-Esta bien Ash, esta bien -dijo mientras esbozaba una pequeña sonrisa

Al decirme eso, le dí un abrazo a Marcos. No tenía idea de por qué o por qué el estaba allí. Lo único que sabía era que el me había salvado. No solamente por Frank, sino también el fue la persona que me dió esperanza en un mundo oscuro y lleno de serpientes. Quisiera ser como el, quisiera ser un ave y montarme en su hombro mientras me lleva a todos lados, quisiera poder soñar y ver las estrellas tomados de la mano, quisiera poder decirle todo lo que no le pude decir a nadie más. Después de todo, el era todo para mí, no sé que haría si el no estuviese ahí conmigo.

Después de un momento, me aparte con suavidad de su abrazo.

-¿Qué te traia por aquí? -le pregunté a Marcos tratando de hallar la razón de su prescencia en este lugar

-Estaba terminando mi trabajo y... bueno, sabes que siempre me gusta pasar por aquí -dijo mientras se rascaba por la parte de atrás de su cabeza -¿Estás ocupada ahora o...?

-Si quieres salir solo tienes que decirmelo, si no yo tendré que pedirtelo y a decir verdad no quiero hacerlo. Me da un poco de vergüenza -me volteé y comenzé a chocar mis dedos indices repetidamente. Marcos solo sonrió

-Entonces ven, tengo algo que mostrarte

Marcos me llevó a su coche y condujo por un muy buen rato mientras ponía canciones de NEFFEX y Linkin Park, no sé porque le gustan ese tipo de bandas a decir verdad, suenan muy emo-cionales a decir verdad.

Luego de 20 minutos llegamos a "West Forest Trails", en español: Senderos del bosque del oeste.

Era un lugar muy bonito, tenía bastante vegetación y un sendero por el que caminar. Al ser otoño, el tono ambar de las hojas hacía que la experiencia de caminar por aquel sitio fuese incluso mas relajante.

-Esto es maravilloso, ¿Por qué no había venido por aquí? 

-Supongo que es lo que dicen ¿No? El cesped siempre es mas verde al otro lado de la valla

-Creo que ese dicho no aplica ahora -hice una expresión de confusión, no sabía bien si ese refrán aplicaba a mi experiencia previa

-¿Será? -Marcos esbozó una sonrisa mientras continuabamos caminando por el sendero de color amarillo -Estaba pensando en que tal vez quisieras hacer una pueba de confianza

-¿A.. que te refieres? -pregunté con incredulidad

-Sencillo, cierras los ojos mientras te guio por el sendero

-¿Tu estás loco?

-Calma, será divertido, de lo contrario pensaré que no confias en mi lo suficiente

Luego de meditarlo un poco, accedí a la prueba.

La mano de Marcos era muy gruesa pero al mismo tiempo muy calida, me trasmitia protección y un cariño que no habia experimentado jamás. ¿Será posible ver que tan buena es una persona con solo sentir el calor de su mano? Tal vez solo estaba pensando en tonterias, pero honestamente me sentía muy feliz, una felicidad genuina de pasar tiempo con la persona que me ha dado razones para seguir mis sueños. Ojala el mundo pudiera tener mas personas como el y menos personas como yo.