Un misterio sin resolver

El doctor se sentó en medio del césped a nuestro lado. Estábamos formando un triángulo sentados con las piernas cruzadas mientras nos veíamos los unos a los otros. El viento soplaba y las nubes se movían despacio por el cielo. Se teñían de colores anaranjados pues el sol se ocultaba.

—¿Qué no tú tienes novia? —preguntó finalmente, dejándonos completamente helados.

—¿Usted recuerda a Jessica?

—Pues, claro. Es la chica de sonrisa demoniaca con la que sales ¿No?

—Papá —comentó Skylar parpadeando—, es que la gente dice que no la conoce.

—¿Qué gente? —preguntó él.

—Ya sabes, la gente de la isla.

—Que extraño. Seguramente están enojados con ella y es por eso que aparentan no conocerla. Eso suele pasar mucho.

—Es que la gente no parece aparentar, de verdad parecen no conocerla. Nos hacen sentir, comó si hubiéramos perdido la cabeza —dijo Skylar.

Su papá se paró y sonrió. Camino hacia ella y le puso sus manos en la cabeza. Skylar abrió los ojos sorprendidos y lo volteó a ver.

—Si. Aquí la tienes. Mi diagnóstico es que aún tienes cabeza.

—Papá —responde riéndose.

—No deberían pensar que es lo cree la gente de ustedes; mientras ustedes sepan quienes son, lo demás no importa.

—Gracias papá.

—Y bueno, si eso es lo que los tiene aquí sin trabajar o estudiar. Despreocúpense, yo si recuerdo a esta chica...

Percy permaneció pensando frunciendo el ceño, de repente parpadeo como si sus ideas fueran dispersas.

—En fin —continuó el con cierta extrañeza en su cara—. Nos vemos luego, y por favor, no vayan a quedar mal en el trabajo. Es importante que seamos productivos para la isla.

Sonreímos y nos despedimos del doctor mientras nos alejamos cambiando de dirección con cierto iré de incertidumbre. Él se veía consternado, como si de repente hubiera olvidado de lo que iba a hablar.

Skylar atesoraba el libro en su mochila mientras caminábamos al edificio principal. Muchos jóvenes habían sido contratados aquel día para pegar unos volantes al rededor de la isla.

Eran hojas de papel blanco, con letras de colores en él; principalmente rojo. Olivia, la hermana de Skylar, era una de las personas que estaban pegando los volantes. Así que Skylar se acercó a ella con familiaridad y tomó uno del bonche.

—¡No! ¡Están contados! —se quejaba.

—Sólo quiero ver que dice...

—Hoy habrá un anuncio al respecto —insistió Olivia.

—"La guerra ha terminado" —dijo musitó Skylar sorprendida— ¿Qué significa? —devolvió el volante a su lugar.

—Ya te dije, nos darán información hoy en las noticias —volvió a responder Olivia.

—Debe ser bueno —comenté—, después de todo esa es una de las razones por las que estamos aquí.

—Lo mismo pensé yo —respondió Olivia—, espero que podamos salir de aquí pronto.

Skylar se cruzó de brazos y frunció el ceño pensativa mientras veía a su hermana colocar los anuncios en un poste de madera.

La miraba a ella, quien portaba una sonrisa en el rostro pegándolos y miraba los anuncios.

—¿Nos vamos?

—Está bien, vámonos ¿Sabes? Prefiero que vayamos a la biblioteca por ahora.

—¿Por qué?

—Quiero buscar información..., del mundo exterior.

La volteé a ver un tanto perplejo; pero tras ver el escándalo que se estaba armando acerca de la guerra, creí que lo más prudente era investigar. Si bien parecía una buena noticia, el haber sido libre también lo había parecido en su momento. Sin embargo, ahora, desearía nunca haber salido de casa.

Caminamos entre le gente, veíamos a la gente continuar su vida tranquilos, como si nada malo pudiera pasar en la isla. Me preguntaba si habría más gente en la isla que yo hubiera conocido y que no pudiera recordar.

Skylar caminaba enfrente de mi, la luz del sol brillaba en el pasto haciéndolo ver con un tono de verde amarillento. La isla era un lugar perfecto para vivir ¿Qué tanto lo sería el mundo exterior?

Al llegar a la biblioteca, nos dividimos para revisar entre los libros hasta encontrar el resto de los Tomos o encontrar la información necesaria sobre el mundo exterior.

En la biblioteca había muchos libros llamados "Mundo exterior". Todos ellos hablaban de cómo había terminado el mundo por epidemias y guerras. Había imágenes de como la gente había acabado tras una u otra. La mayoría no era imágenes agradables pero, ninguna imagen era real. Todas las imágenes eran dibujos de alta calidad y realistas; pero dibujos al fin y al cabo.

También había información de la evolución del humano. La última evolución que estaba registrada, tenida relación con los animales. Sin embargo, la hora de esa sección había sido arrancada.

—¿Crees que el mundo real exista? —preguntó Skylar.

—Claro que debe de existir. Nosotros nos alimentamos gracias a los recursos que nos mandan cada mes. Todo lo que tenemos, ha sido gracias al mundo exterior. Además..., Jessica, Peach y los demás, han llegado del mundo exterior.

—¿Quién es Jessica? —preguntó confundida.

—No te hagas la graciosa —respondí molesto.

Ella se quedó viéndome a los ojos, negaba con la cabeza y alzaba los hombros.

—No sé quien es Jessica —insistió.

—Jessica, la chica bajita de sonrisa bonita con la que salgo —murmuré.

—No sabía que estabas saliendo con alguien, espero que no se moleste de que estás aquí —comentó con cierto tono de burla.

—Skylar ¿Estás bromeando cierto?

—Me estoy molestando —advirtió con sus ojos negros llenos de enojo—, no sé por qué que vienes a decirme esto. Después de todo, yo también tengo novio. No creas que estaba buscando tener algo contigo...

Jessica había desaparecido de la mente de Skylar. Permanecí callado y me volteé como si estuviera leyendo un libro. Hice memoria atrás sin entender en que momento Skylar había borrado a Jessica de su mente. Tal vez cuando vio los letreros, quizá mientras caminábamos hacia este lugar. Mi pregunta era si en algún momento, yo también la olvidaría y por qué.

Seguí buscando entre los libros con el corazón roto de no entender la razón por la cual sería así, y me encontré con el Tomo 3.

Sin decir nada, puse ambos libros encima de una mesa en la biblioteca, volteando a ver a los lados esperando que nadie me observara. Al tener paranoia desde que tenía memoria, era fácil para mí tomar medidas necesarias de privacidad.

En el Tomo 1, se había redactado la historia de Rossland. La forma, los kilómetros de distancia que había en la isla. También nombraba los tipos de arboles que había y como se había armado todo el proyecto de las coladeras. Sin embargo, todo seguía a nombre de mi madre, no tenía sentido.

La fauna, no eran más que conejos. La flora era un poco más variada, pero el único árbol frutal que había en la isla, eran los cerezos. Todos los alimentos eran exportados del exterior, según la información.

Fui el primer bebé de la isla, y la gente se tomaba fotos conmigo. Al parecer mi primer año de vida lo pude vivir afuera de casa más que nada por la necesidad de observarme. Parecía que yo era un experimento aparte de una atracción para la isla.

Efectivamente había registros de aproximadamente 6 hijos de vecinos que no conocía y de no ser por el registro, jamás habría conocido. Dos niños más que no tenían registro de padres, pero que al igual que el resto, sólo desaparecieron.

—¿Extraño, no es verdad? —dijo Skylar acercándose a mi.

—Lo es, además de escalofriante.

—¿Qué hay en ese? —preguntó viendo hacia el Tomo 3.

—No he revisado. Quería terminar de leer el primer Tomo.

—¿Encontraste cosas nuevas?

—No del todo, más allá de lo que ya sabíamos.

Tomamos el Tomo 3 "Migración, exportación e importación". El libro era de pasta gruesa de color azul rey. Las letras eran doradas pero ya estaban acabadas.

En la primera parte del libro, se hablaba sobre el mundo exterior. De cómo las personas del mundo habían creado avances tecnológicos y de cómo habían sido capaces de crear arte y comida. Pero, también mencionaba que su ambición con la que habían creado tantas maravillas los había llevado a la destruccion. Eso llevo a los líderes de las actuales 3 naciones a buscar islas donde la gente pudiera habitar.

Algunas islas ya habían existido y otras más fueron hechas. Algunas fueron hechas a través de basura como si fueran de reciclaje. Otras más, con minerales y eran más naturales.

A esas islas les fueron exportadas diferentes características, árboles, fauna, materiales para sobrevicir. Era el proyecto llamado "Life" que significa "Vida" en español. Y se creía qué este proyecto crearía personas que fueran lo suficientemente buenas para regresar al mundo a la paz que se necesitaba.

Había varios perfiles, aproximadamente fueron 40 personas las que habían sido enviadas a esta isla según el Tomo 1; el Tomo 3 respaldaba esa información.

No había planes a futuro según los Tomos de recibir gente de otras islas, tampoco había información de que otros lugares, específicamente, eran los que nos mandaban víveres. Mucho menos había información sobre el resto de las islas.

Lo que si había, era información de armas que habían sido creadas en el exterior. Era una cantidad y lista enorme. Sin embargo, de nuevo, no había imágenes reales; sólo dibujos.

—¿Qué pasaría son huyéramos de la isla? —preguntó ella.

—No se ve ninguna isla cerca se aqui. Sólo nos queda esperar... —dije tras un suspiro.

Los días parecían más largo de lo usual y no habíamos encontrado el Tomo dos después de todo. En la biblioteca no hay un registro de los libros que van y vienen pues se supone que todos habíamos sido criados para ser personas de bien en el futuro; confiaban en nosotros.

Tomé a Skylar de la mano y metí ambos libros a mi mochila. Salimos del lugar por la tarde. La mirada de Skylar estaba postrada encima de sus mejillas rosas. Y aunque eso me hacía sentir halagado, no me podía sentir bien del todo sabiendo que todos estaban olvidando a Jessica.

Cuando llegue a mi departamento encontré a peach con el resto de sus amigas afuera de mi departamento...

—Hoy era día de videojuegos ¿No es así? —dijo Peach con su cara molesta y su extraño acento.

—¿Perdón?

Aunque las chicas habían olvidado a Jessica, no habían olvidado nuestras rutinas...

—Debiste avisar que no vendrías —dijo su amiga Alita.

—Debí haberlo olvidado.

—Peach, ha sido mi culpa —comentó Skylar—. No se enojen con el chico, igual tengo que ir a ver a mis hermanas.

—Ahora es demasiado tarde para jugar —dijo Peach y posteriormente se acomodó su bolsa y se dirigió a su departamento seguida por el resto de las chicas.

Posteriormente, entré dentro del mío. Vi mis consolas de videojuegos y justo ahi, cuando estaba completamente solo, comencé a llorar. No entendía lo que estaba pasando y deseaba con todo mi corazón estar solo en toda la isla. La primera persona de la que me había enamorado, había desaparecido. Recordaba aquel balonazo que me había dado el día que le conoci, su sonrisa brillante, su cabello lacio y castaño claro.

Deseaba que hubiera sido un espejismo, de esos que puede crear mi enfermedad. Pero sabía que había sido verdad. Había probado las mieles del amor de una persona que desapareció no sólo de la isla sino de la mente de los demás. Tal vez era lo mejor, tal vez mi destino era estar con Sky, pero ¿Por qué debía haber desaparecido? ¿Por qué me sentía culpable?

Entonces, se prendió la televisión. Se había prendido la televisión en cada lugar donde hubiera una. Casa, departamento, el restaurante, en cada pequeño lugar donde hubiera una; esta se prendió.

En las noticias aparecía el señor Heedae, de la primera ola de recién llegados. Estaba vestido formal y elegante.

"En las noticias de hoy, el alcalde nos hablara sobre los anuncios que han sido pegados al rededor de la isla".

El alcalde aparece frente a la pantalla. Esta arreglado de con un traje color azul y se le ve emocionado. Al lado de este se encuentra mi madre. Claro, eso me sorprende, pero también logra atraer mi atencion.

"La señora Bell, fue la primera en llegar a esta isla, y creí que sería buena idea que fuera la primera en saber que pronto podremos salir de aquí"

Exclamaba a con una gran sonrisa, mi madre sonreía de una forma muy ligera y veía hacia la cámara con aire de esperanza. El alcalde siguió hablando...

"Las guerras han terminado. Hemos recibido el día de hoy, un documento donde se nos convoca a unirnos a al mundo; el mundo exterior. Sabemos que algunos se ustedes son recién llegados y lamentamos mucho que tengan que irse de aquí. Sin embargo, como saben, el mundo exterior sólo estará aceptando a los mejores de nosotros..."

"¿Los mejores de nosotros?", pensé. Cómo sabríamos quienes serían los mejores...

"Estos tres cuervos que ven en la superficie —explicaba el alcalde colocando una foto de ellos—, representan a las 3 naciones. Han venido a supervisar nuestro desempeño y desarrollo".

Las información del alcalde era confusa y poco digerible a simple oído...

"Se realizarán juegos de resistencia física para saber quienes son los mejores y quienes son aptos para irse. Son las nuevas demandas del mundo exterior. Es lo que se necesita para vivir en este. Les sugiero que mañana asistan a la playa".

Parpadeé un par de veces. La pantalla se puso e negro. Esa sugerencia no era más que una demanda. Todo pasaba demasiado rápido, y uno parecía moverse lento. Me preguntaba ¿Por qué el mundo necesitaría a personas con buena resistencia física? ¿Qué esperaban de nosotros?

Cuando finalizo la transmisión, me quede despierto un par de horas más viendo la televisión. Planeaba que fuera mi segundo día sin dormir. Pero mi cuerpo no podía más. Mis ojos quería cerrarse aunque aún era muy temprano para dormir.

Tomé una pluma, y escribí en el Tomo 1 "Jessica". Cerré el libro, y después de eso, mis ojos, se pusieron en negro.

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