Capítulo 8
— ¡Jimin! — saludó SeokJin al abrirle la puerta antes de darle un abrazo.
— ¡Hola, Jinnie! — Jimin le correspondió al efusivo abrazo de su mejor amigo.
— Tardaste mucho, pensé que ya no vendrías — se quejó, dejándolo entrar.
— Lo siento, Jin — se disculpó Jimin mordiéndose el labio inferior.
— Está bien, supongo que a YoungJae no le agradó la idea de que vinieras a visitarme — SeokJin hizo una mueca antes de tomar asiento en el sofá de la sala.
— YoungJae no está en casa, Jin. Se fue el fin de semana a Daegu y regresa esta noche, creo — dijo Jimin bajito.
— Oh — murmuró Jin — ¿Por qué no me lo dijiste, Jimin? Hubiéramos pasado ayer un sábado de amigos, salir de compras o cualquier cosa. Seguro pasaste ayer encerrado en esa casa aburrido — Jin hizo un puchero.
Jimin se mordió el labio inferior. No sabía si contarle a Jin o no sobre lo que hizo ayer. Prácticamente estuvo todo el día con un guapo fotógrafo y, si le contaba a su amigo, él armaría un escándalo. Además, la verdadera razón por la que llegaba tarde al almuerzo con SeokJin era porque había estado hablando con Jungkook por teléfono y el tiempo pasó demasiado rápido.
— Está bien, mi día ayer fue agradable — susurró Jimin.
Jin entrecerró los ojos incrédulo — ¿De verdad?
— Sí…
— ¿Cómo es que estar encerrado en esas cuatro paredes es agradable para ti, Minnie? Yo me hubiera vuelto loco.
Jimin le sonrió. Está bien, le contaría.
— Ayer pasé un rato con Jungkook — murmuró casi inaudible.
— ¿Jungkook? — SeokJin le dio una mirada interrogativa antes de abrir la boca y sus ojos — ¡Oh, el chico sexy de los tatuajes! — gritó.
— ¡Jin! — Jimin le llamó la atención, sonrojado.
— ¿Qué? Es la verdad — dijo divertido — Entonces, si aceptaste tomar el café con él...
— En realidad no, pero nos encontramos por casualidad de nuevo y hablamos.
— Las casualidades no existen — afirmó Jin moviendo sus cejas.
— Basta, Jin, hablas como si fuera a salir con él. Pero te recuerdo que yo estoy casado. Jungkook y yo solo somos amigos.
— Está bien, solo estoy feliz de que conozcas personas nuevas — dijo Jin animado — Ahora cuéntame un poco más sobre ese sexy chico tatuado.
— ¿Quién es el sexy chico tatuado? — se escuchó una voz detrás de ellos.
SeokJin dejó escapar una risa antes de levantarse y caminar hasta su esposo — Un amigo de Jimin — dijo simplemente — Es muy sexy, cariño —.
— Soy tu esposo, SeokJin — Namjoon le miró con una ceja arqueada.
— Lo sé, cariño, y te amo — SeokJin le dio un beso en los labios a su marido — Aunque no podemos tapar el sol con un dedo y el amigo de Jimin es sexy. Incluso tú lo dirías si lo vieras — aseguró.
Namjoon frunció el ceño — Recuérdame, ¿por qué estamos casados? — preguntó serio.
Jimin pensó que el esposo de su amigo estaba enojado, pero para su sorpresa, Jin le guiñó un ojo — Estamos casados porque soy fabulosamente hermoso y no encontrarás a alguien tan perfecto como yo y estás locamente enamorado de mí —.
Namjoon se rió y negó con la cabeza antes de besar los labios de Jin — Te amo.
— También te amo, cariño — dijo Jin sonriendo encantado — ¿Trajiste lo que te pedí?
— Por supuesto, y te compré la crema que usas para la piel. Me di cuenta de que se te está acabando — Namjoon le mostró unas bolsas de compras.
— Muchas gracias, amor. Iba a comprarla, pero lo olvidé. Soy muy afortunado, eres el mejor esposo que existe — chilló SeokJin dejando otro beso en los labios de su esposo.
— ¿Ya no mirarás más al sexy chico tatuado? — preguntó Namjoon.
Jin soltó una carcajada — Sabes que solo tengo ojos para ti, bebé. No te cambiaría por nadie.
— Más te vale — Namjoon le dio una palmada en el trasero y SeokJin se fue riendo a la cocina.
— ¡Hola, Jimin! Disculpa por no saludarte — se excusó Namjoon apenado.
— No te preocupes — Jimin le dio una sonrisa con las mejillas sonrojadas; él y YoungJae nunca tendrían una conversación como esa.
— Me alegro mucho, Minnie — Namjoon le mostró una radiante sonrisa, dejando ver sus adorables hoyuelos — ¿Cómo has estado? — preguntó tomando asiento frente a Jimin.
— Muy bien, gracias — respondió Jimin y en ese momento regresó Jin.
— ¿Ya le contaste a Jimin, cariño? — le preguntó Namjoon a Jin.
— ¡No! Estaba esperando a que regresaras para decírselo juntos — chilló emocionado.
Jimin les miró confundido — ¿Contarme qué?
— ¡Vamos a adoptar un bebé! — le contó SeokJin con una sonrisa adornando su rostro, sentándose en las piernas de su esposo.
— ¿En serio?, ¿Tendrán un hijo? — Jin asintió con una sonrisa radiante — ¡Felicidades!, yo no lo puedo creer— dijo Jimin completamente emocionado y asombrado de que fueran a dar ese paso.
— Gracias, Minnie. Quería que fueras el primero en saber. Vamos a estar muy ocupados; con todo el papeleo y bueno gracias a la familia de TaeTae el proceso será más fácil — explicó radiante.
— ¿TaeTae? — preguntó Jimin.
— ¿No lo recuerdas? TaeHyung estuvo en mi boda con Namjoon. Es el hijo del mejor amigo de Nam. Su padrastro es hijo del senador Park Sehung Hyun.
Jimin negó con la cabeza; la boda de SeokJin había sido hace 8 años atrás — He escuchado hablar sobre el senador Park, pero no sé mucho sobre su familia.
— Entonces lo conocerás. Tae es un buen amigo. Nos conocimos en el instituto, aunque yo me gradué primero y fuimos a universidades diferentes. Debido al trabajo, no nos vemos mucho, pero el también se puso increíblemente feliz, y dijo que nos echaría una mano, ustedes dos son como mis hermanos.
— También eres como mi hermano Jin, y estoy tan feliz por ti y Namjoon, un bebé serán una preciosa familia— dijo Jimin sonriendo. Estaba feliz por SeokJin.
Pasaron al comedor y SeokJin le siguió contando todo con detalles durante el almuerzo. Su amigo parecía tan ilusionado y Namjoon casi llora mientras hablaba de la ilusión que le daba tener un bebé con el amor de su vida.
Jimin se preguntó si él estaría igual de feliz si YoungJae y el fuera a adoptar un bebé. No estaba seguro de la respuesta, a su esposo no le gustaban los niños.
♡
— Jimin — El pelinegro escuchó la voz de su marido y limpió sus manos en el delantal que usaba para ir a recibirlo.
— Hola, Jae — dijo con una pequeña sonrisa.
— ¿Cómo estás? — preguntó YoungJae mirándolo.
— Bien — respondió Jimin — Estoy preparando tu comida favorita.
YoungJae asintió — Bien, iré a darme una ducha. Estoy cansado. Llámame cuando la cena esté lista.
Jimin suspiró y volvió a la cocina para terminar el platillo. Cuando estuvo listo, subió las escaleras y entró a la habitación. YoungJae se estaba vistiendo — La cena está lista — le informó.
— Está bien, ya bajo — contestó dejando su teléfono colgando la llamada en su teléfono y poniéndose la camisa.
— Jae... — Jimin miró el pecho descubierto de su esposo y se acercó un poco tímido poniendo sus manos sobre este.
Su esposo le miró sorprendido y le colocó una mano sobre la mejilla de Jimin, bajando un poco el rostro y rozando sus labios.
Apenas habían empezado a mover sus labios cuando el celular de YoungJae empezó a sonar sobre la cama, haciéndolos separar — Es mi padre, debo contestar.
Jimin asintió decepcionado y salió de la habitación. ¿Hace cuánto no tenían intimidad? ¿Tres meses o quizá cinco? Ni siquiera lo recordaba.
Cuando su esposo bajó, ya Jimin tenía todo servido en el comedor y, por la mirada que traía, no había esperanzas de que continuaran lo que habían empezado en la habitación.
— ¿Cómo estuvo tu viaje? — preguntó Jimin después de haber empezado a comer.
— Empezaremos la construcción del hotel el mes siguiente — dijo YoungJae simplemente.
— ¿Eso es bueno, verdad? — preguntó Jimin.
— No, estamos atrasados. Deberíamos haber empezado hace una semana — dijo YoungJae entre dientes.
— Lo siento — Jimin bajó la mirada a su plato.
— ¿Qué hiciste tú? — quiso saber YoungJae.
— Salí al parque con un amigo y almorcé con Jin y Namjoon. Ellos van adoptar un bebé, están muy contentos — le contó animado.
— Mmh, qué bien — murmuró YoungJae llevándose una cucharada de comida a la boca, sin ahondar en el tema.
Jimin suspiró viendo la realidad, su esposo no estaba interesado en tener bebés ni familia.
— ¿Para qué te llamó tu padre? — preguntó.
— Para recordarme sobre la cena de bienvenida a Yeonjun en dos semanas — respondió.
— ¿Tu hermanito regresa? — Jimin estaba sorprendido.
— ¿No te lo había dicho ya? — YoungJae frunció el ceño.
Jimin negó con la cabeza — Me alegra que el pequeño Yeonjun esté de regreso.
— Ya cumplió 18, no es un pequeño. Mi padre quiere que empiece la universidad lo más pronto posible, antes de que tome decisiones equivocadas — dijo YoungJae.
— Entiendo — susurró Jimin.
Cuando terminaron de comer, su esposo fue directo a la habitación y Jimin decidió lavar primero los platos antes de subir. YoungJae ya estaba dormido cuando el pelinegro se metió en la cama.
La pantalla del teléfono de Jimin se encendió en la mesita de noche y Jimin lo tomó, mirando lo que decía.
Un “Dulce sueños, Minnie” fue suficiente para sacarle una sonrisa antes de dormir.
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A veces me quiero madrear a Youngjae 😮💨
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