siete



Sólo me puse una sudadera encima, unos pantalones deportivos, sin pensar mucho en ello.

Sus pantalones estaban en el suelo, por lo que solo busque en sus bolsillos, encontrando las llaves de inmediato, sonreí al tenerlas en mis manos. Me puse las pantuflas de la entrada y abrí la puerta...

- Aerin... ¿Qué crees que haces? -me miró molesto-

Con todo el miedo del mundo cerré la puerta al salir de ahí, corrí por todo el edificio evitando el ascensor.

- ¡Aerin! -escuche su gritó de lejos-

Mierda, viene tras de mi, fue mala idea ponerme las pantuflas de andar en casa, pero solo quería salir de ahí y no volver. A pesar de que deje mi teléfono y otras cosas, ya no me importa.

Salí del pequeño edificio, estaba tan paniqueada que corrí sin tener un lugar de destino realmente. Pronto Kyungh iba corriendo tan rápido detrás de mi, podía sentir que pisaba mis talones.

- ¡Jodida perra, me las vas a pagar!

- ¡Déjame por favor!

Mi cuerpo estaba agotado, tan agotado físicamente, pero no me detuve en ningún momento. No se como pero el comenzó a alejarse cada vez más, no se si sea porque esta cansado, espero y si y me deje de seguir. Pero yo no pienso parar.

- ¡Ah! -me quedé cuando choqué con alguien en su espalda-

Mire de inmediato detrás de mi. Kyungh se acercaba más y más.

- No.. ¡No, no ayuda! -dije histérica-

- ¿Aerin?

- Hoseok... -el fue con quien choqué, al parecer va camino al trabajo-

- ¿Qué te paso? -me miró preocupado- ¿Porqu...? -sus palabras quedaron en el aire cuando solo me puse tras de el y me oculte, mi cuerpo temblaba como nunca antes-

- Ayúdame..  No dejes que me llevé, no.. -solloce-

- ¡Eres una maldita perra! -llegó a nosotros gritando, llamando la atención de algunas personas- Eres tu... -reconoció a Hoseok- Dejaste de cosas y ven aquí Aerin. ¡Ahora!

-me abracé de Hoseok- El otro día te la llevaste sin su consentimiento... Hoy no será así.

- No te metas hijo de puta y dame a mi novia. -su mirada choco con la mía- Cariño.. Ven, no tienes que hacer todo este show.. Vamos a casa, donde hablaremos.

- No.

- Ella dijo que no... ¿Qué le hiciste? Solo mira cuanto miedo te tiene. -habló molesto-

- Ya veo, estas enfermo y no puedes entender que no debes meterte donde no te llaman. Aerin ya vámonos. -intentó acercarse-

- Ella se quedará conmigo. Lo mejor es que te vayas.

Me separé de Hoseok en cuanto se desequilibrio y cayó al suelo por el terrible golpe que le dio Kyungh.

- ¡Te dije que no te metas! ¡Vámonos! -me tomó de la mano y me jaloneo-

Las personas me miraban preocupadas, pero no se acercaban, Kyungh realmente es una persona terrible.

Lloré durante el transcurso a su casa, me apretaba tan fuerte de su agarre, por lo que ni siquiera quise luchar en soltarme.

- Ya aprenderás a dejar de ser una puta. -me empujó para entrar a la casa- ¡Planeabas dejarme! -me tomó del cabello- ¡Cuando yo doy todo por ti!

- ¡Ah, suéltame! ¡Kyungh me lastimas! -intente soltarme-

- Mereces una buena lección... A mi nadie me ve la cara de estúpido, pensaste que no me daría cuenta.

-me tiró al suelo- Solo quiero irme de aquí... Déjame ir... -solloce-

.

La primera patrulla salió, dentro iban Hoseok y los padres de Aerin, si nunca la hubiera acompañado a casa, no sabría a donde haber pedido ayuda. No podía simplemente quedarse tranquilo.

- Si ese hombre le hace algo a mi niña.. No. -lloró-

- Tranquila señora, será llevado detenido por violencia. Llegaremos pronto.

Llegaron al edificio, dos policías subieron después de pedir autorización del dueño. Tocaron la puerta, pero nadie abrió.

- ¡Abra la puerta, somos la policía!

Sin esperar más, abrieron esta de un golpe y entraron. Kyungh al verlos busco enseguida la manera de salir, pero lo capturaron.

- ¡Manos arriba! ¡Sobre la cabeza rápido!

- Yo no he hecho nada oficial.

- Guarda silencio. Pasaras una agradable noche en la cárcel.

- Yo no hice nada que no debiera hacer.

- ¡Maldito! Sabia que le harías daño a mi hija. -habló el padre de Aerin- ¿Dónde esta mi hija?

Se quedó callado.

Hoseok entró y se aproximo a buscarla mientras aprestaba a Kyungh. Entró a la única habitación, donde miró a Aerin sobre la cama, su mirada estaba perdida y de su rostro resultaban los diversos golpes que Kyungh dejó.

Trago en seco, no podía creer que el lastimara a la mujer que tenía frente a sus ojos, no sabía lo que tenía.

- Aerin... -se acercó a ella pero ni siquiera lo miro- Soy Hoseok... Kyungh se fue. -la miró temblar cuando lo nombro- El nunca volverá a hacerte daño.. Lo prometo.

Puso su mano sobre la de ella y la acarició, cerro sus ojos con fuerza mientras soltaba su llanto. Kyungh la lastimó, lastimo su cuerpo y su lado emocional. Destruyó a la Aerin divertida y amorosa de hace años. Estaba perdida, estaba destrozada, la persona la cual le prometió amor, la hundió.

Quería morirse en ese momento.


ig. doannisoon__

youtube. annesoon



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