Capítulo 16: "Sensaciones en espiral"

Esa noche Lara despertó a causa de una pesadilla.

Su frente estaba cubierta de sudor y sus manos tiritaban rápidamente; en la habitación todo era oscuridad obligando a Lara a usar un poco de sus poderes. La habitación se iluminó parcialmente formando sombras entre las tinieblas conforme comenzó a caminar de un lado a otro, luchando para no tirarse a llorar ahí mismo y despertar a las chicas que dormían cerca de ella.

Trató de calmarse, respirando hondo y pensando en que todo había sido una mala pasada de su mente, que estaba demasiado nerviosa por la constante presencia de Severus Snape y que la presión por comenzar los entrenamientos con Dumbledore no ayudaba en nada. Lara retuvo un grito de frustración y, sin más, salió de la habitación.

Le costó trabajo pasar desapercibida de las mazmorras porque en el par de días que había pasado en Slytherin, aprendió que había chicos que les gustaba merodear por la sala común de madrugada, porque en esas horas el calamar gigante solía salir de su escondite y hacer piruetas frente al ventanal de la sala, dejando un maravilloso espectáculo a su paso. Otros pocos permanecían sentados leyendo un libro sobre Defensa y otros pasaban desapercibidos en las esquinas, cotilleando sobre chicos y chicas de las otras casas.

Slytherin era un buen lugar para estar, Lara pudo ganarse la confianza de la mayoría de las serpientes demasiado rápido a excepción de un grupo de chicos que siempre seguían a Snape y pasaban su día peleando con Harry y sus amigos. A Lara le gustaba estar con las serpientes, a pesar de que su peor pesadilla era una.

Mientras caminaba por los pasillos, Lara pensó en el sueño que había tenido, estremeciéndose por completo. Aquella enorme serpiente le seguía, zigzagueando por el piso intentando devorarla junto a una silueta deforme y manos alargadas que intentaban sacarle los ojos; esa vez había sido diferente porque alguien más había estado en su sueño, alguien muy cercano y que Lara apreciaba.

Corrió escaleras arriba intentando llegar cuanto antes a su destino, viéndose detenida únicamente por Peeves quien correteaba por los pasillos, entrando y saliendo de los salones para arruinar los horarios de clase del día siguiente. El poltergeist saludó a Lara, y ella, incapaz de devolverle el gesto, corrió más rápido.

Subió un último tramo de escaleras y dio vuelta en el último pasillo cuando chocó de frente con alguien, tan repentino y veloz que Lara cayó de espaldas, deteniéndose tan sólo con sus codos para amortiguar la caída. Levantando la vista, notó que se trataba de Harry Potter, él le tendía la mano, apenado por haberla derribado. Lara suspiró de alivio

—Lara

—Harry, oh, Harry—Él no sabía que pasaba y tampoco entendía porque Lara le abrazaba tan fuerte mientras le susurraba lo agradecida que estaba de que se encontrara bien, aunque, para ser sinceros, él también se alegraba de que Lara no tuviera ni el mínimo rasguño—Me alegra tanto que estés bien

—Yo también me alegro de que tú estés bien—Harry se despeinó el cabello como si no lo tuviera ya lo suficientemente alborotado—Yo... no vas a creerlo, Lara, pero tuve un sueño rarísimo

Lara frunció el ceño y le pidió que le contara lo que había pasado. Harry le dijo que había tenido un sueño donde Voldemort –el mago tenebroso que lo asechaba desde bebé- tenía a Lara en su poder y la torturaba, le lastimaba usando con ella la maldición cruciatus una y otra vez como había hecho con los padres de Neville Longbottom. Al final, Lara se estremeció, porque lo último que Harry le relató fue que Voldemort llamaba a su serpiente, que ésta se arrastraba hasta Lara hasta acorralarla mientras Tom Riddle se acercaba a ella con intenciones de arrancarle los ojos. Lara se frotó los parpados con la viva imagen de su propia pesadilla.

—Mi sueño empezó como siempre, yo estaba en una habitación oscura, totalmente sola—comenzó a decir Lara luego de que se sentaran en las escaleras, intentando calmarse el uno al otro—Comencé a caminar entre la penumbra, pero incluso así pude distinguir una silueta terrible que me seguía acompañada de una enorme serpiente. Ellos me perseguían y cuando me alcanzaban... intentaban sacarme los ojos—Hizo una pausa mirando a Harry—Pero esta vez algo cambió, esta vez aparecías tú. Voldemort te atrapaba, torturaba y después... después todo se transformó y fue cuando pude ver tus ojos a través de la serpiente. eras esa serpiente, Harry.

» Fue cuando desperté y salí corriendo para buscarte, el sueño había sido tan real que pensé... yo de verdad creí... oh por dios, Harry

Lara se tiró a llorar provocando que Harry colocara una de sus manos sobre su hombro, luego la atrajo a su cuerpo y la abrazó. Lara gimoteó por un rato antes de separarse, sorber la nariz y sonreírle a Harry para no preocuparlo más de lo que ya estaba. Él sacudió la cabeza, haciendo que el flequillo le cayera en la cara.

— ¿Por qué nos está pasando esto, Lara? Él tiene un asunto conmigo, me odia, lo hizo personal, pero, ¿contigo? ¿Qué es lo que busca con todo esto?

—No lo sé. Mis sueños se hacen más recurrentes y son cada vez más reales, Harry. Cuando desperté me dolía la cabeza e incluso pude jurar que ardía como si estuviesen tallando un espiral en mi cabeza con hierro caliente

—Es lo mismo que siento yo con mi cicatriz—dijo, mostrándole el pequeño rayo que descansaba en su frente—Todo esto es muy raro, Lara

—Lo sé—Lara suspiró—Créeme que lo sé



—Uh, ¿profesora Umbridge?

— ¿Si, querida?

—No quiero ser uh, entrometida, pero, ¿no cree que éstos métodos ya están... obsoletos?

—Es el método de enseñanza que sugiere el ministerio—le respondió con una grande y falsa sonrisa. Ambas caminaban por los pasillos hacia el salón de clases, Lara iba detrás de ella cargando una gran pila de libros mientras Umbridge sostenía un pequeño bolso rosa—Y todo aquel que piense lo contrario sobre la excelencia de las disposiciones del ministerio, es estar en contra del ministro mismo. Así que te sugiero que te mantengas al margen, querida

—Claro, es sólo que en Beauxbatons enseñábamos con practicidad y...

—Y aquí estás en Hogwarts, cielo—le cortó, antes de que entraran al salón—Sé que quizá fuiste una buena profesora en Francia y que tal vez te dieron la suficiente autoridad para enseñar a tus alumnos como tú quisieras, pero en este lugar la profesora soy yo y tú estás aquí únicamente para hacer lo que yo te pida y lo que te pido ahora es que me dejes hacer mi trabajo, ¿puedes hacer eso?

Lara se mordió la lengua para no ser descortés. Moviendo la cabeza lentamente, Lara aceptó

—Claro

—Gracias, querida.

Ese año los alumnos de quinto grado debían presentar sus TIMOS, por lo que Umbridge fue de lo primero que habló al entrar al aula, con Lara siguiéndole por detrás y colocándose a un lado de la pizarra aun cargando con el montón de libros. Dolores Umbridge sonrió.

—Como saben, éste año deberán prepararse arduamente para conseguir su Título Indispensable de Magia Ordinaria, si se preparan correctamente tendrán un buen resultado, si fallan, las consecuencias podrían ser severas—Nadie dijo nada y Dolores le hizo una seña a Lara para que se acercara—Profesora Lexington, reparta los libros por favor—Lara se dispuso a sacar su varita del bolsillo cuando la mujer de rosa la detuvo—No, no, hágalo de manera manual, si no es mucha molestia

Lara hizo un enorme esfuerzo para no matar a la mujer. Cumplió con lo que le pidió, repartiendo un libro por mesa y sonriéndole tímidamente a Harry al pasar por su lado luego de recordar lo que había pasado la noche anterior. Umbridge carraspeó la garganta, apurando a Lara para que terminara lo más pronto posible.

—Fui informada de lo que estuvieron practicando en esta asignatura durante los años pasados y me temo que fue terrible, por lo que hoy yo estoy dispuesta a cambiar eso con apoyo de un curso de magia defensiva que el ministro de magia amablemente nos ha proporcionado, ¿sí?

Hermione Granger alzó la mano luego de que Lara le entregase su libro

—Aquí no dice nada sobre cómo usar verdaderos hechizos de defensa. Sólo es la teoría

—Por supuesto que lo es, ¿Para que querrían practicarlo?

—Pues se supone que esa es la intención de la asignatura, aprender a defenderse

—Entonces—Habló Ron— ¿No usaremos magia?

—Oh no, eso sería demasiado arriesgado

— ¿Y de que nos serviría? —cuestionó Harry, cabreado. Lara sacudió la cabeza, colocándose cerca de la pizarra—Si nos atacan no sabríamos como responder, necesitamos saber a lo que nos podemos enfrentar allá afuera

—Me encanta que los alumnos participen en mi clase, pero para eso deberán alzar la mano primero—Harry levantó el brazo— ¿Si, señor Potter?

— ¿Está usted diciendo que el ministerio no desea que aprendamos a defendernos?

—El ministerio cree que es suficiente con que aprendan la teoría para que pasen exitosamente sus exámenes

—Perdone que la interrumpa, profesora—comenzó Lara, atrayendo la mirada de todos—Pero la teoría no sirve de nada sin la práctica. Cada uno de estos chicos podrían tener una nota excelente en la teoría, pero no así mismo en la práctica y entonces no serviría de nada porque absolutamente todo se les olvidaría con el paso del tiempo. Creo que podríamos utilizar la información del libro como base y luego...

—Profesora Lexington—Interrumpió con una sonrisa—No sé si tenga un problema para comprender mis palabras, pero creo que fui bastante clara con lo que hablamos fuera del aula

—Sí, profesora, aunque...

—Entonces le pido que no se meta en mis asuntos y me deje trabajar a mi manera. Soy una buena maestra y no necesito de sus consejos—Lara logró notar como un tic nervioso se formaba en la comisura de los labios de la mujer—Así que ahora le pido que vuelva a mi oficina y ordene el papeleo que tengo pendiente

Lara salió del aula con los puños cerrados y la mandíbula tensa. Dios, si Dumbledore le hubiese dicho lo difícil que sería tratar con aquella mujer entonces habría rechazado su propuesta de ir a Hogwarts. Pero no, ella había aceptado, tomando la responsabilidad que Dumbledore le otorgó con la condición de que le ayudase con sus poderes. Aun así, ni Dolores Umbridge ni Severus Snape le inspiraban la suficiente confianza como para mostrar sus capacidades, provocando que sus manos vibraran por el enojo y por el esfuerzo que estaba haciendo para que la luz no saliera disparada de sus manos.

Una lechuza entró por el ventanal deteniendo a Lara; ésta dejó caer un sobre frente a ella para luego salir volando del castillo en la misma dirección en que llegó. La tomó, dándose cuenta de que, a pesar de que la carta de Bill había llegado puntual al amanecer, una nueva había sido enviada. Lara la abrió con un suspiro.


Querida Lara:

Sé que ésta es la segunda carta en el día que recibes de mi parte, pero debes saber que es imposible para mí no pensar en ti cada minuto del día, por lo que escribirte es la única forma de quitarte de mi mente por un momento. Todo sigue igual en la Orden, ¿sabes? Dumbledore no nos ha dado indicaciones y yo comienzo a aburrirme en el cuartel; sinceramente, ya hubiera vuelto a Egipto de no ser por ti.

Cada día magos y brujas de todas partes se afilian a la orden, esperando ser de ayuda en la guerra que se avecina, incluso un par de gigantes han llegado pidiendo informes acerca de la organización. Como es evidente, ellos no podían entrar a la base, así que Lupin tuvo que hacerse cargo de ello.

Charlie me pidió que no te contara, pero debo asumir que sabes por Cécile que ella y mi hermano se mensajean a diario; es extraño, porque siempre pensé que Charlie terminaría casado con una dragona, pero supongo que Cécile se ha vuelto muy importante para él. No lo culpo, porque es el mismo efecto que tú tienes en mí.

Espero que todo esté yendo bien en Hogwarts, sé que es un lugar extraño para ti, pero puedo asegurarte que en ningún lugar estarás más segura que al lado de Albus Dumbledore; toda mi familia confía en él y no veo porque tú no puedas hacerlo. Hemos escuchado también que Dolores Umbridge es la nueva profesora de Defensa y lo único que Sirius me ha pedido que te informe es que tengas cuidado con ella.

Yo no la conozco, pero papá dice que Dolores es una mujer cruel, quizá demasiado cruel por lo que Sirius pide –y yo también- que te cuides y que no pierdas de vista a los chicos –principalmente a los gemelos, que son peores que granos en el trasero-. Sabes que cualquier cosa que no te guste o te haga sentir incómoda puedes decírmela y yo estaré en Hogwarts en un santiamén.

Saluda a Dora y Cécile de mi parte, ¿está bien?

Con amor, Bill.

PD. ¿Podrías informarme cuando es tu primera visita a Hogsmeade? Me encantaría verte ;)

Para ese momento la advertencia de Sirius y Arthur no le pareció tan descabellada, ¿Dolores Umbridge siendo cruel? Vaya, Lara no lo creería de no haber sido porque acababa de ser echada del aula. Con todo eso, Lara pudo sonreír al ver la firma de Bill y su intención de verla en Hogsmeade, a pesar de que Lara no estaba muy segura de qué significaba eso. Sonrió.

Ni siquiera Umbridge podía opacar la felicidad que Bill Weasley le brindaba


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