22.Internet Friends
— Yo soy Kyran. — Le había dicho Frank Iero aquella noche en el parque. — Y siempre supe que tú eras Claudia.
La interrogante "¿Qué?" daba vueltas alrededor de la mente del pelirrojo.
«Frank es Fun Ghoul...». Se decía mientras resolvía operaciones matemáticas imposibles en su cabeza. «... Y también es Kyran...».
Su cabeza estalló.
Ni siquiera pudo disimular en el exterior su reacción de asombro y confusión.
«Pero, pero, pero, PERO». Movía sus manos frenéticamente y, ya que no decía nada, Frank le preguntó un par de veces si se encontraba bien. « ¡¿CÓMO SUPO QUE SOY CLAUDIA?!».
— ¿Q-Qué...? — Apenas pudo modular.
— Lo siento. — Dijo el tatuado. — Perdón si fui muy brusco y te cayó mal saber esto...
— Pues... — Gerard ni siquiera encontraba las palabras, incluso le costaba respirar de la emoción.
— Quiero que sepas que... — Continuó Frank. — No es que me esté burlando de ti o algo sólo por el hecho de que juegues como chica. — Gerard estaba estático. — Jamás haría eso. De hecho, tú mismo me dijiste hace rato que jugabas como chica y no es algo que me tome a mal. — Gerard parecía una estatua mientras que Frank seguía tratando de aclararlo todo. — Creo que lo único que me molestaría sería el hecho de que mentiste con respecto a tu edad e identidad pero, obviando eso, siempre fuiste honesto conmigo, así que nada de eso me causa conflicto... — Frank terminó su speech. Pasaron unos cinco segundos de silencio incómodo y Gerard seguía allí sin reaccionar. — Gee... ¿Te encuentras bien?
— ¡Ah! — Gerard se sobresaltó y comenzó a reaccionar moviendo sus manos bruscamente. — Lo siento, lo siento, ¡Lo siento! Es que el procesador de mi cabeza está sobrecargado. — Llevó sus manos a sus sienes. — ¡Dios! ¿Desde cuándo lo sabes? — Respiró hondo para calmarse. — ¿Desde cuándo sabes que soy Claudia?
— Más o menos... Desde que me hablaste de tu primera cita con Bert. Empecé a pensarlo desde ese instante, pues también me hablaste sobre el día que nos conocimos oficialmente y, aun así, tuve mis dudas hasta que, cuando confundiste la fecha de la cita, me atreví a aparecerme allá para salir de dudas. Ya sabes el resto, te encontré allá y... Entonces lo supe. Luego, a medida que hablaba contigo, yendo más lejos, me di cuenta de que no sólo eras Claudia sino también Party Poison. No creas que no me costó asimilarlo, porque la verdad es que también quedé en shock. Pensé que la posibilidad de llegar a verte en persona algún día era algo imposible, pero ya veo que siempre estuvimos más cerca de lo que pensamos.
— Es una gran coincidencia ¿No te parece?
— Perdóname por no habértelo dicho antes.
— No, Frank, no te disculpes. De verdad.
Me pregunto qué habría hecho yo en su lugar.
¿Había ido a por él como él lo hizo por mí?
Probablemente no.
Me costaría explicarle todo este enredo y además me preocuparía estropear nuestra amistad diciéndole la verdad.
Sin embargo, él fue capaz de venir hasta mí.
Un silencio incómodo los invadió a ambos.
«Supongo que es normal que Gerard esté así». Pensó Frank. «Debe ser difícil para él saber que soy Fun Ghoul y también Kyran... Me pregunto si está decepcionado ahora que sabe la verdad».
— ¿Sabes? — Fue Frank quien rompió el silencio. — Creo que ya te lo he dicho mucho, pero me alegraba cada vez que me conectaba a Magique Landscape y Claudia siempre estaba para mí. — Recordaba con cariño todos los días que jugaban juntos. — Siempre me sentía cómodo jugando contigo, explorando mundos y resolviendo misiones imposibles. Gracias por todo lo que hiciste por mí, Gee. E-escucha, sí es incómodo para ti seguir jugando juntos ahora que nos conocemos en la vida real y eso, yo puedo dejar el juego y...
— ¿Qué estás diciendo? — Gerard lo detuvo.
— E-es que... Ya que no dices nada, asumí que todo esto es muy raro para ti, ya que cuando jugábamos me confiabas tus asuntos personales y tal vez tenías ese nivel de confianza transparente porque estabas hablando con una persona que, según tú, nunca verías cara a cara, pero todo es distinto ahora que nos conocemos. Así que entiendo que te sientas incómodo al respecto y también entendería si ya no quieres jugar más conmigo.
— ¡No es eso! S-sé que te pedí muchos consejos y te conté muchas cosas sin saber quién eras ¡Y la verdad es que sí me da vergüenza! — Daba saltitos de los nervios y hablaba rapidísimo. — Pero que te molestaras en cuidar de mí tanto online como irl, es algo que agradezco muchísimo y hace que la vergüenza se vaya un poco, porque creo que también confío en ti como Frank. Además, creo que tengo parte de la culpa de que haya sido tan difícil contarme la verdad. Perdóname por no haberte dicho que era un hombre y perdóname por haber fingido ser una chica de diecinueve años.
— No, no, no te disculpes. Soy yo quien deberías disculparse por no habértelo dicho antes.
— ¡No, no te preocupes, yo lo siento!
— ¡No, no. Yo, yo lo siento!
— ¡No, yo!
Después de pasar una eternidad pidiéndose disculpas mutuamente, Gerard al fin fue capaz de decir otra cosa, sin saber que la cagaría monumentalmente:
— No pienses que tienes que desaparecer del juego ni nada por el estilo. Podemos seguir jugando juntos y contándonos las cosas si queremos. Después de todo, Claudia y Kyran son compañeros, tienen una alianza, y la verdad es que me sentiría muy mal si esa alianza llegara a romperse. Así que eso es lo que quiero: Que sigamos siendo amigos de Internet.
Frank, un poco decepcionado, soltó un largo suspiro.
— ¿Qué? — Preguntó el pelirrojo al ver cómo su semblante había decaído. — ¿No te gusta la idea?
— Eso... — El menor respiró profundo y, seguidamente, improvisó una sonrisa que aportara calma a su acompañante. — Suena bien. Si te hace feliz, espero que sigamos jugando juntos.
No sé cómo sentirme al respecto.
Sé que dijo que quiere que sigamos siendo amigos de Internet, ¿Pero sólo eso?
Por un momento, pensé que Gerard quería lo mismo que yo; llegar más lejos.
Cuando jugaba con él, fuera en Danger Days o en Magique Landscape, sentía una extraña afinidad por él, un sentimiento que reprimí al ser incorrecto o, mejor dicho, al ser algo tonto y hasta infantil. En aquel entonces, él sólo era un desconocido detrás de la pantalla, una persona random que poco a poco se convirtió en mi compañero durante mis ratos de hastío. Sentir amor por una persona cuyo rostro nunca has visto y cuya voz nunca has escuchado debe ser la cosa más rara del mundo, por eso fue algo que simplemente descarté.
Sin embargo, ahora que lo conozco en persona, eso que sentía por él comenzó a atacar con más fuerza, ahora es imposible negarlo o reprimirlo, y tampoco es algo que quiera hacer.
Pensé que él sentía lo mismo que yo; pensé que, ahora que ya lo sabe todo, querría más que lo que ya teníamos. Pero ya me dejó en claro que quiere seguir en lo mismo.
Gerard quiere que sólo seamos amigos de Internet como lo hemos estado siendo todo este tiempo.
Frank acompañó a Gerard hasta su casa (la de sus padres). Ya en la puerta, el pelirrojo le regresó su chaqueta, le dio las gracias por habérsela prestado y también por haberle dado comida. Una vez más, se sobre-preocupó por todas las atenciones que Iero tenía con él y no paró de agradecerle hasta que se dieron un abrazo simple, se dieron las buenas noches y luego, el pelirrojo por fin entró a la casa.
Gerard no había dicho el asunto de "ser amigos de Internet" con la intención de que las cosas siguieran como siempre, lo que en realidad quiso decir era que quería que siguieran jugando juntos, y eso implicaba que también continuaran viéndose en la vida real y todo eso, pues, ahora que podía verse cara a cara con aquel desconocido que se había convertido en alguien importante para él, por supuesto que quería llegar más lejos; por algo le había dicho que quería conocerlo más como Frank. Sin embargo, no se dio cuenta de que su forma de expresarlo, más bien, había llegado a confundir las cosas.
Ya de vuelta en casa, él estaba irradiando felicidad en cada paso que daba. Esa noche, saludó a todos con extremo cariño y demasiada simpatía, cosa que fue muy extraña para cada uno de sus familiares, incluso para la señora del servicio.
— Y ahora tú... — Mikey lo emboscó en su cuarto antes de irse a dormir. — ¿Por qué tan feliz? — Alzó las cejas. — ¿Pasó algo interesante durante tu larga ausencia?
— "¿Larga ausencia?" — Gerard contenía la risa. — ¿Ahora monitoreas todo lo que hago?
— No lo sé, Gee... Es que es muy sospechoso que hayas dicho que ibas a comprar "provisiones" pero hayas tardado horas y que de repente hayas regresado con esa sonrisa tonta y sin las provisiones. — Caminó unos pasos, se sentó en la cama y luego, invadiendo el espacio de Gerard, comenzó a olfatearlo. — Bueno, bueno... No hueles a sexo, así que no es lo que yo pensaba... ¿O estuve cerca?
— ¡Mikey! — Soltó una carcajada nerviosa, tratando de quitarse a su hermano de encima. — ¿Cómo se te ocurren esas cosas?
— No lo sé, Gee. Sea lo que sea, sé que lo que te haya pasado tiene que ver con el hecho de que estás súuuuper enamorado.
— Nadie dijo que estoy "súuuuper enamorado". — Arremedó a su hermano tratando de imitar su voz.
— Tu rostro lo dice.
— Ya olvídalo ¿Sí? Quiero dormir, en la mañana hablaremos al respecto.
— Vale, vale. Yo también quería hablarte de algo importante, pero ya que insistes en que hablemos en la mañana... — Sonrió con sorna mientras se ponía de pie.
— No, Mikey, es mejor que me lo digas, ya me intrigaste.
— Tú me intrigaste a mí, pero ya que quieres hablar en la mañana... Entonces hablaremos en la mañana. — Dicho esto, con toda la intención de molestar a su hermano, el menor dejó la habitación, no sin antes decir un sardónico y mal intencionado: — Buenas noches, hermanito.
A la mañana siguiente, a Gerard no le quedó de otra más que contarle a Mikey todo lo sucedido con Frank Iero; el tema de Party Poison y Fun Ghoul, Kyran y Claudia. Mikey le dijo que era una historia digna de una novela gráfica. Y de hecho, por ese mismo camino iba el asunto del cual él quería hablar con su hermano mayor.
— ¿Qué te parecería publicar la historia que escribiste antes sobre Danger Days? — Preguntó el menor. — Fue una idea alocada que tuve ayer mientras lo releía. La trama es interesantísima y el arte es muy bueno.
— Claro que me gustaría. — Se encogió de hombros. — Pero desde que estoy a mi suerte, no tengo dinero para financiar algo así.
— No seas idiota, Gerard. Si te estoy proponiendo esto, es porque quiero financiarlo yo.
— ¿Y qué ganas tú con eso?
— La estabilidad y felicidad de mi hermano, por supuesto... — Fingió una sonrisa angelical. — Y... Un porcentaje de las ganancias en ventas, claro está.
— Lo pensaré ¿Está bien?
— No deberías pensártelo mucho, te digo que deberías dedicarte a eso si tanto te gusta ¿Estás considerando estudiar alguna carrera como Ilustración o algo por el estilo? Porque hay muchas opciones de universidades en Internet, aunque si por ahora sólo quieres publicar tus historias de forma independiente y ya, tienes todo mi apoyo.
— Estaba pensando en tomar unos cursos o algo así, no lo sé... También estoy pensando en conseguir un empleo de medio tiempo.
— Eh... — Se lo quedó mirando frunciendo el ceño. — ¿Qué?
Gerard sólo asintió, muy convencido de lo que acababa de decir.
— Sí, Mikes. Estoy pensando en conseguir un empleo y al mismo tiempo podría tomar varios cursos y podría dedicarme a pasar a formato digital la historia de los Killjoys. No sé por qué la hice a mano, pero así está bien porque puedo editar ciertas cosas, además de que, no es por presumir pero... Mis técnicas de dibujo se han vuelto más sofisticadas con el pasar del tiempo.
— Estás presumiendo. — Rió el menor. — No puedo creer nada de lo que me estás diciendo... ¿Y los juegos? ¿Dónde quedaron?
— Aún seguiré jugando. Me he dado cuenta de que Ray, Lindsey, Kristin... Frank... Todos tienen empleo, estudian, tienen una vida social activa y, aun así, tienen tiempo para distraerse jugando. Incluso tú juegas Magique Landscape ahora y todavía sigues cumpliendo con tus responsabilidades como tiene que ser. Así que ¿Por qué no puedo ser igual a ustedes?
Mikey sonrió satisfecho.
Por fin, Gerard estaba pensando como adulto, por fin estaba haciendo una vida, rodeado de personas positivas que, desde que llegaron a su vida, no hicieron más que hacerle bien.
Pero mientras que él estaba muy contento, haciendo planes y pensando que todo iba de mil maravillas con Frank, el tatuado estaba triste con la idea de que Gerard sólo quería ser su amigo por Internet.
Ese mismo día que tuvo la conversación de Mikey, Gerard regresó a su departamento para empezar con su vida de adulto. Hizo una limpieza total; pasó todo el día limpiando cada rincón de la casa, incluso enfrentó la pesadilla que representaba para él asear el baño, era de las cosas que más odiaba, pero, ser adulto, representa hacer tareas asquerosas con tal de mantener el orden en tu hogar. Para rematar; por la noche, fue al mini-mercado, Ray no estaba trabajando esa noche, si hubiese estado allí, se habría muerto de la sorpresa, porque Gerard no fue directo a la sección de comida instantánea como siempre solía hacer, sino que compró todo lo necesario para cocinar su cena por su cuenta.
Esa noche, Gerard se sintió orgulloso de sí mismo al no haber quemado su casa por intentar utilizar la cocina.
Así, pasó una semana, seguía conectándose en el juego habitualmente, sin embargo, a pesar de que el juego seguía siendo entretenido y aún disfrutaba de jugar con su gremio, dejaba de ser lo mismo si Kyran no estaba, y su ausencia se había prolongado.
Llegó el fin de semana, pensé que se conectaría, pero no lo hizo.
Extraño un poco a Frank, creo que me cuesta pasar más de tres días sin saber de él.
Podría simplemente llamarlo o enviarle un mensaje, pero la inseguridad siempre ataca; al final, me termino acobardando y no hago nada.
Supongo que está muy ocupado y sólo me preocupo por nada.
El sábado, Frank había salido a beber unas cervezas con Bert. Después de varias horas bebiendo y hablando sobre asuntos graciosos y sin trascendencia alguna, terminaron pasándose de tragos; la clara diferencia, era que Frank estaba mal mientras que Bert no dejaba de beber y tenía ataques de locura donde se reía de cualquier cosa, hablaba más incoherencias de lo normal y exponía teorías locas acerca de cualquier asunto cotidiano.
— ¿Qué pasa, Frankie? — Le dijo al notarlo decaído, apoyando sus brazos sobre la mesa para esconder su rostro entre ellos. Mientras tanto, él estaba con su tarro de cerveza en mano, tambaleándose de un lado a otro cantando a toda voz todas las canciones que sonaban. — ¿Ya no puedes más? — Bebió un largo sorbo de cerveza como si se tratara de un vaso de agua y luego soltó un gran eructo. — ¡Vamos! ¡Anímate! ¡Es viernes! Qué poca resistencia tienes. — Frank no reaccionaba, apenas se sabía que estaba vivo por sus "suspiros emo" (así lo describía Bert). — ¡Por favor! — Le acercó su cerveza. — ¡Bebe! ¡Fondo! ¡Fondo!
— ¡Bert, por favor! — Levantó un poco el rostro sólo para mirarlo a los ojos, sin embargo, luego volvió a recostarse de la mesa.
— Anda, sonríe. — Sacó su celular y comenzó a fotografiarlo. — Seguro querrás tener recuerdos de esta noche. — Decía a medida que disparaba flashes cegadores sobre Frank. — Mira al pajarito, pío, pío, pío. — Al menos hizo reír un poquito a Iero. — ¡Una sonrisita, Frankie! — Se movía de un lado a otro, captando Frank en todos los ángulos. — ¡No seas tímido!
— No lo soy, déjame. — Trataba de tapar la cámara con su mano.
— Es raro que bebas hasta caer muerto. — Frank no respondió. — Si algo te preocupa, puedes decírmelo. Para eso estamos los mejores amigos ¿No crees? — Frank seguía sin responder. — ¿Es por algún juego? Magique Landscape es divertido, deberíamos jugarlo algún otro día. — Iero seguía sin decir nada. — ¿Es el trabajo? — Silencio. — ¡Maldición! ¡Dime ya! Si no me dices no podré ayudarte. — Dijo mientras trataba de tomarse una selfie con el "cadáver" de Frank. — ¿O acaso...? — Esbozó una sonrisa. — ¿Es "alguien" quien te tiene así? ¿Son cosas de...? — Contuvo la risa. — ¿Amor?
— Es que me rechazaron, Bert.
— ¡¿QUÉEEE?! — Gritó muy fuerte, levantándose intempestivamente de su asiento. — ¡¿PERO QUÉ...?! ¡Tienes que contármelo todo!
Cuando se dio cuenta, Frank se había quedado dormido.
— ¡No! — Se paró a su lado para tocar su hombro. — ¡No te duermas, Frank! — Comenzó a sacudirlo. — ¡Tienes que contarme! — Procedió a sacudirlo con más violencia, utilizando ambas manos. — ¡FRANK, NO MUERAS! ¡NO VAYAS A LA LUZ!
— ¡Bert, ayúdame! — Frank espabiló de la nada, sobresaltando a su compañero. — ¡Me siento pésimo!
— ¡Sí, Frankie! — Lo abrazó dramáticamente. — ¡Yo te ayudo con lo que tú quieras! Vamos, sé que duele pero debes ser fuerte. Si quieres llorar ahora, llora, hazlo, yo lloraré contigo si quieres.
— ¡No! ¡¿De qué hablas idiota?! ¡Quiero vomitar! — Ahora se notaba cómo contenía las ganas de hacerlo.
— Sí, sí... — Dijo separándose del abrazo. — Sé que el amor apesta y dan ganas de vomitar. — Acariciaba la espalda de Frank.
— ¡No, Bert! ¡En serio quiero vomitar! ¡Sácame de aquí! ¡Llévame a casa! Por lo que más quieras ¡Te lo suplico!
— Ay, Frank. Te entiendo, entiendo que quieras ir a casa a encerrarte y que nadie te vea llorar por Gerard, pero entiende que el encierro no te hará bien, sólo hará que...
Bert no entendió el mensaje sino hasta que Frank vomitó en sus zapatos. Fue entonces cuando por fin llamó un taxi para que los llevara.
Por la mañana, Gerard tuvo un despertar nada agradable; se cayó de la cama al sentir su celular vibrar en su almohada. Eran las nueve.
— ¡Mierda! — Exclamó cuando se golpeó al caer sobre el duro y frío suelo. — ¿S-se-será Frank? — Se preguntó, incorporándose lentamente para tomar el aparato.
Se sorprendió más al ver que el mensaje era de Bert:
"¿Estás libre hoy?
Hay algo importante que quiero decirte, ¿Podemos vernos? ;)"
La luz del sol golpeó con fuerza el rostro de Frank, obligándolo a despertar. Apenas pudo entreabrir los ojos y preguntarse mentalmente cómo había llegado a su casa. Cayó en cuenta de que había bebido demasiado; aún tenía puesta la ropa del día anterior, había perdido el conocimiento.
Con un terrible dolor de cabeza y muchísima sed, se levantó de la cama. Al entrar a la cocina, se dio cuenta de que había una nota adhesiva pegada al refrigerador.
"Querido Frodo:
¡Buenos días! :3
Cuando despiertes, date una buena ducha regenerativa y bebe unos dos litros de café.
Tienes que ir a verme al Central Park a las 2pm
Con amor, Bert<3"
Eran las once de la mañana.
Gerard llegó puntual a las dos de la tarde al sitio donde Bert lo había citado; en una banca rústica con vista al puente Bow Bridge. Allí estuvo sentado por un rato observando a las personas que paseaban en bote, luego, se distrajo checando su apariencia, utilizando la cámara frontal de su celular como espejo.
«Bert ya se está tardando mucho». Pensaba.
— Bert, ¿Me llevaste hasta mi casa? — Frank estaba caminando hacia el destino pautado mientras hablaba por teléfono con su mejor amigo.
— Sí, estabas completamente destruido. Incluso me debes unos zapatos nuevos. Pero ya que soy un GRAN amigo, no le presté atención a tu vómito, sólo te di la ayuda que necesitabas. Te llevé a casa, te cargué como a una delicada princesita, te puse en tu cama, te arropé y te di un besito en la frente de buenas noches y todo.
— Pues yo no recuerdo nada de eso, ni siquiera haber vomitado tus zapatos.
— Pero lo hiciste.
— Lo siento, Bert, te debo una.
— Me debes muchas, amiguito.
— ¿A qué te refieres con eso?
— Ya verás, Frankie Pankie. — Soltó una risita sospechosa. — Ya verás.
— ¿Debería tener miedo? Porque créeme que lo tengo. — Rió.
— ¿Qué es lo que te preocupa? No es como que puedas recordar que anoche me dijiste algo que no sueles decir.
— ¿Ah sí? ¿Lo hice? ¿Q-qué te dije?
— Es un se-cre-ti-to.
— No seas infantil. — Bert sólo se rió. — Escucha. Sobre la nota que me dejaste en el refrigerador, ¿Por qué lo hiciste? ¿Qué planeas hacer en el parque?
— ¿Por qué no vienes a verlo? Aquí te espero, ¡Adiós! — Colgó sin esperar la respuesta de Frank.
— ¡Espera! — Exclamó cuando ya fue demasiado tarde. — Mierda... — Suspiró. — Bert puede ser tan raro algunas veces.
Sin más remedio, continuó caminando por el parque en dirección a la vieja banca donde Bert le había dicho que fuera. Ya se estaba acercando al sitio, buscaba a su amigo con la mirada pero no lo encontraba por ninguna parte. Aquel lugar podía llegar a ser un tanto solitario, sólo estaba esa única banca, así que lo más seguro era que se encontrara con Bert allí sentado o algo por el estilo. Sin embargo, tuvo que frenar en seco cuando llegó a la banca y vio que el que estaba sentado allí no era Bert, sino Gerard.
Gerard también se sobresaltó cuando vio que era Frank quien había aparecido frente a él.
Se miraron boquiabiertos por un tiempo indefinido hasta que ambos, al mismo tiempo, decidieron dar innecesarias explicaciones.
— ¡Eh... Y-yo sólo estoy aquí porque Bert..! — Cortaron su oración al darse cuenta de que habían dicho lo mismo, nombrando a la misma persona.
— ¿Pero qué...? — Dijo Frank.
Así, los dos se percataron de que todo había sido una especie de trampa.
«Esos dos dan tantos problemas». Pensó Bert, mientras los observaba desde el puente. «Bueno... Yo ha hice mi trabajo. Es hora de dejar que los niños resuelvan lo demás».
Antes de irse, se sacó el celular del bolsillo y tomó una foto de Frank y Gerard sentados en aquella banca.
«Más tarde, molestaré a Gerard con esto».
Sólo entonces, se fue, satisfecho con su buena acción del día.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top