Track 14

Dylmas

❝Soy terrible amando, pero te amé con locura. Yo sé que no puedo regresar el tiempo atrás, pero, ¿por qué mi corazón me está haciendo esto?❞

Los copos de nieve tornan la ciudad de color blanco conforme la temporada invierno está entrando. Estaría fascinado por la bella imagen, pero ahora mismo no le inspira nada.

Digamos que Dylan no está atravesando un buen momento, y definitivamente no está de humor para alegrarse por sucio hielo que inunda las banquetas. Y demonios, quisiera echarle toda la culpa a Thomas, pero eso sería injusto. Que Thomas haya decidido cortarlo no tiene que ver con lo desdichado que está, pero ojalá fuera así. Todo sería más fácil.

Si pudiera odiarlo, dolería menos. Quizá así no se acurrucaría en su cama a las dos de la mañana a llorar, devanándose el maldito cerebro qué fue lo que hizo mal, qué fue lo que hizo que Thomas llegara al límite. Sería más sencillo lidiarlo. Pero no puede, tiene a ese chico metido en la piel, y su corazón no puede olvidarlo.

Aún puede recordar cuando lo conoció hace cuatro años. Sus comisuras aún se alzan ligeramente al recordar a Thomas presentándose, después de que le tiró una malteada de chocolate en su ropa; ese día llegó tarde al trabajo porque tuvo que volver a casa a cambiarse. Los regaños de su superior valieron toda la pena con tal de ver el rostro sonrojado de ese hermoso chico de pelo dorado. Su corazón acelerado le dijo que él era el indicado, y así fue.

Al principio todo marchó de maravilla, ambos se complementaron tan bien que la química era indescriptible. La electricidad que irradiaban al cruzar miradas le ponía la piel de gallina de solo recordarlo. Y si hablamos de amor... Ese nunca faltó, más bien sobró. Quizá puede que haya sido un poco alocado, pero Dylan nunca fue infeliz junto a Thomas.

¿Tal vez Thomas fue infeliz con él? De tan sólo imaginarlo, su corazón se oprimió.

Salió de sus pensamientos al darse cuenta que estaba frente a la puerta del departamento de Thomas y acababa de llamar a la puerta. Escuchó unos pasos acercarse que lo hicieron retroceder. No. ¿Qué demonios estaba haciendo aquí? ¿Cómo es que su subconsciente lo llevó hasta acá? 

"No te engañes, Dylan. Querías verlo y fuiste a su apartamento", se recordó con amargura. Porque era cierto, el excusarse ante Ki Hong, su compañero de cuarto, diciendo que iba a salir a dar una vuelta, solo era una mentira piadosa para ir hacia donde Thomas. 

Salió corriendo como cobarde en cuanto oyó que el picaporte giraba. Quizá se arrepentiría más tarde de lo sucedido, pero en este preciso instante nada ni nadie lo detendría. A excepción de él. 

—¿Dylan? —Se quedó paralizado a mitad del pasillo al oírlo. Se escuchaba tal y como la última vez que lo escuchó, cuando el rubio le dijo que terminaran—. ¿De verdad eres tú?

Volteó para mirar a Thomas. Seguía tan precioso. Ahora su cabello dorado había crecido hasta cubrir sus orejas, y una incipiente barba se hacía notar en su rostro somnoliento. Era maravillosamente excepcional verlo así, que Dylan realmente tuvo que contenerse para correr hacia él para abrazarlo y nunca soltarlo. 

—H-Hola, Tom. Daba una vuelta y recordé vagamante que vivías por acá, así que pasé a saludarte. —Sonrió nervioso, rascándose la nuca. 

Los labios rosados del rubio se abrieron en una bonita sonrisa. 

—Claro —dijo irónico—. Te creería de no ser que vives al otro lado de la ciudad. 

Touché. Dylan se sonrojó, y escuchó una risita que lo derritió. 

—Estaba de paso, ¿okay? Sólo venía a saludar a un viejo amigo —No le gustaba la palabra "amigo" para Thomas. 

—Tranquilo, Dyl. —Volvió a reír—. Ya que estás de paso, ¿no quieres entrar un rato? Apuesto que te cansó el viaje. 

Tuvo que apretar los labios para evitar gritar de la emoción, claro que quería pasar, ¿qué preguntas son esas? Es como si le preguntaran si los nuggets de pollo son su comida favorita, y eso es bastante obvio. 

—Uhm, bueno... —Fingió mirar su reloj, aunque sus ojos estaban tan nublados que ni siquiera alcanzaba a ver la hora—. N-No sé, se supone que iría a ce-cenar con Ki y no quiero fallarle. 

—Oh. —Thomas frunció el ceñó y cruzó sus brazos—. Realmente es una pena escucharlo, me habría encantado tomar un par de copas contigo. 

"Le habría encantado". No quería emocionarse, pero realmente Thomas quería pasar tiempo con él, eso era una buena señal, ¿verdad? 

—¿Sabes qué? Le diré a Ki que no cenaremos hoy. —Se acercó a Thomas y miró sus ojos ilegibles—. ¿Te parece bien? 

—Por mí bien, pero se va a enfadar tu cita por mi culpa —El rubio apartó la mirada y generó distancia entre los dos—. No te preocupes por mí, Dyl. Podemos vernos en otra ocasión. 

—¿Quién dijo que era mi cita? ¿Estás celoso, Tommy?

Thomas negó con la cabeza y sonrió divertido. ¿Qué tenía de graciosa la situación? 

—Al contrario, Dyl. —Thomas lo invitó a pasar al departamento con un gesto en la mano—. Pero, si dices que no hay problema y le vas a cancelar una cena a tu chico, al menos déjame ofrecerte una copa de vino. 

Aceptó entrar, con el corazón alborotado y lleno de esperanza. A lo mejor no se notaba a simple vista, pero vaya que el rubio estaba celoso y eso lo aprovecharía para volver con el amor de su vida. Y cuando lo tenga entre sus brazos, no volverá a soltarlo.

—Por favor, ponte cómodo. —El anfitrión lo guió hacia la sala de estar y lo hizo sentarse en un sofá de cuero marrón. Mientras tanto, fue al mueble de la televisión para sacar una botella de Cabernet sauvignon y dos copas. Se sentó a un lado suyo y descorchó la botella—. La reservé para un momento especial, espero que la disfrutes. —sonrió. 

Dylan observó atentamente cómo las finas manos del rubio llenaron una copa de vino tinto y se la ofrecieron. Agradeció en bajito y bebió un sorbo, dejando que el sabor agrio con un rastro de vainilla inundara sus papilas gustativas. Thomas lo imitó. 

—¿Qué tal tu empleo, Dyl? ¿Tu jefe sigue siendo un maldito amargado?

Dylan rió suavemente.

—Probablemente. Dejé mi empleo. 

—Me alegra escucharlo, realmente tienes un gran potencial que ese imbécil desperdició. 

Ambos rieron. 

—¿Y tus audiciones? —Thomas era actor de teatro. 

—Estoy en eso. Mientras tanto escribo un libreto para ocupar el tiempo en lo que llega mi personaje especial. 

—¿Me estás queriendo decir que eres guionista? 

Thomas, con una sonrisa, asintió. Después vio cómo se llevaba la copa a esos labios de fresa que tanto desea besar. 

—¿Qué te parece? 

—Es grandioso. Seguro haces un trabajo fantástico. —Miró a esos preciosos ojos color chocolate y sonrió enternecido. 

Como siempre que se vuelve tímido, Thomas se ruborizó y bajó la mirada. Ambos chocaron sus copas, y brindaron por lo buena que es su vida en el presente. Pero qué ganas tenía Dylan de decirle que sin él, todos los logros y trofeos en su vida se volvían vacíos si él no está presente.

—Realmente me alegra verte, Dyl. Pensé que ya no querrías verme. 

—Yo pensé que tú no querías verme —Meneó la copa y la olfateó. Se sintió en una fiesta de gala de película. 

Thomas bufó y le dio otro sorbo al vino. 

—Sólo quería darte un tiempo, ya sabes, para que te recuperaras. 

—Te dije que iba a estar bien.

Porque eso le había prometido. El día en que todo se rompió, Dylan recogió los pedazos de su corazón en agonía, y le dijo al rubio que no se preocupara por él, que iba a estar bien. Pero joder, realmente no podía ocultárselo. Incluso cuando había ensayado, por meses, frente a su espejo, una sonrisa que le dijera a Thomas que todo ha estado mejor desde que él se fue. 

Sin embargo, no podía evitar mostrar lo mucho que lo extraña. No podía ocultarle nada a Thomas. 

—Dylan, por favor, seamos honestos, ¿sigues sintiendo dolor por lo que pasó?

"Sí".

—¿De qué va todo esto, Thomas? —Rió con amargura—. ¿En serio quieres saber? ¿De verdad estás tan preocupado por mí o sientes culpa por haberme dejado? Si es así, no te preocupes, no debes culparte por el que yo sea tan estúpido. —Se deslizó hacia un lado para acercarse más a Thomas—. Porque realmente, aunque quisiera decirte que no, ya no puedo ocultarlo más, Thomas. 

El rubio se alejó de él cuando sintió que Dylan estaba inclinándose sobre su cuerpo. 

—¿Qué estás haciendo, Dylan? —Tenía a Thomas debajo suyo, y el chico estaba un poco asustado. 

A Dylan le dolía que llegara por la cabeza de su amor la idea de que va a lastimarlo, cuando siempre lo tocó con los bordes de un pétalo, pero supuso que eso es lo que sucede cuando ambos corazones están tan lastimados que ya no pueden confiarse mutuamente. Además, Thomas ha de tener la certeza de que está volviéndose loco, y no lo culpa, él también ha llegado a pensarlo. 

—Tal vez no te amé como querías, pero lo hice inmensamente. —Sollozó, acariciando la cara de su amado—. Nunca amé tanto a alguien como tú. Procuré por ti. Antepuse tus necesidades por las mías. Siempre estuve a tu lado. Y aún así, me pregunto qué fue lo que hice mal para apartarte de mí. ¿Qué fue, Tommy? ¿Qué hice mal? 

Thomas acarició su mandíbula con una sonrisa triste. Sus ojos achocolatados brillaban por el río de lágrimas que trataba de desbordarse. 

—Fuiste el hombre perfecto, Dylan. Ni siquiera tengo una maldita excusa. Simplemente las cosas buenas se gastan y terminan. 

—Creí que era normal pensar que nunca nos separaríamos. 

—Tal vez ese fue tu error. 

El corazón se le destrozó al escuchar esas palabras de su rubito. ¿Entonces así había todo? ¿Luchó por algo que siempre tuvo final? Sí. Tal vez ese había sido su error. Porque esas esperanzas de que nunca se separaría de él, fueron las que finalmente le arrebataron su vida entera. Se había envenenado, bebiendo ese dulce amor de Thomas que, sin saberlo, pronto habría de fulminarlo. 

Apretó sus párpados y dejó caer un par de lágrimas que cayeron sobre la cara de Thomas. El otro ni siquiera se molestó en limpiarse, estaba muy preocupado cuidando de las lágrimas de la persona a la que una vez amó. Nunca quería romperle el corazón a ese precioso ser humano, pero siempre había sido honesto con Dylan, por más hiriente que fuera la verdad. 

—Estoy con alguien más. 

Dylan volvió a mirar a Thomas. Él estaba expectante ante su confesión. Pero Dylan realmente ya no podía sentir nada. Sentía su corazón adormecido de tanto dolor. ¿Es que siquiera seguía teniendo corazón? Todo estaba congelado. Todo se había convertido en una bruma que no lo deja salir de su oscuridad. 

—¿Por qué me haces esto? —Murmuró con voz rota. 

—Lo siento. 

Se alejó del rubio. Decidió que era buena hora de dejarlo ir. De olvidarlo. Ese sería su mayor acto de amor que haría por Thomas. Borrarlo de su mente para hacerlo feliz. Sería lo último que haría por él. 

Tocó la mejilla de Thomas y llamó su atención. Los ojos marrones de Thomas penetraron su mirada y aceleraron su corazón. Sonrió con amargura. Él ya no era merecedor de recibir una mirada amorosa de su parte. 

—No te preocupes. Me olvidaré de ti en cuanto acabe la noche —Besó su tierna mejilla—. Por ahora, te sigo amando. 

Se despidió de Thomas y salió de su departamento. Los copos de hielo seguían precipitándose sin parar sobre la ciudad. Las banquetas húmedas estaban pintadas de un crudo grisáceo por la nieve sucia. Y le pareció triste. Triste como su corazón perdido. 

Toda la noche se la pasó llorando por Thomas hasta el amanecer. Sin poder olvidarlo. Entonces, cada noche en su cama, se dedica a olvidar al rubio de sus sueños, así su corazón esté destrozado. Y cada amanecer se promete que esa noche será cuando olvide a ese chico que alguna vez lo volvió loco. 

Por ahora, aún seguía amándolo. 

♫♫♫

Buenas, ¿cómo va todo? ¿Todavía siguen aquí? JAJAJAJA

Pues nada, otro OS con Dylan sufriendo. De verdad esto ya se está haciendo tendencia mía:'v Igual espero que haya sido de su agrado y tal. No quiero decir que porque Thomas haya podido avanzar más rápido que Dylan haya querido significar que no lo haya amado o haya sido infeliz con él. Simplemente las cosas se dan así. Y está bien. Thomas fue honesto con Dylan porque lo sigue apreciando. Nadie es el malo u.u 

En fin, acortaré la nota porque estoy escribiendo esto mientras escucho mi clase de microbiología y por eso termino reprobando:DDD

Hasta la próximaaaaa:) 

PD: Feliz cumpleaños al hombre que hizo esta joyita jsjs. Te amo muchísimo, baby Hae ㅠㅠ

—Saeta<3 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top