09.Game Partner

Apenas desapareció Kyran, Atlais había vuelto con Claudia. Para el momento, aunque habían pasado unos minutos, ella seguía allí con la caja en las manos, le daba nervios abrirla para ver de qué se trataba.

— Lo siento. — Dijo Atlais. — Tuve que reiniciar el juego porque tuve un problema.

— Ah, ya veo...

— ¿Y ese regalo? — Cerró la frase con un guiño. Un misterioso guiño.

— Es de Kyran.

— ¿Y qué estás esperando para abrirlo? ¿No te da curiosidad?

— Sí, sí, pero es que me da miedo verlo.

— ¿Miedo? ¿Pero por qué?

— Sí, es que, conociendo a Kyran... Seguramente será un gran regalo que me hará sentir mal porque será espectacular y no podré retribuírselo.

— Eres una tonta, Claudia. Sólo ábrelo y veamos de qué se trata.

— Bueno, bueno.

La caja de regalo se abrió y de ella apareció flotando en la pantalla entre muchos brillos de colores una increíble capa de color negro que venía en una elegante y femenina caída, la cual se sujetaba con un hermoso broche de oro con la forma de una calavera. Cuando la capa se guardó en su inventario, pudo ver que valía trescientos mil puntos... Eso era demasiado.

— Esto es demasiado... — Dijo Claudia sosteniendo la capa en su mano para que Atlais pudiera verla. — Es muy cara, yo... No puedo aceptar algo que valga tantos puntos.

— ¿Pero por qué no? — Puso una mueca triste.

En parte, Pete entendía cómo se sentiría Claudia al recibir un regalo tan caro.

— ¿Cómo le pagaré a Kyran todo lo que hace por mí? Me costaría la vida regalarle algo que valga tantos puntos. Siento que le debo mucho ahora.

— Estás actuando igual que lo hiciste con la mujer que casi te atropelló ¿Por qué eres así?

— Tú... ¿Cómo sabes eso?

— Porque Lovegood me lo contó.

— ¡Esa bocona! No me digas que ahora todos lo saben.

— Algo así... Nos contó a mí y a Edén, aunque los demás saben que hay algo que te está preocupando, sólo que no conocen la historia. De todas maneras, no te lo tomes mal ¿Eh? Lo que pasa es que todos nos preocupamos por ti, temen que dejes de conectarte en el juego por estar ocupada preocupándote por tus asuntos de la vida real.

— Siento preocuparlos, pero mi relación con los juegos es diferente ¿Sabes? Jamás dejaría de jugar por asuntos que me preocupen en la vida real, si más bien, los juegos son mi escape a esas preocupaciones.

— ¡Ah! ¡Te entiendo perfectamente!

— Como sea... Todos mis problemas con respecto a la mujer de los tatuajes se revolvieron y todo está bien, ahora sólo debo preocuparme por Kyran. Tengo que preguntarle por qué me regaló esto.

— ¿Acaso piensas que tiene una doble intención o algo así?

— Bueno ¿Qué hice yo para merecer este regalo de su parte?

— ¿Conoces a Lyn-z? — Claudia no comprendió el repentino cambio de tema. — Muy pocas veces tengo la oportunidad de verla porque yo me conecto usualmente en las noches y en las tardes sólo cuando no tengo nada importante qué hacer, pero ella es más de conectarse a ratos en las mañanas y en las noches casi no tiene tiempo de jugar, supongo que es porque es mayor que todos nosotros acá... Pero ese no es el punto, el punto es que cuando estaba iniciando en el juego y entré al gremio, de la nada, me regaló un arma muy buena, y en ese entonces sólo habíamos tenido la oportunidad de jugar juntos dos veces, así que todo parecía muy extraño.

— Supongo que fue muy desconcertante para ti ¿No?

— Un poco, sí. A mí tampoco me gusta sentir que le debo algo a alguien. Me sentía incómodo. Así que te podrás imaginar lo que sucedió; fui con ella a regresarle el arma y preguntarle por qué me estaba regalando un objeto tan valioso si yo no había hecho algo para merecerlo.

— ¿Y se lo tomó mal?

— Más bien, me dijo que era una inversión para ella y por eso terminé aceptándolo.

— ¿Una inversión?

— Así es. Sus palabras fueron: «Ninguno pierde nada, agradécelo con tu actitud, Atlais». Desde entonces, ella me ha vuelto a regalar un par de cosas y yo le pago ayudándola con sus misiones, es un ganar/ganar, porque los dos subimos de nivel y obtenemos premios a la par. Y eso es lo que ella hace, les da regalos a quienes quiere animar, con la intención de que esas personas se esfuercen en el juego y la ayuden a vencer cuando jueguen con ella. A lo mejor es lo mismo que quiere hacer Kyran contigo; darte una especie de incentivo. Pero quién sabe qué tiene ese tipo en la cabeza, es un idiota que finge ser un adulto interesante.

— Wow, Atlais. Esta es la primera vez que te escucho referirte así de Kyran. Normalmente siempre sientes admiración por él.

—... Sí, pero ahora me doy cuenta de que quizás lo conozco un poco más de lo que creo.

Cuando Pete le dejó la computadora, Frank decidió buscar en su inventario aquella hermosa capa que había comprado para Claudia. El menor se quedó estupefacto al ver la exhortarte cantidad de puntos que valía.

— ¡¿TRESCIENTOS MIL PUNTOS?! No eres de un nivel tan alto como para tener tantos puntos para comprar esa capa.

— Compré dinero del juego, sencillo.

— ¡¿POR ESA CAPA?! — Gritó, más que sorprendido, espantado. — Cinco mil puntos valen dos dólares, cien mil puntos, que para mí ya son caros, cuestan cuarenta dólares, ¡ESO QUIERE DECIR QUE GASTASTE CIENTO VEINTE DÓLARES! ¡¿Estás enfermo o qué?! ¡¿Sabes cuántas cosas puedes comprar con eso?!

— Shh... Calla, niño. Cuando seas grande y ganes tu propio dinero, ya te lo gastarás en lo que te dé la gana. Ahora, si me disculpas... — Le regresó su laptop a Pete y se levantó del suelo. — Tengo que seguir trabajando.

— Espera... — Lo detuvo una vez que se alejó dos pasos. — ¿Por qué le hiciste a Claudia ese regalo tan caro?

— Eso lo verás después. Por ahora es secreto. — Pete levantó el dedo medio en dirección a Frank al recibir una malvada sonrisa de su parte.

— ¡Gracias por dejarme con la intriga, Iero! — El mayor sólo se fue a su oficina sin prestarle más atención. —... Imbécil... — Refunfuñaba mientras entraba de nuevo a su cuenta en el juego. — Qué no haría yo si tuviera su sueldo...

¿Qué le pasa al mundo conmigo últimamente?

Creo que el que Frank Iero apareciera un día en mi vida alteró el curso del universo.

Primero llega él con su exceso de amabilidad a hacer demasiado por mí y ahora de la nada y sin ningún motivo Kyran me obsequia una capa carísima que seguramente no sabré cómo pagarle.

Me he dado cuenta de que Kyran gasta mucho dinero en cosas del juego, siempre se actualiza con todas las pociones e invocaciones nuevas que salen cada cierto tiempo. Siento que lo que sea que yo le regalase, sea caro o barato, él lo tendrá.

Él me acaba de dar esta capa genial que vale muchos puntos y que encima es mágica (descubrí que es una capa protectora que crea un campo de fuerza que podría defenderme en las batallas y aparte me otorga el poder de volar) ¿Y qué le he regalado yo a él? Un tonto gato que, en las batallas, se va volando y se esconde.

Este regalo es demasiado y estoy seguro de que para él no es nada, porque a veces parece que Kyran no sabe medir lo que hace por los demás... Se parece a Frank Iero en eso.

Gerard estuvo esperando a que llegara la noche para poder regresarle el regalo a Kyran y pedirle que por favor entendiera por qué no podía aceptarlo.

Decidió esperarlo en su árbol predilecto. Cuando Kyran apareció y fue hacia la ubicación del mapa donde estaba Claudia, se desilusionó un poco verla escalando el árbol a pesar de que él había utilizado una poción en la capa que le regaló especialmente para que también le otorgara a Claudia la habilidad de volar y que así no tuviera problemas para subir ese gran árbol o para que no hubiesen límites entre ambos en las misiones, ya que podrían volar juntos. La desilusión creció cuando se percató de que ni siquiera llevaba puesta la capa.

— ¿Qué haces, Claudia? — Ella apenas pudo llegar a la rama en la que ellos solían sentarse. — ¿Por qué no damos un paseo?

— Para ti es fácil decirlo ¿No? Como a ti no te cuesta nada subir este maldito árbol. Ahora tardaré una eternidad en bajar.

— Sólo salta.

— Si salto caeré de cara y perderé todos mis puntos.

— Descuida, yo te atrapo.

— Aaaahhh, me siento como en crepúsculo. — Dijo antes de saltar y que, efectivamente Kyran la atrapara. Gerard se cubrió el rostro de la vergüenza al darse cuenta de que no sólo dijo lo de crepúsculo, sino que también lo había escrito, y Kyran sólo se rió.

— ¿Por qué no usas la capa que te regalé? Puedes volar con ella ¿Sabías?

— Sí, lo sé, pero es que... Sobre eso... Quería hablar contigo, Kyran.

En la pantalla de Frank apareció la notificación de que Claudia le había enviado un regalo, y al aceptarlo pudo ver la capa que él le regaló en primer lugar, es decir, se la estaba regresando.

— Muchas gracias de todos modos. — Dijo Claudia. — Estoy muy, muy agradecida de que hagas estas cosas por mí, de verdad gracias, pero yo...

— Descuida, supongo que no te gustó mi regalo. — No se mostraba ofendido ni nada. — Lo entiendo perfectamente.

— ¡Nonono! No es eso, es que...

«Aaaayyy ¿Cómo decirlo?». Se preguntaba Gerard.

— Yo... M-me preguntaba si tendrías un motivo oculto para regalarme esto.

— ¿Motivo oculto?

« ¡Mierda, lo dije sin rodeos!». Ahora tenía mucho miedo de lo que Kyran pudiera pensar.

— ¡Lo siento! — Trató de arreglar su cagada. — Es que es tan inesperado y además no sabía que terminaría sintiéndome mal por no tener cómo pagártelo. Lo que pasa es que yo... No quiero causarte molestias, eso es todo.

«Vaya...». Pensó Frank. «Eso sonó como lo que me dijo Gerard».

Antes de escribir otra respuesta, dándole vueltas al asunto, se percató de que en esos momentos Claudia se estaba comportando igual que Gerard, y recordó que Pete era alguien que conocía en la vida real y que al mismo tiempo estuvo jugando con él todo el tiempo.

« ¿Qué tal si Gerard fuera...?». Negó con la cabeza apartando inmediatamente esos pensamientos. «No, eso es imposible... Claudia es una chica de diecinueve años en la vida real que probablemente vive muy lejos de mí».

— ¿De verdad crees que tengo un motivo oculto? — Respondió Kyran después de que ambos estuvieron un rato caminando sin rumbo por los distintos y hermosos escenarios que el juego podía ofrecerles. En ese momento, estaban recorriendo una playa cuyo cielo estaba tintado de preciosas tonalidades de rosa, fucsia, lila, azul.

— No... Sólo pensé que... Ay no sé ni qué pensar. Es que no estoy acostumbrada a que las personas hagan esas cosas por mí sin ningún motivo oculto, supongo.

— Bueno... Si soy honesto, sí hay un motivo oculto.

— ¿L-lo hay? — En el juego, escribió esas dos palabras como si Claudia las estuviese diciendo sutilmente, pero en la vida real, las estaba gritando.

— ¿Recuerdas que prometimos confiar más en el otro? — Claudia asintió. — Te diré algo sobre mí; una vez conocí a alguien en un juego que solía jugar antes que este, y esa persona se volvió muy importante para mí...

«Como yo con Fun Ghoul». Se dijo Gerard, comenzando a sentir algo de nostalgia y melancolía.

— Pero ya no veo a esa persona. No sé cómo se llama en la vida real y menos cómo podría encontrarla en este juego o en otro, ya que él sólo dejó de conectarse un día. El punto es que desde entonces sueño con volver a encontrarme con esa persona algún día, porque llegamos a ese punto de confianza en el que nos conectamos de una manera... Indescriptible, teníamos mucha química al jugar y nos conocíamos perfectamente el uno al otro a pesar de no conocer detalles técnicos como nuestros nombres reales, era como si viviéramos a través del videojuego. Sí... Nuestra vida estaba hecha de esa manera. — Gerard se sentía identificado con cada palabra. — Antes me decía a mí mismo que si no volvía a hallar a esa persona, al menos quería conocer a alguien que me hiciera sentir de la misma forma.

— Esto es muy extraño... A mí me pasó lo mismo.

— ¿De verdad, Claudia?

— Así es. — Gerard estaba haciendo un gran esfuerzo para no llorar como un bobo. — Había alguien que conocía de otro juego que siempre me animaba y me brindaba su apoyo, me hacía sentir muy bien y me aportaba la fuerza para seguir luchando cuando las cosas se ponían difíciles. Eventualmente, nos terminamos separando, así que entiendo cómo te sientes, Kyran.

— En parte nunca quise convivir con nadie en este juego porque las personas me perseguían y me abrumaban, pero... Hay otra razón... Lo que pasa es que no quise volver a encariñarme con nadie como lo hice con aquel compañero de juegos y luego perderlo, no creía poder soportarlo de nuevo.

— ¿Pero no dijiste que querías encontrar a alguien como él?

— Es que llegué a un punto en el que comencé a pensar que nunca conocería a nadie como aquella persona... ¿Sabes qué me hizo cambiar de opinión?

— ¿Qué?

— Tú, Claudia... Tú me hiciste cambiar de opinión.

— Estúpido. — Dijo Gerard, dejando de escribir para limpiar las lágrimas que comenzaban a asomarse de sus ojos. — Ya me hiciste llorar.

— Estaba manteniendo la guardia y de la nada tú apareciste y me obligaste a bajarla. Ya te lo he dicho antes; tú disfrutas tanto de jugar que me haces a mí disfrutarlo más. Claudia... Tú eres la persona que yo estaba buscando, no eres mi compañero de aquel juego, pero sí aquella persona que se le parece. Tú me haces sentir lo mismo. Y por eso... ¿Querrías...?

— ¿Qué...? — Gerard se sentía estúpido por no estar escribiendo pero sí hablando en voz alta. — ¡¿Qué intentas decirme?! — Su corazón estaba muy acelerado.

— ¿Querrías...? — En la pantalla se mostraba cómo por unos segundos el personaje de Kyran quedaba sumido en una especie de torbellino de color rojo. Cuando ese torbellino se disipó, el vampiro apareció con una capa idéntica a la que le había regalado, salvo que en una versión masculina. —... ¿Ser mi compañera de juegos?

Gerard volvió a recibir la notificación del regalo de Kyran... Ya entendía el porqué de aquel obsequio. Kyran quería que fueran un equipo de sólo ellos dos y esas capas simbolizaban la alianza. Con su mano temblorosa, tomó el mouse y a duras penas pudo arrastrarlo y hacer clic en "aceptar".

— Me gusta mucho jugar con el gremio. — Agregó Kyran. — Pero supongo que me gusta más jugar contigo.

— Kyran... Yo... No sé qué decir. Estoy llorando.

Frank pensaba que ese "estoy llorando" fue en sentido figurado. Si tan sólo hubiese sabido que el que le daba vida al personaje de Claudia era Gerard Way y que en serio estaba llorando.

— Si te preocupa no pertenecer al gremio si eres mi compañera, no te preocupes por eso. Seguiríamos siendo parte del gremio, sólo... Tendríamos una alianza especial tú y yo. Edén y Orpheus tienen la misma alianza.

«Ellos tienen esa alianza porque son pareja en la vida real...». Se dijo el mayor. « ¿Qué me estás queriendo decir, Kyran?».

— ¿Entonces qué dices?

Ahora recibió la notificación donde Kyran le pedía ser su compañero de juego de una manera más formal.

— Digo que... — Ahora fue Claudia quien pasó por la misma transformación para poder aparecer con la capa que Kyran le regaló. — Acepto. — Aceptó la notificación y todo se hizo oficial. Ahora, en su lista de amigos, el nombre Kyran aparecía de un color dorado y con el símbolo de unas cadenas doradas al lado, indicando que era su compañero.

Ese día, por ser viernes, Frank tenía la disponibilidad para jugar hasta el amanecer si Claudia se lo pedía. En cambio, esta vez, sorpresivamente, fue ella quien se desconectó primero, con la excusa de que había sido un día muy largo y que quería descansar un poco. Y para Frank esto estuvo bien, de todos modos, ya tenían el día siguiente para jugar, tendrían todos los días del mundo para hacerlo, y saber esto lo hacía muy feliz. Era como volver a esa época dorada en la que jugaba con Party Poison... Es que incluso sentía que, el recuerdo de Danger Days ya no volvería a atormentarlo en la forma de fantasma de la nostalgia, porque ya no era Poison sino Claudia quien lo hacía sentir como en casa.

Gerard no se desconectó para "descansar", más bien, estaba seguro de que no podría dormir en toda la noche. Solamente quería manejar toda la emoción que sentía, sus manos todavía temblaban y no creía poder seguir jugando así.

Ahora más que nunca se puso a chillar como un loco sin importarle que después recibiera múltiples quejas de los vecinos.

— ¡NO PUEDE SER, NO PUEDE SER, NO PUEDE SEEEERRR! — Daba muchas vueltas y saltos en la cama, abrazando con todas sus fuerzas a su delfín de peluche. — ¡QUÉ EMOCIÓOOONN!

Estoy tan emocionado que la simple palabra "emoción no sirve para escribirlo". Siento que mi corazón está por estallar.

Hace mucho que no me sentía así...

¿Será que así se siente que alguien te guste mucho?

AAAAHHHHH ¡¡GERARD, POR DIOS!! ¡¿QUÉ CLASE DE COSAS ESTÁS PENSANDO A TUS TREINTA Y DOS AÑOS?!

No podía negarlo; se sentía infinito, completo. Como cuando jugaba con Fun Ghoul. Gerard estaba seguro de que si en la vida real pudiera conocer a alguien como Fun Ghoul o como el mismo Kyran, no sería tan complicado para él salir al mundo y vivir "la vida" que todos esperaban. 

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