Like Snow White #24
—¿Creíste que te daríamos el arma con el cartucho lleno? Solo tenía una bala cuyo nombre era el de Siyeon, la tuya está en esta arma y pronto la tendrás contigo— Keon Hee cargó el arma y volvió a apuntarme —Adiós enana.
Cuando pienso que es tarde un fuerte ruido se escucha afuera, golpes y quejidos de hombres.
—Woah, eso fue intenso— la voz escandalosa de Yoohyeon se siente como eco por todo el lugar.
Tanto Keon Hee como Jo In Sung se ponen a la defensiva, esto no estaba en sus planes y es la mejor parte.
—Pero, ¿cómo? — exclama el más joven de los dos al ver a mis hermanas y Minji paradas allí, con bates, y tubos en las manos parecidas a una pandilla callejera, admito que se ven algo intimidantes.
—Deberían contratar mejores vigilantes, a esos les pateamos el trasero— una vez más la que hablo fue Yoohyeon.
Quise reírme en sus caras.
[Días antes]
—Este será el plan, todas desde que estamos en el orfanato sabemos defensa personal para poder evitar a los bulling— las demás chicas asienten.
—Además desde que entré en las Fuerzas Especiales las metí en cursos de artes marciales, así que todas y cada una de ustedes saben pelear, incluida tú Minji—sonríe en dirección a Yoohyeon y sé que están nerviosas, pero debemos planear todo bien.
—Me pondré en contacto con Wheein, ella nos ayudará con esto.
—¿Tú compañera de servicio? — pregunta Gahyeon.
—Si, a veces hablamos, y aun está de servicio al país, ella nos podrá conseguir dispositivos rastreables para que todas podamos tenernos en radar.
—Esto es emocionante— chilla Yoohyeon y todas la miramos con reproche —Bueno, omitiendo el que nuestras vidas están en juego.
—Con Wheein podré planear mejor todo para poder atrapar a esos dos.
—Entonces no hay más nada que hablar, ponte de acuerdo con ella, nosotras andaremos atentas— habló Minji.
—Bien, ahora cenen tranquilas, cuando las deje en casa iré a contarle todo a Siyeon— bebo de mi copa y las chicas me miran y sonríen sospechosamente.
—¿Qué?
— Vas a besuquearla ¿verdad? — Yoohyeon dijo aquello haciendo que me atorase con el vino.
—Yoohyeon— Minji la regaña y todas comienzan a reír, era obvio que no dejarían ese tema ahí.
[...]
—Dijiste que ya las tenían— le grita Jo In Sung a su ahijado.
—Y las tenían, yo mismo lo comprobé— nervioso movía el arma de mi dirección a mis hermanas, esa arma es peligrosa, un disparo podría herirlas.
Aprovecho que ellos están nerviosos y no prestan atención, dirijo la vista al suelo, a un paso de ellos donde se encuentra Siyeon quien disimuladamente sonríe, debo hacer que se alejen de ella.
— ¡Tú! — me apuntan una vez más —Pagarás por esto puta— mis ojos se abren sorprendida, así que al final vendrían a por mí.
[Horas antes]
—Maldición— golpeo la pared con fuerza por la rabia que siento.
Esto es muy repentino, ya llamé a Wheein para localizar a mis hermanas, debemos tener cuidado. Si solo hay tres tipos con ellas allá, sé que podrán solas con esto, pero igual me preocupan.
—Bora— Siyeon llama a la puerta de la casa, me vine a acá lo más rápido que pude.
—Handong, Minji— las nombro al verlas entrar junto a Singnie.
—Pase a buscarlas, perdón la demora— sin pena por la presencia de las otras la bese nerviosa.
—¿Llamaste a Wheein? — me pregunta al separarnos.
—Si— respiro profundo —Además ya recibí la dirección del lugar al que te debo llevar— Handong y Minji nos miran curiosas.
—Quieren que le dispare a Siyeon— ellas abren sus ojos preocupadas —Tranquilas, pensamos en una situación así, y planeamos algo.
—¿Qué harán? — pregunta Minji.
—Usaré un chaleco antibalas— yo asiento y me fijo que Handong está intranquila.
—Dongnie, tranquila sí, todo saldrá bien— me acerco a ella para abrazar a mi hermana —debemos movernos rápido— beso su frente.
—Haremos que esos desgraciados paguen.
[Llegando a la fábrica]
—Recuerda fingir confusión— le digo a Siyeon en el auto, falta poco para llegar.
—Lo sé, descuida— suspira pesado.
—El disparo dolerá— bajo la velocidad del auto al llegar a una curva.
—Lo imagino— por el rabillo del ojo la veo ajustarse el chaleco bajo de la blusa y el abrigo, tuvo que cambiarse de ropa para que no se notase que lo llevaba.
—Te amo— ella me mira rápido haciendo un tosco movimiento de cuello que la hace quejarse por el tirón.
—Torpe— le digo y con mi mano derecha le hago un pequeño masaje en el cuello y la otra mano en el timón del auto.
—Sé que es repentino, pero deseaba decírtelo— vuelvo las dos manos al timón y ya por el GPS del auto veo que ya estamos en el lugar.
—Bora.
—Ya llegamos— sin quererlo la interrumpo mientras detengo el auto.
—Ey— llamo su atención y tomo su mano —Saldrá todo bien— beso su mano con ternura, está preocupada, pero ya estamos aquí no podemos demorarnos más.
[20 minutos antes]
—Me aburro— dice una traviesa Yoohyeon sentada y amarrada a usa silla.
—Qué dices niña, están secuestradas, pero te ves muy relajada— el tipo se acerca a la silla de ella.
Bora estaba bien en su pensamiento, solo eran cinco en total, los dos que estaban con Keon Hee y los otros tres con sus hermanas.
—No le haga caso señor, estamos muy preocupadas— dice Gahyeon fingiendo mucho temor.
Las tres chicas "secuestradas" habían estado todo ese tiempo analizando la situación, el lugar y a sus secuestradores. No llevaban armas a parte de chuchillos más bien navajas suizas, los cuales desde que las habían amarrado los metieron en sus bolsillos como si las sobrevaloraran como débiles. Pobres ilusos.
Dami que era la que había estado callada todo el tiempo desde que estaban ahí ya había empezado a cortar la soga de sus muñecas que la mantenían en la silla con una pequeña cuchilla que escondía en su ancha pulsera de tela, siempre pensó que le sería útil.
—¿Se están burlando de mí? — exclama el hombre que ellas habían identificado como el más idiota de los tres.
—Ravn, cállate de una vez y deja a las chiquillas en paz, ven para acá— el que identifican como el líder, el otro era Xion, ese es el más callado de los tres, ni siquiera parecía interesado en lo que hacían.
—Yoohyeon— a penas los tres se distrajeron Dami llama a la más alta de ellas y le muestra que ya tiene libre las manos.
—Ni...ce— fue realmente torpe, casi grita aquello, pero bajo el volumen a tiempo, aunque llevaba rato hablando boberías así que aquellos tres ya la ignoraban.
—Idiota, harás que nos maten.
—Ni siquiera nos han golpeado como les ordenaron, no parecen bandidos ellos.
—Escuche cuando Xion les dijo que no golpearía niñas, al parecer los hizo reflexionar— comento bajo Gahyeon.
—Ay, bueno a ese no lo golpearemos mucho— Yoohyeon se ríe intentando controlar su tono.
—Yoohyeon maldita sea, contrólate— le dice Dami quien ya estaba detrás de ella cortando su soga.
A penas terminó Yoohyeon mantuvo las manos detrás y vigila a los secuestradores que estaban parados en la puerta de lo que parecía un almacén.
—Bora ya debe estar buscándonos— dice Dami terminando con la soga de Gahyeon para volver a su silla, debían ver que harían antes de irles encima.
—Sí, nuestros celulares están sobre aquella mesa, por el GPS podremos ver dónde está ella e ir a buscarla— susurra Gahyeon.
—Bien, yo voy a por Ravn, y ustedes a por los otros dos— dice Dami y sus hermanas asienten.
De pronto se quedan quietas, bueno, menos Yoohyeon; al ver que Xion sale del lugar. Bien, uno menos.
En silencio se paran y Gahyeon abrió los ojos como platos al ver a sus hermanas coger las sillas para acercarse a los tipos y golpearlos con estas en la cabeza haciendo que cayeran al suelo inconscientes.
El estruendo hace que Xion se regrese al almacén para ver como sus compañeros estaban inconscientes en el suelo y las chicas estaban en posición de pelea.
—¿También quieres un sillazo? — pregunta burlona Yoohyeon y no se esperó ver al castaño elevar hasta los hombros las manos en señal de rendición para decir —Que flojera.
Las chicas parpadean incrédulas. —Bueno, fuiste agradable con nosotras así que ¿puedes por favor sentarte en la silla para amarrarte? — pide la amable Gahyeon y el hombre hace lo pedido con total calma.
—Bien, busquemos a las chicas— dice Yoohyeon quien estaba animada por lo divertido que le parecía todo aquello.
—Esto es raro — dice Dami mirando algo en su celular.
—¿Qué sucede? — pregunta la menor parándose a su lado.
—Según el GPS, Bora y Siyeon están cerca, Handong y Minji también salen cerca.
—Pues que esperamos, vayamos a buscarlas— dice Yoohyeon agarrando un tubo que estaba en el suelo seguida por Gahyeon quien tomo una de las patas de las sillas rotas.
—¡Chicas! — escuchan esa voz conocida y el corazón a Yoohyeon se le acelera.
—Minji— corre hacia ella y la abraza feliz —¿Y Bora? —, pregunta al besar la mejilla de la rubia quien enrojeció.
Gahyeon y Dami abrazan a su hermana mayor —¿Están bien? —, pregunta revisándolas.
—Sí, gracias a la moral de él— señalan al castaño que ni caso les hacía.
—Supongo que son las responsables de estos dos— dice Minji casi riendo al ver a los tipos inconscientes en el suelo.
—Sí, fue divertido— dijo Yoohyeon.
—Debemos apresurarnos, Bora y Siyeon nos necesitan— habla Handong.
—¿Y Wheein? — pregunta Gahyeon curiosa.
—Ella está por llegar, dijo que vendría con la policía para detener a esos malditos— comentó Minji —Ahora vayamos, ayudémoslas.
[Presente]
— ¡Tú! — me apuntan una vez más —Pagarás por esto puta— mis ojos se abren sorprendida, así que al final vendrían a por mí.
— ¡Alto! — exclama Wheein entrando al lugar con otros tres policías armados apuntando hacia Keon Hee y Jo In Sung.
— Baje el arma, no me obligues a disparar— le advierte.
Él se pone más nervioso aun y deja de apuntarme para dirigir la mira a Wheein. Los policías están atento a sus movimientos. Debo ser rápida y evitar que alguien salga dañado.
Corro rápido hacia él y cuando se percata de esto apunta en mi dirección y dispara. En ese preciso momento los policías le disparan a él mientras que caigo por el fuerte disparo en mi abdomen.
— Joder — me quejo por el dolor además la caída también dolió, he perdido algo de práctica.
— Hermana— escucho el grito de las chicas y siento como alguien se sienta a mi lado y abre mi camisa.
— Torpe— me golpea y abro mis ojos — Se supone que debes tener experiencia en esto— veo que es Siyeon preocupada y adolorida por el disparó que recibió antes en el chaleco.
— ¿Cómo te vas a lanzar así sobre él? te imaginas si te disparaba en la cabeza y no en el abdomen, tu chaleco no hubiera servido para nada, torpe, torpe— me quejo por el dolor.
Las demás llegan a donde estamos preocupadas y yo les sonrió, maldición duele, pero al menos no estoy muerta.
— Te amo idiota— mi corazón muere de felicidad al escucharla decir eso y me siento adolorida, al acomodarme ella me besa y casi hace que caiga hacia atrás otra vez.
— Y yo a ti mi princesa— le digo al dejar de besarnos.
— Amm, estamos aquí también saben— escucho a Dami decir y abro mis brazos, ellas entienden rápido y todas nos abrazamos felices.
— Bora— escucho la voz de Wheein y le prestó atención separándome de mis hermanas un momento.
— ¿Lo grabaste todo?
— Si, se pudrirán en prisión— le digo y ella sonríe notándose su característico hoyuelo — En cuanto al asesinato del señor Lee...
— Descuida, se abrirá el caso, haremos pagar a esos hombres— dice y coloca la mano en mi hombro — Tus madres estarían muy orgullosa de ti— sonrió feliz al escuchar eso — De todas vosotras.
— Gracias Wheein— ella asiente y se regresa a donde están los policías para darle órdenes.
— Hola— le digo a una distraída Siyeon.
— Hola— dice acomodando un mechón de su cabello detrás de la oreja.
— Happy Ending— le digo en inglés a broma y ella sonríe hermosamente.
— Si, ya no tendremos que preocuparnos por ellos— se acerca a mí y la abrazo.
— Oye, no es justo, todas queremos abrazos— exclama Yoohyeon y las demás junto con ella vienen hacia nosotras a abrazarnos una vez más.
Amo a mi familia, a mi mejor amiga, y la amo a ella, gracias señor Lee por criar una hija tan maravillosa, descanse en paz.
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