28. Un día feliz
Star
"Hay una sola forma de felicidad en la vida: amar y ser amado."
-George Sand.
Me escape de mi casa desde muy temprano no sabría decir qué hora era, pero de algo si sabía era que estaba muy temprano porque todavía era oscuro afuera.
No podía dormir y lo único que pasaba por mi mente era John, tuve que llamarlo por teléfono porque no pensaba subir por las escaleras oculta que él tenía en su ventana a esas horas de la madrugada.
<<Además ni que fuéramos Romeo y Julieta, para hacer una escena de esa.>>
John como siempre me contesto el teléfono entre dormido y me dijo que pasara por la parte de atrás de la cocina que él me iba a estar esperando.
Cuando había llegado a su casa lo único que el cargaba puesto eran una bermudas de color negro hasta la rodillas y andaba sin camisa. Vi su cuerpo casi desnudo por la luz de la luna y sentí un remolino de emociones por dentro. John tenía el cuerpo de un modelo y siempre iba al gimnasio así que hacía ejercicios casi todo los días y en su cuerpo se notaba que era modelo de ropa interior, claro en mi mente.
—Vamos pasa. —fue lo primero que dijo cuando abrió la puerta y me invito a pasar a su habitación.
Me pase las manos por los brazo por el frío que hacia afuera ya que no me iba a quedar a fuera, con el frío que estaba haciendo podía morir de hipotermia. No entendía porque hacia frío tan de madrugada, qué pensaría que estuviera en el polo norte. Lo único que faltaba afuera era la nieve, para completa que estábamos en diciembre pero no era así.
Me quede a dormir con él en su habitación, me dijo que sus hermanas no estaban así que teníamos la casa para los dos solo. Y su forma de decir: <<Tenemos la casa para los dos solo>>. Sonaba muy sexual de su boca, pero tuve desechar esa idea de mi mente porque él sabía que yo no me había escapado para hacer esa cosa.
John siempre me respeta y sabe sus límites, él sabe que yo no soy como las demás chicas. Por lo que lo mande a contarse de un lado y yo del otro, poniendo las almohadas en el medio como una barrera. Y si se sobre pasaba me largaba a la habitación de Luna. Pero a la final no funciono, cuando me desperté en la mañana, él estaba abrazándome y parecía dormir como un ángel. Y eso me encanto, jugué un rato con su pelo mientras que él seguía dormido y después me quede junto a su lado abrazado como churro.
<<Porque yo no pensaba moverme si eso él quería. >>
Todo el día nos quedamos en su casa echando cuentos, viendo películas y hasta algunas veces nadamos en su piscina. Yo me rehusaba a bañarme en la piscina porque no tenía traje de baño, pero dijo que Luna a lo mejor tenía. Le hice caso y busque unos que Luna tenia de cuerpo completo, y me coloque un short corto arriba del traje de baños. John no me soltaba para nada y yo no quería alejarme de él. Ya eran casi las nueves cuando me acorde que Rous debía estar preocupada por mí, así que le envié un mensaje que estaba con John.
—Mi lucero, ¿qué pasa si algún día deja de quererme?—me pregunta John pasándome un pedazo de pizza.
<<Como rayos me va a preguntar eso, yo jamás dejaría de quererlo si eso es lo que él piensa. >>
— ¡Eso no pasara!—hable subiéndome a su regazo con una sonrisa y dándole un beso.
—¿Pero qué pasa, si lo haces?
—Pues si pasa, es porque no estábamos destinado a estar junto.
Pude sentir en la comisura de sus labios que se formaba una bella sonrisa no muy grata a la respuesta que le di, mientras no besábamos.
Así que el continuo besándome, quería estar con él y no me quería aparta por ningún momento.
Necesitaba sus caricias y sus besos.
<<Y borrar aquellas palabras que no le gusto, pero que tenía que aceptar. >>
—Mi lucero, prométeme que no me vas a romper el corazón.
<<¿Por qué siento que ya esto lo había vivido? >>
He leído miles de historia de amor y siempre se promete a no hacerse daño y terminan más dañados y roto que nunca. Pero al final los dos, se ayudan mutuamente para corregir ese estúpido daño que ellos mismo se hicieron. Y terminan más felices que nunca.
<<Pero eso no nos pasara a mi John y a mí. >>
Eso no.
—Te lo prometo. —Le doy un piquito en los labios. —No romperte. —le vuelvo a dar otro. — Tu corazón. —y termino con uno apasionado, colocando mi mano en su cabello y revolviendo todo por completo.
Sentí que sus manos se posaron en mi cintura y subieron hasta mi espalda. Subiendo y bajando con suavidad, produciéndome un calor y un deseo intenso sobre él. Mis manos bajaban por debajo de su camiseta y comenzaba a recorrer desde su abdomen hasta su pecho, le levante su camiseta y nos separamos para que él se la pueda quitar. Observe un rato su pecho, su abdomen, están más firmen que nunca por tanto ejercicio.
En un momento él me vuelve a besar con más intensidad y de repente el timbre suena por toda la sala, me separe de él rápido sentándome del otro extremo del sillón.
—Mierda, es que no podían fastidiar en otro momento. —Él recogió su camiseta y se la coloco, se dirigió a abrir la puerta.
Yo solo me quede recuperando el aliento que había perdido y tuve que agarra un pedazo de pizza para calmar mi intensidad de deseo.
<<Si, digamosle así por los momentos. >>
—Brother, por fin te encontramos... Esta más perdido que Tarzan en Nueva York. —escuche la voz de un chico.
— ¡Sí! Bueno estuve ocupado, tu sabe cuidando a mi hermana, porque casi se muere. —le contesta John al chico de afuera con sarcasmo.
Él nunca lo dejo entrar sino que hablan desde afuera.
—¡Bueno solo te vine a visar que hoy hay fiesta!—dice el chico muy alegre.
—Brother, mira la hora que es y de paso hay toque de queda. —dice John.
Mire el celular y ya eran como las nueve y media.
—Ah ¿pues el niño se metió a moja o qué?—pregunta el otro chico incitándolo. —Tu sabes que nosotros no nos importa eso ¿Vas o no?
— ¡No!... No voy tengo que cuidar a mi hermana y será para otro día. Y tú sabe muy bien Rafael que a mi si me importa, yo podre ser de todo pero siempre cumplo las reglas. Tu sabe que hay toque te queda y ¿si llaman a la policía? Tú no me vas a sacar. —dice John, creo que ya se irrito.
Porque a la ultimas palabra se afinco para no gritarle.
—Bueno mano tú te los pierdes. —dice el chico y John cierra la puerta, le pasa seguro y se sienta a mi lado dándome unos toquecito en la pierna con sus pies. Me acerco más a él, y no aguanta más para abrazarme.
— ¿Con que cuidar a tu hermana?—inquiero sonriéndole, el me da un beso en la frente y me regala una de sus sonrisa picarona.
—Bueno era eso o decirle que estaba contigo. —me voltee para verlo mejor a la cara y él pudo ver que sus palabra sonaron mal. —No quiero que hablen de ti, y que digan que eres una más de mis conquista, no quiero que te rayen. —dice explicándome, veo su ojos grises y siento que lo que me dice el verdad.
Bajo su barbilla con mi mano para que él pueda mirarme mejor y le doy un gran beso en los labios.
Al final de todo, nos pusimos a ver un maratón de películas de terror. Él pensaba que me iba asustar y saltar en sus brazos pero la hora nunca llego.
Ya eran casi las tres de la madrugada, la tele me despertó. John y yo nos habíamos quedado dormidos en el sillón viendo película. Me levante con cuidado para no despertarlo, agarre el control de la tele que estaba tirado en el suelo y presione el botón de apagar.
Fui arriba a buscar una sábana para arropar a John y volver arriba para dormir, cuando un ruido me llamo la atención, sonaba como si alguien se fuera metido en la piscina, no quise despertar a John. Por lo que camine con cuidado pasando la cocina, para no llamar la atención del intruso, me acerque a la ventana de la cocina para ver hacia afuera y vi una chica nadando en la piscina.
La vi nadar de un extremo al otro y así lo hacía con más frecuencias.
¿Quién podría nadar a estas horas de la madrugada, cuando el agua esta fría?
La chica salió de la piscina con cuidado dándome la espalda y su melena de pelo rubio ceniza platino hizo que la identificara quien ya era. Abrí la puerta de la cocina y salí con cuidado acercándome a ella. Ella se agacho para agarra una toalla y cuando se dio la vuelta su cara quedo de asombró a verme parada frente a ella.
— ¡¿Qué haces tú aquí?!—dijimos la dos sorprendida y nos comenzamos a reír, por decir la misma palabra a tiempo.
—Quise nadar un rato. —dice Luna primero.
—¿A esta hora de la madrugada? —ella asiente y se sienta en una silla pequeña que esta alado mío.
Yo me siento en el otro.
—No quería ir al lago, porque había una fiesta. —dice pasándose la toalla por los hombro y arropándose. Debe ser la fiesta que el tal Rafael estaba invitando a John. — ¿Y tú qué haces aquí?, ¿mis hermanas están?—pregunta ella mirándome confundida.
— Eh no... No están.
Ella pudo ver mi cara de vergüenza, de un momento a otro se puso firme y comenzó a levantarse con cuidado, ya estaba poniendo su cara de: Por favor dime que es una broma. Y en sus labios formaban una O.
—¡Oh por Dios!—grita ella sorprendida y comienza a señalarme con un dedo.—¿No me digas que tú y mi hermano...?—no la deje terminar y me levante rápido de la silla y dije que no frenéticamente con mi cabeza.
—Noooo... Esta loca, soy menor de edad. —bueno casi estuve a punto, pero después no.
Vi que se calmó un poco y se volví a sentar, yo estaba avergonzada y no sabía qué hacer.
Luna por su parte no dejaba de reírse.
<<Esta familia si es rara. >>
—¿Bueno si no te acostaste con mi hermano que hacías aquí?
<<¿Es que no puedo pasar un rato con mi novio?>>
—Pasar un rato con él. —necesitaba hacerle una pregunta que se me había olvidado. Con todo lo que había pasado, pero si rondaba a mi mente como un bendito pecado que me lo recordaba una y otra vez. — ¿Luna te acuerdas la noche que estuviste hospitalizada?—ella siente.
—Si ¿Por qué?
— ¿Te acuerdas de haberme dicho algo?
—En realidad...—dice ella pasándose las manos por su pelo mojado. — Me acuerdo que cuando me desperté el doctor me dijo un mal chiste que solo el mismo se reía. —creo que no se acuerda.
—En serio... ¿no te acuerda de haberme dicho que por favor no te matara? —mis palabras salieron más con desesperación. Vi su cara ponerse confundía.
— ¿Que yo que?—grito ella sorprendida.
—Te levantaste en la madrugada y me dijiste que por favor no te mataras. Cristians estaba ahí, él te lo puede confirmar.—estaba desesperada, por saber la verdad.
—Está segura que fui yo.—dice ella todavía sorprendida, asentí.—Bueno si fui yo, y lo dudo que fuera yo... Solo déjame averiguar que paso esa noche y después te cuento. —dice ella, la mire y decía la verdad, Luna nunca diría algo que no se acordara. Y como iba ella averiguar algo así— ¿Quieres nadar? Antes de entrar, ya me dio hambre. —dijo cambiando de tema.
Le dije que no y ella volvió a tirarse a la piscina.
Después que Luna dio como tres vuelta entramos a su casa, ella comió dulce antes de subir a cambiarse y después no bajo más. Creo que se quedó a dormir, por mi cabeza no paraba de pensar como ella iba averiguar algo que ni siquiera se acordaba, bueno ella es Luna, y ella misma se entiende.
No quise preguntarle sobre Cristians, porque ella ya tenía más problema encima con su hermana muerta y ahora esto.
Llegue a mi casa a las diez de la mañana a reportarme, Rous me estaba esperando con una cara de perro enrabiado y me castigo, ya no hay más salida de noche o madrugada y quedarme a solas con John. Le rogué que no estuve sola que estaba con Luna, pero aun así no me perdono.
<<Castigada por un mes que lindo, esto no podía empeorar.>>
Todo el día, estuve sola en la casa viendo tele o revisando el Facebook. Porque nadie, absolutamente nadie estaba en casa. Mi hermano se había ido con Anna, Rous con Cole a la playa y Luna creo que estaba con Cristians, en realidad no me dijo exactamente a donde iba y con quien.
Solo dijo:
—Voy a salir.
Y yo como estaba castigada me quede en casa sola viendo las paredes, a las horas tocaron la puerta y me dio mucha flojera levantarme así que grite quien era.
—¡Quien más mi lucero!—contesto John entrando por la puerta.
Me levante de un salto sorprendida.
— ¿Qué haces aquí? Rous puede llegar en cualquier momento y me va a matar. —camine nerviosa hacia él.
—Ahora, ¿no puedo venir a ver mi lucero?
—Claro que si puedes cuando este Rous, me han castigado por escaparme en madrugada. No puedes estar aquí, ella debe de llegar en cualquier momento. —dije señalándole la puerta para que saliera, el solo entrelazo sus dedos con los míos y cerró la puerta con el pies.
Me guio hasta el sillón y nos sentamos junto, él se veía tranquilo y no preocupado.
<<Si él se quedaba, mi castigo subiría a dos meses.>>
—Cálmate mi lucero. —Dice dándome un beso en la mano. — Le dije a Cole que me enviara un mensaje cuando estuvieran saliendo de la playa.
—Siempre te la ingenias ¿verdad?—dije sorprendida por lo que había hecho.
—No podía dejar a mi chica en prisión sola, por un delito que cometió por mí. —dice partiéndose de risa.
Yo solo lo empuje del brazo por el mal chiste que había dicho. Era cierto, una parte de mi me decía que me había ganado este castigo por ir tras de él, pero él nunca me obligo. Yo solita fui a buscarlo.
John me estaba besando cuando escuche ruidos arriba en una de las habitaciones, me asuste porque sabía que nadie estaba en casa.
— ¿No estaba sola?—pregunta John, yo asiento nerviosa. Yo estaba sola y nadie estaba en la casa, todos habían salidos. Yo misma lo vi salir por la puerta del frente.—Voy a revisar.—dice él levantándose del sillón.
No quería que fuera a revisar, quería que se quedara conmigo aquí abajo. Pero ya era tarde él ya había subidos las escalera.
<<En las películas, así mueren las personas por escuchar un ruido y subir las escaleras. >>
Pasaron como cinco minutos cuando el no bajo, decidir subir a ver porque si ya me había quedado sin novio. Esto era mi culpar.
Agarre un palo de escoba para defenderme, algo podía hacer con esto. No era Jackie Chan pero algo si sabía de las benditas clases que me dieron en defensa personal.
Subí con cuidado, cuando ya estaba arriba en el segundo piso, vi a John recostado en la pared cerca de la puerta de mi habitación se le veía nervioso. Le susurre, pero no respondió. Tuve que acercarme a él con demasiada delicadeza, cuando lo toque él me miro y puso sus manos frente de mi boca haciéndome callar.
— ¿Qué pasa?—pregunte en voz muy baja apartando su mano de mi boca.
—Shh. —me dijo y después volvió a voltear su mirada para mi habitación.
Me acerque con cuidado y la puerta estaba entre cerrada y abierta vi una sombra moverse de un lado al otro, pensé que era Lux por el color de su cabello.
Pero no quise a arriesgarme.
— ¡Ella ya debería estar aquí!—dice Lux furiosa y no se con quién estaba hablando.
—Cálmate, ella ya viene en camino. —escuche la voz de un hombre.
Su voz sonaba tranquila y relajada, como la de un adolescente no podría decir como era porque no lo podía ver.
—Te aseguraste que nadie estuviera en casa, porque la necesito para quitarle lo que es mío. —Volvió a decir ella. —Si sus estúpidas amigas están aquí pueden hacer que el plan falle, tú mismo sabes que cuando las tres están juntas, ella se fortalece más.
—Sí, la rubia esta con su novio en la playa. Y la otra tiene dos días que no se aparece por aquí, debe estar con su novio. —mire a John y él estaba asustado igual que yo. Nos observaba y quien rayos era ese hombre. —Yo ya le envié un mensaje a Luna, si no se aparece, tu mascota iba por una de su amigas.
—Más te vale, porque la menor creo que se llama Star puede hacernos daños. La puede ver débil y todo pero aun así es capaz. —dice Lux.
No me lo podía creer.
—Bueno será la primera en morir. —contesto él.
Me asuste y John me jalo de la mano, llevándome hacia abajo para salir de la casa. Caminamos sin hacer ruido cuando estábamos apunto por salir de la casa, Luna estaba entrando. Se quedó inmóvil al vernos, ella sabía que yo estaba llorando y a lo mejor pensó que ellos me habían hecho algo, ella sabía que ellos estaban aquí.
— ¿Qué haces aquí?—susurro ella. — Ustedes no debería estar aquí. —John la agarro por la mano y lo dos tres salimos afuera de la casa.
Luna se resistía pero John era fuerte, la guío hasta su carro que estaba estacionado en el frente de su casa.
— ¡Adentro, ya mismo!—le grito él a ella.
— ¡No! Necesito volver allá. —le respondió ella a él molesta.
—Llama a Rous y dile que se venga sola con Cole, nos encontraremos en Frosty.—me ordeno, saque mi celular del bolsillo nerviosa y comencé a marca el número de Rous.
Él estaba discutiendo con Luna y la metió a empujón al carro, yo todavía seguía llorando y cuando Rous me contesto la única palabras que salieron fue.
—Frosty ya... Tu sola con Cole...Urgente.
Para cuando llegamos a Frosty, Rous y Cole estaban asustados por mi llamada de emergencia. Yo ya me había calmado, pero Luna seguía furiosa con John por arrástrala al carro obligada. La mesera llego y la única que ordeno fue Luna, pero le dijo a John de mala gana que él iba a pagar su tres helado.
—Ahora si nos pueden decir que fue lo que paso. —comienza Rous.
—Yo estaba en la casa sola, escuche ruidos arriba en el segundo piso. No sabía a quién llamar y el único que se me paso por la mente fue John. —dije un poco de mentirita. —John subió el solo a revisar...— pero me tranque.
— Y estaba la lunática de la muerta arriba en su habitación. —dice John molesto. —Y no estaba sola, estaba hablando con un chico. —ellos cambiaron a su cara de asustado ha sorprendido.
— ¿Quién era ese chico?—pregunto Rous sorprendida, arrastrándose de su asiento.
—No sabemos, solo escuchamos su voz. — dije. —Pero estaban hablando de que nos tiene vigilado a todos.
—Y que no las quiere junta a las tres, porque Luna se hace más fuerte. —dice John mirando a Luna.
Ella ya iba por su segundo helado.
— ¿Cómo que vigilado y porque no nos quiere junta?—pregunta Rous bajando la voz.
—Se acuerdan de aquella luz. —habla Luna mirando a Rous y a Cole. Ellos asiente.—Bueno ella quiere esa luz, y estuve averiguando que la única que la puede matar es...—dice ella pero se calla porque yo ya sabía.
—Yo. —termine en un susurro.
Todos me quedaron mirando sorprendido.
—Cuando Star me dijo que yo le había dicho algo aquel día en el hospital, mientras que ella me cuidaba. No me lo podía creer y estuve averiguando, ella se metió en mis sueños. Ella quería que Star se confundiera y no pudiera matarla a ella, si no a mí. — explica Luna.
—Ahora viene por Star. —dice John molesto.
—¿Cómo que viene por Star?—pregunta Cole.
—Escuchamos que el hombre le dijo a lux, que Star debería ser la primera en morir si eso ameritaba. —sigo explicando John.
Me levante y llame a la camarera
—Por favor me puedes traer un vaso con agua. —dije, mis nervios estaban a mil por segundo.
—Y a mí otro helado. —dijo Luna ya acabándose el ultimo helado.
—Deja de comer Luna.— Rous la regaña.—Sé que está nerviosa pero necesitas pensar con claridad y comer no ayuda.
—Pues a mí sí me ayuda.—murmura la susodicha ignorando a Rous por completo.
—Y si ellos la están observando ¿Y estaban en su casa? ¿Dónde se quedaran esta noche?—Cole tenía razón.
—En mi casa. —dice Luna.
—Su espionaje es malísimo. —Dije pensando en voz alta— Ellos dijeron que Rous estaba con su novio en la playa. Pero de mi observaron mal, ellos dijeron que yo tenía dos días por fuera. Por lo que se equivocaron pensaron que todavía estaba con John y no estaba en la casa. O sea que no puedo ser muy peligrosa para ellos como dicen, si no que...—no pude terminar las palabras porque Rous me interrumpió.
—A qué punto quieres llegar. —dice Rous.
—Yo pase todo el día en la casa viendo tele. Pero ellos nunca se dieron de cuenta que yo estaba, Ósea que estaban persiguiéndolo a ustedes dos, ustedes pueden ser la amenaza para ellos y por eso se preocupó y afinco más en ustedes o a lo mejor sabían que yo estaba en la casa y fingieron todo.— después algo en mi cerebro se encendió. Fue como una luz y no podía creer lo que estaba pensando.— ¿Quién llego nuevo a nuestro grupo y sabia a donde cada una de nosotras nos movíamos?
—Cristians. —dicen todos.
—Pero él nunca sabía dónde Rous y yo estábamos. —dice Cole.
—Aquí tiene su agua y aquí tiene su helado. —dice la chica interrumpiendo por sorpresa.
—Gracias. —le dije y le regale una sonrisa. Ella se fue y seguí hablando— A lo mejor él estaba en la casa y no quisimos reconocer su voz.—le dije a John.
—Puede ser. —dice John.
Le di un trago a mi agua y casi me ahogo cuando veo a Cristians entrar por la puerta.
— Esta aquí. —dije.
Todos se voltearon, viendo a Cristians acercarse a la registradora. Estaba hablando con la muchacha que nos había atendido.
—Bonito novio que viniste a conseguir. —le dice Rous a Luna, irritada.
—Que no es mi novio. —dice Luna ya por acabarse el helado.
<<¿Es que no se le congela el cerebro o qué? >>
— ¿Y los besos que?—ay Dios, esto va de mal en peor.
Volví a mirar a Cristians, venia caminando a donde estábamos sentados.
—Solo disimulen que todo está bien, allá viene.
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