33. Donde todo comenzó
"Un ángel es como una flecha de luz, irrumpiendo la oscuridad a través de su paso."
—Karen Goldman
La Historia de como comenzó todo (Luna)
Estaba parada en medio de un desierto, no me explicaba que hacia yo aquí. El sol quemaba mi piel con tanta intensidad que abrí mis alas para protegerme del sol, la caída solo me había dejado herida que tardarían segundo en sanarse.
Todo lo que me rodeaba era arena por todo lado, camine sin buscar una dirección. Ya que no podía volar por alguna razón extraña que no me explicaba.
Seguí caminado hasta cuando la tierra tembló, haciendo que el suelo se abriera en dos. Corrí lo más rápido que pude, vi una montaña de arena al frente y la subí, corrí hasta que llegue arriba de la montaña, mire para atrás y ya la tierra no estaba temblando.
Qué raro.
A lo lejos algo me llamo mucho la atención, vi una casa cosa que se me hizo más raro. Ya que una casa en medio de un desierto, no traía nada bueno. Solo traía recuerdo a ese viejo cuento de Hansel y Gretel que algunas veces escuche de los humanos, la diferencia de ellos y yo, era que ellos estaban en un bosque y yo en un desierto.
Me lancé de la montaña y comencé a rodar cuesta abajo, cuando sentí que ya no rodaba me levante y seguí corriendo hasta la casa. Ya que mis heridas no sanaban y sentía que mis alas pesaban, como si fuera un estorbo para mí.
Cosa que nunca en todos esto siglos me ha pasado.
La casa estaba arriba de una roca grande que tenía forma de una mano sosteniendo firme la casa, hice todo lo que pude para subí la piedra y llegar a la casa. Mis pies estaban torpe al subí, logre y abrí la puerta. La casa por dentro parecía estable, estaba vacía no había muebles ni persona. Parecía que apenas la acababan de construir, sin pensarlo cerré la puerta y me deje caer en el suelo.
No entendía que hacia yo aquí
¿En dónde estaba, ¿Porque había una casa arriba de una roca en medio del desierto? y ¿Qué mal hice para que fuera desterrada del cielo?
Ósea yo estaba tranquila con mis hermanos haciendo nuestros labores, cuando escuche un silbido tan agudo que me provocó un dolor de cabeza tan fuerte que ni me dio tiempo de asimilar que pasaba.
Yo no había pecado, ni siquiera me preocupaba por la humanidad. Tenía miedo pecar, porque la última guerra que hubo en el cielo donde mis hermanos se revelaron ellos salieron perdiendo y ahora viven de puro dolor y odio, yo no quería eso para mi vida y solo por eso no entendía que había pasado.
Estaba tan metida en mis pensamientos cuando escuche paso en la entrada de la puerta, alguien toco y yo no tenía ánimos para esto jueguitos ridículo. Todo mi cuerpo me dolía para saber quién era el que estaba tocando, mi mente solo me gritaba te van hacer daño.
Y era algo que ya estaba en nosotros. Yo no estaba aquí para esconderme o para luchar, solo quería volver a mi casa.
Volvieron a tocar, me acurruque en el suelo, esperando quien sea, se fuera. Pasaron unas cuantas horas y escuche otras pisadas, pero esta vez nadie toco si no que tumbaron la puerta de una sola patada. Me levante de un solo salto y vi una mujer, de tercera edad, cargaba abrigos de piel de animales como ropa, me puse en posición de defensa pero fue como un martirio para mi cuerpo.
Me pesaba y dolía tanto que creía que en verdad había hecho algo muy malo y lo estaba pagando.
Así que solo la mire sin mostrar ningún miedo, aunque me estuviera muriendo por dentro. Ella solo me dio una sonrisa diabólica que puso todos mis sentidos en alerta.
-Te encontré mi pequeña Leuksna -dijo ella caminado hacia mí.
-¡Aléjate!-grite muy fuerte y ella cayo en el suelo.
El grito de un Ángel puede ser muy mortal para un humano, dependiendo en que situación la utilicé. Solo que en esta yo no sabía que mis poderes estaban fallando.
Ella se levantó y saco una flauta, me dio una mirada de esa maléfica.
-No nena, eres mía. -De un lado para el otro con la flauta movía diciendo que no. Me miro con desaprobación como si la situación ya la estuviera cansado.-No, no, no y no, Pequeña. ¿Sabes cuánto me costó para que bajaras? Miles de años. -Dijo ella- Sabe que me sorprende de este mundo, que lo único que tienen protección son los humanos. Ustedes no, solo cumplen órdenes y son inservible.
¿De qué me estaba hablando ella?
-Solo quiero volver a mi casa.-mis lágrimas estaban cayendo y solo quería irme.
-Volverás muy pronto... Pero primero, lo primero.-extendió la flauta hasta sus labios y comenzó a sonarla.
Mis oídos zumbaban por el sonido de la flauta, me quemaba por completo. Sentía que algo dentro mí se estaba desprendiendo y no sabía que era.
-¡Para!-grite revolcándome de dolor en el suelo. Me tapaba los oídos pero no funcionaba.- ¡Para!-volví a grita.
Mi cuerpo se estaba debilitando, la mire y ella se estaba rejuveneciendo, se está pareciendo... a mí. Paro de sonar la flauta y camino hasta mí. Saco un cuchillo y me hizo cortes en el brazo haciendo algunos símbolos raros que solo había visto de mis hermanos caídos, no podía hablar ni gritar, ni podía sentir dolor. Estaba completamente inmóvil para moverme.
-Serás malditas por siglos, renacerás en un cuerpo humano alado de mío. Solo para que yo viva y tú mueras, dándome tu luz por siempre. Jamás me reconocerás y te acordaras de mí, no tendrás memorias porque solo eres mi fuente de su ministración.-la escuche decir y lo último que sentí fue el cuchillo en mi débil corazón arrancándome las últimas gotas de vida.
***
Todavía sentía el cuchillo en mi corazón, sentía que me estaba muriendo. Abrir mis ojos y estaba parada en el parque, besando a este chico que todavía no sabía quién era. Me separe de impulso, agarrando mi corazón sintiendo todavía el dolor en mi pecho.
-¿En dónde rayos estaba?
Espero que fuera un sueño, y no sea una visión.
Lo mire y su mirada se había apagado, todavía me faltaba el aliento y solo quería saber que rayos fue eso.
-En el monte de Sinaí.-susurro.
-¿El mismo monte donde Dios le hablo a moisés y al pueblo de Israel?... Esto debe ser una broma.-dije pasándome las manos por la cabeza.-Nadie, más que moisés podía pisar ese monte.-dije recordando algunas de las historias que había escuchado.
-Fue en el desierto más allá del monte, donde caíste.-dijo él acercándose agarrándome la mano.
¿Caí? Yo no soy un ángel caído, ellos son malos y son demonios.
-Cero beso.-dije extendiendo mi mano frente de él.- ¿Caí?-el asintió.-Yo no puedo ser un ángel caído, ellos son demonios.
-No eres un ángel caído, solo que te rebataron tu luz por su propia voluntad... Usando magia negra.
Me dolía la cabeza.
Mi celular volvió a sonar y lo agarre por impulso.
-Gracias a Dios que responde.-sonó la voz de Rous angustiada-¿En dónde está?
-Solo aléjate de mí, si.-dije cortante y colgué.
-No deberías ser así con ella.-me regaño.
-¡Tengo hambre, sí!-le grite y comencé a caminar, el me siguió.
Camine hasta la tienda de la señora Carmen y todavía no sabía porque ella seguía abierta con noche de toque de queda.
Bueno aquí voy yo, esquivando los problemas con comida. Como si ellos fueran la solución de todo el mal que está sucediendo.
-¿Por qué comes tanto?-pregunto él, viéndome agarrar dos bolsa de papitas, un refresco grande y una caja de galleta.
-Explícamelo tu.-dije poniendo las cosa en el mostrador-Buenas noche señora Carmen.-dije sonriendo
-Buenas noches querida.-me devolvió la sonrisa y luego lo miro a él. ¿Porque todavía no sabía su nombre?-Que haces a esta horas de la noche, rondando todavía. ¿No sabes que hay toque te queda?
-Si yo sé, pero es que tengo insomnio y no puedo dormir así que le pedí el favor a mi primo para que me acompañara.-dije señalándolo, ella lo miro y le regalo una sonrisa. Ella estaba sacando la cuenta de todo lo que yo había agarrado.
-Son 5$ por todo.-dijo. Estaba sacando el dinero de mi pantalón, cuando note que no tenía dinero y solo lo vi que él pago, percatándose de mi pequeño problema económico.-Gracias que tenga una excelente noche.
-Igualmente.-respondimos los dos al mismo tiempo.
Salimos de la tienda y el me agarro por el brazo, llevándome hacia una camioneta 4x4. Era hermosa de color negro, destape la bolsa de papitas y me lleve una cuantas a la boca.
-¿Puedes decirme cómo te llamas?-le pregunte con la boca llena, el me lanzo una sonrisa de que le dio gracias como le hable con la boca llena.-¿Qué? Solo pregunto para saber cuál es el nombre de mi secuestrador y así tenerlo en cuenta a la hora de morir.
-No te voy a secuestrar, te voy a llevar a tu casa. Y me llamo nathan.-dijo dándome otra de su sonrisa.
-¿Nathan? Tu padre no te quería.-dije sorprendida por su nombre, destape el refresco y bebí. Le ofrecí pero negó.
-El mismo que el tuyo, quien le pone a su hija Luna.-dice abriéndome la puerta de pasajero para que yo entre.-Rubí es un nombre bello, pero Luna no se compara con Nathan.-quería matarlo.
-¡Oye! ¿Cómo sabes de mi segundo nombre?-pregunte sentándome.
El extendió su mano hasta mi bolsa de papitas y saco una, se la metió en la boca y me sonrió.
Mis padres desde pequeña me enseñaron en no confiar en extraños. Pero yo sentía en lo más profundo de mi interior que él era bueno, era como si me gritara <<Confía en él>>.
Me dejo en mi casa, subí por la ventana y el me siguió hasta estar adentro. Le dije que se fuera que mi hermano podía estar en la casa esperándome despierto, aunque lo dudaba mucho. Star estaba indefensa y Lux podía volver, dudo que estuviera aquí mismo ahora... Tropecé con mi mesita de noche, lo que provoco un ruido no muy fuerte. Él solo se echó a reír, por mi falta de intentar entrar a mi cuarto sin hacer un ruido.
-Oye, no te burles de mí. Nunca había hecho esto antes.-le susurre.
-Si ya vi.-dijo él, tirándose en mi cama, me lleve las manos a la cintura en posición de jara, lo difuminé con la mirada, diciendo: Oye galán esto no va a pasar entre nosotros dos.
-Olvídalo, sal.-dije señalando la ventada.
Él estaba apuntó de contra decirme, cuando escuchamos una voz que me llamó.
-Luna rubí Hill. -escuche la voz de Rous, mi mirada se dirigió hasta la puerta que se había abierto.
Lara estaba parada tras de ella, intercalando la mirada entre Nathan y yo, pensando sabe que Dios en su mente cochina.
¿Dios, en donde me vine a meter?
-¿Qué hacen ustedes aquí?-pregunte moviéndome sorprendida hacia ellas, Rous no paraba de mirar a Nathan.
-Pensamos que te habían vuelto a secuestra... ¿Quién es él?-pregunto ella señalándolo.
-Un viejo amigo.-respondió el acercándose a mi.-Me llamo Nathan.
-Mucho gusto Nathan soy Lara, ¿Está saliendo con mi hermana?-pregunto ella coqueteando con él.
Pude ver una sonrisa de superioridad en Nathan.
-Olvídalo, tu fuera.-le dije a Nathan.- y tú deja por una vez en toda tu vida en coquetear con alguien.-me dirigir a Lara.-Rous no tenemos nada que hablar.
-Pero yo sí quiero que hablemos. Star me conto todo, dice que un ángel la salvo y quiero saber tu versión.-dice ella.
Vuelve a mirar a Nathan.
-De nada.-me susurra él en el oído y salió de mi habitación tan rápido que no dio tiempo de asimilar algo.
-Esta es problema chica.-dijo Lara entusiasmada y se fue tras de nathan.
-¿Qué te pasa Luna? Primero huyes, segundo no contesta, tercero me contesta que te deje en paz y cuatro un chico estaba contigo en tu habitación a las ¡Cuatro de la madrugada!-me grita y sabía que no estaba de ánimo.
Era ahora no nunca, tenía que alejarme de ellas o la siguiente podía ser Rous en morir y yo no llegaría a tiempo. Con las lágrimas en mi ojos solté lo peor que ella pudiera escuchar, era mi única forma de que se fuera.
-¡Eres una egoísta! ¡Salve a tu hermana y así me trata, te salve a ti antes de que te pudieras suicidad. Te salve más de dos veces y así es como me tratas! -le grite.
Vi que su expresión cambio a confusión.
Oh me odiaba por ser la peor amiga que hay aquí en la tierra.
-¿Qué quieres decir Luna?-pregunto ella cruzándose de brazo molesta.
-¡Quiero que salgas de mi vida! Tú y Star- no quería que esto pasara. Pero si era necesario no involucrarla, era mejor.-Ya puedes seguir tu vida normal y corriente, ya le puedes decir a Star que está a salvo que no se preocupe por Lux. Que ya de eso me encargue!-camine hasta mi cama y me deje caer.
Ella no se movió y tampoco dijo nada.
Pasaron creo que uno minutos y la vi moverse hasta la manilla de la puerta.
-Si es lo que quieres. -dijo y cerró la puerta.
Claro que es lo que no quiero, pero ya veo que las mejores amigas saben más de la otra y más cuando esta está mintiendo.
Comencé a llorar, esto no me gustaba pero era lo mejor para todos. Cada quien por su lado y todo serían felices, llore toda la mañana hasta quedarme dormida.
***
Para la hora que me desperté eran la cinco de la tarde, mi celular estaba muerto. Lo puse a cargar y baje para comer. En mi casa no se encontraba nadie, así que después de comer fui a cambiarme de ropa por un traje de baño. Necesitaba nadar, que la tensión que cargaba en mis hombros desapareciera y eso solo podía suceder si nadaba.
Extendí la toalla en la camilla y me di un gran chapuzo. Tenía rato nadando, me sumergí en lo profundo de la piscina y quería probar hasta cuanto duraba aguantando la respiración bajo el agua. Vi una sombra moverse y detenerse en el borde la piscina.
Ah lo mejor podría ser John.
Me dije a mi misma, y solo por eso espere y no salí. Estaba rompiendo mi récord de una hora bajo del agua, cuando subí a agarra aire. Me quite el pelo de la cara que se me había enrollado por completo, cuando vi al tonto de Nathan sentado en la silla comiéndose mi helado con una amplia sonrisa en su bella cara.
¿Todos los Ángeles son bellos? ¿Ósea portarán toda esa belleza sobre natural en ellos, no es un delito?
Ahora que era de día lo podía ver con mejor visión. Si era hermoso, como si los dioses griegos lo fueran creados.
Era perfecto.
-Preciosa, pensé que no ibas a salir nunca.-dijo sonriéndome, yo me apoye con mis dos manos para salir de la piscina. Me empuje hacia arriba y salí, él miro mi traje de baño y se le intensificó más la sonrisa-¡Guao!-chasque mis dos dedos frente de él.
-Hey mi cara está aquí. -señale mi rostro, camine hasta la camilla y agarre la toalla, me tape con ella. Y me senté en el borde- ¿Quién te dejo entra?
-Pase por la puerta de allá. -señalo la puerta trasera. -Tenía horas llamándote pero nadie salió.
-Sabes que eso se llama allanamiento de morada. -me levante y camine hacia él.
-No, si una persona que conozco me abre la puerta.-me volvió a regalar una sonrisa.
-¿Qué quieres?-ya me estaba hartando de esto.
-Pasar el rato con mi dulce prima.
¿Se estaba burlando de mí? Si era así era mejor que se perdiera de mi vista, porque todavía no tenía ánimos para chistecito tonto.
Camine directo a la casa, sentí que él me seguía. Me dirigí a la nevera y saque una paleta de chocolate.
-Tú nunca dejas de comer ¿Verdad?
-Lo siento cariño, por llegar tarde a nuestra cita pero es que mi alarma nunca me aviso la hora y el día que era para no estar presente. -le hable con una sonrisa que ni yo misma me creía que era normal. -Cada vez que tú me miras, con eso ojos color chocolate me producen ganas....- y le di un mordisco a mi paleta saboreándola.
-Ja, ja, ja, No puedo contigo.
- ¿A qué has venido?-volví a preguntar dándole otro mordisco a mi paleta.
- ¿Porque le dejaste de hablar a tus amigas? No sabes que eso es lo que quiere ella.
- ¿Cómo te enteraste?
-Tengo mis fuentes. -dijo muy orgulloso. Sonó su teléfono, lo saco de su jeans y luego me miro. - Tengo que irme, pero primero resuelve lo de tus amigas.
-Julia te necesita. -dije sin pensarlo. Él me miro y pude ver una sonrisa pícara. Se acercó a mí, acerco su mano hacia la mía y me arrebato el helado. Lo lanzo hasta el fregadero y yo sofoque un chillido de horror. -¡Era mi cita! - Era mi helado.
Lo mire y el subió su mano por mi brazo desnudo, acariciándolo arriba y abajo, algo de su tacto me produjo electricidad. Y un recuerdo que no debía estar ahí.
-¿Esta celosa?-inquirió acercando su boca a mi oído. Trague saliva y respire profundo-Solo tengo ojos para una sola chica.
Eso fue todo, para que algo dentro de mí gritara alerta, alerta. Me separe de él muy rápido
-¿Qué está haciendo?-me moví nerviosa para atrás.
Su celular volvió a sonar y él lo agarro.
Minutos después se fue, dejándome con la duda.
¿Cómo sabia él, que yo estaba molesta con las chicas?
Como se atrevía a tocarme así, ni siquiera lo conozco perfectamente.
Esto debería terminar bien, y no en celos absurdos que estoy comenzando a sentir por alguien que apenas conozco.
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No olviden de votar y comentar si le gusto mucho, me ayudaría en la historia.
Besos y abrazos 😘🤗
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