001
—¡La U! —gritó Jungkook, en cuanto se despertó por su teléfono que había comenzado a sonar a un lado suyo—.¡Las nueve de la mañana!
Mierda y más mierda.
Se levantó tan pronto abrió los ojos, corriendo al baño mientras se desvestía para tomar una ducha rápida. Cuando estuvo sin más prendas del cuerpo, fue a tomar el jabón pero este cayó por el inodoro y por querer tomarlo, jaló la palanca por error. Pero ello no le impidió seguir su ritmo, por lo que tomó algo de shampoo para echarlo en su cabello y otra cierta cantidad para su cuerpo. Llegando a su habitación, tomó los. Primeros calzoncillos que vio, pero antes de ponérselo, los olio para cerciorarse de que estuviesen limpios. Unos Jeans, una camisa, par de botas fueron su atuendo en día de hoy.
Nada fuera de lo común.
Puso sus libros y su laptop en su mochila y regresó a la sala para preparar el desayuno.
—Gran día para quedarme sin cerial —dijo algo molesto.
Optó entonces por prepararse una taza de café para mantenerse despierto, a la vez que preparaba un poco de leche caliente. Estando ya lista, tomó un biberón, lo lavó y echó la leche en este, para después probarla para asegurarse de que no estaba demasiado caliente, y prosiguió a echar comida canina y agua en los platos de su perro, para que esté tuviese que comer.
Su reloj marcaba media mañana, cuando un fuerte grito llegó desde la otra habitación.
Dirigiéndose a dónde aquel resonate llanto, se acercó a la pequeña cuna blanca donde yacía un bebé envuelto en lágrimas. Jungkook sonrió y lo abrazó, y este inmediatamente dejó de llorar al sentir su olor, aún así nada le impidió mirar a su padre con un puchero inocente.
—Eso es, bebé. —Caminó con él hacia la sala de estar para darle su biberón—. Papá va a llegar tarde a clase y llegará tarde, así que tienes que portarte bien hoy, ¿es un trato?
El cachorro no entendía nada, pues Jungsoo solo tenía ocho meses, por lo que se limitó a solo mirarle.
Quizás muchos piensen que para un joven alfa como Jeon Jungkook, cuidar a un niño era casi imposible como hombre. Desde entonces, pensaron que no sería el mismo cuidado que una madre puede brindarle a su cría. Jungkook era el vivo recordatorio que nada era imposible.
Pero pese a ello, no faltaban comentarios, al punto que el alfa ya había perdido la cuenta de las veces que reservó enviar al infierno a cualquiera que cuestionara el cuidado que tenía por su hijo. Sí, era un padre soltero de 22 años, el cual aún es un universitario y está terminando su último año en economía.
Había tenido una “aventura de verano” con una omega a la que había jurado amar, diciéndole mentiras que pese a no ser su destinado, era el alfa con el quería estar siempre. Jungkook no se consideraba un creyente en el amor, pero no tuvo escapatoria, puesto que aquella mujer logró envolverlo al punto que en cuanto quedó en cinta, pese a este atemorizado, su emoción de ser padre no se tardó en llegar. Sus padres o hermano nunca le apoyaron en este paso, pues por su parte los primeros decían que ella estaba con él por lo que había en su cartera.
Cuanta razón en ello.
Tan pronto como la omega dio a luz, y estuvo en su departamento, se escapó una noche, con una gran cantidad de dinero que había retirado de las cuentas de Jungkook y una carta que dejó en la mesa. Debido a todo esto, y porque se lo habían advertido, sus padres le quitaron todo apoyo al joven alfa, aunque, quien en realidad fue su padre, ya que su madre solo fue influenciada por él, terminando dándole la espalda también.
Gracias a sus buenas calificaciones, Jungkook pudo ingresar a una nueva universidad, pero esta quedaba en Seúl, por lo que dejando todo, se mudó a la capital con su cachorro. Con un préstamo, consiguió un pequeño departamento, y con trabajos múltiples, se encargaba de criar a su pequeño.
Esa era una de las partes de su vida, dado que en la universidad era “conocido” como el “chico nuevo” “raro” “frío” “misterioso” y demás apodos y comentarios a los que hacia oídos sordos, pues estaban lejos de ser su prioridad.
Cuando Jungsoo se termino uno de sus tantos desayunos que tendría esta mañana, ya que para su corta edad el pequeño era todo un glotón —un motivo más para el alfa para trabajar—, Jungkook le cambió el pañal y lo vistió con un mameluco azul, para luego acomodarle su pequeña cabellera oscura.
—Guapo como tú padre. —Ludió su nariz con la del su cachorro, para después cargarlo y tomar su mochila, la pañalera y salir de casa mientras se despedía de su perro.
A paso rápido estuvo frente a su auto, y subiendo a su hijo junto con la pañalera, emprendió a la guardería en donde dejaba a Jungsoo.
Dejandolo en brazos de una de las omegas que se hacía cargo de su pequeño, lo quedó mirando.
—Se lo encomiendo una vez más —dijo a Jisoo.
—No se preocupe, Soo está en buenas manos. —La muchacha le regaló una sonrisa.
El alfa no hizo más que asentir. Despidiéndose de la omega y de su pequeño, se dispuso a darse la vuelta, pero Soo empezó a llorar, llamando así su atención.
—No llores, bebé. —Tomando un trapo que tenía impregnado su olor, lo acercó a este, quien lo cogió y cesó el llanto al tener cerca la fragancia de su padre—. Prometo venir en cuanto pueda —le susurró, acercándose a dejar un beso en la frente de su cachorro.
[ ꗃ lightsbar: masked97 ♡ ]
—¿¡Esto es en serio!? —inquirió con molestia el alfa.
—Kai, agradece que te estoy aun dirigiendo la palabra, porque no creas que aún no me acuerdo que mientras me sugerías llevar a tu departamento, me decías entre líneas que querías solo acostarte conmigo. —Se acercó para hablarle al oído—. No aceptaría jamás algo así, ¿sabes? Pero si fueras mi tipo… quizas haya considerado la idea.
Palmeando el hombro del alfa, quien se encontraba con el ego herido, Jimin cerró su casillero, para emprender camino.
A decir verdad, Park se hallaba cansado de esta situación, y es que tener que aguantar a tantos alfas estúpidos. Sencillamente ninguno era para él. Ninguno era como aquel alfa que le robaba el aliento y a su misma vez le hacía querer olfatear todo de sí.
Con un cajita de jugo en mano que acabó de comprar, tomó asiento en un de las mesas de la cafetería al lado de sus amigos, encontrándose con que estos estaban conteniendo la risa.
—¿Qué es tan gracioso? —preguntó, dejando su mochila a un lado.
—Nada, solo que vemos esta escena casi todos los días y no deja de ser tan cómica —murmuró Hoseok, pegándole a la mesa.
—Me pregunto cuál será la nueva víctima de mañana —dijo ahora Taehyung.
—Quizás sea el de la clase de ingeniería, ese que lo invitó la semana pasada a ver su "perro". —Hoseok estaba que se ahogaba por como reía y comía.
—"Perros" no, tonto. —Taehyung le pegó mientras también reía—. Era su "gato".
—Miau~
—Ya, calmense —habló Seokjin, quien hasta ahora había estado sumido en su silencio—. Y nadie es víctima de Jimin. Ellos solos vienen a ver que consiguen de él, y si Jimin no quiere darles nada, no lo convierte en el malo.
El omega nombrado asintió ante las palabras de su sabio amigo.
—Le quitas la diversión a todo, Jin... —musitó Taehyung, llevando la lata de su refresco a sus labios.
Jimin también se dispuso a tomar su jugo, presenciando el momento justo en el que el alfa de sus sueños entraba a la cafetería.
Taehyung, quien miraba en su misma dirección, si se dio el lujo de suspirar sonoramente:
—Jeon es tan caliente —murmuró, el omega, apoyando una de sus manos en su mejilla.
—¿Lo es? —inquirió Jin, antes de mandarse un bocado de comida a la boca—. Yo solo veo a un hombre que constantemente está de luto.
—¿Qué dices? El negro le queda de maravilla. ¿O no, Jimin?
Y Jimin no podía estar más de acuerdo con ello.
Jimin por un momento dejó de escuchar a sus amigos, y de manera “disimulada” seguía con la mirada a su “alfa ideal”. Y es que desde que Jeon había llegado, el omega no había podido quitar sus ojos de él. Él solo se limitaba a admirarlo en silencio, como ya era de costumbre, dado que pese a morirse por hablarle, sentía que no podía, pues la sola presencia del alfa le ponía nervioso con sus pelos de punta.
Pero hoy las cosas iban a ser distintas, porque estaba dispuesto a poner en marcha su plan.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top