➵STUDY IN NY

LILA | MARVEL

capítulo uno; estudiar en nueva york

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Tensó la cuerda del arco con una flecha y esperó. Esperó apuntando al suelo, prestando atención a su alrededor por si algo se salía de lugar y ella poder atacar. Se concentró también en los latidos de su corazón, necesitaba controlar esa taquicardia, ese acelerar en su corazón que ocurría cada vez que tenía el arco en sus manos. Aquello solo provocaba que sus manos temblaran y a veces fallaba al dar al blanco y, se suponía, que un héroe no podía fallar. En su cabeza pasaba una y otra vez, ¿será que no sirvo para esto? La adrenalina que le corría por las venas le encantaba, ¿pero por qué no podía hacerle olvidar ese defecto tan horrible que le estaba estorbando? Tomó una buena bocanada de aire y miró sobre su hombro.

Su acompañante se encontraba en la misma posición, pero tenía la cabeza inclinada ligeramente hacia la puerta que ambos tenían enfrente, intentando escuchar indicadores de que había movimiento al otro lado. Su respiración, a diferencia de la de ella, estaba calmada. Los hombros subían y bajaban con lentitud acompañando los movimientos del pecho conforme inhalaba y exhalaba, provocando en ella la envidia más irritable. Y los músculos de sus brazos no estaban tan tensos como los de ella. Bufó molesta recibiendo una mirada de advertencia.

Moviendo el mentón como señal, el mayor indicó que entrarían juntos. Ella asintió. Ambos levantaron una pierna al aire, apoyándose bien en la otra para no perder el equilibrio y con la levantada patearon la puerta con toda la fuerza que tenían. La puerta de metal salió por los aires provocando un gran escándalo, pero no importaba, porque quienes esperaban al otro lado sabían bien que le atacarían en cualquier momento. Dos hombres altos y bien fornidos posaron la vista sobre ellos dos y con agilidad evadieron las flechas, una roja y la otra verde, que volaron hacia ellos velozmente. Sin dar chance a que ambos recargaran sus arcos, corrieron hacia ellos para luchar cuerpo a cuerpo.

Ella lanzó el arco al suelo y miró desafiante a su contrincante a través de su antifaz rojo, del mismo color que su traje, escuchando un gruñido por parte de su acompañante. Sabía que a él no le agradaba cuando ella se atrevía a hacer tales cosas como salirse del plan establecido, romper las reglas de la lucha, cambiar el objetivo de una misión a último momento y ser tan confiada como despojarse de su única arma. Sin prestar atención a la pelea que comenzó a su lado, alzó su mano y con la palma hacia arriba, la cerró y la abrió dos veces, desafiando a su contrincante. El hombre, sin mucha dilación, se abalanzó hacia ella. La castaña evadió los primeros dos golpes inclinando su cuerpo primero hacia atrás y luego hacia abajo, para después intentar escabullirse y llegar a la otra puerta, pero de reojo vio cómo el hombre tomaba del piso su arco y con rapidez agarró una flecha del carcaj que la joven tenía en su espalda.

Él tensó el arco para dispararle pero ella fue rápida al voltear, y al encontrarse tan cerca de su contrincante, pudo tomar la parte delantera del arco con ambas manos y voltearlo hacia otro lado provocando que la flecha volara y afortunadamente no dar en ella . Él giró sobre sus pies y le propinó un golpe en la cara con el codo haciéndole trastabillar hacia atrás y sin darle tiempo a reponerse, alzó el arco para golpearla. La joven logró esquivar el golpe y justo como él había hecho, también giró sobre sus pies pero en lugar de usar el codo, se inclinó hacia un lado y levantó su pierna para patear al hombre con tal fuerza que le tiró hacia atrás. Sin dar tiempo, se lanzó al suelo alzando de nuevo la misma pierna y le golpeó la cara con una patada. Él, bien desorientado agarrando su nariz por la cual comenzaba a emanar sangre, cayó al suelo mientras todo le daba vueltas.

—Creo que gané—alardeó encogiéndose de hombros. Miró a su compañero, quien aún luchaba y sin detenerse a ayudar, avanzó triunfante hacia la siguiente puerta, abriéndola con facilidad.

—Lila espera—se quejó su compañero de traje verde alcanzando a la chica, atravesando el umbral también. Se paró frente a ella con el ceño fruncido, totalmente frustrado—. Eso es trampa.

—¡No es cierto! La misión era llegar a la cabina de control y eso es lo que hice—Señaló el lugar para luego voltear hacia el hombre que miraba hacia la pared llena de pantallas que mostraban la repetición de la pelea que acababa de llevarse a cabo—¿Verdad, papá?

—Lo siento, Cooper—comentó Clint a punto de darle la razón a su hija menor. Él se volteó en su silla giratoria—. Tu hermana tiene razón, esa era la misión. Ni más, ni menos.

El chico bufó con clara molestia. El hijo mayor de Clint intentaba llevar a cabo todas las reglas y cosas que su padre le había estado enseñando sobre las peleas, planes y misiones, respetaba todo, paso a paso. No le gustaba saltarse partes de un plan pues por eso se había ideado, para que todo saliera perfecto a como se había hablado con anterioridad, así sabía qué esperar. Pero a su hermana Lila, aunque era la menor, no le importaba nada de aquello. Ella estaba interesada en ganar, no en el proceso. Y por eso Clint les ponía a trabajar juntos, pues ambos necesitaban encontrar un equilibrio. Cuando él había estado con los Vengadores, tuvo que adaptarse a las diferentes personalidades que todos tenían y a sus distintas formas de trabajar. Estar en una misión con Ironman, era muy diferente a pelear junto al Cap, como también era muy distinto luchar mano a mano junto a una agente como Natasha a hacerlo al lado de un asgardiano como Thor.

Y las discusiones por las que él pasaba siendo parte de ellos, era lo que ahora veía que pasaba entre sus hijos Cooper y Lila durante las cenas, muy a pesar de que su esposa no permitía esas conversaciones en la casa. Era una dicha para él que, Nate, mellizo de Lila, quisiera mantenerse fuera de todo aquello y que el arco y flecha no fuera exactamente su pasatiempo favorito, pues suficiente tenía con entrenar a dos de cuatro.

—No, algo tuvo que fallar—insistió Cooper negándose a creer que otra vez ella había llegado primero. Sin prestar atención a cómo Lila le sacaba la lengua, se dirigió hacia los controles y reprodujo la repetición de la pelea enfocándose en él.

La castaña quiso festejar un poco más su victoria. Ganarle a su hermano estaba en la lista de las cosas que le traían felicidad... bueno, ganar y ya. Su familia solía decirle "tú no sabes perder", ¿pero quién sí? ¿quién prefería perder a ganar? Porque ella no, y se regocijaba sin vergüenza cada que ganaba. Pero por el momento decidió dejarlo de lado. Llevaba tiempo queriendo hacerle una pregunta seria a sus padres, y aunque sabía bien que la última palabra en la casa la tenía su madre, estaba bien enterada de que Clint tenía gran peso al tomar varias decisiones.

—Oye, papá. —Se acercó y de un salto tomó asiento en la gran mesa de operaciones, al lado de su padre que aún se encontraba viendo las cámaras junto a Cooper—. ¿Recuerdas que hicimos un trato la semana pasada?

—Cielo, si acaso recuerdo qué desayuné esta mañana—bromeó el hombre—, y ni siquiera sé si estoy en lo cierto.

—Pues hicimos un trato—gruñó ella, arrepintiéndose al instante pensando en que si le hacía enojar al menos un poco, se podría rehusar en escuchar, por lo que sonrió y utilizó su tono de hija inocente—. Si yo le ganaba la próxima misión a Cooper, tú me dejarías hacerte una pregunta que no podrías negar en responder.

Se agarró las manos con nerviosismo.

—¡Ah!—Recordó él soltando una risilla—Claro, mientras no sea sobre Budapest.

Cooper rió entre dientes aunque no le causaba ninguna gracia, pues nadie en la casa estaba de acuerdo con que él contara siempre las historias de sus batallas con lujo de detalles y gran alarde, pero Budapest era el gran secreto del que nadie sabía nada. Ni una sola palabra salió de Clint cuando llegó a casa y ni aún, años después, nadie tenía ni idea de que lo había sucedido ni el porqué de su silencio. Incluso Cooper, quien al hacerse mayor de edad, pensó que podría utilizar su "ya soy un adulto" para que él le dijera al menos un pequeño detalle sobre aquella misión que había tenido con la tía Nat, pero se rindió a los minutos cuando Clint con una gran sonrisa se negó de nuevo.

—Es sobre algo que involucra mi educación. —Lila utilizó su tono serio y juntó sus manos sobre los regazos—. P-papá... —El ceño de Clint se frunció rápidamente, Lila solía ser muy directa y nada vacilante a la hora de hablar y ver cómo tartamudeaba por unos instantes le puso nervioso—... Quiero estudiar en Nueva York.

Los labios de Clint se secaron, ¿qué acababa de decir su pequeña? Cooper, como hermano mayor, se tensó al escuchar lo que Lila había dicho porque no podía imaginarse a otro miembro de la familia Barton fuera del radar. Aún de espaldas a su padre y a Lila, fingió seguir viendo la pelea cuando lo único que hacía era poner atención a la conversación, ladeando ligeramente la cabeza para poner oír bien.

—¿Y se puede saber por qué Nueva York? Existen muchas ciudades cercanas si es que no quieres estudiar en el pueblo—comentó Clint intentando actuar tranquilo.

—Cuando Al se fue...

La risa sarcástica de Cooper invadió el lugar.

—Hubieras empezado por ahí.

—¿De qué hablas?—cuestionó la castaña.

—Alessia es todo un ejemplo a seguir para ti, todos lo sabemos—habló poniendo cuidado en no demostrar lo dolido que se encontraba—. Solo di que quieres seguir sus pasos, —. La miró sobre su hombro—, dejándonos a todos.

—Al se fue a estudiar a Nueva York...

—Ella no se fue a estudiar—interrumpió de nuevo el mayor, pero esta vez volteando molesto—. Si se hubiera ido a estudiar realmente, se habría graduado y es muy probable que sabríamos su paradero.

—Mira, —La menor alzó la voz, fastidiada ante el rencor que él siempre guardaba—, lo que tú tengas contra nuestra hermana no me importa y no es asunto mío, además, yo estaba hablando con papá, no contigo.

Clint se había puesto la mano en su frente para acariciar sus sienes, pues sentía que una gran jaqueca se avecinaba. El tema de su hija mayor era delicado y provocaba siempre lo mismo: discusión. Pero no sentía fuerzas para intervenir en la discusión de sus hijos puesto que su hija menor quería marcharse... lejos, muy lejos.

—¿Y pensaste acaso en lo que esto le hará a Nathaniel?

Cuando Cooper mencionó al mellizo de Lila, el silencio se adueñó del espacio, por lo que Clint decidió intervenir antes de que las cosas se pusieran más serias.

—Lila, cielo, —La castaña mantuvo la mirada firme en los ojos de su hermano mayor, quien esperaba una respuesta aunque sabía que no la obtendría. Sin dejar que la pregunta le afectara, volteó hacia su padre—¿me vas a contar por qué te quieres ir?

Lila suspiró y regresó la mirada hacia Cooper. Estaba claro, ella no hablaría mientras el mayor estuviera presente y él lo había captado desde el instante en que sus miradas se conectaron, pues en los ojos de Lila ardía el fuego de la furia que crecía en ella cada vez que discutían por Alessia. El mayor negó con su cabeza, claramente decepcionado y sin más se marchó, confiando en que su padre tomaría la mejor decisión.

—No es nada personal, es solo que, cuando vi que Al se fue y estudió en Nueva York, me di cuenta que deseaba tener la experiencia de estudiar un tiempo en la ciudad.

—Tu hermano tiene razón y lo sabes, Al no se fue a estudiar y lo poco que estudió fue en la torre, bajo la custodia de guardaespaldas, al cuidado de Stark y con maestros privados. —Clint hablaba con tono tranquilo mientras sentía el alma en los pies—. Tú quieres ir a quién sabe dónde...

—La Escuela Midtown High—dijo decidida, sorprendiendo a su padre cuando sacó de la bolsa trasera de su pantalón una hoja doblada que tenía el gran sello de la escuela—. Envié la solicitud para un traslado y me aceptaron.

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¡Holaaa!

Para quienes ya me han leído antes, ¡gracias por estar aquí también! Y si es tu primera vez leyendo una de mis fanfics, mi nombre es Abby y estoy muy agradecida de que estés aquí.

Esta es otra historia de la Saga Barton, la segunda en ser escrita, pero aún así se puede leer sin haber leído la que escribí primero: Alessia (ya está terminada en mi perfil). Igual sí recomiendo leerla primero, pero como les digo, no es tan necesario.

Y si vienes luego de leer Alessia, ¡gracias por querer leer más de esta saga y por querer seguir leyendo mis fanfics.

¡Espero disfruten de Lila!

White Moon⁂

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