Parte 4: Detalles
Forjando un destino
No importaba cuanto tiempo tiempo pasara, lo que hiciera o lo que dijera, cada vez que cerraba los ojos todo lo que podía ver era fuego consumiendo papel y en cada papel estaba Hyungwon dibujado de alguna manera.
Había hecho todo lo que estaba a su alcance para protegerlo, metió el libro en el sótano, acordaron que Hyungwon estaría en casa de sus padres durante el tiempo que faltaba para que el bebé naciera y también se dedicó a trabajar como loco en cualquier cosa, todo con tal de no tener aquellas extrañas visiones de nuevo.
Pero no podía, ya no podía estar fingiendo que vivía bien.
Extrañaba ir a la cama y abrazar al delgado para dormir plácidamente, extrañaba ver su rostro y su sonrisa.
Quería tener más tiempo para poder acariciar su pancita que cada día más crecía y crecía.
Quería ser realmente útil para algo y no simplemente escuchar lo que sus suegros decían de él, aunque quizá ellos tenían razón, quizá Hyungwon si había elegido mal su destino.
Entre más avanzaba el tiempo, tenía más claro que una vez que el embarazo terminara, probablemente su relación también.
¿Podía su vida ser más dura?
Fuego, fuego y más fuego consumiendo papel, pero nada que apagara esas llamas.
¿Había elegido ese destino?
Aquella voz le hacía creer que sí.
Que su vida había sido como un dibujo donde las líneas de referencia habían sido marcadas en aquel fatídico día donde se quedó huérfano, las sombras fueron aplicadas cuando se reencontró con él, la mezcla se hizo en el momento en que decidieron vivir juntos y sabía perfectamente que si su vida fuera un dibujo, la situación que estaba pasando estaba marcando perfectamente los detalles para tener un resultado final.
Un dibujo completo, pero uno muy trágico.
Quizá si un día sus líneas de referencia hubieran dejado fuera a Hyungwon, estaría haciendo detalles de un precioso dibujo en esos momentos.
Pero no lo era.
No pudo contener sus lágrimas ante lo miserable que parecía su vida vista desde fuera y lloró.
— ¿Wonho? — en medio de su llanto y las llamas que consumían todo a su paso, escuchó un susurro — ¿estas bien? ¿Por qué lloras?
Y solo entonces pudo abrir sus ojos y todas aquellas llamas de sus pesadillas se extinguieron.
— ¿Hyungwon? — susurró con la voz rota — ¿Qué haces aquí?
Se sentó en la cama rápidamente y miró al delgado con una expresión de tristeza profunda en el rostro.
— ¿No crees que estás siendo demasiado duro contigo mismo? — tocó con la punta de sus dedos las esposas que mantenían a Wonho atado en la cama — te lastimas... — pasó sus dedos por la muñeca visiblemente lastimada de Wonho — ¿Por qué haces esto?
Wonho suspiró con tristeza y después de buscar un par de llaves, liberó su propia muñeca de la atadura.
— Para no buscarte mientras duermo... — susurró sabiendo que quizá para Hyungwon esas palabras no tendrían sentido — no quiero hacerte daño.
Hyungwon negó con tristeza.
— Wonho... Sobre lo de aquella vez, no lo tomes en serio — acarició su rostro — quizá solo estabas emocionado y malinterpreté todo porque me encontraba mal... Tú no me harías daño...
Wonho agachó la cabeza.
— Ni siquiera sé si puedo afirmar eso... — sollozó — pero si puedo afirmar que te extraño demasiado.
Hyungwon se sentó en la cama y Wonho lo abrazó con toda la necesidad del mundo y comenzó a llorar.
— No llores mi amor... — susurró acariciando el cabello de Wonho — me harás llorar y sabes que no puedo alterarme...
Wonho se bajó lentamente de la cama y tocó con mucho la pancita de Hyungwon mientras lloraba.
Con sus palmas abiertas acarició el pequeño bulto que estaba más grande que la última vez que recordaba.
— Hola pequeñín... — sollozó — ¿como estas ahí dentro...? — Hyungwon sonrió con tristeza y sus ojos se humedecieron — ¿papá Hyungwon es bueno contigo? ¿Te trata bien? — rompió en llanto y dejó dos besos suaves sobre el pequeño bulto — te he extrañado muchísimo...
Hyungwon acarició el cabello de Wonho con mucha tristeza y finalmente sus bocas se acercaron para regalarse un beso de esos que hace mucho tiempo no se daban.
Entre lágrimas, amor y tristeza compartieron el sentimiento de estar juntos una vez más, de poder tocar los labios del otro y compartir unánimes la emoción de ser padres.
Hyungwon se separó lentamente de Wonho y acunó su rostro con delicadeza, sin dejar pasar por alto las enormes ojeras que Wonho tenía y el cansancio acumulado en su rostro.
Sabía que la situación no estaba bien.
Ninguno se sentía bien al estar separado del otro, pero en ese caso el más afectado en todos los aspectos era Wonho.
— ¿Tienes problemas para dormir? — Wonho asintió levemente cabizbajo — ¿pesadillas, miedo o soledad?
Wonho suspiró y tomó asiento a su lado apartar su mano de la pancita de 8 meses de Hyungwon.
— Algo... — suspiró sin poder mentirle — no lo entenderías aunque lo explicara.
Hyungwon asintió con tristeza.
— Tiene algo que ver con el cambio de color en tus ojos ¿verdad? — susurró.
Entonces Wonho asintió.
— Eso creo... — suspiró triste — solo sé que soy destructivo... Al menos eso es lo que miro en cada visión... O sueño... O pesadilla... Ni siquiera sé que son.
Hyungwon lo miró fijamente.
— ¿Sabes por qué pasa? — Wonho negó — ¿algo que sepas de ello?
Wonho volvió a negar.
— Solo pasa... — acarició el cabello de Hyungwon — y cuando lo hace, a veces estoy consciente de lo que hace mi cuerpo y a veces no... — tomó las esposas en su mano izquierda — es por eso que hago esto.
El delgado asintió levemente.
— ¿Sabes si puedo ayudar con algo? — apartó las esposas de la mano de Wonho y la unió con la suya — quiero ayudarte.
— La mejor forma en que puedes ayudarme es alejandote... — susurró con tristeza — así no podre hacerte daño.
Hyungwon se quedó pensativo viendo directamente al suelo sin soltar la mano de Wonho.
— Espera... — miró a Wonho — eso te ocurre cada vez que cierras tus ojos ¿no? — Wonho asintió — eso quiere decir que incluso cuando llegué estabas en medio de una de esas cosas... — Wonho volvió a asentir, entonces Hyungwon apretó a su mano y una chispa de esperanza apareció en su cara — ¡Eso es!
Wonho lo miró con confusión.
— ¿Qué? — frunció el ceño y Hyungwon le sonrió.
— Cuando yo te hablo sales de allí ¿verdad? — Wonho se quedó pensativo — ¡Ya ha pasado antes! — sonrió y se puso de pie — cuando fuimos al restaurante y te quedaste allí de pie sin hacer nada, tus ojos cambiaron de color y yo te hablé... Entonces... — se quedó pensativo recordando — tardaste un poco en volver al igual que en el hospital... — masajeó su sien ante la atenta mirada de Wonho — sin embargo hace unos minutos te hablé y hubo una respuesta inmediata... Quizá si...
Wonho se puso de pie.
— No, no, no... Ya sé a donde va esta conversación — tomó las manos de Hyungwon entre las suyas — Hyungwonnie... Amor... Entiendo que estés preocupado, pero volver aquí podría complicarte las cosas, sobre todo en esta etapa...
Hyungwon negó efusivo, dándole a entender que no estaba dispuesto a dar el brazo a torcer.
— Si pasáramos más tiempo juntos quizá podríamos descubrir un tiempo exacto o algún manera más inmediata de hacerte volver hasta que sepas controlar esto... — miró a Wonho casi con suplica — me esforzaré por hacerlo bien, encontraré una manera de que todo est...
— No Hyungwon... — susurró con decepción — puede ser más complejo que esto...
Hyungwon suspiró sintiendo el dolor acumularse en su pecho.
— ¿Ya no quieres estar conmigo? — susurró con un hilo de voz debido al nudo de su garganta — ¿Es eso? ¿No quieres que vuelva a casa?
El corazón de Wonho se estrujó dentro de su cavidad y aunque se contradijera a si mismo, abrazó a Hyungwon con mucho amor.
— No digas eso... — susurró acariciando su cabello y sintiendo las lágrimas del delgado mojar su hombro desnudo — eres lo más hermoso que me ha podido pasar en esta jodida vida... — lo apegó más contra él, con mucho cuidado de no apretar demasiado su pancita — eres hermoso, eres bello, te amo, te amo, te amo... Y te he extrañado demasiado, pero comprendeme... — apartó cuidadosamente el rostro de Hyungwon y lo acunó entre sus manos — comprendeme que quiero protegerte...
Hyungwon sollozó con las lágrimas en sus mejillas.
— ¿Y a ti quien te protege? — sollozó con el corazón entristecido — ¿No se supone que para eso estoy yo? ¿Por qué no me lo permites? — apartó las manos de Wonho de su cara y acarició el rostro de Wonho delineando las enormes ojeras debajo de sus ojos — ¿acaso quieres que me siente a ver como te autodestruyes como si nada? — tomó las esposas de la cama y las lanzó lejos — ¡Yo no quiero eso!
El delgado volvió a abrazar el cuerpo de quien aún amaba como su pareja y no estaba dispuesto a soltarlo sin importar lo que dijera.
En ese momento los pensamientos de Wonho viajaron a aquellas palabras que escuchó en una ocasión y se preguntó a sí mismo.
¿Realmente merecía excluirse a sí mismo de la felicidad que le provoca el amor de Hyungwon?
No sabía, pero lo que sí tenía entendido que aún él siendo fuego, Hyungwon estaba dispuesto a quemarse por él.
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