Like Snow White #19

— Siyeon.

La llamaba para que dejará de hacer lo que hacía.

— Siyeon, por favor detente.

— ¿Por qué? — hacia tiernos pucheros que no pasarían tanto por alto si no estuviera con este nivel de alcohol y prácticamente encima de mí.

Después de salir del restaurante tenía planeado regresarla a casa para descansar, mañana martes tenemos reunión con las víboras que tiene en su empresa como ejecutivos –tengo que encargarme de ellos antes de que me aleje-, pero la señorita Lee Siyeon dijo que debíamos venir a un bar a distraernos.

— ¿Por qué tenías que casarte con mi padre?

Íbamos de camino al parqueo, yo la llevaba prácticamente encima de mí porque casi no se podía mantener en pie. Había bebido mucho y desde que comenzó a hablar de más decidí que era hora de irse.

Esta pregunta la hizo enredando un poco la lengua, pero la había entendido bien por lo que me detuve de golpe para luego apoyarla en el capo del auto.

— Vayamos a casa Singnie, y sabes porque lo hice— no me había alejado de ella.

— ¡No! — hablo con fuerza empujándome para ir hasta la puerta del auto y apoyarse ahí.

— Signie, debemos irnos, por favor, ya te he contado todo— no sé cómo actuar ahora.

— Tú llegas y te metes en mi corazón— me dice gritando e intento mantenerme tranquila — y...y eres la viuda de mi papá, lo nuestro no, yo, ¡no quiero! — todo lo que dice es desordenado pero mi corazón está inquieto, ¿y si me aleja de ella?

— Singnie, mi hermosa princesa.

Me acercó a ella hasta acorralarla contra el coche — No hagas esto—, me dice suspirando por mis caricias a su rostro.

— Lee Siyeon, yo te quiero— confesé y preparé mi corazón para destruirse por un posible rechazo.

— Y yo a ti— Siyeon responde bajando la cabeza y abro mis ojos sin saber cómo reaccionar.

— Pero no puedo.

— ¿Qué?

— Tú eres la viuda de mi padre— ¿qué?

— Siyeon, Siyeon todo fue planeado, todo, y ya te lo he contado varias veces— dije desesperándome un poco.

— Para el mundo no fue así— no Singnie no llores.

Agarro su rostro y limpió sus mejillas mojadas por las lágrimas.

— A mí no me importa el mundo— le susurré cerca de su rostro, y besé su frente.

— Lo creo, no te importa nada— dijo ella casi con despecho y nunca pensé que me diría algo así.

— ¡Me importas tú! — suelto su rostro y prácticamente le grite eso.

Una gota cae en mi mejilla y por un momento pienso que comencé a llorar, pero al aumentar las gotas me di cuenta que había comenzado a llover. En cuestión de segundos la fuerza de la lluvia aumento.

— Entremos al auto Siyeon— dije para apartarla de la puerta y ella pudiera entrar, pero movió la cabeza en negación.

— No, no, no quiero, no quiero nada de esto.

— Siyeon está lloviendo maldita sea, entra al auto— me estaba comenzando a sobre saltar.

— No, dije que no, me iré sola— dijo y fue a alejarse, pero la agarre y la volví a poner contra el auto.

— Siyeon, escúchame maldita sea, yo te quiero, cómo quieres que te lo diga, y sí me importan, mi familia, Minji, y tu maldición, tú— le dije casi gritándole para que escuchara bien a pesar de la lluvia.

— Mírame Siyeon, mírame.

— Tú ...— ella estaba tan linda, su cabello mojado por la lluvia, se veía hermosa, incluso más de lo que se ve a diario.

— Signie, ¿me quieres como yo te quiero?

— Déjame — no me miraba — déjame sola por favor— mi corazón se estaba haciendo pedazos y la culpa era solo mía.

Solo a mí se me pasa por la cabeza confesarle lo que siento a la hija de mi cliente.

— Lo siento mucho— ella me mira atenta — quédate en el auto hasta que escampe, yo le diré a alguien del bar que te lleve a casa.

— ¿Y tú? — me detengo para acercarme a ella y besar su frente.

— No te preocupes.

Comencé a caminar bajo la lluvia en dirección al bar y buscar a algún trabajador que pueda llevar a Siyeon hasta la mansión, yo tengo planeado quedarme acá bebiendo.

— ¡Bora! — escuchó que ella me llama y me giró esperando a ver qué dirá ahora.

— ¡Idiota! — estoy confundida ahora — No te vayas— la lluvia no me deja ver bien, pero por cómo suena su voz está llorando.

No me lo pienso dos veces y empiezo a regresar a ella — No me dejes sola—, fue lo que dijo cuando volví a estar frente a ella y si estaba llorando.

— No, por favor, no llores— dije con mis manos en su rostro acariciándola.

— No me dejes sola, por favor, no tú también— no dejaba de llorar y yo me sentía pésima.

Mi corazón pesaba demasiado, estaba llorando por mi culpa, y probablemente enfermará por tenerla bajo la lluvia.

— No te dejaré sola, nunca— dije con el corazón en la mano.

— Te irás a Estados Unidos con tu familia, y yo me quedaré acá sin ustedes— así que era esto, esta es la verdad.

— Yo te quiero— mi cuerpo cosquilleo al oírla decirme que me quiere, pero me petrifique por un momento, parecía un sueño.

Ella llorando bajo la lluvia, viéndose más hermosa que nunca diciendo que me quería.

— ¡Yo te quiero demasiado Bora!, pero tú te irás con tus hermanas y me dejarán aquí sola— una vez más su llanto incrementó.

— No, mi princesa no, eso no pasará si, te lo juró, yo no te dejaré sola, nunca— dije uniendo nuestras frentes mientras que la abrazaba para pegarla a mí.

— ¿Me lo juras? — y me pregunta como una niña indefensa.

— Te lo juro, tu, Minji y mis hermanas son mis tesoros, y si me iba a ir era porque no iba a soportar estar cerca de ti sin decirte mis sentimientos Lee.

—¿Te quedarás por mí? — pregunta intentando dejar de llorar.

— Lo haré— diciendo aquello me perdí en sus ojos llorosos.

¿Cómo podía verse tan linda llorando? ¿Cómo me tenía tan loca por ella?

Nuestra respiración se había agitado antes por hablar casi gritándonos, además de que la frialdad de la lluvia se hacía cada vez más presente, pero de algún modo, no quería que este momento terminase nunca.

Me sentía cálida cerca de ella, tenerla abrazada mirándonos a las caras tan cerca, y con estas inmensas ganas de besarla.

Mi mirada iba de sus hermosos ojos azules a sus labios, y ella hacía lo mismo lentamente.

Nuestra respiración se estaba calmando poco a poco conforme los segundos pasaban en torno a nosotras, que habíamos perdido la noción del tiempo mirándonos.

— Perdóname.

— ¿Por qu'..?

Elimine la distancia entre nuestros labios con un rápido movimiento que no la dejó completar la pregunta. Cuando ya estaban unos pegados a los otros pude ver como ella abría sus ojos por la sorpresa, pero no me detuve, comencé a mover mis labios para besarla lentamente y mi corazón se derritió totalmente al verla cerrar sus ojitos para seguirme el beso.

Ella abraza mi cuello para estar más cómoda y mis brazos abrazan aún más su cintura.

Nuestros labios se movieron algo torpes al inicio, pero con los segundos se sincronizaron terminando por hacer que las mariposas dentro de mí volaran alocadas.

Nos separamos y ambas sonreímos — Perdón por robarte un beso— le aclaré.

— Te quiero Lee Siyeon— dije una vez más y la volví a besar, este momento no quiero que acabe nunca.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top