las penetraciones. Su polla palpita en su interior apretado, queriendo anudarlo.
—Ya c-callate imbécil.— soltó un poco fastidiado de las cursilerías que su Alpha dice. Sintiendo pequeños espasmos por todo su cuerpo, no sólo por las penetraciones, también por como la boca de Tian se movía en su cuello. Haciéndole más chupetones.
—Pequeño Mo, ten cuidado de como te diriges a mí. — agregó, sonando un poco sombrío y serio.
—Solo anuda me de una maldita vez.— se quejó, aunque es difícil tomárselo enserio cuando está jadeando y gimiendo, con el rostro enrojecido y sus ojos cristalinos, envueltos por el placer carnal.
—¿Ah~?— soltó en un tono burlón.— ¿Tanto quieres que te llene de mi semen? ¿Tanto deseas tener a mi bebé? Pequeño Mo eres tan tierno, cumpliré tu deseo.— le beso la mejilla, Shan sólo se dejó hacer aguantando las ganas de contradecir en las cosas vergonzosas que le dice.—Voy a correrme tanto dentro de ti, te preñare está noche. — agregó territorial, aumentando el ritmo de las embestidas golpeando seguidas veces el interior de Shan hasta el punto de hacerlo correr a él antes.
Ahora He Tian podía tener más aguante y no correrse primero, como cuando era mucho más joven.
—Eres un perro engreído. — le insultó Enmedio de varios jadeos y un poco avergonzado por haberse corrido primero. Hasta sentir fuertes cosquilleos y espasmos desde su columna hasta vientre bajo. Se abrazó a He Tian y esté aprovechó para anudarlo.—¡AHH!
El dolor del nudo sigue permaneciendo insoportable, pero ya no tanto como las primeras veces. GuanShan sólo podía retorcerse y correrse otra vez al sentir el orgasmo de su pareja dentro suyo, quemándole su interior. Tan abundante y caliente que se siente desfallecer.
Sus cuerpos sudorosos e impregnados del amor del otro, tan fuerte e intenso.
III
Los que aman profundamente nunca envejecen. Pueden morir de vejez, pero mueren jóvenes. El amor es el espacio y tiempo medido por el corazón.
Un sabio dijo alguna vez; Hay tres cosas que nunca vuelven atrás: una bala disparada, una palabra dicha y una oportunidad perdida. El tiempo no volverá atrás, así que hay que disfrutar el presente sin preocuparse demasiado por el futuro.
¿Mo GuanShan estaba preparado para criar de otro bebé? Puede ser que sí. Había meditado bien las cosas, y por gran parte tampoco quería dejar a su pequeña sin la dicha de tener algún hermano con quien jugar y cuidar. Además que su pareja lo iba ayudar gustoso.
—El señor GuanShan tiene dos meses de embarazo. — avisó el especialista en ese tema, luego de haberle echo el chequeo y procedimiento necesario.
Sin embargo, ni GuanShan ni He Tian tenían previsto que no fuese uno, si no dos bebés a los que atender. Fue toda una sorpresa.
—Doctor Ling, ¿Cómo es esto posible?— preguntó Tian ganándole la palabra a su pareja, quién claramente iba a hacer la misma pregunta pero con insultos de por medio.
—Si bien, no es muy usual que haya gemelos asiáticos, no es realmente imposible.— comenzó a explicar, aclarando se la garganta. Para después mostrar en la pantalla de su laptop unos esquemas con imágenes sobre el embarazo. —Los embarazos múltiples son consecuencia del uso extensivo de técnicas de fertilidad. — se ajustó sus anteojos, mirando de reojo la sorpresa y vergüenza en la cara de la pareja, como si hubieran recordado algo bochornoso.
—¿Técnicas de fertilidad?— cuestionó el pelirrojo sin entender bien el concepto o lo que conlleva, pero inevitablemente se sonrojó de tan sólo imaginarse lo.
El doctor solo asintió para proseguir a su explicación, comprendiendo las dudas de la pareja:
— Para que sea posible el nacimiento de dos crías en un solo embarazo, se puede deber a los siguientes factores. El primero, es si tuviste varios embarazos previo a esté.— mencionó, ni muy perezoso ni muy rápido, para que la pareja de casados no perdieran detalle alguno de lo que explica.— Es muy raro que un primerizo tenga embarazo múltiple, a menos que sea de cierta étnica donde la descendencia sea así. — carraspeo.—El segundo factor, es el embarazo tardío. Los embarazos múltiples son más propensos en personas muy adultas, maduras. De más de treinta años. La tercera y con más sentido es la genética, si hay antecedentes de algún familiar que sean gemelos. Y por última pero no menos importante, los tratamiento de la fertilidad.
Tanto Tian como Shan procesaron todo lo anterior dicho por el doctor Ling. Descartando por completo que se deba a qué en la familia tengan algún pariente o genética de gemelo. Los otros factores suenan más lógicos en su situación.
—Mi esposo y yo solo tenemos una hija.— comentó Tian. Pues GuanShan seguía pensativo en todo lo que el Doctor les había explicado.— No tenemos algún antecedente familiar con gemelos, y sobre las técnicas de fertilidad... Realmente no hacemos con regularidad eso.
—Puede deberse también a la edad. Disculpe la pregunta, ¿Cuántos años tiene?— se dirigió completamente al Omega, sin tomar mucho en cuenta la del Alpha.
—Treinta y tres. — respondió apenas salió de su pequeño trance. Los había cumplido no hace mucho.
—Bueno, ahora que sabemos la causa por decirlo de alguna forma... Les hablaré sobre los posibles riesgos de tener un embarazo múltiple y como debe tratarse. Necesitará más atención que cuando tuvo a su primera bebé, mucho más cuidado. Incluso si es posible, en un par de semanas será mejor que dejé de trabajar...
Si hay algo que no le gusta al pelirrojo es que le digan lo que tiene que hacer de manera estricta. Especialmente si es el dejar de trabajar. Incluso llegó a gruñir bajo, más trato de contenerse para no gritarle al especialista en ese ámbito de la medicina. Se agradecía en parte que su pareja estuviera ahí para calmarlo y que le permitiera al doctor explicarse el porque podría ser necesario que dejará de trabajar mucho antes del sexto mes de embarazo. Si el especialista lo dice, por algo ha de ser.
Si es peligroso para sus cachorros, GuanShan haría lo que fuese necesario para tener un embarazo saludable y cuidadoso. Para tener a su gemelitos en sus brazos apenas nazcan. No le gustaría sufrir alguna perdida.
IV
La pareja llegó a casa de los Mo, donde la abuela — madre de GuanShan— se encontraba dándole unas galletas a su pequeña y única nieta. Su esposo había salido a comprar unas cosas, pero decía que no tardaría en regresar.
Mei Yun apenas sintió la presencia de sus padres en la cocina, fue directo a ellos hasta ser cargada por su papá Alpha quién le dio mimos a la vez que saludaba a su suegra quién sólo reía enternecida por la escena. Tanto como la señora Mo como su esposo sabían a dónde habían ido exactamente y porque les dejaron al cuidado de la pequeña Yun.
—¡Papás! ¿Qué les dijo el hada?— preguntó la inocente Mei Yun, todavía creyéndose el cuento que Tian le dijo sobre que los bebés son regalos de las hadas.
—Todo estará bien si Momo se cuida mucho. Necesita especial atención y mucho cuidado.— aclaró no sólo a su hija, si no también a su suegra —a quién también le dice madre en ocasiones—, ella también tiene especial interés en el tema. Sabiendo que el hada es en realidad un doctor obstreta.
—¿Por qué papi debe cuidarse?— soltó confundida la menor sin comprenderlo bien. Mirando a GuanShan quién había agarrado una de las galletas de brownie con almendras que su madre hizo. Deliciosas.
—Porque él tiene la responsabilidad de cargar a los bebés en su pansita. — respondió con total ternura, regalándole un besito en la mejilla de su hija quién ahora comprendió todo mejor. Mirando con admiración a su papá Omega por tener tan grande e increíble responsabilidad. Pensando en lo importante que es.—Pero nosotros también lo ayudaremos, ¿Vale?
—¡Si! ¡Cuídare de papi y de mi hermanito!— gritó con emoción la pequeña, emocionada.
—Hablando de eso... Mei, si te somos sinceros, no tendrás un hermanito.— hizo una breve pausa para causar más drama al momento, dejando intrigada a la pequeña.— ¡Tendrás dos hermanitos!— alzó su dedo índice y el de enmedio para formar dicho número.
—¿En serio?— soltó con asombro y sorpresa la Omega mayor de ahí, mirando a su hijo quien asintió afirmativo y un poco nervioso. — ¡Eso es una gran noticia!— felicito la mujer totalmente contenta no sólo por su hijo, si no también, por tener más nietos.
Cuando era más joven le hubiese encantado tener más hijos, pero debido a su situación económica que empezó a empeorar y más cuando su esposo fue a la cárcel, es que vio esa posibilidad totalmente imposible. Pero ahora con le llegada de su nieta Mei Yun, y la de los gemelos sin duda se sentía tan feliz y ansiosa. Quería ser como una segunda madre para los bebés de su hijo, ser la mejor abuela.
—¿¡Dos hermanitos!?— exclamó con euforia la pequeña pelirroja. Entusiasmada, sus padres le confirmaron sus dudas.— ¡Woah! ¿Por qué me dieron doble regalo?— agregó curiosa. ¿El hada es tan bondadosa?
—Fue algo que nadie previo en realidad.— contestó el azabache sonriendo de medio lado, algo apenado pero sincero. No por ello menos entusiasmado.— Pero realmente será lindo tener un par de bebés ¿Cierto, pequeño Mo?— añadió para preguntarle y voltear a mirar directamente a su Omega quién seguía en su labor de comer galletas con leche mientras escuchaba la emoción de su madre en palabras.
—Dos bebés...— mencionó todavía como si fuese un sueño todo.
Su madre río enternecida para irse por un momento a la entrada de la casa. Dejando a la pareja e hija solos.
—Al menos la noticia le va muy bien...— comentó refiriéndose a su hija, quién estaba en su propio pequeño mundo. Pues hace poco le había dicho que ella podía ser de gran ayuda para el nombre de los bebés. Una tarea muy difícil e importante por lo tanto. Haciendo que ella se pusiera modo "sería" y concentrada. Viéndose muy adorable. Tian continuó:— Momo, tendremos más hijos. ¿No es adorable la noticia?— hizo una breve pausa al notar el gran silencio que aborda a su pareja, incluso algo de tensión. Preocupandolo. — ¿Ocurre algo?
—Estoy nervioso. — admitió, expulsando un suspiró cansado. —Quiero tenerlos, pero tengo miedo también. Lo que habló el doctor, de los riesgos que trae dar a luz gemelos, me puso algo paranoico. Nervioso, ansioso. — mencionó mientras tomaba asiento en el sofá de la sala, mirando desde ahí a su hija que se encontraba en el comedor dando vueltas en la mesa bastante pensativa.
He Tian le miró más serio y comprensible. Entendiendo las preocupaciones de su pareja, el miedo y la tensión. Después de todo, su situación a pesar de no ser la misma, es algo similar a la de su propia difunta madre. Aquella mujer que no logró conocer por más tiempo porque murió poco después de darle a luz, porque para su condición de Alpha hembra, no le permitía con total estabilidad y seguridad engendrar un bebé de su propio cuerpo. Ya de por sí fue demasiado cansado y peligroso cuando dio a luz a su hermano mayor, He Cheng, con Tian no corrió con la misma suerte. A pesar de que su marido He Dewei Chao le dio los mejores médicos, las mejores condiciones de vida, todos los cuidados costosos para que pudiera sobrevivir tanto en el primero como en el segundo parto, el desenlace no fue el mejor.
Obviamente; He Tian no quería para nada que su Momo tuviera el mismo riesgo y mucho menos el mismo destino, pero nadie tenía planeado con exactitud que fuesen gemelos. Lo único que podían cumplir, son las indicaciones del doctor para que todo salga a la perfección. Para no perder ni a los bebés, ni al Omega durante el parto.
—Saldra bien, incluso si hay complicaciones, no hay duda que recibirás toda la ayuda y atención posible. Momo, no cargues con todo, déjame ayudarte en esto también.
Sincero y confiable, quería que GuanShan no tuviese más miedo o cargará con toda la responsabilidad sobre sus hombros. Quería que supiera que puede contar con él. Aunque en realidad no estuvieran totalmente seguros de lo que podrá pasar, He Tian quería calmar las incertidumbres de su Omega y acogerlo en sus brazos, quería ser y hacer todo por él. Calmar sus tensiones, y reafirmar su lazo que los une.
—¡Yo también ayudaré papá!— habló su hija acercándose a ellos, notando el ensamble un poco triste de su papá Omega. Así que le abrazo y beso la mejilla para hacerlo sentir mejor.
Shan se calmó recibiendo gustoso los mimos de su pequeña y la intención de ella por hacerlo sentir mejor, abrazándola con mucho amor y cariño.
Si bien el momento no duró mucho pues entraron a la sala sus padres.
—¿Escuché bien? Hijo, ¿Tendrás dos bebés?— dijo su padre incrédulo por lo que su esposa le dijo en la entrada de la casa y ayudo con algunas cosas que traía para ponerlas en la cocina.
—Hola también a ti papá, un gusto verte de nuevo. — saludó Shan ignorando la pregunta anterior de su viejo.
—¡Abuelo! Seré hermana de dos bebés. — le notificó la pequeña entusiasmada, sin dejar de abrazar a su papá, saludando con un ademán a su abuelo quien hizo un gesto gracioso ante la noticia.
—Un gusto también, padre. — saludó está vez He Tian, con un gesto bastante amable como de picardía. Haciendo un ademán con su mano en forma de saludo casual e informal al ser ya "familia cercana".
—Tú no me digas así. — gruñó el señor Mo ante el saludo despreocupado del joven Alpha, sin acostumbrarse todavía después de todos estos años a qué Tian le diga "padre", sonando le bastante raro. — Hijo, ¿Cómo está eso de los gemelos?
Antes de que pudiera contestarle la pregunta, es interrumpido por su madre quién sale de la cocina.
—Podemos hablarlo en la comida. Se quedarán a comer, ¿Verdad?
Su yerno e hijo asintieron fiel a la hora del almuerzo. No podían decirle que No a la abuela.
V
Era de noche cuando regresaron a casa una vez más. Ya habían transcurrido un par de semanas, GuanShan tenía ahora tres meses y dos semanas de gestación. Mei Yun estaba muy cansada, que solo saludo a Lang, se cambió para ponerse ropa más cómoda y se fue a dormir luego de recibir las buenas noches de sus padres quienes se mantuvieron un poco más despiertos.
—¿Cómo están mis bebés?— preguntó un He Tian muy cariñoso, acariciando la carne abultada en la zona del vientre. Incluso para ser tres meses, casi cuatro, es bastante notable. ¿Quizás por qué son dos bebés en camino?
—Muy alborotados. — contestó en un tono algo fastidiado por el dolor. Tian sólo se rió gracioso por las quejas de su querido Omega que apenas y podía descansar un poco en las noches. Ya sea por las "pataditas" de los bebés o que le den ganas de orinar a cada rato en la madrugada. Por eso cuando se hacía de día, tomaba siestas de dos horas para recuperar sus horas de sueño perdidas en la noche.— Apenas escuchan tu voz, ya patean mis entrañas. Son unos cachorros inquietos. Mei Yu era más tranquila. — alegó con cierta nostalgia. Pareciéndole increíble que su hija ya sea más grandecita.
No quería resignarse en un futuro, en verla irse del "nido". En un par de varios años más seria adolescente, después una adulta y sinceramente no quería que se fuera. Otra vez se ponía muy sentimental al pensar mucho las cosas. Pero volvía a la realidad por el aroma profundo de su pareja o las pataditas de sus inquietos hijos que no dejaban a su papá Omega tener unos minutos de tranquilidad por la noche. Aunque le parecía curioso que la mayoría de las veces se pusieran así cuando tenía muy cerca a su esposo.
Tian rió a carcajadas. Nunca se cansaría de lo adorable y gracioso que es su Omega; su actitud, su personalidad, todo él lo estremece, a su Alpha. Simple o maravillosamente le fascina, es algo tan inmarcesible como inefable.
Tan difícil es describirlo, pero es imposible que aquellos sentimientos que tiene hacía él se marchiten. He Tian podía sentirse tan sereno y feliz a lado de GuanShan, después de todo es la persona que podía definir como su hogar, junto a su hija y futuros bebés.
—No pateen a mamá.— le habló a sus bebés, besándole su vientre sonora e increíblemente, el contrario no lo golpeó o algo.—¿Cómo se siente cargar a dos cachorros?— preguntó entre curioso y un poco divertido.
—Mas difícil, supongo. Literalmente tengo mucha más hambre que de lo normal así como cansancio.
—¿No te gustaría salir a estirar las piernas un poco? Me refiero a mañana, ahora es tarde. Mei Yun quiere ir a comer pizza en algún restaurante familiar. — propuso para tumbarse a lado suyo. Los dos desde hace poco se habían puesto sus pijamas para dormir.
—Suena bastante bien.
El Omega jamás lo admitiría en voz alta, pero se siente más cómodo ahora que su pareja está acostada junto a él, sin espacio alguno entre ellos dos, dándose calidez. Incluso está apunto de quedarse completamente dormido al sentirse tan cómodo y seguro, si no fuera porque Tian siguió hablando.
—Le dijimos a tus padres, pero ellos prefieren estar todo el domingo en casa.
—Es la edad, es normal que quieran hacer menos cosas ahora. Solo quieren pasar sus últimos años juntos y convivir con sus hijos, incluyéndote, y su única nieta. — contestó, bostezando al final. Se tapó bien con las colchas, su acompañante hizo lo mismo sin dejar de observarlo.
—Espero los dos sigan aquí para cuándo nazcan los gemelos. — murmuró Tian un tanto serio, para después abrazarse al pelirrojo de cierta forma que a ninguno le resultara incómodo.
—¿Y qué me cuentas de tu padre?
—Sigue vivo, y para nada cansado. Parece ser un hombre que lucha contra la naturaleza de la vida y morirá mucho más viejo.— respondió un poco sorprendido del aguante de su ya viejo padre. — Cheng por otro lado, está satisfecho con su único hijo.
—Shuo será como yo entonces, sin hermanos. — añadió irónico, casi chistoso.
—Aunque ve a nuestra pequeña Mei como una hermana menor.— comentó, pues había notado que su sobrino se porta protector con su hija y realmente la trata como una hermana menor, después de todo Shuo es tres años mayor que ella.
—Supongo que es adorable.
Shan se fue quedando dormido, sin terminar de darle caricias en la cabeza de Tian quién poco después, igual se quedó totalmen dormido en el pecho de su Omega. Escuchando su respiración y los latidos de su corazón, algo bastante reconfortante como agradable.
VI
Después de meses, el momento esperado llegó.
El parto de los gemelos se retrasó dos semanas a la fecha acordada. Y fue el momento más crítico de todos, porque a Shan le costó o tuvo complicaciones al momento de parir al segundo bebé. E incluso cuando milagrosamente lo consiguió, fue él quién quedó fatal. Que incluso se pensó que podría estar dando sus últimos minutos de vida.
—No puedes morir... Momo, no me puedes dejar, no nos puedes dejar. — dijo He Tian refiriéndose a él y sus hijos. Cargando al primer bebé que dio a luz hace minutos, mientras que el segundo se encontraba en revisión.
GuanShan se veía en un estado crítico como se mencionó anteriormente, incluso le costaba respirar.
—Si algo me pasa... Prométeme que seguirás tu vida, que serás feliz con nuestros hijos. — dijo como su último aliento.
—Señor, debe salir de la sala. Por favor. — le dijo algún enfermero al Alpha quién claramente no quería dejar solo a Shan. Porque sentía que si se iba justo ahora, jamás lo volvería a ver.
He Tian no quería irse, pero su bebé empezó a llorar en sus brazos inquieto, sintiendo la tensión del ambiente. Entre tanta insistencia lograron sacar al He fuera de la habitación con uno de sus hijos en brazos.
Afuera lo esperaban sus suegros y su hija quién estaba dormida en el regazo de su abuela, después de todo es de madrugada, y ella queriendo ir para ver a sus hermanitos, no contó con que el parto durará mucho tiempo y se terminará quedando dormida. Habían ido de noche en el hospital, alrededor de las doce. Y ahora son las cinco, casi las seis de la mañana.
—¿Cómo está mi hijo?— preguntó el señor Mo, preocupado pues se había percatado del ambiente triste y dolido que rodea al He, quién apenas puede sostener a su bebé que seguía bastante inquieto.
Tian no supo que responder, las palabras se la atoraban en la garganta. Sentía impotencia por no poder ayudar a su Omega, por no poder ser él quién lo salvase.
Mo GuanShan siempre fue esa pequeña luz que lo acompañó en esa fría oscuridad. Cómo una Luminiscencia.
Realmente quiere tener esa fe, esa esperanza de que su pareja saldrá vivo y no los dejara solo con sus cachorros. ¿Verdad?
Una vez con el corazón roto
No hay necesidad de llamarla
La soledad llega
Viene rápido a encontrarte
Ella no espera a que abras, ¡No!
Ella entra sin tocar.
Tu depresión para ella solo es
Una merienda a comer
¿Entonces, tú quien eres?
Porque yo ya no se quién soy, estoy perdido.
Mi felicidad tiene un sabor amargo.
Sumido en sus pensamientos, no se había dado cuenta cuanto tiempo pasó. Solo escuchó como el doctor lo llamaba.
—Señor He Tian. — habló serio, formal. Pero suave, no brusco.
El nombrado ya no cargaba al bebé, pues se lo dio a su madre para que esté lo cargará y pudiera conocer a su segundo nieto. He Tian miró al doctor con cierto temor, nervioso de escuchar lo que le dirá.
"Lamento darle está noticia. Pero su esposo ha fallecido." Podía imaginarse lo, y si le decía aquello, se echaría a llorar ahí mismo como un niño pequeño. Sin importarle ya lo que los demás digan.
Pero no podía ser. El lazo que tiene con su Omega es todavía...
—Su esposo quiere verlo. Ya está mejor, pero trate de que no haga mucho esfuerzo al hablar. — dijo el Doctor, sorprendiendo al contrario.
Sin perder segundo alguno, fue haberlo. Sintiendo como su alma volvía a su cuerpo. Quería abrazarlo, y nunca volver a soltarlo.
VII
Mei Yun conoció a sus hermanitos. Dos lindos y pequeños bebés. Por lo que parecía, de hebras oscuras como su papá Alpha. Sin embargo, una diferencia entre los dos ya notable son el color de sus ojos. El mayor de los gemelos los tenía verde, un verde hermoso como la esmeralda. Mientras que el menor los tiene grises, como un día nublado.
—¿Por qué mi hermanito tiene sus ojos verdes?— preguntó curiosa la pequeña, mirando al bebé quien la mira fijamente. Cómo esperando a que lo cargue.
—Quizas algún familiar de tu papá Tian, los tenía o tiene así. Es algo hereditario. — le respondió dulcemente su abuela, quién al principio igual se había preguntado por ese color hermoso de ojos.
Mei Yun pensó, que quizás se deba a la mamá de su papá Alpha, su otra abuela que nunca conoció. Había una foto de ella en algún lugar de la casa que ahora mismo no recuerda, pero está segura que ella tenía los ojos verdes.
—El bebé huele raro. — mencionó al momento de olfatear de cerca al pequeño, qué sólo rió por dicha acción, sin comprender lo que su hermana está diciendo.
El bebé olía como a medicina y humedad.
VIII
—¿Cómo se llamarán está vez?— le preguntó su pareja, ayudándolo a cargar al mayor de los gemelos. Mientras que él cargaba al menor. Su suegra recién le había entregado al mayor para tenerlos a los dos juntos con Shan.
—El nombre de este pequeñín que tengo, será Xiao Chen. Fue quién nació primero. — dijo para acomodar bien la mantita que cubre al recién nacido. — Y el otro pequeñín que cargas, puede ser...
—Huang. Porque es brillante como el mismo amanecer de su hermano. — acompleto, Shan asintió con una sonrisa en el rostro. Complacido y orgulloso con los nombres de sus pequeños bebés.
Esta tan feliz de estar vivo para disfrutar de ése momento.
IX
—Yun, ayudame a cambiar a tus hermanos. — llamó Shan, quién tenía a sus dos gemelitos boca arriba en la cama matrimonial suya y de su pareja, para así que no se cayeran, pues el colchón es tan grande que podían impedirlo antes de que ocurriera.
Sus gemelos de ya seis meses se habían hecho popo al mismo tiempo que hasta le causaba gracia y miedo.
—¡Ya voy papá!— contestó la pequeña de ya cuatro años. Deteniéndose al oler ese aroma peculiar en la habitación. — Ugh, huelen a fuchi. — agregó refiriéndose a la popo de sus hermanitos, muy desagradable para su olfato.
—Pasame el talco.— indicó el pelirrojo mayor, su hija obedeció de inmediato buscando el talco en los cajones que podía alcanzar. — Mira no más como se ríen estando con el trasero todo embarrado de mier— comenzó a decir al darse cuenta que a los pequeños les causaba gracia la situación, Shan no pudo terminar de decir lo que quería pues fue interrumpido por su esposo.
—Pequeño Mo, no digas esas palabras enfrente de los niños. — dijo para entrar al cuarto. Cómo si hubiera entrado a un campo de batalla.
—Se parecen a ti, los gemelos, huelen feo. Y sus nalgas todas llenas de... Popo. — añadió mientras se reía por su mismo comentario. Reprimiendo las ganas de decir "mierda".
—Son adorables, aunque no dudo de que se parezcan a mi. Serán tan guapos como su padre. — alardeo He Tian orgulloso y coqueto.
Su hija llegó por fin con el talco en manos, y GuanShan había terminado de limpiar solo a uno de los dos bebés, dándose lo a Tian para que no se ensucie y así pudiera terminar de limpiar al otro.
—¿Y yo?— preguntó Mei Yun.
—Tu serás tan hermosa como mi Montañita. — le halago para pellizcarle suavemente la mejilla a su hija quién terminó por reírse. Hasta recordar algo.— Por cierto, el niño quieren verte.
—¿Niño?— pronunciaron al mismo tiempo los dos pelirrojos de la familia, confundidos. No podía ser Shuo, pues Tian nunca se dirigía a él despectivamente como niño, le llama por su nombre o sencillamente le dice "primo".
He Tian hizo una breve pausa para poder acordarse del nombre del niño quién mencionó.
—Zhan-Jian Hao.
—¿Zhan-Jian?— pronunció los apellidos, haciéndose les bastante familiar.— ¿No son esos amigos cercanos que me contaste que tienes?
—Si. — asintió.— Hao es el hijo mayor de unos amigos de la escuela superior y compañeros de la Universidad.— explicó brevemente. Recordando a ese par de chicos con los que se llevó muy bien en esa etapa importante de su juventud. Con el pasó de los años, siguió conservando su grandiosa amistad.—Les hablé mucho de ti, Mei. — agregó está vez, hablándole a su hija quién no supo cómo reaccionar.
Pensó que debía esperar años para poder jugar con más niños de su edad, incluso se había resignado a tener solamente a su primo Shuo y sus hermanitos como compañía. Cómo "amigos" de juegos.
—¿Cuántos años tiene?— preguntó está vez GuanShan interesado y precavido. Tenía que conocer a ese niño para permitirle ser amigo de su única hija.
—Hace un par de semanas cumplió los tres años. es un par de meses menor que nuestra Mei Yun. Tiene un hermano menor, que cumplirá un año en dos meses o eso me dijeron. — explicó brevemente. — Si no mal recuerdo, el más pequeño se llama Lixue. — soltó encogido de hombros.— El caso es que de seguro querrá tener una amiga, y pensamos meter a nuestros hijos en la misma escuela. A Mei y Hao primero, ya que son los mayores, ¿Qué dicen?— les pregunto a ambos pelirrojos que seguían bastante pensativos.
He Tian sintió un líquido recorrer por su blusa. Y miró al bebé que cargaba.
—¡Se hizo pipí encima mío! — se quejó el Alpha asqueado, sin poder creer que su propio hijo le haya traicionado de esa forma.
—Creo que Huang todavía no había terminado de hacer sus necesidades. — agregó Shan riéndose por lo que acaba de ocurrir. — Y sobre meter a nuestros hijos en la misma escuela que los de ellos, puede que esté de acuerdo. Al menos nuestra hija no estará sola cuando entré ahí.
—Hay que ir al cumpleaños del hijo menor de ellos, en dos meses. Así para que nuestros hijos se conozcan.
La idea parecía muy buena. Quizás incluso, logren hacerse buenos amigos.
¿Qué les prepara el futuro?
«Fin de la historia»
Palabras: 7,666
Escritor: JaquiiAleWorld
Fecha de publicación: Lunes, 02 de noviembre del 2020.
Fandom: 19 Days
Historia: "Limerencia"
Au: Omegaverse
Nota del escritor:
👁️👄👁️ ¿Alguien creyó que iba a matar a pequeño Mo? Porque estuve a punto de—,
En fin; lo que fue ayer y yo estuve escribiendo este capítulo que no lo tenía ni cerca de terminarlo, y apenas hoy pude hacerlo. Así que me disculpo si ven algún error ortográfico por ahí, que es lo más probable que haya. Quise actualizar hoy y no mañana porque en mi país, se festeja el día de muertos.
De todas formas, ¡Espero les haya gustado este extra! Pensé en escenas que tuve que quitar por falta de tiempo para desarrollarlas.
No creo poder escribir otro extra, así que aquí ha concluido está historia que disfrute traerla a ustedes!
Más tarde subiré las curiosidades de está historia, por si tienen alguna duda o algo que quieran aclarar. Realmente agradezco su tiempo por haberla leído. Se que no es la mejor, pero me gustó mucho como quedó. ¡Nos vemos!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top