epílogo

La consulta del doctor estaba cargada de silencio mientras Jungkook y Jimin esperaban. Jungkook mantenía a un Junsoo tranquilo en su regazo, mientras miraba al doctor con los ojos firmes, sin dejar entrever sus nervios. Jimin, sentado a su lado, apretaba su mano para brindarle el apoyo que su alfa tanto necesitaba, y ese gesto, pequeño pero fuerte, le dio la calma para enfrentar lo que estaba por venir.

El doctor revisó los documentos por última vez antes de levantar la mirada y, con una voz profesional pero amable, anunció:

—Señor Jeon, los resultados indican que usted y Jeon Jungsoo tienen una coincidencia genética del 99.9%. Esto significa que usted es, sin lugar a dudas, el padre biológico del cachorro.

Jungkook sintió que el aire regresaba a sus pulmones, y una ola de alivio lo inundó. Sin poder contenerse, bajó la vista a Jungsoo y depositó incontables besos llenos de amor alrededor de su rostro.

—Eres mi hijo. Siempre lo supe —dijo con un hilo de voz tembloroso, abrazando a Jungsoo con el mismo cuidado con el que se sostienen los sueños más queridos, recibiendo de este un par de palmadas en su mejilla.

El omega se puso de pie sin pensarlo, rodeando a ambos en un abrazo cálido y silencioso, sintiendo en su pecho el peso de todos esos miedos que finalmente comenzaban a desvanecerse.

—No importa lo que hubiese dicho este papel, Soo —murmuró Jungkook, dirigiéndose al bebé, aunque su voz parecía resonar más en él mismo—. Porque no hay fuerza humana que nos separe a ti y a mí.

Las lágrimas se asomaron en los ojos de Jimin, y sin poder contenerse, soltó un par de sollozos suaves mientras sus labios dibujaban una sonrisa. El haber presenciado la lucha interna de Jungkook, el peso que había cargado en su espalda, sin nunca titubear en su rol de padre, solo lo hizo sentir que su amor por él se hacía aún más fuerte.

Saliendo del consultorio, Jungkook y Jimin caminaron por el pasillo, listos para compartir las buenas noticias. Pero apenas llegaron, se toparon con la figura de Jongsuk, quien, con los brazos cruzados y una expresión tensa, miraba al trío con una mezcla de escepticismo y desprecio. No se había movido, esperando, como si estuviera decidido a obtener los resultados por sí mismo.

Sin prestar demasiada atención a su hermano, Jungkook desvió la mirada hacia sus padres, quienes se acercaron en cuanto lo vieron.

—Papá, mamá —empezó Jungkook con voz firme, —, Jungsoo es mío. Siempre lo fue.

Somi y Joohyuk intercambiaron una mirada llena de orgullo y emoción contenida, asintiendo con satisfacción al escuchar la confirmación que ya intuían en su corazón. Sin embargo, Jongsuk, que había estado observando de cerca cada palabra, rompió el silencio con un tono lleno de desdén.

—Eso no puede ser —dijo el alfa con la mandíbula apretada, dando un paso adelante—. Jungsoo es mi hijo, y tú no puedes cambiar eso solo porque lo digas con palabras bonitas.

Jimin, que había intentado mantenerse sereno frente al alfa que le inspiraba solo cosas malas, no pudo contener más su frustración. Con un gesto rápido, tomó los resultados de la mano de Jungkook y los estampó bruscamente contra el pecho de Jongsuk.

—Ahí tienes —casi gritó con su voz firme y cargada de una rabia contenida—. Léelo y compruébalo tú mismo. No molestes más con tus mentiras, y déjanos en paz.

Jongsuk los ojeo con una mezcla de sorpresa, furia e indignación, y aunque quería replicar, las palabras murieron en su garganta. Mirando a todos por última vez, se giró y se alejó, dejando el lugar sin decir una sola palabra. La figura de su espalda parecía encogerse, y cada paso que daba parecía alejarlo no solo físicamente, sino emocionalmente de su familia.

Somi observó a su hijo mayor alejarse, apretando con fuerza la mano de su alfa. Apenas pudo murmurar su nombre en un susurro, sintiendo cómo el dolor comenzaba a apoderarse de su corazón.

—Jongsuk...

Joohyuk, entendiendo el dolor de su omega, sintió en su interior la misma tristeza. La apretó más fuerte, intentando transmitirle a través de su lazo la fortaleza que ambos necesitaban. Sabía que no podían renunciar a él, que aún había esperanza de que algún día su hijo mayor regresara a ellos, sin esa carga de amargura y resentimiento que ahora lo consumía.

—Tranquila, Somi —murmuró Joohyuk con voz suave, acariciando su espalda—. Todavía no es momento de rendirse.

La omega asintió levemente, pero sus ojos permanecieron fijos en el pasillo vacío por donde su hijo mayor había desaparecido, mientras su corazón, roto en mil pedazos, intentaba creer en esas palabras de esperanza que su esposo le ofrecía.

—Totovía podemos hacer las cosas bien, ¿verdad? —susurró, como si aquellas palabras fueran solo para ellos.

Joohyuk la miró y asintió, entendiendo completamente lo que aquello significaba. Sabía que Somi no se detendría hasta recuperar a Jongsuk, hasta ver de nuevo la mirada de su primer hijo sin ese velo de resentimiento y oscuridad.

(...)

El reflejo en el espejo mostraba a Jungkook en toda su imponencia. Ajustaba los últimos detalles de su toga de graduación, alisando el birrete, cuando vio la figura de Jimin aparecer detrás de él. La suave mirada de su omega le arrancó una sonrisa que reflejaba toda la emoción contenida por ese día tan esperado.

—¿Cómo me veo? —preguntó Jungkook, girándose hacia él.

Jimin le sonrió mientras se acercaba, sus ojos brillando de orgullo.

—Te ves... muy guapo —dijo, acomodándole con suavidad el birrete. Sus dedos se deslizaron hacia el cuello de Jungkook y sus brazos se entrelazaron ahí, atrayéndolo hacia sí. Sus labios se encontraron en un beso, lento y lleno de promesas, el tipo de beso que decía "Estoy aquí" sin palabras.

Jungkook dejó sus manos descansar en la cintura de Jimin, devolviendo el beso con toda la ternura y agradecimiento que sentía.

—Estoy muy orgulloso de ti —murmuró Jimin, todavía con los labios cerca de los de Jungkook.

—Todo esto es gracias a ti —susurró Jungkook, mirándolo con la misma intensidad—. Llegaste a mi vida, a la de Jungsoo... y todo cambió. Me mostraste cómo ser el alfa y el padre que quiero ser.

Jimin le sonrió antes de volver a besarlo suavemente. Luego se apartó un poco, bajando las manos hacia su pecho y sonriendo con cariño.

—Debemos apurarnos o llegaremos tarde a la ceremonia —le dijo, levantando una ceja en tono de broma—. Y seguro Jungsoo ya debe estar impaciente por verte. No te ha tenido desde ayer.

Jungkook rió, tomando una de las manos de Jimin.

—Por vernos, querrás decir. Para él, somos igual de importantes.

La ceremonia fue un éxito, y esa noche, la casa de los Park estaba llena de risas y música. Los Park habían organizado una celebración en honor a Jungkook, invitando a sus amigos más cercanos y familiares. Entre ellos estaban Eunwoo y Moonbin, Hyunmin y su omega Yeji, quienes ahora tenían una hermosa bebé; y los que había hecho no hace mucho, como Namjoon, Hoseok, quienes eran acompañados por sus omegas.

Jungkook, con Jungsoo en brazos, conversaba en una mesa junto a su padre, suegro y cuñado. El pequeño cachorrito parecía disfrutar de la charla tanto como los adultos, de vez en cuando "participando" con pequeñas exclamaciones y gestos. Fue en uno de esos momentos que, al ver a Jimin pasar por el jardín con un par de bandejas sucias, Jungsoo exclamó:

—¡Papi!

Jimin, al escuchar a su cachorro, se detuvo en medio del jardín, le sonrió y le lanzó un beso desde lejos. El gesto hizo reír a Jungsoo, pero en lugar de calmarlo, solo lo incitó a querer acercarse más. Hizo un pequeño puchero y repitió su llamado.

Jungkook, notando el deseo de su cachorro de seguir a Jimin, se despidió de los demás en la mesa y bajó a Jungsoo para caminar juntos hacia la casa. Entraron directo a la cocina, guiados por el aroma de vainilla y sándalo que siempre identificaba al omega. Ahí encontraron a Jimin tomando un vaso de agua. Al verlo, Jungsoo exclamó otro "papi" emocionado y dio pequeños pasos hacia él.

Jimin dejó el vaso sobre la encimera y se agachó para cargar a su cachorro, dándole un tierno beso en la mejilla. Justo en ese instante, Jungkook sintió cómo la emoción le colmaba el pecho; era el momento perfecto. Tanteó el bolsillo de su pantalón, sintiendo la pequeña cajita que había estado esperando darle a su novio.

—Jimin—llamó suavemente, atrayendo la atención de su omega—. Ahora que me he graduado y comenzaré a trabajar formalmente, quería hablar de algo importante.

Jimin lo miró con curiosidad y una leve preocupación.

—¿Qué sucede, amor?

—Voy a tener un mejor salario y podré dejar atrás el trabajo de stripper en el bar... y quiero ofrecerte algo —dijo Jungkook, sacando la cajita con el anillo de promesa—. Sé que aún es pronto para hablar de matrimonio; somos jóvenes y todavía no tengo los medios para una boda, pero quiero que sepas que este anillo representa mi compromiso contigo. Prometo estar aquí siempre para ti, como lo has hecho tú con nosotros.

Jimin se quedó sin palabras, sus ojos llenos de lágrimas de felicidad. Jungkook abrió la cajita y le mostró el anillo, con un brillo cálido en la mirada.

—¿Aceptas?

Conmovido, Jimin asintió y permitió que Jungkook le pusiera el anillo, con aún el cachorro entre ellos. Sin pensarlo, se inclinó hacia él y le besó. Sintiendo esa calidez que solo en el alfa hallaba.

—Hmm, ¿pero no crees que Masked97 no puede irse sin antes darme un último show? —preguntó con picardía.

Y ante sus palabras Jungkook no hizo más que soltar una carcajada al ver el atrevimiento en los ojos de su omega, disfrutando ese momento que sellaba un futuro lleno de amor y de promesas por cumplir juntos.

FIN.


𐙚: sentí un poco de cringe con las últimas palabras de jimin pero era algo que tenía pensado al inicio de la historia para el final, así que ni modo gdjsdhjh.
espero que les haya gustado esta historia y su respectivo final y estecen atentos, si las cosas se dan habrá un par de extras y quizás uno hasta en donde jk le de ese show a jm.
bye, les amooo y espero que nos sigamos leyendo en mis próximos proyectos (ノ◕ヮ◕)ノ*:・゚✧💌

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