Liu seguía evadiendome, no entendia bien por qué. ¿Estaba enojado conmigo? ¿Había hecho algo mal? Pensaba en reunirme con Lily o incluso con Emma para charlar un rato, pero sentía que era evadir la situación que había entre el y yo. Ya hacía dos semanas que me trataba de evitar y no sabía por qué.

Decidí ir a su casa un sabado por la tarde ya había ido un par de veces durante el trascurso del año. Compré su pastel favorito; el de durazno con canela; esperando poder compartirlo mientras nos veiamos unas peliculas como solíamos hacer . Toqué la puerta de su casa esperando ser recibido por él, como siempre hacíamos cuando nos encontrabamos los sabados. Para mi sorpresa me recibió su madre.

—Oh Mark, que sorpresa verte por acá, hace bastante rato que no venías

—Buenas tardes señorita Astrid, ¿Se encuentra Liu por acá?

—Dijo que había salido con Emma, ¿No te dijo?

Fue allí cuando me convencí de que algo no andaba bien. Sabía que eso no era cierto puesto que Emma y Liu estaban distanciados pero... ¿Por qué le habrá mentido a su madre? Eso no me lo esperaba de alguien como Liu. En ese momento podría haberle metido en problemas contandole a la madre de Liu hacerca de lo que pasó con Emma, sin embargo, lo medité mejor y pensaba que debía haber una razón detrás de su mentira. Él no era de mentir solo porque sí.

—¿Puedo quedarme a esperarlo?

—Si claro, puedes ir a su cuarto, sientete como en tu casa —la madre de Liu siempre había sido muy amable conmigo

—Muchas gracias, ¿Le importa si pongo el pastel en la cocina?

—Puedes dejarlo en la repisa, a Liu siempre le gustan mucho esos pasteles

Después de dejarlo en la repisa, me fuí al cuarto de él. Estaba sentado en la silla de su escritorio mientras miraba al techo y jugaba con un lapiz que Liu tenía en un portalapices. Mientras jugaba a matar el tiempo miré la cama de Liu, tenia unas ganas terribles de acostarme en ella y colocar su almohada en mi rostro. No sabía por qué, nunca había sentido estas sensaciones antes y cada vez que lo hacía siempre me reprimia, excepto por esa vez que... bueno, ya saben. Pero no significo nada, solo fue un encuentro de amigos, ¿No es así? De todas formas, ¿Por qué sigo pensando en esto? ¿Que problema tengo? Sabía que eramos amigos, los mejores de hecho. Y sabía que no había manera alguna de que dejaramos de vernos, entonces... ¿Por qué estaba tan preocupado?

Al final decidí sentarme en la cama de Liu, era demasiado suave... al igual que su cabello. Me empecé a arrecostar un poco más hasta que mi cabeza se posicionó encima de su almohada. Tenía el mismo olor que él, no sé por qué me sentía tan triste.

—Liu —dije en voz baja mientras las lagrimas empezaban a salir por mis ojos, para después caer sobre la almohada de Liu

Después de unos segundos unos pasos se acercarón hacía la habitación. Yo me sobresalté haciendo que me cayera contra el suelo. Al abrir la puerta de la habitación, Liu me encontró en una posición un poco incomoda.

—Eh, hola —fueron las únicas palabras que me animé a decirle

—Mark, ¿Que haces aquí? No sabía que me habías escrito

Realmente no le había escrito, mas bien se podría considerar algo así como allanamiento de morada debido a que entré a su a cuarto sin permiso.