Alaska ya estaba preparada para que el carruaje pasará por ella, había decidido con su hermano que era lo mejor ya que para llegar donde su hermano tenía que tomar varios trenes y un carro para que la llevara al lugar, así que esta solución era más sencilla.

El carruaje había llegado Alaska empezó a subir en este pero se vio interrumpida por una Lechuza que le soltó un paquete en el aire y Alaska rápidamente uso un encantamiento para poder traerlo a ella.

Para: Alaska Malfoy.
De: James Potter.

Alaska sonrió un poco para poder subir por completo al carruaje al estar dentro de este el carruaje prendió vuelo en el aire mientras ella veía el paquete que se posaba en su regazo.

Alaska empezó a abrirlo sus ojos quedaron fascinados por lo que tenía en frente era una gran variedad de libros que le había contado a James que le gustaría tener y que eran de edición limitada.

Alaska no pudo contener una gran sonrisa de sus labios y se propuso mandarle una carta agradeciendo el regalo que le dio.

James Potter se encontraba afueras de la puerta de su casa mientras observaba todo con detalle, aunque habían pasado algunos meses se dio cuenta que el pasto estaba un poco más largo de lo normal, había plantas nuevas y las viejas estaban floreando.

Toco con sus nudillos la puerta de madera negra que unos segundos después gusta abierta por un elfo que lo miró y no tardó en hacer una reverencia, el elfo tomó el equipaje de James mientras él se dirigía a la sala donde sabía que se encontraban sus padres.

Euphemia al verlo le sonrió un poco para pasarse y darle un corto abrazo a James al igual que Fleamont, al tenerlo en frente lo estudiaron con la mirada, Euphemia frunció el ceño al ver el uniforme tan arrugado y desordenado.

-¿Qué es esto James?, porque tan desordenado el uniforme no me digas que hace andas todos los días en hogwarts.-dijo Euphemia mirando a James con reproche.

-Mamá es por el viaje nunca ando así.-dijo James con sinceridad y era cierto el odiaba que su uniforme se desordenara durante las clases.

-¿Qué tal te está yendo con encantamientos?, me entere que te asignaron a Alaska Malfoy como tu tutora.-Cuestiono Fleamont con una ceja alzada.

-Creo que bien, el profesor Filius Flitwick me dijo que en las vacaciones me entregaban los resultados de mis pruebas con los encantamientos de primero.-dijo James haciendo una pausa.-Pero además de eso vamos muy avanzados ya estamos por la mitad de los encantamientos de segundo año.

Fleamont parecía un tanto sorprendido por lo dicho por James.-Parece que la Malfoy ha sido de mucha ayuda estos meses no.

-Claro que lo fue padre si no, no estaría tan seguro que saque una buena calificación en la prueba.

Euphemia sonrió de lado orgullosa aunque no lo aceptara se sentía muy orgullosa de James, había veces que tenía que ser dura con él aunque no lo quisiera.

-Bueno vamos a comer algo que debes estar hambriento James.-dijo Euphemia con una sonrisa cariñosa.

James con tan solo pensar en la comida de su madre se le hizo agua la boca.

Al llegar a la cocina todo estaba más que limpio, había un desayunador con cuatro comidas y eso hizo que James frunciera el ceño.

-¿Por qué cuatro si somos tres? -Cuestiono James con una ceja alzada.

-Porque esperamos a alguien.-dijo Fleamont con una sonrisa cómplice mirando a Euphemia.

-¿No me digas que ya llego? -dijo James con un brillo en los ojos.

Euphemia solo asintió y la puerta de la cocina se abrió dejando ver a una castaña de ojos marrones con una sonrisa en sus labios.

-¡James!-Grito la castaña abalanzándose a los brazos del azabache.

-¡Pero mira que grande estas Diane! ¡Todo una señorita hecha y derecha!-Dijo James atrapando a la castaña en el aire y dándole vueltas en el aire.

-¡Bájame James, me estoy mareando!-Dijo Diane riendo.

James la puso en suelo y Diane se tambaleo un poco de un lado a otro, pero al ver la comida se recompuso haciendo que Fleamont soltara una risita.

-Bueno a comer-propuso Diane.

Todos los demás de esa habitación solo rieron al ver que la actitud de Diane no había cambiado nada desde la última vez que la vieron.

Alaska había llegado a la mansión donde se había estado quedando su hermano junto a Narcissa estos últimos meses, la mansión parecía más cálida que la que estuvo viviendo la mayoría de la parte de su vida.

Al entrar se dio cuenta que era muy cálida y luminosa hizo le agrado bastante, al entrar a la cocina pudo observar como Narcissa y Lucius trataban de cocinar, pero en cambio de eso parecía que habían tenido una pelea de harina pues estaban bañados en ella.

-Parece que se llevan más bien cada día ¿no?-Dijo Alaska recargándose en el marco de la puerta viéndolos divertidos.

Los dos pararon de inmediato lo que estaban haciendo para mirar a Alaska.

-Hola Alaska, ¿Cómo estás?-dijo Narcissa dándole una sonrisa de bienvenida.

Alaska vio que Lucius y Narcissa se empezaban a acercar a ella mientras limpiaban todo.-No, no ustedes sigan con lo suyo yo nos los interrumpo habrá más tiempo para hablar.-dijo Alaska saliendo de la cocina con una sonrisa cómplice.

Lucius y Narcissa le hicieron caso a Alaska y siguieron "cocinando" esas galletas, apenas iban por la masa y parecía mas una mezcla toda rara y liquida así que siguieron tratando de arreglar eso para poder hacer las galletas.

Alaska subió las escaleras mientras que en su mano izquierda cargaba su baúl, ya que por lo que le había dicho Lucius no tenían elfos domésticos solían hacer la mayoría de las cosas con magia o contrataban a un elfo pero solo para hacer una sola tarea.

Al llegar a la habitación que le había sido asignada la pudo apreciar muy bien, era de color crema lo que más relucía eran las hermosas plantas que recorrían la habitación, dejo el baúl en el suelo para después irse a ver el hermoso balcón que había afuera al salir pudo apreciar el hermoso jardín verde con flores por todas partes, había una zona exclusiva para tomar él te o desayunar al aire libre.

Alaska decidió recorrer más a fondo la mansión, le parecía maravillosa como estaba decorada y la vibra que transmitía mientras más la recorría, lo quemas quería observar Alaska de la mansión era biblioteca sentía que iba ser su lugar favorito de toda la mansión.

Al llegar a la mansión pudo observar dos grandes puertas de color dorado que con la madera de color crema combinada perfecto, al abrir las puertas se topó con grandes libreros en el primer piso pues parecía que no tenía fin, al lado de los libreros había una pequeña sala den estudio como también dos puertas del mismo color de las del principio Alaska dedujo que uno seria el baño y en la otra una pequeña habitación por si se te hacia tarde en la biblioteca poder dormir ahí, Alaska pensó que la utilizaría más de los que pensaba en su estancia.

Hola!!! ¿Cómo están? Aquí tienen un nuevo capítulo de Like Stars espero y lo disfruten trate de terminarlo lo más rápido posible para terminarlo hoy y aquí lo tienen.

¿Qué les pareció el capítulo?

Se me hizo tierno de parte de James que le mandara un regalo a Alaska.

¿Qué creen que sea Diane de parte de James?

Lucius y Narcissa tratando de hacer galletas y llevarse bien.

¿Qué le pareció como describí la mansión?

¿Teorías?