1. La Llegada de las Kobayashi

Narró Yo:  

Mi hermana menor Keiko y yo llegamos al internado Like. Nos presentamos con la directora Victoria quien nos dio nuestros uniformes y después nos llevó a cada una a nuestro dormitorio. Creí que mi hermanita y yo íbamos a dormir juntas.  Leí en la pared que estaba enseguida de la puerta de mi dormitorio los nombres de mis compañeras de cuarto, Natasha y Livia Alanís. Después de demostrarle mi gratitud a Victoria, entré a mi nueva habitación. 

"¿Quién eres?" Me pregunta una chica de piel blanca, ojos verdes y cabello corto de color morado con un tono de pocos amigos al sentarse en su cama y después da un salto. 

Por suerte entiendo español.  

"Hola, soy Ayame Kobayashi."- Respondí- "Y soy nueva aquí en Like."- Finalicé. 

"Nat, no la asustes por el amor de Dios."- Le dice otra chica quien era algo menor que ella- "Mucho gusto Ayame, soy Livia y ella es mi hermana mayor Natasha Alanís."- Finaliza mirándome con una sonrisa, la cual mostraba sus dientes. 

"Mucho gusto Livia." Repliqué devolviéndole la sonrisa. 

Livia me mostró en donde se encontraba el baño. Así que aproveché para ponerme el uniforme escolar. Solo espero que a mi hermanita le haya tocado compañeras de cuarto que sean amigables como Livia. Después de haber salido del baño, escogí mi cama, la cual estaba enseguida de las hermanas Alanís. 

Después de haber tomado mi bolso escolar y mis libros, me fui de la habitación junto a Natasha y Livia quienes también tomaron sus bolsos escolares. Mientras que caminábamos en el pasillo, nos encontramos a mi hermanita quien tenía una sonrisa en su rostro, una sonrisa que nunca había visto en toda mi vida, ya que esta sonrisa era una especial, como si mi hermanita se ha enamorado de alguien a primera vista. 

"Hola hermanita." Le dije con una sonrisa. 

"Aya, acabó de conocer a alguien muy lindo." Responde Keiko. 

"¿Y quién es?" Le pregunté a mi hermanita con curiosidad.

"No lo sé, no me dijo su nombre."- Responde Keiko con su sonrisa de enamorada- "Lo conocí en las escaleras del pasillo principal; se le cayó su bolígrafo y yo en buena onda se lo levanté del suelo y se lo entregué, solo me dio las gracias sin darme su nombre."- Finaliza con su misma sonrisa y haciendo ojitos de perrito.

"No te preocupes hermanita, seguro después descubrirás el nombre de ese chico misterioso."- Le dije para animarla- "Mientras que tú te fuiste a las nubes, yo conocí a mis compañeras de cuarto, ellas son Natasha y su hermana menor Livia Alanís."- Finalicé al presentarle mis compañeras de cuarto a mi hermanita. 

"Hola, yo soy Keiko." Responde mi hermanita. 

"Mucho gusto Keiko." Replica Livia con una sonrisa. 

Las cuatro nos fuimos a nuestra primera clase, la cual era la clase de música con un maestro tan amable. 

"Buenos días a todos."- Les dice el maestro a los demás chicos que se encontraban en el salón- "Antes de empezar la clase, quiero presentarles a dos alumnas  quienes llegaron de Japón; ellas son Ayame y su hermana menor Keiko Kobayashi. Y yo soy Gabriel Rey, su maestro de música."- Finaliza con una sonrisa. 

"Mucho gusto maestro Gabriel." Dije con una sonrisa. 

"Si, es un placer," Responde mi hermanita. 

"Por favor, solo díganme Gabriel."- Nos dice él- "Por favor Keiko, siéntate al lado de Ulises Reyes y tú Ayame, siéntate al lado de Claudio Meyer."- Finaliza al indicarnos unas sillas vacías. 

"Gracias." Replicamos mi hermanita y yo al irnos a nuestros asientos. 

"Ese es el chico a quien me encontré en las escaleras." Me susurra mi hermanita mientras que caminábamos a nuestros asientos. 

"Ahora entiendo porque te fuiste a las nubes." Respondí en un susurro al soltar una leve risita. 

Las dos reímos y nos fuimos a nuestros asientos. 

¿Pero que creen? Ahora yo estaba sintiendo lo que mi hermanita sintió al ver a Ulises.  ¿Por qué? Porque ese tal Claudio me envió a las nubes después de haber tomado asiento enseguida de él. Se veía perfecto con su uniforme escolar, su cabello brillante como el sol y esos divinos ojos azules como el mar. 

"Ayame."- Me llama Gabriel, bajándome de las nubes de un solo golpe- "¿No quieres compartir algo de canto?"- Finaliza haciéndome una pregunta.

"Si, Claro." Respondí con una sonrisa. 

 Me levanté de mi asiento y me subí al escenario donde empecé a cantar. 

https://youtu.be/X02qQgqRmfY

He imaginado despacio
El ver enlazado
Tu nombre al mío en un mismo corazón- Empecé a cantar. 

De repente escuché una voz divina masculina, era él, era Claudio. 

He notado en tus labios
De pronto un milagro
Permita que el sueño se acabe aquí- Canta Claudio. 

"Dios, aparte de guapo, canta hermoso." Pensé en mi mente. 

Es que el dolor nos ha traído a este lugar
En el que ya no puedo estar si tú no estás en mí
Nada me hace falta

Sólo una mirada

Que me haga entender qué es lo que sigo haciendo aquí sin ti

Sólo una palabra que salga desde el alma

Y que la Fuerza del Destino

Te una a ti de nuevo a mí

Por amor- Cantamos los dos. 


Es que no ha sido tan fácil
Quererte en silencio
Vivir desde el miedo
Por no saber- Canta Claudio. 

Si es verdad que algún día
Cuando el tiempo se rinda
La paz de una noche nos verá crecer- Canté yo.

Es que el dolor nos ha traído a este lugar
En el que ya no puedo estar si tú no estas en mí


Nada me hace falta
Sólo una mirada
Que me haga entender qué es lo que sigo haciendo aquí sin ti
Sólo una palabra
Que salga desde el alma
Y que la Fuerza del Destino te una a ti de nuevo a mí
Por amor

Que ahora sea el mismo amor
El que se encargue
De llevarte junto a mí hasta el cielo más lejano y más azul
Por puro amor
Solos tú y yo

Nada me hace falta
Sólo una mirada
Que me haga entender qué es lo que sigo haciendo aquí sin ti
Sólo una palabra
Que salga desde el alma
Y que la Fuerza del Destino te una a ti de nuevo a mi
Por amor.......- Cantamos los dos hasta terminar esta hermosa canción. 

Todos nos aplaudieron como felicitación, incluido el profe Gabriel. 

"Felicidades a los dos."- Nos dice Gabriel- "Lo hicieron muy bien."- Finaliza. 

"Gracias Gabriel." Responde Claudio. 

"Si, yo igual se lo agradezco." Repliqué un poco tímida, ya que nunca en mi vida había cantado con un chico.  

"Vayan a sus lugares." Nos indica Gabriel con una sonrisa. 

"Hicimos un gran dueto. ¿No crees?" Me dice Claudio mientras que caminábamos a nuestras sillas. 

"Si, hicimos un gran dueto." Repliqué. 

Mientras que nos sentábamos en nuestras sillas, no pudimos evitar quedarnos mirando con una sonrisa. 






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