Chapter one.
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Toni Russell, era alguien inteligente, amable y muy sincera. Ella protegía a los suyos contra toda marea, sin importarle cuán lastimada podía llegar a quedar. Se convertía en una fiera cuando alguien se atrevía a ofender a los que ella quiere, y cuidado, no tiene piedad cuando debe destruirte. Toni era leal a sus pensamientos, ideales y amados.
La Reservación Quileute fue su hogar desde siempre, nunca se mudó, mucho menos salió de allí. Actualmente, lo más lejos que podía estar de ahí era en Forks, la comisaría. En la reserva no tenía amigos, aunque tampoco en Forks, pero conocía a todos los que vivían allí. Conocía a la familia Black, Clearwater, Ateara y Uley, pues su padre era muy amigo de esas familias. Y si había algo que Toni siempre haría, sería el defender a los que su padre quiere. Quizás por ello ahora mismo estaba en el bosque con todo un equipo de búsqueda para encontrar a Sam Uley. Organizó con todos los habitantes de la reserva y varios compañeros policías en ir al bosque por grupos y buscar cualquier cosa que pudiera guiarlos a Sam o alguna pista de su desaparición, que ya llevaba cuatro días donde no se sabía nada de Sam.
Toni lideraba el primer grupo junto a Harry Clearwater, Charlie Swan y algunos chicos de la edad de Sam. Por decisión propia, Toni no permitió que Leah o Tamara Uley participarán en la búsqueda, pues necesitaban que ellas dos estén tranquilas y no quería que se alteraran si no encontraban nada.
-¿Sur, todo bien?. -Preguntó Charlie, por el radio.
-Nada, aún. -Respondió el oficial que acompañaba al tercer grupo de ayudantes.
-¿Norte?. -Dijo Charlie en la radio.
-Nada.-Respondió el oficial que acompañaba al segundo grupo.
Toni veía que el sol comenzaba a bajar, y como el bosque comenzaba a oscurecer, pues los rayos solares que se colaban por las copas de los árboles ya no iluminaban tanto. Charlie vio que la chica comenzaba a desesperarse, y sabía que ella misma había prometido encontrar al muchacho.
-Quizás debamos volver mañana. -Dijo Charlie, a su compañera.
-No, sé que hay algo aquí. -Dijo Toni, sacando una linterna de su cinturón. La encendió.
Apresuró su paso, sin importarle lo que su jefe le decía, y alumbró por todas partes. No se dio cuenta cuando fue que se alejó del grupo, pero frunció el ceño al ver que su linterna iluminó una prenda desgarrada a unos pasos de ella. Corrió a ella y la miró desde arriba, sin tomarla. Era una chaqueta de mezclilla color marrón, la misma que llevaba el chico, Tamara la describió como la que Sam el día que había desaparecido. Estaba hecha pedazos, como si un animal la habría rasgado con sus garras. Sacó un guante de su cinturón de policía y se lo colocó, para luego tomar los pedazos rotos y caminar de regreso cuando no encontró nada alrededor.
En cuanto llegó a donde Charlie y el grupo de búsqueda estaban, le mostró a su jefe lo que había encontrado. Charlie le dio una bolsa plástica a la chica para que pusiera la chaqueta allí. Harry se comportó un poco evasivo, incluso insinuó que deberían dejar de buscar al muchacho, pero Toni se rehusó a escucharlo.
Después de reunir los grupos y decirles que al día siguiente seguirían en la mañana, Toni y Charlie fueron a la comisaría para dejar la evidencia allí y continuar con su trabajo. Toni fue a la oficina que tenía al fondo y se sentó con cansancio en la silla giratoria, dejó caer su cabeza sobre el escritorio, quería descansar, pero un golpeteo en la puerta hizo que se enderezara con malhumor.
-Adelante.-Dijo Toni, acomodándose en la silla.
La puerta de madera se abrió lentamente dejando ver a una joven chica, quizás de su misma edad, con cabello oscuro, corto y peinado con puntas en varias direcciones, era tan pequeña de estatura que probablemente le llegara a los hombros a Toni. La joven tenía una pequeña sonrisa, ojos dorados brillantes y piel pálida, tal y como el doctor que la oficial había visto en el hospital.
-¿En qué te puedo ayudar?. -Preguntó Toni, un poco desconcertada.
La joven entró a la oficina, y ahí Toni vio que la chica traía una canasta con comida. La oficial frunció el ceño y miró extrañada a la joven.
-Hola, soy Alice Cullen.-Se presentó la joven, con una sonrisa. -Mi familia y yo somos nuevos en el pueblo, y bueno... Oí por mi padre que estaban buscando un ayudante en la comisaría. -Dijo, caminando hacia el escritorio, para dejar la canasta sobre este con cuidado. -Hablé con el Sheriff, y me dijo que podría ayudarte a ti.
-Oh...-Murmuró Toni, sorprendida.
¿Cuándo habían dicho que necesitaban ayudantes?. No lo recordaba.
-Sinceramente no recuerdo haber oído algo como eso...-Murmuró la rubia, mirando a la Cullen con el ceño fruncido.-Pero si, Charlie, te envío conmigo, quizás yo no escuché cuando lo dijo.
Alice sonrió y Toni le hizo una seña para que se sentará en la silla frente al escritorio, la joven se sentó y Toni sacó unos papeles de debajo del escritorio y se los entregó a Alice.
-Estos son formularios, deberás rellenarlos con tus datos.-Dijo Toni, señalando con su dedo el casillero donde decía: Nombre.-Luego deberás firmar un acuerdo de confidencialidad. Una vez hecho eso, yo podré indicarte en que me ayudaras. ¿De acuerdo?.
Alice sonrió y miró de reojo el formulario.
-De acuerdo.-Respondió Alice.
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Dos días después, Alice ya trabajaba con Toni. La Cullen debía atender llamadas y redireccionarlas a la línea del Sheriff, también debía guardar los papeles que Toni solía dejar tirados en el escritorio. La Cullen sabía que la rubia estaba algo estresada por la desaparición de un chico de la reserva, por lo que no le molestaba ayudarle con aquello.
Sam Uley había vuelto, para el alivio de Toni. El chico había regresado a su casa el día anterior, luego de estar seis días desaparecido, desnudo y lleno de tierra. Nadie sabía que le había pasado, pues el Uley no quería hablar con nadie al respecto, y Charlie le pidió a Toni darle un respiro al chico.
Un día nuevamente aburrido, Toni llegaba a su casa con su habitual cansancio y ganas de comer comida recalentada. Abrió la puerta con sus llaves, entró a la casa, cerró la puerta a sus espaldas y lanzó las llaves a un pequeño cuenco que estaba en una mesita junto a la puerta. Se quitó su chaqueta de policía, la dejó en el perchero y caminó hasta la sala. Se sobresaltó cuando escuchó pasos en el piso de arriba. Su padre estaba en el trabajo, y no había nadie en la casa.
Tomó el arma de su cinturón y apuntó hacia adelante con firmeza, comenzó a caminar con cautela hacia las escaleras, mirando a todos lados, atenta a cualquier cosa. Al llegar al final de las escaleras, se apoyó contra la pared y caminó con lentitud. Los ruidos provenían de su cuarto. Soltó un suspiro por lo bajo cuando llegó a su puerta, y se paró frente a esta con el arma firmemente hacia adelante. Su mente quedó nublada, y con lentitud giró el pomo de la puerta, para luego abrir esta con brusquedad y entrar a paso firme, apuntando.
Sorprenderse era poco.
Toni miraba con el ceño fruncido al chico alto, de tez rojiza y grande, sin dejar de apuntarle con el arma. Sam Uley estaba en su cuarto, junto a la ventana con la cara llena de confusión, como si no supiera el porque se encontraba allí.
-¿Sam?. -Dijo Toni, sin bajar el arma.
El chico pareció volver a la realidad cuando la chica habló, y él pestañeo con fuerza. La oficial estaba totalmente confundida y sorprendida de verle allí. El moreno bajó la mirada al suelo, avergonzado.
-¿Qué haces aquí?. -Cuestionó Toni, caminando unos pasos hacia él, sin bajar el arma.-¿Sam?.
-No sé... No sé como llegué hasta aquí.. -Murmuró Sam, sin levantar la vista.
-Quizás confundiste mi casa con la de Leah.-Supuso Toni, bajando el arma lentamente, poniéndole el seguro. -Son parecidas y están cerca de la otra.
-Sí, tal vez..-Murmuró Sam, levantando la vista.-Lo sient...-Su voz se perdió cuando cruzó su mirada con la de ella.
Sam sintió como si su cuerpo, antes pesado, ahora flotaba y su corazón latía con tanta fuerza que sus oídos palpitaban. Era una sensación tan extraña, pero a su vez tan agradable. Fue cuestión de segundos antes de que él cayera sobre sus rodillas al suelo y su vista se nublara, solo podía verla a ella, allí, con su cabello amarrado en una coleta improvisada, mejillas rosadas, labios gruesos, con su uniforme de policía y un arma en su mano, apuntando al suelo.
Toni soltó el arma, esta rebotó en el suelo, y corrió al chico, creyendo que se desmayaria por la forma en que tambaleó y cayó al suelo sobre sus rodillas. Se posicionó a su lado y tomó la muñeca del chico, suspirando preocupada, el pulso era muy elevado. Llevó una de sus manos a la frente del chico y la quitó rápidamente cuando la temperatura de Sam le quemó.
-Estás volando de fiebre.-Murmuró Toni, preocupada.-Recuestate en la cama, llamaré a mi padre.
-No, no..-Susurró Sam, cayendo en la realidad, cuando por fin pudo alejar su mirada de ella y que recayera en la mano que aún sostenía su muñeca.
-Sam, estuviste mucho tiempo en el bosque, quizás te has enfermado.-Intentó razonar, Toni.-Por favor, déjame ayudarte.
El chico se levantó de golpe del suelo y se soltó del agarre de ella con suavidad, para luego caminar a la ventana y saltar por esta. Toni abrió los ojos espantada y corrió a la ventana, viendo como Sam estaba de pie y sin ningún rasguño. Lo vio correr hacia la oscuridad del bosque, preocupándose por él. Sacó su teléfono de su pantalón y llamó a Harry, debía avisarle.
-¿Toni?. -Dijo Harry, cuando atendió la llamada.
-Sonará raro, pero Sam vino a mi casa.-Comenzó a decir, mirando por la ventana al bosque.-Se veía desorientado. Luego, cuando me acerqué, cayó de rodillas al suelo. Tenía una temperatura anormal. Y cuando quise ayudarle, saltó por la ventana de mi casa y se fue al bosque. Iré a bus...
-No te preocupes, iré con viejo Ateara por él. -Le interrumpió, su voz se escuchaba algo alegre, como si aquello le provocará orgullo.-Gracias por avisarme, Toni.
Y cortó la llamada, dejando a una muy confundida Toni mirando la pantalla del teléfono con el ceño fruncido.
Sam Uley había vuelto a la reserva, y con él, muchos secretos. Toni Russell sabía que tarde o temprano, la verdad siempre salía a la luz. Sólo que ella no esperaba que aquella verdad que Sam ocultaba estaba atada a ella.
Esto sólo fue el comienzo.
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Capítulo uno.
¿Cómo lo vieron?.
¿Les gustó?.
¿Listos para el drama?.
Recuerden, si no hay drama, no es mi libro :)
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