Parte 3: Mezcla.
Contigo.
— ¿Qué tal se siente? — susurró y le regaló una sonrisa sincera.
Hyungwon suspiró y acarició la mano de Wonho que se mantenía entrelazada a la suya.
— Uff... — sonrió — como el paraíso, más si lo vivo contigo.
Continuaron caminando tranquilamente mientras movían la unión de sus manos en su recorrido por la orilla de la playa.
— Jamás me dijiste tu amor por la fotografía... Tuve que darme cuenta en plena mudanza, que eres fotógrafo... — Wonho arqueó una ceja hacia su pareja y él se rió.
— No es como que hallamos hablado mucho en los últimos años... — sonrió melancólico por sus recuerdos — y aunque hallamos decidido que viviríamos juntos, ya han pasado meses y recién nos mudamos...
Le lanzó una mirada acusadora a Wonho y él sonrió.
— En mi defensa diré que fue difícil explicarle a mis padres... — Hyungwon asintió sabiendo que así era — pero gracias a que esperamos pudimos conseguir el dinero necesario y aquí estamos, eso es lo importante...
Hyungwon asintió y miró a Wonho con un poco más de detenimiento, notando como los tenues rayos del sol iluminaban su cabello y parte de su rostro en un ángulo perfecto.
— Detente... — susurró y Wonho se detuvo un poco confundido, Hyungwon deshizo la unión de sus manos y rápidamente sacó la cámara de su mochila, entonces dio un par de pasos hacia atrás mientras lo enfocaba — sonríe para mí... — Wonho se sintió un poco avergonzado porque era la primera vez que alguien se tomaba el tiempo de tomarle una foto con tanto ímpetu — vamos mi amor... Regalame una sonrisa... — ante el comentario, un leve sonrojo se pintó en sus mejillas y apareció en su rostro una tímida sonrisa que Hyungwon no tardó en fotografiar en varias ocasiones.
— ¿Ya? — se pasó una mano por el cabello con nerviosismo, entonces Hyungwon asintió y comenzó a ver los resultados de sus tomas — ¿Qué tal salió?
Hyungwon se quedó en silencio, con el rostro lleno de concentración observando las diferentes capturas recientes.
Entonces sonrió.
— Perfecto... — susurró.
Wonho se acercó a ver la imagen y efectivamente a nivel profesional la imagen salió perfecta, aunque debía admitir que no era un mal modelo por egoísta que se escuchara.
— Es una muy buena captura para ser espontánea... — sonrió y volvió a tomar la mano de su pareja quien ya había guardado la cámara de nuevo — no quiero ni imaginar como son las fotos que tomas en un escenario muy bien preparado.
Hyungwon sonrió y negó mientras avanzaban hacia su hogar y el sol descendía.
— No son tan buenas como otras, pero me gusta lo que hago y eso es lo importante ¿no? — miró a Wonho y él asintió — aunque mis padres no estuvieron de acuerdo en su momento, querían que estudiará algo importante... Tal vez neurocirugía como mi padre o quizá físico química como mi madre... — bufó estresado solo de pensarlo — Agradezco que hayan cambiado de opinión y me dejaran vivir mi sueño.
Wonho asintió recordando levemente aquellos tiempos donde le contaba a su madre que sería un gran dibujante y ella respondía con que él sería el mejor.
Pero las situaciones habían cambiado ahora y aquella ilusión de hacer lo que amaba se había convertido nada más en un bonito recuerdo.
— Debemos fijar un horario de visita para nuestras familias ¿no crees? — sonrió a Hyungwon rogando al cielo para que no le preguntara por qué cambiaba de tema tan drasticamente.
Hyungwon asintió contento con la idea.
— Podríamos organizar un viaje a casa de mis padres por lo menos una vez al mes... — se quedó pensativo un momento — creo que sería suficiente para no hacer tanto gasto porque viven muy lejos... ¿Qué hay de ti?
Sonrió tranquilo hacia Wonho y él suspiró pensativo mientras llegaban a la puerta de su hogar.
— Creo que... ¿Quizá dos fines de semana al mes estarían bien? Es decir, vivimos a un par de calles de ellos — Hyungwon asintió — podríamos ir cuando queramos y el resto del tiempo lo tendríamos para nosotros... — se acercó al delgado y le robó un corto beso de los labios.
Hyungwon se rió ingresando a la casa.
— ¿No te basta pasar tanto tiempo conmigo? — se rió mientras se quitaba la chaqueta, depositandola en el perchero — nos queda una vida juntos aún...
Wonho se sentó en el sofá y observó a su pareja ordenar un par de papeles que acababa de sacar de su carpeta, seguramente algunas fotografías que tenía que entregar.
Y entonces se dio cuenta de algo importante.
Habían pasado 3 meses y 11 días desde aquel primer extraño reencuentro con él.
De esos 72 días, había estado con él en 54 de ellos.
Y de esos 54 días, 9 días habían pasado como una pareja oficial, ese es el tiempo que tenían de vivir juntos.
Pero aún no habían pasado de besos, caricias y noches de abrazos.
— ¿Qué miras tanto? — Hyungwon dio una rápida mirada a si mismo para ver si algo andaba mal con él — ¿tengo algo encima?
Wonho se rió ante la tonta preocupación de Hyungwon y negó mientras se ponía de pie.
— Sigue en lo que estabas, no es nada... — Hyungwon lo vio extrañado sin creerle una palabra, sin embargo continuó ordenando las fotografías que tenía en las manos.
Entonces Wonho se acercó a él lentamente y lo abrazó por la espalda, apartando un poco su camiseta para depositar un húmedo beso justo entre su cuello y su hombro que hizo que Hyungwon se estremeciera.
— Wonho... — susurró con los ojos cerrados al sentir un nuevo beso un poco más arriba que el anterior — Wonho ¿que haces...?
Las manos de Wonho se posaron sobre el plano abdomen de Hyungwon y comenzó a hacer movimientos circulares sobre él, deslizandolas dentro de la fina tela de su camiseta.
Un nuevo beso con más intensidad se posó sobre su cuello y no pudo evitar soltar un jadeo.
Entonces ladeó su rostro para ver el de Wonho, pero fue recibido con un beso que no tardó en profundizarse a través de la erotica danza de sus lenguas.
Wonho lo giró totalmente para quedar frente a frente y lo apretó contra él para eliminar cualquier rastro de distancia entre ambos.
Y entonces comenzaron a disfrutarse como deberían, sus manos se perdían en el cuerpo del otro, sus besos cada vez eran más intensos y sus pasos los guiaban casi por instinto hacía la habitación que desde hacía unos días habían iniciado a compartir.
Wonho recostó a Hyungwon sobre la cama y lo besó con desespero buscando arrancarle la ropa que traía puesta, mientras que Hyungwon alcanzaba un preservativo de su mesita de noche.
Entonces Wonho se rió.
— Vaya... Estabas preparado para este momento... — arqueó una ceja mientras sonreía sin poder controlar su agitada respiración.
— Algún día tenía que llegar... — susurró y se mordió el labio.
Entonces Wonho retomó el trabajo que tenía pendiente, así que quitó una a una las prendas que le estorbaban.
Y esa tarde/noche se unieron, no sólo en cuerpo, sino también en alma.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top