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- Un médico!! llamen a un médico!! - Gritó ONU en pánico
- Pero tu eres médico! - le regañó la Unión Europea
- No ese tipo de médico!!! - habló estresado moviéndose de un lado a otro con el nazi en sus brazos
- Déjenlo pasar!! Mi padre está en peligro!! - chilló Alemania corriendo para abrir paso entre el hospital
***
~ Horas antes ~
El alemán estaba en su cama, recostado tratando de dormir, habían muchas voces molestándolo, no podía ni entrecerrar sus ojos por la molestia que resultaban aquellas alucinaciones.
Además de las ratas ¿Por que ratas? ¿Por que aparecían tanto?
Dio vueltas en la cama para tratar de dormirse, cerró sus ojos al fin y su mente lo torturó por horas.
Recordaba lo que había pasado, aquella tarde en el lago, la forma en la que Francia lo había dejado debajo del hielo, el miedo en los ojos de su mejor amigo.
Recordaba cuando Italia lo dirigió a una trampa, recordaba como se reía en su cara por creerse aquellas mentiras.
Recordaba a Weimar, jugando con el como si fuera un animal, recordaba su infancia, aquella época en la que lo único que escuchaba de su padre eran lamentos y llantos eternos, bajo aquella fría y cruel figura paterna que no existió nunca.
También se acordó de su segunda familia, aquellos gemelos que le cuidaron como nadie en la vida y finalmente recordaba su muerte, como los habían matado a todos frente a el para tratar de quedarse con su país, le quitaron la esperanza que apenas había recobrado.
Despertó de un brinco, cayó de la cama al suelo alarmando a la organización, que estaba en la planta baja de la casa.
Estaba temblando, con el cuerpo sudando frío y la mirada perdida en quien sabe que.
Se abrazó a si mismo y comenzó a lamentarse entre murmullos.
- No fue mi culpa... - repetía todo el tiempo
- Yo no quería hacerlo - se quejaba con personas que no estaban ahí
- Yo solo quería hacer feliz a la gente - murmuró y se desmayó
ONU subió con calma, estaba cansado pues había trabajado durante 2 días completos para tener el fin de semana libre y estar con su pareja.
- Reich? - preguntó abriendo la puerta con cuidado, ya le había pasado que solo era un ruido de su imaginación por no dormir durante 3 días y resultaba molestando al alemán
Más esta vez no fue así, al principio no vio nada, y examinó la habitación de pies a cabeza, no logró ver a su pareja en la cama así que abrió por completo la puerta para pasar y buscarlo.
Abrió la puerta, dio dos pasos adelante.
Giró su cuerpo 90° y cerró la puerta, más al girarse casi por completo al otro lado terminó asustado y en el suelo.
Su pareja colgaba del techo, los ojos en blanco casi completamente y de la boca le chorreaba un líquido negro algo espeso. Parpadeó quizá 2 veces y no vio al nazi.
Se levantó de golpe y giró sobre su lugar varias veces, llamando al nombre del pelirrojo.
Divisó en el suelo gotas negras, manchando la alfombra color crema. Las siguió hasta el baño y al entrar vio al nazi en la bañera, sentado y con el agua de la regadera prendida. Tenía un hilo de sangre oscura resbalando por sus mejillas desde sus ojos, irritados y rogizos por el dolor.
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