18. La Maldad Sigue
Al día siguiente:
"¿Así que conociste a una chica?" Le preguntaba Laura a Guzmán mientras que desayunaban.
"Si mamá, anoche conocí a una chica." Confirma Guzmán.
"¿En dónde la conociste? ¿En el hospital?" Ahora fue Marina quien preguntó.
"Si, sufrió una intoxicación de envenenamiento y anoche me tocó cuidarla."- Replica Guzmán mirando a su hermana- "Bueno, ya me dijeron que la voy a cuidar todas las noches."- Finaliza.
"Qué horror, ojalá y se mejoré." Dice Laura.
"Y al parecer no se lleva con toda su familia." Comparte Guzmán.
"¿Como?" Dice Marina.
"Si, anoche ella estaba discutiendo con su hermano por teléfono que la hizo llorar, le tuve que inyectar un calmante." Replica Guzmán.
En el hotel, con Claumilia.
Emilia estaba feliz. ¿Por qué? Porque, aunque ya no era virgen; anoche ella se había entregado al chico que a ella siempre le ha gustado desde la primera vez que lo conoció. Ahora lo único que ella deseaba era que Claudio cortará con la princesita presumida de Antonia y que a ella la convierta en su novia oficial.
Ahora lo único que necesitaba Emilia era ser sincera con el argentino, no solo porque lo ama sino también porque no quiere que él llegué a pensar que ella es igual de mentirosa que su novia y eso es lo que la peliazulada no soportaría. No soportaría que Claudio la llegará a despreciar. Así que después de que Artemisa se haya recuperado completamente; Emilia hablará con Claudio y le explicará todo.
Claudio por su parte se sentía bien, después de haber pasado por tragos amargos debido a las locuras de su medio hermano y el estado crítico de su media hermanita. Ahora la vida le estaba compensando con algo de felicidad, la cual no piensa dejar escapar por nada del mundo.
En el hospital:
Artemisa se encontraba con una hermosa sonrisa. ¿Por qué? Porque se encontró con una bella rosa roja de tela en su mesa donde se le pone sus tres alimentos y una nota, la cual estuvo a punto de leer, pero le fue arrebatada antes de que pudiera hacerlo.
"Creí que había sido clara contigo, no quiero verte." Dice Artemisa al encarar a quien le había arrebatado la nota.
"¿Quién es Guzmán?" Cuestiona Kevin, ignorando lo que ella le había dicho.
"Un nuevo amigo." Responde Artemisa sin mirar a su hermano.
"¿Y dónde lo conociste?" Vuelve a cuestionar su hermano.
"¿Para qué quieres saberlo? ¿Quieres hacerle daño como se lo has hecho a todos los chicos quienes se me han acercado?" Replica Artemisa comenzando a sollozar.
"Lo único que hago es protegerte, recuerda que las fieras protegen a sus cachorritos." Le dice el ojiverde.
"Pero lastimas."- Replica Artemisa sollozando, pero todavía le daba la espalda- "¿No recuerdas que anoche amenazaste con lastimar a Claudio si me iba a Valle con él?"- Finaliza con su mismo sollozo.
"Entiéndeme Artemisa, no quiero que te vayas." Le dice Kevin con frustración.
"Por más que me duela, ya que eres mi hermano natural y te quiero, no voy a cambiar de parecer." Responde Artemisa.
"Todavía falta que te lo permita." Sentencia Kevin mirándola mal.
"No puedo creerlo, no puedo creer que quieras lastimar a tu propia manada." Replica Artemisa.
"No pienso lastimarte, sino alejarte de Claudio."- Le dice Kevin todavía mirándola con su mirada horrible- "Si también tengo que alejarte de ese nuevo amiguito tuyo; también lo voy a hacer. Después de que salgas de este maldito hospital, tú y yo nos vamos a ir a vivir a donde nadie sepa de nosotros."- Finaliza con su sentencia.
"Vete." Fue lo único que pudo decir su hermanita, ya que su sollozo se convirtió en llanto, el cual no la dejaba hablar bien.
"Todo lo que hago es por tu bien." Le dice su hermano al acercarse a ella y le acarició parte de su cabello morado.
"Si quisieras mi bien, no me harías esto." Responde Artemisa llorando.
En el hotel.
Artemisa no era la única que se encontraba atrapada en este cruel mundo de fieras, ya que Machu también se encontraba atrapada en él; ya que desde anoche ella fue tomada por sorpresa por su peor pesadilla, León Rubio. Silverio no pudo defenderla del heredero al trono del Clan Rubio quien lo había noqueado, dejándolo como si fuera un vegetal.
Machu se encontraba sentada en la regadera rompiendo en llanto. ¿Por qué? Porque al igual que su amiga pelimorada; Machu acaba de sufrir una tragedia, pero la suya era peor que la de la pequeña de los Meyer.
¿Cuál fue su tragedia?
León Rubio.........ha abusado de ella.
Machu se sentía destrozada, asqueada y avergonzada de sí misma, aunque, nada de esto fue su culpa. Ella no hallaba como decirle a su adorado Silverio lo que le sucedió anoche. No lo culpaba por no haberla defendido, ya que se encontraba noqueado y era imposible que lo hiciera. Además, Machu hubiera preferido sufrir su propio dolor al ser tomada a la fuerza que a ver a su amado moreno siendo atacado por una fiera como León Rubio.
Machu ya no escuchaba nada en su habitación, ya que León se había ido después de haber cometido su perversa acción; pero igual la castaña de ojos verdes no se animaba a salir del baño, ya que Silverio está por despertar después de haber estado noqueado toda la noche y ella no va a saber con qué cara lo va a mirar ni menos que decirle.
Silverio estaba despertando, cuidadosamente abría sus ojos, ya que sentía un inmenso dolor de cabeza por el fuerte golpe que recibió anoche por parte de su peor enemigo. Después de haberlos abierto, el moreno se levantaba cuidadosamente del suelo, ya que se sentía débil y mareado. Y como pudo, llegó a su cama en donde se recuesta cuidadosamente.
Mientras que estaba recostado, Silverio como pudo se percató que Machu no se encontraba por ningún lado de la habitación. No quería imaginarse que tal vez León Rubio se la pudo haber llevado y que le puede estar haciendo daño por haberse venido con él en el lugar de haberse quedado en el Like con el Rubio.
"Machu." Llamaba Silverio a su amada castaña de ojos verdes.
Al escuchar a su moreno llamándola, Machu menos sabía qué hacer. La castaña no se animaba a que él la viera en el estado en el que se encontraba; todavía no se sentía bien para decirle a Silverio que anoche perdió su virginidad al ser devorada con brutalidad por una fiera devoradora como León Rubio.
"¿Dónde estás Machu?" Llamaba Silverio, sonaba asustado.
Ahí fue cuando la castaña decidió salir, pues pudo notar que había miedo en el tono de voz del moreno, ya que no la ve por ninguna parte de la habitación y lo más probable es que él piense que Rubio pudo habérsela llevado anoche. Machu respiró profundamente, limpiándose sus lágrimas con cuidado, toma una toalla con la cual se seca y después se viste con un traje de pants para evitar que Silverio le vea los moretes que León le hizo cuando le estaba arrebatando su inocencia.
"¿Porque no me contestabas?" Le pregunta Silverio al verla salir del baño.
"Me estaba bañando." Responde Machu, tratando de no sonar nerviosa.
"Pensé que ese loco te había robado." Replica Silverio.
"Pero por suerte no lo hizo, tranquilo, solo me asustó y es todo." Dice Machu animándolo.
"Pero ese horrible susto que me llevé, también se convirtió en una horrible pesadilla. No me robó como piensas amor, lo que me robó fue mi virginidad." Piensa Machu en su mente, tratando de no llorar.
"Le voy a llamar a alguien para que venga a revistarte." Le dice Machu a Silverio.
"Está bien amor." Responde Silverio.
A Machu se le ocurrió llamarle a Artemisa, ya que la pelimorada ha de conocer algunos enfermeros quienes la han de estar cuidando y quizás le pueda recomendar uno para que venga a curar a Silverio. Sabiendo que lo llevaría a conocer un mundo de fieras, Artemisa le recomendó a Guzmán a su amiga para que él pueda cuidar a Silverio.
"No sé porque, pero algo me dice que Arte se ha enamorado." Dice Machu sonriendo, escondiendo su tristeza.
"¿Y quién se sacó la lotería con ella?" Pregunta Silverio.
"Su enfermero de anoche, se llama Guzmán Nunier Osuna."- Replica Machu con su sonrisa- "Arte me lo recomendó para que venga a verte."- Finaliza.
Su moreno le iba a responder, pero una discusión que se escuchaba en la habitación de enseguida lo interrumpió.
La habitación de enseguida:
"No puedo creer que hayas vuelto a hacer llorar a nuestra hermana, déjala en paz." Le reclamaba Claudio a su medio hermano.
"No quiero que se vaya contigo a Valle." Responde Kevin lleno de enojo.
"¿Y por eso tenías que hacerla llorar? ¿Amenazarla con apartarla de todos quienes la amamos?" Replica Claudio enfadándose.
"Yo solo quiero su bien." Le dice el castaño de ojos verdes.
"Si en verdad quieres su bien, déjala vivir y que haga sus sueños realidad, no se los conviertas en pesadillas como se lo has estado haciendo hasta ahora." Intercede Emilia por su amiga.
"¿Y ustedes como saben que dejé a Artemisa llorando?" Cuestiona Kevin mirándolos mal.
"Ella me llamó para desearme los buenos días en su llanto."- Responde Claudio, correspondiendo a la mirada de su medio hermano- "Le pregunté por el motivo por el cual estaba llorando y ahí fue cuando me contó todo."- Finaliza.
"Déjala que viva la posibilidad de ser amada por alguien." Agrega Emilia.
"¿Y qué te hace pensar que ese idiota puede amarla?" Cuestiona el castaño de ojos verdes.
"Yo no veo porque no pueda enamorarse de nuestra hermana."- Dice Claudio cruzándose de brazos- "Artemisa es una mina muy linda y cualquier pibe se enamoraría de ella."- Finaliza molesto.
"Aparte de que es una niña muy linda y agradable, también tiene un corazón limpio y puro." Les dice Emilia a ambos hermanos.
"Aquí el único que la ama soy yo." Gruñe Kevin.
"Pues tu amor por ella la está lastimando, es un amor enfermizo el que sentís por ella."- Dice Claudio- "Deja de lastimarla, déjala que se vaya, que sané sus heridas."- Finaliza.
En ese momento ambos hermanos salieron de la habitación y en el pasillo vieron a Guzmán quien venía a la habitación de Silverchu a ayudarle al moreno con lo de su cabeza. Kevin lo miraba con odio, ya que no lo quiere en la vida de su hermanita y estaba dispuesto a cualquier cosa por alejar a Nunier de la pequeña Artemisa. Ahí demostraba que las palabras de Claudio no lo habían conmovido y que estaba decidido a apartar a su propia hermana de sus seres queridos.
Claudio por su parte miraba a Guzmán con una sonrisa amigable, lo cual desagradó a su medio hermano; pero al argentino no le importaba las miraditas de fuchi que hacía el castaño de ojos verdes, lo único que le interesaba a Claudio era la felicidad de su media hermana y si Guzmán Nunier Osuna era quien podía hacerla feliz como se merece, entonces que así sea.
"Si apta para Arte." Decía Emilia con una sonrisa, ganándose una sonrisa por parte de Claudio y una mirada asesina por parte de Kevin, la cual Claudio pudo notar.
"No digas estupideces." Responde Kevin con enojo.
"Veo que mis palabras te valieron." Le dice Claudio molesto.
"Mis instintos de hermano me dicen que ese idiota solo quiere llevarse a mi cachorrita a la cama y ellos nunca se equivocan." Replica Kevin mirándolo mal.
"Pues a mí me parece que él es el pibe ideal para nuestra hermanita y yo no creo que se la vaya a llevar a la cama como decís, él la puede hacer feliz como ella se lo merece." Responde Claudio.
"Pues ahorita que disfruté su amistad con ese idiota, porque en cuanto salga del hospital, me voy a llevar a Artemisa lejos de aquí." Sentencia Kevin.
Lleno de enojo, Claudio lo tomó de su remera.
"No te voy a permitir que refundas a nuestra hermanita en la tristeza, si tengo que convertirme en una fiera para defender a mi cachorrita a diferencia de vos, lo voy a hacer." Le advierte Claudio a su medio hermano.
Guzmán no solo se ha ganado la amistad de Claumilia; también se ha ganado la amistad de parte de Silverchu, ya que la propia Artemisa es como una hermanita para ellos y también desean que sea feliz con alguien quien pueda amarla. Mientras que atendía las heridas del moreno, Guzmán se encontró con una escena de celos de hermano por parte del cubano; pero sus celos eran normales y sanos a diferencia de los de un cierto castaño de ojos verdes.
Silverio quería a la hermanita de su mejor amigo como si fuera suya y era natural que se pusiera celosito al ver que un chico ha llegado a la vida de la pequeña de los Meyer. Machu por su parte estaba feliz por su mejor amiga, que por fin haya encontrado a su media naranja. La castaña de ojos verdes no podía evitar soltar unas risitas al ver las escenas de celos que hacía Silverio.
Al menos se estaba distrayendo después de haber pasado una trágica noche.
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