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La miró dándole la espalda, no le es permitido quedarse por la noche a menos de que la persona tenga un problema. En esta ocasión, la de Aerin.

Se acostó en el sofá de la habitación, mientras que ella esta en su camilla dándole la espalda.

Quiere que piense que está dormida, aunque el sabe perfecto que no lo está. Puede escuchar sus sollozos desde hace un rato. Ella enserio está asustada.

- Aerin.. -susurró- ¿No puedes dormir?

Negó aunque él no la miró.

- No. Nunca puedo dormir...

Estaba por preguntar el porque, aunque es más que obvia la razón.

- Tengo miedo que regrese, y si duermo tengo pesadillas de mis recuerdos. -cerró sus ojos- En veces quisiera haber perdido la memoria... O haber muerto aquel día.

- Aerin. -se levantó- No, no digas eso. -dijo con algo de molestia- Tienes mucho que vivir, todo eso te hace una chica fuerte. Debes ser fuerte aunque te cueste mucho, volverás a ser feliz... Ya verás. Pero no pienses en nada relacionado con la muerte.

- Nada tiene sentido ahora Hoseok, Kyungh ha de haber mandado a alguien a matarme o joderme más la vida de lo que el lo hizo. -sollozó con fuerza- Será mejor que te alejes, podría hacerte algo también.

Le rompió verla así. Pero cumpliría su promesa, no se alejara de ella, la protegerá cueste lo que le cueste.

- No llores, por favor.. -se acostó tras de ella, abrazándola- Resiste Aerin, solo un poco más...

El día llegó, el radiante sol entró por la gran ventana y con el la enfermera encargada de darle los medicamentos a Aerin.

- Buenos días. -ambos sonrieron- Es hora de tus medicamentos.

- Yo, me tengo que ir. Vendré a verte mañana Aerin. -ella asintió triste-

- ¿Es tu novio? -preguntó cuando se fue-

-negó- No, es un amigo.

- Se ve que le gustas. -sonrió- Es lindo, el primer día que vino te trajo flores, estaba muy nervioso.

- No... No podría gustarle nunca. El es un grandioso chico, yo estoy llena de problemas... No sé fijaría en mi, eso sería meterse en muchos problemas, solo está aquí para apoyarme.. Solo eso.

Hoseok bajo su cabeza, había escuchado todo.

- Si supieras... -susurró para el mismo- Me gustas demasiado.

Se sintió tan triste. Ella es tan hermosa y delicada para el. Siente eso desde que la conoció en su lugar de trabajo, el entró casi al mismo tiempo que ella, le fue imposible no enamorarse de esa amable sonrisa y manera de ser. Lo demás era lo de menos, se enamoro de ella.

Pero lo que escuchó de su parte, le hizo sentir como si ella nunca le correspondía.

Nunca se esforzó en ocultarlo. Nunca dejo de verla con admiración, incluso cuando ella estaba cerca de Kyungh. Nunca dejo de intentar cuidarla y protegerla, aunque eso último le hizo sentir que ha fracasado.

Por su parte, ella solo lo miró como un compañero, ese alguien que respondía sus lindos buenos días. Fue así hasta que lo miró defenderla aquel día que escapaba de su agresivo novio, ahora exnovio, claro.

Ese día, cambio la manera en que lo miraba, sin siquiera darse cuenta comenzó a desarrollar un agradable sentimiento, no de amistad.

Siempre se había sentido cómoda y feliz lado a el mientras trabajaban, nunca pensó que podrían ser algo.

- No, imposible.. -sacudió un poco su cabeza- Es mi amigo, no debo sentir esto.

Aquella enfermera solo hizo que su cabeza diera vueltas. Está confundida.

Al día siguiente se quedó esperando a Hoseok aunque el nunca llegó. No fue como había dicho. Algo que la puso muy triste, se sentía muy desanimada.

- Estoy bien.. Enserio. -dijo al teléfono-

- Hija, no te escucho bien, tu padre y yo estamos muy ocupados, pero iremos cuando podamos.

-mordió su labio, sintió un gran nudo en su garganta- Está bien mamá, cuídate mucho.

Colgó.

Se sentía demasiado sola. Demasiado es poco.

Caminó a su habitación, no habla con nadie, le teme a los hombres y prefiere no relacionarse con nadie.

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