YoonGi house

º Like the Watterson º

Los tres niños miraban con curiosidad a la persona que había causado tantos problemas en su cómodo ambiente. Min SooNaeul, la mamá de YoonGi, misteriosamente había dado con el paradero de su hijo y ahora estaba preparándole sándwiches con jamón y queso mientras hablaba tranquilamente con un alterado y sorprendido YoonGi. Su papá estaba a su lado mirando todo por encima de su sándwich ajena a la situación entre su novio y su suegra.

Que rara la situación en la que se encontraban.

− JiMin, me tengo que ir con mi madre −avisó tomando su abrigo y su bufanda− Nos vemos mañana, adiós niños.

− No me quiero ir −se quejó la mujer− No cuando conozco a tus hijos y a tu novio.

− Que no −negó el pelinegro arrastrándola fuera de la cocina hacia la sala de estar− Diles adiós de lejitos.

− Eres un aburrido −rodó los ojos agitando su mano con una sonrisa− ¡Adiós JiMinnie! ¡Adiós niños!

− Adiós SooNaeul −se despidió el peligris− Gracias por los sándwiches.

− Fue un gusto −y ambas personas salieron por la puerta.

JiMin se encogió de hombros volteando a ver a sus hijos con una mueca divertida de confusión.

− ¿Ustedes que harían en mi situación? −preguntó.

Los tres se encogieron de hombros bajándose de la isla de la cocina y con Holly en sus brazos caminaron hasta su papá.

− No es nuestro problema −bufó JiWoo− Eres adulto, sabes manejar esto.

− No lo digo por mí lo digo por YoonGi −explicó− Son niños, su imaginación es grande.

− Es muy tonto pedir ayuda a tus hijos sobre el problema de otra persona −dijo SooBin− ¿Consuela a YoonGi? No lo sé, soy un niño, no soy buena con las relaciones humanas.

− Y se supone que eres la más inteligente de la casa −masculló JiWoo recibiendo un golpe por su hermano− ¡Hey! Eso dolió.

− Hum −JiMin suspiró− No hagan desastres.

Y sin más se fue a la planta superior dejando a los tres hermanos con muecas en sus rostros.

− ¿YoonGi estará bien? −se cuestionó Rosé− Me preocupa.

− No lo creo, se lo veía bastante enojado, parece que su mamá no es una buena mamá −contestó JiWoo− Mañana lo sabremos cuando venga a casa.

Y los tres también regresaron a sus habitaciones.

A la mañana siguiente, el mayor no pasó por su casa como de costumbre, deprimiendo de inmediato a los tres niños que esperaban atentos pegados a la ventana.

− ¿No vienen a desayunar? −preguntó su padre− YoonGi está ocupado, pronto vendrá.

− Tu no te ves preocupado −mencionó Rosé un poco molesta− ¿Ya no amas a YoonGi?

− Si lo amo, yo lo llamé para ver si estaba bien −sonrió palmeando la mesa− Vengan a desayunar.

Los tres niños se miraron entre sí antes de pucherear y caminar a pasos perezosos a la mesa. JiMin los miró con pena, besando a cada uno en sus cabezas para reconfortarlos.

− Él si va a venir −aseguró− Siempre viene para verlos, si no tendría tiempo me avisaría.

Los tres asintieron y empezaron a comer sus tostadas con huevos revueltos que su padre preparó. En poco tiempo terminaron, volviendo a la ventana para esperar el conocido carro del novio de su padre.

JiMin observó su comportamiento, dándose cuenta de lo importante que YoonGi era para los niños como para él mismo. Con discreción marcó el número de su novio y se encerró en la habitación.

¿Bueno? −se escuchó al otro lado de la línea, JiMin de inmediato se dio cuenta de lo desanimada y lo rota que se escuchó su voz.

− Hola, cariño, ¿Todo bien?

Pelee con mi mamá de manera tan desastrosa como años atrás −le contó, JiMin pudo sentir sus lágrimas a través de la llamada− Fue horrible, JiMin.

− Voy a ir para allá −avisó tomando sus cosas− Llamaré a alguien para que cuido a los niños, no te preocupes.

No, no.... −escuchó− Tráelos, ¿Si? No han conocido el departamento donde yo vivo.

JiMin asintió con una tímida sonrisa, aún sabiendo que no podía ser visto, cortó de inmediato y bajó para avisar a sus hijos de la salida. Ellos asintieron efusivamente corriendo a alistarse, y tan rápido como se metieron al cuarto salieron de ahí a velocidad de luz.

La familia se metió en su respectivo carro dirigiéndose por primera vez para los niños al departamento de YoonGi. 

¡Oh! y no olvidemos del pequeño perrito que los acompañaba.


Llegaron a un enorme edificio de casi 10 pisos en el centro de la ciudad. Los tres niños se bajaron del auto con completa sorpresa al ver al lugar tan asombroso en donde vivía el novio de su padre, había guardias y una señora muy bonita que organizaba unos papeles en la enorme recepción que contaba con cosas demasiado caras. Cuando su papá terminó de hablar con la señora esta los guio al ascensor de aquel edificio pulsando el botón del sexto piso.

Rosé apretó suavemente a su cachorrito en brazos cuando miró el enorme pasillo que daba al departamento de YoonGi, este estaba decorado con candelabros y objetos valiosos a los lados de cada puerta, menos en la última, a la que iban. Los tres vieron como su padre sacaba unas llaves de su bolsillo y abría la puerta tan tranquilamente.

- ¿Has estado aquí antes? -preguntó SooBin mirando a su padre.

- Si, veníamos aquí después de salir -explicó abriendo la puerta- Entren y no toquen nada.

Apenas entraron, los tres niños supieron de inmediato que YoonGi era sumamente rico, no solo por el espacioso departamento sumamente limpio, si no por todas las cosas que habían en el, desde el gran televisor en la sala, el gran patio con diversos accesorios detrás del gran ventanal y demás cosas así. Todo pulcramente limpio y ordenado.

Un sonido dentro de una de las habitaciones del departamento sacó a los niños de su ensoñación para correr a buscar al novio de su padre. Lo encontraron recostado en una inmensa cama, acurrucado con las sábanas y mirando fijamente su celular, ausente de su llegada. 

- ¡YoonGi! -gritó SooBin haciendo que el mencionado diera un salto- ¡Hoy no viniste a casa!

- Hola SooBinnie -saludó el mayor cargando al niño para subirlo a la enorme cama- Perdóname, hoy me sentía un poco mal.

- Tu casa es muy bonita -mencionó JiWoo- Es muy grande.

- Cuando seamos grandes voy a vivir aquí contigo y con Holly -aseguró Rosé mirando el curioso reloj de la pared- Y voy a tener un reloj como ese.

- Creo que es demasiado pronto como para afirmar eso, Rosie -rió JiMin acurrucándose también en la cama- Buenos días, Yoonie -le susurró al mayor.

- Hola Minnie -le susurró el otro aún con el niño en su regazo- Gracias por venir.

El menor le sonrió estirando sus labios para darle un lindo piquito a su novio. Mientras, las dos niñas ya se habían pegado a las ventanas con la increíble vista a la ciudad, señalando lugares que conocían y a los que visitaban a diario mientras su papá trabajaba.

YoonGi, como la primera vez que fue por los niños a la escuela, tuvo ese pequeño sentimiento de felicidad ante la hogareña imagen que tenía en su habitación, en su departamento que antes parecía ser tan vacío que lo incomodaba, ahora tenía las fuertes voces de tres niños que no paraban de hablar, más, la suave voz de su novio susurrándole lo que había avanzado en su trabajo. 

Ese tipo de situaciones era todo lo que necesitaba para seguir adelante, para enfrentar problemas y para recuperar y dar todo el amor que alguna vez sus padres le quitaron.

YoonGi era feliz con la pequeña familia que había llegado de la nada a ganarse un puesto en su corazón.

Y tal ves esa navidad ya no la pasaría solo en su oficina como tenía acostumbrado desde hace tiempo. 








-Mabel's

Se preguntarán, ¿Qué pasó? ¿Por qué eliminaste y volviste a subir los capítulos?

No me agrada la historia en su totalidad, por eso tengo planeada reescribirla de principio a fin cambiando algunas cosas, sin embargo se inmediato me arrepentí y volvía a subir los capítulos, una disculpa, mis más sinceras disculpas si fue molesto.

Mabel ya no volverá a hacer tremenda estupidez :( (pero si en un futuro cercano re-escribir los capítulos, o simplemente subir otra historia como me gustaría que fuera la narración y los personajes)

Por último, ¡Felices fiestas!

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