Mujeriego(?)

º Like the Watterson º

- ¡Te juro que dijo todo eso! -insistió bajo la atenta mirada de JiWoo-. ¿Vas a dejar que le haga daño a Rosé?

- Por supuesto que no -negó la castaña-. Pero, ¿No habrás escuchado mal?

- No, JiWoo, escuché bien -aseguró el menor-. Él se está aprovechando del amor de Rosé.

- ¿Sabes? Hoy Rosé me habló muy emocionada de él, entonces por el momento no quiero pensar en eso -JiWoo resopló-. Pero cualquier cosa super, super mala de él me avisas ¿Va?

- Va -chocaron sus puños y se separaron.

Obvio que a este punto ya conocen la curiosidad de SooBin en este tipo de situaciones, y si algo le enseñaron las telenovelas que veía junto a su tío, es en que no se debería confiar ni en la mosca que pasaba a tu lado.

Por eso, en la escuela, se encargaría de hacerle entender a ese tal JungHoon que con su hermana no se juega.

Caminó por los pasillos, totalmente desolados por el gran partido que se estaba celebrando justo en ese momento, y que por lógica de todos nadie se lo debía perder. Pero aunque quisiera ir, no se desconcentraría en el plan inicial para librarse de ese tonto JungHoon.

Cuando llegó por primera vez a esa escuela le dieron un recorrido por todos los salones y lugares del recinto, esa misma maestra de alguna manera le vio cara de deportista aunque llevara montones de libros y en secreto le mostró un atajo por el sótano para llegar a los vestidores de los chicos más rápido que si cruzaba toda la cancha donde se realizaba el partido.

Y por supuesto, en esos vestidores se encontraba esa persona.

Tardó cinco minutos en llegar a los vestidores, abrir una puerta y entrar sin que nadie se preguntara que hacía ahí, y solo bastó pasar a un par de persona para encontrar a JungHoon rodeado de mucho chicos.

Y se iba a acercar y encararlo en frente de todos, pero un chico raro se le acercó medio extrañado.

— ¿Hola? ¿Eres del equipo? —era alto, rubio, de ojos y sonrisa parecidos a los de YoonGi y un uniforme de fútbol.

— No te incumbe niño —respondió tosco tratando de pasar, pero el chico alto se lo impidió.

— Ey, aquí el niño eres tú.

—Solo quiero hablar con JungHoon —explicó—. Es amigo mío.

— Dime tu nombre y le pregunto por ti —SooBin quiso ahorcarlo en ese mismo momento.

— Soy Park SooBin, hermano de Park Roseanne —dijo enderezando su postura—. ¿Y que si me conoce o no?

— Soy su hermano —SooBin bufó—. Soy Kim YeonJun.

— Me lo imaginé, de algo eres feo —YeonJun frunció su ceño—. ¿Ya me dejarás pasar? ¿O me mirarás con ese mal genio hasta el final del partido?

— No, no te dejaré pasar —se negó YeonJun.

—  Ay, al niño bonito se le quebró el ego por primera vez —se burló, e iba a volver a pasar por su lado pero el niño raro lo volvió a detener agarrándole el brazo.

— Ya te dijo que no, niño —susurró señalándolo con el dedo, pues ya habían captado la atención de algunos presentes.

— ¡Uy, JungHoon, tu hermanito está regañando a su pareja! —gritó uno de los chicos. Y el corazón de ambos latió bien fuerte al escuchar el nombre "pareja", separándose al instante.

JungHoon alzó una ceja.

— YeonJun, deja de molestar a SooBin, no te hizo nada, deja de actuar como niño de tres años —dijo con un tono cansado—. SooBin, perdona el inconveniente con mi hermano, pensé que se llevarían bien por sus mentes inteligentes y sus edades cercanas.

¿Inteligente? ¿Ese niño tonto?

— ¿Pasó algo? —JungHoon se acercó a él y lo alejó del muchacho.

— Ehh....—balbuceó sacando una carta de su bolsillo, estaba tan conmocionado por lo que dijo el chico desconocido momentos atrás que tuvo que recurrir al plan B, darle una carta que escribió con antelación—. Mis hermanas me buscan, adiós. 

Y salió corriendo de ahí, con un sonrojo enorme en sus mejillas.

SooBin llegó a la recepción del gran edificó donde trabaja su papá, corriendo de inmediato al elevador y marcando el piso indicado de un salto. Cuando se abrieron las puertas, saludó a su papá con un abrazo de medio segundo y entró a la gran oficina que tenía YoonGi.

— ¡A que no adivinas! —gritó al entrar pero su energía paró al ver a más personas en el lugar. YoonGi le sonrió con cariño indicándole que pasase, sin embargo solo caminó con la cabeza gacha y se escondió detrás de la pierna del mayor.

— Lamento la interrupción —se disculpó aún manteniendo su sonrisa.

— No lamentes nada, ya nos íbamos igual —le sonrió una de las personas—. Hasta la semana próxima, Min YoonGi.

— Hasta la semana próxima —se despidió y miró como se retiraban—. ¿Qué noticia increíble me traes a contar tan temprano?

— ¿Arruiné algo? —preguntó con sus característicos ojitos de cachorrito, el mayor negó.

— Ya se iban, solo nos estábamos despidiendo —contestó cargando al niño hasta el escritorio—. Pero, eso no es importante, por algo viniste aquí ¿No es así?

SooBin asintió efusivamente cayendo en el respaldo de su silla especial, silla que mandó hacer YoonGi al ver las frecuentes citas del menor de los Park.

— Lo mantuve vigilado, como tú me dijiste —el mayor asintió—. Y descubrí que no le gusta Rosé, que solo acepta las cosas que ella le da por ser amable —bufó—. Entonces hoy, mientras había partido, me fui a encararlo en los vestidores de la escuela y un niño tan molesto no me dejó, se portó muy mal conmigo y un una de esas me dijo que no me dejaría pasar bien cerca de mi cara, entonces otro chico del grupito gritó "YeonJun está peleando con su parejita" y ahora corre un rumor sobre mí un niño raro.

El niño suspiró mirando con ojitos suplicantes a YoonGi.

— ¡Qué vergüenza! ¿Qué debo hacer? —puchereó y volteó a mirar a la puerta cuando está fue tocada suavemente.

JiMin entró a la habitación con algunas carpetas en brazos, con una pequeña sonrisa en el rostro.

— YoonGi me está quitando a mis hijos, ya díganme, ¿Qué pasó? —dijo extendiéndole los papeles a YoonGi—. ¿Qué pasó SooBinnie?

Y SooBin volvió a contarle todo a su papá, que no dudó en soltar un pequeña risa.

— No es gracioso papá, ya pasé la peor vergüenza de la vida —se quejó—. Ah, y a Rosé la están ilusionando bien feo.

— Ya me lo contó YoonGi, amor mío —le sonrió—. Y esas cosas pasan, vas a pasar muchas vergüenzas mientras crezcas, algunas un tanto divertidas, otras molestosas , lo importante es darse cuenta que el tiempo pasará y nadie se acordará de eso.

— Posiblemente, en unos años, ni  te acordarás de ese tal YeonJun —intervino YoonGi

— Ojalá —puchereó de nuevo recibiendo un besito por parte de JiMin en la cabeza.











-Mabel's

¿1k? ¿Desde cuándo llegamos a esa cantidad? Lloro brillitos TT

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