• nueve •
Lisa soltó un suspiro, sin apartar sus labios de los de él, cuando sintió que la mano que Jungkook tenía libre iba a parar a su cintura. Sus dedos pronto encontraron la barrera que los separaba de su piel desnuda, y se introdujeron por debajo de la tela de su remera. Luego acariciaron su costado con premeditación y lentitud, y fue entonces cuando la tailandesa sintió la necesidad de acercarse más a él. Aunque el espacio entre ellos era reducido, seguía existiendo... y Lisa simplemente deseaba que desapareciera por completo.
Los labios de Jungkook se movieron hacia su mandíbula y llegaron a su cuello, haciendo que se inclinara levemente hacia atrás para poder otorgarle un mayor acceso a la zona. Pero, a pesar de que lo estaba disfrutando, el deseo de besarlo pudo más, por lo que buscó su boca nuevamente. Cuando Jungkook sintió que una de las manos de Lisa apretaba su muslo, se echó hacia atrás de manera inconsciente, quitándose la gorra para que la visera de la misma no los estorbara más.
Pero entonces un estridente sonido llegó hasta sus oídos desde alguna parte, provocando que se apartaran con un sobresalto. Jungkook echó un vistazo por encima de su hombro y divisó que a unos cuantos metros de ellos un grupo de personas había encendido una fogata en medio de la playa, ambientados por la música que emitían los grandes alto-parlantes que habían sido instalados sobre la arena. Su mirada regresó a Lisa, quien también había notado esa improvisada especie de fiesta... y, segundos después, Jungkook finalmente reparó en la posición en la que se encontraban.
Estaban prácticamente el uno sobre el otro, respirando agitadamente y con la ropa desalineada.
Se quedaron mirando en silencio, como midiéndose mutuamente. Durante un momento no tan breve ambos se habían permitido olvidar el lugar en el que se hallaban. Pero ahora habían regresado a la realidad. Para bien o para mal, pero habían regresado.
Se pusieron de pie en un mudo acuerdo, pero cuando Jungkook comenzó a caminar y notó que ella no estaba siguiéndolo, se detuvo en el acto y la miró. Volvió a su lado y, al seguir la dirección de su mirada, pudo darse cuenta de que ella todavía estaba atenta al grupo de personas que se encontraban alrededor de la fogata. Como Jungkook aún tenía su gorra en la mano, se la colocó a Lisa en un intento por llamarle la atención. Cuando la vio alzar una ceja, el morocho respondió tomándola de la mano e instándola a que se pusiera en marcha.
— Sólo quería escuchar de qué canción se trataba —explicó ella con sencillez, encogiéndose de hombros. De todas maneras, se acomodó la gorra que él le había colocado en la cabeza y, al ver que había captado su mirada, gestualizó con todo el swag del que fue capaz—: Ay, yo'!
Jungkook, divertido por su actitud, le sonrió de inmediato, sin dejar de notar que se veía realmente atractiva con su gorra negra puesta. Avanzaron un par de metros, hasta llegar al lugar exacto en el que la gente se había reunido. Como habían decidido caminar por la orilla, se encontraban a una distancia bastante segura de la fogata, pero la música llegaba hasta sus oídos sin problema alguno. Todo el mundo bailaba y bebía con gusto de cocos cortados a la mitad con sorbitos de colores, disfrutando de esa cálida noche hawaiana, por lo que nadie pareció reparar en su presencia.
Antes de que pudieran evitarlo, sus cuerpos comenzaron a moverse de manera involuntaria con el ritmo de la música, haciéndolos reír silenciosamente al notarlo. Lisa fue la primera en comenzar a moverse con mayor libertad, dejando que su cuerpo hiciera lo que quisiera, guiado únicamente por la música. Jungkook clavó sus ojos en ella, hipnotizado por la fluidez de sus movimientos. Ya la había visto bailar antes, por supuesto, pero nunca de forma tan improvisada.. o tan sensual.
Jungkook pestañeó cuando se dio cuenta de que sus pensamientos, una vez más, se dirigían hacia terrenos que ya le resultaban familiares. Había llegado a un punto en el que todo lo que Lisa hacía lo dejaba sin palabras... y ese hecho le hacía preguntarse si ella sería consciente del efecto que tenía sobre él.
Pero sus elucubraciones se vieron interrumpidas cuando Lisa dio una vuelta para poder rodearlo y quedar a sus espaldas. Aunque estuviera haciéndolo sin pensar, se movía con gracia y precisión, como si hubiera practicado esos pasos de baile con antelación. Lisa se le acercó desde atrás y deslizó una mano por su pecho de manera descendente. Jungkook se tensó, pero no tardó en comprender lo que ella estaba haciendo.
Fuera consciente o no de la intención de sus actos, Lisa estaba tratando de seducirlo.
Jungkook sonrió. No hacía falta que siquiera lo intentara, porque ya lo tenía justo donde lo quería, pero él sabía aceptar un desafío cuando se lo lanzaban a la cara. Dos podían jugar ese juego, y a él no le gustaba perder.
Dio media vuelta mientras abría casualmente los primeros botones de su camisa, brindándole a ella un buen panorama de sus clavículas y parte superior de su pecho. Lisa clavó los ojos en la piel que alcanzaba a ver, pero se sobresaltó cuando él la tomó por la cintura y la atrajo hacia su cuerpo. Sin embargo, lo peor estaba al llegar, porque Jungkook comenzó a moverse al ritmo de la música, sin soltarla en ningún momento. Mientras lo seguía por instinto, Lisa se descubrió a sí misma observando con fijeza el lunar que se ubicaba justo debajo de su labio inferior. Quería besárselo, pero la expresión de suficiencia que Jungkook tenía en ese momento le indicaba que eso era precisamente lo que él esperaba que hiciera... y ella no estaba dispuesta a darle esa satisfacción.
La tailandesa comenzó a moverse con lentitud bajo sus manos, suprimiendo las ganas de reír al percibir que la respiración de Jungkook se aceleraba considerablemente. Aprovechando el momento, Lisa se acercó a su boca y comprobó que él estaba tan determinado como ella a no ser el primero en ceder. Así que, cuando estuvo a tan sólo milímetros de sus labios, Lisa le quitó la botella de agua que él aún conservaba y, sin darle tiempo a reaccionar, la destapó con rapidez y le echó el contenido encima.
Jungkook se quedó quieto, pestañeando, como si no acabara de comprender lo que había ocurrido, mientras la veía destornillarse de la risa sin ningún tipo de culpa aparente. Pero, a pesar de que la risa estaba haciendo estragos en su ser, las carcajadas pronto se atoraron en su garganta cuando Lisa fue consciente de la imagen que tenía frente a sus ojos.
El cabello de Jungkook se encontraba ahora alborotado y mojado, por lo que gotas de agua caían libremente hasta la piel de su pecho. Como si eso no fuera suficiente, se había colocado en la postura que parecía ser su insignia, con una mano en la cadera y todo el peso de su cuerpo colocado en una sola pierna; y sus ojos, fijos en el rostro de la chica, se habían entrecerrado notablemente.
Lisa lo vio soltar un suspiro y luego pasarse la lengua por los labios, en un claro gesto de frustración.
— Ven aquí —fue todo lo que dijo, y ella no tuvo que oírlo dos veces. No tenía sentido que pretendiera que no se estaba muriendo por hacer lo que él le pedía, por lo que prácticamente se lanzó hacia su cuerpo para ser recibida por una boca húmeda aún por el agua que ella misma
Incapaz de poder contenerse, Lisa se impulsó y rodeó su cintura con las piernas. Jungkook no pareció sorprenderse por su accionar, y estaba claro que era lo suficientemente alto y fuerte como para poder sostenerla sin ninguna dificultad, por lo que la rodeó con sus brazos mientras ladeaba la cabeza para profundizar el beso.
Estar con Lisa era como subirse a una montaña rusa, concluyó... y a él siempre le habían encantado las montañas rusas. En una sola noche, había descubierto la existencia de tantos lados diferentes en una misma persona, que Jungkook no podría decantarse por uno sólo de ellos. Todo en Lisa era exótico. Todo con ella era impredecible e intenso. Y la adrenalina que le producía su sola presencia no se asemejaba a nada que hubiera sentido antes.
Mientras retomaban su camino, Jungkook pensó que ya no se sentía tan ansioso por el futuro. Lisa hacía que todo fuera más fácil. Desde su genuina manera de reír por cosas comunes y corrientes, hasta la atención con la que sabía escuchar a los demás, todo en ella le resultaba reconfortante. Pasara lo que pasara, cuando la veía caminando a su lado con una expresión de alegría en su rostro, no podía dejar de pensar que había valido la pena salir de su habitación de hotel esa noche.
Cuando la escalera que conectaba la parte trasera de su hotel con la playa estuvo a la vista, Lisa se detuvo y tomó su teléfono móvil.
— Espera, quiero una selfie —declaró sin rastro de timidez alguna, haciendo que Jungkook sonriera. Lisa no solía andarse con rodeos para decir las cosas, y como carecía de reparos de ese tipo, él se sentía agradecido de que al menos uno de los dos supiera cómo "romper el hielo" con tanta facilidad. Sin embargo, ahora sabía que podía hacerla reír, por lo que no estaba dispuesto a perder la oportunidad de conseguirlo.
— Entonces me apartaré para que puedas tomártela —y, dicho esto, Jungkook se alejó de ella. La reacción que esperaba fue justo la que Lisa le brindó: reconociendo la diversión en su tono de voz, no dudó en sonreírle ampliamente.
— Bien, muchas gracias, eso era justo lo que-- —aventuró a decir, pero fue interrumpida cuando Jungkook volvió a su lado en un par de pasos largos y le dio un beso tan rápido como fugaz. Sin darle tiempo a reaccionar, le quitó el teléfono de la mano y, siendo el más alto de los dos, asumió que él sería el encargado de tomar la fotografía.
Pero, dado que no contaban con que la luz necesaria para que la selfie saliera bien supondría un problema, estuvieron un buen rato tratando de dar con el lugar perfecto. Finalmente decidieron que lo mejor sería que ella se subiera a su espalda y tomara la fotografía desde esa posición. Pero Jungkook no había previsto que la situación le resultaría extremadamente divertida a Lisa, quien no pudo dejar de reír en todo momento. Sacó varias fotografías en las que sólo Jungkook salió nítido —mientras ella se veía como un ser no identificado pero sonriente—, por lo que él se vio obligado a cambiar de plan.
Al final se las arregló para que Lisa dejara de reír y se concentrara en obtener aunque fuera una sola fotografía decente. Jungkook volvió a tomar el teléfono y le pasó el brazo que tenía libre por la cintura para atraerla hacia sí. Ella se pegó a él y sonrió cuando Jungkook apoyó levemente su cabeza en la suya. El morocho siguió sacando foto tras foto, convirtiendo el pedido de "una" selfie en una sesión de fotos improvisada. A pesar de que Lisa estaba encontrándolo verdaderamente divertido, cuando él volteó el rostro y lo acercó al de ella para besarla en el momento en que su dedo disparaba otra foto, tomó nota mental de poner esas fotografías a buen recaudo. Sería un problema si ese contenido caía en manos equivocadas, y ambos lo sabían, razón por la cual se encontró a sí misma sorprendiéndose por la gran confianza que Jungkook estaba depositando en ella al dejar esas fotos en su teléfono móvil.
Cuando finalmente dieron la sesión por terminada, se encaminaron hacia la escalera posterior del hotel, que en ese momento se encontraba siendo iluminada por una gran cantidad de luces incrustadas en los peldaños, arrastrando los pies a su paso. Mientras la subían, Lisa oyó que Jungkook soltaba un suspiro en medio del silencio que repentinamente se había instalado entre ellos, por lo que buscó su mano. Jungkook entrelazó sus dedos con los de ella como tantas veces lo había hecho ya en el transcurso de la noche, y se resignó a lo que estaba al llegar.
Sin embargo, no pudo seguir preparándose mentalmente para ello porque Lisa se detuvo bruscamente, provocando que él también lo hiciera, en una especie de reacción en cadena. Jungkook la miró, extrañado por semejante comportamiento, pero cuando vio que ella estaba mirando fijamente hacia algún lugar, siguió la dirección de su mirada y sus ojos simplemente se abrieron de par en par.
A tan sólo un par de metros por delante estaba la piscina principal del hotel, y a un costado de ella un par de jóvenes hablaban relajadamente. Ella estaba sentada en el borde de la piscina con ambas piernas dentro del agua, y él parecía estar muy a gusto acostado con la cabeza apoyada en su regazo. Jungkook podría haberlo reconocido desde cualquier distancia, pero cuando el joven alzó una mano de manera casual y la enredó en el largo cabello castaño de la chica, su rostro quedó ladeado de tal forma que le permitió confirmar de quién se trataba.
Continuará...
-o-o-o-o-
El verdadero ship de este fanfic es Jungkook/AGUA xD
Otro capítulo, ¡esta vez con la aparición de la segunda pareja que habíamos mencionado al principio de la historia! Sus identidades serán reveladas en el próximo capítulo, pero... ¿quiénes creen que podrían ser? ;)
¡Nos leemos dentro de dos semanas!
- Naty y Loly -
P.D: esta vez fue una canción en español, porque Lali es #amor *se iban cantando Una Na a los cuatro vientos*.
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