Nueva familia, nueva cita.
° Like the Watterson °
- Buenos días, Minnie -saludó TaeHyung caminando a su lado-. ¿Cómo te fue con...?
- No creo que YoonGi me quiera ver otra vez -admitió sin regresarlo a ver-. Ocurrieron demasiadas cosas en un día.
- ¿Malas? -asintió-. ¿Al menos fueron divertidas?
- No, TaeHyung, fue lo peor -contestó-. No creo que pueda verle a la cara de nuevo.
- Bueno, te deseo suerte, supongo -JiMin lo miró confundido mientras se marchaba y cuando volvió la mirada se topó con su jefe y ex-cita fallida: Min YoonGi, el hombre que posiblemente está decepcionado de él. JiMin quería morirse y renunciar en ese momento.
- Buenos días -saludó el pelinegro abriéndole la puerta de su oficina.
- Buenos días -correspondió fríamente.
Ignoró los apodos del mayor por aproximadamente 2 horas seguidas, sabiendo lo mucho que lo enojaba y no, no le divertía, su relación no debía ir más allá que jefe-empleado.
Pero muy, muy en el fondo disfrutaba lo enojado que estaba y sí, quería ir más allá con la relación.
- Oye JiMin -llamó-. ¿Cómo están tus hijos?
Eso definitivamente sorprendió a JiMin.
- Bien, supongo -contestó actuando normal-. En la escuela.
Ni siquiera miró directamente a los ojos del mayor quien siguió con lo suyo por unos cuantos segundos y para suerte de JiMin, el timbre del descanso ya había tocado.
- Te acompaño -avisó cuando el peligris estaba ya en la puerta de la oficina, congelándolo-. Yo soy quien tiene un auto.
Negó con la cabeza repetidamente.
- N-no YoonGi -tartamudeó-. TaeHyung tiene hijos en la misma escuela y él me acompañará en recogerlos, y-yo no quiero hacerte perder u tiempo.
¿YoonGi estaba aprovechándose para poder almorzar con la familia y ya dejar de sentirse solito? Si, efectivamente.
- Pero tenemos asuntos pendientes de que hablar -se excusó-. Vamos, te espero en mi auto.
Y antes de que pudiera responderle el pelinegro se marchó de la oficina.
JiMin sentía desfallecer.
Después de contarle lo ocurrido a su mejor amigo y que este se burlara por más de 5 minutos ya se encontraba en un auto junto a su jefe, enfrente de una escuela, esperando a que sus hijos salieran.
Le estaba suplicando a Dios que un camión le chocara en ese momento y lo dejara en el hospital, sin heridas graves, solo que lo aleje de esa situación. Pero supo que estaba jodido en cuanto YoonGi le sonrió y levantó la mano a sus tres niños.
¿Era un buen momento para guardar esa imagen mental tan tierna y hermosa? Si y no.
Los tres niños le restaron importancia subiéndose al auto, primero entró JiWoo, luego SooBin y por último la pequeña rubia, Rosé. Después de todo, creían que debían acostumbrarse porque de ahora en adelante sería así todos los días.
Ignoraron a los dos mayores y decidieron entablar otra conversación animada, alegrando el pequeño sentimiento de YoonGi y animando a JiMin.
Después de todo, si se veían como una bonita familia.
- Y bueno, ¿ A donde vamos? -preguntó el pelinegro.
- A mi casa, los niños necesitan almorzar -JiMin se pausó meditando lo que próximamente iba a decir-. ¿Quieres acompañarnos?
YoonGi sonrió para sus adentros asintiendo y agradeciendo mientras que el subconsciente de JiMin lo reprochaba a la vez que se enamoraba de la sonrisa del mayor.
¿Todavía hay tiempo para no ilusionarse o encariñarse?
Se estacionaron en la pequeña casa de la familia y todos juntos bajaron del auto, las dos pequeñas entraron haciendo una especie de carrera a su habitación mientras que el menor se sentaba en el sofá y encendía el televisor. Ese ambiente se sentía demasiado hogareño para YoonGi.
- ¿Quieres ayudarme o jugar con mis hijos? -nuevamente, JiMin se reprochó por preguntar tal cosa.
YoonGi dudó un momento, o podía hablar con JiMin y crear una amena conversación para después invitarlo a salir o jugaba con las dos menores y entendía su comportamiento y su extraña atracción hacia los problemas.
Optó por lo primero y se puso un delantal al igual que JiMin.
Luego escuchó risitas y al observar por la pared se encontró a las dos niñas en el sofá con bonita ropa en conjunto, miró a JiMin con una ceja alzada que de inmediato sonrió avergonzado.
- Cuando las adopte yo tenía una especie de obsesión con la ropa de en conjunto -admitió cortando los tomates-. Y creo que la sigo teniendo, pero con moderación.
YoonGi rió ayudándolo con las demás verduras.
- Que bueno que no le compraste conjunto de tres, yo los veo por todas partes -habló, pero cuando vio el rostro sonrojado de su secretario no pudo evitar reírse a carcajadas-. ¿Enserio?
- Estaban en oferta -contestó con un puchero-. Era inevitable comprarles seis bonitos conjuntos.
Ignorando la confesión, YoonGi se quedó enamoradísimo del peligris, quien no se percataba de la mirada enamorada de su invitado.
Era ahora o nunca.
- JiMin -llamó dejando de cocinar-. Tengamos otra cita.
JiMin se mantuvo serio.
- ¿Enserio piensas darme otra oportunidad? Tengo 3 hijos, por si no te diste cuenta.
- Solo una -sugirió-. Y si no lo quieres ya no me ves más.
JiMin rio sin levantar la mirada.
- ¿Cuándo?
El viernes, a las 8 de la noche.
Y fue así como ambos terminaron de preparar el delicioso almuerzo.
- Llama a los niños a almorzar y yo preparo la mesa -ordenó JiMin tranquilamente.
Y YoonGi por primera vez se sintió tan hogareño y familiarizado con el momento de recibir a niños abrumados y a la vez tranquilos por las aventuras de la escuela, mientras a veces era él era el foco de atención y lo llenaba de preguntas, y otras veces simplemente era opacado por las miles de historias y problemas por contar.
Definitivamente estaba en el lugar correcto.
-Mabel's
Perdonen las faltas si hay alguna :'(
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