012. team up and legends











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⸂⚹៸˛⁺┊💨⚡️🌪️
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capítulo doce
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un equipo y leyendas


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LUEGO DE HABER SALVADO A CISCO Y A LA AMIGA Y ALGO MÁS DEL MISMO de los ataques de un extraño tipo que lanzaba armas de filo mortales, Barry volvió con ambos a los laboratorios luego de que el ingeniero desvelara su identidad secreta.

Sophie había sido lo suficientemente amable como para llevarle a su hermana un cambio de ropa bastante más cómodo, cosa que Jade le agradeció infinitamente porque sin dudas no era demasiado agradable ser la única con ropa de etiqueta entre los presentes.

—Es el mismo cuchillo del puerto —comentó Barry, señalando el arma que había amenazado la vida de Cisco—. El residuo coincide —expuso.

—Entonces es el mismo sujeto —dio por hecho Joe.

—En definitiva —afirmó el velocista—. Pero estas armas son antiguas. Tienen siglos de antigüedad —rectificó.

Jade dió un par de pasos en su dirección, y se detuvo a su lado. Allí observó el material y diseño de la empuñadura del puñal, detallando en los lienzos y tallado sobre la materia prima con la que estaba cubierto el arma en cuestión.

—¿Tienes una idea de por qué este tipo te busca? —preguntó Iris.

—No. Nunca lo había visto en mi vida.

—Bueno, él actuaba como si te conociera —señaló Cisco—. La llamaba Sacerdotisa Chay-Ara.

La cabeza de Jade se alzó de golpe al sentir un atisbo de familiaridad en la mención hecha por el latino, adicional a aquella ligera idea de el porque sentía aquella misma familiaridad con el puñal, el trazado y la cultura que parecía representar y de la cual este parecía provenir. Recordaba haber leído de eso y también haberlo estudiado por diversión y hobby cuando el tema en cuestión salió a flote en una de las asignaturas de sus estudios profesionales, años atrás.

—Es cóptico —pronunció la morena.

—¿Qué? —cuestionó Barry, observándole confundido.

—¿Quieres decir Egipcio? —preguntó Caitlin.

—Sí —asintió—. Me llamó la atención los trazados enmarcados en la empuñadura. Efectivamente es oro, sin embargo me familiaricé con las piedras y trazos. Los egipcios estuvieron muy familiarizados con la astronomía y la astrología, crearon calendarios y tablas específicas para medir fenómenos astronómicos y... —su mirada se encontró con los iris chocolates de Iris los cuales demostraban confusión—. Lo siento, eso no es relevante. Lo que quiero decir es que, este puñal tiene siglos de antigüedad porque proviene de la civilización egipcia, al igual que la mención de la Sacerdotisa Chay-Ara.

Todos guardaron silencio unos segundos, masticando y procesando las palabras de Jade. Había determinación en ellas y también en sus conocimientos. Pero parecía ridículo, casi inimaginable, lo cual, sin embargo no significaba que fuera imposible.

—Bueno, yo crecí en Wisconsin —mencionó Kendra—. Y nunca he salido de los Estados Unidos, así que...

—Este sujeto es claramente muy peligroso —señaló Barry, con seriedad—. Así que debes permitir que intentemos protegerte.

—Puedo asignarle una patrulla —ofreció Joe.

—Mmm, no sé si recuerdas a los tipos del puerto, tío Joe, pero por las fotografías que tenía Barry en el laboratorio se ve que no terminó muy bien eso —murmuró Jade, negando con su cabeza.

—Tú no viste a este tipo, Joe. Y sin ofender, pero la verdad no creo que un policía pueda protegerla —determinó Cisco.

—No, pero tenemos amigos que podrían darnos una mano —comentó el velocista—. Pero tendremos que dejar Central City.

Jade le observó con curiosidad, sin embargo no hizo cuestionamiento alguno respecto a lo mencionado por su novio. Ya lo haría cuando tuvieran un hueco de tiempo para poder conversar y así poder sacarse un par de dudas de encima.

Claro que nunca creyó que con salir de la ciudad se refería a realmente hacerlo. En su ingenuidad Jade creyó que simplemente esconderían la pista del rastro de Kendra y fingirían que esta desapareció del radar de Central City, no que emprenderían viaje a la ciudad vecina, Starling City.

Y sí, se incluía, porque luego de un par de insistencias bastante persistentes y reiteradas, Barry había accedido a llevarla, aún reacio a la mención hecha por Cisco en donde aseguraba que la morena podía ser un buen As bajo la manga.

Después de un par de arduos entrenamientos el latino había declarado que la morena tenía bastante potencial y muchas más habilidades que descubrir y explotar. Mientras tanto, Jade podía apañárselas con las descargas eléctricas que salían de sus manos y el control de ventiscas y lluvias torrenciales que podían asomarse por la zona si ella así lo imponía.

Así que, esa misma noche se encontraban en la ciudad que se encontraba bajo el cuidado del equipo Arrow. Iba a ser honesta, Jade tenía mucha curiosidad por saber quien operaba bajo el seudónimo del vigilante, pero mientras tanto encubría su curiosidad divagando por el búnker del equipo. A su alrededor había mucho color verde, ya fuera en algunas paredes o en luces tipo neón y claro, no podían faltar las flechas situadas en un estratégico orden que Jade creía iba desde el más letal hasta el menos letal.

Había conocido a Felicity Smoak. Cisco había tenido la cordialidad de presentársela entre breves palabras mientras mantenía su mirada fija en Kendra. Minutos más tarde, cuando Jade comenzaba a tomar el ritmo a un entable de conversación con Felicity las compuertas del elevador se abrieron y de estas salieron Barry y tres personas más de las cuales Jade desconocía sus nombres y rostros. Excepto por uno.

Se le había quedado observando confundida mientras que su novio y el hombre de cabello castaño claro, casi rubio, intercambiaba secas palabras con él. Pronto Felicity se arrimó al círculo, creando un espacio de tres mientras abrazaba a Barry por sobre los hombros, gesto que fue correspondido por un alegre velocista. Claro que cuando escuchó como la informática le reclamaba a Barry el no haberle informado de aquel incidente que le dejó sin poder caminar un par de semanas, dándole también un golpe en la escápula durante el proceso, no pudo evitar sonreír con una ligera diversión.

Se notaba que en aquellos tres presentes había bastante familiaridad.

Entonces la mirada de Barry recayó en ella, tornándose más alegre de lo usual y con un movimiento de su mano le invitó a acercarse. Jade no tardó en hacerlo, sintiendo en el proceso como el aparente arquero le observaba con la misma confusión y extrañeza con la que ella le observó minutos atrás.

—Creo que ya conociste a Jade —se dirigió a Felicity.

—Sí, tuvimos un par de minutos para presentarnos —pronunció la de lentes.

—Ollie, te presento a Jade Miller —se dirigió a Oliver—. Es la nueva adición al equipo, y también mi novia. Jade te presento a Oliver Queen, Arrow y cabecilla de su equipo.

La sonrisa en el rostro de Barry se desvaneció al conjunto de la sonrisa de Felicity, ambos gestos tornándose en confusión absoluta por la falta de palabras en Oliver. Bien era sabido que muy hablador no era, sin embargo nunca llegaba a esos extremos.

El arquero por su parte, tras unos segundos presionando sus labios en una fina línea, sin saber muy bien que decir, abrió su boca, y bajó su mirada hasta el suelo por unos milisegundos.

—Esto es tan raro —musitó, con aire cansado.

—En su momento pensé que tras la fachada de chico mujeriego eras bastante misterioso —mencionó Jade—. Y te conocí como por diez minutos, lo cual es bastante raro.

—Buena elección de palabras para comenzar —apremió el arquero, blanqueando su mirada.

—¿Qué está pasando? —cuestionó Felicity, sin comprender el intercambio de palabras.

—¿Ya se conocían? —preguntó Barry, igual de confundido.

—No necesariamente —respondió Oliver.

—¿Conocer como conocer realmente? No. Pero sí tuvimos cierto intercambio de palabras.

—¿Entonces...?

—No hay forma bonita de decirlo —indicó Oliver.

—Hace como 5 años despertó en mi habitación, ebrio y sin camisa —señaló Jade.

Ante esa simple mención escasa de explicaciones del porque, Barry sintió como una poca grata sensación se estancaba en la boca de su estómago y también sintió como su espalda se tensaba inconsistentemente. Oliver pudo notar esa última reacción, y mentalmente casi se preparó para que un puñetazo súper veloz se dirigiera a su quijada.

—¿Dormiste con Jade? —cuestionó.

—No.

—Bueno, tampoco es como que realmente seas capaz de recordar que sucedió —Jade encogiéndose de hombros durante la pronunciación de sus propias palabras—. Yo sé que cuando desperté él estaba ahí.

—Sí... no creo que estés haciendo mejor las cosas, Jade —comentó Oliver, cruzado de brazos sintiendo la mirada imponente de su novia sobre él.

—Igual estábamos vestidos —señaló con rapidez—. Y él estaba en el sofá de mi habitación.

El silencio se sumió otro par de segundos, hasta Felicity se encargó de romper el ciclo de este.

—Eres increíble, Oliver —negó Felicity, dándole un golpe en el hombro.

—Pero, ¿Por qué? —se quejó el rubio.

Smoak negó, fingiendo seriedad, mientras se dirigía hasta su silla, la cuál se encontraba posicionada frente a los monitores que se encontraban en una plataforma redonda al centro del búnker. Oliver no tardó en seguirla.

Jade dejó salir un suspiro y se volteó hasta su novio, quien desde su posición observaba al arquero con un claro ceño fruncido de disgusto. Le pareció un gesto excesivo, pero bien recordaba que Barry a veces podía llegar a ser bastante inseguro de si mismo, lo cual le parecía una pena.

—Oye... —llamó su atención—. No es nada, Barr.

     El velocista sucumbió a sus palabras y se volteó dejando salir una suspiro derrotado. Su mirada escaneó a Jade, quien a simple vista demostraba indiferencia, pero él sabía que estaba preocupada por él.

—No estoy mintiendo cuando digo que ni siquiera recuerdo si sucedió realmente algo. Estaba borracha, cosas pasan, pero él estaba en el sofá y yo en mi cama —hizo saber—. Y aunque haya sucedido, eso no cambia nada. Es pasado.

—Lo sé —murmuró de acuerdo—. Es solo que...

—¿Qué? ¿Qué él es Oliver Queen? —cuestionó con diversión—. Ni siquiera sabía que Oliver Queen era famoso. No es la gran cosa. No es ni tan guapo.

     Barry no pudo evitar dejar salir una risa ante las palabras de su pareja. Y es que era la primera vez que escuchaba a una chica decir que Oliver Queen no era la gran cosa, y es que Caitlin, Iris y Sophie parecían siempre estar babeando ante la más mínima mención del millonario.

—Estoy contigo, Barry —le recordó Jade—. Una noche que apenas recuerdo no va a cambiar eso ¿Sí?

     El velocista asintió, dejando salir media sonrisa.

—Además, nosotros hemos tenido más noches. Noche muy buenas —agregó con un tono de voz sigiloso.

Las mejillas de Barry tomaron un claro color rojizo ante las palabras de su novia. Su boca se abrió y se cerró un par de veces, intentando dejar caer palabras que no lograba modular, ante lo cual Jade dejó escapar una risita burlona y encantadora debido a su reacción.

—¡Jade! —protestó finalmente en un tono de voz audible solo para ambos.

La morena lo tomó por las mejillas y tiró de él hacia ella, estrellando sus labios con los de él en un beso corto.

—Basta, eres adorable.

Barry dejó escapar un resoplido de fingida frustración que Jade disfrutó mientras le dejaba ir.

A pesar de la aclaración y ser consciente de ello, la noticia seguía sin serle fácil de digerir. Y no podía evitarlo. Sin embargo, habían cosas más importantes en las cuales pensar y las cuales atender, lo cual era la razón del porque habían acudido con el equipo Arrow en primer lugar. Así que eso optó por hacer. Se centró en lo que estaba ocurriendo.

     —Barry dice que necesitas ayuda —comenzó diciendo Oliver—. Que alguien muy peligroso está detrás de ti.

     —Sí, y no tengo idea de por qué.

     —¿Cómo luce este sujeto? —inquirió Thea Queen, quien resultaba ser hermana del arquero.

     —Eh, esperen un segundo —indicó Barry.

     Se apartó del lado de Jade para acercarse hasta una pequeña mesita situada en una esquina junto con unos sofás. Sobre la mesita se encontraba una libreta de dibujo junto con un lápiz, lo cual le pareció bastante conveniente. Rápidamente, abusando de sus habilidades, implantó la imagen grabada en su mente, dando por resultado un retrato bastante decente del tipo en cuestión.

     —Bueno, este es él.

     —Sí, nunca hubiera pensado que lucía así —musitó John Diggle.

     —Tiene estilo Dothraki. Sexy —comentó Felicity—. Veamos si el reconocimiento facial encuentra algo —indicó.

     Subió hasta la plataforma en dónde se encontraban los monitores y tomó asiento en una de las sillas allí, comenzando a trabajar.

     —No es nada sexy —murmuró Jade, caminando a un lado de Barry, quien sonrió con diversión ante su mención.

     Una imagen apareció en el ordenador cuando el reconocimiento facial encontró una coincidencia.

     —Es él —pronunció Kendra, con seguridad de sus palabras.

     —Bueno, es raro, porque esta foto es de 1975.

     —Por lo que tendría unos ochenta años ahora —señaló Barry, ligeramente consternado con su mención.

     —¿Qué más puedes decirnos? —cuestionó Oliver.

     —Dijo que me conocía de hace siglos, pero nunca lo vi en mi vida —aseguró la barista de Jitters.

     —Debe haber alguna conexión —determinó Oliver.

     —Ninguna que se me ocurra. Me mudé a Central City hace seis meses.

     —¿Por qué te mudaste allí?

     Jade había conocido a Oliver por solo un par de minutos, mientras una horrible resaca apresaba su sistema cinco años atrás, pero sin dudas el hombre a un par de metros de ella no se parecía en nada al chico desinteresado y volátil que había conocido. Y era comprensible, en el paso de cinco años todos podían cambiar, sobretodo teniendo en cuenta que para ese entonces Oliver ya era muy distinto, solo que mantenía una fachada de su antigua personalidad.

     —La ciudad me atrajo, supongo.

     —Kendra, hay una razón por la que te busca. Piensa —remarcó Oliver.

     —Mira hombre, vinimos a escondernos hasta ver que hacemos —pronunció Cisco—. Así que baja un poco el...

     —Vinieron por ayuda —le cortó el arquero—. Así es como ayudo.

     —Oliver, los acabo de salvar de lo que sea que esa bandada de gaviotas estaba por hacerles, lo menos que puedes hacer es...

     —Barry, ninguno de nosotros tiene superpoderes y trajiste a Kendra sin conocerla. O sin saber que quiere aquel que está tras ella. Nos pusiste a todos en peligro.

     —Oye, Oliver. ¿No se supone que eres una clase de héroe también? ¿No conoces el tacto? —articuló Jade cruzada de brazos—. Si ella dice que no tiene idea de que demonios está ocurriendo, es porque no lo tiene. Si no quieres ayudar, solo dilo, no actúes como un idiota.

     —Entonces ustedes deberían hacer las preguntas —sentenció el arquero.

     —Hey, hey... —Felicity intervino haciendo un gesto con sus manos que incitaba a la calma—. Todos aquí somos amigos, ¿no?

—Mm-hm —afirmó Oliver tras unos segundos, en un monosílabo casi inaudible.

—Entonces, ¿por qué no vamos a nuestro lugar a beber y charlar? —propuso la rubia.

Barry se encogió de hombros, rodeando a Jade por sobre la cintura.

—Suena genial —aceptó, sin saber que más decir.






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RESULTABA SER QUE EL APARTAMENTO QUE OLIVER Y FELICITY compartían era bastante acogedor y moderno. Tal vez más de lo que Jade creyó sería. Sin embargo, a la vez, el lugar parecía tener ese toque colonial que añadían los bloques de ladrillos que eran parte de la construcción.

     Con un trago en mano Jade se había acomodado en uno de los sofás junto a Thea, mientras que Kendra y Cisco se encontraban en el sofá de enfrente. Por su parte, Barry, Oliver y Felicity se encontraban de pie un par de pasos lejos. Con un poco de música de fondo ambientando el lugar, compartían una conversación sin sentido, en dónde Cisco intentaba convencer a Thea de asignarle un nuevo apodo de héroe, cosa a la que ella se negaba, alegando que le gustaba su seudónimo actual, Speedy.

     —¿Conoces mi trabajo? —cuestionó Cisco—. Si lo conoces, sabes que se me ocurrirá algo mucho mejor que Speedy —alardeó.

     —Tal vez si te cortas el cabello podemos hablar al respecto —propuso Thea.

     —Creo que estás enojada porque mi acondicionador sí funciona —declaró Cisco con superioridad.

     Jade sonrió con diversión ante la respuesta de Cisco. Hacia un par de semanas había comprendido que meterse con el cabello del latino era un ataque sumamente personal. Además, este realmente tenía un cabello envidiable. Nuevamente su mirada escaneó la estancia, y allí a un par de pasos pudo ver a Barry sumido en una conversación con Felicity. No tenía ni idea de que era de lo que hablaban, y tampoco tenía mucha curiosidad por saberlo, pero supuso que en algún momento su persona salió a flote, ya que ambos voltearon en su dirección, y ante la sonrisa de Barry ella simplemente no pudo negarse ante el involuntario movimiento de imitarle.

     Cuando sus miradas se apartaron, Jade volvió a observar a su alrededor, y pronto su mirada se encontró con la figura de Oliver Queen. Él se encontraba un par de metros más lejos que el resto, frente a la chimenea. En un impulso, la morena se colocó de pie, y con su trago en mano se encaminó en dirección a él. Oliver por su parte no tardó en notar la nueva presencia que se detenía a su lado.

     —Oliver.

     —Jade.

     —Mira, solo quería disculparme por lo de hacer rato —hizo saber, encogiéndose de hombros—. Sobre reaccioné de forma innecesaria y te llamé idiota.

     —Sorprendentemente no es la primera vez que me lo dicen, ni ha sido lo peor por lo que me han llamado —admitió.

     —¿Sorprendentemente? —cuestionó con diversión.

     Oliver dejó escapar una pequeña y basta risa.

     —Sé que todo esto a de ser abrumador —continuó Jade—. Desde que volví, aún intento acostumbrarme a la realidad que ellos viven. Personas con poderes, villanos velocistas, Barry siendo un velocista, enterarme de que mis poderes son parte de un linaje... a veces siento que voy a explotar.

     —Toma tiempo —acordó—. Me costó adaptarme a la idea de que Barry era rápido y de alguna forma, que era otro chico distinto a aquel que conocí por un caso que consideró imposible y decidió investigar junto a Sophie.

     —¿Conoces a Sophie? —cuestionó Jade.

     Oliver asintió.

     —La conocí a la par que conocí a Barry, hace unos dos años. Vinieron a Starling City en busca de lo imposible, y entonces me encontraron.

     —Claro, porque el millonario playboy que desapareció por cinco años es para nada el prototipo perfecto para convertirse en héroe —bromeó.

     —Tampoco lo es el chico nerd con cero destrezas físicas sobreviviendo a una muerte asegurada y convirtiéndose en un héroe con súper velocidad.

     —O la chica con claros problemas paternales que se alejó de su familia por años y volvió con poderes heredados de sus ancestros —continuó ella.

     —Totalmente normal y súper adaptable —determinó Oliver.

—Concuerdo.

Ambos rieron entre dientes.

—Disculpa aceptada —hizo saber Oliver, tras unos segundos.

—Entonces supongo que estamos bien.

—Seguro.

Jade extendió su extremidad, aquella en la que sostenía su vaso con alcohol, y en algún momento Oliver le encontró con su vaso en mano e hicieron un brindis silencioso. Netamente un gesto para permanecer en paz.

—Hace un par de horas estaba en una cena con Barry por mi cumpleaños y ahora estoy en otra ciudad, conviviendo con un grupo de héroes —suspiró casi con lastima.

—¿Cenando? —cuestionó Queen con sugerencia casi divertida.

—Sí, Oliver, cenando.

El arquero alzó levemente la comisura de sus labios, en una clase de extraña sonrisa, mientras alzaba sus brazos en señal de rendimiento. En aquel momento, el sonido del horno indicando que el tiempo de cocción de lo que se encontraba en su interior había llegado a su fin, hizo presencia. Jade notó como Felicity se apresuraba a acercarse a la cocina, y tras darle un asentimiento a Oliver, siguió sus pasos dispuesta a ayudarle.

Barry tomó esa oportunidad para acercarse al arquero. Tenía sus intenciones claras.

—Oye, Ollie —comenzó diciendo—. Lamento haberte traído este problema. Sé que no fue justo...

     Oliver suspiró.

     —Está bien —le cortó—. Lamento si antes estuvo un poco...

     —¿Brusco?

     —Me han dicho cosas peores —sinceró con calma mientras Barry dejaba caer una pequeña risa—. Pero me alegra que estés aquí. Me alegra que me buscaras. Muestra madurez y lo sé porque nunca fui realmente maduro —una vez más Barry rió—. Siempre estoy a tu disposición —hizo saber Oliver.

     —Gracias —Barry asintió—. Debo decir que no es el mismo equipo Arrow que solía conocer —confesó—. O el mismo Oliver Queen. Pareces realmente...

     —¿Feliz?

     —Feliz, sí.

     —Estoy feliz —admitió Queen—. Finalmente tengo todo lo que quería. Estar con Felicity me ha dado una sensación de paz. Algo que no he tenido en mucho tiempo.

     —¿No me dijiste que sujetos como nosotros no consiguen a la chica? —cuestionó el velocista con media sonrisa adornando su rostro.

     —Sí, pero me equivoqué —y con esas palabras saliendo de su boca Oliver huyó de allí.

Luego de una charla tan sincera, una compañía tan grata, buenos tragos y unos extrañamente deliciosos canapés lo que menos esperaban los presentes era el tener que volver tan prontamente a la acción.

     Con una simple palabra resbalando de los labios de Kendra como aviso, uno de los ventanales del departamento fue atravesado por el susodicho que perseguía a la barista de Jitters.

     —Siempre te encontraré, Chay-Ara —determinó el intruso.

     Con un destello de su estela, Barry corrió por el arco de Oliver, solo para luego entregárselo al mismo, quien no dudo en apuntar con su flecha más filosa al culpable de que su sala de estar estuviera cubierta de trozos del vidrio que acababan de romper.

     —No te muevas —ordenó con voz profunda.

     —¿Y entonces como los mataré a todos?

     Con un simple movimiento de manos el misterioso hombre lanzó cuchillas suficientes para los presentes, cada una de estas perfectamente direccionadas a ellos. Al mismo tiempo Oliver dejó que la flecha resbalara de sus dedos ocasionando un perfecto silbido ante el golpe con el aire.

Dejando ceder al picor de sus dedos Jade dejó que una ráfaga de viento entrara en la estancia, y con un movimiento de dedos esta golpeó en las armas de filo que amenazaban con atacar a los presentes, desviándolas del objetivo.

Sin dudas aún no estaban al tanto de lo que les esperaba.













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                                n/a:

                    guess who's back...

               pipol, perdón, yo sé que
             me perdí, pero el bloqueo
           de escritor me dio bien fuerte

            also, wattpad me destrozó el
             orden de la estética así que
                si se ve raro ya sabe xq
               también se me perdió el
               gif del final:((( todo mal

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© 2O24 | PRFCTGUSTIN

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publicado: 05/03/2024
editado: 00/00/0000

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