«Acto III:Hermosa Nube»
I
—Por cierto, ¿Cuál era el obsequio que te dio tu hermano en tu cumpleaños?— preguntó curioso GuanShan al recordar ese detalle que considera importante.
Por lo que le ha contando el azabache, desde hace un par de años que no tiene una buena relación con su hermano. Se han distanciado bastante y aunque no sé odien o algo parecido, han habido varias ocasiones que no se ven la cara por varios días, apenas comunicándose por teléfono.
—¿Te gustaría verlo?— le sonrió contento, pero aquella sonrisa que parece feliz y relajada, en realidad oculta más emociones de las que se consideran .
Mo asintió simple, un poco sorprendido de que He Tian sacará su móvil para buscar alguna fotografía. Al parecer el Alpha le había sacado una foto al regalo de su hermano, lo cuál le hacía pensar al pelirrojo que debió gustarle bastante como para guardarla también en su celular.
—Esto es...— murmuró, observando con detalle la imagen y deslumbrando ante ella. Jamás espero ver otra fotografía, lo cuál le confundió al principio haciéndose notar en su rostro.— ¿Ella es tú...?
—Me regalo un porta retrato de mi madre. — contestó nostálgico y sin problema para demostrar su felicidad combinada con nostalgia. Continuó: — Sinceramente hay pocas fotos o cuadros a la vista en mi casa de ella, y cuando me fui de está no tuve la oportunidad de conseguir alguna.
La fotografía no es simple, pero tampoco muy elaborada. Por el ambiente parecía un día soleado, y que la protagonista de la imagen está en el jardín cargando un bebé de algunos meses de nacido. Bastante adorable. La mujer que parece de menos de treinta años tenía el cabello oscuro, un poco ondulado, suelto y largo hasta por debajo de sus pechos, desprendiendo belleza pura y natural. Largas pestañas y labios delgados, color de ojos verdes esmeraldas, preciosos y que al verlos se notan vivaces. Ella se veía tan alegre y cálida. Dos elementos que destacan mucho en aquel recuerdo inmortalizado.
Aunque también se notaban un poco unas ojeras debajo de sus ojos, señal de que está cansada. A Mo le parecía increíble que ninguno de sus dos hijos heredera ese precioso e intenso color verde esmeralda. Por lo que había notado del hermano mayor de Tian, los tiene oscuros mientras que él los tiene grises.
—Es preciosa. — comentó con una media sonrisa. — El bebé que está cargando es...— no terminó la oración pues esperó que el contrario lo haga para aclarar su duda.
—Es He Cheng. Me parezco mucho a él cuando era bebé también. — comentó con gracia, alejando cualquier aire de melancolía que tuviese. — Una de las tantas cosas que me gusta de ella, son sus ojos. — admitió en una cálida sonrisa que al mismo Mo le sorprendió un poco apreciar. — Cuando era pequeño debí haberlos visto en persona, pero realmente no me acuerdo. Después de todo, era tan pequeño. — agregó con lamento.
—Se ve radiante y muy feliz.
—Lo era. Y eso es suficiente para mí, que haya sido al menos, feliz.
—Yo creo que ella también espera que lo seas. — intento animarle regalándole su mejor intento de sonrisa honesta, llena de empatía y algo más profundo.
¿Cómo es posible que se sienta tan bien por aquéllas palabras?
II
La cara de asombro y estupefacción en el rostro de Mo GuanShan es como para hacer una obra de arte, todo un poema o que sea un meme que se haga bastante viral en toda China. Después de todo, al llegar por fin a lo que es la zona privada donde está la casa de He Tian, no podía creer que toda la zona en la montaña, que todas esas grandes y bellas casas fuesen de propiedad de su familia. Ni mencionar la seguridad o los empleados. Todo ahí es diferente, un mundo completamente distinto al suyo, lo cuál le hacía sentir un poco inferior, que no encaja ahí. No podía dejar de observar con detalle y asombro a su alrededor. Sencillamente, increíble.
Los jardínes, los coches y motocicletas, los que parecen ser guardaespaldas también es algo que sólo en películas de alto presupuesto ha visto pero que nunca imaginó presenciar en la vida real. En persona.
La inseguridad y dudas no tardó en aparecerse para atormentarlo, sin embargo los labios de He Tian sobre los suyos los distrajeron de dichos pensamientos para volver a una realidad donde todavía no se ha intentando nada y no debía tener miedo, donde también tiene a su pareja para hacerle sentir mejor y depositar su confianza en él. Dónde los dos están para darse el apoyo para hacer sentir más tranquilo al otro.
El de mayor estatura le calmó de cierta manera con aquel beso profundo y tierno que más de un espectador logró alcanzar a ver, después de todo había una señorita escoltando los hasta una de las casas al fondo y uno que otro guardaespaldas observando los a lo lejos. Parecían estar neutrales más no distantes a lo que sucedía, aunque por dentro han de tener curiosidad por la pareja de uno de los hijos de su jefe.
—Si te pones nervioso frunciras más el ceño y te saldrán arrugas en la frente. — bromeó para aligerar el ambiente, rodeando su cintura en forma de un abrazo mientras que con su mano libre acarició en un breve instante por encima de sus ojos, específicamente las delgadas cejas del pelirrojo. Les parecen tan lindas como todo de él.
—¿Tú no estás nervioso?
—¿Debería? No me importa mucho lo que papá diga u opine de lo nuestro. — contestó encogido de hombros, poco después su mirada miró al frente donde van caminando para luego reposar de nuevo en su Omega. — Él único que me importa aquí eres tú. Lo que piensas me da más peso que lo que mi familia crea correcto.
La mujer beta que los escolta a pesar de estar ajena a todo el asunto que ellos dos hablaban detrás suyo, inevitablemente escucha parte del diálogo. No evita estar enternecida por las palabras del azabache y la suerte que tiene el Omega pelirrojo por haber encontrado alguien así.
—¿Te importa más la opinión de un Omega que apenas conoces, que la de tu propio padre Alpha?— preguntó GuanShan sin evitar sentirse inmensamente especial, adorado. Su expresión poco lo delata, pero su aroma es otra cosa.
Pensó brevemente entonces que He Tian es alguien más maduro y serio respecto a ese tema. Lo cuál le atrae bastante de él. La seguridad con la que lo dice y como no se muestra nervioso.
—No eres cualquier Omega, no te subestimes así.— le dijo en un tono molesto, como si le estuviese reprochando más no signifique que esté enojado con él. Todo lo contrario.— Quién me hace feliz eres tú, no él. — inclinándose un poco, frotó su mejilla con la del Omega quién seguía analizando sus palabras y dejándose envolver por el aroma y protección del joven Alpha. Aunque la posición le era un poco incómoda, pues todavía seguían caminando. —Podrá darme dinero y protección a veces, incluso antes de mudarme me daba un techo donde dormir. Pero nada de eso me importa si estaré solo en la obscuridad. Sin compartir la gloria con alguien que sea muy especial y cercano a mí.
—Tú forma de pensar es increíble. No cabe duda que me has hecho sentir menos nervioso. — admitió Mo sin problema, su mirada se centra ahora en el sendero por el cuál caminan. La pequeña silueta de la mujer enfrente suyo, los grandes árboles a su alrededor y demás le es una vista preciosa pero atemorizante a la vez. Todo es tan grande que no se podía imaginar a un He Tian pequeño estar ahí, sin nadie con quien jugar o hablar. Solo en la grandeza, piensa. — Pero sigo preocupado. — un pequeño suspiro escapó de sus labios.
—No tienes porqué, mi padre deberá entender que no me alejara de tu lado si es que piensa tan siquiera oponerse, jamás. — hizo más fuerte su abrazo.
Antes de que Mo se le ocurriera algo más que responder, sus pensamientos fueron interrumpidos por la voz de la mujer enfrente suyo quien los había guiado en todo el camino.
—Joven He, hemos llegado. — avisó ella con voz clara y un poco elevada, sin tartamudear y dándoles espacio, llamando su atención. — Los señores lo están esperando.
Mo tragó duro, guiándose por He Tian para entrar adentro. Sentía que si él no se movía primero, él tampoco podría. El ambiente no es pesado, pero por alguna razón lo sentía similar a pesar de no haber tantos Alphas cerca. Es algo incómodo.
—Por cierto, tu hermano es mayor que tú, ¿No?— se acordó mientras seguía a He Tian a la sala para esperar, sólo para conversar un poco.
—Tiene treinta años.
—¿Y no te ha dado ningún sobrino?— cuestionó expectante.
Había visto solo en una ocasión al hermano mayor de Tian y sólo por una fotografía. Por lo que técnicamente todavía no lo conocía en persona. Aunque al principio había pensando que se trataba de su padre, uno joven.
—Esta en una relación, pero tampoco me se mucho los detalles. — le contestó encogido de hombros.—¿Por qué preguntas?
—Curiosidad. Además me sentiría más seguro o en confianza con un familiar pequeño en la mesa.
—¿Me insinuas algo pequeño Mo?— le sonrió con malicia, gustando de molestarle un poco.
—Tonterias. Me refería a si tenías algún sobrino por ahí.
III
Mo mantenía una expresión neutral, o lo menos ofensiva que tenía. Tratando de imitar la seriedad del otro Alpha sentado a lado de Tian. O sea, del hermano mayor.
He Cheng. Y viéndolo mejor, más cerca y por más tiempo podía jurar que ése podía ser el mismo He Tian en un par de varios años más. Lo cuál no sabía si le agradaba o le parecía muy extraño y poco atractivo. Parecían como si fuesen la misma persona pero a la vez no, con ese rostro tan familiar y sus feromonas de Alphas tan similares y poco sutiles. Solo que el He mayor se ve más serio, lo cuál tampoco le atrae.
Algo de lo que también se percató es la poca charla que hay en la mesa. Había creído que He Tian se pondría hablar animadamente con su hermano, o aunque sea romper un poco el hielo entre los dos. Pero solo existía un silencio tranquilo entre los tres, donde a lo lejos se escuchaban los pasos de unos tacones acercarse a la mesa.
—¿Quién es ella?— le preguntó Mo en voz baja a su pareja. Habiendo observado la entrada de una mujer de más o menos treinta años, cabello castaño claro, rizado hasta la cintura y ojos azules. Con un vestido rojo llamativo que combinan con sus altos tacones.
—La esposa de papá.— le respondió igual en un murmuró y con una mueca en el rostro, claramente parecía no llevarse muy bien con esa mujer llamativa.— Lleva casada con ella como por dos años. No me agrada en lo absoluto. — confesó sin una pizca de mentira.
—Parece buena persona. — alcanzó a decir confundido, sin comprender porque Tian no parecía querer hablarle o saludarle, aunque sea con una pequeña inclinación por educación.
—No te fíes de las apariencias, montañita.
Antes de decir algo más; la mujer había tomado asiento del otro extremo de la mesa. Enfrente de He Tian y cerca del asiento vacío que Mo asegura, podrá ser del padre.
Ahora que veía a la mujer podría respirar más tranquilo, pues Tian jamás le comentó que iba a estar presente en la misma mesa donde comerían, la esposa de su padre, y menos le dijo que ella fuese una Omega muy bonita y de apariencia joven, aunque no tanto demasiado tampoco, solo se conservaba bien. Aunque si se ponía analizar las cosas mejor, quizás ni el mismo chico de cabellos oscuros sabía que ella iba a ir también, pues su cara de desagrado e incertidumbre lo delata. Una expresión facial de rencor y desprecio absoluto, también podía notar ese cambio en su aroma.
¿Por qué parece odiar a esa mujer? No lo comprendía. Y aunque tomaba en cuenta las palabras que esté le dijo hace poco, todavía le parecía increíble.
—Tu debes ser la pareja de mi hijastro.— saludo ella con una sonrisa angelical, dirigiéndose específicamente a él lo cuál le hizo temblar por la atención especial, un cosquilleo algo agradable.— Un placer conocerle, espero le sea de su agrado la comida que les prepare. — agregó con bastante respeto que no creyó.
—Gracias...— respondió sin saber que más agregar, un poco apenado. Se sentía incómodo por el hecho de no saber que decir exactamente.
—Puede decirme tía sin problema.— dijo soltando una pequeña risa, bajita pero resonante a la vez. La mujer de rojo se dirigió ahora a su pareja quien permanecía en silencio y con suma seriedad en su rostro que hasta le espanta.— He Tian, tu papá vendrá pronto. Mientras esperemos con tu hermano. — dijo animada, como si aquel dato fuese a cambiar la actitud del chico hacia ella.
—He Cheng, un placer conocerlo en persona.— se presentó y volvió a saludar con educación, más formalmente el hermano mayor al pelirrojo.
—Mo GuanShan, el placer también es mío. — respondió casi robóticamente. ¿Lo podían culpar? Estaba tan nervioso que apenas podía responder algo coherente y educado.
Pero al ser un adulto podía aparentar normalidad y la seriedad requerida para ése convivió familiar. Para relajarse, que su olor no delatara su ansiedad y miedos, se distraía mucho con el panorama. La gran y lujosa vista, ya que almorzaran afuera en una gran mesa circular de exactamente cinco asientos. También se ponía a detallar más a la mujer, preguntándose cuál sería su edad real. Por educación no podía preguntarle tan directamente, y menos si poco se conocen.
—Mientras esperamos a mi esposo, podrían hablarnos de ustedes.— recomendó la Omega, sonriendo amable.— He oído que llevan poco tiempo siendo pareja, ¿Cómo cuánto tiempo exactamente? Si nos permiten saber.
Ella al decir ello, se refería también a qué He Cheng escucharía atentamente la información que se reveleria en ese momento. Aunque Mo no está del todo seguro sobre que decir, ya que llevan realmente pocos días como pareja, a pesar de haberse conocido desde antes.
Tenía miedo de que se tocará un tema como "la intimidad", porque apenas He Tian cumplió dieciocho y sin ser pareja todavía habían tenido relaciones íntimas, sexuales. ¿Cómo sería la reacción de su familia al saber ese hecho? ¿Y si creen que se aprovechó del menor por su celo? ¿Y si lo separan de él para siempre? ¿Si nunca más vuelve a ver sus padres ni a su Alpha? De tan sólo formular esas preguntas en su cabeza le hace doler el pecho por tan sólo imaginar estar en esas situaciones. Comienza a desconfiar hasta de si mismo.
Tan ensimado estuvo en sus propios pensamientos que no se dio cuenta de las miradas de los demás hacia él. Ya que se veía perdido en otro lugar, su cuerpo estando ahí pero su mente en alguna otra parte.
—Una semana. — respondió al final el azabache al notar que su pelirrojo tardaba en decir algo. Así que por debajo de la mesa y estirando un poco su brazo, le dio un pellizco en su muslo para hacerlo reaccionar, cosa que funcionó.
—¿Y ya buscan algo serio?— preguntó interesada la mujer sin dejar de sonreír.
Se albercó un breve silencio, un poco incómodo. Mo apunto de responder, fue su pareja quien le ganó la palabra.
—¿Hay algún problema con eso, Xiang ?— se atrevió a decir a la defensiva.
—P-Por supuesto que no, sólo me sorprende. — contestó algo nerviosa.—
Especialmente porque son muy jóvenes todavía. Pero oí que son destinados, supongo que esa es razón suficiente para estar juntos.
GuanShan no creía que el único motivo para estar con Tian fuese simplemente porque es su destinado. Le hubiese gustado haberlo conocido antes, y claro que no existiera tanta diferencia de edad. Y aunque puede que el hecho de ser "almas gemelas" haya influenciado un poco al principio, siente que lo demás se dio porque hubo gran interés uno del otro por ciertos factores. Al final de la historia, había quedado de alguna manera, atraído hacia el azabache, aunque jamás lo admitiera en voz alta.
La química entre los dos le sigue resultando extraña. Porque realmente jamás pensó en interesarte en alguien mucho más joven que él. Todavía lo considera un adolescente cerca de la adultez, pero trata de no cuestionarse demasiado eso.
—Aunque no lo fuese, podría estar con Tian por muchas otras buenas cosas que él me da. — intervino Mo, pues no le gustaba que solamente su relación se basará puramente en ser destinados. El creía que había mucho más que eso, y pensaba en hacerlo saber a la familia. Quería hablar, dar voz y opinión. Es lo que un adulto hace. Y él ahora le toca dar la cara a la familia de su Alpha, una pequeña responsabilidad que con gusto tomará. — Como su cariño, su apoyo incondicional, su compañía...— empezó a mencionar menos nervioso, hasta que la única mujer entre ellos habló, interrumpiendolo sin ser brusca.
—Su dinero o apoyo económico. Que es de una familia bien posicionada.
¿Ah? ¿Acaso ella le está insinuando algo?
—Yo nunca supe-
—¿No te estarás mordiendo la lengua, querida? — soltó Tian sin cuidado, con una cara de pocos amigos. La sonrisa de la Omega comenzaba a desaparecer poco a poco, y parecía haber una guerra de miradas entre ella y el joven Alpha.—Porque a comparación tuya, GuanShan no sabía hasta el día de hoy que vengo de una familia de dinero. Él no es hipócrita, es valiente y no teme a qué dirán los demás de él. No mantiene las apariencias.
—He Tian...— murmuró con gran sorpresa en su rostro, y admiración escondida. Había quedado deslumbrado porque le esté defendiendo de esa manera, y podía notar que Tian se aguantó las ganas de tirar todo e irse de ahí, llevándose lo de paso.
Mo le dio una rápida mirada a Cheng, quién mantenía aún su ensamble serio, neutral pero analizador. Parecía no sorprenderse ante la actitud de su hermano hacia la esposa de su padre. Pero sentía intriga hacia él, ¿Acaso no pensaba decir nada al respecto?
—No te tienes que poner tan a la defensiva conmigo tampoco. Sólo di mi opinión, no era para que se molestarán tanto. — contestó ella volviendo a su habitual sonrisa amable y relajada. Notando se que tampoco busca una discusión, aunque ella la haya iniciado sin querer.
—Tu opinión fue demasiado lejos. — contestó Tian sin ánimo alguno de ser un poco amable o dejar pasar por algo la ofensa que le hizo a Mo, aunque al pelirrojo no le molestará tanto.
—He Cheng, ¿Podrías decirle a tu hermanito que nunca fue mi intención menos preciar o mal pensar de su Omega?— se dirigió hacia el mencionado quién apenas le dirigió la mirada. Luego de ello, Xiang se dirigió hacia el pelirrojo.—Y por cierto, ¿De que trabajas, Mo?
—Soy uno de los principales cocineros en el restaurante de Boston. Me especialice más en ser chef de rotisseur o de asados. Aunque también soy muy bueno en otros campos como las salsas y el pescado. — explicó brevemente más calmado. Hablar de su trabajo lo hacía sentir un poco más animado y orgulloso.
Además de querer alejar cualquier tipo de tensión incómoda que existiera, pues podía percibir que He Tian parecía de mal humor. O quizás molesto, molesto con la mujer que se atrevió a insinuar cosas que no son hacia su pareja.
—¿Un cocinero élite? — cuestionó curiosa e interesa, antes de que Mo le respondiera, ella volvió hablar sin parar con bastante ánimo.—Espera, creo que una vez comimos en aquel restaurante...— hizo una pequeñísima pausa para pensar un poco.— Sinceramente le doy cuatro estrellas de cinco. Sin embargo, que sepas tanto de cocina seguro es bastante bueno, ya sabes... Como eres Omega es tu deber atender a tu futuro esposo y debes ser sumamente especial en la cocina.— agregó con una risita divertida al final.
GuanShan volvió a sentir incomodidad. Nunca escogió su carrera por su casta. Le gusta cocinar, le gusta trabajar y ganar de ello, más jamás porque fuese una obligación que debiera hacer por el simple hecho de ser un Omega. Si hubiera sido un Beta o un Alpha incluso, con gusto hubiese elegido gastronomía. Esta orgulloso de lo que es, pero el comentario de esa mujer que no parece ser mal intencionado, le sonó bastante crítico por no decir innecesario y ridículo.
—Yo no quiero a Mo como mi sirviente o para que me cocine siempre. Él tiene igual o mejores cualidades que lo hacen aún más especial. — añadió Tian, quién tampoco le agrado del todo el comentario de esa mujer de rojo.
Ella siguió sonriendo, pero su sonrisa es extraña. Mo podía jurar que casi parece de burla o arrogancia.
—Al menos espero que la vejez no sea un problema en un futuro. — dijo con énfasis en cierta palabra. Su comentario ahora sí fue para molestar un poco.
Mo tardó en procesar aquello que dijo, pero ni bien paso dos segundos y He Tian le había respondido.
¿Me acaba de decir viejo? Pensó GuanShan, aunque aún fuese joven, sabía que envejeceria algún día, antes que su pareja.
—Papá es veinte años mayor que tú. ¿De que te estás quejando?
—Pero a él no se le nota tanto todavía, yo ya soy toda una adulta de apenas treinta cinco años y además lo normal seria eso. Que el Alpha sea el mayor, no al revés. — se cruzó de brazos, mirándolo incrédula.
Un sonoro gruñido escapó de los labios del más joven de todos, pero casi tan alto como su hermano mayor. Mo pudo percibir peligro, y la otra Omega también pues un aura para nada amigable desprendía alrededor de He Tian quién se controlaba para no cometer alguna locura.
—Al menos yo estoy con He Tian porque lo quiero, y no por otra cosa más, como por un interés económico o social. — dijo con voz alta con Omega. Sin gritarle, pero claro y fuerte. Deteniendo así un poco el comportamiento de Tian.
Fueron un par de varios segundos en silencio. Nadie decía nada. Diferentes tipos de miradas existía.
—Querido, yo puedo convencer a tu padre para que no te permita andar con tu novio... Así que dile a tu Omega que cuide sus palabras conmigo. — Xiang fue quien rompió el hielo al principio hablando con seriedad y enojo, dirigiéndose completamente a He Tian, ignorando olímpicamente por unos segundos la presencia de GuanShan quién se alertó por sus amenazas.
—Tu eres quién debe cuidar tus palabras.— advirtió molesto, sonando como una completa amenaza para encararla.
Mo se preguntó a qué hora vendría la comida, o el papá de su novio. Cualquiera de las dos opciones que detuviera esa discusión que le hacía sentir bastante incómodo le ayudaba.
—De seguro el señorito GuanShan no vino a comer con nosotros para discutir cosas sin mucha relevancia. — habló He Cheng, con la misma seriedad que demuestra haciendo temblar a los Omegas por la profundidad de su voz. Tian sólo se queda callado, escuchando.—No podemos meternos a juzgar cada detalle de la privada de mi hermano, ¿Entendido? Si ellos dos quieren estar juntos, por mi está perfecto. — agregó dirigiéndose a Xiang, quién frunció el ceño sin nada más que decir aunque seguramente, lo esté pensando.
Otros par de pasos se escucharon, levemente. Pero al final había hecho acto de presencia el único integrante de la familia que hacía falta.
—¿Ya empezaron a pelear sin mí?
Todos los presentes se pararon, por respeto o por reflejo, a excepción de He Tian quién apenas miró a su conocido padre con un gesto neutral, indiferente.
El hombre de porte elegante pero igual de intimidante que su hijo mayor, examinó rápidamente a cada uno de ellos. Especialmente a Tian y GuanShan. Poco había escuchado de la discusión desde lejos cuando venía en camino. Un señor de cincuenta y algo de años.
—He Dewei Chao. — se presentó cordial, con suporte elegante pero a la vez amenazante. Su gesto parace ser el de un señor amable como serio. Mirando directamente al Omega de cabellos rojos, y por el rabillo del ojo al resto de su familia. Pronunció su nombre lento, remarcando cada sílaba y en alto para que hasta afuera de la habitación se escuchará y no fuese olvidado.— Es un gusto que por fin vengas a visitarnos, hijo. — añadió refiriéndose está vez a He Tian, con un tono ligeramente alegre. Volvió su atención de nuevo a Mo.—Y por supuesto, también es placentero que vengas acompañado de tu pareja. — sonrió amable.
—Llegaste algo tarde, ¿No crees?— fue lo único que respondió Tian algo desganado, mirando con poca atención a su padre quién no evitó soltar una breve y baja risa por la actitud rencorosa de su hijo menor.
—Mis disculpas. Pueden volver a sentarse. — indicó, por lo que los demás volvieron a su asiento. Él se acercó para darle un beso corto en los labios a su esposa antes de tomar asiento en la silla.—Servirán la comida en breve.
Tal como el señor dijo, no pasaron ni dos minutos y varias personas venían a servirles la comida con su bebida desde sus asientos.
Mo se fijo en los vasos de vidrios, lo varios cubiertos, platos y la comida. Todo parecía elegante y excesivamente costoso para su vista. Parecía tan perfecto como irreal.
Al terminar de la comida, en una breve pausa un poco silenciosa en qué la servidumbre venía a recoger los trastes para minutos después servir el postre, el señor He decidió romper el extraño silencio para poder hablar sobre el tema de su interés.
—¿Por dónde puedo empezar? — se aclaró la voz, GuanShan tardó en reaccionar para entender que le hablaba a él y Tian específicamente. No sabía si el tono que uso es molesto o serio.—Poco me importa la diferencia de edad entre ustedes dos, así como si son destinados o no. — dijo bastante honesto como duro. Dejando saber que esos detalles los deja a segundo término. No le es tan relevante.— Quiero saber, ¿Qué tienen pensando para el futuro? Y me refiero a su relación, no a estudios o trabajo. Eso es otro tema para otro momento.
Mo medito antes de responder, sin tardarse para no hacer una larga espera.
—Primero me quiero presentar a usted, señor He. Me llamo Mo GuanShan. Agradezco que me hayan invitado a comer con ustedes. Mis intenciones con su hijo son buenas y serias. No hemos pensando mucho en un futuro, apenas somos novios. Queremos intentarlo, queremos continuar, caer y reponernos juntos, seguir adelante y probarnos a nosotros mismos para ver si una relación juntos funcionará. Quiero darlo todo por él.
Quizás no lo aparenta, pero Mo a pesar de hablar tan decidido, fluido, consiente y hacer in capie de aunque su futuro con Tian no está decidido, es incierto, lo dará todo por él y lo quiere intentar hasta el final, está muy nervioso que teme que haya dicho algo mal. Teme no haber escogido las palabras correctas y no ser suficiente para su pareja. Hablando sobre el apoyo emocional y sentimental, claro.
El joven Alpha por su lado, había quedado muy sorprendido por las palabras de su Omega y como mira algo desafiante a los ojos de su padre. Quedó enamorado con las palabras "Quiero darlo todo por él". ¿Puede morir feliz ya? Claro que no. Porque será infinitamente feliz recordando ese momento tan profundo y fresco en su memoria, pero también lo será si vive los siguientes años, décadas, el resto de su vida hasta la muerte con Mo GuanShan. Porqué es él su felicidad entera y es lo único que necesita para sentirse vivo. Amado.
—¿Qué es lo que quiere saber exactamente?— preguntó está vez Tian luego de un silencio insólito a su padre, quien sonrió. Aquella sonrisa podría ser socorrona o divertida.
—¿Piensan vivir juntos antes o después de casarse?
Esa pregunta fue como una bomba para los dos. Una donde a uno le hizo voltear la mirada nervioso con el corazón latiendo a miel y al otro sonrojar hasta las orejas como el color de su pelo natural. Una pregunta directa y profunda, que hacía volar la imaginación de todos y aún no tenían una respuesta precisa. Lo más raro y elocuente es que esa pregunta les afectó más de lo que debería, hasta un punto algo exagerado.
Necesitarían al mismo Sherlock Holmes para que les ayude y puedan sobrevivir hasta el postre. Ya sea para soportar las preguntas vergonzosas y directas que el señor He Dewei Chao les haga o apartar las ganas que tienen para irse a un rincón donde estén solos, sin molestia alguna para besarse hasta cansarse.
IV
Después de dos largas horas inmedias conviviendo con la familia de su pareja; había ido de regreso a su casa un poco tarde más no sin compañía.
Había frío. Hojas de árboles volando de un lado a otro. Mo no había traído consigo una chaqueta, pero Tian le había dado una de las suyas antes de salir de su zona privada lo cuál es un camino largo recorrer todo ese grande sendero donde alrededor hay casas hasta llegar al portón de salida. La chaqueta le queda más que perfecto. Además que está desprendía un buen olor. A jabón y parte del aroma de su dueño.
—Tu papá es raro. — comentó llevándose sus manos a los bolsillos de la chaqueta oscura que carga. Sin querer ofender al progenitor de Tian.
—¿En qué sentido?
—No se, desprende la misma aura amenazante que tú hermano, pero oculta luz como tú. Además que me incomodaron sus últimas preguntas. No sé si sea una buena persona.
—Yo a veces igual me preguntó lo mismo.
Antes de despedirse; He Tian fue quien dio el primer beso a su pareja, saboreando sus labios por ese último día. Mo no tardó en corresponderle. Mezclando sus alientos, sus lenguas hasta apoyar sus manos en los hombros del menor.
Quizás en voz alta no lo diga, pero le será raro no ver su cara mañana y el siguiente día.
—Te extrañaré. — le murmuró, con un leve miedo de no volverlo a ver pronto deshaciendo el beso. Lo rodeo por debajo de su sobaco hasta llegar a la espalda media. El abrazo fue fuerte, Tian no quería separarse por un buen rato. Inhalando del aroma del pelirrojo como si su olor se quedará siempre grabado en su olfato.
—Nos podemos ver los fines de semana. Tampoco es como si fuese un adiós. — le dijo para tranquilizarlo, sintiendo los miedos del Alpha. Llevando sus manos hasta sus oscuros cabellos, enredó sus dedos en su rebelde melena, gestó que estremeció al más alto. —Nos veremos pronto, lo prometo.
—Espero nunca me mientas. — le beso la mejilla, cerca de su párpado y frotando su frente con la del pelirrojo. Un gesto cariñoso.—Ahora eres la familia que tanto necesito. La persona que quiero a mi lado por siempre.
Mo podía quedarse dormido de pie ahí mismo por más imposible que sonará, intentando no sonrojarse tanto por las palabras del azabache. En los fuertes y confiables brazos de He Tian, hasta perder la noción del tiempo ahí con él.
V
Los días se hacen largos, pero los meses en realidad pasan rápido. Y cuando uno menos se da cuenta, ya han transcurrido años.
Cuatro años desde entonces; dieciséis estaciones juntos, conociéndose más y siendo una pareja. Dónde sus imperfecciones son belleza y cada día se quieren más y más. Aprendiendo a convivir, sobrellevar los errores y problemas del otro, siendo comprensivos y un apoyo fuerte para su compañero.
Tres años desde que comenzaron a vivir juntos, y uno desde que ya no son solo novios, ni prometidos, porque ya están casados tal y como alguna vez dijeron.
Incluso hace un par de semanas habían adoptado un perrito de raza Alaska. De un par de meses de edad al que nombraron Lang.
GuanShan seguía trabajando en lo mismo, sólo que con un cargo o rango mayor. Siendo como uno de los jefes de cocina más importante. Mientras que He Tian estaba a unos meses por terminar su servicio y carrera en Negocios y Comercio.
Cada vez que podían ambos iban a visitar a los padres del Omega con regularidad. Más rara vez iban a casa de los He por diversos motivos. Siempre trataban de que no faltase el tiempo para los dos. Dormir juntos todas las noches es algo que tratan de hacer siempre.
Mo GuanShan se sentía aquel día, extrañamente muy nervioso. Habían pasado años desde la última vez que sintió su cuerpo temblar de esa forma. Las emociones en ese instante hacían choques en todo su cuerpo, especialmente atacando en su cuerpo. Felicidad, miedo, confusión y el sentimiento latente acomplejado a la ilusión y esperanza de que todo salga bien. El miedo está con la ansiedad, lo cuál le pone bastante nervioso imaginándose todos los escenarios posibles al darle la noticia a su pareja.
Desde hace tres años que vive con él. Hace poco cumplieron un año de casados. Mo está cerca de sus treinta, sólo un par de meses más, no mucho. No se siente feliz de ser más viejo con cada día, pero tampoco siente algún pesar. Rara vez se pone celoso al darse cuenta lo joven que aún es He Tian a sus casi veintidós años, y que a su alrededor —ya sea en su facultad o dónde esté dando su servicio laboral,— esté rodeado de Omegas jóvenes y hermosos que siempre buscan su atención al no resistirse a las exquisitas feromonas que a veces expulsa el Alpha y no puede siempre controlar.
Ese día, luego de ya cuatro años siendo el compañero de su Alpha, desde la primera vez que se entregó a él y oficialmente se hicieron novios cayendo justamente el día de su cumpleaños, debía ser aún más especial que los años anteriores. Porque un hecho, un acontecimiento se daría a conocer que podría marcar sus vidas para siempre. A Mo le hace feliz en gran medida, como también tiene algo de miedo, pero le da más terror saber la reacción de su Alpha, que está sea negativa. Pues está a pesar de haber bromeado con dicho tema siempre, ¿Cómo será ahora que sea un hecho real?
Aprovecharía que es su cumpleaños número veintidós para tal vez darle el mejor regalo del mundo, de su vida.
Habían llegado de ir a la plaza de compras, comer en algún local de hamburguesas y disfrutar de unos helados poco después. Le es lindo aunque muy cursi lo detallista que es He Tian y como esté admite en voz alta que gusta de verlo reír a su lado.
Por la noche; al rededor de las ocho habían llegada a su departamento. Ni bien llegaron He Tian abrazo a su pareja, casi dejando caer su peso sobre él como señal de estar cansado y querer irse a la cama para descansar juntos y acurrucados.
De fondo escuchaban los ladridos de su perrito Lang, quién está feliz de ver a sus dueños y unirse a los mimos de estos. Siendo quien más le presta atención el pelirrojo.
—Momo, estoy muy cansado. — frotó su cabeza con la de GuanShan sin deshacer el abrazo.—¿Quieres darle un masaje a tu Alpha?
—¿Cansado de que? Yo llevo trabajando y desde hace años. — contestó sin demasiada importancia ante las quejas del menor. Aún sabiendo que la vida de un estudiante universitario es bastante agotado. — Déjame al menos saludar a Lang.
Ambos llegaron a su alcoba apenas, pues para Mo le es difícil caminar bien si Tian lo abraza de esa forma que no puede apartarlo de él, hasta que logró estar cerca de su cama. En un breve momento consiguió al menos saludar a su mascota, quién se fue por un momento de la habitación, quizás a buscar algún juguete suyo regado por algún lado del departamento.
—¿Necesitas besitos en tu pansita?— le dijo juguetón el azabache empezando a besarle el cuello y por detrás de las orejas, estremeciendo al Omega que soltó un leve jadeo.
—Si... — respondió para sorpresa de ambos, más de inmediato Mo reaccionó, se puso firme y recio para hacerle entender al contrario que necesita hablar con él.—Hay algo que debo decirte, y no se cómo te lo tomes. Quería que fuese una sorpresa pero, no se si te guste.
—Cualquier cosa que venga de ti me será hermoso. A menos que quieras terminar conmigo, eso definitivamente no. — añadió con un ensamble serio al pensar en aquello último.
No quería que terminarán aquello tan bonito como lo es su relación. Ya no podría soportar la lejanía o distancia que pueda existir de ser aquello posible.
He Tian tomó asiento en la orilla de la cama, mientras que Mo prefirió estar de pie un poco más enfrente del azabache.
—Soy el único que puede soportar lo engreído e idiota que eres.— se cruzó de brazos, en un tono fanfarrón.—Si me voy, ¿Qué sería de ti? Morirás de hambre en poco tiempo. No quiero que mueras.
—Eres tan amable. ¿Me dirás ya qué es lo que me tienes que decir?¿Cuál es mi sorpresa?— soltó impaciente.
GuanShan asintió en silencio, para después darse la vuelta y sacar algo del armario, en el último cajón y muy escondido. He Tian sintió curiosidad por saber que es lo que está buscando.
—... Abre esto. — le dio un portafolio que parecía inflado por su contenido adentro, lleno. Adentro debería haber algo que no sea solo documentos o papel.
He Tian extrañado tomó el portafolio y sacó lo que adentro guardaba, dejándolo aún más confundido.
—¿Ropa de bebé? Pequeño Mo, mi sobrino cumplió ya tres años, ya no es un bebé. — dijo con gracia por el regalo.
Tian había imaginado que los mamelucos con estampado de ositos y las botitas echas a mano de algodón podrían tratarse de un regalo de Mo a su sobrino He Deshi, de apenas tres años, hijo único —por el momento— de su hermano mayor. Aunque no entendía porque GuanShan decía que era una sorpresa.
Seguía totalmente confundido. Además que el cumpleaños de su sobrino será hasta dentro de un par de varios meses más. El aroma de la ropa de bebé olía a leche, algodón y vainilla. No olía mal en realidad, incluso podría darle sueño con ese ambiente inocente e infantil. Como una canción de cuna.
—No seas imbécil. — le golpeó fuerte en la cabeza un poco desesperado, aunque al contrario no le dolería demasiado.
—No me golpees~ — soltó divertido cubriéndose con sus brazos pero no molesto por el golpe de Mo, percatandose de que en el portafolio aún había algo más adentro, y que está vez parecía ser alguna hoja o folio mismo.—¿Es un ultra sonido? ¿Y un...? Una...— las palabras se iban atacando torpemente en su garganta, sorprendido y crédulo al unir todas las pistas que su Omega le está proporcionado. Incluso hasta ilusionado, ¿Realmente es lo que cree que es? ¿No le estarán jugando alguna broma cruel?—P-Prueba de embarazo.
GuanShan intento no sonrojarse demasiado, pero le causa cierta gracia que Tian tenga esa cara de bobo tonto y que no hable bien. A él nunca le había sucedido algo como trabarse al hablar. Ni hablar de la cara de sorpresa que carga, da ganas de tomarle una foto para burlarse de él después.
—Esta cosa costo algo cara, aunque te dice las semanas de embarazo, supongo que es por eso. — se cruzó de brazos recordando cuánto tuvo que pagar, un tanto quejumbroso. Pero por la marca decían que es muy efectivo y certero por lo que se guío más por ello. —¿¡Qué te ocurre!?— exclamó al percatarse del repentino y algo brusco movimiento de su pareja.
He Tian lo está cargando, sujetandolo fuerte de la cintura sin lastimarlo, elevandolo en el aire y dando semi vueltas con él. Por su aroma que desprende puede notar con facilidad lo alegre que está.
—Es que estoy muy feliz. Vamos a tener un bebé. Nuestro primer hijo. — le respondió sin soltarlo, maravillado con la noticia y hundiéndose en el pecho acogedor de Mo. — Pensé que nunca querrías tener bebés conmigo porque no era suficiente para ti. — lo bajo por fin y miró con sentimiento.
—No me mires así...— le tapó la cara rápido, no podía resistirse a ese extraño y lindo gesto que He Tian hace. ¿Cómo podía decir eso de "no era suficiente para ti"? ¡Es tan idiota! He Tian es tan estúpidamente perfecto para él.—
Eres demasiado para mí Tian, quita esa expresión tonta de tu rostro y dejar de decir ridiculeces. ¿Qué no tu mismo me dijiste que no se debe menospreciar?
El ambiente le resultó vergonzoso, no sabía porque se sentía nervioso. Ya había dicho lo que tenía que decir, y Tian no tuvo una reacción negativa de su parte.
—Prometo dar lo mejor de mí. Seré un buen padre para el bebé. Jamás los abandonaré. — prometió al unir sus labios con los de su amado, quién no dudó en corresponder con una sonrisa inexplicable de eterna felicidad que pasó de desapercibido. Rodeándolo del cuello hasta acariciar sus cabellos y revolver los un poco. Una sútil pero gratificante caricia que ambos disfrutaron.
—No necesitas hacerme esas promesas. Confío en ti, He Tian. Confiamos en ti.
VI
Su primer y segundo mes de embarazo pasaron más rápido de lo que creyó, aunque de por sí cuando le dijo la sorpresa a He Tian sobre su estado ya llevaba cuatro semanas en gestación, casi un mes entero por lo que tampoco cuenta demasiado ese primer mes.
El tercer mes llegó fuerte. Aunque todavía no se notará su embarazo, los problemas vinieron cuando los mareos, vómitos, náuseas y extraños gustos le atacaron sin compasión alguna. Sin embargo, a estas alturas ya le había dado la noticia a sus padres quienes estaban más que contentos de por fin tener algún nieto.
Aunque su padre siguiera receloso —todavía— sobre el esposo de su único hijo. Era todo un dilema querer nietos pero no querer del todo a la pareja de Mo. Tampoco la odia, pero todavía no habían congeniado bien con él.
Para el cuarto mes fue más complicado conseguir una posición adecuada a su comodidad a la hora de dormir. Su espalda a veces le dolía, y sus pies poco a poco observaba que se inflamaban más y más.
La única persona que le ayudaba, aconsejaba y empatiza con él al haber pasado por esa misma situación varios años atrás, es su madre. Quién después de He Tian y él, está tan ansiosa y emocionada por conocer al bebé apenas nazca.
A veces le seguía poniendo inquieto el hecho de que en su cuarto mes de gestación todavía no se le notará con demasía el tamaño de su vientre poco abultado, señal de su tiempo gestante.
Cada mes en compañía de su madre o él solo, iban con el doctor encargado de monitoriar su embarazo, darle recomendaciones, etcétera. Hace una semana había tocado de nuevo una revisión con la doctora obstreta, donde le decía para tranquilizarlo que al ser su primer bebé es totalmente normal que no se llegue a notar demasiado su embarazo incluso estando en el cuarto mes, como es su caso. Al ser primerizo es ligeramente diferente el desarrollo del embrión, y como es Omega sólo serán seis meses de gestación y no nueve como en las mujeres Betas o en pequeñas ocasiones de una mujer Alpha.
Estar embarazado como es normal, llama bastante la atención a su alrededor. No sólo de su familia, si no también a cuando va a trabajar —todavía— o como en ese momento, que va hacer las compras y gente desconocida lo mira de reojo para confirmar sospechas. Un embarazado por alguna razón, resalta bastante. Cómo si necesitará especial atención y cuidado en absolutamente todo.
En la supermercado iban desde jóvenes parejas, o hasta madres o padres con sus hijos. Uno que otro iba solo lo cuál es poco usual, pero él destacaba un poquito más, y eso que apenas se nota su embarazo al estar en la semana veinte, muy cerca de cumplir su quinto mes. Aunque también podría deberse a otros dos factores relevantes.
El color de su pelo y el aroma algo sutil que trae. De su pareja en realidad. Exquisito, varonil y atrayente.
Para su suerte en el pequeño supermercado en el que está comprando no está muy lleno y las cajas están muy activas. No tendría que hacer una fila larga al ir a pagar ni esperar tanto.
—¿Le dijiste a tu papá?— preguntó con sorpresa e intriga a través del móvil, mientras empujaba lentamente el carrito observando por el rabillo del ojo todo lo que compró hasta ahora.
No pensaba comprar demasiado, sólo como para cargar tres bolsas no muy pesadas, son más que suficiente. Un despensa más o menos improvisada y rápida pero que le alcanzará para una semana entera.
—¿No debí? Cómo tus padres lo saben...— contestó He Tian.
—No, no hay problema en que lo sepa, sólo me tomó de sorpresa. Tu padre me causa todo menos confianza. — prosiguió Mo con una mueca en el rostro, aunque no fue su intención decir "no confío en tu padre", eso sin duda sonó mal. Y cuando quiso disculparse He Tian continuó hablando.
—Mi hermano se enteró y no me preguntes cómo, de que estás embarazado. No pude mentirle cuando directamente me cuestionó. — hizo una breve pausa. Por la hora, Mo supo que Tian debería estar saliendo de la facultad y ahora esté en su coche. —
Y era mejor que también se lo dijera a papá o eso me dijo él. Quiere que vuelva a traerte a casa, más ahora que traes a su nieto. El viejo no me dejara de molestar hasta que te lleve, o en el peor de los casos, vendrá a nosotros sin aviso alguno lo cuál sería más molesto. — explicó, claramente conocía muy bien a su padre y no quería causarle problemas a Mo.
—Hace mucho tiempo que no voy de visita. Pero supongo que es normal que quiera saber de mi estado.— soltó un suspiro, encogido de hombros. Pensando que quizás no sería tan malo ir a comer con ellos. Es normal que el abuelo esté al pendiente de su nieto y tenga un gran interés en su cuidado y educación.
Aunque ni He Tian ni Mo iban a permitir que el señor He se metiera tanto en la vida de su hijo.
—¿Entonces si quedamos?
—Esta bien. Pero que sea este fin de semana. — concordó para poco después colgar apenas se despidieron.
Mo guardó su móvil en el bolsillo de su pantalón y fue hacia los cereales para escoger alguno. Sin embargo una sensación extraña le invadió al momento, y se puso alerta no sólo cuando alguien le tomó del hombro un poco fuerte, si no que también con otra mano envolvió su vientre, acariciando levemente esa zona donde él interior es cálido y guarda vida.
Es un extraño miedo conocido, familiar.
—Mo GuanShan. — su nombre resonó en sus oídos, haciéndolo estremecer extrañado. El tono que uso estuvo cargado de emoción pero autoridad, dominante, haciéndolo voltear lentamente porque realmente, por la voz todavía no podía reconocer a la persona. —¿Cuánto tiempo sin vernos?
La sonrisa de esa persona fue de todo menos simpática o amable, pero su tono fue algo nostálgico. Escalofríos sintió en su espina dorsal, no podía responder nada más, sólo había gran sorpresa en su mirada. Que el otro le seguirá agarrando de esa manera no lo tranquilizó en lo absoluto.
—V-Vete...
—¿Qué acaso no me extrañas te? Pensé que me querías.
—Te quería tanto que incluso cuando me lastimaste, traté de entenderte.— expuso con furia en sus ojos y una inexplicable tristeza a su alrededor.
El contrario ignoró lo que dijo olímpicamente. Pues realmente se encontraba muy interesado en otra cosa.
—Veo que estás cinta.... — volvió hablar aprovechando su alarmante silencio. Su mirada miel viajó más abajo, donde una mano reposa encima de esa zona de cuidado. Su sonrisa se torció un poco. —Otra vez.
GuanShan sintió por un breve instante, que el aire se le escapaba de sus pulmones hasta el punto de desmayarse.
VII
Eran alrededor de las siete de la noche; He Tian llegó por fin a su hogar después de terminar su larga práctica laboral y seguir planificando su tésis. Por lo que pudo observar en la entrada, está vez como en algunas cuantas ocasiones, Mo había llegado primero.
Lang estaba comiendo por lo que pudo observar, pero apenas notó la presencia de su otro cuidador fue a saludarlo con alegría canina. He Tian le devolvió el gesto al perrito diciéndole que podía volver a su merienda y luego podían jugar un poco.
El perro pareció entender por lo que hizo caso.
—Amor, llegué a casa. ¿Cuánto compraste—, el aroma de la cocina es fuerte, pero no tanto como otro que le causó intriga inmediata.—¿Qué ocurre?¿Pasó algo?— cuestionó mirando precavido a su pareja, hasta el punto de acercarse a él por detrás suyo y abrazarlo suave.
—Nada.— respondió encogido de hombros sin verlo directamente.— Sólo estoy preparando mi estofado personal con fideos.
He Tian enterró su nariz en el hueco entre su cuello y hombro, reposando sus labios en la tersa piel del pelirrojo. Inhaló su aroma a profundidad, haciéndolo estremecer al contacto.
—No me mientas, a ti te pasa algo. Puedo olerlo y sentirlo. Sabes que estamos más unidos que nunca, ¿Confiarías en mí y me dirías que te pasa?— sus manos posaron por encima de su pansa, hablándole directo e insistente. Soltando su aroma para hacer sentir seguro al Omega quién se encontraba bastante pensativo.
La estufa se apagó, alejándose un poco hasta ir al comedor cercano.
—... Cuando hice las compras, me encontré a She Li.
Mo desvío la mirada, desganado e incluso notando se en su voz lo difícil que es para él tan siquiera mencionarlo.
—... She Li es, ¿la persona que te hizo daño en el pasado?— más que una pregunta sonó a una afirmación por parte del Alpha.
Muy poco se mencionó el nombre de aquel sujeto desde que se hizo novio de Mo hasta el día de hoy, de hecho solo habrán sido en dos ocasiones con anterioridad. Y una de ellas lo escuchó de la boca de su suegra. Pero había aprovechado ambas para aprenderse el nombre y de ser posible, jamás olvidarlo. Aunque no supiera como es físicamente.
—Correcto. — asintió pesadamente.—No lo había visto en varios años, pensé que se había ido al extranjero y jamás volvería, al menos no a Shanghái. Y mucho menos me lo toparia al hacer las compras. — explicó brevemente.
—¿Te hizo algo malo? ¿Te faltó al respeto? ¿Te hirió emocionalmente?
—... No me daño físicamente. — respondió a dura penas, sin mentir. —Me tomó del hombro, y acarició un poco mi vientre pero nada más. Reaccione tarde, seguía en shock al mirarlo.
—¿Qué te dijo ese tipo?— quiso saber de inmediato, sin ocultar su incertidumbre ni recelo un poco.
—Nada que quiera recordar. Solo fue de paso, no se si me lo vuelva a encontrar.— suspiró nervioso.
Se había desmayado en el supermercado, pero increíblemente She Li le había ayudado hasta conseguir una mejor ayuda. De todas maneras no podía confiarse ni un poco en las intenciones de aquel hombre que alguna vez le llegó a interesar en el pasado.
Supuso que el peliblanco habría notado que ya tiene marca, que tiene un lazo con alguien, que está casado y va a formar una familia con otro Alpha. Esos detalles no pasan de desapercibido y menos para alguien tan observador como She Li.
Lo superó románticamente, pero de alguna manera todavía le tenía algo de... Miedo. Cómo si fuese su propio instinto que se ponía alerta para decirle que está en peligro cerca suyo.
—Mo...— le tomó de las mejillas con cuidado, notando como su mirada se había perdido hace poco.—¿Podrías contarme que sucedió realmente con él? ¿Qué te dijo y como te afecto en eso?
—Él...
«Se perdió. Lo perdiste. ¿Qué hiciste Mo?»
—¿Momo? Estoy aquí, no te pasará nada. — le abrazó al verlo al borde del llanto, acariciando sus cabellos rojizos.¿Había recordado algo tan horrible?
—¿Porqué quieres saberlo?— su voz tembló sin poder evitarlo. Casi quebrandose. — Sólo quiero olvidarlo...
Si Mo le contará exactamente las palabras de aquel hombre, Tian preguntaría a qué se refiere con "otra vez". Y sería contarle algo tan doloroso que le sucedió y no quiere recordar, o al menos no contar.
GuanShan le había contado la relación dañina que tuvo con su ex, sus problemas y como lo había conocido, pero jamás le contó que lo llevo exactamente a terminarlo, al punto de quiebre.
VIII
«She Li y yo nos conocíamos cuando iniciamos el primer año de la escuela superior. Pero fuimos novios hasta este último.
Él me había ayudado mucho, me aceptó en su pandilla a pesar de mi casta. Con la única condición de que le fuera fiel y jamás le traicionara, que jamás me fuera de su lado.
A veces pensando que era un chico extraño. Nunca supe que pasaba por su cabeza exactamente, sus extrañas manías o en qué cosas se metía. Era el matón de la escuela pero no me infundía miedo al principio, desprendía un aura peligrosa y su sonrisa parecía ser la de una maniaco. Sin embargo nunca lo juzgué en aquel entonces.
Poco a poco y luego de hacernos parejas, comenzó a demostrar su gran interés en tocarme apenas veía oportunidad en que estuviésemos solos.
Yo caí en eso, porque sus feromonas me parecían inresistibles. Incluso hubieron ocasiones que me mojaba con tan sólo unos toques en mi pecho, me estremecía de tal manera entre sus brazos y el sólo devoraba mi boca con total deseo.
Una marca jamás se hizo, pero si se pensó. Hasta que yo no quisiera realmente, hasta no estar seguro él no podría marcarme.
Cómo en la mayoría de las relaciones; empezó bastante bien. Estable, casi no discutíamos, él conoció a mi madre, iba seguido a mi casa o me invitaba a salir solo nosotros dos. Siempre me defendía y no dejaba que ningún otro me faltará al respeto. Otras veces era algo callado y se quedaba bastante perdido entre sus pensamientos, lo cuál me causaba intriga y curiosidad pues temía que se pusiera distante conmigo.
Pero lo bonito no dura siempre, no es eterno y uno a veces desea volver a esos tiempos de ayer. Dónde quizás saber demasiado no es tan agradable, pero tampoco quieres vivir en la ignorancia. Siendo el tonto de alguien.
Desde siempre me había percatado de que She Li era un tanto manipulador con todos aquellos que lo rodean, aparte de sentirse en la cima solo por ser Alpha y "fuerte". Mirando a los demás con superioridad. Un engreído.
Poco a poco, igual me hacía sentir menos. De una forma que sólo buscará que yo me volviera dependiente de él de manera enfermiza que jamás sucedería. Hasta el punto de empezar poco a poco, meterme miedo.
Lo fuerte e inmarcesible llegó pocos meses antes de que terminaramos lo nuestro.
Me enteré que estaba esperando un bebé de She Li. En aquel entonces tenía poco más de veintiún años.
Él quería un hijo, y yo no tenía problema en dárselo, al menos no en ese momento. Aunque realmente había quedado en cinta por un descuidó de nosotros. Pero la realidad es que ninguno estaba preparado para ser padres jóvenes y criar un hijo, mucho menos She Li aunque quisiera demostrar lo contrario.
—Te daré una buena vida. Solo quédate a mi lado. — decía.
Los celos, la posesividad y mentiras no tardó en llegar en muy poco tiempo.Lo cuál trago golpes consigo, hasta el punto que Li perdió el control y no midió el lugar ni la fuerza de sus ataques injustificables de celos hacia mi persona, pero ésto fue el final. Él me tenía controlado, ni siquiera me permitía salir sin su permiso y siempre me mantenía ridículamente callado. Cuando sus celos llegaron a ese extremo que me controlaba y entendía lo enfermo que está, reuní valor para hablarle claro y directo. Para ser honesto con él y decirle que mejor no tengamos ningún bebé y terminaramos todo si iba a seguir con su comportamiento del asco. No quería un hijo de un padre como él... Y sí lo tenía no iba a permitir que él se acercara a mi hijo. Podía cuidarlo sin muchos problemas, iba a tener el apoyo de mi madre y eso era suficiente para mí.
Sólo lo hice enfurecer mucho más. Y me sentí tan culpable por todo. Por haberle creído desde un inicio, por haberle dado oportunidades y creer al principio que todo mejoraría con un bebé. Por haberle permitido llegar lejos...
Sucedió aquello de lo que temía. Llegaron esos golpes.
Y lo perdí.
Me pregunté entonces, ¿En qué momento fue que todo salió mal? ¿Porque She Li había cambiado conmigo? Su manera de protegerme no era sana, y tampoco su obsesión hacia mí.
IX
He Tian acariciaba los cabellos pelirrojos del Omega quién seguía en una postura melancólica, con un aire algo decaído sin decir nada todavía.
En estos últimos meses o incluso antes de que Mo quedara preñado, por uno que otro motivo no se había cortado el cabello como suele hacer. Por lo que si bien no le ha crecido demasiado, sin duda ya no lo tiene tan rapado como usualmente lo trae. Permitiéndole a Tian con más facilidad enredar su dedos en aquellas rebeldes y rojizas mechas que tanto le gustan.
—Yo no tenía idea de eso...— le murmuró suave al oído, besando el puente de su nariz.
—Nunca te lo conté, porque contarlo me sigue doliendo a pesar de haberlo superado. Es un sentimiento difícil de explicar.
—Mo, tú no tuviste la culpa de nada.— con su mano libre le tomó de su mejilla hasta su mentón para alzarle el rostro y que se vieran directamente a los ojos.— Y portegere nuestro hogar, nuestra familia. Nunca permitiré que te lastimen, no otra vez.
Tian le rompía el corazón ver a GuanShan diferente a lo usual. Sin su ceño fruncido, con labios temblorosos del miedo, sus ojos lagrimosos y rojos. Con la mirada perdida y dolida. Es algo que quiere cambiar, porque quiere verlo feliz, enojado, gruñón, romántico —aunque sea imposible—, pero nunca asustado por algo o alguien.
—Odio estar muy sensible. — se limpió su nariz que estaba apunto de moquear así como debajo de sus ojos se humedecían.
—Creo que son las hormonas del embarazo. — comentó divertido para relajar el ambiente y que Mo pudiese distraerse un poco.
Ya de había desahogado con él, pero ciertamente puede ser que a GuanShan le afectará mucho más algo del pasado que supuestamente había superado y dejado atrás por obra de ser más sensible y sentimental debido a su estado.
Pero el Alpha estaría ahí para su pareja, quizás no podía ayudarlo a olvidar por completo un recuerdo tan marcado y profundo, pero si a avanzar y crecer. A distraerse por unos instantes y crear lindos momentos juntos.
—He Tian.— lo mencionó mucho más calmado y menos tembloroso, desviando la mirada a otro lugar lo que le llamó la atención al nombrado. Curioso.
—¿Hum?
—Después de cenar, me gustaría hacerlo.
Durante los meses que un Omega esté en cinta, si bien no sufrirá de sus celos, tendrá algo muy parecido. El libido.
Su pequeño Mo a veces le sorprende demasiado por sus reacciones y palabras, no sabría si quedar estupefactado o estar muy feliz. Lo único que tenía en mente es tener cuidado en hacerlo con él, no quiere lastimarlo o perder a su bebé.
“Hay que dedicarle más tiempo a las cosas que nos hacen realmente felices”
X
«El día llegó después de un tiempo.
Semanas parecían un parpadeó ahora, como el aleteo de una mariposa.»
Al tenerte entre mis brazos, sólo pude sentirme tan feliz y cálido. Tu respiración, tu naricita, tus manitas cerradas en puño sin mucha fuerza y como dormías en mi pecho, me hacía sentir tan vivo con tan sólo verte. Cómo si mi mundo estuviese completo contigo y tu papá sintiendo lo mismo. Eres tan perfecta que todavía no me creo que yo te haya dado la vida. Desde que supe que te tenía en mi interior, ya te quería.
El aroma del hospital es poco común, así como extraño que te puede marear un poco. Sangre, cloro, agua oxigenada, pastillas, metal. Pero en específico donde esta la sala de los partos. Es un olor más intenso y pesado que aquellos que atiende a esas personas embarazadas y apunto de parir están muy acostumbrados a dicho aroma, más les sigue afectando un poco.
Cuando las cosas se calman, parte de ese aroma aún sigue pero más leve. Sangre, agua, sudor, y una pizca de esencia de la persona que está dando a luz que muy pocos pueden percibir. Cómo en éste caso su pareja, o algún otro familiar que pudiera estar presente.
Escuchar llantos también es muy normal, incluso alivian un poco a la persona que está dando a luz ya que así reconocen a su bebé.
GuanShan está tan agotado que no evita quedarse dormido por unos minutos en lo que le entregan a su bebé luego de que los médicos especializados lo revisen. En todo el ese tiempo estuvo acompañado de su pareja, de su Alpha quién siempre trato de apoyarlo aunque sea sujetandolo de su mano.
He Tian apenas vio que su pareja cayó rendida, completamente exhausta en la cama, tomó una toalla que le pasaron para secar su sudor en todo su angustiado y cansado rostro. También aprovechó para besarle su mejilla, sus labios y su frente para demostrarle que aún seguía ahí y lo ama tanto.
Tian salió un momento de la habitación para dejar dormir a su Omega, al salir se encontró con los padres de GuanShan así como —para su gran sorpresa—, su hermano.
Había sido un poco divertido ver la reacción del señor y la señora Mo cuando se toparon con Cheng, pues claramente los había dejado sorprendidos por el aura y porte que lleva. Aparte de su rostro muy familiar pero que no pudieron reconocer al instante.
Tian incluso tuvo tiempo no sólo de platicarles como está GuanShan y el bebé, si no de hacer una breve llamada a uno de sus amigos cercanos de su antigua escuela y Universidad para presumir le que ya es papá.
"He Tian es padre antes que nosotros Xixi, ¡Quién lo diría!" Exclamó su amigo.
—He Tian.
—¿Qué sucede? — preguntó curioso ante el llamado serio de su hermano. Se habían alejado un poco de los padres del pelirrojo para tener más privacidad. Una que otra enfermera o secretario se los quedaban viendo debido a sus atractivos naturales. Cosa que no prestaron atención.— ¿Por qué no trajiste a He Shuo?
—No quise despertarlo tan temprano un sábado. Lo están cuidando de todas maneras. — hizo una breve pausa un poco sorprendido, pues no esperaba que su hermanito preguntará por su hijo de ya dos años. — Solo quería decirte que ser padre nunca será un tarea fácil. Nadie nace sabiendo como ser hijo o como ser un buen padre. Se aprende y experimenta. Y aunque tú y yo como hermanos tuvimos problemas de comunicación desde más jóvenes debido a padre, quiero que sepas que él siempre ha estado orgulloso de lo que has logrado. Y que siempre tendrás mi apoyo como hermano y cómo tío de tu hijo. — lo sujeto de los hombros.—Has hecho tu propia familia, pero la mía nunca te dejará solo. No sólo papá, también yo quiero que seamos unidos.
—Gracias. — dijo por fin, con verdadero agradecimiento por esas palabras que había estado esperando desde hace tiempo, o al menos algunas de ellas. Quería llorar pero, realmente no le peso tanto por el entorno y el ambiente. — Se que no te lo dije antes pero, lamento la muerte de tu esposa. Es muy triste que mi sobrino no la conociera por más tiempo... Pero por cualquier cosa, puedes contar conmigo también si me necesitas.
—Gracias. — asintió.— Siempre la respetaré incluso muerta, nunca dejare de hablar de ella a nuestro hijo. Y aunque fue un matrimonio por conveniencia, la quise de alguna forma.
—¿Quién está cuidando al niño?
—¿Tú quien crees?— sonrió de medio lado como respuesta.
Ambos pensaron en aquel albino guardaespaldas que no le gusta hacer de niñera. Sin duda sería algo muy divertido de ver hacerlo de segundo padre.
XI
—Es la bebé más linda. — Dijo Tian totalmente enternecido por el pequeño y cálido bulto en los largos brazos del Omega.
Hace poco que por fin le dieron a la bebé. Mo quién despertó casi de inmediato y sin importarle lo cansado que puede estar, la recibió gustoso entre sus brazos y con una sonrisa encantadora que solo enamoró más a su Alpha, pues incluso en todos estos años siendo pareja, muy difícilmente podía sacarle una sonrisa tan bonita al pelirrojo y que la presenciara con sus propios ojos por un largo tiempo.
La bebé parecía dormir, envuelta en una manta amarilla con estampado de ositos. El escaso cabello que poseía podía diferenciarse que es de un color rojizo, como GuanShan. Ella a pesar de todavía no tener su propia esencia, estaba envuelta en un manto de olores familiares. La pequeña mezcla entre el aroma de He Tian y Mo GuanShan, con un poco de algodón de azúcar.
—No alces la voz, puedes despertarla. — le regaño bajito Mo, apenas viéndolo de reojo pues no quería apartar su mirada de su bebé. Quería apreciarla todo el tiempo de ser posible, a pesar de estar un poco cansado. Admirando lo pequeña que es, su respiración, pestañas y pequeñísimas cejas.
Quería incluso besarle su nariz o frente, pero temía despertarla.
—Lo siento, sólo que estoy tan feliz este día. — se disculpó Tian acurrucando se junto a su Omega sin hacer mucho movimiento para no despertar a la bebé.
—Te daré la razón en algo, nuestra hija es muy bonita. — concordó el Omega contento y agradecido.
Apenas le dieran de alta y saliera con su bebé sería muy cuidadoso en todo momento. Quería llevar sana y salva a su hija hasta su nido hasta verla seguir descansando.
—¿Entonces si le ponemos el nombre del que hemos estado hablando?
Mo lo pensó un poco. Desde hace un par de semanas habían discutido mucho el nombre que le iban a poner a su hija o hijo. Quería que fuese algo que a ambos les gustará, que no intervinieran sus propios padres en ello. Algo bonito y significativo.
Incluso están ansiosos porque Lang conozca a la nueva integrante de la familia, seguro la amara tanto como ellos.
—Mei Yun. — recordó el nombre. Esté especialmente lo había escogido primero He Tian y a él también le agradó bastante.—Será nuestra pequeña He Mei Yun. — agregó sonriente para después mirar a He Tian quién le sonrió agradecido. Correspondiendo el sentimiento de adoración.
—Le queda perfecto. — concordó para después unir sus labios con los de su esposo en un beso especial como familiar.
No podían estar más felices, apreciando ese momento, aquel día en que nació su hija y demostrarse todavía cuánto se siguen amando.
Aunque sus cuerpos envejezcan y el tiempo siga avanzando, el amor sigue siendo mutuo y extravagante.
Mei Yun es una hermosa nube.
«Fin de la Historia»
Palabras: 11,274
Escritor: JaquiiAleWorld
Fecha de publicación: domingo 11 de octubre.
Fandom: 19 Days
Au: Omegaverse
Historia: "Limerencia"
Nota del escritor:
Llevo más de dos horas (sin exagerar) editando este capítulo. O sea la ortografía específicamente.
¡Volví a romper mi récord! Chimichangas, jamás pensé que llegaría a más de 10,000 palabras. Hasta yo me sorprendi. Este capítulo lo tengo desde hace varios días, pero me quería esperar. Además que iba hacer publicado Hasta el 13, pero algo me decía que por la UNI no iba a poder publicarlo, así que prefirió hacerlo este domingo.
Técnicamente, ¡Este es el final de la historia!
Sin embargo, estoy preparando un extra. Que puede que llegue a finales de Octubre o principios de noviembre que trataré de que dure más de 3,000 palabras.
¿Qué les pareció esta parte? Pueden reelerlo y todo, está súper largo, de aquí hasta que publiqué el extra o especial pasará un tiempo. Incluso más del que creo.
También con el especial traeré el otro extra que son las curiosidades de la historia. Que traerán por ejemplo, el significado de los nombres de algunos personajes ya sean invitados por mí o que existen en el manghwa pero aún se desconocen su nombre pero yo les di uno aquí, como el padre de He Tian y su esposa.
Sigo sorprendido de que no haya metido a Aristóteles en esta historia... Detalles xd.
Para no hacer aún más larga está parte, ¡Nos vemos en la próxima actualización! Espero hayan disfrutado de este y no se les haya hecho muy pesado. ¡Los amo!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top