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Aparte de los sollozos que rompían el silencio, sólo se escuchaba el tintineo de una cuchara contra el tazón de vidrio que contenía aquel dulce cereal a medio terminar.

Wonho miraba a su amigo y deseaba cambiar el ambiente pero no sabía que decir para contentarlo, era tan extraño ver a Hyungwon tan triste, que dolía.

En un momento Hyungwon se dio cuenta de la mirada penetrante de Wonho y entonces se limpió una lágrima intentando recuperarse del dolor que lo agobiaba solo para que su amigo no se sintiera mal.

— Discúlpame por ser tan descortés... — sollozó — solo que no puedo evitarlo.

Wonho le sonrió intentando calmarlo y le acarició un poco la espalda.

— Tranquilo... Es bueno desahogarse porque la pérdida es dolorosa sin importar de qué manera llegue... — suspiró al tener un flashback de su pasado, más específicamente en aquel momento donde vio a su madre sin vida — no te preocupes por mi, ya sé lo que se siente...

Hyungwon asintió en silencio mientras miraba el tazón de cereal que sabía que no iba a terminar.

— Supongo que hay muchas cosas que nos hemos perdido el uno del otro... — miró a Wonho y sonrió melancólico — teníamos que estar juntos para cuando te salieran los primeros vellos aquí... — le tocó la barbilla y Wonho soltó una risita — debí ser el primero en enterarme de eso ¿no crees?

Wonho asintió tranquilo de ver que Hyungwon estaba un poco mejor que antes.

— Lo sé, pero hay cosas que no decidimos en la vida... — suspiró — solo pasan y ya ¿sabes? No es como que pudiéramos manejar el destino a nuestro antojo...

Hyungwon lo miró fijamente.

— ¿Tú crees? — Wonho asintió expectante — yo creo... — hizo una pausa para suspirar — yo creo que somos los únicos responsables de nuestros destinos...

Wonho se sorprendió ante el comentario, pero antes de poder responder con alguna pregunta ante el tema interesante, su celular comenzó a vibrar por encima de la mesa.

Las miradas de ambos se centraron en el aparato que rompía la cómoda atmósfera que habían llegado a crear.

— Lo siento... — Wonho tomó el celular y comenzó a leer los mensajes que la mujer que llamaba su madre, estaba enviándole — oh vaya, lo olvidé por completo...

Hyungwon lo miró confuso.

— ¿Olvidar qué? — susurró y luego se arrepintió cuando pareció interrumpir a Wonho quien estaba tecleando un mensaje en respuesta— perdón, no es de mi incumbencia...

Wonho sonrió y le agarró una mejilla con suavidad.

— Justo iba a decírtelo, no te preocupes... — puso el celular en la mesa, posponiendo el mensaje de respuesta — resulta que mi padre... — hizo señal de comillas con sus dedos — está jubilandose y hoy se van de viaje al extranjero a visitar a mis hermanas mayores — volvió a hacer la señal de comillas — y yo no puedo ir con ellos porque aún no he terminado el año lectivo, así que debo quedarme en casa — volvió a agarrar su celular ante la atenta mirada de Hyungwon — y al parecer saldrán pronto al aeropuerto y me quieren ver antes de irse...

Siguió tecleando en el celular, pidiendo que lo disculparan y que haría lo posible por llegar al aeropuerto.

— Yo puedo llevarte... — Wonho apartó su mirada del celular lentamente — podemos ir directo al aeropuerto y luego me indicas tu dirección para llevarte a casa...

Estaba sorprendido, pero la expresión del rostro de Hyungwon le pedía a gritos que no se negara porque dentro suyo había una soledad desesperada por encontrar un poco de compañía.

Se quedó pensativo por varios segundos y finalmente tomó una decisión, así que buscó sus cosas por la casa y cuando estuvo preparado, volvió frente a Hyungwon quien esperaba pacientemente una respuesta.

— Está bien, acompáñame.

...

Quizá había demasiado silencio dentro del auto después de despedir a sus padres en el aeropuerto, pero era mejor observar los árboles de su urbanización y no tener una charla que pudiera sacar a flote los sentimientos que estaba teniendo en esos momentos.

Era la primera vez que se separaba de los que consideraba su familia, por lo tanto, el sentimiento de soledad que Hyungwon había tenido, también lo estaba sintiendo él.

Por diversas razones, ambos quedaron solos y ahora iban a terminar más solos que antes, pues estaban a punto de llegar a casa de Wonho y eso significaba que Hyungwon regresaría a su casa.

Entonces cuando divisó su hogar suspiró con fuerza afectado por su propio pensamiento y estuvo jugando con sus dedos hasta que el auto se detuvo justo en la dirección que él le había dado.

Levantó su mirada para confirmarlo y cuando lo hizo volvió a suspirar.

— Yo te agradezco... — susurró y miró a Hyungwon quien posó su atención en él — Muchas gracias por haberme acompañado al aeropuerto y por haberme traído a casa... — sonrió forzosamente y Hyungwon asintió cabizbajo.

— Tampoco ha sido un día fácil para ti hoy ¿no? — Wonho asintió decaído mientras abría la puerta del auto — espero que te sientas mejor pronto Wonho, fue lindo volver a verte...

Wonho se detuvo y volvió a mirar a Hyungwon, como si no deseara separarse.

O más bien, como si no pudiera hacerlo.

— Hyungwon... — el delgado esperó a que continuara —  ¿Quieres... pasar un momento adentro? — no sabía que pretendía, pero tampoco podía dejar que Hyungwon simplemente se fuera.

Esperó una respuesta y aunque lo vio dubitar un par de segundos, Hyungwon finalmente asintió un poco nervioso.

— Eh... Claro, supongo que puedo pasar un momento... — apagó el motor y abrió la puerta lentamente.

Él también parecía estar extraño, como si tampoco supiera lo que estaba haciendo y no pudiera contener sus acciones.

Ambos se bajaron del auto y comenzaron a caminar hacia la puerta de entrada en silencio.

Y aunque desde el momento en que se encontraron no habían tenido nada más que silencios, no se sentían incómodos y aún no sabían por qué.

Wonho incrustó la llave en la cerradura y en ese momento sintió algo extraño, al igual que en aquel momento que tocó aquel libro por primera vez en años.

Una calidez singular hizo presencia en su pecho y miró de reojo hacia Hyungwon quien parecía nervioso, como si sintiera lo mismo.

Sacudió un poco sus manos y terminó de abrir la puerta principal, intentando dejar de lado aquel extraño sentimiento que lo obligaba a hacer cosas extrañas que no haría nunca en su sano juicio.

Entonces ingresó en la casa seguido de su invitado especial y finalmente cerró la puerta de entrada tras de este.

Caminó un par de pasos hacia la sala de su casa, intentando pensar en una excusa para retener a Hyungwon un momento o quizá para buscar algo real para hacer.

Pero cuando había avanzado alrededor de diez pasos, se sintió obligado a voltear hacia atrás, como si fuera muy necesario ver lo que estaba detrás de él.

Y allí estaba aquel extraño sentimiento de nuevo, más latente que nunca cuando vio a Hyungwon de pie dentro de su casa, seguía en el mismo lugar donde lo había dejado, parado justo enfrente de la puerta cerrada, quizá esperando ser invitado a algún lugar de la casa en específico, con su inocente rostro pensativo.

Y todo se desbordó dentro de sí.

Avanzó con rapidez por el mismo lugar por donde había venido y aún con la mirada confusa de Hyungwon encima, avanzó hacia él para aprisionarlo contra la puerta de entrada atrapando sus labios en un beso que no estaba preparado para dar.

Pero que quizá una fuerza mayor lo obligaba a hacerlo.

En un momento de racionalidad, se sintió avergonzado por su manera tan descarada de actuar e iba a separarse, pero se dio cuenta que era muy tarde.

Su descarado beso había sido correspondido.

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