El comienzo del fin
Mis hermanas y yo nos paramos de las gradas. Tyler me hacía señales con las manos mientras tomaba a su hermana mayor, Vanessa, de las manos. Volteé a ver a mis hermanas, quienes esperaban que yo les dijera que hacer. Estaban paradas frente a mi con los brazos cruzados mientras me miraban.
—Tomen una decisión por ustedes mismas —bramé.
—Tu siempre nos diriges en todos los juegos que jugamos, los de mesa, los videojuegos... —dijo Alissa.
—Sólo dinos que hacer —dijo Olivia con angustia, llevando sus dedos a la boca.
—Yo tampoco sé qué hacer —respondí entristecida.
Volteé a ver a los hermanos Bell, ellos estaba jugando piedra, papel o tijera. De esa forma se estaba eliminando y creando sus equipos. Habían planeado dividirse algunos equipos entre los 5 hermanos mayores y Peach. Yo no tenía el corazón tan frío para dividir a mis hermanas; tampoco para separarlas.
—Bien, Ryder y yo tenemos "Tijera" por tanto estaremos juntos —dijo Makayla.
—Mierda —dijo Ryder.
—Peach, por otro lado —seguía Makayla—; tiene papel. Se irá con Matt.
—Eres muy mandona, Makayla —dijo Caleb.
—Si yo no los organizo, nadie lo hará —le respondió ella.
Volteé a ver a los demás hermanos. Todos estaban encontrando la forma de dividirse a través de juego de azar, así que se me hizo lo más justo manejarlo de esa forma.
De nuevo gire mi rostro a ver a mis hermanas, tragando gordo y esperando una señal. Tenía miedo de perder a mis hermanas; no tenia la cabeza tan fría como la de Makayla. Esto se decidiría una vez, pero cambiaría nuestras vidas para siempre.
—Skylar —musitó Beverly— ¿Por que no nos dividimos individualmente. Sólo somos 4, seguro encontraremos equipo más fácil.
Mi corazón se estaba partiendo en mil pedazos al tener que dejarlas ir. Abracé a Beverly, admirando la madurez que poseía a pesar de ser la más pequeña de nosotras. Todas las demás se unieron al abrazo y después nos dimos la espalda, intentando no voltear a vernos para no arrepentirnos.
Los equipos se estaban tomando de las manos; los del mundo exterior ya se habían distribuido.
Una vez que lo hicieron un círculo tomados de las manos, un de color se formaba formado debajo de ellos. Los colores eran variados. La tecnología había avanzado tanto que era desconcertante. Parecía magia más que avance tecnológico.
—¡Skylar! —insistía Tyler.
Volteé a ver a Matt quien miraba en los alrededores como si buscara a alguien nuevamente. Pensé qué tal vez, era yo ese algo que le hacía falta. Después mire a Tyler, quien en realidad, no me necesitaba.
La cara de Tyler cambio cuando volteé a ver el equipo de Matt. Su cara de decepción era demasiado grande para poderla ocultar. Sus ojos, su sonrisa desaparecida. Todo indicaba que yo era una desgraciada, rompe corazones.
—¿Puedo estar con ustedes? —pregunté a Matt.
—Claro que puedes. —sonrió.
Los equipos se iban formando poco a poco.
Todos comenzaron a moverse y tomaban de las manos a algunas personas u a otras como si no estuvieran conformes. Se hacían un círculo y llamaban a otros. Mis hermanas comenzaron a hacerlo, y cuando mi madre iba a comenzar a caminar; mi padre la jaló hacia él como si la abrazara lentamente por la espalda. La tomó de la mano y a Alexander— somos un equipo —susurró. Mi madre estaba preocupada de vernos desprotegidas y dispersas, y supongo que mi padre, a su manera, también; más no había nada que pudieran hacer.
Los ojos de mi padre se ponían rojos y se cristalizaban. Todos se movían sumamente rápido, y a la vez para mí todo se veía en cámara lenta.
Tomé de la mano a Matt en cuanto tuve oportunidad; este tomó de la mano a Peach.
Cuando eso pasó, un círculo azul se postró debajo de nosotros, radiante y luminoso.
Tyler se movió rápidamente y tomó de la mano a Makayla, quien estaba tomada de la mano con Tae; aquel chico de piel morena que estaba de intercambio. Alissa, mi hermana, corrió hacia este último, y Ryder tras ella. Cerraron su círculo y debajo de ellos apareció un círculo como el nuestro, de color rojo.
Diego, Caleb, y Beverly, estaban formando un círculo que aún permanecía abierto. Rápidamente llegó ahí la otra hija de la señora Ivett: hermana de Tyler, Vanessa. A quien sin darse cuenta, Tyler había soltado en un descuido dejándola afuera de su equipo. A su vez llegó una chica nueva, llamada Narasusi, quien les tomó sus manos rápidamente. Debajo de ellos se hizo un círculo color morado. Al final, Tyler y Vanessa se habían separado.
Matt permanecía estático viendo hacia su madre y padre, quienes, al igual que mi padres, sólo tomaron de la mano a sus hijos menores. Hacia ellos corrieron mis padres junto a Alexander. La señora Ivett Frank y el señor Jacob Frank. La señora Alita Fernández y el señor Kuruk. Una niña se había quedado sola ante la confusión. Su nombre era Victoria. Esta les tomó de las manos antes que cerraran el círculo y una vez que lo hicieron; debajo de ellos se postró el círculo color negro.
Poco a poco se fueron creando más equipos creándose círculos de diferentes colores. Se sentía como si el suelo se moviera levemente cada que un nuevo círculo aparecía; era vibración leve desde el centro como cuando escuchas música a volumen muy alto.
De repente, esas sonrisas se borraron y una cara de extrañeza invadió a los demás. Matt volteó a verme intentando hablar conmigo con sólo intercambiar miradas. Yo volteé a ver a Tyler quien me veía infelizmente desde otro círculo.
Olivia se había quedado en el equipo de unos recién llegados que aún no cerraban su círculo. Finalmente, nosotros llegó Kaze, hijo de la familia Kwon. Con él habíamos ya 4 miembros en el equipo. Justo íbamos a tomarle de las manos y cerrar nuestro círculo, cuando alguien llegó; y nos tomó de las manos a Matt y a mí, poniéndose en medio.
Sus manos estaban heladas al tacto. Eran delicadas y suaves. Volteamos a verla, ella sonríe. En el piso se coloca un círculo color morado.
—Lo siento, no encontraba equipo —dijo ella.
—¿Quién eres? Siento que te conozco..., de algún lado —dijo Matt.
—Me llamó Jessica. Soy de las recién llegadas —dijo sonriendo.
La miré con una mirada mortal porque había algo en ella que me molestaba. No es que me hubiera hecho algo, es simplemente que su existencia me causaba repudio. Jamás había sentido algo así, pero no era de sorprenderse tampoco. Finalmente, había tratado con muy poca gente a lo largo de mi vida.
Nunca creí sentir algo así por alguien. Matt, por otro, lado estaba sonrojado. Me molestó pensar que había dejado a mi novio por estar pasando por ese momento incómodo. A veces arriesgamos y perdemos.
—Ahora que están todos los equipos listos —dijo el alcalde— diríjanse a la playa. Ahí se les darán las instrucciones de su primera prueba.
En el cielo se lanzó un fuego artificial color rojo, como el que nos dijeron que veríamos en el mundo exterior cuando pudiéramos salir.
Todos comenzamos a correr hacia la playa. Corríamos en equipos unos tras otros, era incómodo y un poco difícil al intentar evitar cocar.
Al llegar a la playa, encontramos un montón de canoas de madera estacionadas sobre la arena. Tenían una soga al final de la misma que estaba estacionada de forma circular frente a ellas. Estaba prohibido que las tocáramos, así que no lo hicimos, sólo las veíamos. Una vez que el alcalde llegó, empezó a explicar las reglas.
—Deberán decidir quienes de ustedes estarán dentro de la canoa, y quienes estarán afuera. Por ahora, esa es su primera tarea.
Nos volteamos a ver los unos a los otros. Y empezamos a discutir al respecto en secreto intentando que los demás equipos no se enteraran de nuestra deducciones.
—Debe ser una carrera de remos —insistía Matt.
—Entonces debemos elegir a los más fuertes para que suban a la canoa —dijo Jessica.
—¿Por qué no podemos ir todos? —discutí.
—Porque el alcalde dio las indicaciones. Claramente dijo que algunos deben quedarse afuera —dijo Matt.
—Debemos enviar a la mayoría —dijo Peach—. Sólo así ganaremos; sólo uno se quedará aquí.
Volteé a ver al resto de los equipos. Todos pensábamos cosas diferentes con respecto a la actividad. Habían unos que arriesgaban mucho, otros que arriesgaban poco; pero recordé mis palabras.
"Arriesgar todo, para nada".
—Que sea mitad y mitad —dije yo.
—Somos 5 —dijo Matt.
—Un hombre y una mujer en el barco.
—Mejor dos hombres —dijo Jessica.
—Chicos, vamos a perder si arriesgamos mucho. No sabemos en realidad de que se trata esto —interrumpí molesta.
—Resistencia —dijo Kaze con su voz rasposa y grave—. Estoy de acuerdo con Skylar. Analicemos bien la situación antes de decidir por decidir.
Todos lo vimos raro, más sus ojos azul aqua y penetrantes nos daban tanto miedo que no tuvimos opción más que hacerle caso.
Todos los equipos nos arriesgamos de alguna u otra forma. En nuestra canoa íbamos Matt y to. Mientras que abajo de la canoa estaban Kaze, Peach y Jessica. Veíamos al resto de las canoas, algunos tenían más participantes encima de estas, otros tenían más participantes en las playas.
Pero aún estaba esa soga que iba a dar a la playa en un extremo y en el otro al bote. Para mí era claro, seguramente los que lograran traer a la canoa de vuelta a la playa serían los ganadores, pero tenía miedo de estar equivocada.
Makayla y Ryder se habían quedado abajo de su canoa; Ryder era tan fuerte que hacía que varios dudáramos sobre nuestras decisiones.
"Recuerden, que este será el primer juego en el que decidiremos quién irá al mundo exterior en muchos meses. Sólo tienen esta oportunidad para ganar" —se repetía en una grabación una y otra vez.
Los cuervos se paseaban por la playa, justo donde estábamos acomodándonos. Nos veía y seguían paseando mientras silbaban un extraña melodía que se profundizaba y se pegaba a la mente
—El tiempo se ha acabado —dijo el alcalde—, ahora que todos han tomado sus lugares; dentro o fuera de la canoa, serán dadas las instrucciones.
Cuando termino de decir esas palabras, los cuervos tomaron vuelo, agitaron sus alas ferozmente elevándose hasta el cielo. El aire batía la arena, haciéndola volar a nuestras caras.
—La primera instrucción es remar lo más lejos posible de la playa. Deben remar con todas sus fuerzas durante 1 minuto. Una vez que pase ese minuto, se escuchara un disparo en el cielo. Sólo entonces sabrán cuál es la segunda instrucción —concluyó el alcalde.
Sacó un arma y la preparaba para iniciar los juegos. Revisó que todas las canoas estuvieran alineadas antes de partir. Pasaba de una por una revisando que ninguna estuviera más adelante o más atrás.
—¿Qué hacemos? ¿Remamos lo más lejos o nos mantenemos cerca? —preguntó Matt.
—No tengo idea —musité viendo al rededor.
En el equipo de mi padre, eran los niños los que estaban encima de la canoa, junto a la
señora Bell.
En el equipo de Olivia; ella había permanecido abajo de la canoa. Era la única que se había quedado abajo.
En el equipo de Beverly, las mujeres se había quedado encima de la canoa y los hombres abajo.
Nos veíamos y nos sonreíamos incómodas. En aquel entonces no sabíamos que esto apenas era el comienzo del fin...
¡TRACK!
Sonó el disparo en el cielo, y todos comenzamos s remar. Tal vez era el miedo o la emoción, pero todos remaban de verdad con todas sus fuerzas. Se sentía como si fuéramos a salir de la isla. Los cuervos comenzaron a silbar cantando mientras sentíamos la brisa en nuestros brazos, y volaban de nuevo en forma de círculo; observando todo.
Muchos de nosotros nos ejercitábamos dentro de casa; pero era muy distinto usar unas máquinas o unas pesas, que sentir la fuerza del agua de verdad. Intentábamos mantener el equilibro e ir recto para alejarnos. Se escuchaba el agua agitarse mientras remábamos y descubrimos que debíamos hacerlo con coordinación para ir más rápido.
Nos veíamos los unos a los otros, sin querer parecer competitivos; pero lo éramos. Queríamos saber que había fuera incluso con el miedo. Fue cuando lo entendí, realmente todos queríamos irnos, pero era difícil ir en contra de nuestras familias y amigos.
¡TRACK!
De nuevo otro disparo sonó en el cielo. Todos dejamos de remar, más la presión nos seguía moviendo a un lado u a otro.
Todos los que estaban aún en tierra estaban nerviosos; esperando algún resultado o alguna instrucción...
—Segunda parte del juego —dijo el alcalde usando el micrófono y una bandera roja—, en esta siguiente parte deberán jalar de la soga, del equipo que desean que no gane el juego.
Todos abrieron los ojos espantados. Habíamos vivido en paz durante años que en nosotros jamás se había generado ese tipo de malicia; al menos no en mi casa. Ese tipo de forma de ver o pensar, de dañar a alguien; no estaba en nuestra personalidad. Pero, volteamos a ver a los del mundo exterior. Aunque algunos estaban en nuestros equipos, sabíamos que ellos no se tentaría y el corazón para jalar nuestros barcos; ellos si tenían malicia.
—Una vez que suene el disparo, podrán jalar de la soga de cualquier equipo —dijo el alcalde.
—¡Escojan una y jalen! —gritaban algunos desde las canoas.
—¡A los del mundo exterior! —gritaba yo sin poderme contener.
Recibí miradas de odio de las personas del exterior que estaban en las canoas. En mi equipo, había dos personas del mundo exterior. Pero después de todo, ellos ya sabían que había afuera. Éramos nosotros los que teníamos años encerrados, no sólo en la isla, sino en nuestra casa llena de hermanos.
¡TRACK!
Sonó se nuevo un disparo. Nuestro equipo comenzó a jalar las canoas de los del mundo exterior. Incluyendo donde estaba mi hermana Olivia, quien yo asumía me odiaría por siempre.
Los miembros se dispersaban jalando las. canoas; no siempre estaban todos juntos jalando la misma. Las personas del mundo exterior comenzaron a jalar juntos la canoa de los niños. Excepto por Peach, Jessica y Tae; supongo que era porque tenían cuñados en esa canoa.
El equipo de mis padres corrió a jalar las del mundo exterior. Las primera canoas en llegar, por sus puesto fueron esas. Y quedaron automáticamente eliminados.
Sentimos un jalón de repente, y nos seguía arrastrando. Ryder había tomando mi canoa jalando fuertemente hacia la orilla.
—¡Ryder, no! —gritaba Matt.
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