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Noche.

Tranquila, serena y esperada noche.

Cama.

Suave, tibia, tan acolchadita. Lista para recibir su cansado pero a la vez feliz cuerpo, después de tomar una ducha caliente y secarse el cabello.

Ah.

Agust murmura para sí, sonriendo ante la sensación de sentirse arrullado debido a la oscuridad, el aire acondicionado y la suavidad de sus sábanas. El contraste es perfecto y se siente bendecido por tener la oportunidad de tener ese anhelado descanso, después de largas horas en el estudio de grabación, soportando los chillidos agudos de un chico que, aunque tiene el talento, también la fascinación por elevar notas que aún no están listas para su ritmo.

Como sea, se acomoda de nuevo, cerrando los ojos.

Sí..

Las luces de la habitación son encendidas de golpe, mientras el llanto de su hijo no se hace esperar. Esta taladrando su cabeza y su labio inferior se abulta, con todas esas terribles ganas de echarse a llorar porque ya sabe lo que se viene.

JiMin suspira, observando los ojos fuertemente cerrados de su novio, mientras aprieta las sábanas y claramente se niega a salir de la cama y darle una mano.

Pero está bien, no está quejándose al respecto. Por supuesto que entiende que Agust está cansado después del trabajo y que está en todo su derecho de ir directo a la cama, pero es también cansado para él y todo lo que desea es ir a su lado de la cama, acomodar a su precioso pero llorón bebé y arrullarlo entre sus cuerpos, hasta que por fin se duerma y la calma regrese de a pocos.

Espera un poco a que Agust por fin se dé la vuelta aún con los ojos cerrados y sólo entonces, anda hasta el otro lado y coloca al bebé a mitad de la cama, masajeando el puente de su nariz y quitándose las pantuflas.

Casi olvida la luz, así que corre hacia el interruptor y apaga de nuevo, regresando a la cama, mientras Agust palmea suave la espalda del bebé llorón.

Eso parece funcionar, porque el niño está hipando de repente, pero no llorando como momentos atrás.

Solo ha pasado un mes desde que llegó a sus vidas y todavía hay cierto desorden en sus rutinas o en las noches que no dicen muchas palabras, porque ambos están lo suficientemente cansados como para calmar a su bebé, darse un beso de buenas noches y dormir hasta el día siguiente, con la misma rutina.

—Mamá me dijo que solo pasará durante los primeros meses. —Susurra, sin querer alterar de nuevo a su hijo. —Pronto debería acostumbrarse a dormir sólo.

Agust murmura también, más dormido que despierto. El chico se inclina un momento y deja un beso en sus labios y otro en la cabeza del bebé.

—¿Le mencionaste sobre quedarse con él hasta que pasen esos meses? —Agust ríe ante su pregunta, antes de suspirar cansado.

—Si.. dijo que no.

Su respuesta queda en el aire, Agust esta dormido junto a su bebé y JiMin sonríe en medio de la oscuridad y el calorcito de sus personas favoritas.

Está realmente agradecido de tenerlos.

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