Sería papá.

Ah. No lo podía creer.

Con una enorme sonrisa de encías rositas, ingresó a su genius lab y no la borró ni aunque Kim NamJoon le mirase extraño.

Decidió que se encontraba tan feliz, que moría porque el mundo entero supiese el motivo.

—¡Seré papá!

NamJoon le observó en silencio por varios minutos, después apartó la mirada de su rostro y la dirigió a la pared a su espalda y de nuevo, la regreso a él.

—¿Si? —Dudó.

—¡Si! —Agust aplaudió, terriblemente feliz.

¡Su JiMinie estaba en cinta! ¡Le había cargado de gatitos!

NamJoon abrió con exageración los ojos, al entender que efectivamente, el asunto era real y, lo siguiente que Agust supo, es que su amigo se había caído de la silla.

—¡PREÑASTE A JIMIN!

—¡SI!

El futuro padre soltó una carcajada y palmeó sus mejillas rojizas, todo el se encontraba feliz, radiante, lleno de amor por su JiMin y sus gatitos.

—¡PREÑASTE A JIMIN! —NamJoon respondió y Agust asintió de nuevo.

—¡PREÑASTE A JIMIN!

De nuevo, Agust asintió.

—¡QUE PREÑASTE A JIMIN, JODER!

—¡SI MIERDA, SI! —Frunciendo su entrecejo, Agust chasqueó.

Nam murmuró, sentándose de nuevo y tocando su cuello con la mano.

—¿Estas consciente de que al ser un híbrido, puede darte hasta ocho bebés?

Oh.
Por.
La.
Puta.
Mierda.

—Exacto. —Nam asintió, ante su semblante pálido. —Preñaste a JiMin.

Y estaba un poquito jodido.