Capítulo 6. ¡¿Qué acabas de hacer?!

A la mañana siguiente, el primero en despertar fue Akutagawa, miro a su alrededor y se sorprendió en gran manera del lugar donde estaba dormido, Chuuya y Dazai estaban a los costados del albino... pero el... se sonrojo ligeramente y trago saliva mientras se levantaba, en efecto, Akutagawa estaba descansando encima del albino, más precisamente, había tenido su cabeza en el vientre del albino toda la noche, peor aún, su pecho pasaba por en medio de las piernas de Atsushi y eso si era una vergüenza.

Dazai se despertó y comenzó a reír al ver la cara de Akutagawa, esto hizo despertar a Atsushi y a Chuuya quienes realmente tenían aún más sueño pero Dazai ya tenía energías para seguir riendo como un demente; Akutagawa había saltado del cuerpo de Atsushi antes de que terminará de despertar y se paró frente a la cama sereno mientras Dazai no paraba de reír – ooi - le llamo Chuuya molesto – ya cállate maldito loco – volvió a decir mientras Atsushi se estiraba al igual que Hat y Soga, es decir, los tres se estiraban conforme a lo que eran: felinos.

Esto sin lugar a dudas sonrojo a más de uno, Dazai no le tomo importancia pero Chuuya quien lo tenía de lado le pareció impresionante pero Akutgaawa quien lo miraba de frente le provoco nervios, ¿Cómo rayos se había puesto a pensar en el redondo trasero de Atsushi?

Dazai en su aburrimiento de ello, miro a sus alrededores, se fijó en Soga y Hat, quienes se veían sospechosos, Soga tenía sus orejas bajas y caminaba hacia tras sin dejar de mirar a Hat, mientras Hat se paraba derecho y dominante - ¿Qué ocurre? – pregunto Dazai llamando la atención de los demás. Todos se fijaron, miraban el actuar de los gatos, se sorprendieron en grande cuando Hat se fue encima de Soga y está solo se quedó quieta, Dazai fue el primero en notarlo, Hat tomaba el cuello de Soga y Soga había hecho a un lado su cola. Era el celo. Dazai rápido fue por Hat para separarlos y el pelinaranja cargo a Soga

― Cariño, no seas tan sumisa – se quejó Chuuya

― ¿entraron en celo? – pregunto Akutagawa

― Si, bueno, el doctor dijo que no tardaban – suspiro Dazai – habrá que operarla ya

― No sé puede imbécil, hay que esperar a que su celo pase

― ¡¿entonces qué hacemos?! – pregunto exaltado

― Vamos por una transportadora, compremos un pañal y aam...

― Un relajante – dijo Dazai y miro por la ventana de Chuuya – cierto... - susurro para el mismo y sonrió a Chuuya – pero no podemos llevarlos

― Atsushi – le llamo Chuuya y el albino lo miro nervioso

― ¡¿s-si?!

― Te encargo la virginidad de mi pequeña – dijo dándole a Atsushi la gata quien maulló alegre en el pecho del albino

― Pe-pero yo...

― Cierto, - dijo Dazai – Akutagawa tú conoces el departamento, mantén a raya a Hat, te servirá de venganza y ayudarás a Atsushi-kun

― ¿yo? Pero ¿Por qué yo de nuevo?

― Es una emergencia – dijo Dazai

Chuuya estaba poniéndose un pantalón como loca - ¿ves? – dijo Dazai sonriente y burlón

― Bien, cuidaré de los gatos – acepto y con ello, Dazai dejo a Hat a su lado

― Y Atsushi también

― Por eso dije, "de los gatos"

― Oye – se quejó Atsushi

Ambos mayores salieron corriendo sin dejar a ambos chicos protestar de nada más, Atsushi suspiro y miro a Soga – supongo que hoy te toca estar conmigo todo el tiempo – dijo Atsushi y Soga maulló. Hat gruño y Akutagawa sonrió para mirar al gato de forma burlona

― ¿te pones celoso de un humano? Que patético – Hat miro a Akutagawa con molestia y ambos quedaron en algo. No se agradaban.

Atsushi y Soga se quedaron en la habitación mientras Akutagawa se llevó a Hat, el gato negro prefirió quedarse frente a la puerta del cuarto maullando mientras el azabache obviamente quería desayunar

Mientras tanto, Dazai y Chuuya caminaban tranquilos ¿la razón? Dazai convenció a Chuuya de que los gatos estarían a salvo con Atsushi allí, y gracias a su tiempo de conocerlo, atino el momento para decir que había que desayunar pues el estómago del pelinaranja rugió como si se tratase del tigre. Sin más ambos chicos fueron a desayunar.

Volviendo con Atsushi, este también tenía hambre, la brisa entraba por la ventana, pues si la había abierto después de que Akutagawa lo dejo encerrado... Soga se tallaba en la cama de Chuuya como si quiera unirse a las sabanas, y Atsushi la miro con gracia, aquella gata blanca era muy chistosa en sus momentos. La gata volteo a verlo, sus ojos amarillos dilatados llamaron al albino - ¿Qué pasa? – Pregunto y la gata maulló, al instante Hat detrás de la puerta también - ¿quieres ir con él? – Pregunto y la gata maulló – lo siento, tus padres no quieren que quedes en cinta – dijo el albino notando a la gata más insistente y esté suspiro - ¿Qué rayos hago? – se preguntó a si mismo nervioso.

Tapo su rostro con una almohada, no quería saber más del asunto, cerró sus ojos y volvió a caer en los brazos de Morfeo. No sabe cuánto, ni como pero el tiempo paso, incluso el azabache fuera del cuarto llego a preocuparse - ¿Qué no piensa comer? – pregunto el azabache a sí mismo. Hat seguía al pie de la puerta, así que... tomo una rodaja de pan. Se puso frente a la puerta y miro serio a Hat – muévete – dijo frio y por primera vez, Hat se movió y el azabache sonrió – no entraras – dijo entrando victorioso al cuarto mientras cerraba la puerta en la cara del gato.

Miro la habitación para tomarse con Atsushi dormido, sus piernas encontradas dobladas un hilo de saliva que caía por su comisura, su camisa ligeramente abierta, y su cabello aunque despeinado todo estaba descubierto su rostro (en algún momento se quitó la almohada y con ello levanto su cabello) su perfil relucía brillante, tranquilo, y sus brazos tan contraídos, - igual a un gato – se quejó el azabache mientras miro la ventana – la brisa está bajando la temperatura – dijo el azabache mientras iba a la ventana, en aquel proceso, se tomó con Soga quien acostada miraba hacia la puerta – tampoco tu saldrás – dicto el azabache. Akutagawa no sabe como pero juro que la gata sonrió. Lo siguiente que sintió fue un par de brazos abrazarle el estómago y pecho, eso de verdad lo sorprendió, miro aquellas manos y en el momento sintió una cabeza en su espalda

― Akutagawa... - sí, era Atsushi

― ¿apenas despiertas? Debes estar mal para si quiera tomar, suéltame o te ma –

― Hueles delicioso – dijo el albino sonrojando al azabache

Akutagawa se voltio de inmediato mirando con ello a Atsushi, el albino lo miraba, una mirada fija, felina pero también, perdida, era como si el albino no estuviera, aquella mirada que le da a cualquiera que acaba de despertar y su cerebro sigue sin reaccionar. Akutagawa no miro molesto pero el albino volvió a pegarse – Akutagawa... - le llamo mientras su pecho quedaba en el pecho del azabache

― Dazai-san me pidió que te cuidará, pero tienes 5 segundos para soltarme o te atravesaré – le amenazo molesto. Atsushi lo miro

― ¿Rashoumon? – pregunto pero el azabache dudo de su comportamiento.

El albino le arrebato su gabardina creando un momento de histeria donde el azabache intento obtenerla de vuelta y el albino trepaba los muebles de Chuuya. Sin mucho esfuerzo, Atsushi logro dejar la gabardina encima del ventilador de techo, para Akutagawa era imposible alcanzarlo, y lo que sí, estaba muy molesto – Jinko, en cuanto tenga mi abrigo, morirás – dicto

― Akutagawa, hueles muy bien – volvió a repetir. Activo el ventilador y el azabache se preocupó, ¿Qué pasaba si su abrigo se arruinaba? Pero eso no le importo al albino, y el azabache lo ignoro

― ¡Oye! – grito para voltearlo a ver, Atsushi estaba sosteniendo su cabeza con fuerza, y caía de rodillas al suelo - ¿Qué te ocurre? – pregunto acercándose y el albino voltio a verlo – quiero más – dijo – quiero olerte más – pidió yendo encima del azabache

Akutagawa está vez se quedó sorprendido, no entendía, todo estaba raro pero eso sí, su enojo era fingido pues no quería admitir que aquello le agradaba. El mafioso quedo sentado en el suelo mientras Atsushi estaba encima de él, pegado a su pecho como si respirarlo dependiera su vida, subió ligeramente para oler su cuello y volvió a su pecho. - ¿Qué es lo que te ocurre? – pregunto molesto

― Quiero oler más – respondió Atsushi

― Eso ya lo has dicho mucho ¿Qué es lo que ocurre? – pregunto fastidiado – si esto es algo de felino que haces es muy molesto y – su cara realmente se pintó en un gran miedo – o-o-o-oy ¡OYE! – grito

¿Qué creo el grito? Pues Atsushi había bajado su cabeza mientras el azabache hablaba, y lo que provoco su grito: fue el hecho que Atsushi había dejado su rostro en el pantalón del azabache, es decir, su entrepierna y olía con gran profundidad. – ¡JINKO! – grito en verdad molesto

― Quiero más – dijo el albino

Akutagawa tomo la cabeza del albino entre sus manos – ¡detente! – pidió cuando vio las manos del albino en su pantalón, pero Atsushi estaba imparable, ¿de dónde sacaba aquella fuerza? Golpeo a Akutagawa en la mandíbula, causando una pequeña pérdida de conciencia, lo mareo, apenas abarco unos segundos, mientras tanto, Atsushi aprovecho, había desabotonado el pantalón del mafioso, bajo el cierra y movió aquel bóxer color gris para sonreír al obtener lo que deseaba.

El sonrojado rostro de Atsushi sonrió al poder tener el miembro del mafioso en sus manos, comenzó por algo simple, un vaivén con sus manos, con ello Akutagawa volvió a despertar, el dolor en su cabeza era grande y se sorprendió al sentir aquellos espasmos en su cuerpo, miro hacia su entrepierna y se sonrojo al ver al albino metiendo su miembro en su boca. Akutagawa no pudo evitarlo, era bueno. Tapo su boca mientras gemía por la felación, Atsushi disfrutaba de ello también, sintió como el calor subía por su cuerpo por lo que comenzó a quitarse la camisa de pijama, el short y el bóxer, el olor estaba llamándolo, el azabache se dejó caer por completo al suelo ¿Qué estaba pasando por su mente? Pues nada, estaba en blanco disfrutando de ello, pues debemos admitir una cosa: El mafioso Akutagawa no había vivido de esta sensación, su mente solo se llenaba de cumplir con las expectativas de Dazai o de cuidar de su hermana ¿romance? ¿Chicas? ¿Sexo? Jamás paso por su mente, y ahora estaba siendo bien tratado por un chico, un chico que además de todo era su enemigo.

Su vientre dolió, su pelvis se calentó y sin poder avisarle al albino, termino. Lo que Akutagawa vio fue algo que jamás olvidará: Atsushi había tragado todo de él, saco su miembro de su boca y con sus labios relamió los rastros en ella, Akutagawa en verdad estaba avergonzado. El azabache seguía sin reaccionar, como mencione, su mente en blanco le ordenaba seguir.

Atsushi como buen felino volvió al pecho de Akutagawa, seguía oliendo y descansando, el azabache respiraba agitado cuando vio al albino mover su trasero - ¿qu-que rayos haces? – pregunto el azabache al albino

― Está sosteniéndome – dijo el albino en el pecho del azabache.

Si, el miembro erecto de Akutagawa sostenía al albino de sus glúteos, por así decirlo, el azabache seguía sentado en el suelo, su espalda la recargo en la cama así que Atsushi quedaba sentado sobre el miembro del azabache – lo quiero – pidió el albino sonrojado

― Yo no te daré nada – se quejó el azabache. Le quedaba una pista de cordura pero no de fuerza para quitarse del lugar, su cuerpo no lo quería, su cuerpo quería al albino

― Lo tomaré – aseguro Atsushi

Como amenazo, cumplió, intento acomodarse para adentrarlo pero esté no lo lograba, sus glúteos eran redondos e imposible de abrir con una sola mano, el azabache cansado de sentir el roce una y otra vez, tomo ambos glúteos del albino y con ello el albino pudo entrar. Ambos abrieron sus ojos sorprendidos. Atsushi por lo grande que era, la sensación de ser invadido. Akutagawa por lo caliente que estaba y la sensación de ser apretado.

― Muévete – pidió Atsushi sonrojado

― Si tanto quieres, muévete tu – le reto el mafioso

Atsushi recargo su rostro en el pecho una vez más – du-duele... - menciono y el azabache sonrió

― Eso me agrada – dijo.

Tomo los glúteos del albino para moverlos arriba y abajo, y con aquella inercia Atsushi también se movía, el gemir que escucho Akutagawa en su oído le dejo sin palabras, ambos estaban en blanco. Atsushi abrazo al azabache mientras se movían, sus gritos comenzaban a salir con fuerza, y sin notarlo, el azabache disfrutaba de ello, movían de arriba abajo ambos cuerpos, sin preparación ni conocimiento, solo se movían, Atsushi tallaba su rostro en el pecho del azabache, mientras repetía una y otra vez – me duele, duele – decía sin control y ello le gustaba al azabache. De una forma u otra, Akutagawa comenzó a morder el hombro del albino y con ello Atsushi dejaba de gritar de dolor y comenzaba a pedir más, más acelerado, y con un poco más de fuerza, Akutagawa decidió tumbar al albino, dejando su espalda contra el suelo y están encima de él, arremetió contra su trasero sin un final, duro y certero, termino en el albino mientras esté grito.

Ambos respiraban agitados, intentaban recuperarse y una vez que pudieron tranquilizarse un poco, ambos saltaron del susto. Akutagawa lo miro sorprendido y el albino con miedo - ¡¿Qu-que acabas de hacer?! – gritaron ambos.

Atsushi tapo su entrepierna con sus manos y piernas, mientras el azabache se levantó corriendo para huir de allí. En cuanto salió del cuarto lo noto: ¡su abrigo!.

Arreglo sus ropas para dejarse caer en la sala, desde allí escucho la regadera de Chuuya ser abierta, suspiro pesado y tallo su cabello como un loco, casi como si quiera arrancarse el cabello y gracias a su buen karma. Dazai y Chuuya habían llegado - ¿Qué rayos pasa aquí? – pregunto Chuuya mirando la cara del azabache, su cara solo significa que algo malo había pasado

― ¿se cruzaron? – pregunto Dazai y Akutagawa oculto su rostro sonrojado, estaba avergonzado y no planeaba decir nada.

Chuuya corrió al cuarto pero su alivio fue ver a Hat fuera y a Soga adentro, - ¿Atsushi? – pregunto al oír la regadera

Dazai notó la falta del abrigo de Akutagawa mientras Chuuya tocaba la puerta del baño – Cierto... he oído que cuando una gata entra en celo atrae a las demás gatas a hacerlo también, espero que no hayas tenido dificultades, dejamos la ventana abierta y en la casa hay cat nip, fue un pequeño error – sonrió Dazai en grande mientras Chuuya salía del cuarto con el abrigo

― Oigan, sé que pelean bastante pero no dejes tu abrigo en mi ventilador – se quejó Chuuya

Akutagawa no dijo nada, tomo el abrigo y salió corriendo del departamento - ¿Qué pasa con él? – pregunto Chuuya molesto

― ¿te dije que puse más plantas? – menciono Dazai alegre

― No ¿pusiste?

― Sí, es que a los gatos les gusta mucho – dijo Dazai sonriente – hagamos algo de comer para Atsushi, debe estar hambriento

― Si, tienes razón – dijo Chuuya yendo a la cocina.

Dazai miro hacia la puerta del cuarto de Chuuya y sonrió 


...

¡Hola a todos!

Y pues nada... aquí su semi lemon, es un poco lo sé, esto esta comenzando en su desarrollo, espero lo sigan disfrutando. y lamento decir que tendrán que esperar para el próximo capitulo mínimo al fin de semana, espero entiendan y disfruten

¡Gracias por leer!

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