☆★━ 𝕱𝖎𝖓𝖆𝖑 ━✮✯
La vida tiene muchas definiciones y todas ellas varían dependiendo de las creencias, religiones, formas de pensar e incluso entre las mismas maneras de vivirla.
¿Cómo podría describirla?
Para él, su vida era un papel. Totalmente terso, virgen y pulcro que al momento de abrir sus pequeños ojos por primera vez a aquel resorte al que llaman mundo, comenzó a ser manchada con la tinta de sus decisiones.
Sí llorar o reír, si cantar o bailar...
Todas y cada una marcaban algo en aquel terso papel que con el tiempo seguía llenándose un poco más. Algunos sitios tenían borrones, algunos otros trazaban perfección, pero al fin y al cabo, todo era hecho por él.
Todas y una cada una de aquellas líneas eran su esencia, su persona.
Pero la parte más importante de aquel dibujo comenzó a moldearse en aquel momento donde conoció el amor; ese sentimiento que pasa de ser puro a destructivo con una pequeña desviación o un simple borrón y así, logra tomar control de todos los aspectos de nuestras vidas a tal punto de que no puedes borrar todo aquello que él te marca.
Es decir, la página entera queda bajo su control.
Entonces el amor manchó a su antojo por su página, se encargó de atenuar muy bien las sombras de las lágrimas al igual que los detalles de las sonrisas y las líneas de los besos.
Pero entonces aquella manchada página estuvo en la mira, con la intención de ser arrancada o de romper un pedazo de ella.
Porque nunca nadie buscará arruinar las páginas nítidas y sin borrones; todos buscamos deshacernos de lo que creemos imperfecto.
Y fue entonces cuando otra página más manchada y más arrugada fue traída por la brisa de algún sitio y se posó delante de aquella, dando todo de sí para salvar la primera.
Fue totalmente un sacrificio que solo una página más rota podría haber hecho.
Entonces se miró a sí mismo cayendo de espaldas con la lentitud de una pluma en el viento, hasta que finalmente se sumergió en el agua. Pero no tenía miedo, el agua no lo dañaba, no lo ahogaba, solo lo envolvía.
Se quedó estático sintiendo el suave cosquilleo del agua a su alrededor mientras se sumergía y sino hubiera sido tan curioso de mirar a su alrededor, seguramente hubiera seguido disfrutando de aquellas sensaciones.
Pero no fue así.
— ¿Wonho? — susurró debajo del agua mientras miraba el otro cuerpo descender junto con él — ¡Wonho!
Aquellos grisáceos ojos tristes se posaron sobre los suyos y su mirada le atravesó el corazón.
— Me lo merezco... — sonrió con tristeza mientras el peso muerto de su cuerpo se sumergía cada vez más hacia lo profundo de aquel lugar — sal de aquí.
Su corazón se partió al escuchar esas palabras y avanzó hacia él tomándolo de la muñeca.
— ¡No! ¡Vamos a salir juntos! — tiró de él pero por alguna razón el cuerpo de Wonho seguía descendiendo hacia la oscuridad de lo profundo — ¡haz un esfuerzo! — intentó tirar de él nuevamente pero él no parecía siquiera intentarlo, así que abatido por los sentimientos abrumadores tomó el rostro de Wonho entre sus manos y lo acunó sin importarle que su peso lo arrastrara también a la oscuridad — Wonho mírame... — dio un golpesito en su rostro para que reaccionara — ¡Mírame! Brilla por favor... Brilla para mí...
Wonho negó levemente.
— El fuego destruye... — susurró totalmente resignado — por eso es necesario que se extinga.
La inminente oscuridad los envolvía cada vez más y se estaba desesperando.
— Wonho... Brilla por favor... — miró hacia el vibrante color de sus ojos grisáceos que era lo único que podía ver con moderada claridad — por favor... — sollozó, lo abrazó y apretó los ojos — tengo miedo... Sin ti tengo miedo... No me dejes solo... Por favor...
Entonces después de un par de abrumadores segundos descendiendo en la oscuridad, sintió como los brazos de Wonho lo envolvían, dándole la cálida sensación que extrañaba y de repente, dejaron de flotar en el agua y simplemente quedaron de rodillas abrazándose mutuamente hasta que un fuerte escozor los obligó separarse de golpe.
Volvió a abrir sus ojos deshaciendo el mágico abrazo que los había mantenido unidos y fue entonces cuando vio a Wonho envuelto en llamas.
— Mira lo que provocas... — susurró un decepcionado Wonho.
Él negó con una sonrisa, feliz de saber que su Wonho estaba de regreso, pero en cuanto quiso volver a tocar su mano el dolor se hizo presente en ambos y su pequeño roce acabó siendo vapor de agua que se elevaba.
Wonho soltó un largo suspiro y retrocedió.
— ¡Espera! — gritó con desesperación — no te vayas... ¡Ya nos acostumbraremos y entonces todo estará bien!
El cabizbajo Wonho negó y continuó su camino, pero no tomaba en cuenta que las decisiones de pareja se resolvían en pareja y Hyungwon no estaba dispuesto a dejarlo ir, incluso aunque quemara.
Corrió detrás de él y aún en medio de sus llamas lo abrazó por la espalda.
Y quemaba.
El valor de agua comenzó a formarse y el conocido sonido del agua consumiéndose se hizo presente.
El fuego llegó a ser insoportable por algunos momentos, pero nunca se soltó. Y fue entonces cuando se dio cuenta que las llamas se extinguían poco a poco al igual que su dolor.
Hasta que finalmente Wonho giró con lágrimas en los ojos y lo envolvió en un abrazo tan fuerte que logró curar sus heridas más graves, sobre todo las de su corazón.
Entonces abrió los ojos al mundo real.
Estaba vivo, realmente lo estaba.
Miró a su alrededor con un poco de confusión e intentó levantarse por inercia, pero una mano en su pecho y un dolor agudo en la parte baja de su abdomen le advirtieron que no era la mejor idea.
— ¡Hyungwon! — su padre se abalanzó contra él para darle un cuidadoso abrazo — Gracias al cielo... Por Dios, estoy tan feliz...
Sonrió al escuchar a su padre al borde de las lágrimas, pero no podía estar contento después de lo que había visto antes de despertar.
— ¿Dond... — carraspeó al sentir la garganta totalmente seca — ¿donde están? — susurró con un hilo de voz, posando su mano derecha sobre su abdomen, que volvía a ser casi tan plano como antes del embarazo.
Podría parecer apresurado, pero ellos eran su prioridad incluso por encima de él mismo.
Buscó en los ojos de su padre la ansiada respuesta tras varios segundos de silencio y finalmente el hombre sólo suspiró.
— Hyungwonnie... — volvió a suspirar — creo que es mejor descansar por ahora y cuando despiertes bien de la anestesia ya podrán verte los dem...
— Quiero verlos ahora... — susurró frunciendo el ceño — a ambos.
El hombre se puso de pie un poco desesperado por la petición.
— No sé de quién me hablas... — susurró — si es por el bebé...
Las traviesas lágrimas comenzaron a hacer acto de presencia en sus ojos, cristalizandolos al instante.
— He dicho ambos... — susurró con la voz rota — mi pareja y mi hijo...
El hombre simplemente pudo dirigir su mirada al suelo.
— Hyungwon... — señaló hacia el lugar donde estaba sentado anteriormente y recogió un objeto que él reconoció al instante — encontramos esto tirado por ahí cuando estabamos buscando para que diera declaraciones acerca de lo sucedido y...
El delgado tomó el libro entre sus manos, abierto en aquella página donde un bonito dibujo de una familia de 3 resaltaba en todo su esplendor, pero no era de extrañar que la parte que más le llamó la atención era donde el dibujo estaba hecho con sangre.
Miró a su padre con desesperación.
— Soy yo quien sabe todo lo que pasó... — soltó con molestia — y no te diré nada hasta que los traigas aquí...
El hombre lo miró con molestia.
— !¿Por qué exijes la presencia del tipo que casi acabó con tu vida?! — le arrancó el libro de las manos y lo lanzó lejos.
Entonces sintiéndose impotente comenzó a llorar a pesar del fuerte dolor que sentía en el cuerpo.
— Tú no lo entiendes... — sollozó — ni lo entenderías jamás... No entenderías todo su sufr...
La puerta se abrió de golpe interrumpiendo sus palabras y un fuerte ruido se escuchó.
— ¡Hey! — gritó un policía desde fuera de la habitación y agarró al adolorido Wonho que tras haber irrumpido en la sala había caído al suelo porque estaba atado de manos y pies — ¡ven aquí!
Hyungwon miró la escena con los ojos cristalizados e intentó levantarse, pero su padre lo detuvo .
— W-Wonho... — sonrió entre lágrimas — estás bien... — el policia lo sostuvo con fuerza y lo levantó del suelo con la intención de llevárselo — ¡sueltelo! ¡Quiero verlo! — el hombre parecía no hacerle caso y Wonho no se defendía — ¡Oiga le est-
El padre de Hyungwon le cubrió la boca.
— Hyungwon, esto no es algo que te concierne... — lo miró con molestia — tenemos suficiente evidencia para que este rufián vaya a la cárcel o a un psiquiátrico de por vida y en cuanto a ti, debes enfocarte en tu recuperación para que salgas de aquí, tu madre y yo ya hemos hablado y hemos decidido que vamos a enviarte a otro sitio para que puedas comenzar una nueva vida.
El delgado lo miró con odio mientras las lágrimas corrían de sus ojos.
— ¡Tú no puedes opinar! — gritó sosteniendo su adolorido abdomen — ¡Wonho! ¡Sacame de aquí y a nuestro bebé!
Intentó bajarse de la cama una vez más pero volvió a ser detenido por su padre.
— ¡Hyungwon, por Dios! — tomó sus muñecas con severidad — ¡deja de comportarte como si él pudiera hacer algo! ¡No se puede hacer nada!
Wonho detuvo al policía justo frente a la puerta y asintió cabizbajo.
— Es verdad Hyungwonnie... — susurró con una media sonrisa — solo debes tener paciencia...
En el momento que escuchó esas palabras su confusión se elevó hasta el cielo y se rehusaba a pensar que todos tenían razón.
Wonho no era un loco, él lo sabía.
Su bebé estaba bien también... ¿Verdad?
Pero entonces cuando el policía volvió a empujarlo para que caminara, pudo ver como una fina línea de sangre bajaba desde su nariz hasta la leve sonrisa que tenía pintada en el rostro, hasta que finalmente la puerta se cerró y Wonho salió de su campo de visión.
Él se quedó allí en la camilla sin saber que hacer, qué decir o qué pensar.
¿Era demasiado pronto para sacar conclusiones?
— Papá... Yo... — sollozó cabizbajo — nadie podrá entender...
Se cubrió el rostro con sus adoloridas manos en donde se notaban muchos hematomas aún y no pudo terminar su frase.
— ¿Entender qué, cariño? — su padre le acarició la espalda en un intento por consolarlo — si dices eso por todo lo que ha pasado, te comprendo desde fuera... Es decir, jamás sabría que hacer en un embarazo siendo un hombre, tampoco sé si me arriesgaría a tener un embarazo riesgoso y sacar al bebé bajo cesárea... Pero debes estar feliz...
Hyungwon apartó las manos de su rostro y lo miró con profunda decepción.
— ¿Cómo podría? — susurró con la voz rota — estoy aquí, impotente... No sé dónde está mi bebé y necesito a Wonho a mi lado...
Sollozó soltando un par de lagrimas que acabaron por mojar la sábana, entonces su padre lo miró con confusión.
— ¿De qué hablas Hyungwon? — el hombre frunció el ceño.
Hyungwon lo miró con confusión y molestia, todo apuntaba a que su padre estaba jugando con su dolor.
Pero antes de que pudiera decir algo más, otra voz lo sorprendió.
— Creo que no estas prestando suficiente atención... — volteó rápidamente al escuchar la voz de Wonho en la esquina de la habitación — hola cariño...
En ese momento un Wonho totalmente distinto estaba allí, totalmente vestido, sin golpes, sin esposas y cargando con mucha ternura a un pequeño bulto entre sus fuertes brazos.
Su corazón comenzó a latir con tal rapidez que sentía que podía sufrir un paro cardíaco en cualquier momento.
— ¿W-Wonho? — lo miró fijamente mientras él avanzaba hacia la camilla — pero tú, t-tú estabas...
El mayor sonrió y le puso una mano en la boca.
— Tranquilo mi amor... — susurró — después de tener un bebé no estas en las mejores condiciones para hablar... — en ese momento levantó la mirada hacia su suegro — oye... Creo que tu esposa se va a molestar si no le dices que su amado bebito ya despertó...
El hombre asintió con una sonrisa y salió de la sala mientras Hyungwon los miraba a ambos con la confusión tatuada en la frente.
— ¿Qué demonios...? — susurró mirando a Wonho que estaba mirando al bebé con una sonrisa plasmada en sus labios.
— Hyungwon... — soltó un fuerte suspiro y miró a Hyungwon directamente a los ojos delatando el vibrante color grisáceo de sus ojos que le provocaron al delgado un terrible miedo — no te asustes, soy yo...
Sabía que estaba totalmente vulnerable frente a Wonho o frente a su padre, en realidad no sabía quién era la persona que tenía delante.
— ¿Tú, quién? — susurró — dame al bebé ahora mismo y no te atrevas a hacerle daño o te juro que...
Wonho le dio un suave beso en los labios, intentando transmitirle aquello que sentía y finalmente se separó soltando un fuerte suspiro.
— Lamento todo lo que has tenido que pasar... Pero él por fin se ha ido... — sus ojos se cristalizaron — aún así te juro que estoy consciente que no te merezco, no merezco a ti, no merezco tu amor... Y...
Hyungwon levantó su mano en el aire en señal de que guardara silencio.
— Lo siento... — carraspeó — no estoy entendiendo nada...
Wonho asintió levemente y comenzó a soltar lágrimas de dolor.
— Estoy seguro que recuerdas lo que te hice... Es decir, lo que él te hizo... — Hyungwon asintió levemente y él suspiró — todo se fue a la mierda ¿no?
Soltó una leve sonrisa triste que él solo pudo acompañar con un asentimiento.
— ¿Entonces qué? — preguntó con molestia — ¿de repente puedes probar tu inocencia mientras yo estoy como estúpido llorando por ti?
Wonho volvió a suspirar.
— Sobre eso... — rompió en llanto y abrazó con fuerza al bebé — lo cambié a propósito... Cambié la situación con un dibujo... — sollozó y miró a Hyungwon directamente a los ojos — yo dibujé esto que está pasando, por eso te pedí que tuvieras paciencia... Sabía que todo iba a cambiar en un momento...
Hyungwon lo miró fijamente sintiendo empatía pero no lo suficiente para parecer vulnerable.
— Así que realmente ibas a pasar el resto de tu vida en un psiquiátrico y lo arreglas con un dibujo... — susurró.
Wonho negó levemente.
— Hyungwonnie... — sollozó mirando al bebé — no cambié la situación porque no quería ir a un psiquiátrico o a la cárcel... — levantó su mirada y la volvió a clavar en él — lo hice porque lo habíamos... Lo habíamos perdido...
Volvió a romper en llanto sin poder soltar al bebé y el corazón de Hyungwon se quebrantó.
— ¿Q-qué? — susurró con la voz rota.
Wonho asintió.
— No lo soportó... Lo escuché de un doctor... — sollozó — y ya había cometido demasiados errores como para no intentar enmendar los que hice... — sonrió entre lágrimas — devolver tu salud por ejemplo...
Hyungwon por puro instinto dirigió su mirada hacia sus brazos, los cuales estaban llenos de moretones momentos atrás, pero en ese momento ya estaban totalmente sanos.
— ¿P-pero... — no pudo completar su frase debido a la sorpresa que estaba viviendo y sintió ganas de llorar — quiero verlo... Déjame apreciarlo también... — sollozó.
Wonho se acercó con el pequeño bulto entre sus brazos y lo depositó sobre él con mucho cuidado.
— No importa si no me perdonas todo lo que has pasado por mi culpa... — susurró apartándose lentamente — sólo déjame decirte que no puedo estar más feliz de que me dieras el mejor regalo que he podido recibir...
Quería responder algo a eso, pero sencillamente no podía... No era el momento o quizá no quería responder, porque tenía un buen motivo para no hacerlo.
Su mirada estaba clavada en aquella pequeña personita que estaba entre sus brazos, durmiendo plácidamente con la calidez de unas pequeñas sábanas color azul celeste que él mismo había comprado en una de sus tantas visitas a la tienda de bebés.
Era suyo, su bebé, vivo.
Al verlo, sus lágrimas no tardaron en salir y comenzó a llorar totalmente desconsolado por las emociones desbordantes que estaba sintiendo. Y así, sin pensarlo mucho atrajo a Wonho y los abrazó a ambos aún en medio del dolor de su abdomen que se había suavizado un poco quizá por el cambio de situación vivido.
Y se abrazaron entre sí, sintiendo la verdadera magia del amor.
Entonces, después de un par de segundos de lágrimas, Wonho se apartó levemente de él y ambos miraron al pequeño fruto de su amor moviéndose entre los brazos de Hyungwon, como si aún estuviera dentro de la pancita.
— ¿Qué pasa contigo, pequeño travieso? — susurró con ternura y entre lágrimas recordando la emoción de cada vez que se movía dentro suyo — ¿acaso también sientes lo mismo que nosotros?
Ambos seguían contemplando al pequeño con una sonrisa en los labios, cuando de repente lo vieron removerse otra vez, deseando abrir sus pequeños ojos al mundo por primera vez.
Y así con mucha lentitud sus pequeños párpados comenzaron a abrirse con un poco de dificultad, intentando acostumbrarse a la blanca luz del hospital.
Pero lo que ninguno se esperaba era que al abrir aquellos pequeños ojos serían recibidos con una cálida mirada grisácea que exploraba el mundo por primera vez.
Ninguno pudo decir absolutamente nada, simplemente se vieron entre sí y acabaron soltando una pequeña risita, quizá de nerviosismo, pero cálida.
— Esto es... — no pudo acabar su frase.
Wonho asintió.
— Es tan... — susurró — repentino...
Esta vez fue Hyungwon quien acompañó su frase con un asentimiento y sus miradas volvieron a unirse.
— Wonho... — susurró — yo no sé como debería actuar ahora o qué debería hac...
Wonho le sonrió sinceramente logrando incluso que no llegara a completar su frase.
— ¿Borrón y dibujo nuevo? — soltó una risita y Hyungwon frunció el ceño con diversión.
— Eso ni siquiera va así... — acarició la mano de su pareja y las unieron con delicadeza.
Entonces Wonho le acomodó un poco el despeinado cabello.
— ¿Quién dice que las cosas no pueden ir como nosotros digamos? — dio un beso en la mano de Hyungwon — y ahora es literal... — soltó una risita y finalmente besó la frente de Hyungwon — te amo.
El delgado le sonrió al borde de las lágrimas.
— Y yo a ti... — le acarició el rostro con un poco de dificultad — no sabes cuanto...
La vida es como un boceto.
Mientras la página es tuya, la decoras a tu gusto, agregas lo que te gusta y quitas lo que no, modificas todo a tu antojo y cada uno tiene su manera de hacerlo.
Pero cuando la vida se acaba y la página es arrancada de su respectiva libreta, el dibujo llega a su inevitable fin, porque si hay algo que tengan en común todas las páginas y todas las vidas es que tienen un límite.
Después de ese límite simplemente pasan al museo del corazón de aquellas personas que nos amaron, que nos comprendieron y qué a pesar de los borrones o errores que habían allí, saben apreciar el resto de la página.
Marca bien tus líneas porque son tu fundamento.
Asegúrate de agregar las sombras en el lugar correcto.
Haz solo las mezclas que sean necesarias.
Nunca olvides que los pequeños detalles son los que requieren de más cuidado.
Y solo entonces, podrás tener un dibujo perfecto de la vida.
[Fin]
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